lunes, 13 de enero de 2014

Moda del capítulo 20!!!

Vamos a la moda, vamos a la moda!!
Selenia:

Charlotte: (cómo va hasta el estudio)

(Y su vestuario en la sesión de fotos)

Meggara:
Esto es todo!! Sigan leyendo, pues solo faltan 9 capítulos para terminar!!!

domingo, 12 de enero de 2014

Capítulo 20: La revancha.

(Llegó la hora)

La oferta estaba sobre la mesa, y la mujer se había ido esa noche, dejándoles tiempo para pensarlo. Pero, para el líder, no había mucho que meditar. Él no tenía problema alguno con la persona a la que debían atacar, más sus compañeros ya planeaban cómo aprovechar la situación a su beneficio. El líder solo miraba la fotografía rasgada de la víctima en cuestión, mientras los demás conversaban.
PANDILLERO 1: Yo no voy a lastimarla. Sería una pena dañar una cara tan bonita.
PANDILLERO 2: ¿Y por qué dijiste que estabas de acuerdo?
PANDILLERO 1: Porque... a cambio de dejarla ir sana y bella, voy a pedirle que me la chupe. (Los demás ríen, excepto pandillero 2) ¿Qué pasa, no te gusta el plan?
PANDILLERO 2: No es eso... pero yo preferiría agarrar al caniche... Tengo muchas ganas de sacudir a esa rubia presumida.
PANDILLERO 3: Pero el caniche no va a estar allí... a diferencia de la pelirroja. ¿Por qué le tendrá tanto odio esa morena?
PANDILLERO 4: Debe ser por un hombre. Yo estoy de acuerdo en dejar ir a la pelirroja a cambio de un service.
PANDILLERO 1: ¿Te sumás a la propuesta, jefe?
LÍDER: No me gustan las pelirrojas, naturales o no. Tampoco las rubias... Pero ellas son la carnada perfecta para atraer a la bonita... Jamás me costó tanto hacer caer a alguien... jamás me sentí tan emocionado peleando... Y me gustaría repetirlo. Si ella va... ustedes pueden hacer lo que quieran con la pelirroja, cortarle la cara como nos pidieron o echarle un polvo, lo que quieran... Pero déjenme a la bonita.
PANDILLERO 1: Pero que gustos más raros, jefe.
LÍDER: ¿Me estas cuestionando?
Los demás quedan en silencio... y su líder disfruta de esa sensación de poder. Debía encontrar una forma en la que él consiga lo que quería... y los demás también. El dinero no importaba, ellos no conformaron un grupo para ser matones, sino para divertirse torciendo las reglas.

