miércoles, 30 de julio de 2014

Presentaciones de personajes!! (parte 1)


Hola!! Cómo esta mi gente? Antes del final, tan cerquita (el mes que viene), recordé que hace mucho, desde diciembre, les debo informes de los demás personajes, pero no podré agregar sus historia porque ya se hace demasiado laaaaargo. En este primer compilado, les presento como debe ser, a Tsugumi, Atsuko, Maya, Anna y Ximena (grrr).
Disfruten de los informes y si quieren saber sobre otro personaje, me lo dejan en los comentarios!

Tsugumi:

Nombre Completo: Tsugumi Saotome.

Sobrenombre: Gumi-chan (por Kendi y su familia).
Edad: 20 años.
Ciudad de origen: Koochi, en la prefectura homónima, región Shikoku.
Cumpleaños: 25 de agosto.
Signo: Virgo
Estatura: 1.69 mts.
Peso: 47 kgs.
Carácter: Es muy alegre y divertida, en la superficie parece que nada le importa y que solo quiere hacer tonterías, pero en el fondo tiene un gran sentido de la lealtad y la amistad por encima de todo. No le cuesta hacer sacrificios por la gente que aprecia.
También es muy honesta con sus sentimientos y no le importa el qué dirán. Aunque a veces roza la irracionalidad.
 A pesar de ser inmensamente rica, le encantan las cosas sencillas y puede divertirse sin gastar un centavo.
Habilidades: Hacer sonidos raros con los dedos. Se le dan muy bien las artes manuales y la cocina dulce. También puede realizar actuaciones perfectas. 
Además de Japonés, habla Chino mandarín y Francés.
Hobbies: Escuchar música, especialmente Rock, ver doramas de misterio, salir a caminar y leer policiales.

Familia: Sus padres, un... eh... empresario? y su madre, ama de casa.

Comida favorita: todo lo que sea dulce, en especial los pockys. En cuanto a lo salado, le encanta el Udon.
Color favorito: negro y blanco.
Postre favorito: Mochi y Uiro.
Bebida favorita: Kombucha
Animales: No tiene.
Chico ideal: Akihide (creo que para nadie es un secreto).
Si mañana se acabara el mundo: Desearía tener una máquina del tiempo.

Atsuko:
Nombre Completo: Atsuko Fujiwara
Sobrenombre: Tsuki-chan (por Hernán)
Edad: 21 años.
Ciudad de origen: Manazuru, prefectura de Kanagawa, región Kanto (misma de Tokyo). 
Cumpleaños: 17 de enero.
Signo: capricornio
Estatura: 1.60 mts.
Peso: 48 kgs.
Una aclaración sobre su aspecto: Tiene el cabello corto, apenas por encima de los hombros. Se lo cortó porque fue rechazada.
Carácter: Muy seria y responsable, casi nunca está bromeando, aunque eso no significa que no sonría siquiera.
Suele ser muy reservada con su vida privada, incluso le molesta que entren a su habitación o toquen sus cosas. No le gusta que la gente la juzgue por sus gustos, pero suele reprender el comportamiento escandaloso o grotesco.
Para ella igual esfuerzo implica igual ganancia, y lleva su vida bajo este principio. 
Es un poco homofóbica. 
Habilidades: cantar y bailar. Encuentra solución a casi cualquier problema. 
Habla inglés fluído y un poco de alemán.
Hobbies: ver animes de mechas, coleccionar figuras de acción, practicar baile, ir al karaoke, escuchar música y leer libros en inglés, especialmente poesía
Familia: Su padre, empleado de una empresa, su madre, ama de casa y también trabaja medio tiempo en una casa de té. Tiene además una hermana menor que estudia en la secundaria alta.
Comida favorita: Ama la comida salada, sobre todo shabu shabu.
Color favorito: Violeta y rosa.
Postre favorito: Hello panda y amanatto.
Bebida favorita: Ramune de sandía.
Animales: un hamster, en su casa paterna
Chico ideal: Callado, respetuoso, que no haga mucho ruido y sea serio y confiable.
Si mañana se acabara el mundo: Estaría lamentándose por todas las cosas que no hizo.



Maya:
Nombre Completo: Maya Kimura.

Sobrenombre: No tiene.
Edad: 21 años.
Ciudad de origen: Uda, prefectura de Nara, región Kansai.
Cumpleaños: 18 de junio.
Signo: géminis.
Estatura: 1.65 mts.
Peso: 55 kgs.
Carácter: Alegre y dulce, es bastante idealista con el amor y para ella todo pasa por los sentimientos. Muchas veces saca provecho de su aspecto tierno. 
Su concepto del amor ideal y el cuento de hadas choca bastante con su realidad, pues en secundaria se dio cuenta de que es bisexual y todavía le cuesta mucho asumirlo. 
Sus padres la criaron como a una princesa.

Habilidades: Hacer caras y muecas tiernas, ademas de suaves sonidos al azar. Imita chillidos de animales. Es muy buena para orientarse.
Tiene un "radar gay".
Hobbies: Ver doramas, escuchar música y hacer dulces, en especial mirucurepo (Mille crepe).
Familia: Sus padres, un empleado de banco y una chef. No tiene hermanos.
Comida favorita: Katsudon y Kimchi.
Color favorito: colores pastel
Postre favorito: Mille crepe.
Bebida favorita: Qoo de uva.
Animales: No tiene
Chico ideal: Muy similar a KyunHo, un caballero del tipo príncipe azul.
Chica ideal: (y si, tratándose de ella, tenía que ponerlo) Decididas, al estilo femme fatale, y también sensibles.
Si mañana se acabara el mundo: Le pediría a su novio que representen su escena romántica de dorama favorita.

Anna:

Nombre Completo: Anna Obatta/ Yumi Nakamura
Sobrenombre: Yuki (por el personaje que iba a interpretar en un dorama).
Edad: 28 años.
Ciudad de origen: Nago, prefectura de Okinawa, región Islas Ryukyu.
Cumpleaños: 27 de septiembre.
Signo: libra.
Estatura: 1.56 mts.
Peso: 45 kgs.
Carácter: Anna es una chica sencilla, tímida y callada, que si se lo propone puede ser una gran simuladora, ya que estudio actuación durante diez años. Se toma las cosas con mucha calma, parece aveces que nada le sorprende, pero puede llorar muy fácilmente cuando se emociona. En muchas ocasiones no tiene en mente las consecuencias de sus actos.
Es muy bondadosa e intenta no perjudicar a los demás, aunque aveces no pueda evitarlo... esto le produce mucho sufrimiento.
En cuanto a Yumi, tiene un carácter sumamente volátil, obsesivo e impulsivo. La naturaleza de su comportamiento es violenta y agresiva, no presenta ningún tipo de barrera racional... excepto a la hora de cometer sus fechorías que es cuando mejor se las ingenia para vencer cualquier obstáculo. No tiene respeto o consideración alguna hacia los demás, tal como en su momento no lo tuvieron con ella, así que no reconoce el sufrimiento ajeno, pero sí el miedo... lo ve y lo disfruta.
Habilidades: Actuación, baile  y canto, para hacer comedia musical. También es buena en las artes manuales, sobre todo la costura, y la cocina. 
Habla chino, inglés y francés.
Hobbies: Ver películas,  leer obras teatrales, sus favoritas son las obras kabuki, coleccionar revistas de moda y dar largas caminatas.
Familia: Sus padres adoptivos y su tío.
Comida favorita: Okonomiyaki y ramen.
Color favorito: Blanco.
Postre favorito: Hanabiramochi
Bebida favorita: Genmaicha y Umeshu
Animales: No tiene.
Chico ideal: Un hombre responsable, dedicado y trabajador, que no sea inferior a ella ni en salario o carácter,  que pueda ser buen marido.
Si mañana se acabara el mundo: Ella no querría saber eso...


Ximena:

Nombre Completo: Ximena Da Souza. 
En Japonés: Shimena Dasousa. 
Sobrenombre: No tiene.
Edad: 29 años.
Cumpleaños: 25 de julio.
Signo: Leo.
Ciudad de origen: Río de Janeiro.
Estatura: 1.70 mts.
Peso: 51 kgs.
Carácter: Por un lado, es muy sociable y animada, le encanta salir a fiestas y divertirse, sobretodo conocer gente nueva y fresca.
Por otro lado, es muy obstinada, ama las competencias y no le gusta perder. Tampoco quiere que la opaquen o que haya una mujer mas interesante o atractiva que ella, le gusta ser el centro de atención desde todos los puntos de vista, y es muy egoísta (típica leonina).
No escatima en recursos para lograr lo que se propone, para ella el fin justifica los medios 
Habilidades: Es carismática, y muy buena para relacionarse con la gente. También puede ser muy influyente con otras personas, logra convencerlos de que hagan lo que ella dice con bastante facilidad. 

Es muy suspicaz, y se da cuenta de las cosas rápidamente.
Hobbies: Ir de fiesta, organizar reuniones y eventos. 
Familia: En Japón estaba sola, solo tenía a sus amigos. Su familia, padres y dos hermanos menores, viven en Brasil. 
Comida favorita: Moqueca en Brasil; en Japón, Natto y Teriyaki
Color favorito: Turquesa.
Postre favorito: Quindim, Manju.
Bebida favorita: Batido de mango, Awamori añejado.
Animales: No tiene (no le gustan)
Chico ideal: Indudablemente muere por un Latin lover, pero también le gustan los hombres atentos, que se preocupen por ella y la hagan sentir especial.
Si mañana se acabara el mundo: Ni ella sabe que va a hacer al día siguiente. 

Esto es todo por ahora! En la próxima entrada de esta sección voy a dejarles a los muchachos argentinos, KyunHo y Kendi Orochi! No se lo pierdan!
Muy pronto el final... y el útlimo Free talk!
Sayonara!!!

martes, 15 de julio de 2014

Capítulo 25: Sueño de una noche de romance.

