martes, 31 de diciembre de 2013

Megg!!!

Hola, mi gente, Cómo han estado?? Yo fuera de problemas... nah, mentira, ando con insomnio... TT_TT
En fin, vamos a hablar del fiction, que es más interesante. Les presento el último informe protagónico!! Nuestra querida Megg, conozcanla un poco mas!!! 
Megg:

Nombre Completo: Meggara Angy Lionheart.
En Japonés: Meggara Anji Rionato
Sobrenombre: Pretty girl y Meggu-chan (de Shinpei), Gasparín (cuando Selenia quiere molestarla).
Edad: 22 años.
Cumpleaños: 4 de octubre.
Signo: libra
Estatura: 1.60 mts.
Peso: 46 kgs.
Descripción física: Cabello rubio dorado largo hasta poco más abajo de la mitad de la espalda, ojos celestes claros con muchas pestañas. Torso y brazos delgados, piernas robustas (bien entrenadas), caderas no muy anchas.
Tez muy clara, rostro delgado, labios finos. Timbre de voz grave.
Carácter: en apariencia es seria y estricta, sobre todo desconfiada, pero también puede ser muy dulce, tímida, responsable y tierna.
Es leal, siempre alienta y ayuda a las personas que quiere, encuentra la solución más simple a sus problemas, pero con los propios se ahoga en un vaso de agua...
Prefiere llorar sola, y opta por los concejos ante de los consuelos. También tiende a prejuzgar a la gente.
Habilidades: Natación, cantar y bailar. Además tiene buen equilibrio y aprende muy rápido casi cualquier cosa.
Habla francés e inglés fluido, y japonés básico (ahora avanzado), y tiene buena dicción.
Hobbies: Leer, salir a pasear, ir al gimnasio.
Familia: Sus padres, dos profesores universitarios. No tiene hermanos.
Comida favorita: en Argentina, Brochetas con distintas carnes y verduras asadas. En Japón, el curry suave y las anguilas fritas.
Color favorito: Dorado y morado.
Postre favorito: Cualquiera que tenga chocolate.
Bebida favorita: Jugo de frutas (sin alcohol).
Animales: un perro y un gato.
Chico ideal: Muy similar a Shinpei.
Si mañana se acabara el mundo: Disfrutaría del día con su familia y personas especiales.
Algo más sobre ella:
Meggara nació en primavera (si les digo... XD), en el seno de una familia de clase media, un joven matrimonio de profesores que se estaban desarrollando profesionalmente... y que en ese momento no deseaba tener hijos... Y, para la poca preparación que tenían, cuidar a nuestra protagonista de bebe no resultó nada fácil. Lo que mas deseaban era que creciera rápido, y pese a esto, no tuvieron la suficiente dedicación para proveerle contención y menos cariño. La mayor parte del tiempo ella estaba a cargo de niñeras o parientes, que cambiaban cada tanto y no podía encariñarse con nadie. 
Por todo eso, Megg no tiene muchos recuerdos o fotografías de sus padres. A veces se quedaba parada cerca del marco de la puerta su dormitorio, mirando a esos "extraños" que dormían en la casa. Poco a poco, la pequeña rubia entendió que eran sus padres. Más que juguetes, en su niñez, recibió libros y juegos didácticos, para que aprendiera rápido y fuese mas independiente. Como ellos esperaban, se volvió una niña callada y quieta, envuelta en un mundo de lecturas donde la gente alcanzaba la felicidad, mientras ella estaba estancada allí.
En la primaria y secundaria, nuestra protagonista tuvo muchos problemas para relacionarse con la gente. No tenía hermanos, no podía salir mucho de casa y menos llevar visitas, le resultaba bastante difícil conservar una amistad sólida. Además, como no estaba muy acostumbrada a tratar con mas personas que con ella, no entendía los valores de las demás personas, distintos a sus ideales. Desde entonces, comenzó a cultivar sus prejuicios. Al menos Internet le permitía socializar un poco, pero de esa forma.
Conoció así muchachos en el ámbito académico, pero si comenzaba una relación era a distancia. De hecho, cuando inicio el cursado en la universidad, estaba "saliendo" con un chico que vivía en el extranjero y con quien se veía una vez cada... tanto. Obviamente esas relaciones no prosperaban. 
¿Como conoció a sus amigas? Pues... dado su carisma, Selenia llamó rápidamente la atención de ambas, y un buen día en el que Megg tomó asiento a su lado, la morocha comenzó a hablarle, como tenía acostumbrado hacer con todo aquel que estaba a su alrededor. La rubia protagonista no podía creer cómo alguien podía hablar tanto y hacer tantas preguntas (sin conformarse muchas veces con las respuestas), pero no negaría que sus comentarios graciosos le causaban mucha risa. Y Charlotte, siempre rodeada de admiradores y gente de la que aveces parecía estar harta, producía un gran enigma en la mente de la nuestra dorada amiga.
Uno de esos días en los que Megg tomó asiento cerca de Selenia, Charlotte se sentó también al lado y rápidamente comenzaron una conversación... En la que la morocha les comunicó que estaba interesada en una beca a Japón, y que entraría en disponibilidad después de 4 años. El interrogatorio inició de inmediato y las tres quedaron muy entusiasmadas por la idea. ¡Irían a Japón! El tiempo de estudiar y esforzarse, tanto en la universidad como en el idioma, empezó. 
Un año antes de que inicie nuestra historia, Megg comenzó a verse halagada con demasiada frecuencia por un muchacho que conoció en la biblioteca, llamado Mario. Al principio, sus palabras, y el hecho de que haya conseguido su número de celular la incomodaban, pero poco a poco le agradó mas la idea de conocerlo. Él era todo un caballero, muy amable con ella y la hacía sentir a gusto, así que nuestra protagonista no pudo evitar desarrollar sentimientos por este chico... y decidió aceptar una relación. Como ella era bastante tímida en ciertas cuestiones, no tenía fotos suyas como para mostrarlas a sus amigas... Y lastimosamente desde esa costumbre de su nuevo amor no comenzó a sospechar.
Un buen día lo vio en la universidad, y decidió saludarlo. Pero él no parecía contento cuando lo besó, es más... estaba incómodo o nervioso... Megg no entendía por que, hasta que otra chica se le acercó... llamándolo Fernando.
