sábado, 27 de julio de 2013

Comida en Yokohama!

He aqui los platillos de comida Japonesa y china que les debía, jep (disculpen la tardanza)
Comencemos por la que preparó el buen Shinpei san:
Luego pasemos a la comida china que preparó Se chan, muy vistosa y tentadora, por cierto. Quienes me conocen saben que yo puedo preparar algo así, no?
Listirijillo!!! (sindrome Flanders) Esta entrada nunca es la gran cosa, lo sé, pero espero que alimente la imaginación (XD). Tal vez algun día haga un free talk con comida y recetas, qué les parece?
Cualquier duda, ya saben, ahí está el panel para cometarios, en la parte inferior.
Sayonara!!!


Free talk 4!!!

Hola!!! Después de tres meses volvemos con un nuevo free talk en el cual les contare sobre los dos lugares que hemos conocido en los capítulos 11, 13 y 14: primero les contare un poco sobre el barrio de Roppongi, en el distrito de Minato, y que es esto de los distritos, y luego pasaremos a la bella ciudad de Yokohama.
Empecemos con Roppongi: este lugar no es solo el barrio más in de Tokyo, donde se encuentran las últimas tendencias, los restaurantes y bares de moda. También es el barrio de los extranjeros. ¿Por qué? ¡Porque en Roppongi está la joda! Si, enserio. En este lugar se ubican las mejores discotecas, pubs y clubes más distinguidos, en algunos incluso se debe ser socio para poder entrar, no solo tener dinero (y no sé si un billetito al guarda será suficiente). La noche de Tokyo se vive en Roppongi.
Se dice también que es el barrio que nunca duerme (alta joda, señores y señoritas). Y, como ya he dicho, por esto la mayor parte de los vecinos de Roppongi son extranjeros (hacen que la noche vibre de frescura, XD). Aquí también se encuentran numerosos "love hotel", que, como su nombre lo dice, son lugares que visitan los matrimonios para llamar a la cigüeña... cosa que, por muy ridícula que parezca es cierto: los love hotel son muy populares en Japón y otros lugares de Asia. Me voy por las ramas un momento, pero quiero que esto quede claro: en una página de Facebook había leído y compartido una info muy curiosa "Sabías que... en Japón los esposos duermen en camas separadas?". Lo segundo que hice después de leer esto (primero lo compartí con unas amigas que leen el fiction. Saluditos, chicas) fue preguntar ¿Por qué? Pero después de mucho buscar encontré la respuesta: la casa no es para esa clase de chanchadas (XD) para eso está el Love hotel, un lugar donde solo se admiten parejas (esposos o novios), y no es para llevar a la/el amante. Por supuesto, en Japón como en todos lados, están los hoteles normales y también una suerte de "telos" como los llamamos en Argentina (en otros países se les llama motel, creo. Los telos son hoteles por hora, donde generalmente van parejas a... ya saben, pero también se pueden llevar amantes, prostitutas, etc.), pero un Love hotel es más íntimo, discreto y distinguido, con más categoría.  Tiene paredes gruesas para que no se escuche el escándalo que viene del interior de la habitación (pffff!!), a diferencia de las casas, en las que el material es más fino para ahorrar espacio. Por ello, a una determinada hora de la noche, hasta es prudente no ir al baño... (Ni hablar de llamar a la cigüeña, pfff, como si los japos hicieran escándalo, a menos que los mangas de la Shinjo sean ciertos...)
En fin, como le decía respecto a Roppongi, este barrio fashion y vibrante está dentro de uno de los xx distritos de  Tokyo, Minato. ¿Qué es un distrito? Es una subdivisión administrativa o jurídica. Tomando en cuenta la denominación centro urbano, el distrito sería algo así como una pequeña ciudad dentro de otra más grande, en la cual también hay barrios y bloques y cuadras y pasajes... etc.
Minato es el distrito donde viven familias de alto poder adquisitivo, o sea, una de las zonas más caras de Tokyo. En él se encuentra la maravillosa torre de Tokyo y es una zona costera. En este distrito viven los tres muchachos latinos que aparecieron en el capítulo 9 y la "querida" Ximena. Si se preguntan dónde viven las muchachas, ellas están en Nakano, otro de los distritos de la ciudad, que está pegado al distrito comercial, que se considera el centro de Tokyo. En Nakano está la cede de una de las universidades más prestigiosas, que, en la historia, es la que tiene como estudiantes a las protagonistas y sus amigas.
Ahora bien, los miembros de la banda viven en esa suerte de centro, un distrito muy mencionado en los animes: Shibuya, zona comercial y también cara, que queda arriba de Minato y abajo de Nakano. He aquí un mapita:

Eso es todo lo que tengo para decir de Tokyo y Roppongi, por ahora. Cualquier duda, ya saben, comenten y armaré otro free talk, si la situación lo amerita. Ahora pasemos a Yokohama, y aquí llega lo bueno:
Comencemos por el primer lugar de la cuidad que les presento: Landmark Tower (randomaaku tawaa, en su pronunciación japonesa), ubicada en Minatori (o Minato) Mirai 21, un microbarrio del paseo marítimo. Tiene 70 plantas y casi 300 mts de altura. Su construcción finalizó en 1993. Está compuesto por un hotel 5 estrellas de la planta 49 a 70, los pisos inferiores estas ocupados por tiendas, restaurantes, clínicas y oficinas (super completo). En el piso 69 se encuentra el Sky garden, un observatorio con vista panorámica de 360 grados en el cual puede apreciarse el Monte Fuji. La torre cuenta con amortiguadores de masa en un piso 71, oculto. Además, está equipada con el segundo ascensor más rápido del mundo (superado por Taipei 101), que viaja a una velocidad de 45 km/h o 12,5 mts/s (¿entienden por qué Charlotte se mareó?)

Después pasamos al Yokohama Chinatown, el barrio chino más grande de todo Japón. En los foros suele comparase esta lugar con Hong Kong, porque está todo muy limpio y ordenado, y porque cuenta con aproximadamente 500 puestos de comida y restaurantes (variedad).
En Yokohama hay 10 puertas (construidas según los principios de feng shui) que indican la entrada a Chinatown, y una vez adentro, por la gran cantidad de callejuelas y pasajes, resulta muy difícil orientarse (así que, les aconsejo que solo se dejen llevar XD). Algo que conté en el capítulo y que es cierto, es que en el corazón del barrio existe un templo al dios de los negocios llamado Kantei-byo (el templo). Que capitalistas estos chinos, eh...
Ah, y no esta demás decir que... se puede regatear!!!

Ahora bien, no es broma que en Yokohama existe un museo del ramen ni de curry. Ambos son parques de atracciones centrados en estos dos platillos. El primero se encuentra en Shin-Yokohama, distrito de Koohuko-ku en Yokohama. Cuenta con un espacio ambientado en los años 1958 (33 de la esa Shoowa), año de la invención de los fideos por Momofuku Andoo, en el cual hay franquicias de los más famosos restaurantes de ramen de Japón. En la parte superior hay una exposición de la evolución del ramen, con muestra de ejemplares de toda Asia.
En cuanto al museo del curry, es más un museo que un parque (perdón si los confundo), también era un restaurante. Contaba con ocho pisos, en los cuales se podía hacer un recorrido por la historia de este platillo y sus distintas variedades en Japón. También incluía una recreación de Yokohama de finas del siglo XIX. En uno de sus pisos había una exposición de radios y trasmisores de código Morse. Y lo escribo todo en plural porque... lamentablemente el Museo fue cerrado en 2007. Yo decidí revivirlo en este capítulo porque quería hacerle un homenaje y como es el plato favorito de  Shinpei... ya saben.

 Hablemos ahora de puerto de Yokohama!! Como deje en claro, esta es una ciudad costera, y su puerto es el segundo más importante del país. Yokohama nació como una pequeña comunidad pesquera, y terminó convertida en un gran centro urbano (en espíritu de competividad con Tokyo). Su puerto, a raíz de tanto crecimiento, es ahora... lo que pueden ver en imágenes

Por ese caminito anduvieron Megg y Shinpei ante el ocaso... y, como ven, también puede darse un paseo en bote (yate, más bien dicho). Una parte del puerto de constituye de islas artificiales, ya que Minato Mirai 21 gano terreno que pertenecía al puerto original durante la época de expansión.
En cuanto al Museo de Arte, que se encuentra al lado de Landmark tower, felicitare al que encuentre más información en castellano de la que yo encontré. Es que hay muchos museos de arte, moderno, contemporáneo, clásico, etc. Lo que puedo decirles es que fue diseñado por Kenzo Tange, ganador del premio Pritzker en 1989 y que tiene una exposición permanente. La arquitectura del lugar es realmente fascinante, con las imágenes me encanto (^_^), lástima que no permiten tomar fotos en su interior, solo en la entrada (hall) y el exterior obviamente.