Anteriormente: Daigo prefirió confiar en Selenia y se dejó convencer por ella para poder hablar con Anna. 
Akihide decide terminar su incipiente relación con Charlotte, pero la oportuna aparición de SeungYeon y su historia lo convencen de continuar con ella. 
Andrés se marcha después de averiguar que Anna es la acosadora y que sufre de síndrome de personalidad disociada, pero no pudo contarle la verdad a su hermana, pues ella, luego de enterarse de que Ryoko Naito pagó el silencio de los Obatta, ve a Daigo y Anna besarse... 
Furiosa y resignada en parte, decide confesar la verdad al vocalista antes partir a su viaje de trabajo.

Capítulo 25: Sueño de una noche de romance.

Con la más sincera libertad del mundo, las burbujas volaban hasta arriba y terminaban reventando, el aire contenido en su interior salía de todas formas, pero eran libres... iban hacia donde querían. ¿Y de dónde salían? De un nutrido grupo de pequeños que corrían de un lado al otro, jugando tan alegremente... que causaban una punzada en medio  del pecho de quien los estaba observando. Ella hubiese podido ser, a esas alturas, una de esas mujeres que llevaban a sus hijos de paseo, dejando que ellos jueguen por las plazas… Pero por esas desgracias que ocurren en la vida, no pudo ser de ese modo.
Muchacho: (acercándose a ella) Yuki, lamento haberte hecho esperar. No debí elegir este lugar para que no encontremos.
Anna: Está bien, Jonatan (adaptación fonética y silábica al japonés ジョナタン). Me alegra ver a estos niños felices. De todas formas, creo que yo no hubiese sido una buena madre.
Joni: Yo creo que sí. Sos una chica dulce y buena, estoy seguro de que lo vas a ser.
Anna: Es muy considerado de tu parte que me digas eso.
Joni: No soy considerado, soy justo con lo que veo y lo que me parece. Pero en fin, contame que sucedió cuando te encontraste con Daigo Naito.
Anna: Justamente de eso te quería hablar… Y espero que no te enojes, pero tengo que confesarte algo… que ocurrió durante esa charla.
Joni: (mientras veía que comenzaba a caer la noche, y las madres empezaban a llevarse a sus hijos) Está bien, espero que no sea algo grave. ¿Te parece bien si mejor vamos a otro lado? Aquí cerca hay un Izakaya.
Anna: (asintiendo) Me parece bien.
Sin muchas palabras de por medio, los dos parten hacia el Izakaya, a unas dos cuadras de allí, lugar que ofrecía una atmósfera tranquila y bastante íntima. Por fortuna los atendieron rápidamente, ubicándolos en una mesa cerca de la barra.
Joni: ¿Qué es lo que tenías que decirme? ¿Se trata de la charla que tuviste con Daigo Naito?
Anna: Si, y no había tenido oportunidad hasta ahora.
Joni: Antes que nada, ¿eso no cambia lo nuestro?
Anna: (lo mira en un soslayo y roza los dedos de la mano derecha de Jonathan con las yemas de los suyos) Eso espero... (escucha una voz familiar pidiendo mas bebida al barman, quien se negaba educadamente) Chotto, matte kudasai [1]. (Va hacia la barra, cerca del insistente bebedor) ¿Da... Daigo-sama?
Daigo: (con voz pastosa, un poco ebrio) Ah, me estás siguiendo, perra? ¿Podes decirme como hiciste para convencer a la estúpida de Serenia de que mienta para cubrirte?
Anna: ¿E... ella te dijo eso?
Daigo: Me confesó que lo sabía, y que hasta la gran perra que es mi madre también lo sabía. ¿Cómo hiciste para converncerla? ¿Le lloraste? Porque ella será una ushi baka, pero le sobran ovarios para decir la verdad.
Anna: Es cierto que... si lloré. La conmoví contándole mi historia de tal forma que ella casi llora conmigo. Y pactamos que yo te confesaría la verdad tarde o temprano.
Barman: Sumimasen, señorita, pero ya él la conoce, ¿podría llevárselo? Ha tomado demasiado y no creo que pueda conducir por sí mismo.
Daigo: (apuntando al barman) Vos no te metas...
Anna: Si, no se preocupe. (Hace a Jonathan una seña para que se acerque y le habla cuando ya llega a su lado) ¿Podemos llevar a Daigo-sama? Bebió demasiado.
Joni: (duditativo) ¿Vos sabés donde vive? Yo sé en qué edificio, pero no el número de departamento (ella niega con la cabeza y él llama a un número. Habla en español) ¿Hernán? Hey, ¿me podes decir en que numero de departamento vive el novio de Meggara? Yuki y yo nos encontramos ebrio al tal Daigo... si, ese... (rie) Si, está en pedo... No, no lo voy a grabar. ¿Sabés o no? (Pausa) Ah... entendí, entendí. Ok. Gracias. Nos vemos mas tarde. (Lanza una risa y cuelga. Habla a Anna) Ahora tengo la dirección correcta.
Anna asiente y trata de hablar con Daigo nuevamente, pero este estaba empecinado en convencer al barman de que le sirva más bebida. Finalmente, a Jonathan se le ocurrió decirle que lo llevaría a un bar donde podría seguir bebiendo. Así lo persuadieron de que los acompañe. Obviamente una vez que llegaron al departamento que compartía con la banda en Shibuya, comenzó a reprocharles muy graciosamente por engañarlo. Ambos no sabían si reír o tomárselo con seriedad... pero si nos referimos al vocalista, por supuesto que la segunda opción quedaba descartada. Gracias a que Daigo, en una respuesta automática, sacó la llave de su bolsillo, pudieron entrar a la sala, en la cual justamente estaban Akihide y Shinpei, intentando localizar al ahora ebrio cantante.
Shinpei: (sorprendido al verlo en ese estado y al encontrarse cara a cara con Anna) ¿Qué fue lo que pasó?
Anna: Lo encontramos borracho en un Izakaya (con ayuda de Joni, lo deja en un sillón). El barman nos pidió que lo trajéramos porque quería seguir tomando.
Akihide: (también impresionado, prefiere mantener distancia con ella y habla directamente con Joni) No se hubiesen molestado. Solamente tenían que llamarnos con su celular.
Joni: Creímos que sería mejor si... (Ve que, sin que se dieran cuenta -y no sabía de donde- el vocalista saco una botella y planeaba continuar bebiendo) Hey, no hagas eso.
Los dos guitarristas voltean para ver qué es lo que estaba haciendo el ebrio vocalista, y Shinpei rápidamente le quita la botella. Daigo intenta obtenerla nuevamente, y no escatima en esfuerzos para lograrlo, hasta sobrio parece.
Shinpei: No te la daré. Es más, la acabaré primero. (Sin palabras de por medio, el guitarrista bebe directamente del pico y al cabo de varios tragos, deja de tomar. Habla mareado) Ay... está fea. (De inmediato cae al piso, inconsciente)
Daigo: Qué idiota...
Akihide: (viendo la botella rota en el suelo) Mi piso limpio...
Anna: ¿Te ayudamos a limpiar?
Akihide: No, está bien. Si quieren hacer algo por mí, ayúdenme a llevar a Shinpei para que no siga en el suelo. Daigo... (lo ve y nota que se quedó dormido en el sillón) se puede quedar ahí.
Después de ayudar a Akihide con el traslado de Shinpei, Anna y Joni se marchan a Minato, donde vive el muchacho argentino. Lamentablemente la salida al Izakaya no pudo ser, así que el único lugar más o menos privado en el cual podían conversar sobre su tema pendiente era el departamento de nuestro amigo latino, dado que, por una desconocida razón, no estaban sus compañeros de alquiler.
Joni: Y bien...¿ Qué pasó en tu reunión con Daigo Naito? Después de ver cómo quedó él, sospecho que algo no está bien.
Anna: Su estado no tiene... (Hace un poco de memoria) Bueno, tiene un poco que ver. Yo... le conté mi parte de la historia... tal cual la recuerdo. Él me escuchó atentamente y creo que me entendió. Te pido que también me escuches con atención
Joni: Lo haré, lo prometo.
Anna: Yo... besé a Daigo-sama (antes de que él la interrumpa) Espera, que no he terminado. Hasta ese momento creí que tenía los mismos sentimientos hacia él, pero... Al besarlo sentí una culpa terrible, no solo por Se-chan... sino también por vos. Tu cara se me vino a la mente... Estoy segura de que todavía tengo sentimientos hacia Daigo-sama... pero no es amor de pareja, es más bien amor de familia. (Nota que Joni ya se tranquilizó) Espero que me perdones por eso.
Joni: (meditando) No... ¿No me estás mintiendo? Porque... con ese tipo casi tenés una familia y...
Anna: Será mejor que todos dejamos ese pasado atrás y sigamos con nuestras vidas. Hay mucha gente que sí llega a tener una familia, luego se separan y siguen adelante.
Joni: (La abraza) Tenés razón. ¿Y por eso estaba borracho?
Anna: No. Parece que... Se-chan vio ese beso... y lo entendió mal. Haga lo que haga, en esta historia siempre hay una buena persona que termina sufriendo...