Bien, hasta aquí las dejo la historia de Megg. Después, en el fic, se aclarará bien cómo termina. Como siempre les recuerdo, cualquier duda, mas abajo pueden dejar su comentario. 
Aquí les dejo otra entrada interesante. Visítenla.
Que tengan un buen fin de año, y prospero 2014!!! No beban mucho ;)
Sayonara!!!

lunes, 23 de diciembre de 2013

Capitulo 19: "Say you love me... again"


Daigo: (caminando en el puerto de Hakodate, habla a Selenia, quien en vez de prestarle atención, buscaba señal con su teléfono) Escuchá el sonido del mar, sentí el olor a mariscos frescos. Aquí no hay tanto bullicio como en Tokyo. ¿Te gustaría probar ramen de calamar? (La mira y se da cuenta de que ella no le prestaba atención) Nani wo suru? [1]
Selenia: Busco señal para llamar a las muchachas y decirles que estoy bien... Ah, ya encontré... Se me fue (sigue moviéndose) ¿Dónde hay señal?
Daigo: Deberías estar disfrutando de este lugar. Yo ya te dije que les avise de este viaje.
Selenia: ¿Y les dijiste por qué viajaste conmigo?
Daigo: (impresionado) ¿Acaso... no les contaste sobre lo nuestro?
Selenia: No... ¿Vos ya hablaste con Aki-san y Shinpei-san?
Daigo: Sí, y me costó un buen rato convencerlos de que decía la verdad. (piensa) "Yo luego me costo hacer que dejen de reírse de mí..."
Selenia: (buscando nuevamente) De cualquier forma, no sé qué les dijiste. ¿Cómo les avisaste de esto?
Daigo: Deje en White Dreams una nota para Charotte, así que ya no te preocupes más. Vamos a comer y dar un paseo.
Selenia: ¿Cuántas horas nos quedaremos aquí?
Daigo: ¿Qué parte de fin de semana no entendiste? Nos quedaremos hasta el domingo por la tarde.
Selenia: ¿Y pretendés que yo esté dos días con la misma ropa, sin bañarme ni cambiarme, lavarme el pelo o cepillar mis dientes?
Daigo: Por eso quiero que demos un paseo, así compramos lo que te hace falta. Que terca sos. Ikimashoo (le agarra una mano e intenta que ella lo acompañe, pero la morocha ni se mueve) ¿Qué pasa ahora?
Selenia: Sigo creyendo que no fue buena idea venir...
Daigo: (se le acerca, con mirada insinuante) ¿Tenés miedo de estar sola conmigo? No, no, no. Tenés miedo de estar sola conmigo y no aguantarte las ganas.
Selenia: Tsk, vamos a comer así dejas de decir tonterías. Ikimashoo, ikimashoo (Ambos comienzan a caminar).


Mientras tanto, en Tokyo.
Charlotte ya estaba saliendo de White Dreams, donde, a diferencia de ZR, si se trabajaba esa día. La pelirroja caminaba lentamente mientras pensaba en su futuro... sin darse cuenta, poco a poco se convertía en una Idol: ya le apareció un club de fans y la propuesta de estar en la portada de una revista juvenil, sin olvidar que sería una de las modelos para el comercial del próximo Spring Fest. Su idea de pasar desapercibida terminó en un rotundísimo fracaso. Para colmo, en la agencia decidieron llamarla Miss Charlotte (o missu Charotte), y las demás personas comenzaban a dirigirse a ella de esa forma. ¿Transitaba ya un camino sin retorno?
Tanami (compañera de White Dreams): Missu Charotte (capta su atención y le extiende una nota) Dejaron esto para vos.
Charlotte: Gracias. (Toma la nota y lee en voz baja su contenido) "Ore wa Se-chan to Hokodate he ikimasu. Nichiyobi ni kaerimasu. Daigo Naito." [–Yo distanciado– “Voy a Hokodate con Se-chan. Regresaremos el domingo”] [2] (se queda pensando un momento, y esto inquieta a la mujer que le entregó el mensaje).
Tanami: ¿Sucede algo malo?
Charlotte: No sé si es malo o extraño... (Agarra su celular) Intentaré llamar a mi amiga después.
Mientras esto sucedía con la pelirroja, tres hombres que paseaban en ese momento por White Dreams, también llegaron al vestíbulo. Ellos discutían discretamente sobre una sesión de fotos que debían hacer con una modelo, se preguntaban si habría una para todos o si formarían parejas individuales. El más alto, el líder, distinguió a Charlotte entre el intercambio de opiniones justamente cuando los otros dos comenzaron a mencionar posibles nombres de candidatas aceptables. "Yo me quedaría con ella" dijo mientras apuntaba a nuestra protagonista, y sin perder mucho tiempo, se le acercó indiscretamente, de tal forma que notó la cara de impresión de la muchacha al verlo.
Para ver las bandas, click
Muchacho: (amablemente) Disculpen que me entrometa, pero tenía muchas ganas de conocer a la chica de la que todos hablan, y me doy cuenta de que es diez veces más guapa de lo que me dijeron. (Agarra una mano de la pelirroja entre las suyas) Desde ahora, contame entre tus admiradores. (Acaricia la blanca mano y la acerca hacia su boca, besándola) Soy Calvin Chen. Yoroshiku.
Charlotte: (con la piel de gallina, híper nerviosa y anonadada por recibir un beso de Calvin... aunque solo fuese en la mano) Konbanwa... Yo te conozco, Calvin-san... Me encanta Fahrenheit... Especialmente el líder.
Calvin: (con una sonrisa galante) Entonces somos fans mutuos. (Los dos ríen coquetamente) ¿Y a mi bella fan le molestaría salir a cenar conmigo?
Charlotte: (hipnotizada) Me encantaría...
Tanami: (tocándole el hombro) Missu Charotte...
Charlotte: (la ignora) Pero necesitaría ir a casa a cambiarme...
Tanami: (repite la acción anterior, pero con más insistencia) Missu Charotte...
Calvin: Pero ya estas preciosa.
Charlotte: (se muestra avergonzada) Yo no soy solo una cara bonita.
Calvin: (la mira de los pies hasta la cabeza) Se nota.
Charlotte: (también se observa) Es que me cuido mucho...
Tanami: (tira del brazo de Charlotte, apartándola de Calvin) Missu Charlotte. ¿Qué estás haciendo? ¿Y tu prohibición? ¿Y Aki-san, que se acaba de ir?