En ese momento, en el edificio de Shibuya.
DAIGO: (a Megg y Shinpei) Entonces... ¿está bien así?
SHINPEI: (todavía rodeando a la rubia con los brazos) Bien es poco. Estamos fantásticamente bien, verdad, Meggu-chan?
MEGG: (con la cabeza apoyada en el hombro de Shinpei) Claro que sí. ¿Vas a oponerte ahora, Daigo-san?
DAIGO: Claro que no. Ustedes saben que invertí esfuerzo de mis hermosas neuronas para que pudieran estar juntos, a pesar de las terquedades... (Los mira fijamente) y los malos entendidos. Yo me refería a la prohibición del tal Kishimoto.
TSUGUMI: (peinando con los dedos el pelo de Akihide) Ahh, es tan suave... y huele tan bien.
AKIHIDE: Esta chica me asusta.
CHARLOTTE: (acariciándole el brazo) No te preocupes, ella es inofensiva. No te está haciendo algo malo, no te asustes.
SELENIA: (al resto) ¿Aquí nadie ira con el chisme a Kishimoto, verdad? (Al ver que todos asienten, habla a Daigo) Si ninguno de ellos habla con el sensee, él no sabrá de esto. Y, como no estamos en la vía publica… Kishimoto-sensee no tiene modo de enterarse.
DAIGO: Pero estaban en plena acera. Tal vez paso alguien, no sabemos que es lo que pueda suceder después.
MEGG: (sintiéndose apenada) Es cierto...
HERNÁN: Un momento... (apunta a Shinpei) Él estaba sin lentes. Tal vez no lo reconocieron.
AKIHIDE: Pero la prohibición la tiene ella, no Shinpei.
MEGG: Es cierto... ¿Qué vamos a hacer si alguien vio lo que pasó?
SELENIA: Debieron reconciliarse aquí, adentro y lejos del resto de la gente.
DAIGO: Querías verlos, ¿verdad chismosa?
SELENIA: Claro que no... Solo que... no les conviene andar en lugares públicos de ahora en adelante... igual que Charlotte y Aki-san... Que deprimente.
CHARLOTTE: Los únicos que pueden salir tranquilos son ustedes, ¿verdad?
DAIGO: (entrecerrando los ojos) ¿Por qué siento que ese es un comentario muy mal intencionado? ¿Tan difícil es sentir alegría por lo demás?
CHARLOTTE: No puedo alegrarme por mi misma, mucho menos voy a poder alegrarme por los demás.
SELENIA: Charlotte está sensible...
CHARLOTTE: (Cierra los ojos y junta las manos) Así es. Todos están bien, me gustaría decir lo mismo por mí.
HERNÁN: ¿Y por qué no salen ustedes? Debe de haber un lugar en la ciudad en la que nadie se entere de que sonohito y anohito [1] están juntos?
SHINPEI: Yo conozco uno... Podemos ir allí, Meggu-chan.
MEGG: Pero... ¿Charlotte y Aki-san?
SHINPEI: ¿Querés que nos acompañen? No me parece conveniente...
CHARLOTTE: Yo no puedo salir. Tengo una sesión fotográfica mañana con Fa... (Se interrumpe abruptamente) No pude rechazarla, no tenía excusas.
AKIHIDE: (observando a la pelirroja muy fijamente) ¿con Fahrenheit? (ella se traiciona con un gesto) No puede ser... ¿con todos o con alguno en especial? (Charlotte se pone tensa, pero no sabe que decir) ¿con Calvin Chen? (Ella ya lo observa sorprendida de que haya entendido sus gestos. Él intenta mostrarse indiferente) Ah, perfecto.
TSUGUMI: (decidió sentarse atrás del sofá, con los brazos apoyados sobre la cabeza del respaldo) ¿Te gustaría acompañarla, Aki-sama? Así no tendrías motivos para sospechar.
SHINPEI: Si, es una buena idea. Así no tengo que aguantar tus inseguridades otra vez.
AKIHIDE: (como pensándolo) Bueno... es una buena idea... Un momento, ¿qué es eso de aguantar mis inseguridades?
SHINPEI: Sos insoportable cuando te pones en plan de AkiHime, aceptalo.
MEGG: ¡Que malo! ¿Cómo vas a decirle eso?
AKIHIDE: Ya estoy acostumbrado...
CHARLOTTE: Entonces... ¿querés ir a la sesión? A mí no me molesta, por supuesto.
DAIGO: (mientras los demás continúan charlando. A Selenia) Se acabó la comida. Acompañame a la cocina a servir más (se levanta y va hacia allí, acompañado por la morocha, quien previamente levantó los platos donde estaba todo servido. Él saco una bandeja de la heladera y ambos comienzan a servir) Oh, van a dejarte sola el sábado... Qué pena, ¿verdad?
SELENIA: (a punto de contestarle con un qué te importa, lo piensa bien... y comprende el mensaje) Si verdad... para no pasarlo tan solos, porque nuestros amigos se van de cita,  ¿qué te parece si vamos al cine mañana?
DAIGO: Bueno... si eso te hace sentir menos abandonada, supongo que puedo ayudarte.
SELENIA: Que bueno sos, Daigo-sama. Me siento muy afortunada de poder contar con vos en estas circunstancias.
DAIGO: Me alegro de que por fin te hayas dado cuenta.
SELENIA: (deja de lado el tono suavemente sarcástico por uno más drástico) Ya... entrega el marrón. Es lo que más queres.
DAIGO: ¿Entregar qué cosa?
SELENIA: No te hagas… (Lo mira de pies a cabeza) Sabes a qué me refiero.
DAIGO: (alarmado y sorprendido por haber sido descubierto) ¿Cómo...? Kimi wa hentai desu [2]
SELENIA: Si... hentai... claro... Yo ya te entendí. No soy tan lerda como crees.
DAIGO: Bien, voy a ignorar las tonterías y perversiones que se te ocurren. En fin, ¿qué película veremos?
SELENIA: Es sorpresa. Ashita yoji ni gogo centercinema no Shibuya he isshooni ikimasenka [3]?
DAIGO: Pensé que preferirías que te vaya a buscar.
SELENIA: No, voy a caminar un poco, no estoy muy lejos.
DAIGO: Está bien, pero a cambio quiero que vayas bien vestida. No muy elegante, pero solo lo suficiente para poder decir "por fin te vestís como una mujer".
SELENIA: (con enojo) Mira que voy de traje, te lo advierto. Voy a ir de frac.
DAIGO: (la mira seriamente) ¿Te volviste loca?
SHINPEI: (alto) Los bocadillos están tardando mucho, ¿no creen?
Aun desde sus lugares, Selenia y Daigo suponían que una parte de su conversación fue escuchada por los demás, e inevitablemente sintieron vergüenza por ello. De un lado del mundo o del otro, que metiche podía ser la gente... (Aunque ninguno de ellos puede quejarse por ello). Agarraron los platos para servirlos de nuevo y tomaron asiento, uniéndose otra vez a la conversación, pero esta no se prolongó mucho más tiempo. Pronto la necesidad de no levantar sospechas en el edificio apremió la partida, y los visitantes se despidieron. Primero salieron Hernán y Tsugumi, luego Megg abrazó cálidamente a Shinpei antes de salir, a diferencia de Charlotte, quien se atrevió a besar de manera rápida a Akihide para marchar después. Distintamente a estas dos parejitas, Selenia se despidió de Daigo con un simple Jaa [4], acompañado de un gesto de la mano, respondido por él de la misma forma.
SHINPEI: (una vez que las visitas se marcharon. A Daigo) Que despedida tan fría...
AKIHIDE: (colorado a hablando consigo mismo) ¿Cómo se va a despedir de mí de esa forma, y frente a ustedes...?
DAIGO: No me molestes... búrlate de Akihide, es más divertido.
SHINPEI: No puedo burlarme de él después de lo que acabo de ver. Eso sí, todavía no entiendo cómo es que consigue enloquecer a las mujeres siendo tan... taaaan lerdo.
DAIGO: Te doy la razón. 
AKIHIDE: (dándoles la espalda) Déjenme en paz.
DAIGO: ¿Va a enojarse de nuevo, AkiHime? Te hemos visto en situaciones peores. Shinpei, ¿Recordás lo que le hizo la perra de Ximena en un arranque de celos?
SHINPEI: (entre risas) Cómo olvidarlo, si tuvimos que socorrerlo a las corridas para llevarle ropa (ríe más). Esa loca tiró la suya por la ventana.
Los dos siguen riendo y recordando otras vergonzosas anécdotas con ex novias que había sufrido el pelilargo guitarrista en el pasado, mientras este, exento de la conversación y víctima de las burlas que tan hábilmente Daigo desplazo hasta él, decidió retirarse a su habitación, todavía escuchando las carcajadas que venían de la sala. Esos dos... ¿se aburrirían algún día de burlarse de él? Ya valía todo, hasta un simple saludo... ¿Simple? No tenía nada de simple. Charlotte sí que podía ser osada, no importaba si estaban rodeados de gente... ¿Así sucedían las cosas en su país? "Todavía no entiendo cómo es que consigue enloquecer a las mujeres siendo tan... taaaan lerdo." Con ese comentario insinuó que... ¿Qué cosa? ... A pesar de lo patán que fue con ella, Daigo pudo acercarse a Selenia demostrándole sus sentimientos, y Shinpei confesó a Meggara que la amaba, pero... ¿Y yo? Todavía, desde lo que paso en el edificio, él no había hablado con Charlotte acerca de lo que sentía, pero tampoco lo escuchó de parte de ella... Aunque eso no importaba, hasta que apareció Calvin Chen y capturó las mejores miradas de la pelirroja. ¿Realmente era capaz de ir a la sesión fotográfica sabiendo que ese tipo estaría cerca de Charlotte, acaparando su atención y coqueteándole descaradamente? Ya se había comprometido, no podía echarse para atrás, pues de alguna manera... estando presente nuestro guitarrista y el cantante taiwanés... ¿A quién le prestaría ella más atención?
Comenzamos el sábado, el día siguiente, en el edificio con la partida de Atsuko hacia el campamento con sus compañeros de trabajo, la encargada, las seis meseras de los diferentes turnos, los dos bacheros, el barrista, el cocinero y el encargado de la pastelería... o sea, Hernán. Las muchachas despidieron a su amiga en la puerta de entrada y se quedaron en la sala leyendo como estaba quedando la tesis. Hasta ese momento, el desarrollo de la misma les resultaba muy satisfactorio. Solo faltaba un capítulo más para realizar la conclusión y darla por finalizada. Después llegarían las correcciones del profesor y, si todo estaba en orden, culminaría el trabajo con la traducción del mismo al español, la presentación y defensa en la universidad y en Argentina al regresar... regresar...
SELENIA: (muy seriamente) ¿Qué estamos haciendo?
MEGG: (un poco triste) No lo sé... Yo solo quiero que mi corazón me guie.
CHARLOTTE: (también con un dejo de tristeza) Son las vacaciones ideales... conocemos lindos lugares, buena gente, aprendemos cosas nuevas de una cultura diferente y... tenemos un romance...