Dos semanas después.
La gran puerta de entrada a ZR fue abierta repentinamente, y la persona que ingresaba se acercó con mucha decisión a la recepción, arrastrando las miradas de todos aquellos que estaban allí en ese momento. Estaban esperando que llegara, pero al mismo tiempo los tomó por sorpresa.
Ichiyo: (impresionada) Se... Se-chan. Por fin regresaste.
Selenia: Uno de los conciertos se retrasó por la lluvia. En fin, espero que aquí todo haya estado bien. ¿Tengo que ir a ver a Kobachi-san o vos tenés que entregarme la liquidación?
Ichiyo: (abre uno de los cajones y extrae un sobre. Luego se lo entrega a Selenia) Da... Daigo-sama me quitó la carta. Lo lamento mucho.
Selenia: (revisa el sobre y encuentra su carta de dimisión rota en varios pedazos) No importa. Estaba preparada para esos berrinches. (Saca de su cartera una copia de la carta) ¿Oba-sensee está en su oficina?
Ichiyo: (sujetando la mano de Selenia) Se-chan, no sé cuál fue tu problema con Daigo-sama... pero no te vayas.
Selenia: (retira su mano con mucha sutileza) El problema no es él. (Se dirige a la oficina de Kei Obatta con la nota de dimisión aun en la mano. Allí encuentra al encargado de vestuario) Oba-sensee, que bueno que lo veo.
Obatta: (severo, como siempre) Veo que ya regresaste... pues empezá a trabajar, que hay mucho que...
Selenia: (lo interrumpe, poniendo frente a sus ojos la nota de dimisión) No vine a cumplir jornada. Por el trabajo no se preocupe, que puede llamar al reemplazo que dejé cuando estuve en el hospital, o recontratar a su sobrina.
Obatta: ¿Estás renunciando? Después de hacer tanto lío para quedarte aquí... ¿estás renunciando? (Tira la nota) Vos sos mi asistente y no acepto esto.
Selenia: No me importa. Si usted no acepta, no importa. De todas formas, una vez que me vaya ahora, no voy a regresar. Solo perderá el tiempo.
Obatta: ¿Querés un aumento?
Selenia: Quiero que acepte la renuncia y me den mi liquidación.
Obatta: (tan serio e impasible como la misma Selenia) Está bien. (Firma el pie de la nota y se la regresa) Entregásela a Kobachi-san, ya está autorizada. (Selenia agarra la hoja y decide retirarse) Ah... Antes de que te vayas, solo voy a decirte una cosa más. De todas las asistentes que he tenido, fuiste la mayor decepción.
Selenia: (con una sonrisa muy simple) Y de todos los jefes que tuve, usted es de quien más aprendí, Oba-sensee (sale).
Obatta: (volviendo la vista a su labor) Esta tonta... incluso cuando soy grosero, sigue siendo amable conmigo.
Selenia no perdió el tiempo en hablar algo más con sus compañeros y fue hasta la oficina de Kobachi directamente. Si se encontraba con algunos de los empleados de ZR, probablemente desistiría de su idea y cancelaría la renuncia. Pero no podía hacerlo. Antes de que le hagan la vida imposible para que renuncie y puedan contratar a Anna, iba a hacerlo ella misma. Ahora tenía Obatta la excusa perfecta. Y Daigo también. Ya que nuestra simpática protagonista lo había dejado ir, podía volver con su ex... y no estaría allí para verlos juntos.
Muy amablemente, Kobachi aceleró el trámite para que ella reciba su liquidación con la mayor rapidez posible. Pronto llegó con el sobre y se lo entregó, despidiéndola con mucha cordialidad, y agradeciéndole que haya soportado tanto tiempo la dureza que tuvo su jefe, pues nunca fue tan severo con otra asistente como lo había sido con ella. Selenia agradeció su amabilidad y se retiró en silencio. Afuera de la oficina la estaban esperando algunos de sus compañeros, quienes preguntaban atropelladamente porqué se estaba yendo, si ya se había cansado de soportar el humor de Obatta, si ya no se sentía a gusto y qué es lo que estaba sucediendo. Inquirieron todo lo que pudieron, pero la morocha protagonista no estaba dispuesta a contestar preguntas al respecto. Ni el salario, ni las actividades, ni la gente que trabajaba allí era el problema. Simplemente sentía que ese trabajo no le pertenecía, en todas partes veía a Anna, y ya no quería seguir ocupando su lugar. No estaba huyendo, en peores condiciones incluso se había quedado antes. ¿A quién le gusta quedarse en un lugar que no le corresponde? Se vio orillada a decirles que regresaría otro día, pero no tenía que hacerlo, y, luego de saludarlos afectuosamente, dejó a escondidas una nota en el tablero de avisos cerca de la recepción y se fue.
Regresó al edificio de señoritas, donde ya había trasladado sus cosas. Si ella ya no estaba relacionada con Daigo (a quien se extrañó de no ver en ZR, pero también esto la aliviaba), no tendría que soportar a la acosadora. Y si esta desquiciada regresaba por ella, tendría más tiempo para esperarla. Por supuesto, sus amigas estaban trabajando, así que se quedó conversando con Tsugumi y Maya acerca del viaje. También les preguntó qué había sucedido en su ausencia, pues le resultaba demasiado raro que no hagan preguntas sobre sus últimas decisiones. Ni siquiera intentaron averiguar la causa de su renuncia. Para su sorpresa, aun así ellas no se mostraron curiosas. Eso sí, cuando la muchacha castaña fue en busca de más té, nuestra alta amiga japonesa se acercó a la extranjera para hablarle confidencialmente.
Tsugumi: (en voz baja) Aquí todas saben que terminaste con Daigo–sama y que ibas a renunciar a ZR. Saben que fue lo que pasó con la no muerta. Dijeron que no te preguntarían para no presionarte, pero en realidad creo que están planeando algo.  
Selenia: (también en voz baja) No entiendo… ¿Qué podrían planear?
Tsugumi: Ellas saben que yo te lo voy a decir, así que lo traman a escondidas. Pero les voy a dejar una grabadora si me lo pedís. (En voz alta) ¿Tuviste que compartir habitación?
Selenia: (una vez que Maya se reincorpora en la sala) Si. Originalmente iba a dormir con el staff, pero como era la única chica, las muchachas de Perfume me pidieron que vaya con ellas.
Tsugumi: (entusiasmada) ¿Y cómo duermen nuestras perfumitas?
Selenia: (a modo de broma) Con los ojos cerrados. (Las muchachas ríen, igual que ella)
Después de eso, retoman el diálogo normal. En el fondo, Selenia se sentía desconcertada por la advertencia de Tsugumi. Acaso… Akihide y Shinpei, convencidos por Daigo, pusieron a Charlotte y Megg  en su contra…Y ellas, a su vez, indispusieron a Maya y Atsuko, pero no a la muchacha más alta… y por eso la dejaron de lado…No, quizás existía otra razón.  Tal vez esperaban a que ella les hablara por iniciativa propia, era demasiado tirado de los pelos pensar que estaban tramando en su contra. Además, eran sus amigas al fin y al cabo, no podían tramar algo en su contra.
Una vez que nuestras otras dos protagonistas llegaron, saludaron a las demás y juntas las tres fueron hasta la habitación que compartían.
Charlotte: (sentándose en la cama) Cuando llegaste no tuvimos mucho tiempo, así que… ahora podemos darte las buenas y malas noticias en tu ausencia.
Megg: Tenemos dos buenas y una mala, ¿cuál querés escuchar primero?
Selenia: La mala.
Megg: Primero te daremos las buenas.
Selenia: (en voz baja) No sé para qué me pregunta, entonces.
Charlotte: (abre el cajón de la mesa de noche y casa una voluminosa carpeta) ¡Charan! ¡Aprobamos la tesis!
Megg: (Emocionada) El profesor nos felicitó por la presentación, así que te agradecemos que hayas hinchado tanto con eso.
Selenia: (agarra la carpeta que le entrega Charlotte) Ah… está anotada. (Abraza la tesis) Que lindo se siente hacer un buen trabajo.
Megg: La segunda buena noticia es que recogimos tu nota de inglés. Aprobaste con 86.
Selenia: (aliviada) Que bueno… el profesor fue muy amable al no hacérmela difícil. (Mira a su amiga pelirroja) ¿Y a vos cómo te fue?
Charlotte: Saqué 90, así que… Ya estoy acreditada.
Selenia: ¿Y cuál es la noticia mala?
Megg: (de un sobre que llevaba consigo extrae tres tickets y se los enseña, llena de evidente resignación) En un mes tenemos que regresar. Como aprobamos la tesis, Kishimoto ya fijo fecha para la presentación y para nuestro regreso.
Selenia: (revisando los pasajes de avión) Me parece bien. Tienen un mes para despedirse y hacer planes sobre la futura relación a distancia, ¿no?
Charlotte: (agarra el brazo de Megg para indicarle que no hable, pues aparentemente la rubia tenía intenciones de decir algo) Es cierto. Para organizarse, un mes será más que suficiente. Por cierto… la estadía en Japón se nos está terminando. Y no hemos conocido tantos lugares como nos hubiese gustado, así que… sin nada de novios ni amigos locales, ¿Qué les parece si hacemos un viaje solas?
Megg: (entusiasmada) Me encanta la idea. Yo tengo bastante ahorrado, y ya compre suficientes recuerdos para mis padres.
Selenia: No quiero ser aguafiestas, pero… no tengo mucha plata. Ya saben que estuve endeudada para pagar la internación, y recién estoy saliendo  de…
Charlotte: (hace una seña con la mano para que se calle) La plata no importa. Yo estuve trabajando duro y… recibí un hermoso cheque que me permite invitar a mis hermosas y sexis amigas a las que amo a un viaje el fin de semana… (Saca un folleto del cajón abierto y lo exhibe de a poco) ¡A Okinawa!
Megg: (tan emocionada como Selenia) ¿En serio nos invitás?
Selenia: ¿No será como esas veces en las que decís que nos invitas y pedís café para uno?
Charlotte: No, claro que no. (Saca tres boletos del folleto) Ya compré los pasajes de avión y reservé una habitación para tres en el Kariyushi Urban Resort en  Naha. Tiene bar, salón, gimnasio, spa, servicio a la habitación, wifi de alta velocidad… ¿Qué más les puedo decir? Nos vamos el jueves.
Selenia: Es decir… ¿mañana?
Charlotte: (observa los pasajes de avión) Si, mañana. (Le da su teléfono a Megg) tengo crédito suficiente como para que pidas permiso en tu trabajo.
Megg: (agarra el teléfono) Gracias. (Comienza a llamar y sale de la habitación)
Charlotte: (mirando fijamente a Selenia con una sonrisa de labios tan fija que se torna un poco siniestra) Lamento apenas llegas ya tengas que viajar otra vez, pero esta vez será un viaje de puro placer (enfatizó especialmente esta última palabra).
Selenia prefiere dejar la teoría conspirativa de lado para creer que simplemente su amiga le estaba jugando una broma. Está a punto de contestarle con un chiste desopilante cuando entra Tsugumi, preguntando a Charlotte si ya les había contado del viaje a Okinawa. Curioseó en el folleto y los pasajes mientras compartía comentarios con la pelirroja y luego sugirió guardar todo para que no se les pierda. Abrió la mesa de noche y ella misma comenzó a colocar las cosas… junto a una especie de cajita negra… Acaso… acaso sería… “les voy a dejar una grabadora si me lo pedís”… Tsugumi sí que llegaba lejos con sus sospechas.