Charlotte: (pasa del estado de hipnosis a uno de alerta) ¿Akihide estaba aquí?
Tanami: Si, salió del ascensor, te vio embobada, yo trate de advertir, él se molestó y se fue.
Charlotte: ¿Se molestó? (Se agarra de la cabeza) ¿Por qué soy tan tarada? (Se acerca a Calvin Chen) Ehm... Había olvidado que tengo que hacer algo y no puedo cenar con vos, pero...
Kimura (Coordinador de White dreams): Ese algo que hacer se llama prohibición de la universidad. (Los dos lo miran anonadados por la intervención) Missu Charotte no puede tener citas con hombres durante su estadía o se le cancelará la beca y no podrá graduarse en la universidad.
Calvin: (mira a Charlotte) ¿Es eso cierto?
Charlotte: Si, es eso cierto. Lo lamento mucho, pero... tengo que pensar bien en mi futuro. Sayonara y... sumimasen (se retira lentamente, pero asegurando un ascensor para alcanzar a Akihide antes de que este se vaya)
Mientras, el molesto guitarrista, ya dentro de su automóvil, conducía rápidamente al edificio donde vivía. Esta noche solo se encontraría allí con Shinpei, ya que Daigo aviso que pasaría el fin de semana en Hakodate. Durante el trayecto, lo atormentaba la imagen de Charlotte hablando con Calvin, aceptando encantada de la vida su invitación, mirándolo como fascinada... Seguramente estaba cenando con él en un pintoresco restaurante...
Shinpei: (una vez enterado de todo) No te hagas ideas... ¿Qué podría tener Calvin Chen que no tengas vos?
Akihide: (deprimido) Es joven, apuesto, atlético... alto... Hubieses visto como lo miraba...
Shinpei: (como restándole importancia) ¿Qué son cuatro o cinco años menos? Nada. Y por la altura no te preocupes, que vos estas más al alcance de Charotte que él. Y ese tipo será guapo, pero vos... tenés belleza interior y una melena que enloquece a muchas damas. Además... nunca es tarde para hacer ejercicio.
Akihide: No estoy de humor para bromas...
Shinpei: No lo dije en broma. Ustedes ya se besaron, ya saliste de la furiendo son, ¿cuál es tu problema?
Akihide: Estoy celoso de cualquier hombre que Charlotte mire con interés. Ese es el problema (al ver que Shinpei está por replicar) Y no me digas que es inseguridad y bajo autoestima, porque te voy a recordar que vos estuviste celoso de Meggara.
Shinpei: No iba a decir eso, sino que... es culpa de los otros hombres, Calvin Chen... KyunHo. Ellos las tientan y las provocan.
Akihide: (asustado) ¿Vos crees eso? ¿Y qué podemos hacer?
Shinpei: Yo no voy a mover un dedo. Ya hice mucho por ella y me respondió con un montón de insultos que no quiero recordar. Pero vos si podes hacer algo: provócala.
Akihide: (desconcertado) Nanni?
Shinpei: Calvin Chen es un casanova, y con un tipo tan tímido y lerdo como vos, es obvio que ella se va a sentir tentada. Pero... si comienzas a seducirla, a poner más de tu parte, Charotte no necesitara mirar a nadie más.
Akihide: ¿Y cómo se supone que pueda hacer eso, si cada vez que la veo me siento nervioso?
Antes de que el guitarrista de lentes pueda contestar, suena el timbre del portero, interrumpiendo la conversación. Shinpei decide atender súbitamente, mientras Akihide se queda sentado, pensando en lo que dijo su amigo con anterioridad. ¿En verdad él podía llegar a... “seducir” a Charlotte (¿cómo se suponía que debía hacerlo?), a una chica cuya sola presencia atraía todas las miradas? No se veía capaz de provocarla, sino de ser provocado por ella... Además, ¿Él también tendría que besar su mano, como lo hizo Calvin Chen, así como mirarla de esa forma tan descarada, sonreírle de costado...? No podía imaginarse actuando así, se sentiría muy extraño si lo hacía.
Shinpei: (regresa al sofá y se sienta de golpe) En un rato voy a salir.
Akihide: Pero... ¿tengo que quedarme solo?
Shinpei: Así vas a poder pensar en lo que hablamos. No es necesario, pero...
Akihide: ¿Adónde vas?
Shinpei: A tomar algo con mis amigos. Tal vez jugaremos al pool.
Akihide: No es justo... (Decidido) Voy a ir a ver a Yasu [3] y los muchachos... y vamos a armarla en grande.
Shinpei: Bueno. Pero anda a arreglarte. Tal vez conozcas a una chica con quien darle celos a Charotte.
Akihide: (abandonando el sofá) Yo no hago esa clase de cosas. (Va a su habitación para cambiarse)
Shinpei decide hacer lo mismo, pero no muda demasiado de ropas. Solo una remera y una chaqueta serían suficientes. Cuando ya tenía ambas encima y regresaba a la sala,  escucho que alguien llamaba a la puerta con un golpe suave pero firme y perfectamente audible. Era muy seguro que se tratara de ella... ríe para sí, dirigiendo una mirada a la habitación de su pelilargo amigo antes de quitar la llave y permitir que entre su visita. Apenas la recibió, saludó con la cabeza y se marchó. La visita quedó sola en la sala, y tomó asiento en el sofá mientras esperaba que aparezca Akihide, cosa que no tardó en suceder...
El tímido protagonista salió de su habitación, bien peinado y con una ropa más... "casual", acompañada de una original campera de cuero con tachas. Buscó con la vista, muy superficialmente a Shinpei, pero se encontró con... una cabeza roja... reconocía ese cabello, esos rulos... ¿Qué hacía ella ahí? ¿Shinpei la dejó pasar? Con razón se apresuró en salir... Ese tipo... como le encantaba armar parejas.
Akihide: (apenas susurrando) Charotte...
Charlotte: (abandona el sofá de un salto y corre a abrazarlo lo más rápido posible) Konbanwa.
Akihide: (un poco irritado) ¿Y tu cena con Calvin Chen?
Charlotte: ¿Otra vez te guiás solo por lo que viste incompleto? Rechace la invitación de Calvin Chen aunque me sentí tentada a aceptarla, solamente porque soy... una fan de Fahrenheit. Pero tengo prohibición de hombres y aun así me arriesgue a venir aquí.
Akihide: (extrañado) ¿Y por qué viniste?