SELENIA: ¿Y ustedes lo consideran solo un romance?
MEGG: Claro que no. Shinpei está muy lejos de ser un simple romance para mí.
CHARLOTTE: Es verdad... Yo estoy enamorada de Akihide... No pude evitarlo. (Se vuelve hacia Selenia) ¿Y vos qué nos decís? Ya pensaste en...
SELENIA: Desde el principio. Nunca vi a Daigo-sama con fines románticos y estoy perfectamente preparada para alejarme de él. Esto... solo es el sueño de una fan... y los sueños siempre terminan. (Levanta las manos hacia sus amigas) Pero mientras dure... tiene que valer la pena.
Las dos muchachas sujetan entre las suyas las manos que Selenia dirigió hacia ellas, repitiendo aquella frase: "Hagamos que valga la pena". Ya faltaban menos de tres meses para regresar a Argentina, aproximadamente noventa días. ¿Qué tan rápido podían hacerlos correr?
Cerca de la hora del almuerzo, Selenia se apareció por la cocina. Con esto de contar los días, notó que todavía no cumplió una de las promesas que hizo cuando llegó: ayudarlas a cocinar, y que mejor que preparar una de sus especialidades, cerdo al curry (si quieren conocer la receta, click) acompañado por tallarines y Dangojiru [5]. Las muchachas del edificio quedaron muy satisfechas con el resultado de la receta de nuestra protagonista que ya comenzaron a preguntársela con lujo de detalles.
Para la siesta, y la tarde que se acercaba, las protagonistas comenzaron a escoger lo que llevarían a sus respectivos compromisos. Charlotte tendría que cambiarse en el trabajo, pero como Akihide la acompañaría, eligió ponerse un vestido recto corto en azul con rayas rojas y blancas, y sus botinetas negras. Megg, por su parte, se decidió por un vestido acompañado de zapatillas y un cárdigan, un look bastante sencillo, sino fuese por el esmero de su maquillaje. En cuanto abrieron la puerta, notaron que Selenia estaba por salir con ellas, pero vestida como si fuese a quedarse en casa, decidieron preguntarle si iba al combini. “No, tengo que ver a Daigo-sama en el cine” contestó con mucha simpleza.
MEGG: Wee (impresionada) ¿Y… por qué te vestiste así? Andá más linda, así se queda boquiabierto.
CHARLOTTE: Si, cámbiate un poco. Parece que vas a ir a comprar a la esquina y él, como es tan delicado, va a quejarse de tu aspecto.
SELENIA: Pero que… ¿Cuál es el problema con mi ropa, si es un conjunto muy decente?
CHARLOTTE: Si, tan decente que parece que vas a un seminario de monjas y no a una cita.
MEGG: Yo diría que parece que va al almacén de la vuelta y no al cine.
SELENIA: Ay, por favor… Voy al cine, a un lugar donde se mira una pantalla y no a… (Recordó  lo que Daigo le había pedido) Cierto, cierto, pero… (Comienza a caminar, pero sus amigas la detienen) ¿Qué? Se me va a hacer tarde.
CHARLOTTE: La mujeres tenemos derecho a tardarnos un poco. Volvamos para que te cambies ese estilo tan casero por uno de cita de verdad.
SELENIA: Pero… ¿y sus compromisos?
MEGG: Estamos yendo con tiempo, no te preocupes.
La morocha protagonista se vio obligada a regresar al edificio con sus amigas, quienes de inmediato buscaron nueva muda, chocando con la terquedad de Selenia en más de una vez: “No, eso es muy raro para mí”. “No voy a vestirme así”. “¿Están locas? Es muy corto” y “Eso lo uso para el boliche”, entre otras, pero finalmente encontraron un conjunto que aquella testaruda si estaba dispuesta a usar. Gracias a eso, ya pudieron marcharse nuevamente.
Click para ver el vestuario.
Mientras tanto, en el centercinema de Shibuya, Daigo caminaba de un lado al otro, esperando a que Selenia por fin se reuniera con él, pero ella brillaba por su ausencia. Veinte minutos pasaron cuando se dio cuenta de que, muy probablemente, faltaría a la cita adrede. Tal vez se quedó dormida, o se le olvidó… ¿pero cómo podía olvidarse de una cita con él?
DAIGO: (levemente irritado. piensa) “Esa estúpida se atrevió a dejarme plantado… ¿Qué le pasa?”
SELENIA: (Acercándose a Daigo, con una sonrisa. En voz alta, casi gritando) ¡Daigo-Sama! Konnichiwa.
DAIGO: (da media vuelta para verla) ¿Estas  son horas de llegar?
SELENIA: (sonriendo. En voz alta) ¡Daigo-Sama! Konnichiwa.
DAIGO: (serio) Ya te escuché.
SELENIA: ¿Y por qué no me saludás?
DAIGO: (rezonga) Konnichiwa. (La mira bien) Ah, pero no viniste con frac. Te ves bien.
SELENIA: (ignorándolo) ¿Cómo estuvo tu día? ¿Querés saber porque llegué tarde?
DAIGO: Tu descaro es increíble. Supongo que olvidaste nuestra cita y por eso te retrasaste.
SELENIA: En realidad, como dije a las chicas que iba a salir, ellas insistieron en arreglarme o me imponían prisión domiciliaria.
DAIGO: (reflexivo) Es comprensible. En fin, ya pasó el horario del estreno de la semana.
SELENIA: Pero yo no quiero ver esa. (Le tira de una manga y apunta los carteles de películas) ¡Mirá! Born of Death (vuelve la vista hacia él) Esa es la que me interesa. Es de acción.
DAIGO: (mirando el cartel) No la escuché mencionar. Está bien, veamos esa.
Luego de comprar las entradas y los debidos complementos, Selenia y Daigo entraron en la sala en la que proyectarían la película que eligió ella. Ese film resultó ser un sangriento y sádico gore, con híper explicitas escenas de violencia, mutilaciones y muertes hemorrágicas, psicópatas asesinos y órganos internos que parecían saltar de la pantalla. El vocalista padeció tanta muerte y desfragmentación sin sentido durante la hora y media que duró, mientras que la morocha disfruto de principio a fin. Cuando ambos salieron de la sala, ella iba muy contenta, riéndose de la película, mientras que él, apenas aguantando sus nauseas, quería dirigirse al baño más cercano.
SELENIA: (contenta. Casi gritando) ¡Pero que buenos efectos! Parecían intestinos de verdad. (A Daigo) ¿Creés que los sacaron de una morgue? (nota que él está a punto de desmayarse) Daigo-Sama, ¿por qué estás tan pálido?
DAIGO: (cubriéndose la boca) Necesito un baño.
SELENIA: (agarrándole un brazo y haciendo de muleta) No sabía que eras tan sensible, Daigo-Sama. (Mira hacia todos lados, localizando los sanitarios) Allá están los baños, vamos.
DAIGO: (intenta zafarse, pero Selenia no lo suelta) No me rompí una pierna. Dejame.
SELENIA: ¿Y si te desmayas por ahí? Ni hablar. (Comienza a caminar) No importa si la muleta te queda chica.
Pese a las quejas de Daigo, Selenia lo llevó hacia la entrada del baño para caballeros, y esperó afuera hasta que, con un aspecto más saludable, salió a encontrarse con ella.
SELENIA: (mirándolo de abajo hacia arriba) ¿Vomitaste?
DAIGO: (levemente indignado) ¿Cómo podés preguntar sin más?
SELENIA: No me gustan los rodeos. Las introducciones poéticas no son lo mío.
DAIGO: Con razón no entendés los juegos de palabras.
SELENIA: No me contestaste la pregunta.
DAIGO: Ni lo pienso hacer. Conformate con saber que me siento mejor.
SELENIA: (consultando la hora desde su celular) Es temprano para ir a casa. ¿Podemos ir a otro lado?
DAIGO: (la mira con duda) ¿Otro lado?
SELENIA: Claro… (Piensa) ¿Y si vamos a un karaoke? Cuando vi Love Shuffle siempre estaban yendo y me daba mucha curiosidad saber cómo son porque nunca fui a uno.
DAIGO: ¿Querés ir a un karaoke con un cantante?
SELENIA: Solo quiero ir al karaoke.
DAIGO: (rezonga) Está bien. Vamos. Pero no se te ocurra desafinar.
Estuvieron en el privado durante casi una hora, cantando canciones de todo tipo, internacionales de rock, folck, y música local. Selenia se quedó bastante encaprichada con un cantante que casi destruye los tímpanos de su compañero. Él lograba alejarla del micrófono cada vez que ya no soportaba los sonidos chillones en esos intentos de imitar la canción que había elegido. Aunque debía admitir que sus imitaciones le causaban  mucha gracia. Después de ese tiempo, ambos abandonaron la sala y comenzaron a caminar.
SELENIA: (contenta, casi gritando) Ah, me cansé. Pero es muy divertido cantar sin que haya un público mirando.
DAIGO: (piensa) “Esta tipa… se la pasó cantando canciones de Nana Kitade.”
SELENIA: (continua) En Argentina, los Karaokes están en los bares o confiterías, no tienen muchas canciones y todo el mundo puede verte, oírte y reírse a su gusto. Aunque también, si les gusta, te pagan.
DAIGO: Nunca vi a una chica tan emocionada por ir a un karaoke. ¿Puedo saber porque sólo elegiste canciones de Nana Kitade? (antes de que ella pueda responder, él recibe una llamada en su móvil. Lo revira para ver de quien se trata) ¿Que querrá esta mujer ahora?
SELENIA: ¿Es tu madre, Daigo-sama?
DAIGO: Si (acerca el celular a su oreja). Me desharé de ella en un minuto (comienza a hablar y se aleja un poco.
Selenia lo sigue con los ojos por un momento y luego observa a su alrededor. Avanzando algunos pasos. Le resulta curioso la poca gente que había, por suerte para ellos. Estaban bastante cerca de ZR, y a eso se debía la extrañeza de semejante descongestión… ¿Qué era eso? Un objeto sobre el suelo, le llamó la atención. Se acercó poco a poco, reconociendo una… ¿botineta negra? Sí, eso era. Y le parecía familiar… ¿la había visto en otra parte? Sintió el calzado caliente, como si recién se lo hubiesen quitado, y se fijó en el número, que resultó ser un 37… pequeño para la japonesa promedio, pero no era un diseño infantil. Un momento… Ese día, dos horas antes… ¿A quién vio con ese calzado? Caminó rápidamente hasta la esquina, dio vuelta a la derecha y siguió con el mismo ritmo… para encontrar una segunda botineta en el suelo, también caliente. Ya su corazón se agitaba a más no poder, pues logró recordar que la dueña de esos calzados… era Charlotte…
¿Qué es lo que está pasando?