Jueves, 3pm:

Las tres muchachas ya estaban a bordo del avión que las llevaría a Okinawa, al aeropuerto de Naha. Durante la despedida, Tsugumi entregó a Selenia el audio que había grabado en la habitación, pues después de que ella dejó el dispositivo en el cajón, Megg regresó al cuarto y la muchacha japonesa recordó a la morocha que todavía no se había bañado, así que las dos dejaron solas a la rubia y la pelirroja. Lamentablemente, como no podían usarse aparatos electrónicos durante el vuelo, nuestra simpática protagonista solo escucharía la conversación posterior cuando llegara a destino. Las tres horas de viaje pasaron casi volando con una interesante película sobre Samurais, pues apenas se dieron cuenta, ya estaban tomando un taxi que las llevaría al Kariyushi Urban Resort.

Una vez que llegaron al hotel, lo primero que hicieron fue registrarse para habilitar su reserva y obtener la llave magnética. Los botones se encargarían de subir su equipaje, así que las muchachas deleitaron sus ojos con la vista del lobi, pero obviamente no se quedaron allí, sino que comenzaron a recorrer el hotel. Pasaron por el spa, donde Charlotte y Megg ya deseaban unos masajes, por el restaurante, en el cual Selenia casi se les pierde, por el gimnasio y la piscina, la sala de entretenimientos con casino incluido. 
Cuando llegaron las 8, pues su recorrido fue bastante largo, volvieron al salón para cenar. Aunque... durante la comida... nuestra simpática protagonista sintió una aroma que le resultaba familiar... no se trataba de la comida, sino de una fragancia. Pero los japoneses no eran usar perfume. ¿Quién entre sus conocidos solía hacerlo? La morocha, recordando el reproductor que le dio Tsugumi, ya había terminado su plato y pasó al baño. En ese lugar, sentada sobre el retrete, comenzó a reproducir la grabación... y lo que escuchó la dejó pasmada. A escondidas, pactaron con Breakerz encontrarse en el mismo hotel y hacer una treta con las reservas. Supuestamente Charlotte pidió una habitación para tres, pero solo habría dos camas allí. Los muchachos de la banda reservaron cuartos continuos para dos también... y en un momento propondrían que ella y Daigo compartan... en su ausencia de la mesa seguramente continuaban tramando en su contra. La rabia que sentía en esos momentos era indescriptible... ya comenzaba a revolverle el estómago.  
Mientras intentaba calmarse, enfriar su cabeza para pensar qué hacer, Charlotte golpeó la puerta del sanitario, avisándole que ella y Megg subirían al cuarto, pidiendo además que las alcanzara después. Pese a que la morocha aceptó, en su cabeza se atropellaban mil pensamientos a la vez… ¿Qué hacer? ¿Qué podía hacer para salir de esa…? Salir… ¡Salir, eso era!
Con la mente fría como si le hubiese echado hielo, pues la solución práctica que encontró mejoró su ánimo de manera formidable, abandonó el baño para subir a la habitación. Seguramente sus “amigas” (si planeaban someterla a todo ese plan contra su voluntad, claramente no podía considerarlas en el mismo nivel de relaciones) ya se habían encontrado con los muchachos “por pura casualidad” (brillante mentira), como si fuese cosa asombrosa del destino, y allí “descubrirían” el problema con la habitación. Ellos, muy amablemente (como habían acordado), les ofrecerían compartir uno de los cuartos… Y el resto del teatrito ya lo sabía. Era hora de torcer un poco las cosas para encontrar una solución que la libere de esa absurda treta.
Una vez que llegó al piso, vio que las muchachas la estaban esperando para entrar. ¿Por qué, si ella no tenía la llave? ¿O necesitaban que todo parezca una casualidad? Aparentemente si, pues recién cuando ella se les acercó, abrieron la puerta. La pelirroja, mientras pasaba la llave magnética por la cerradura, dijo un poco fuerte "ahora sí vamos a entrar". Selenia sonrió por lo bajo, como riendo de esa pésima ficción. Nunca creyó a Charlotte una buena actriz, sobretodo porque no sabía modular la voz, y eso restaba credibilidad a todo lo que decía.
Justo en el momento en el que iban a entrar, la puerta de al lado fue abierta... por Shinpei. Como "caídos del cielo", aparecieron los muchachos de la banda y las saludaron fingiendo que era una casualidad. En los planes que escuchó, ellas preveían una oposición de su parte, así que comenzaron a repetir como idiotas que era coincidencia, pero, para su sorpresa, Selenia les siguió la corriente. "Oh, qué casualidad", también decía, bromeando al respecto, como solía hacer. Además, colaborando con la patraña, la morocha ingresó a la habitación y salió rápidamente, avisando que solo había dos camas.
Selenia: (a Charlotte, en japonés) Parece que se equivocaron con las reservas.
Shinpei: Tal vez no tenían disponible un cuarto con tres camas. La recepción debería darles una solución... Aunque nosotros tenemos dos habitaciones con dos camas cada una. Podemos compartir.
Akihide: Eso parece un poco irregular...
Charlotte: (entusiasmada) A mí me encanta la idea. Además, solo tenemos que acordar quienes van a compartir. 
Daigo: (indicando hacia el interior del cuarto del cual ellos estaban saliendo) Es incómodo hablar de algo así en el pasillo, mejor entremos.
Selenia: (mientras entraban) Como son camas separadas, a mí me da lo mismo con quien me toque.
Megg: (una vez que se encuentran los seis en el interior de la habitación, agarra el brazo de la morocha, tal vez en un acto de repentina sensatez) Yo con Selenia. Nosotras juntas.
Selenia: (extrañada) ¿Por qué tan efusiva?
Megg: (en voz baja) Porque... si me toca compartir con Shinpei... imagínate si tiene malas intenciones... y aparece de repente semidesnudo, ¿cómo voy a resistirme?
Selenia (riendo) ¡Epa, que caliente que estamos!
Megg: (colorada) No lo dije en ese sentido.
Selenia: (con mirada pícara) See, see... pero... ¿en qué pensaste mientras lo tenías en frente medio en bolas, en Koochi?
Megg: (cubriéndose las ruborizadas mejillas) No pensé en nada en ese momento.
Selenia: (con picardía) ¿Qué hubiese pasado si en ese momento te tiraba un beso, entre otras cosas? (Al ver la cara de vergüenza, mezclada con un poco de... como decirlo... "fantasía") ¡Wo, (ríe compulsivamente) que cara de pajera [pervertida] pusiste!
Megg: (ríe también) Ya no me jodas, loca.
Daigo: Dejen de reírse solas. Y si va a ser así, entonces yo comparto con Shinpei para que no se quiera escapar a visitar a la bella y la bestia.
Charlotte: (riendo) Entonces, si se dan cuenta, quedamos Akihide y yo.
Akihide: En cierto, a mí me dejan solo con Charotte.
Daigo: (a Shinpei) No pensamos en él.
Shinpei: (Akihide) Espero que no te estés quejando. ¿O tenés miedo?
Daigo: (imita a Akihide, cubriéndose el pecho con los antebrazos) No, Charotte-san, no abuses de mí (él y el guitarrista de lente ríen).
Akihide: Cállense. No tengo miedo, ni me estoy quejando.
Daigo: Ah, sí. Ah, sí. (Imita a Charlotte: enderezando la espalda y llevándose el pelo hacia atrás, mira a Akihide con astucia) Akihide, honey, kitte kudasai [2] (vuelven a reír compulsivamente)
Charlotte: (a Megg) ¿Ese idiota acaba de imitarme?
Megg: Y le salió bien.
Charlotte: (ofendida) ¿Qué?
Selenia: Yo me opongo. Si estos dos duermen juntos, habrá mucho sexo aquí. Yo duermo con Charlotte.
Daigo: Nada de eso. Quedarían solos Shinpei y Meggara... y ahí también habrá mucho sexo, vi la cara de pervertida que puso aquella (apunta a Megg).
Shinpei: Yo voy a respetar a Meggu-chan.
Akihide: Tal vez Daigo quiere volver a compartir la habitación con Se-chan.
Shinpei: Es cierto. Ellos ya compartieron en Hakodate y es seguro que Se-chan no deja que le toquen un pelo.
Daigo: Dejen de decir estupideces.
Selenia: (mostrándose de acuerdo y ciertamente indiferente) Son camas separadas, así que... Yo no tengo problema.
Los cinco se impresionan por lo que acaban de escuchar. Pero... ¿no se supone que ella debería haber hecho berrinche? De pronto se les ocurrió que, debido a su férreo orgullo y para demostrar que no le importaba, Selenia acepto de buenas a primeras. Oponerse sería una clara muestra de que aún había sangre en la herida... y ese no era su estilo. Claro, de eso se trataba, o así les parecía. No imaginaban lo que la morocha estaba planeando.
Selenia: (a Daigo) Nos quedaríamos en esta habitación, ¿verdad?  
Daigo: Así es. (A las muchachas) Nosotros justo íbamos a ir a conocer el bar y tomar algo. ¿Ustedes quieren venir?
Charlotte: Es buena idea, yo quiero conocer el bar.
Selenia: Yo también. Voy a sacar mi bolso de la otra habitación para traerlo y cambiarme.
Charlotte: (dándole la llave) Yo voy a ir así, total soy huésped.
Selenia fue por su bolso y regresó a la habitación justamente cuando los demás iban de salida. Daigo le entrega la llave de la habitación, cuya puerta aún estaba abierta, luego de que ella le entrega la otra y le pide que asegure bien la puerta cuando baje. La morocha entra, cierra la puerta y... listo. Deja su bolso a un lado, esperando un minuto aproximadamente antes de llamar a recepción.
Selenia: (al recepcionista) ¿Podría comunicarme con el aeropuerto, por favor? (Espera) Sumimasen, necesito saber los horarios de vuelos a Tokyo. (Espera) Bien (...) No, no necesito reserva. Iré a comprar el ticket en un momento. Doomo arigatoo gozaimasu.