Charlotte: (agarrándole las manos de repente) Porque me importas, por eso vine. Generalmente, cuando alguien se molesta conmigo, no me acerco hasta que veo que la situación se calmó. Pero hago una excepción porque creo que no deberíamos distanciarnos por tonterías después de todo lo que nos costó estar en calma.
Akihide: (pensando un poco) Pero... yo te vi mirándolo con ojos bonitos... como interesada en él... (antes de que ella replique) ¿Y cómo no? Él es más joven, más atractivo y... es alto.
Charlotte: Lo único cierto es que es más alto... Pero los dos son atractivos a su modo... y no se nota que es más joven (le rodea el cuello) Y con él no podría hacer esto (lo atrae y abraza).
Akihide: (sin oponer resistencia ni apartarse) De todas formas estoy molesto... 
Charlotte: (se aleja un poco y le estampa un pícaro beso en los labios. Luego sonríe dulcemente) ¿Y ahora?
Akihide: (trata de ocultar su inminente sonrisa) No es justo... así no me puedo enojar...
La pelirroja, sin perder su actitud de alegre despreocupación, acercó el rostro del guitarrista para besarlo nuevamente, sin que este intente resistirse. Es más, él la rodea con los brazos, y así quedan juntos un rato, hasta que Charlotte comenzó a entusiasmarse demasiado. Akihide, casi ahogado, termina apartándola un poco, y hace a un lado su colorado semblante, mientras intenta recuperar el aliento.
Charlotte: Gomene... creo que me entusiasme demasiado.
Akihide: (jadeando) Intenta no ahogarme...
Charlotte: (lo mira con picardía) Ya se te pasó el enojo, ¿verdad?
Akihide: Si, pero... (Se distrae al ver que, cuando Charlotte acomoda la chaqueta que trae puesta, una nota cae de su bolsillo. Apunta al suelo) Charotte... se te cayó algo.
Charlotte: (lo recoge y lee el papel) Ah... es la nota que me dieron en White Dreams. ¿Qué sabés de un viaje que hizo tu amigo, llevándose a mi amiga?
Akihide: (sonriéndose) ¿Daigo llevó a Se-chan a Hakodate? ¿Tan enserio va ese asunto?
Charlotte: (desconcertada) ¿De qué asunto me estás hablando?
Akihide: (extrañado) ¿No sabías de la relación de Se-chan y Daigo?
Charlotte: (anonadada) ¿Relación? ¿Una aparte de sus peleas de perro y gato?
Akihide: (ríe) Olvidate de eso. Desde el lunes ellos decidieron comenzar a salir.
Charlotte: Eso sí que no me lo esperaba... ¿Por qué se lo guardó? ¿Será por la prohibición de hombres? (Piensa brevemente y luego habla al guitarrista) ¿En qué por va a jugar Shinpei?
Akihide: Pero... ¿por qué me lo preguntás?
Charlotte: Porque... entre nosotros todo está bien, entre Selenia y Daigo está de lo mejor... se me hace injusto que Megg y Shinpei sigan distanciados.
Akihide: (hablando con absoluta sinceridad) Meggara perdió la confianza de Shinpei, ese es el problema. (Antes de que ella intente replicar) Y sé que no te parece justo, pero yo entiendo a mi amigo. Vos dijiste una vez que no se puede culpar a alguien por decir lo que siente, pero si por la dureza de sus palabras...
Como Charlotte no entendía bien lo que decía Akihide, se dispuso a enterarse de ese otro lado que hasta ahora, tanto ella como Megg ignoraban: la perspectiva de Shinpei. Ambas amigas contemplaban la realidad solo desde lo que ellas veían e interpretaban, pero ahora todo se volvía más claro con la explicación del pelilargo guitarrista. Antes creyó que las acciones de nuestro protagonista de lentes se debían a puro despecho o capricho... y se sorprendió al comprender que estaba juzgándolo tan dura como superficialmente. Shinpei antes sentía algo de seguridad con respecto a la dorada extranjera, pero debido a la aparición de KyunHo y a las crueles palabras que la rubia fue capaz de decirle, esa poca convicción desapareció. Si ella tenía sentimientos hacia él o no, ya no lo sabía... es más, ahora estaba seguro de que no era así. Megg, para él, no lo quería... y jamás llegaría a amarlo. De haberlo hecho, jamás hubiese dirigido palabras tan crueles. Según lo que dijo la muchacha, sentía por el alegre guitarrista "lastima y vergüenza ajena", y no deseaba volver a tenerlo cerca. Por más disculpas que se ofrezcan, hay hechos que, simplemente, no pueden desaparecer.
Akihide: Creo que... para que entre ellos todo llegue a arreglarse, ella debería demostrarle que lo quiere de corazón. (Ambos se quedan pensando un momento en silencio, hasta que el guitarrista decide tomar la palabra) Charotte... No creo que sea bueno que te quedes aquí con tu... prohibición de hombres...
Charlotte: (restándole importancia) No te preocupes, avisé en el edificio que saldría a tomar algo con unos compañeros de trabajo. Con esa mentirilla creo que ya no habrá problemas.
Akihide: Pero... deberías cenar... (Agarra su teléfono celular) Voy a pedir algo para comer. ¿Está bien?
La pelirroja expresa su satisfacción con una radiante sonrisa. Akihide y ella, solos en el departamento, sin que nadie, menos Kishimoto, los vea... Era momento de romance. ¡Por fin tenía algo de suerte! La muchacha se acercó a las cortinas, despejándolas para poder apreciar las luces nocturnas, los demás edificios, y el cielo en azul profundo lleno de estrellas. Pronto sintió los brazos de Akihide rodear su cintura, las manos enlazadas sobre su abdomen y el cálido aliento del guitarrista cerca de sus oídos.
Akihide: ¿Te gusta la vista nocturna?
Charlotte: (inclina un poco la cabeza para acercarla a la del guitarrista) Me encanta... Pero no más que la compañía.

Mientras tanto, en Hakodate.