En cuanto al Kyodo no mori, es uno de los tantos parques verdes que posee la ciudad, y representa un lugar donde la gente puede dar un paseo, sentarse a charlar, hacer una caminata, pintar, admirar los cerezos, etc. Al menos por las imágenes que conseguí, siento mucha curiosidad por él, jejeh. 

Existen otros lugares interesantes de la ciudad que no pude agregar por problemas de extensión (me muero si tengo que escribir un capitulo de 40 páginas...). Aquí mencionare algunos:
Yokohama Arena (aquí se jugaron partidos del mundial 2002),
Yokohama Museo de Seda,
Wawae island,
Museo marítimo NYK,
Catedral sagrado corazón,
Monte Myoohoo-ji,
Nogeyama Zoo, y
Yokohama Bay Bridge.

Así se nos fue el nuevo free talk. Qué les ha parecido?? Aporte algo interesante?? Cualquier opinión o duda que tengan, déjenla en sus comentarios, se los agradeceré. 
Aquí les dejo el enlace de otra publicación que hice: Comida del capítulo 13

Sayonara!!

sábado, 20 de julio de 2013

Capítulo 14: ¡Hagamos que valga la pena!




Después de pasar casi todo el día en Yokohama con la banda, nuestras protagonistas regresan al edificio comentando detalles del color local, sobre lo que vieron o saborearon. Megg y Charlotte aprovecharon para preguntar a Selenia porque no iba con los muchachos por el trabajo, pero ella se limitó a responder que su jefe no quería que fuese ella también.
Cuando las tres llegaron al edificio y saludaron a las demás chicas, subieron a su habitación para cambiarse antes de que sirvan la cena.
Charlotte: (golpeado la almohada repetidas veces, en actitud de berrinche) Sobrina las pelotas...  ¡Estúpido! ¿Cómo me va a decir eso? ¡Idiota! ¡Idiota! ¿Por qué no te golpee?
Megg: (a Selenia, pues tiene miedo de acercarse a Charlotte) ¡Qué le pasa?
Selenia: (con mucha tranquilidad) Akihide se mandó la gran tío y adopto a nuestra dulce amiga como sobrinita.
Megg: (sorprendida) ¿En serio? Que sonsin... Es más bobo de lo que imaginaba.
Selenia: (rodeando los hombros de la rubia) Sos tan dulce, Megg. Yo mentalmente me acorde hasta de su tatarabuela...
Charlotte: (enojada) ¡Ni lo mencionen! Tengo tanta bronca que no me cabe en el pecho. (Ahorca a la almohada como si se tratara d Akihide). ¡Idiota!
Sus amigas la miran pasmadas, pues no saben cómo disminuir su rabia ni que palabras decirle para mejorar su ánimo. Calmar a Charlotte en situaciones similares era para ellas como un conocimiento que escapaba de sus posibilidades, no querían decir alguna frase que fuese luego comprendida de mala manera y que profundizara el mal humor de la pelirroja... ¿Qué hacer, que decir?
Selenia: (simulando mucha seguridad) Calma, calma. Estoy segura de que Aki-san debe estar agarrándose la cabeza en este momento mientras se pregunta cómo hará para arreglar semejante macana.
Charlotte: No sirve que lo sienta ahora si ya se mandó con semejante estupidez. (Se sienta sobre la cama) Pero mi paciencia tiene un límite. Yo me aguanto que sea lerdo y no entienda mis indirectas, pero esto ya no. Solo quisiera saber qué le dijo Ximena, qué tan grave habrá sido para que diga semejante tontería.
Megg: (invadida por el mismo deseo de ahorcar que sentía Selenia) ¿Ximena? ¿Qué hacia esa tipa en Yokomaha?
Selenia: Yokohama, Megg. Yokohama.
Megg: Aish... Sorry. Yokomaha.
Charlotte: (entre risas) Ay, Megg sos un amor. Es Yokohama. (Seria nuevamente) Si. la turra esa estaba por ahí, apretando a Akihide como a un pomo y diciéndole quien sabe que barbaridades.
Antes de que Megg y Selenia puedan expresar libremente su desprecio hacia la mujer morena que arruino el paseo de Charlotte, entraron Maya, Tsugumi y Atsuko como caídas del cielo para sumarse al tema de conversación: Hablar mal de Ximena.
Atsuko, Maya y Tsugumi: (al unísono) Yaa [1] O genki desuka?
Charlotte: Maamaa desu... [2]
Megg: Okage de genki desu [2].
Selenia: Totemo genki desu [2]. Anata tachi wa? [3] 
Charlotte: (con toda intencion) ¿Así que estas muy bien, eh? Quién lo diría...
Megg: (sigue la broma) ¿La pasaste bien con Daigo san?
Selenia: Con tal de comer bien y gratis soy capaz de aguantar hasta al Hitler. Además, gracias por recordarme que ustedes me abandonaron por irse atrás de sus chomas... y miren nada más como les fue.
Atsuko: (antes de que Charlotte y Megg salten a protestar por las irritantes palabras de Selenia, como ve que la charla no va por buen camino decide intervenir) A nosotras también nos fue bien. Yo vengo con excelentes noticias.
Las cinco muchachas olvidaron la incipiente discusión para sentarse alrededor de Atsuko, esperando enterarse de todos los pormenores acerca del pago de la deuda. Después de haber trabajado todo el sábado para juntar el dinero suficiente, participando en un feria por el día de las niñas, en la cual vendieron comida (Okonomiyakis al estilo argento, según la morocha protagonista, que causaron mucha curiosidad y fueron un éxito) y ayudaron a capturar a los pervertidos... usando a Charlotte y Megg de carnada, y a Selenia como reparte golpes (su especialidad), el día termino muy tarde para ellas pero lograron su objetivo: juntar los dos millones de yenes  (aunque consiguieron quinientos mil más), y durante el domingo, sus amigas japonesas partieron a reunirse con sus familias como cada semana. Al igual que nuestras protagonistas, regresaron por la noche. La buena noticia que llego junto con Atsuko es que no solo ya no había deuda, sino que además su padre recupero el trabajo. Resulto que la empresa cometió un error, así que decidieron recontratarlo para evitar la demanda, y le aumentaron el sueldo, así que su familia ya no ve necesario que ella siga trabajando como mesera.
Atsuko: (como conclusión) Dije que lo pensaría camino al edificio, pero... No puedo imaginar mi vida sin AoRingo, o sin practicar canciones. Creo que me moriría del aburrimiento con ese tiempo libre.
Haruko [compañera de edificio]: (abriendo levemente la puerta) Chicas, ya van a servir la cena.
Selenia: (se pone de pie de un salto y corre hasta la puerta) ¡Comida!
Las demás muchachas las siguen, y una vez que llegan al comedor, toman asiento, juntan las manos para decir Ittadakimasu, y comienzan a comer oyakondori [4], yakitori y tsukemono, conversando sobre Yokohama, escuchando las recomendaciones para futuras visitas a la cuidad, todo eso mientras tienen el sonido de la televisión de fondo. La portera pasa de un canal a otro, hasta que algo llama su atención: la noticia de que capturaron a un pervertido que se metió al baño de mujeres justo en el museo del curry en Yokohama. Una de las chicas que estaba en el lugar en el momento en que el sujeto apareció pudo detenerlo y reducirlo rápidamente. Cuando el reportero se acercó a pedir su testimonio, remarcaron la figura de alguien tras ella: Daigo Naito. Las muchachas nada de esto veían, solo escuchaban al presentador de la noticia, pero aquel dato les resulto curioso, y decidieron prestar atención sonora y visual, todas excepto Selenia, muy entretenida con la comida de su plato y robando bocadillos a sus vecinas (el que se fue a Sevilla perdió su silla, ¿no?).
Reportero: Señorita, por favor, cuéntenos que fue lo que paso y como pudo reducir al delincuente.
Selenia: Bueno... Yo estaba en el baño... estaba en el baño. Y de repente escuche un montón de gritos, abrí la puerta y vi al tipo ese amenazando a las demás con un cuchillo. Su cara de baboso me dio asco, así que...
Reportero: ¿Cara de baboso?
Selenia: Así es. Como te decía, me acerque disimuladamente y le patee la navaja. Cuando el tipo la soltó, lo patee nuevamente, pero en el trasero y salió corriendo. Fue muy gracioso perseguirlo (risas). Yo gritaba: Alto ahí, pervertido; y el resto de la gente también corría. Casi lo pierdo de vista, pero al final lo encontré.
Reportero: ¿Qué siente usted al saber que ha ayudado a atrapar a un delincuente que ya tenía aterrorizado al barrio?
Selenia: Wow, ¿en verdad hice eso? ¿Puedo enviar un saludo? Me prestas el micrófono (como ve que el reportero se lo cede, lo toma entre ambas manos y por primera vez mira directamente hacia la cámara) Quisiera mandar un saludo a mis amigas y... a Arashi! Soy su fan! Especialmente de Ninomiya Kazunari. Mantente saludable, Kazunari. Gambatte kudasai.
Ahora aparece en pantalla el presentador del programa y mira atentamente a los miembros de Arashi que se encuentran en el estudio en ese momento, quienes se muestran desconcertados. Mientras el carismático Matsumoto Jun responde que él quiere tener una fan heroína, y los otros tres miembros asienten entre risas, Kazunari observa la repetición sin sonido, murmurando un "Moe" que no se escucha pero es evidente, hasta que es presionado a punta de amistosos codazos a responder a la muchacha que salía en la nota.
Kazunari: (mirando a la cámara, con una breve reverencia) Arigatoo gozaimasu. (Esto despierta las risas de los presentes) Yo como sano y hago ejerci... Soy muy tímido (concluye cubriéndose la cara)
Saori Tomoe (conductora invitada): Decile algunas palabras más a Se-chan (ante el desconcierto de los demás) Hable un par de veces con ella y es una persona muy agradable.
Kazunari: (haciendo caso) Se-chan mo! Gambatte kudasai!
El resto de los presentes en el programa comenzó a reír mientras Kazunari parecía incomodo o avergonzado, algo similar paso en el comedor del edificio de chicas. Luego decidieron molestar a Saori preguntando por los rumores que la habían vinculado a Daigo, rumores que ella negó sin muchas dificultades, ya que, al igual que Selenia en su momento, entendían todo como un romance. Posteriormente hablaron un poco sobre el Spring Fest en el cual se presentaría Arashi. Entre tanto, las muchachas en el comedor felicitaron a la heroína de Yokohama por su valor y por recibir saludos de Ninomiya. También preguntaron si en verdad existió un amorío entre Saori y Daigo, pero nuestra protagonista respondió que no (porque era la verdad) y dio fin al asunto.
Después de la cena, cuando fueron a sus habitaciones y las seis chicas, nuestras protagonistas y sus amigas entraron al cuarto de las extranjeras para continuar la charla. La primera que comenzó a contar sus aventuras en Yokohama fue Selenia, desde el terrible momento en el que fue abandonada por sus amigas con Daigo Naito, hasta que se separó de este y encontró a Charlotte y Akihide. Resultó que los dos decidieron pasar por Landmark Tower y vieron el Monte Fuji (eso sí, de lo que allí paso, ni media palabra) pero como no los encontraron salieron hasta el Chinatown y el museo del curry, lugar donde enfrento al pervertido.  Cuando observaron el ocaso... El vocalista quiso ir al puerto y ella al museo, regañándose a sí misma por no pensarlo antes, así que tomaron distintos caminos.