Charlotte ya estaba frente al edificio de BG, esperando a Akihide para poder entrar a White Dreams y realizar la sesión de fotos… sin poder evitar preguntarse si resultaría adecuado que él esté presente. ¿Y si Calvin Chen se le acercaba sin descaro, como la vez anterior? El actor y cantante no sabía sobre ellos, y tenía entendido que sobre nuestra pelirroja pesaba una prohibición, pero… en la agencia ya todos estaban enterados y guardaban el secreto. Hasta lo sabía Kimura y, al igual que los demás, mantenía silencio, no por cuidado a Charlotte, sino  por respeto al guitarrista… y sus desafortunados romances.
Mientras ella pensaba en todo esto, se le acercó Akihide, sin hablarme, pues la vio muy concentrada. ¿Sobre qué estaría meditando? Seguía con la vista el contorno de su perfil, y siempre le parecía que era casi perfecto porque todas sus facciones encajaban a la perfección y eran muy simétricas, sobre todo los hipnóticos ojos de gato, que de un momento al otro se posaron sobre él… y una sonrisita surgió de sus labios inmediatamente.
CHARLOTTE: ¡Akihide! (Se le prende del brazo) Por un momento pensé que no ibas a venir.
AKIHIDE: ¿Por qué?
CHARLOTTE: Pues… Siempre soles llegar antes que yo.
AKIHIDE: Ah. Creí que había un motivo para que yo no deba estar aquí.
CHARLOTTE: Que tontería. (Mira su celular para consultar la hora) Vamos entrando, que ya es un poquito tarde.
AKIHIDE: (zafando suavemente su brazo del agarre de la pelirroja) Sería muy sospechoso si entramos así.
CHARLOTTE: Ah, lo siento. (Ambos entran por la puerta principal)
Ya dentro del set de White Dreams, muy diferente al de ZR, pues este estaba preparado para sesiones fotográficas y no como locación de videoclip. Fahrenheit y las otras dos modelos estaban en los camarines, así que entregaron a  Charlotte su muda de ropa, un vestido negro con flecos, pendientes que se veían algo pesados y un par de zapados negros de tacón. Akihide se quedó en el lugar, un poco avergonzado por captar las miradas del fotógrafo y su asistente, y de los demás ayudantes que allí estaban... afortunadamente, Obatta, el único que estaba en contra, no se encargaría del vestuario en su día libre... y solo le correspondía ocuparse de ZR.
Unos minutos después, aparecieron los tres miembros del grupo en el set, vestidos uno de azul, otro de rojo (aunque este no estaba muy vestido que digamos) y... su suerte de rival tenía un traje impecablemente blanco. Luego llegaron las dos muchachas, una llevaba un vestido naranja vibrante y la otra uno en beige que daba la sensación de... que estaba desnuda. Ambas dijeron que Charlotte vendría enseguida y saludaron con mucha cortesía a Akihide allí presente.
CALVIN: (mirando desde su lugar) ¿Y ese quién es?
JIRO: Es... Si no me equivoco, él es... (Mira atentamente) Akihide Satoo, guitarrista de una banda llamada Breakerz. Seguramente vino para acompañar a una de las modelos. Se rumorea que está saliendo con una.
AARON: (con la vista en el piso) Dejen a Jiro Wang suelto en Tokyo y se entera de todo.
CALVIN: (mirando a las dos chicas presentes) ¿Con cuál de ellas?
JIRO: No, sale con la que está en el camarín. Háganse amigos de las recepcionistas, ellas lo saben todo.
AARON: Con razón hablabas tanto con la recepcionista de ZR. Estabas buscando chismes.
JIRO: No es por eso... solamente. También es porque... Ichiyo es muy guapa. Pero por culpa del tal Obatta no pude invitarla a salir a algún lugar.
CALVIN: (aun con la mirada clava de Akihide) Así que él sale con la pelirroja. Parece que no todos los hombres le están prohibidos. ¿Que tendrá ese tipo para que ella me haya rechazado a mí? (Camina hasta adonde esta Akihide)
AARON: (con el ceño fruncido) ¿Qué hace?
JIRO: Según el programa de monos que vi ayer porque estaba aburrido, está midiendo quien es el macho alfa.
AARON: ¿Programa de monos? ¿De qué estás hablando?
JIRO: (tirando un poco del brazo de Aaron para que pueda observar) Mira cómo se saludan, es un movimiento decisivo.
CALVIN: (para do frente al guitarrista, bien erguido, luciendo su metro ochenta y seis sobre el metro casi setenta de Akihide) Kimi wa Satoo Akihide desuka? [6] Escuche hablar sobre vos y quería conocerte.
JIRO: (bajo, a Aaron) Hablando primero, y luciendo su estatura, está intimidando a Akihide.
AKIHIDE: (se muestra indiferente y apenas lo mira) Sooka... demo... Dare desuka? [7]
AARON: Acaso... ¿dijo que no sabe quién es?
JIRO: Es bueno... Acaba de rebajar los atributos superiores de Calvin, como su altura y presencia.
CALVIN: (entre sorpresa e indignación) ¿En verdad nunca escuchaste hablar de Calvin Chen o de Fahrenheit?
AKIHIDE: (Todavía con actitud indiferente) No, es la primera vez. En fin... (Le extiende la mano para saludarlo) Bienvenido a BG.
AARON: (contagiado por Jiro) Parece que lo está desafiando directamente.
JIRO: Pero la respuesta de Calvin es decisiva.
CALVIN: Gracias. (Estrecha la mano del guitarrista con fuerza, superponiendo su pulgar sobre el de Akihide).
JIRO: Lo hizo. Con eso mostró su superioridad.
Akihide se queda petrificado, sin saber cómo responder a ese desafío que ya se estaba planteando entre ellos. Era obvio con esto que Calvin no tenía intenciones de respetarlo... ni a él ni a Charlotte.
El fotógrafo llamó a los muchachos del grupo para realizar unas cuantas capturas de los tres solos antes, y así dar un poco más de tiempo a Charlotte, quien un minuto después ya estaba en el set, vestida y maquillada con sumo acierto. El peinado que llevaba también le lucia fabuloso, pues le colocaron extensiones de su mismo color para hacer un semirecogido hacia un lado, respetando sus rulos. Apenas apareció, se acercó a Akihide para preguntarle sobre su aspecto y él quedo atorado con las palabras que luchaban por salir al mismo tiempo. Solo pudo lanzar un repentino "Te ves hermosa" una vez que pudo organizar un poco lo que quería decir. Ella le sonrió con picardía, agradeciendo el halago, y se acercó a los demás luego de deslizar sus dedos por algunos de los mechones de pelo del guitarrista. A excepción de Calvin Chen, nadie se fijó en ese clarísimo triunfo de Akihi... Ay, a mi también se me está pegando lo que dice Jiro.
Vamos a lo interesante: las sesiones de fotos. La primera parejita que comenzó a ser capturada fue la de Aaron Yan, en su impecable azul, y la muchacha vestida de naranja. Él debía mostrarse frío y absolutamente implacable, mientras que ella giraba a su alrededor espolvoreando una alegría tan absoluta que poco a poco destruía aquel muro de hielo. La segunda parejita fue la de Jiro y la joven de beige; él era como la carne desprotegida, y ella la piel que la envuelve y le brinda calor, protegiéndola del mundo exterior, como una suerte de… “maternidad”. Al último, llegaba el turno de Charlotte y Clavin Chen. Hasta ese momento, no demoraron demasiado. Solo tenía que seguir las instrucciones y terminar con ese trabajo.
FOTOGRÁFO: El concepto para ustedes es… el tango. Missu Charotte debe seducir a Calvin-san manteniendo una prudente distancia, y Calvin-san debe perseguirla insistentemente, sin comprender muy bien por qué. (Comienza a enfocarlos con la lente) Hajimemashoo [8].
Obedeciendo al concepto, pero con absoluto profesionalismo, Charlotte realiza sus primeras poses, bastante bien seguida por Calvin. Se mostraba seductora, con un dejo de frialdad, pero él se acercaba cada vez más, un poco más, otro poco más, hasta el punto de hacerla sentir incómoda. Ni la evidente extrañeza de la pelirroja lograba detener al insistente taiwanés… o la sesión, ya que el fotógrafo estaba maravillado con lo “creíble” del concepto. Bendito concepto... Clavin Chen casi se estaba propasando, arrojándole esas miradas intensas y aquellas leves caricias que le hacían saltar el corazón, en una mezcla de nervios... y la inevitable atracción que ella sintió desde el momento en que lo vio por primera vez.