Las compras ya habían terminado, bastante rápido para lo que acostumbraba Daigo, pero muy lento según nuestra morocha protagonista, así que ambos ya estaban sentados en el restaurante del hotel "La Vista", un complejo spa con aguas termales muy exclusivo de la ciudad. Esperaban probar el ramen salado [4], especialidad de Hakodate. Selenia repasaba mentalmente lo que fueron esas compras, avergonzándose sola de las cosas que le hizo probarse el vocalista, en especial por los vestidos... no importaba si ya la había visto con uno, ese solo era un personaje. Ella en realidad detestaba esas prendas, no solo porque, según mucha gente, representan la femineidad, sino además se reconocía como una persona de piernas inquietas... y no se hacía responsable de lo que él pudiese ver... sobre todo, puesto que tampoco era amiga de la depilación de cavado... Al final terminó aceptando esa ropa, pues no era nuestra extranjera amiga quien pagaba, pero pudo poner sus condiciones al respecto: usar un short o calza debajo.
Mientras ella pensaba, Daigo había ido a los sanitarios y ya regresaba, comentándole que mañana por la tarde tenían reservadas las aguas termales. Después de tal anuncio, se extrañó de no verla emocionada o efusiva como siempre.
Daigo: (extrañado) Deberías estar contenta... ¿genki desuka?
Selenia: (como irritada) Yo soy la que se sorprende con vos... ¡Hello! Vimos un fantasma... ¿Cómo podes estar tan tranquilo? ¿No tenés miedo de que nos siga hasta aquí?
Daigo: (como restándole importancia) Yo vi varios fantasmas cuando era niño, eso no es nada. Además, al verme desapareció, así que podes quedarte tranquila.
Selenia: Pero... podría seguirnos hasta aquí y aparecer en la madrugada...
Daigo: ¿Cómo va a llegar de Tokyo a Hakodate? No digas tonterías.
Selenia: Los fantasmas pueden volar...
Daigo: Ya estas delirando... (Quedan en silencio mientras les sirven el ramen junto con el té relajante que pidió la morocha. El mesero deja los platos y se retira) Comé y no digas más tonterías. Los fantasmas están donde quieren estar, y ella vaga por el departamento de Shibuya. Ahí se quedara. Punto (separa sus hashi y comienza a comer).
Selenia quedó pasmada después de recibir esa respuesta. ¿Por qué ella estaba tan asustada y él no, si ya tuvo una experiencia previa? Seria acaso que, con su fuerza sentía que podía enfrentar a cualquier criatura, pero... en un fantasma no hay huesos que romper, ni carne que golpear... ¿Cómo podía enfrentar a un fantasma? Tenía el ramen en frente, ofreciéndole una apetitosa imagen y aroma incomparable... y ella pensando en la muerta... que gran tontería. Bebió el té relajante hasta el fondo, y la sola visión de los fideos en caldo con verduras y mariscos, aquel aroma a comida recién preparada borró de su mente el miedo al fantasma... ¡Nada más feliz en la vida que poder disfrutar de comida deliciosa!
Una buena cena, acompañada de la carismática compañía de Daigo, con quien comenzó a hacer chistes dignos de ser escuchados, junto a sus múltiples "sí que sos glotón... si comes más que yo, ¿por qué soy más gorda?", recibiendo como respuesta "los gordos tienen panza... y la tuya se fue a la parte de atrás". Entre broma y broma, la cena terminó, por lo que ellos abandonaron el comedor para subir al cuarto... del cual Selenia no tenía la menor idea... ¿Y qué era eso? ¡Las camas estaban prácticamente juntas! Nuestra protagonista observó brevemente y con muchas sospechas al vocalista, preguntándose cuáles eras sus intenciones, algo que no tardaría demasiado en expresar.
Selenia: ¿Por qué las camas tan juntas? ¿Qué significa esto?
Daigo: (la observa extrañado un momento, pero luego desvía la vista y sonríe por lo bajo) Soñar no cuesta nada... (Se vuelve hacia ella y la arrincona contra la puerta, deslizando una mano por el rostro de la morocha, en una caricia provocadora) ¿Qué crees que quiero hacer?
Selenia: (colorada y confundida) Hey, ¿qué haces?
Daigo: (la deja de repente y se dirige al baño) Deja de pensar tonterías, hentai [5].
Molesta por eso, Selenia decide ignorar las provocaciones de Daigo y concentrarse en descansar, así que busca la nueva ropa de dormir, junto con el cepillo de dientes y una vez que ve salir al vocalista, acapara el baño para cambiarse y demás. Un rato después, saliendo del sanitario, encuentra al soberbio protagonista ya acostado, preparándose para dormir, casi al otro extremo de la cama. Camina sigilosamente, dejando su anterior atuendo a un lado, y se desliza bajo las cobijas, acercándose lo máximo posible a la pared. Pensando en el delicioso ramen que cenó, comienza a sentir los parpados pesados y el sueño que inminente la jalaba. Cuando ya empezaba a dormitar, sintió algo sobre el colchón... cerca de su pie... pensó que tal vez fue su imaginación, pero... esa cosa se movía. ¡Estaba acercándose a ella! Selenia flexionó las piernas, haciéndose una bolita, evitando que aquel peso se aproxime más. Sin embargo, todavía lo sentía allí, avanzando leventemente. Decidió, muy a pesar de todos los films de terror que había visto, levantar las cobijas, encontrando... una luz... no era una luz, sino algo como una cara blanca... ¡Era la muerta! ¡La muerta la perseguía!
De un salto salió de la cama y fue hasta el otro lado, cercano a Daigo, lanzando un tremendo grito que despertó al vocalista. Él levanto el torso de golpe, encontrando a nuestra simpática protagonista en cuclillas a un lado, hecha una bolita, apunado hacia donde ella estaba casi durmiendo.
Daigo: (medio dormido) ¿Qué pasa ahora?
Selenia: (asustada) La muerta me persigue... ¡Es el fantasma de Elena!
Daigo: Seguramente fue una pesadilla... y se llamaba Anna (siente que algo se mueve en la otra cama. Esto le llama la atención y se acerca lentamente... solo para descubrir que se trataba del celular de Selenia en modo silencioso. Lo acerca a la joven) Era esto, baka.
Selenia: (agarra su celular y lo mira con atención) Llamadas perdidas de Megg y Tsugumi... (Sintiéndose apenada) Que estúpida soy...
Daigo: (vuelve a acostarse bajo las cobijas) Anda a dormir. (Ve que ella no se mueve) ¿Que pasa ahora?
Selenia: Tengo miedo, Daigo-sama... ¿y si después si se me aparece el fantasma?