Tsugumi: ¿Eso es todo? ¿Acaso no hablaron de algo en el camino?
Selenia: Estábamos muy concentrados en la búsqueda.
Atsuko: Charotte, Meggara, me parece un poco mal que hayan abandonado a Serenia con Daigo-san, sabiendo que no se llevan bien.
Charlotte: No lo digas como si lo hubiésemos planeado, solo salió así. (a Selenia) ¿Y Daigo te pregunto en algún momento por lo del viernes?
Selenia, apenas escucho esa pregunta, recordó lo que ocurrió en el ascensor y se llevó inconscientemente una mano hasta la oreja izquierda, tratando de largar el No que se le atascaba dentro de la boca. Las demás, intrigadas a mas no poder, insistían con mil preguntas que ella no pensaba contestar y casi se le abalanzan encima, hasta que por fin rompe el silencio exclamando "Como me abandonaron a mi suerte ahora no les cuento nada" y se disculpó con las que no fueron al paseo por no poder despejar sus dudas. No contentas con esto, obligaron dificultosamente a Selenia a que saque la mano de su oreja, pero allí no había rastro alguno. Desesperadas por completar la historia, comenzaron a lanzar un montón de posibilidades alocadas y pervertidas para enfurecer a la morocha y hacer que confiese, aunque ella, experta en ese truco, no les dio importancia, incluso comenzó a retrucar con propuestas mucho peores, que llegaron hasta lo sádico y provocaron algún que otro grito de miedo. Para compensarlas, Selenia les regalo unos dulces chinos que compro durante el recorrido.
Ya más tranquilas, las muchachas escucharon el tierno y dulce relato de Megg sobre los museos, el puerto, y de cómo Shinpei la dejo al cuidado de Daigo mientras él iba a visitar a su novia muerta. Durante el paseo en bote, el vocalista, ante la insistencia de su compañera, relato un brevemente lo que sabía sobre la tal Kari, deteniéndose en el momento en el que la rubia se conmueve hasta las lágrimas, pero se contiene cuando el líder de Breakerz la amenaza con tirarla del bote si no se calmaba. En esta parte las chicas se indignan, excepto Selenia, que solo ríe mientras dice: "Quiero verlo intentando eso. Sus brazos se quebraran por tu peso". Con esta divertida frase, calma los ánimos de las demás y Megg continua su aventura contando que al terminar el paseo, en un ataque de gentileza, Daigo decide regalarle las plumas que antes había reclamado y marchan hasta el Kyodo no mori cuando ven llegar a Shinpei.
Llega luego el turno de Charlotte y su indignado relato. Pero antes, entrega los regalos a sus amigas: una kazaka con abertura frontal para Selenia, otra con abertura lateral para Megg, una hebilla para el largo cabello de Tsugumi, una estatuilla de buena fortuna en el matrimonio para Maya y un adorno para Atsuko, que según el Feng Shui atrae la concentración (o algo así). Recibidos los obsequios y los agradecimientos, la pelirroja comienza a hablar directamente desde el momento en el cual llegan a Landmark Tower y ella va al baño, mareada por el ascensor. No sabe en qué momento apareció la víbora de Ximena (según sus palabras) ni de que hablo con Akihide, ya que cuando ella los vio, aquella descarada se le abalanzo encima y, aparentemente, intentaba besarlo, así que los aparto como pudo antes de pedir explicaciones. El guitarrista, muerto de vergüenza, no supo que decir, por lo cual lo hizo la otra mujer. Se inventó que trataba de convencerlo de ir a una fiesta o algo así. Charlotte la despacho rápidamente y pregunta al pelilargo protagonista si se sentía bien. Él se disculpó con ella, innecesariamente y prefirió abandonar el lugar sin ver el monte Fuji.
El resto del tiempo lo pasaron en el museo, distrayéndose con las pinturas y esculturas, el diseño audaz y llamativo. Finalmente pasaron por la cafetería... y a Charlotte no le quedó más remedio que contarles exactamente lo que sucedió, en especial el momento en el cual él le pide que lo trate como a un tío, algo que produce más indignación que el egoísmo de Daigo.
Atsuko: (a modo de conclusión) Es un imbécil... ¿Qué es lo que admiras de él, Tsugumi?
Tsugumi: (pasmada) Solo su talento... Extiendo que tenga edad para ser tu tío, pero...
Maya: Es que ni la edad ni nada. ¿Cómo puede decirle eso a estas alturas?
Selenia: (en tono divertido) Justo por él lo decís. (Seriamente) Ahora bien, no es tan tirado de los pelos si uno lo piensa. Aki-san tiene treinta y tres años, Charlotte veintidós... él no está para jodas, ella sí.
Charlotte: (desconcertada) ¿¿Cuánto dijiste?? ¿Veintitres?
Megg: Yo escuche sanjuusansai [5]...
Charlotte: (más desconcertada) ¿Sanjuu? ¿Segura?
Selenia: Que si... No sé si será vampiro, pero tiene esa edad. San-juu-san-sai desu.
Tsugumi: Seguramente siente miedo de estar tan cerca de una jovencita.
Selenia: No sería raro que se sienta un viejo verde (risas) Pero que bueno que no se mandó un "Trátame como a un padre" (a excepción de Charlotte, las demás ríen) ¿Lo imaginan?
Charlotte: No se rían... Esto no es gracioso... Me siento como una lolita... (Se tira sobre su cama) Es todo, ya me deprimí.
Las muchachas intentan animar a Charlotte, pero esta hace oídos sordos a todo lo que dicen, mientras intenta pensar. Si Akihide tenía esa edad... ¿Por qué actuaba con tanta inseguridad frente ante las otras personas? No, eso solo sucedía con ella, pues podía jugar tranquilamente con Selenia, y en el rodaje del videoclip se comportó con mucha soltura (hasta resulto seductor). Frente a las fans no parecía nervioso. Lo mismo pasaba con Ximena... ¿Porque con ella? De repente, fue expulsada de sus pensamientos por las palabras de Tsugumi.
Tsugumi: Aki-san quiere ser padre antes de los cuarenta. O sea, está buscando a la madre de sus hijos.
Selenia: Si los tiene con Charlotte, va a mejorar la raza, eh?
Tsugumi: En un reportaje dijo que quiere tener unos tres o cuatro hijos.
Atsuko: (mientras cuenta con los dedos) vocalista, guitarrista, bajista y baterista... Va a tener una banda completa.
Megg: Breakerz-chan.
Charlotte: (rozando el mal humor) Tengo sueno. Vayan a dormir. (Se levanta y corre hasta el baño)
Selenia: (a las demás) Les dije que eso la volvería en sí.
Para cuando Charlotte regreso al cuarto, Maya, Tsugumi y Atsuko ya se habían ido y Selenia y Megg estaban cambiadas y listas para, después de ir al baño, acostarse a dormir. Una vez que todas están listas, apagan la luz y duermen hasta el día siguiente, un lunes, en el cual ya no encontrarían a los muchachos. Esto les resulto un poco pesado, sobre todo a Selenia, quien se sentía como alma en pena andando por ZR sin molestar o ser molestada, o sin Obatta dando órdenes de aquí para allá. Solo se limitaba a entregar fundas de ropa y seguir las instrucciones que el jefe de vestuario dejo para ella.
En cuanto a Megg, se le hizo raro no ver a Shinpei entrando en la cafetería como todos los días, buscándola con la mirada mientras sonreía confiadamente. La jornada exenta de aquella cotidianeidad se volvía muy pesada, sobre todo porque sentía que unos sujetos extraños observaban todos y cada uno de sus movimientos. Estaban sentados en la misma mesa que ocupaba el guitarrista de lentes, pero el aspecto sospechoso que tenían no le inspiraba ni la menor confianza. Si iba a un lado, ellos dirigían los ojos hacia ese sitio, si se acercaba a la barra, no iba sola ya que las miradas de esos hombres la acompañaban. Lo peor de todo es que jamás se marchaban. Desde que llegaron, además de vigilarla, permanecieron allí toda la tarde hasta que terminó su turno y debía regresar al edificio.
Una vez que la rubia abandono el salón para cambiarse en la oficina y regreso para retirarse, los sujetos desaparecieron… Al fin podía respirar tranquila aunque fuese por un breve momento. Y digo breve porque lo fue: apenas salió de la cafetería y piso la vereda, reconoció a los hombres parados en la cuadra de en frente y ya resultaba muy evidente que estaban observándola con sumo descaro… “Selenia… Es mejor ir a ZR para esperarla y que me acompañe”. No lo pensó dos veces y se puso en marcha, giró hacia un costado para comenzar su camino, pero tropezó con alguien que iba en la dirección contraria.
Megg: (apenada, levanta la cabeza para disculparse) Gomen nasai… ¿Eh? (reconoce a la persona con la cual tropezó) ¿KyunHo san? ¿Estás bien?
KyunHo: (acompañándose de una pronunciada reverencia) Meggara san, Gomennasai. Yo soy quien se disculpa. Estaba distraído.
Megg: (vislumbrando una posibilidad: tal vez él podría acompañarla hasta su destino) ¿Vas al edificio para visitar a Maya?
KyunHo: Chigaimasu [6]. Selenia san [7] me pidió que pase por aquí para acompañarte al edificio.
Megg: ¿Selenia? ¿Es que ustedes se conocen?
KyunHo: Si ella no te lo dijo, creo no ser el más apropiado para contarte por qué. Solo quiero pedirte que me permitas acompañarte, si no existe algún problema.
Megg: (un poco inhibida por tanta formalidad) Claro, no tengo problema.
Sin tiempo que perder, Megg inició su regreso al edificio, acompañada de cerca por KyunHo, quien, por algún extraño aspaviento, no caminaba a su lado sino un poco atrás, casi como un guardaespaldas. Nuestra rubia protagonista no sabía bien cómo reaccionar, pues le incomodaba tener a alguien detrás de ella, pero… no sabía cómo pedirle que caminara a su lado. Si marchaba con lentitud, él hacía lo mismo, pero si avanzaba rápido y luego se detenía por un segundo para dejarse alcanzar, aquel joven mantenía la prudente distancia. Este KyunHo era más tímido de lo que parecía… o de lo que Maya había dicho. En cuanto a la charla, ni hablar… A cualquier pregunta contestaba con puros monosílabos o frases cortas. Le pregunto sobre Corea del Sur, y solo dijo que era un país bonito, sobre Seúl respondió algo similar… Ni de cultura o comida obtuvo algo significativo, solo que algún día les invitaría Kimchi, prepararía una buena cantidad y la llevaría al edificio, y que los japoneses lo miraban raro por abrir las puertas para que pasen las mujeres. Su última alternativa era intentar con la música. ¿Diferente resultado? No, para nada. Megg mencionó a sus bandas favoritas, Miss A y Sistar, pero no compartían los gustos. KyunHo gustaba del Rock fuerte y brillante más que del Kpop, por eso prefería la música japonesa y acudía con frecuencia a los recitales. ¿Le gustaba el rock? Por fin una buena señal.
Megg: ¿Conoces a una banda llamada Breakerz?
KyunHo: Si. Pero no es de mis bandas favoritas. Sus canciones son muy… como decirlo… muy sucias. ¿Te gusta esa banda, Meggara-san?