Termina la llamada y, colgándose el bolso al hombro, pasa la llave magnética para abrir la puerta. Una vez que saliera de ahí, tomaría el primer ascensor vacío y pediría un taxi en la recepción. No se dejaría ver por los demás, compraría el pasaje... ¡Y regresaría riéndose del plan fallido! Se reiría de... ¿Qué estaba pasando? La puerta no abría. Intentó varias veces, pero... continuaba cerrada... ¿Acaso esa no era la llave? Observó la tarjeta, y luego el teléfono... dándose cuenta muy dolorosamente de que los números no coincidían. Uno de los dos era mayor por un dígito, entonces solo tenía que ir al cuarto de al lado. ¿Pero a la izquierda o la derecha? Mientras se acercaba a la ventana, calculaba hacia donde debía cruzar. Salió al pequeño balcón, deslizó su bolso hacia el otro lado y de un salto paso la baranda. El ventanal estaba un poco abierto, así que no tuvo problemas para ingresar. Ahora si lo lograría, unos pasos más la llevarían hasta...
Voz: (en la oscuridad) ¡Alto ahí!
El velador que estaba sobre la mesa de noche pareció encenderse de repente. Pero no, alguien prendió esa tenue luz, y de las penumbras surgió la figura de Daigo Naito, recostado sobre la cama. Esto ya se estaba poniendo feo... ¿había caído ingenuamente en otra trampa?
Daigo: (con una sonrisa triunfal, comienza aponerse de pie) Sabía que eras tan orgullosa que simularías que nada pasaba e intentarías escapar, tan distraída que no ibas a fijarte bien en la llave, tan terca que no te importaría caerte con tal de salir, y decidirías pasar por la ventana... y tan pero tan baka como para no saber que aquí las habitaciones se cuentan de modo diferente.
Selenia: ¿Qué haces aquí? Cómo... ah, ¿cómo pudiste saber que haría todo esto? 
Daigo: Porque te conozco. Por eso planee todo esto. ¿O pensaste que lo hicieron tus amigas? Claro que no, a ellas también las engañe para que me ayudaran.
Selenia: ¿Usaste a mis amigas? ¿Por qué?
Daigo: Porque tenía que hablar con vos cara a cara. Y de este modo no te harías negar. Además, necesitaba vacaciones.
Selenia: Pues si me quedo, te las arruinaré. Así que mejor deja que yo me vaya, llama a Anna o a la amiga que te parezca para que te alegre las vacaciones y todos seremos felices.
Daigo: Por qué... ¿Por qué ocultaste que Anna estaba viva?
Selenia: ¿Y eso que importa ahora? Lo hecho, hecho está.
Daigo: Yo quiero saberlo. Si me lo decís voy a dejar que te vayas.
Selenia: (irritada) ¡Baka-sama! ¿Es que no te das cuenta de que te mentí?
Daigo: Anna... me dijo que ella te contó su historia de modo que te conmuevas y te calles. Podes preguntárselo si no me creés.
Selenia: Si ella lo hizo o no, no importa. Yo te mentí después de prometer que íbamos a ser honestos el uno con el otro.
Daigo: ¿Por qué? ¿Por qué ocultaste que Anna estaba viva? ¿Por qué me mentiste?
Selenia: (traga saliva) Pensé en decirte la verdad, pero cuando escuché su historia... No pude delatarla.
El vocalista se acerca un poco a ella, con expresión de enojo, mirádola a los ojos. Esto causa que nuestra protagonista comience a sentir unos nervios terribles. No soportaría que la insulte, o que la trate mal... preferiría mil veces recibir un golpe.
Daigo: Serenia Gonsaresu está muerta para mí a partir de ahora. (Luego se aleja unos pasos) ¿Eso es lo que esperabas escuchar? Pues no voy a decírtelo. Me ocultaste que Anna estaba viva, eso es cierto. Pero... (vuelve a verla) gracias a eso pude saber la verdad completa... y no me quede lleno de odio. Aunque tengo mucha rabia aun contra mi madre.
Selenia: (confundida) No entiendo... te mentí y aún así hiciste todo esto.
Daigo: Es que yo tampoco fui muy honesto que digamos. (Se sienta en el sofá que había en la habitación) No te llamé luego de reunirme con Anna para contarte lo que había sucedido. Es cierto que ella me besó, pero yo la rechace. De hecho, ella tampoco siente amor por mi, ahora está muy contenta con ese tal Jonatan. Así que retirá eso de que te haces a un lado.
Selenia: Eso no cambia el hecho de que vos y yo vayamos por caminos separados.  (Se acerca a él, extendiendo la mano) Ahora sí, dame la llave.
Daigo: (en vez de darle la llave, jala repentinamente su antebrazo para que Selenia se siente a su lado) Eso también era mentira, no voy a dejar que te vayas.
Selenia: (intenta levantarse, pero Daigo la agarra del brazo, así que, antes de forcejear y lastimarlo, se queda quieta en un rincón del sillón) De todas formas voy a irme. Apenas te descuides, voy a estar fuera del hotel.
Daigo: ¿Por qué no vas a retirar lo que dijiste? (Pensando) Es... ¿por qué dije que no te amaba? Bueno, después de todo, sos una chica... y ninguna chica se siente cómoda amando sin ser amada...
Selenia: (se pone de pie súbitamente) Ya dejá de actuar como si esto fuese un juego. Si no me das la llave, pasaré por el balcón otra vez.
Daigo: Esto no es juego, nadie lo sabe más que yo. ¿Sabes por qué puedo dejar de lado tu mentira? Porque yo también te mentí. (Se pone de pie) Cuando me preguntaste si amaba a Anna, te dije que no y cuando me preguntaste si te amaba... te mentí.
Selenia: (confundida, lo mira repentinamente) ¿Qué dijiste?
Daigo: (la sujeta por los hombros) Quiero que me traigas de regreso a la Ushi ruidosa, graciosa, a la que llegaba todos los días a ZR con una sonrisa, a la que hablaba sin freno, a la que era practica y le restaba importancia a las estupideces. ¿Por qué no comiste la cena hasta el final como antes? ¿Por qué no pediste postre? ¿Por qué me miras con miedo y no intentas golpearme? ¿Por qué no haces un chiste de esto y te lo estás tomando tan en serio? (Comienza a abrazarla) Quiero que toda esta situación de mierda termine para que vuelva MI ushi.
Selenia: (después de escuchar todo eso, no puede evitar que el llanto rápidamente se apodere de ella) Ya dejá de decirme esas cosas… Dejame en paz de una buena vez. ¿Qué te hace pensar que todo esto es joda y que no estoy mal por…?
Daigo: (separándose un poco) Es cierto que yo no siento eso por vos… Yo la amaba a ella… A esa Ushi baka que me miraba sonriente en ZR, a la que grito que era un idiota, a la que se peleaba con patoteros y regresaba al día siguiente como si nada hubiese pasado, a la que se burlaba de mí en el bowling, a la que me besó de repente y luego se fingió tonta, a la que casi me vacía la billetera en comida, a la que seguía su instinto y nunca fallaba, a la que no me hacía caso, a la que no le tiene miedo a nadie, pero tiembla por los fantasmas… Esta versión callada, sumisa, insegura y más delgada de vos no la quiero.
Selenia: (se aleja de Daigo y le propina un cachetada) Te dije que cerraras la boca. (Se seca las lágrimas) Yo no le tengo miedo a los fantasmas. Y sigo diciéndote idiota. (Comienza a golpearlo en medio del pecho con un dedo) Baka, baka, baka, baka. (De repente, apoya la cabeza en el hombro) Gomen… nasai.
Daigo: (acaricia su cabeza) No tengo nada que perdonarte.
Selenia: Es la única forma… en que puedo remediarlo…
Daigo: (Sujeta su rostro para mirarla a los ojos) Está bien, te perdono.
Nuestra protagonista, agachando un poco la cabeza, solo pudo susurrar un doomo muy suave. En todos sus años de vida, jamás dijo una mentira que tuviera tanto peso o que implicara a tantas personas. Librarse de ella definitivamente, sabiendo que Daigo la perdonaba, liquidaba el enorme peso que sentía encima desde aquella reunión secreta en el hospital. Pero un simple “gracias” no bastaba... así que rodeó a Daigo entre sus brazos con mucha firmeza, quien le correspondió rápidamente. Por primera vez en mucho tiempo estaba en verdad feliz, tanto que no esperaba que el vocalista buscara más que un simple abrazo. Ya lo conocemos, y un acercamiento tan esperado por él no quedaría simplemente ahí. Con la misma velocidad apartó su rostro y la besó en la boca. Además, para su satisfacción, reapareció la Selenia que no solo se dejaba llevar, sino que lo arrastraba con ella.  Esa línea entre la fan y el artista, que nuestra amiga siempre sintió muy presente, desapareció por completo.
Selenia: (cuando siente que el talón de su pie toca la pata de la cama) Espera… Esta no es nuestra habitación.
Daigo: Yo reservé y pagué todas las habitaciones, así que da igual. (La besa, y luego se muestra extrañado) ¿Te diste cuenta de lo que quiero hacer?
Selenia: Si, pero… interrumpí porque estoy… porque no… (piensa) No sé cómo explicarlo.
Daigo: ¿No te depilaste? ¿No te gustaría que pase en la cama de otra persona? ¿Es tu primera vez…? (la cara de Selenia la delata, y Daigo exagera el tono de pregunta) ¿Es tu primera vez?
Selenia: (se hace una bolita) Es que… con lo de mi tobillo, si quedaba embarazada, iba a quedar discapacitada… y el único método que conozco para embarazarse es… pues… Además… no me siento cómoda con alguien encima manoseándome…
Daigo: (estira suavemente uno de los brazos de Selenia para que se levante) Tu problema de tobillo ya no es problema. (ambos se sientan en la cama)
Selenia: (mirando sus dedos, a los que hacía chocar uno contra otro repetidamente) Si, eso lo sé.
Daigo: (sujeta su rostro para que lo mire) Yo no soy un mocoso lleno de hormonas que no sabe qué hacer. (La besa nuevamente) Y para mí no sos un pedazo de carne.
Selenia: (profundamente) Es cierto… es cierto… (Traga saliva, mientras siente que los nervios se apoderan de ella, nervios que no tienen nada que ver con el miedo) Apaguemos la luz.
Mientras tanto, en el bar salón del hotel, Charlotte y Akihide compartían una copa, al mismo tiempo en que Shinpei y Megg continuaban recorriendo el hotel, mas que nada porque la rubia tenía ganas de hacer ejercicio en el gimnasio. Aquellos dos, con su copa en la mano, planeaban las actividades para el día siguiente, de las cuales la pelirroja excluía a Selenia y Daigo.