FOTOGRAFO: (En voz alta) Perfecto. Con esto hemos terminado. Estas fotografías serán un verdadero éxito.
TODOS LOS PRESENTES: (haciendo una reverencia el mismo tiempo) Arigatoo Gozaimasu.
Nuestra pelirroja volvió la vista hacia donde estaba Akihide, pero no lo encontró allí. Recorrió todo el set con los ojos sin hallar rastro alguno del pelilargo protagonista. ¿Dónde se había metido? Salió aprisa del lugar para buscar en el pasillo, sin embargo, el guitarrista brillaba por su ausencia. ¿Otra vez se enfadó? Pero si ella no hizo algo malo... solo estaba trabajando, quien intentó propasarse fue Calvin... ¿o es que no pudo resistir semejante descaro? Corrió hasta el camarín para cambiarse a toda velocidad. Quizás lograría llegar a tiempo para encontrar a Akihide, o tal vez el ya no estaba en el edificio BG. ¿Había posibilidades de que conteste el teléfono?
Ya con su ropa, salió rápidamente hacia el pasillo otra vez para tomar el primer ascensor vacío. Vio a sus compañeras en la corrida, y una de ellas le dijo que tenía que esperar a que le saquen las extensiones, pero ella hizo caso omiso. Le importaba más encontrar al guitarrista. Nadie moriría si se retrasaban en devolver unos mechones de pelo, pero Charlotte tendría muchos problemas otra vez con Akihide si no se daba prisa.
Ya estaba en la planta baja, y corrió hasta la salida... cuando escuchó el timbre del celular. Akihide la estaba llamando.
CHARLOTTE: Moshi moshi. Akihide, ¿dónde estás?
AKIHIDE: Charotte, yo me sentí un poco incómodo y fui al baño. Acaban de decirme que saliste de aquí como alma en pena. ¿Qué sucedió?
CHARLOTTE: Entonces... ¿No estás enfadado?
AKIHIDE: No... Estabas haciendo tu trabajo. Yo lo entiendo. (Pausa) Aquí necesitan que regreses a devolver las extensiones.
CHARLOTTE: Claro, ahora subo a... (Repentinamente siente un tirón muy fuerte en el cabello, que le hace lanzar un grito, y una mano que con firmeza cubre su boca. Varios brazos la rodean con rapidez, sujetándole los brazos. El teléfono móvil fue arrebatado de sus manos, pero puedo escuchar que desde el otro lado... Akihide estaba muy preocupado)
Charlotte comenzó a gritar para que la suelten, pero ellos cubrieron su boca otra vez. Ni siquiera reconocía a los tipos que la sujetaban y... estaban arrastrándola. ¿A dónde pretendían llevarla? ¿Por qué nadie la ayudaba? Que tonta pregunta... Estaba en Japón. Las personas no intervenían en asuntos ajenos. Ella sola debería librarse de ellos. Instintivamente lanzó una patada, flexionando la pierna para estar segura de golpear a alguno con el taco de su botineta, pero lo único que consiguió es que uno de los sujetos, alcanzando por su golpe, le levantara el pie para quitarle el calzado y tirarlo a un lado. ¿Qué rayos hizo? Lo peor de asunto fue que, en el trayecto a quien sabe dónde, le quitaron la otra botineta para hacer lo mismo que con la primera y aumentaron la fuerza sobre sus miembros... ¡Estaba casi paralizada!
Por fin decidieron soltarla en medio de una especie de pasadizo solitario, pero estaba rodeada por los cuatro tipos que la arrastraron hasta allí. No tenía posibilidad de escapar... Ahora sí los reconocía, recordaba quienes eran los que volvían a burlarse de sus miedo y angustia... y a ellos se sumó uno más alto, que ya estaba allí esperando, el que faltaba.
LIDER: (a Charlotte, después de mirarla muy fijamente) Hey, vos… estas metida en problemas…
CHARLOTTE: (indignada) ¿Qué estás diciendo?
PANDILLERO 1: (se para frente a ella) Una amiga tuya los pidió que te diseñemos una linda y enorme marca en la cara, pero (la mira de pies a cabeza) Sería muy lamentable que eso ocurra, ¿verdad?
PANDILLERO 3: Te privarías de los millones de yenes que podes ganar con ella.
LIDER: (rezonga) Yo no voy a meterme en eso (se aleja un poco).
PANDILLERO 1: No nos gustaría arruinarte la cara, así que… podemos llegar a un acuerdo.
CHARLOTTE: ¿Quién les pidió que hagan eso…? ¿Quieren dinero? Yo… no traigo mucho encima…
PANDILLERO 4: Lo pidió una tipa morena. Y si quisiéramos el dinero, estaríamos cortándote la cara.
PANDILLERO 1: Queremos que hagas algo por nosotros (se da vuelta para hablar con los demás) ¿Quién está de acuerdo? (al ver que pandillero 3 y 4 levantan la mano, pero el 2 se abstiene) La mayoría está de acuerdo, preciosa, así que lo explicaré claramente: No te cortamos la cara y dejamos que vayas en libertad… si nos haces un service. 
CHARLOTTE: (cerca del asco absoluto) Córtenme la cara. ¡Yo nunca haré algo así!
PANDILLERO 3: (rápidamente sujeta a Charlotte de un hombro y con la misma velocidad la obliga a hincarse de rodillas en el piso y la agarra del cabello con su mano desocupada… imprimiéndole una fuerza tremenda) No importa lo que digas, a nosotros nos gustó la idea.
¿Qué? ¿Planeaban obligarla? Estos tipos estaban locos, ya incurrirían a un delito grave, suponiendo que ella no logre mutilarlos, aunque esa sola idea fuese asquerosa… ni hablar... ¡Jamás se rebajaría a sus repugnantes deseos!
PANDILLERO 2: (por fin se acerca, pero con la navaja en la mano) Estúpidos, si ella prefiere que la corten, háganlo.
PANDILLERO 1: Callate. Es un desperdicio cortarla. A ninguno de nosotros nos importa el dinero.
CHARLOTTE: ¡Si se atreven a hacerlo, los voy a morder!
PANDILLERO 3: (ejerce más presión sobre ella, tanto que Charlotte grita de dolor) Vas a sufrir mucho si haces eso.
VOZ: (acercándome rápidamente) Ustedes van a sufrir si la tocan, teme [9].
Los cinco reconocieron la voz que nuevamente los insultaba, pero ahora no estaba dispuesta a quedarse a discutir con ellos. Inmediatamente se les acercó corriendo, con los zapatos de la pelirroja en la mano, comenzó a golpearlos con la suficiente fuerza como para tirarlos las piso de manera rápida y así poder levantar a Charlotte para huir con ella a las corridas. ¿De quién les hablo? Pues de Selenia, nunca más oportuna en su llegada.
Por su parte... nuestra morocha protagonista sabía que no resistiría mucho tiempo corriendo sin sentir dolores en el tobillo, pero tenía que poner a salvo a Charlotte, no quedaba otra salida. Pasaron unas tres cuadras sin parar... cuando las primeras puntadas llegaron, con una intensidad que ya no recordaba... Y que le impedía seguir adelante, pero su pelirroja amiga no entendería si ella la dejaba ir sola... ¿qué excusa inventaría, si la verdad era inevitablemente más larga que el tiempo del cual disponían?
SELENIA: (se detiene de repente) Charlotte... espera.
CHARLOTTE: No, vamos rápido antes de que nos alcancen. Ya estamos yendo hacia el edificio.
SELENIA: Vamos a ir al edificio, pero tenemos que dividirnos. Vos anda por allá (apunta a la derecha) y yo sigo derecho. Así vamos a perderlos definitivamente.
CHARLOTTE: Pero... ¿por qué?
SELENIA: Solo hagámoslo rápido. Si vas por ahí vas a encontrar la plaza. Anda.
Charlotte decidió hacerle caso, aunque tenía una extraña sensación en el pecho. Selenia... nos encontraremos en el edificio... ¿verdad? Vas a regresar, no es así... En esto pensaba mientras seguía corriendo, cuadra tras cuadra, avanzando sin detenerse ante el cansancio. Estaba tan apurada por llegar que ni siquiera volvió a colocarse las botinetas que Selenia le regresó en medio de la huida. Más de una vez se preguntaba si debía regresar, pero... ¿Realmente lograría algo haciendo eso? Tal vez la morocha estaba haciendo lo que dijo, y ella solo terminaría siendo un blanco fácil... sin embargo... ¿podía ser tan optimista a la ligera...? Meditando todo esto, cruzaba la calle sin fijarse en el tránsito, y una motocicleta que pasaba rápidamente la tiró al suelo, dejándole algunos raspones. Estando todavía sobre el asfalto, fue sujetada por los cabellos otra vez... Aparentemente los pandilleros decidieron dividir caminos también, y Charlotte fue localizada por uno.
PANDILLERO 2: (acerca una navaja a su cara) Lo siento, pero esto no es personal.
Estaba a punto de hacerlo, y ella, entre el dolor y el agotamiento, solo podía prepararse para resistir el dolor de la herida. Adiós a la cara bonita que recordaba... Escucha de repente el sonido de una fuertísima frenada cerca suyo, y su cabeza fue impulsada hacia adelante con tanta violencia que casi vuele a tirarla a suelo. El pandillero ha desaparecido, fue arrojado unos metros por el automóvil que acababa de atropellarlo... y que ahora estaba estacionado a su lado, abriéndole la puerta. Ese color, ese negro impecable... le resultaba familiar...
AKIHIDE: (deja salir una parte de su torso) Charotte, subí rápido.
Ella ve que el pandillero comienza a ponerse de pie, y no duda un solo segundo. Salta hacia el asiento de copiloto y cierra la puerta, mientras que Akihide retrocede con mucha rapidez y gira a la izquierda, volviendo a avanzar. Con las manos aferradas al volante, observa por momento a la muchacha agitada, asustada, herida y descalza que se había sentado a su lado, sin volver a colocarse los zapatos aún, y se preguntaba si debía llevarla a un hospital. Charlotte, por su parte, en medio de una enorme conmoción, intentaba ordenar rápidamente lo que había sucedido, concluyendo que, antes de hacer cualquier cosa... tenía que ir a buscar a Selenia, para asegurarse de que ella estaba bien y a salvo.
CHARLOTTE: Akihide... Tenemos que buscar a Selenia. Ella me ayudó a escapar primero... y no sé dónde está.
AKIHIDE: ¿Dónde la viste por última vez?
CHARLOTTE: A unas cinco o seis cuadras de aquí, pero en dirección opuesta.
AKIHIDE: Entiendo. cambiaré de calle para poder ir a buscarla. Vos tranquilizate. Estás temblando.
CHARLOTTE: Solo voy a estar tranquila cuando sepa que Selenia está a salvo. (Recuerda algo) Akihide... Quien ordenó este ataque... Fue Ximena.