Megg: (recordando que ella no conocía muy bien los temas de Breakerz, solo escucho algunos que Selenia le había mostrado y nunca se concentró demasiado por entender lo que decían) Yo... No soy de escuchar Rock, pero ellos no me caen mal.
KyunHo: (apenado) Una parte de sus canciones es… así. Pero también tienen canciones sensibles e interesantes, como Nanzenkai Nanzenkai [algo así como rezaré]. Espero no haberte ofendido diciendo que no me gusta el Kpop, pero realmente es así. Me aterra un poco tener que acompañar a Maya al recital de Big Bang del mes próximo.
Megg: (muy atenta) ¿Big Bang viene a Tokyo? No lo sabía.
KyunHo: ¿También te gusta esa banda?
Megg: Si. Entre las Boybands son una de mis favoritas, aunque no conozco muchos grupos masculinos. ¿Habría algún problema en que vayamos con ustedes?
KyunHo: ¿Por qué estas usando plural?
Megg: Porque seguramente Charlotte querrá venir conmigo, y Selenia también. Aunque no es muy fan, simpatiza con el Kpop.
Kyunho: (reflexivo) Supongo que si va Selenia-san no me sentiré tan extraño entre las fans… Sera Bueno que nos acompañen.
Megg: (pensando) “¿Por qué habla de Selenia de esa forma? ¿De dónde se conocen estos dos?” (A KyunHo) Yo le preguntare a Maya…Por cierto… Omedetoo gozaimasu (ante la mirada extrañada del joven, siente que tiene que ser más clara) Maya nos contó de los planes de boda, así que… Omedetoo. Ella es realmente divina y muy linda, así que creo que será una buena esposa.
KyunHo: (Sonríe con timidez y se cubre la boca con la mano mientras tiene los dedos flexionados hacia adentro) Hontoo ni… arigatoo gozaimasu [8]. Lo lamento mucho por los hombres japoneses, pero desde que vi a Maya supe que quería que sea mi esposa… supongo que fue porque la conocí en un recital de una banda de Heavy metal.
Megg: Que lugar para conocer a la esposa…
KyunHo: No creo que sea malo… Los esposos deben ser compatibles y tener gustos similares.
Mientras sucedía esta charla, ya habían llegado hasta el edificio, en cuya entrada estaban esperando tres hombres… ¡Tres hombres! ¿Eran los extraños sujetos del café? No. Casi al instante pudo reconocer Megg la sonrisa de piano que siempre lucia Hernán, así que los otros dos seguramente eran sus amigos, entre ellos el tal Jonathan. El muchacho de amplia sonrisa, al ver a nuestra protagonista, corrió a saludarla con mucha simpatía, y ella lo recibió de igual forma, pero él se puso tenso al ver que KyunHo la acompañaba.
Hernán: (de forma intrigante) ¿Qué haces con este coreano?
Megg: ¿Cómo sabes que es coreano?
Hernán: (a KyunHo) ¿Podes decir lalala?
KyunHo: (repite extrañado) ¿Lalala?
Hernán: (nuevamente habla a Megg) ¿Ves? Un japonés no puede hacer eso.
Megg: ¿Por qué están ustedes tres acá?
Hernán: Diego sabe la dirección porque la tal Selenia se la dio, Jonathan necesita hablar con le pelirroja amiga tuya… y yo vine de metido, nomas.
Megg: Tenés esperanza de que salga Atsuko, ¿no?
Hernán: ¿Ella vive con ustedes?
Como llamada por el destino, justo salen Atsuko y Tsugumi del edificio, murmurando con voz clara que tenían que hacer compras (es decir, que la primera tenía que acompañar a la segunda), y al dar media vuelta, se encuentran sorpresivamente con ese recargado panorama. Apenas saludan a Megg y KyunHo con la vista cuando ya se tropiezan con los otros muchachos. Está de más decir que cuando la seria joven japonesa distingue al pesado que ronda AoRingo, retrocede un paso y quiere regresar al interior del edificio, pero es frenada por su compañera, quien insiste en ser acompañada ya que no está Selenia.
Por su parte, Hernán se les aparece enfrente con suma rapidez y se ofrece a acompañar a ambas, pero Atsuko se niega y empuja levemente a Tsugumi para que vaya con él, diciendo que ahí tenía compañía. El muchacho, mientras insiste en que no tiene problema en ir con las dos, y esta vez la chica más alta fue la que rechazó la idea, pues Hernán no le resultaba confiable. Tanto “que sí” y “que no” despiertan las risas de sus espectadores, hasta ese momento mudos, que no pudieron contenerse, sobre todo los amigos del joven sonriente, que no mezquinaron burlas y bromas en castellano, uno claramente argentino, y el otro más bien centroamericano, pero de tono argento.
Este suspense se terminó cuando iba llegando Selenia, moviendo los brazos como niño alegre y al parecer murmuraba una canción. Por primera vez Megg veía la curiosa forma de caminar de su amiga, pero poco a poco distinguió que no era lo que creía… La simpática extranjera estaba en lo que ella llamaba estado “zombi”, en el cual hacia tonterías para no aparentar lo cansada que estaba en realidad… Debió ser un día muy duro. Ganas no le faltaban de correr hacia ella y darle ánimos, pero… se detuvo a mirar tras un poste de luz, del cual salió un brazo… ¡Un brazo en un poste de luz! ¿Qué era eso? ¡¡Recorcholis!! Selenia seguía parada tras el poste mutante, hablando con él, hasta que finalmente se apartó un poco para dar lugar al dueño del brazo: Nadie más y nadie menos que Charlotte, quien se había escondido de Jonathan. ¿Por qué la presencia de ese muchacho le resultaba tan fastidiosa? ¿Por qué mientras se acercaba a ellos tenía esa expresión de desagrado?
Charlotte: (a todos) Konbanwa. (Evidentemente a Jonathan) ¿Qué haces acá?
Selenia: (a todos) Konbanwa. Ya va a ser hora del dorama.
Jonathan: ¿Por qué siempre tenés esa cara cuando hablas conmigo? Hasta parece que te molesto…
Charlotte: No parece… ¡Me molestas!
Jonathan: Necesito hablar con vos sobre algo importante.
Charlotte: (con intenciones de entrar, le da la espalda) No me interesa hablar con vos.
Jonathan: Es sobre lo que paso en Yokohama.
Charlotte: (se detiene y vuelve a mirarlo, al principio de forma reflexiva, rozando la incredulidad, pero luego se relaja) Te voy a pedir que seas breve.
Jonathan: Pero no puedo hablar frente a todos…
Charlotte: (con autosuficiencia) Está bien. Vamos a caminar. (A Selenia, antes de que proteste) No pasara nada. Sé lo que hago.
La pelirroja comienza a caminar sin esperar que Jonathan se ponga en marcha, por lo cual él se ve obligado a seguirla a paso acelerado. Mientras, Maya sale a recibir a KyunHo, que conversaba con Diego, el muchacho alto de acento centroamericano, muy afectuosamente, Selenia y Tsugumi van de compras, y Hernán invita a Megg al cine para ver una película cuyos boletos ganó en un concurso. Se trataba de un film de animación (anime) sobre robots con una onda muy freak que no le resulto agradable, así que tuvo que rechazarlo. Le apenaba no poder acompañar a su amigo, pero… De pronto alguien se metió en la conversación por interés en la película… ¡Atsuko! A ella le encantaban los animes sobre robots, y estaba muy interesada por esa proyección, sin embargo… ¿soportaría ir con Hernán? Después de pagar la deuda, quedaron un poco cortos de efectivo y faltaba una semana para que reciba su salario de la cafetería (el cual estaría recortado por un adelanto que anteriormente había pedido)… ¿Valía la pena ver esa película, teniendo que aguantar a ese fastidioso joven? Aunque se trataba de los Hajikengers [9]… Los Hajikengers… ¡Los Hajikengers merecían ese sacrificio!
Cómo ya les dije, todo eso ocurría mientras Charlotte fue de caminata con Jonathan. Esperaba no hacer algo en vano, o que él se valiera de cualquier excusa para atraer su atención (o algún acto infantil del cual era muy capaz) pero no fue así. Ciertamente se agradeció a si misma por haber decidido acompañarlo y escuchar sus palabras, cuyo propósito era advertirle sobre Ximena de manera más clara en comparación con la de Akihide. Le revelo que ellos eran amigos de esta mujer, especialmente Hernán y Diego (al parecer, este último estaba interesado en ella), casi desde que llegaron a Japón porque vivían en Minato, cerca de Roppongi y los cuatro eran latinos. Al principio, la mujer morena le pareció buena persona y simpatizó mucho con ella, pero… Todo cambio desde la tarde en la que se encontró con Akihide. De ninguna forma era la misma… Parecía estar obsesionada con ese tipo. Si bien antes le comento que una vez se había arrepentido de dejar a alguien a quien todavía amaba, no creyeron que llegaría a esos extremos, y últimamente culpaba a nuestra pelirroja protagonista por no poder recuperar el corazón del pelilargo guitarrista. Les comento que lo había convencido de ser muy viejo para estar con una joven de veintidós como si fuese una gran hazaña, y no lo era. Los invitaba a cenas y viajes con el único propósito de perseguirlo y atormentarlo. Jonathan temía que Ximena intente algo en contra de Charlotte.
Jonathan: (concluyendo su extensa explicación) No sé qué es lo que pueda hacerte, pero... Ella es muy astuta y tiene bastantes recursos. Yo necesito saber que vas a estar bien.
Charlotte: (aunque estaba preocupada, intentaba disimularlo con mucha seriedad) Si algo llega a sucederme, cuento con el apoyo de Megg, y sobre todo con el de Selenia. Te agradezco la preocupación, pero no necesito que estés al pendiente de todo lo que me pase.
Jonathan: Charly… Ya no seas tan dura conmigo. Si te digo todo esto es porque te quiero bien. Podría estar ayudando a la loca de Ximena como ella lo propuso, pero en vez de hacer eso decidí venir a verte.
Charlotte: Si podes llevarle un mensaje a esa de mi parte, decile que la telenovelas son solo ficción, que no se las crea y que no actúe como la villana… Y vos… Ya que tanto decís que me queres, ¿qué es lo que te gusta de mí?
Jonathan: ¿A quién podrías no gústale…? Sos hermosa y…
Apenas escucha eso, Charlotte decide marcharse, sumamente decepcionada. ¿Cuántas veces escuchó la misma respuesta? “Me gustas porque sos linda” “Lo que más me gusta de vos es esa preciosa cara”… ¿Acaso estaba maldita? ¿Acaso nadie podía verla más allá de una cara bonita? No… Alguien lo había hecho. “Una personalidad profunda y fuerte, pero cálida a la vez, misteriosa y también magnética.” Repentinamente se vuelve hacia Jonathan.
Charlotte: Ojala no fuese bella. Ojala solo fuese una chica común, y seguramente dejaría de gustarle a muchos hombres, excepto a uno, al más imbécil de todos.