Daigo: (se levanta otra vez) Cuantas veces lo tengo que repetir: Los fantasmas no pueden viajar... Y ya va siendo hora de que dejes de decirme Daigo-sama. Además, no puedo creer que la heroína de Yokohama le tenga miedo a un fantasma
Selenia: Es que... no puedo romperle los huesos a un fantasma... a un pervertido sí. (Corre a resguardarse bajo las sabanas) ¿Podes hablarme hasta que me duerma?
Daigo: (con cierto hartazgo) Bueno... pero acercate más así puedo hablar bajo y tenés sueño más rápido.
Selenia se acercó casi hasta el borde de su colchón, sin darse cuenta de que él había hecho lo mismo hasta que lo tuvo muy cerca... Apenas estiró el brazo y ya podía tocarlo (no imaginen algo romántico, porque fue como pinchar crema)... Pero era mejor eso que sentirse sola y acosada por la muerta. ¿Sería peor el tratamiento que la fobia? ¿Y si el fantasma aparecía de todas formas, furiosa por encontrarla cerca de su amado y perdido Daigo? Todos esos pensamientos desafortunados aceleraban los latidos de su corazón a un ritmo que el vocalista pudo percibir. Él no estaba hablando como le había sido pedido, y ya le resultaba preocupante el estado nervioso de la extranjera, así que, tal como sucedió una semana antes, decide sujetar la cabeza de la muchacha, atrayéndola hacia su pecho. Él se encontraba bastante más tranquilo, y por ello seguramente escuchar los latidos de su corazón la tranquilizaría. Al parecer tuvo el efecto deseado, pues al cabo de unos minutos, ella se mostró más quieta, solo frotaba un poco sus cortas uñas contra uno de los brazos de Daigo, más que nada como una forma de mostrarle que había acertado.
Daigo: (habla suavemente) ¿Ya no tenés miedo?
Selenia: Justo deje de pensar en eso... voy a asustarme otra vez.
Casi como si se tratase de un juego, Daigo apoya una mano en el mentón de Selenia y lo eleva para estamparle un rápido beso en la boca.
Daigo: (en tono divertido) ¿Y ahora?
Selenia: (encogiéndose de hombros, se aleja un poco) Ahora te tengo miedo a vos...
Daigo sonríe casi como una victoria, vuelve a besarla con más entusiasmo esta vez, contagiando del mismo a su compañera, quien no contenta con conocer su boca superficialmente, decide explorarla en profundidad. Por ello, gira un poco en la cama, quedando casi encima de él y lo aprisiona entre sus brazos mientras cumple su cometido. El vocalista queda ciertamente confundido por las acciones de Selenia, pues durante el viaje y el paseo se mostraba distante, y ahora estaba desatada como una fiera... aunque no podría decir que le resultaba desagradable. Esa era, al fin y al cabo, una de las peculiaridades que más le gustaba de ella.
Selenia: (se aleja de repente) ¿Qué estoy haciendo, si esta tarde vi al fantasma de tu...?
Daigo: (se desliza rápidamente y extiende un brazo para apagar el velador, dejando la habitación en penumbras. Luego vuelve junto a ella y la rodea firmemente con los brazos) ¿Qué importan los fantasmas? Lo único que debe importar es que nosotros estamos vivos.


La luz del sol ya entraba por la ventana. Parecía increíble que pudo tener una noche en calma después del confuso episodio en el departamento en Shibuya y el del celular allí mismo. Pero al fin y al cabo, durmió... aunque creía que no lo lograría. "Nosotros estamos vivos"... Todo estuvo en calma, sin pesadillas, así que... ¿por qué preocuparse por un fantasma? Ya que Daigo se molestó en llevarla hacia uno de los mejores lugares de Japón, en el mejor hotel, con la comida más deliciosa y muchas cosas por hacer... al menos podía simular que estaba disfrutando plenamente el viaje, fingirlo hasta que las emociones sean reales. 
Apartó las cobijas para levantarse, y se vio aun rodeada por los brazos de Daigo... Anoche él, después de decir aquella frase, la abrazó fuertemente. Ella creyó que tenía otras intenciones, pero nada fue más allá de eso, no dijeron algo ni agregaron palabra alguna. Poco a poco los llamó el sueño y quedaron profundamente dormidos, uno al lado del otro, hasta ese momento, en el que ella despertaba.  Con mucho cuidado lo apartó, intentando no despertarlo… “La gente es tan distinta cuando duerme”, pensó. Decidió dejarlo allí e ir al baño para lavarse la cara. Cuando se miró al espejo, agradeció profundamente que él no estuviera despierto para verla y gritar de horror… Por Dios, ¿por qué siempre lucía tan desalineada y espantosa apenas abandonaba el estado de sueño? Sería bueno un poco de piedad hacia el vocalista. Una vez que relajó su estado, regresó al cuarto, preguntándose si debía despertar al bello durmiente para ir a desayunar o dar un paseo por el hotel hasta que él solo despierte, pero  su estómago comenzó a clamar por comida… esto ya no le dejaba más opciones.
Daigo: (levantándose lentamente) Escuché eso… (Ve a Selenia, le sonríe con simpatía y saluda con una mano) Ohayoo.
Selenia: Ohayoo gozaimasu. No quise despertarte.
Daigo: (sin la sonrisa) ¿Cuántas veces más tengo que decirte que dejes de tratarme con tanto respeto?
Selenia: Pero antes me lo exigías… Ay, quien te entiende…
Daigo: (comienza a estirar los brazos y cubre un bostezo con una mano) Eso fue en otro momento. (Se dirige al teléfono de la habitación para llamar al servicio y pedir desayuno al cuarto. Luego se vuelve hacia nuestra protagonista, apuntando la mesa de noche) Aquí está la tarjeta del cuarto para que abras al  servicio. Yo voy a ducharme.
Sale de la cama, agarra rápidamente algo de su bolso y se dirige al cuarto de baño, dejando a nuestra protagonista sola en la habitación. Ella aprovecha ese tiempo para cambiar su pijama por ropa de calle antes de que llegue el servicio, pero el tiempo que tuvo que esperar por esto alcanzó hasta que el vocalista regresó, despierto y refrescado. El camarero se retiró dejando los platos, en absoluto silencio.
Daigo: (Indicando la mesa donde estaba la comida) Tenemos que desayunar rápido. Hay mucho de Hakodate que ver el día de hoy.