Para despistar a Charlotte, Selenia solo caminó unos metros más, aunque ya no aguantara el dolor. Abrió el morral que llevaba para extraer del mismo un pañuelo con el cual envolvió su tobillo una vez que se quitó la bota derecha. Lo ajustó con fuerza, en un extraño intento por disminuir la presión, y volvió a colocar el pie dentro del calzado. Veía que los pandilleros estaban acercándose, extrañados de encontrarla sola… un momento… ¿Solo venían tres? ¿Y los demás? ¿Acaso dividieron caminos? Malditos… En fin, tenía que vencer a estos rápido para impedir que los demás encuentren a Charlotte.
SELENIA: (en voz alta) Ya ajustamos cuentas, ya me venciste y me cortaste el pelo… ¿Por qué vuelven a buscar a Charlotte?
LIDER: Alguien nos lo pidió. Una tal… Shimena se nos apareció ofreciendo plata para cortarle la cara a tu amiga…
SELENIA: Nunca pensé que fuese perro que se puede contratar.
PANDILLERO 1: En realidad, ella acepto hacernos un service uno a uno para que la dejemos ir con la cara intacta.
La morocha, sabiendo que esto era una absoluta falsedad, sonrió cruelmente, y respondió “Uno a uno? Pero si entrarían las cinco chinchin [10] de una sola vez”. Posteriormente, rió para completar su broma pesada, a lo que el pandillero 1 respondió con un “ama [11]” en un grito, y se le fue encima… ingenuamente. Selenia estaba preparada para ese movimiento, y respondió esquivando el golpe, sujetando el brazo extendido para empujarlo hacia ella. Luego le rodeo el cuello, haciendo fuerza con el hombro hacia adelante, y arrojó al muchacho al suelo. No contenta con eso, le propinó un pisotón en el pecho cuando este yacía en el suelo. Todo en un par de segundos. 
 El otro pandillero desoyó a su líder y reaccionó como el primero, pero ella no solo volvió a esquivar el puñetazo, agachándose, sino que además lo sujetó con rapidez para cargárselo al hombro y echarse de espaldas en un puente básico… que dejó al segundo rival tendido en el piso, casi inconsciente. Selenia se levantó de un salto, mirando fijamente al líder de la pandilla. Esta era su oportunidad de desquitarse… esta era su revancha. La suerte la estaba poniendo es su camino… y esta vez no podía fallar.
SELENIA: Tus perros no están bien amaestrados.
LIDER: (ríe de repente) Así que estuviste entrenando… No sabías bailar tan bien antes. Pero el resultado será el mismo.
SELENIA: Tus amiguitos cayeron en un abrir y cerrar de ojos. ¿Qué te hace creer que vas a ganar?
LIDER: Voy a ganar… Porque soy hombre.
SELENIA: Tetas, testículos… ¿qué carajo importa? Ambos sabemos que vas a terminar a mis pies mirando el cielo.
Luciendo su velocidad, el líder fue contra Selenia, realizando un tackle, y logro derribarla antes de que ella pueda maniobrar de alguna forma. Luego intento golpearla con un puño, pero nuestra protagonista sujetó su muñeca con las dos manos antes de que alcance su rostro. Después de esto, deslizando las piernas, consiguió rodearle el cuello y ejercer presión sobre él… Pero el líder no se daría por vencido. Se apresuró a incorporarse, aún con la joven agarrándolo, de hecho, la levantó… y pretendía estrellar nuevamente su cabeza contra el piso. Selenia no tuvo más remedio que soltarlo, recibiendo por ello un golpe certero en la nariz, a la altura de los ojos. 
La morocha dio media vuelta, intentando incorporarse, pero el líder se volvió hacia ella para atraparla en una llave de sumisión… Y esa posición era muy complicada… ¿Cómo escaparía? Comenzó a recordar, lo más rápidamente posible, lo que le había enseñado su maestro en el dojo… un modo muy eficaz. Se impulsó con las piernas para girar todo su cuerpo y deslizarse, liberándose de la técnica del líder, y no contenta con esto, decidió golpearlo en la cara con su propia cabeza.
Nuevamente de un salto se incorpora, recuperando el aliento, mientras su rival comienza a levantarse intentando contener la sangre que salía de su nariz por el cabezazo que recibió. Esta vez era diferente… Ella estaba dispuesta a derrotarlo a toda costa, y lo más rápido posible… Pero él, completamente decidido, ni iba a facilitarle una victoria, ni ventaja alguna, como la primera vez. Vuelve a atacarla lo más rápido que puede, sin notar que uno de sus compañeros atajó a Selenia de la pierna izquierda para que no pueda moverse… y ella, sin más remedio, casi recibe el golpe, que le roza las costillas, y lo empuja con una patada… Ay, no… Lo golpeó con el pie derecho, y esto aumentó el dolor que ya sentía. Estaba a punto de perder el equilibrio por eso. No tenía tiempo para juegos… si no quería quedar fuera de combate y ser derrotada nuevamente… era hora de asestar el golpe de gracia.
De un tirón se liberó del pandillero que cobardemente la sujeto, y lo golpeó en la cabeza, regresándolo a su estado de inconsciencia. Luego se volvió hacia el líder, a quien por fortuna pateó en el diafragma, en su desesperación, así que le demoraría un tiempo arremeter otra vez. Pero ella no disponía de ese tiempo… Por lo tanto, como pudo, corrió hasta él, quien intentó empujarla con un brazo, en un intento por no ser derrotado… ese solo movimiento fue su perdición… Selenia le sujetó el brazo, lo torció, consiguió dar vuelta el cuerpo de su rival, y giró para quedar espalda contra espalda, extendió un brazo hacia atrás, rodeándole el cuello… y, haciendo uso de toda su fuerza… lo lanzó… primero cayó su cabeza contra el suelo, luego el resto del cuerpo… y él ya estaba inconsciente.
Selenia se quedó un rato mirándolo, jadeante y bastante incrédula de lo que había conseguido… ¿Pudo vencer? ¿En verdad lo hizo…? Su cuerpo temblaba de arriba abajo, su corazón latía a mil por minuto… Venció… ¡Por fin venció! Por… ¿Que era ese sonido?
SELENIA: (contestando su celular) Moshi moshi.
DAIGO: (A los gritos) Por fin contestás el teléfono. Es la centésima vez que te llamo. ¿Dónde demonios te metiste?
SELENIA: Daigo-sama… Gomene…
DAIGO: ¿Por qué estás agitada? ¿Qué pasó? ¿Dónde estás?
SELENIA: Todo está bien, no te preocupes. Solo que… tuve que hacer algo con urgencia… Pero ya lo solucioné… todo mi esfuerzo valió la pena…
DAIGO: ¿Qué te pasa? ¿Qué locuras estás diciendo?
Antes de que ella pueda contestar… recibió un fuerte golpe en la espalda que la tiró al suelo... demasiado fuerte como para tratarse de un puñetazo… Uno de los pandilleros, recién despierto o fingiéndose inconsciente para esperar una oportunidad, la atacó cobardemente con una barra metal. Como era de suponerse, ese simple ataque no lo dejó satisfecho, así que volvió a golpearla en la espalda, provocando que Selenia lance un grito… que Daigo escuchó del otro lado… y planeaba volver a lastimarla. Sin embargo, con la fuerza que todavía tenía, nuestra morocha amiga esquiva el golpe y se voltea en el suelo sin llegar a incorporarse, pues el cobarde pandillero no se lo permite. Dirige su furia contra la cara de la protagonista, pero ella consigue cubrirse con los antebrazos y por un segundo atrapa la barra. Para liberarla, su nuevo rival avanza un paso, rozando el tobillo lastimado, y Selenia flexiona esa pierna con mucha rapidez.
PANDILLERO X: Así que estás lastimada, ama… (Rápidamente la golpea con la barra en el tobillo dos veces antes de que ella intente cubrirse… pero al hacerlo, recibe un mazazo en la cabeza y vuelve a caer al suelo...)
Selenia no sabía que hacer… esos golpes la dejaron muy adolorida en cuestión de segundos, no tenía fuerza para incorporarse… pero no podía perder, no podía hacerlo.. ¡Tenía que encontrar una salida! Y rápido, porque este tipo no estaba dispuesto a darle un respiro. De inmediato ya quería atacarla otra vez. Solo tenía una opción: lo primero que hizo fue proteger su pie rodeándolo con sus manos y se giró sobre el perfil derecho, lanzando patadas a la entrepierna de su rival con la pierna izquierda tantas veces y tan rápido que el pandillero ni podía llegar a protegerse. Incluso soltó la barra de metal, y en ese momento, nuestra protagonista se le echó encima.
SELENIA: (furiosa) Me las vas a pagar, barazoku [12] (apenas terminó de hablar, una lluvia de puñetazos cayeron sobre el pandillero… hasta que este dejó de moverse… pero aún respiraba)
Selenia apenas estaba aguantando el dolor en ese momento, aunque ya no podía soportarlo más. El golpe en la cabeza la dejó un poco aturdida, le resultó muy difícil quitarse la bota derecha para poder ver su talón… hinchadísimo y bajo el cual aparecieron unas manchas violetas que solo significaban una cosa… una sola… y ante esa idea, Selenia perdió el conocimiento…