Ni siquiera estaba terminando aquella última frase cuando le volvió la espalda y regresó al edificio caminado a toda velocidad. No tenía la mente clara ni quería pensar, resultaría mejor hacer otra cosa para distraerse, para abandonar ese estado de turbación. Tal vez se sentaría con Selenia y Tsugumi mientras veían el dorama, e intentaría entenderlo con ellas. Si era tan interesante como ellas dos lo hacían parecer, dejaría de lado las ideas confusas que pretendían apoderarse de su cabeza y que ya estaban causando una rebelión. Akihide, Ximena… ¿Cómo es que terminó metida en todo eso? No, no… Pensamientos atrás, pensamientos atrás. ¿Por qué Jonathan fue a advertirle todo eso? ¡Ahora se sentía insegura! ¡Pensamientos atrás, pensamientos atrás! Si seguía así, se volvería loca, Ni siquiera estaba prestando atención al camino. Apenas se dio cuenta de que había caminado alrededor de la manzana dando dos vueltas completas y que estaba pasando de la entrada del edificio, algo que por suerte no paso, ya que encontró a Tsugumi y Selenia, o más bien ellas la encontraron y detuvieron para recordarle a donde debía entrar.
En los dos días siguientes Charlotte pensaba involuntariamente en lo mismo, y esta vez no había posibilidad de sentarse en el mismo banco de la plaza y encontrarse con Akihide. Esta vez él no estaba ahí para ella. Momentáneamente la literatura la distraía, pero las ideas a escribir escapaban de su cabeza, incluso intentando anotarlas se perdía. Apenas lució entusiasmada cuando KyunHo llevó kimchi, una comida oriunda de Corea del Sur que siempre le llamó la atención. Y ya que mencioné al muchacho coreano, déjenme contarles que como a Maya le dio tanto gusto verlo (si, enserio), le pidió que acompañar nuevamente a Megg, debido al episodio con los pandilleros que él presenció, así tenía la excusa perfecta para visitarla. Y en esas dos ocasiones conversaron un poco más cada vez. De a poco KyunHo dejaba de mostrarse tan distante, incluso le confesó que si había un par de grupos Kpop que, si bien no le gustaban, le resultaban llamativos, y entre ellos estaba Miss A, el grupo favorito de nuestra dorada protagonista. Esto provocó que ella le recomendara sus canciones favoritas, y a cambio el muchacho anoto un par de nombre de bandas japonesas que no podía dejar de escuchar, sobre todo pop (el género favorito de Megg), en especial Arashi, Kat tun, News y  Home Made Kazoku. Sobre bandas femeninas se disculpó por no poder recomendar alguna, pero casi no las escuchaba.
La tarde del jueves, cuando salía del trabajo, Megg se encontró a KyunHo parado cerca de la puerta, acompañado de Maya… y por un momento, le pareció raro, incluso le dio un escalofrío desde la base del cuello hasta el coxis. Temió que la muchacha japonesa se sintiera disgustada con ella porque la última vez su novio y la rubia protagonista llegaron al edificio muertos de risa por una broma muy graciosa que surgió. Quizás ver que él comenzaba a sentirse cómodo al lado de Megg, y que lo mismo ocurría a la inversa, despertaba su desconfianza. Afortunadamente, sus temores eran infundados. Maya acompañaba a KyunHo con otro propósito: como los últimos días Charlotte estuvo un poco deprimida, propuso llevar a las tres extranjeras a conocer la Torre de Tokyo. Los dos estaban ahí para conducirla hasta el gimnasio y de allí ir a ZR en busca de Selenia. ¡Brillante idea! ¡Manos a la obra! Lo único malo del asunto es que Atsuko no podía acompañarlos, pues desde el lunes arregló ir al cine con Hernán, muy a su pesar, para ver la película de los Hajikengers. Solo esperaba que lo disfrutara… y que su amigo no lo arruine (porque, ya podía decir que era su amigo).
Siguieron este recorrido hasta el trabajo de Charlotte, del cual la vieron salir con los mismos ánimos de los últimos días. Aunque le sorprendió verlos ahí, su rostro lo expresó levemente, y ni siquiera se dibujó en él una sonrisa. Cuando ya estaban los cuatro juntos, decididos a partir a ZR, recibieron un mensaje de Tsugumi, en el cual les pedía que se acerquen nuevamente al café, ya que Selenia estaba regresando al edificio en el momento en que fue contactada por su amiga japonesa y prometió esperarlos ahí. En cuando a ella, se encontraba también camino a AoRingo. Sin más que hacer, regresaron a la cafetería, en cuya vereda Charlotte resbalo por pisar una baldosa floja. Afortunadamente no termino en el piso y apenas se llevó un susto, casi nada comparado a aquella vez en que su taco se rompió dentro de la cafetería. En esa ocasión de verdad sintió miedo de lastimarse, pero estuvo a salvo... gracias a que Akihide la sostuvo a tiempo. Parecía que paso tanto tiempo desde ese incidente.... ¡Pensamientos, atrás!
Por fin se reunieron con Tsugumi, quien llego a las corridas, y continuaron el camino hacia la estación del tren subterráneo que estaba en la cuadra posterior. A la vuelta de la esquina, Megg detiene al grupo para sentarse sobre unos escalones y atar los cordones de sus zapatillas y no volver a tropezar con ellos. Mientras tanto, la pelirroja echa un vistazo a los alrededores, pues el lugar le resulta familiar. Y como no, si estaban frente al centro recreativo... ósea, los escalones sobre los cuales estaba sentada Megg eran los mismos a los que ella acudió cuando, presa de la angustia e impotencia, se sentó a llorar amargamente... y de nuevo sus pensamientos y recuerdos la llevaban a Akihide, quien aquella vez la cubrio con su paraguas, abrigo con su bufanda, le ofreció un abrazo cálido y un hombro sobre el cual desahogarse... en verdad parecía que paso mucho tiempo a todo eso, ¿por qué se atormentaba de nuevo.
Listo aquel asunto con los cordones, se acercaron a la estación... que estaba frente a las oficinas donde ella trabajo como promotora para san Valentín, y justamente de ese lugar salía un policía uniformado... el universo complotaba en su contra, pues otro recuerdo llegaba sin ser llamado: el momento en que Akihide, disfrazado, la rescató de los insoportables pandilleros. Ella estaba tan asustada, pensaba que no tenía forma de escapar, cuando apareció él, intimidando a esos rufianes con un arma falsa y tono autoritario. Había pasado solo un mes de eso, ¿por qué le parecía tan lejano? Su mente vagaba sin sentido y sin hacer caso a sus órdenes. ¡Está bien, pensamientos, hagan lo que les plazca!
    Ya estaban en la estación del tren subterráneo, caminando en una fila de hormigas, guiados por Selenia, que ya parecía cocinera de tanto cortar el paso [para más aclaraciones, Clic]. Gracias a sus prisas tomaron un tren rápidamente hacia Minato, el cual tardo casi diez minutos. Como odiaba el transporte público, que a esa hora estaba muy lleno, la pelirroja conectó sus auriculares y se separó del mundo al ritmo de T-ara, Big Bang y algún que otro tema de Lar'c en Ciel. Si Breakerz invadía su reproducción (de música, ojito malpensados), lo cambiaba sin pensarlo. Megg tuvo que tirar de su brazo para avisarle que iban a bajar en esa estación.
Ya dentro del distrito de Minato, tenían la opción de ir en bus hasta la torre o caminar unas... varias cuadras. Sin mayor problema, optaron por la segunda, aunque hubiese sido mejor para Charlotte no hacerlo: apenas avanzaron un poco y reconoció el museo al cual la llevó Akihide en su primera cita... ¡Qué recuerdos! Ella y el comentando obras de arte, descubriendo interpretaciones, con los brazos entrelazados y una sonrisa a cada instante, compartiendo un café y atrapando a tres espías (risas mentales) Ay, Daigo Naito, algún día voy a cobrarme esa. Todavía podía sentir cercana la voz cálida del guitarrista hablándole serenamente, pero con mucha autoridad, ya que sabía perfectamente lo que decía.
Regreso los auriculares a su oído para alejar a los pensamientos posesivos y... ¿qué fue lo primero que escucho? Tell me goodbye de Big bang, una de esas melodías inspiradoras de suicidios, como las llamaba Selenia, de tan melancólicas que suenan. Cambio varias veces, pero solo encontraba melodías similares. Hasta el reproductor esta en mi contra, pensaba. Bien, ahora no solo estoy deprimida, sino también de mal humor.
¿Que faltaba para cerrar la noche con broche de oro? ¿Qué transmitieran el videoclip en una pantalla gigante? No, las energías del universo no odian tanto a Charlotte (¡¿?!), pero, a pocas cuadras de llegar a la torre... distinguió el restaurante de sushi, el mismo al que la llevo Akihide... rollos japoneses, sake, la molesta presencia de Ximena y Jonathan... esa noche perdió todo su encanto gracias a aquellos molestos, sobre todo por aquella víbora que interfería con su romance. ¡Desde que ella apareció, todo se fue al demonio! ¿Qué clase de palabras uso para convencer a Akihide de que era una especia de viejo verde? ¿Qué clase de ideas tormentosas metió en su cabeza? Pero no toda la culpa era de ella. Akihide no debió prestarle atención... pero si el tenía una imagen que  cuidar... por ese lado Ximena se aprovechó de él. Es decir, él no es del todo ingenuo, sino que ella sabe cómo manipularlo...
Este paseo ya no le hacía gracia alguna, sino que despertaba sus recuerdos: el momento en que se conocieron, a las corridas y cayendo accidentalmente, y los posteriores encuentros, el cumpleaños de Selenia, su salida indignante, llorosa y fría del centro recreativo, el trabajo en el videoclip, san Valentín, la cita en el museo, la cena en el restaurante... recuerdos bonitos que ahora le generaban un vacío en el pecho. ¿Por qué los recuerdos bonitos se convierten en los más tristes? Es recorrido... en todas partes tenia escrito aquel nombre... Akihide. Con cada kanji, cada kana, cada letra en carteles luminosos. Allí estaban todas las letras y todos los símbolos, en una sola línea, como si estuviese armando un crucigrama. ¿Era el mundo complotado en su contra o el destino lanzando un alarido, como si preguntara: ahora si merece el privilegio de ser perseguido?
Una gota cayó sobre el dedo pulgar de su mano izquierda... ¿Acaso caída del cielo? No, estaba llegando de los ojos de la pelirroja. Esto la obligo a detenerse un momento, sorprendida de misma... ¿Estaba a punto de llorar? ¿Por qué? ¿Solo porque quería aclarar las cosas y no podía hacerlo? ¿Solo porque si dejaba el orgullo de lado aquella vez en Yokohama y le hablaba con sinceridad sobre sus sentimientos, hubiese logrado que Akihide desista de aquella absurda idea y ella ahora no estaría en este estado? ¿Solo porque Ximena disfrutaba de su infelicidad? ¡Alguien disfrutaba su desdicha! ¡Solo la gente miserable hace esas cosas! ¡Estúpido Akihide! ¿Por qué le haces caso a esa despechada que solo quiere vernos tristes? ¿Por qué te fuiste y no estas aquí ahora, para tranquilizarme, como aquella vez, en la plaza...? Esa noche... con tu voz atraída por el viento y el sonido de la guitarra... fue tan reconfortante... que quisiera escucharla nuevamente...  una vez más, o voy a enloquecer ahora mismo.
Megg: (llamando a su amiga con mucha delicadeza) Charlotte... (Cuando la pelirroja levanta la vista, vuelve a hablarla, impresionase al ver sus ojos enrojecidos y empañados de lágrimas que ella intentaba contener) ¿Charly, estás bien?