Akihide: (meditativo) ¿Crees que estaran bien esos dos?
Charlotte: Todavía no hemos visto a la ambulancia, así que creo que ya se arreglaron.
Akihide: Esperemos que si, porque ya no quiero verlos peleados. Aunque... ¿por qué los excluís de las actividades de mañana?
Charlotte: (entre risas) Es hora de que esos dos cupiditos reciban una cucharada de su propia medicina.
Akihide: ¿En qué estás pensando?
Charlotte: Los dejaremos abandonados en Hakodate.
Akihide: Es Okinawa.
Charlotte: Perdon, pero yo quería conocer Hakodate.
Akihide: No me parece bien que los dejemos aislados. Salgamos todos juntos.
Charlotte: Pero... Yo quería que cada pareja vaya por su lado.
Akihide: No te preocupes, seguramente en algún momento del día los demás querrán ir por su lado. No podemos empezar nosotros.
Charlotte: (luego de terminar su copa) Oye... podemos ir a la habitación mientras los demás pasean... y estar a solas.
Akihide: Acordate de que Daigo tiene una llave, Se-chan la otra y Shinpei ya tercera. Ah, y de que vos dormís con Meggara.
Charlotte: (haciendo un puchero) Estúpido plan que me deja fuera de La diversión. (A modo de amenaza) Pero mañana voy a desquitarme, que no te quepa ni la menor duda.
Akihide: (ríe) No puedo imaginarlo como una venganza.
En tanto ellos continuaban conversando alegremente, Shinpei y Megg estaban dando una vuelta alrededor de la piscina. La rubia protagonista a cada rato se preguntaba si todos los esfuerzos que habían hecho para reconciliar a Daigo y Selenia serían suficientes, pero, como todavía no había escuchado la sirena de alguna ambulancia que se estacionara en el hotel, supuso que su amiga estaba tranquila. A diferencia de ella, el guitarrista de lentes no estaba muy de acuerdo con todo el plan desde un principio. Demasiada farsa para la causa, ¿Cómo se podía intentar recomenzar una relación que se basaba en la honestidad poniendo en marcha una treta tan meticulosa? Además, él consideraba que la simpática extranjera no merecía la mala suerte de volver a estar con el soberbio vocalista. Pese a que era una chica común y corriente, le parecía que era demasiado buena para su compañero de banda. 
Megg: (acurrucándose al lado de Shinpei) Está haciendo frió, mejor vamos subiendo. 
Shinpei: (viendo su celular para comprobar que hora era, mientras con su otro brazo frota la espalda de Megg) Ya pasaron casi dos horas, así que supongo que podemos subir. (Ambos se ponen de pie y van hasta el salón, donde se encuentran con Akihide y Charlotte)
Los cuatro reunidos se disponían a subir juntos, encontrándose tres de ellos con el pequeño problema… Charlotte estaba “un poco” borracha, por lo que el ascenso en elevador fue bastante difícil. Al igual que la otra vez, a la pelirroja se le dio por comenzar a cantar en español y en japonés cualquier cosa.
Shinpei: (cuando se habría la puerta del ascensor) Hace algo, Akihide. Cada vez canta peor.
Akihide: (a ella, acariciándole la cabeza) Charotte… ¿podrías dejar de cantar?
Charlotte: (aferrada a su torso) Cantar me quita las ganas de vomitar…
Akihide: Canta todo lo que quieras.
Daigo: (saliendo de la habitación) Aquí está la llave de la otra habitación. (Escuchando a Charlotte) ¿Y a esa loca qué le pasó?
Selenia: (sale de la habitación) No le digas así. (ve a su amiga) Otra vez borracha con Akihide… Voy a comenzar a pensar mal.
Daigo: (bostezando) Vamos a dormir ahora.
Selenia: (a Megg) Cuidá a Charly.
Ya con la llave en la mano, Akihide acompaña a Megg, llevando a Charlotte, hasta la habitación, pero cuando quiere dejarla en la cama… Caray, no podía zafarse. La pelirroja lo había agarrado muy bien. La rubia intentó ayudar al guitarrista, pero tampoco pudo hacer que su ya dormida amiga lo libere, pues sujetaba su torso con bastante fuerza.
Megg: Shinpei, ¿podes ayudarnos?
Shinpei: (con cierta confidencialidad) Ella no está dormida ni tan borracha. Se nota que quiere dormir con Akihide.
Megg: Pero… si él duerme aquí… ¿Yo tengo que dormir con vos?
Shinpei: Son camas separadas, no veo cuál es el problema. Además, voy a dormir con camiseta, así que no tenés que preocuparte. Y no soy de los que roncan.
Megg: Pero… Supongo que será solo por hoy, ¿no?
Shinpei: Supongo que sí.
Akihide: (a la pelirroja, intentando despertarla) Charotte… soltame.
Shinpei: Te soltará cuando nos vayamos a dormir. Los dejamos solos. (se va, al igual que Megg)
Akihide: Esperen… No me dejen aquí, la puerta está abierta. (escucha que los dos cerraron la otra habitación) Esperen…
Charlotte: (lo suelta y se levanta para cerrar la puerta) Por fin, pensé que nunca se irían.
Akihide: ¿Estabas fingiendo?
Charlotte: Claro que sí. Ni siquiera estoy borracha. (Se sienta a su lado y lo abraza) Ahora si voy a desquitarme.
Akihide: (alejándose) ¿No te da miedo que Meggara esté sola con Shinpei?
Charlotte: Claro que no. No la estoy dejando con un desconocido, sino con su novio. No va a pasar nada que ella no quiera. Yo confió en que Shinpei la va a cuidar bien.
Al día siguiente, despertaron alrededor de las ocho de la mañana para desayunar juntos los seis antes de comenzar su recorrido por la ciudad. Y tuvieron que hacerlo a prisa, porque si no les faltaría tiempo, y vaya que eso era cierto. El primer lugar que Akihide había sugerido como actividad era el castillo Shuri [5], un gusuku datado en el 1400 aproximadamente, reconstruido en 1992, que representaba una de las etapas históricas más importantes de Okinawa, declarado en 2000 Patrimonio de la Humanidad. El relato que realizó el pelilargo guitarrista acerca de esta fortaleza fue un poco breve pero no por ello carecía de interés, pues las muchachas no solo tomaron fotografías de todo lo que pudieron, sino que además bombardearon a nuestro protagonista con un montón de preguntas al respecto.
Luego fueron a ver una demostración de Naha-te, estilo de Karate desarrollado en Okinawa, muestra que los dejó muy impresionados, sobre todo a Selenia y Megg, quienes ya querían practicar algunos de sus movimientos. Pasaron después a la calle Kokusai, en la cual abundan los restaurantes, para que las muchachas probaran una de las especialidades de la isla: Champuru, una mezcla de varios ingredientes fritos al wok, y en este caso, la versión de la casa era el champuru de somen.
Y bien, a partir de aquí fue que cada parejita tomó su propio rumbo: como era de esperarse, Charlotte y Akihide estaban ansiosos por visitar el museo de cerámica Tsuboya, mientras que Shinpei y Megg sentía un indescriptible deseo por pasear en la playa de Naha, y tal vez aventurarse a las olas, en tanto Selenia y Daigo preferían conocer (por así decirlo) el mercado de Makishi y la destilería más famosa de Awamori [6], haciéndose de un par de botellas en su recorrido.
Alrededor de las 6 pm ya estaban los seis reunidos en la habitación de Daigo y Selenia, después de darse un buen baño cada uno, por supuesto. Las chicas mostraban los recuerdos que habían comprado en sus recorridos y comentaban sobre esto y aquello, en tanto que la banda no solo hablaba del recorrido, sino de otros asuntos más “serios”.
Akihide: (alegremente) Con todo este hermoso paseo yo… compuse una canción.
Shinpei: ¿En qué momento?
Akihide: La terminé mientras Charotte se bañaba.
Daigo: ¿Qué se sintió saber que estaba desnuda a solo unos metros de distancia?
Akihide: No me salgas con esas preguntas. (le entrega una hoja manuscrita) Aquí está la canción.
Daigo: (agarra la hoja y lee mientras hacer algunos sonidos que intentan reproducir la melodía) Muy bueno… Realmente será una hermosa canción, solo dejame hacerle unas adaptaciones… un poquito más acordes al estilo de la banda. (saca un lápiz de su bolso y comienza a escribir al costado de las hojas. Shinpei lo observa y se muestra conforme. Luego, se la devuelve a Akihide) Listo. Ahora sí está perfecta.
Akihide: (lee con entusiasmo, pero su rostro va cambiando ligeramente hacia el enojo) Quitale todo el sexo que le pusiste.
Daigo: No, ese es nuestro estilo.
Akihide: Pero… ¡yo compuse una linda canción lírica!
Shinpei: Y apreciamos tu esfuerzo, pero ya sabes que a nuestras fans les encanta fantasear con que nosotros queremos hacerles… cosas.
Daigo: Cosas que les gusten.
Las muchachas casi no prestaban atención a estas burlas, pues estaban bastante concentradas en sus propios asuntos. Mientras Charlotte mostraba las fotografías que pudo sacar en el museo y Megg les hablaba de lo preciosa que era la playa, Selenia les invitaba una probada del awamori que compró, haciéndoles notar que pese a su grado de alcohol, era una bebida suave y dulce, muy bien añejada.
Charlotte: Recuerden que mañana vamos al jardín Shikinaen y al Mausoleo. Por la tarde, después de comer, hagan lo que quieran. Akihide y yo vamos a visitar el museo de la Prefectura y pasaremos por la destilería.
Selenia: Daigo-sama dijo que vamos a ir a un lugar llamado Okimawa world.
Megg: Nosotros iremos a recorrer calle Kokusai, el mercado de Makishi y luego visitaremos la casa de té Uchina Chaya buku buku.
Charlotte: Tenemos que regresar a la misma hora, así nos arreglamos para ir al Helios Pub y a Boabab. (Las tres comienzan a aplaudir por los planes) El domingo ya podremos descansar e ir a la playa, antes de regresar a Tokyo.
Selenia: (sintiendo el ruido de su estómago) Ahora preocupemos por cenar, que me muero de hambre.
Megg: Selenia, loca, recordá tu dieta.