No era necesario agregar algo más a ese pedido, ya que nuestra protagonista estaba medio muerta de hambre y devoró el desayuno, bastante completo, en un abrir y cerrar de ojos, casi a la misma velocidad que Daigo. Los dos tenían un estómago enorme, y acabaron con toda la comida de la bandeja de desayuno. Luego se prepararon para salir a dar un paseo por Hakodate. 


El primer lugar que visitaron, luego de tomar el transporte, un trolley (imagen) así como lo leen, fue la torre Goryokaku, en cuyo último piso ofrece una perfecta visión de la isla del mismo nombre en pleno florecimiento de las sakuras. Selenia solo tomó una fotografía, pues prefirió observar ese maravilloso espectáculo el mayor tiempo posible. Seguramente sus amigas también se maravillarían al ver todas las flores en esa enorme estrella... ¿Cómo estarían las muchachas en ese momento? Resultaba llamativo que no la llamen más y no envíen mensajes preguntándole como estaba o cosas por el estilo... De pronto se corta esa extraña cadena de pensamientos cuando siente la mano de Daigo sobre la suya, apoyada en la baranda.
Daigo: Si todo se arregla, tal vez vengamos los seis a pasear por Hakodate en otra ocasión.
En medio de una sonrisa de victoria, Selenia celebró esa afortunada frase para sus adentros, pensando en lo agradable que le resultaba ese momento. Daigo era tan diferente ahora, era imposible que no le guste, pero… ¿Realmente podía gustarle más de lo que ya le gustaba? ¿Llegaría a quererlo más de lo que ya lo estaba haciendo, mientras rezaba internamente para que sus sentimientos no le impidan actuar con cautela, para que no nublen sus ojos y la dejen a la intemperie? Después de Alejandro, Bruno y Cesar… sumados a la primera decepción que enfrentó con el vocalista… “Yo sé que depende de mí, pero… cabecita, no dejes que vuelvan a herirme” Las sakuras que estaban frente a sus ojos, a varios metros de distancia, florecían cada primavera, y morían cada otoño, dejando los árboles desnudos en invierno y alegres en verano. Esperaba que su amor no sea como las flores y ella como el árbol que las sostiene… otra vez.
El tiempo allí había terminado, y era hora de la próxima visita. ¿Qué tenía planeado Daigo? Pues nada más y nada menos que el establecimiento de té Maruyama, para una degustasión de té matcha y dulces condimentados para despertar todas las sensaciones del paladar. En este lugar no solo probaron lo que ya les conté, sino que se informaron acerca de la antigua costumbre de la ceremonia del té, y pudieron preparar su propia infusión al estilo japonés.
Después de esto llegó la hora del almuerzo, para lo que Daigo eligió un local Kaitenzushi, donde podrían comer sushi fresco de mariscos de Hakodate en un lugar de buen ambiente. No por el económico precio de los platillos invitó el vocalista a Selenia, sino para que conozca estos restaurantes tan populares, y ella, como niña en parque de diversiones, quería todo lo que veía ser trasportado en las cintas, en este caso, rollos de sushi. Le llamaban la atención los pequeños platos con porciones que aparentemente no llenarían su estómago. Pero al cabo de un seis (o siete) quedó satisfecha, sin aceptar una sola gota de alcohol (era demasiado temprano) ¿Y qué harían a continuación? Para bajar un poco la comida antes de las aguas termales, iniciaron una caminata por el parque Miharashi, lleno de flores en primavera. Como si se tratara de un guía turístico, Daigo comentó a Selenia varios por menores del lugar, incluyendo el espectáculo de las rosadas hojas en el camino durante los días de otoño.
Durante el camino por el parque, Daigo se extrañó de que, a diferencia de las muchachas normales, Selenia no intentaba agarrarle la mano ni siquiera una vez. Tampoco lo había intentado, o insinuó que él lo haga. Ella estaba absorta en el paisaje, solo escuchaba las explicaciones y asentía acompañándose de un “ajam” que no le agradaba demasiado. Intentando romper un poco el hielo que ya lo incomodaba, dijo bastante alto que en otoño el lugar podía tornarse bastante romántico para las parejas… pero la morocha seguía sin prestarle atención, pues encontró en medio de las hojas a dos escarabajos chocando sus cabezas en algún tipo de riña y estaba muy entretenida con eso.
Daigo: (irritado) ¿Qué haces mirando una pelea de escarabajos?
Selenia: (sin mirarlo) Le quito romance al parque…
Daigo: (piensa) “Esta tipa… me escuchó y se finge más tonta de lo que es” (a ella) ¡Ushi!
Selenia: (atacada) ¿Por qué volvés al maltrato si yo no estoy haciendo algo malo? Solo quiero separar a dos escarabajos…
Daigo: No mientas… por poco y apostas por alguno. Es hora de regresar al hotel. No quiero que se nos pase el tiempo. (Le agarra de un brazo) Vamos.
Selenia: (zafándose de su mano) Yo puedo caminar sola. No es necesario que me agarres.
Daigo: No estoy muy seguro, así que… será mejor que te agarre de la mano. (Extiende el brazo hacia ella) Dámela.
Selenia: (apunto de agarrar la blanca mano de Daigo con una de las suyas, las lleva rápidamente hacia su boca para cubrir un estornudo. Luego las frota contra el vestido que tenía puesto y ahora si pretende sujetarlo, pero él se aleja) ¿Qué pasa?
Daigo: ¿Qué te pasa a vos? No voy a agarrar tus gérmenes (comienza a caminar).
Selenia: (extrañada) ?Quién te entiende…?
Usando el mismo trasporte, un trolley, regresan al hotel, donde ya tienen todo preparado para disfrutar de las aguas termales. Mientras estaba en el baño, rodeada de otras huéspedes del hotel, quienes le preguntaban quién era, de donde venía, porque tenía ese acento tan particular, y también se maravillaban con los ingeniosos cuentos de nuestra protagonista, ella pensaba otra vez en sus amigas. Desde que llegaron a Japón, no fueron a las aguas termales, y entre los planes que habían hecho antes de viajar, era una de las primeras actividades que harían… Comer sushi, beber sake, tomar un baño en relajantes y calientes) aguas termales, viajar a otros lugares… ¿Por qué estaban haciéndolo todo por separado? Si llegaron a Japón las tres juntas… ¿por qué últimamente cada una iba por su lado? En la habitación que compartían prometieron poner su amistad encima de todo y no causar preocupaciones… “Cuando regrese al edificio, voy a contarles toda la verdad desde el principio”.