Como caída del cielo, o elevada del infierno llego esa pregunta, pues apenas la escuchó, los brazos de Charlotte se apoderaron de Megg, y sobre su hombro rompió en llanto tan súbitamente que la muchacha de cabello dorado no estaba preparada para ello y no sabía que palabras podían consolarla. El resto del grupo se aproximó hacia ellas, a excepción de KyunHo, quien no se sentía con derecho para alentar a Charlotte, y Selenia, porque... simplemente no se creía ayuda en ese momento. Lo único que atinaba a decir era: ¿A quién tengo que golpear? Con expresión ruda y algún que otro ademan intimidante. Jamás funcionó esa frase, salvo que sea cuestión de rabia y no de melancolía, como en esta ocasión. ¿Qué decir, o que hacer? La vida no le había enseñado a consolar a la gente, sino a defenderse de esta... Eso era... ¡Eso!
Aparto a las chicas de la manera más educada que pudo hasta llegar a Charlotte. La arrebato de los brazos de Megg usando toda la delicadeza que tenía disponible y, convocando la mirada de su amiga, se lanzó a correr sujetándola por un brazo. Aunque no entendía nada, la pelirroja corría tras ella por alguna razón que no podía explicar, hasta que las explicaciones comenzaban a asomarse frente a ella. A la simpática extranjera no importaba a cuanta gente estaba empujando mientras murmuraba Doozo, tal vez arrojo a alguien al suelo (no se extrañen), y no se detuvo hasta llegar a su objetivo: ¡ya estaban frente a la torre, a sus luces mágicas y el encanto japonés que también embargaba al monte Fuji! Ese lugar maravilloso las hipnotizo por un momento, incluso la fascinación seco los ojos de Charlotte.
Selenia: (decide por fin romper el silencio y rodea los hombros de su amiga con el brazo) ¿Que hace mi Charlotte llorando acá, en el lugar al que llegamos después de tanto esfuerzo? Estuvimos años estudiando duro, privándonos de salidas y diversiones... No puedo pedirte que sonrías siempre, aunque eso me encantaría, pero... hagamos que valga la pena.
Después de decir esas palabras casi mágicas, dirigió una mirada enfática y encendida a su amiga. Esta se sintió contagiada por aquella especie de pacto silencioso y, con la misma expresión, asintió levemente. Se les acerco Megg, como pidiendo que no la dejen a un lado, así que Selenia la llamó y le rodeó los hombros con su brazo libre, repitiendo para las dos: Hagamos que valga la pena. Acompañando todo esto, libero los hombros de las muchachas y adelanto un brazo, sosteniendo en su mano una copa imaginaria, con la cual dedico una suerte de brindis a sus amigas. Las tres levantaron la vista, contemplando la Torre de Tokyo (Megg con cámara en mano), y respiraron el aire de la ciudad frente a uno de sus símbolos más representativos...
 “Hagamos que valga la pena...”
Apenas se dieron cuenta de que habían perdido a los demás, solo los notaron cuando ellos las alcanzaron y se quedaron los seis contemplando la torre. Nuestras protagonistas murmuraban frases como: esto es Tokyo, estamos en Tokyo con mucho entusiasmo solo por ver una enorme antena. ¿Cómo se sentirían al ver toda la ciudad? Tsugumi y Maya lo pensaron casi al mismo tiempo, así que propusieron ir al mirador de Roppongi lo más rápido posible, para regresar temprano al edificio a cenar y no tener que subir al último tren, abarrotado de gente. Selenia y Charlotte (ya de mejor humor) aceptaron de inmediato cuando Megg apoyó la idea, pues no quería que sus amigas perdieran esa maravillosa vista nocturna.
Nuevamente a la prisas llegaron hasta el mirador. No importaba que el frio viento les golpeara la cara mientras recorrían la cuidad, ni que cuando llegaron y sentían el rostro duro como piedras heladas. Ver la cuidad desde lo alto, con sus luces brillantes e hipnóticas, rascacielos, la mezcla de la modernidad y el estilo tradicional, los enormes edificios que ahora parecían casitas de juguetes… Estaban fascinadas como niñas como un parque de diversiones. Selenia subió unos escalones e imitó la pose y el grito de Leonardo DiCaprio en Titanic, exclamando a sin pudor “Soy el rey del mundo”, el grupo rompió en carcajadas hasta que llegó el vigilante a pedirles que hagan silencio.
Se acomodaron nuevamente, uno al lado del otro: de izquierda a derecha se ubicaron Selenia, Tsugumi, Charlotte, Maya, KyunHo (cerca de su novia) y Megg. Esta última no se dio cuenta de que había quedado un poco lejos de sus amigas, ya que se concentró en tratar de encontrar el Roppongi Hills, lugar en el cual tuvo su primera cita con Shinpei… ¿Qué estaría haciendo él en esos momentos? ¿Estaría en un recital, tocando sobre el escenario? Faltaba poco para que la banda regresara a la cuidad para prepararse para el Spring Fest, y esa idea mejoraba su humor. Ya pasaron cuatro jornadas de trabajo sin que él entre a la cafetería como siempre, y, aunque estaba agradecida por la compañía de KyunHo hasta el edificio, faltaban las divertidas conversaciones sobre cualquier tonterías y los comentarios humorísticos del guitarrista de lentes. Si su amiga pelirroja ya extrañaba a Akihide (según lo que ella creía), y en la cuidad lo veía muy de vez en cuando, ella, aunque se mantenía optimista, ya tenía una ganas terribles de encontrarse con él y conversar nuevamente. Incluso podían tener otra cita… Oh, no… De repente recordó el puerto, el ocaso, ese intento de beso y… ¿En qué estaba pensando? ¿Shinpei podría aprovechar esa cita para besarla? Tal vez… ¿y qué con eso?
Megg, aturdida por las ideas que se le venían a la mente, desvió la vista hacia otro lado, hacia la izquierda… y sus ojos tropezaron con KyunHo, quien miraba la ciudad maravillado, lleno de entusiasmo, sonriendo levemente y con cierta inocencia, por sobre todo con sinceridad. Era una sonrisa vacía de confianza o egocentrismo, que le hacía lucir aún más apuesto de lo que ya era. Ella se quedó observándolo un momento sin darse cuenta, pero no tardó mucho en sentir desagrado por aquella acción inconsciente. ¿Por qué estaba mirando al novio de su amiga? De acuerdo, era guapo y siempre tenía esos aires de príncipe azul o gentleman, pero… Era el prometido de Maya, y ella (Megg) estaba interesada en Shinpei. Nada se le había perdido en la cara de KyunHo, así que apartó la vista velozmente cuando creyó que los ojos de él se dirigían hacia su dirección. Pero, por el movimiento brusco, resbaló del escalón, cómo ya le había sucedido en ese lugar, y por poco termina en el suelo. Gracias a que el muchacho surcoreano se percató de ello y la sujetó a tiempo, Megg no cayó ni sufrió de algún rasguño… sin embargo… ese momento… ¿por qué era tan parecido a lo que pasó con Shinpei? Por suerte él la soltó rápidamente y no la levantó en brazos como la había sucedido antes.
Antes de que ocurra otro incidente, decidieron regresar a casa. Camino al edificio, encontraron a Hernán yendo en sentido contrario, cubriéndose una mejilla con la mano. No quiso explicar por qué y se les escabullo como su fuese agua. Las muchachas no perdieron el tiempo con él, sino que preguntaron a Atsuko directamente, después de despedir a KyunHo y agradecerle por su compañía. De ella, sin embargo, no pudieron sacar información, pues estaba toda ofuscada y con los nervios de punta, reaccionaba mal a cualquier mirada curiosa. Apenas termino su cena en el comedor, corrió a encerrarse en su habitación para evitar las preguntas. Por más que las chicas no soportaran ir a dormir con la duda, no tenían más remedio que esperar a que Atsuko se calmara y les contara tranquilamente si Hernán hizo algo malo, o si la ofendió (algo que de seguro había ocurrido).
Pero aguarden, que Atsuko no era la única ofuscada. Maya, desde que llegaron, no lucia tan alegre como al principio, sino que estaba muy seria. Se les hizo raro que despida a Kyunho con rapidez y que cene en silencio.  Más extraño fue cuando, se marchó a su habitación sin ir a conversar con sus amigas un rato más, como siempre. Así que, mientras Selenia y Megg conversaban con Tsugumi sobre algo que les contare al final (sepan disculpar), Charlotte se acercó a la habitación de Maya para conversar con ella.
Maya: (después de permitir que la pelirroja entre a su habitación) ¿Pasa algo?
Charlotte: (curioseando con la vista) Nunca había entrado a tu habitación… es muy bonita, y muy femenina.
Maya: (extrañada) ¿Entraste para curiosear?
Charlotte. No. Solo… quería preguntarte si estás bien.
Maya: Estoy cansada y solo quiero dormir.
Charlotte: Maya… (Se acerca a ella y la mira afectuosamente) Yo sé que algo te pasa. Y no me gusta verte así. Si no confiás en mi lo entiendo, pero… no me mientas diciendo que está todo bien.
Maya: No es que no te tenga confianza es que… Algo me molesto en el paseo (toma asiento sobre la orilla de la cama y Charlotte hace lo mismo).
Charlotte: No me digas que te sentiste celosa porque KyunHo atajo a Megg, porque eso…
Maya: No. No es por eso. Me parece bien que lo haya hecho y yo confío en él. Pero… si tengo que decir que estoy enojada con alguien, sería con vos.
Charlotte: ¿Por qué conmigo?
Maya: Porque… No te entiendo. No creí que fueses capaz de llorar por Aki-san, si él no lo merece. No tuvo ninguna consideración con vos cuando te pidió que lo trates como a un tío. No entiendo porque él te importa tanto… más que yo.
Charlotte: (desconcertada) ¿Qué?
Maya: (en actitud de puchero) Si, a veces soy caprichosa. No quiero que te vayas con él y me dejes sola.
Charlotte: (con una risa relajada) Ay, Maya. Eso no va a pasar. Akihide es… mi Ojisan, pero vos sos mi amiga, y aunque no nos conozcamos muy bien, yo te tengo mucho aprecio.
Maya: ¿De verdad? Porque yo ya te quiero mucho.
Charlotte: (le estampa un beso amistoso en la mejilla) Yo también te quiero mucho.
Maya: (abraza a Charlotte) Eso me hace sentir mejor… Arigatoo.
Charlotte: (correspondiendo a su amiga) Lo digo porque es verdad.
Maya se aparta levemente de Charlotte y la mira con mucha alegría y entusiasmo, como una niña a la que le dicen que ira a Disney. Esa sonrisa se contagia a la pelirroja y no le extraña que ella acerque su rostro para besarla en la mejilla también, pero… Maya no lo hace. Mueve levemente la cabeza, buscando la boca de la pelirroja y la junta con la suya de repente. Nuestra protagonista no tiene tiempo de reaccionar, no prevé que algo así sucedería. Creyó que Maya hablaba de sus sentimientos de una forma amistosa, no que había llegado a verla de esa forma. Tampoco imagino que… la joven japonesa besaba tan bien, de una forma dulce y suave, pero también cautivadora, tanto que, si a ella le gustaran las mujeres, seguramente correspondería a su beso.