Lunes, en Tokyo:
Casi con una fidelidad impecable pudieron cumplir esa agenda de mini vacaciones relajantes en Okinawa, llevándose los mejores recuerdos de la isla, además de lindos souvenirs (como unas botellas de awamori, jejeh). Cuando terminaron una divertida tarde en la playa, regresaron al hotel para cenar y de allí fueron hasta el aeropuerto. Cerca de la medianoche arribaron a Tokyo, y los muchachos llevaron a nuestras protagonistas al edificio antes de despedirse. Que Selenia haya regresado a ese lugar en vez de permanecer en el piso de Nakano no le resultaba nada agradable al soberbio protagonista, incluso no perdió oportunidad de decirle que no pasara la noche allí, pero ella se excusó diciendo que no tenía las llaves del otro lugar encima.
A veces no importa cuánto uno se preocupe, los sucesos tarde o temprano terminan por ocurrir, y mucho más si están previstos desde el principio. Y el encuentro que se produciría el lunes tenía que pasar. Y no sería la única preocupación de Daigo en ese día, pues, cuando se reunió con Selenia para hablar sobre su situación en ZR, se topó con una desagradable sorpresa.
Daigo: (a Selenia, mirándola fijamente) ¿Cómo qué no? ¿Por qué?
Selenia: ¡Qué pregunta! No puedo regresar a ZR de repente si ya renuncie.
Daigo: ¿Y por qué renunciaste?
Selenia: Porque iba a hacerme a un lado. Y no importa si fue una confusión, no puedo volver a trabajar como si no hubiese renunciado. Seguramente mi reemplazo ya está ahí, sea quien sea.
Daigo: Si fuese Anna ya lo sabríamos. (Atiende su celular, que comenzó a sonar de repente) Moshi moshi? (...) Akihide, ¿qué pasa? (Escucha y luego se torna extrañado) ¿Que están haciendo qué? (Escucha un poco mas) Está bien, voy para allá (Cuelga y habla a Selenia, mientras se pone de pie y se aleja de la mesa). Tengo que irme. Pensá bien en la posibilidad de regresar.
Selenia: Lo pensare, pero no te prometo nada.
Daigo se va a la productora después de despedirse de nuestra protagonista. No podía creer que los empleados de ZR estaban quejándose porque Selenia había renunciado y preferían que ella regrese antes de que llegue otra persona a ocupar su puesto. ¿Desde cuándo se tomaban tantas libertades? Esa conducta no era nada normal en trabajadores japoneses. ¿Qué pasaba con ellos? ¿O es que... acaso... el remplazo era... ella?
Una vez que llegó a ZR, se encontró con una situación que lo extraño de sobremanera: prácticamente todos los empleados y artistas estaban reunidos en el set, manteniendo una especie de reunión. Al escuchar todas las opiniones cruzadas, se lamentó de no haber llevado a Selenia con él, para evitar todo ese malestar.
Tsugumi: (levantando una mano) ¿Puedo decir algo? (Todos la miran) Yo sé cuánto ustedes aprecian a Se-chan, y yo no vine a usurpar su lugar. Ella renuncio y decidieron llamarme porque ya la reemplace una  vez. Un mes antes o un mes después... esto iba a terminar pasando.
Shinpei: La chica tiene razón. Tanto ella como Charotte y mi Meggu-chan se irán en un mes.  Desde el principio sabíamos que era algo temporario.
Ichiyo: Pero no es justo que Se-chan se haya ido antes. ¿Por qué renunció?
Obatta: Preguntáselo a Daigo-san.
Daigo: (cuando siente que todos lo miran) Bueno... Yo soy un poco culpable. Pero todo fue una confusión.
Empleado: ¿Engañaste a Se-chan? (Comienza a armarse revuelo) Oh, pero los mujeriegos nunca cambian.
Daigo: No... ¿Ustedes creen que yo estaría aquí si hubiese hecho eso?
Shinpei: Claro. Se-chan lo hubiese golpeado hasta dejarlo en el hospital.
Akihide: O de una patada lo dejaba estéril.
Daigo: Cállense.  
Obatta: Terminemos con toda esta tontería. Para que todos lo sepan, esa chica (apunta a Tsugumi) ya reemplazó a Serenia cuando estuvo internada. ¿Y quién creen ustedes que me la recomendó? Pues la misma Serenia. Ahora le pedí que venga porque trabajó bastante bien y no es tan problemática.
Tsugumi: Esta bien, Obatta-san. Agradezco sus palabras, pero no yo voy a quedarme aquí si no se puede. (Al sacar la mano de uno de los bolsillos de su campera se le cae algo)
Obatta: ¿Entonces quién va a ser mi asistente si la anterior renuncio y yo necesito una nueva con urgencia? (a todos) Entre los que se oponen, ¿quién se ofrece? (Todos se quedan callados) Ah, bien, bien, bien. Entonces, si nadie está dispuesto a hacer ese trabajo... Déjenme tener una nueva asistente sin protestar.
Kobachi: Obatta-san tiene razón, vuelvan todos al trabajo, por favor.
Decepcionados por la nula respuesta de sus quejas, los empleados volvieron perezosamente a sus trabajos, aun lamentando no poder lograr que nuestra protagonista se reincorpore. Es que nadie allí imaginaba un ZR sin la simpática extranjera correteando de una lado al otro, haciendo bromas y tratándolos con mucha calidez, y no con la frialdad a la que algunos de ellos se resistían a no regresar. Durante las descongestión del set, Akihide encuentra en el suelo un… ¿un collar? Si, un collar con un dije que le resultaba familiar, por alguna razón le producía cierta alegría verlo. ¿Y por qué? Pensándolo un poco, recordó… sus primeros conciertos en la universidad. Es una oportunidad se le acercó una pequeña niña, toda una monada, a decirle que se casaría con su nii-san [hermano mayor] una vez que creciera y se convirtiera en una belleza. Sería toda una locura que se le apareciese esa niña…
Tsugumi: (se acerca de a poco, mientras busca algo en el suelo con la vista) Aki-sama… ¿has visto un collar en el piso? Se me cayó del… (Alza la vista, notando que el guitarrista lo tiene en la mano) Ah… Veo que lo encontraste.
Akihide: (pensando) “No puedo creerlo… la loca que se me tiró encima es… ¡es esa niña! (a ella, entregándole el collar) Vos… ¿Cuántos años tenés?
Tsugumi: (extrañada) Veinte.
Akihide: (nervioso) Entonces hace quince años tenías cinco… Y… (La mira) ¿Yo alguna vez dije que me casaría con vos?
Tsugumi: (dándose cuenta) En realidad, aceptaste mi propuesta. Pero eso ya no importa. Vos ahora sos feliz con Charotte y yo tengo a mi Kendi-kun tan lindo. Además la idea era que yo tenía que crecer y ponerme guapa… pero solo pude crecer. (Se compara con él) Encima soy más alta que Aki-sama.
Akihide: (intentando consolarla) También sos guapa… Y no es que yo no sea un hombre de palabra, pero… Sos demasiado joven. Demasiado. Y yo… bueno, yo estoy con Charotte, como bien dijiste.
Tsugumi: (con una sonrisa, le devuelve el collar) Quedátelo, Aki-sama. Por la sonrisa que tenías hace un momento, me parece que te trae buenos recuerdos. A mí me va a hacer muy feliz que lo tengas.
Akihide: (contento) ¿En verdad puedo tenerlo? (ella asiente) Oh, no sé qué decir. Gracias… y lo lamento.
Tsugumi: (levantando los antebrazos, en señal de ánimo) Yo voy a ver mi contrato (se dirige a la oficina de Kobachi).
Entre tanto, Daigo había ido al camarín, con la misma sensación de impotencia que tenían los otros empleados. Él sería quien más iba a extrañar a Selenia en ZR, pues a partir de su renuncia solo podrían verse por fuera del trabajo, y como sabemos, nuestra protagonista se caracterizaba por ser muy inconstante, así que… con suerte se encontrarían una o dos veces por semana a menos que él la vaya a buscar.
Voz: Te estaba esperando.
Daigo: (dirige la vista rápidamente a la persona que estaba dentro del camarín y que él no había notado al entrar) Okasan [madre].
Ryoko: (se pone de pie) ¿Algún día volverás a decirme haha [mamá]?
Daigo: ¿Qué hacés aquí?
Ryoko: Sé que me estuviste buscando durante varios días, y yo tuve que hacer un viaje. Pero haha ya está de regreso para contestar a tus preguntas… con pruebas, obviamente.
Daigo: ¿Cómo tenés el descaro de aparecer como si nada? Me mentiste durante dos años.
Ryoko: (inmutable) ¿Qué mentira te dije?
Daigo: Me refiero a Anna, no seas cínica.
Ryoko: Anna Obatta está muerta, yo puedo llevarte a donde la enterraron.
Daigo: Dejá de mentir. Vos encubriste la falsa muerte de Anna, no me tomes por idiota.
Ryoko: Me refiero a la verdadera Anna Obatta.
Daigo: ¿Verdadera Anna? ¿De qué hablas?
Ryoko: La chica que conociste como Anna… se llama en realidad Yumi Nakamura. (Saca un álbum de fotografías un poco viejo y se lo muestra) Era hija de padres separados. Su madre se volvió a casar cuando la niña tenía diez años… y su padrastro abusaba de ella repetidamente.
Daigo: (hojeando el álbum, impresionado) No puede ser… Se parece… se parece a ella…
Ryoko: Así es. Yumi soportó los abusos que su madre ignoraba adrede… hasta que… decidió matar a su padrastro de ochenta puñaladas (le enseña un recorte de periódico) Esa noche su madre salió, su padre biológico no pudo pasar a buscarla… y ella se quedó sola con ese hombre.
Daigo: Pero aquí dice otra cosa.
Ryoko: Es que no te he contado esa parte. La madre de Yumi llegó a casa… y al encontrar a su marido muerto, intentó vengarlo matando a su hija. Pero el señor Nakamura también fue a ese lugar… y mató a su ex mujer para salvar a Yumi. Se echó la culpa del otro crimen también, y fue condenado a la pena capital. Asi que… los parientes más cercanos que podían hacerse cargo de ella, eran Hayate y Kiku Obatta, hermano y cuñada del costurero que trabaja aquí mismo. Ellos tenían ya una hija de la misma edad… Anna Obatta (le muestra una foto suelta). Ellas dos entablaron una buena relación, pero el matrimonio no estaba demasiado conforme con Yumi… porque era violenta e impulsiva.
Daigo: (cada vez más impresionado) ¿A dónde querés llegar con todo esto?
Ryoko: Vos querés saber la verdad, pero se debe tener mucho cuidado con lo que se desea. Un buen día Yumi y Anna jugaban soquer en el jardín, y la pelota fue un poco lejos. Cuando la chica Obatta fue a buscarla… justo cruzaba un automóvil a gran velocidad… Yumi intentó salvarla, pero fue atropellada también. Anna… lamentablemente falleció, mientras que su prima sufrió varias lesiones y un fuerte golpe en la cabeza que le causó amnesia. ¿Sabes qué es lo más extraño de todo…? Lo que decidió hacer esa familia… en medio del dolor de perder a un hijo…
Daigo: (no cabe en si del asombro) Aprovecharon su amnesia para implantarle la vida de Anna.
Ryoko: Exacto. Ellos no se resignaron a que Anna muera, así que dieron a Yumi por muerta y siguieron  viviendo… con una nueva hija. Yumi creció con esa vida nueva e impuesta, pero siempre ha estado ahí.
Daigo: (agarrándose la cabeza) No entiendo… ¿Que tiene que ver todo esto?
Ryoko: ¡Tiene todo que ver! Porque Yumi siempre, siempre ha estado ahí, esperando para despertar, para salir de su letargo… Y cuando te conoció… encontró la válvula de salida. (Por último, extrae su celular y busca un archivo) Había un video en VHS que pedí que transformaran para que puedas verlo y escucharlo y así te des cuenta de la verdad. (Le da su teléfono a Daigo después de comenzar a reproducir el video)
Daigo observa y escucha pasmado… pues lentamente, a medida que avanzaba el video, comenzaba a entender a donde quería llegar su madre. La verdad iba más allá de cualquier razonamiento lógico, era algo enfermo, desastroso…era incomprensible. ¿Cómo pudo suceder todo eso sin que él se diera cuenta? ¿Cómo podía ser que… él y… el padrastro de Yumi… tuvieran voces casi idénticas? De pronto piensa en Selenia, es que tiene que decirle todo de inmediato, así que comienza a llamarla.
Selenia: Moshi moshi.
Daigo: (apresurado) ¿Dónde estás?
Selenia: En Shibuya.
Daigo: (insistente) ¿En dónde?
Selenia: (extrañada) En… En tu departamento de Shibuya. Me encontré con Anna y hablamos un poco, luego me pidió que la ayude a sacar sus cosas de aquí, porque sola no puede, así por fin se vende este depa…
Daigo: Estoy en ZR, ven aquí de inmediato y aléjate de Anna
Selenia: ¿Cuál es tu problema? Ya juntamos todo, en cinco minutos nos vamos.
Daigo: (nervioso) Ven aquí, yo después contrato una empresa para que saquen las cosas, las quemen, las tiren o lo que sea. Vos vení.
Selenia: ¿Pero qué te pasa? Termino aquí y voy, son diez minutos nada más (escucha un ruido en el departamento) Eh, tengo que colgar. Termino y voy, ¿sí? (cuelga)
Daigo: (mirando el celular, mientras se escucha el tono de marcado) Estúpida…
Ryoko: (apunta hacia afuera del camarín) Andá a buscarla ahora.
Sin esperar ni un segundo más, el vocalista sale corriendo de la productora en dirección al departamento de Shibuya, ubicado a unas pocas cuadras de allí. No podían permitir que Anna y Selenia estuvieran solas ni un solo segundo más, lo peor podía ocurrir… Y… ¿Y si Yumi despertaba? ¿Y si justo estando cerca de la extranjera, sucedía la disociación? Ya dentro de su automóvil, aplastó el acelerador… Así tuviese que huir de la policía, y atravesar los semáforos, llegaría a tiempo, para evitar que se produzca una tragedia.
Pero vamos, amigos míos. Anna y Selenia se había vuelto muy cercanas desde que se conocieron. Realmente se llevaban muy bien. Aunque existía esa bomba de tiempo llamada Yumi, que amenazaba desde las sombras la vida de nuestra protagonista, víctima de un odio gratuito hacia su persona.
 Las dos se encontraron cuando Selenia salía de la cafetería  luego de reunirse con Daigo. Anna quiso aclarar lo que había sucedido en el hospital, pero la morocha le contestó que el vocalista ya le había dicho la verdad, y que no existía, a sus ojos, problema alguno. Eso fue un gran alivio. Hablaron un poco más en plena vereda, hasta que les vino el recuerdo de la primera vez que se vieron, vaya sorpresa para ambas. Entonces, la simpática extranjera le contó porqué fue a ese departamento con Daigo, cosa que impresionó a Anna, pues sus intenciones eran las mismas, aunque nunca más se animó a volver allá. Quizás… con el empujón de la presencia de Selenia… ¿podría sacar sus recuerdos de allí? Juntas decidieron probar suerte y no tardaron en llegar.
Vaya que fue un buen empujón. Selenia ayudo a guardar todos los recuerdos, álbumes, fotografías, ropas, notas, entre otras cosas, en varias cajas que comenzaron a apilar cerca de la entrada. En total juntaron 4 cestas, que llevaría a la planta baja en dos tandas de dos cestas. Anna bajó la primera mientras la morocha protagonista aseguraba la segunda con una cinta de embalar que anteriormente habían dejado ahí. En ese momento, mientras la otra muchacha subía en el ascensor, había llamado Daigo. Al entrar otra vez, Anna tropezó con una mesita, pues comenzó a sufrir un terrible dolor de cabeza. Esto provocó que Selenia deje el teléfono para ver que sucedía, y dejó a la joven descansando sentada en el sofá un momento en tanto ella se disponía a bajar la segunda tanda de cajas.
Cuando caminaba hacia la puerta, una de las cajas se desacomodó y cayó al piso, así que dejó la otra en el suelo para poder acomodarlas otra vez una sobre otra. Ni sintió el momento en que su acompañante se levantó. Volvió a apilar las cestas, y estaba a punto de flexionarse para levantarlas… cuando sintió un golpe en la parte trasera de la cabeza. Un golpe duro y contundente, que la arrojó al piso de inmediato… ¿Qué pasó? ¿Qué estaba ocurriendo? Pensó rápidamente que la acosadora se escondía allí, así que se volteó con velocidad sobre su espalda… Pero solo estaba Anna… Anna con una sonrisa perversa en su rostro… Anna con un martillo en la mano… Anna diciéndole “perra, por fin te encontré”… Anna… descendiendo el martillo otra vez sobre ella.