Poco a poco, comenzó a abrir los ojos, que se llenaron de luz al instante, y por esto los dejó entrecerrados. El olor que llenaba sus pulmones en ese momento le resultaba familiar e incómodo a la vez, lo recordaba vagamente. Intentó mover una mano y sintió peso sobre la misma, así que, muy a tientas, llevo la escasa vista que tenía hacia ese lado. Efectivamente si había algo sobre su mano, una cabeza... (Unida a un cuerpo, obvio) que se recostaba sobre la cama donde ella estaba acostada. Se trataba del vocalista de Breakerz, Daigo, quien dormía profundamente en una posición tan incómoda. ¿Pero qué hacía él allí? ¿Dónde estaba, exactamente? Tuvo que abandonar de inmediato esas preguntas, ya que un espantoso "detalle" capturó su atención... Atrás del vocalista, estaba parada... ¡La muerta! Estaba mirándolo, ni había notado que Selenia comenzaba a despertar. En su rostro era evidente el dolor mezclado con nostalgia al contemplar a quien tanto había amado... y esas sensaciones, a simple vista, eran demasiado humanas como para venir de un no vivo...
La mujer, enfrascada en su visión, extiende una mano para poder tocar el cabello de Daigo, quien estaba absolutamente exento de todo y solo dormía con una paz envidiable. Ya estaba cerca, las yemas de sus dedos rozaban las suaves hebras de pelo... ya se llenaba de satisfacción... pero una mano ajena a ella misma y al cantante sujeta la suya... y Anna se ve obligada a volver la vista hacia la paciente que, sin que ella lo notara, recuperó el conocimiento.