Tsugumi: (en la habitación de las extranjeras) Entonces todo arreglado. Cuando Charotte regrese, díganle lo que acordamos. Yo tengo un poco de sueño y me voy a dormir.
Selenia: Oyasumi!
Tsugumi: Oyasumi nasai. (Abandona la habitación cubriendo un bostezo con la mano)
Mientras ella se iba, Megg regresaba a la habitación ya vestida con el pijama y aseada. Apartó las cobijas para acostarse, entre tanto Selenia agarraba su ropa de dormir y el cepillo de dientes para ir al baño (y pasar por el cuarto de Maya, porque Charlotte ya se estaba tardando mucho, ¿no?).
Megg: (antes de que Selenia abandone la habitación) Selenia… ¿cómo te sentirías si de pronto… no sé… te gustara Orochi-san?
Selenia: (la mira con expresión de sospecha) ¿Estas insinuando que te gusta KyunHo? (cambia el semblante y ríe copiosamente) Nah, es chiste. Orochi no podría gustarme porque es menor que yo. Dormí y no pensés en tonterías.
Aunque Megg también rio, aquel chiste no le causó gracia. Cuando miro a KyunHo en Roppongi, cuando él la sujeto para que no caiga… ¿Por qué su corazón latió tan rápido que parecía que saldría corriendo de su pecho? Esos latidos comenzaban a inquietarla de mala manera. Tsugumi las invitó a ir a Gunma para ver el concierto de Breakerz. Tenía que reencontrarse con Shinpei lo más pronto posible, lo necesitaba realmente. Aquel miedo que sintió cuando concluyó la cita con él, ahora era mucho más fuerte.