Aclaraciones:

1 Chotto, matte kudasai: Espera un poco, por favor.
2 Okinawa: Isla del sur de Japón, famosa por sus playas, es conocido el paraíso Nipon.
3 Naha: Cuidad más importante de Okinawa.
4 kinasai: Ven, en modo imperativo informal. En modo formal, es Kitte o Kitte kudasai (para agregar mas amabilidad)
5 Muy pronto, free talk 8.
6 Awamori: licor de arroz, especialidad de Okinawa, cuyo porcentaje de alcohol es mayor que el del sake.

Esta vez no les dejo adelanto, imaginen lo que va a suceder. El próximo episodio es el último, y creo que lo entregaré en dos partes, como al anterior. Ya tengo decidido el título, y todo el contenido, hasta las fotos ilustrativas. Les agradezco mucho por leer el fiction hasta aquí, somos menos de los que comenzamos, pero lo importante es que se hayan quedado apoyando esta historia. Para mí es muy pero muy importante. Lamento haberme retrasado con esta entrega, pero he tenido trabajo que hacer. No me fue taaaan bien como esperaba, pero no estuvo mal tampoco. 
Hace un tiempo me preguntaron en un comentario si habrá una segunda parte o si voy a escribir otro fic con Breakerz... y cuando publique el último capítulo agregaré otra entrada para contarles bien cómo es el asunto porque... la idea de una segunda parte está. Aunque si alguno tiene interés en leer otra fiction mío, les paso mi otro blog: Perfect to you una historia que escribo en equipo con mi sister y cuenta las aventuras de dos hermanas que iban rumbo a Japón pero se quedan varadas en Corea del Sur. Les pasa de todo, en especial cosas cómicas con las que se atascarán de risa (si quieren leerlo, claro). 
Bueno, me voy despidiendo. Nos leemos pronto, espero sus lindos comentarios. Gracias de corazón por seguir hasta esta instancia.
Sayonara!