SELENIA: (sujetando la mano de Anna con mucha firmeza) Puedo tocarte... Puedo hacerlo... Vos estas viva...

Aclaraciones

1 Sonohito y anohito: Sono es “ese/esa”, hito es “persona”, ano es “aquel/aquella”. Cada palabra equivale a “esa persona” y “aquella persona”, respectivamente. Aquí los podríamos reemplazar por fulanito y menganito.
2 Kimi wa hentai desu: sos un/una pervertido/a.
3 Ashita yoji ni gogo centercinema no Shibuya he isshooni ikimasenka?: Literalmente se traduciría como “¿No vamos juntos mañana a las 4 pm al centercinema (reee creativo lo mío XD) de Shibuya?” Pero se puede adaptar por un “¿Te gustaría ir juntos mañana a las 4 pm al centercinema de Shibuya?”
4 Jaa también puede usarse como un chau informal.
5 Dangojiru es una sopa hecha con ravioles acompañados de algas, tofu, raíz de loto, o cualquier cantidad de otras verduras y raíces.
6 Kimi wa Satoo Akihide desuka?: “¿Vos sos Akihide Satoo?” Si, los japoneses suelen presentarse con el apellido adelante del nombre.
7 Sooka... demo... Dare desuka?: “Está bien… pero… ¿Quién sos?”
8 Hajimemashoo: “Comencemos”.
9 Teme: HDP (no le cuenten a sus padres que aprendieron esto aquí)
10 chinchin: Pene.
11 Ama: Perra como insulto a las mujeres. El animal es inu.
12 Barazoku: varón homosexual, se utiliza con tendencia homofóbica. En español, equivale a la palabra… puto.