Fragmento de una conversación telefónica:
Obatta: (respondiendo a su teléfono celular) Moshi moshi.
Voz: (voz de mujer) Obatta-san desuka?
Obatta: Hai. ¿Quién habla?
Voz: Ojisan… Watashi desu [10]. Ya salí del hospital y no tengo adonde ir, por eso estoy en tu casa. La encargada me dejó pasar cuando le dije que soy tu sobrina.
Obatta: (alterado) ¿Anna?
Anna: Por favor, Ojisan. No le digas a Daigo-sama que estoy fuera del hospital, por favor.

Aclaraciones:

1 Yaa es Hola.
2 Maamaa desu: regular. Okage genki desu: Bien, gracias. Totemo genki desu: muy bien.
3 Anata tachi wa: ¿y ustedes? Todavía dudo entre este uso y Anata gata.
4 Oyakodonburi es una comida que consiste en un tazón de arroz con pollo y huevo.
5 Sanjuusansai es treinta y tres. San: tres, Juu: diez; sai: sufijo que indica la edad.
6 Chigaimasu significa equivocarse (te equivocaste).
7 Los coreanos si tienen la letra L en su sistema.
8 Hontoo ni arigatoo gozaimasu es Te/se lo agradezco mucho (ree formal).
9 Esto es cualquier cosa (se me ocurrió nomas ^_^).
10 Watashi desu: Soy yo.