Ya completamente relajados, descansaron un rato, tendidos sobre los colchones, hablando sobre el baño, riendo a carcajadas y pateándose levemente los pies, hasta que Daigo observo su reloj y salto alarmado al darse cuenta del tiempo que había pasado. Pidió apresuradamente a Selenia que se arregle, pues todavía no la había llevado a ver lo mejor de Hakodate... ¿Por qué todo era lo mejor de la ciudad?

Al salir del esta vez no hubo más trasporte que sus pies, a través de las cuestas en Motomachi hacia los teleféricos que los llevarían al Monte de Hakodate. A lo largo del camino, mitad dulce y amargo para Selenia pues se trataba de un cuesta arriba, puderon apreciar varios lugares históricos a ambos lados de la acera, entre ellos el antiguo auditorio público, la delegación del templo Higashihonganji, la Antigua oficina de la delegación del Gobierno, y la Antigua residencia de Souma, entre otros paisajes urbanos dignos de ser vistos. Cuando el camino se le hacía eterno y sin fin a nuestra simpática protagonista, ya estaban cerca del pie del monte. Qué alivio… pensó que tal vez  tobillo no lo resistiría, pero solo le causaba una ligera molestia. 
Una vez dentro de la cabina de teleférico, ella decidió sentarse, y Daigo la acompañó, preguntándole porque parecía un poco adolorida… Caray, ¿cómo se había dado cuenta, si Selenia lo podía disimular muy bien, después de tantos años de costumbre? “No es nada”, murmuró secamente, y para despistarlo intentó tener alguna atención con él, como  rodearle los hombros con un brazo, lo que solo volvía más evidente que algo no estaba bien. La muchacha le ocultaba algo, después de prometer no guardarle secretos… pero él sabía muy bien que no podía jactarse de ser completamente sincero. Estaba omitiendo, desde el día lunes, el verdadero motivo de su alejamiento de las mujeres de los sábados y de su acercamiento a Saori.
La puerta de la cabina se abrió. Los dos avanzaron hasta el mirador de monte. El cielo estaba completamente oscuro, y, raramente, eso era lo mejor de todo. Poco a poco, paso a paso las vieron… ¡¡Las maravillosas y mágicas luces nocturnas de Hakodate!! Selenia correteó hacia la baranda, tanto que parecía querer tirarse de ella, pero se atajó de ella apenas llegó. Parecía una niña pequeña ante la inmensa rueda dela fortuna. Incluso lo agarro de la mano, para que se acerque y vea lo mismo que ella. Al verla tan entusiasmada, Daigo no pudo evitar preguntarse… si Anna no lograba suicidarse… y su bebe nacía… ¿Hubiese sido una niña o un varón? No, no… tenía que alejar esa pregunte recurrente de su cabeza.
Daigo: Serenia… (capta la atención de la joven) Tengo que confesar algo.
Selenia: (apresuradamente) Se-chan, Se-chan. Y no es necesario confesarse, nadie te presiona… Está todo bien así.
Daigo: ¿De qué estás hablando? Yo tengo que confesar algo acerca de las mujeres de los sábados.
Selenia: (de repente se torna triste) Entiendo…Bueno… estuvo lindo mientras duró.
Daigo: No entendés nada. Me refiero al motivo de porque deje de ver a las mujeres de los sábados. Hay otro motivo que no te dije, pero que ya no voy a seguir callando.
Selenia: Ah… Hubieras empezado por ahí… (Recuerda la conversación en la terraza) ¿Si tenés sida? (al ver que niega con la cabeza) ¿Sífilis? ¿Gonorrea? ¿La hepatitis de Pamela Anderson?
Daigo: (sarcásticamente) ¿Podrías dejarme hablar en paz? (antes de que ella responda) Gracias. Tal vez también te haya llamado la atención mi repentino acercamiento a Saori, pero se debe a que descubrí que ella es… pariente mío (al ver que el rostro de Selenia se torna hacia la indignación) Lo supe después de lo que sucedió en tu cumpleaños, lo juro. Pero por eso se me ha visto mucho con ella, y las revistas hacen tantos rumores. Si la verdad sale a la luz, su carrera y la mía podrían correr peligro, por  eso decidimos guardar el secreto.
Selenia: (masajea sus sienes, tratando de procesar toda la información) O sea que… te acostaste con tu pariente y… por eso dejaste de hacerlo con las demás… entonces… ¡Ah, que complicado!
Daigo: Incluso para mí es difícil… Pero eso y que haya decidido tomar una relación enserio no tienen que ver. Sos situaciones aisladas la una de la otr…
Selenia: (rápidamente) ¿Y por qué yo? Digo… Seguramente hay un harén de mujeres para escoger… La verdad que no lo entiendo…
Daigo: (parece pensar) Estoy seguro de que no sos mi pariente…
Selenia: (confundida) ¡Pero hace un ratito dijiste que no era por eso!
Daigo: Estaba bromeando… No deberías preguntar eso, sino estar feliz de la vida, saltando de un lado al otro por ser mi elegida. Miles de chicas desearían que las deje abrazarme, las bese, las lleve de viaje… y que permita que me babeen el brazo mientras están dormidas… no creas que no me di cuenta.
Selenia: (avergonzada) Perdón… es que... tuve un sueño muy bonito… Comía un tazón de ramen sin fondo.
Daigo: (aparentemente irritado) Tus sueños bonitos deberías ser conmigo, no con comida.
Selenia: Ah, no... Con mis sueños no te metas. Y si empezas con las condiciones, yo también tengo exigencias. (Antes de que él responda, comenzó a enumerar con los dedos) Nada de presiones, no me gustan. Tampoco quiero que me insultes. Baka, ushi, gorda, no quiero escuchar nada de eso. De igual manera, yo no voy a decirte alambre o baka-sama. Y no soporto las escenas de celos, wakarimasuka?
Daigo: (después de procesar toda la información) Está bien, puedo evitar llamarte de todas esas formas... y con las presiones y los celos creo que intentare controlarlas, pero no te prometo nada... Entonces yo también podré mis condiciones: No me presumas con tus amigos y conocidos como si fuese una nueva adquisición, no quiero demostraciones de afecto en público, y la condición más importante de todas... es que te prohíbo, sin ningún tipo de excepciones...
Selenia: (pensando mientras él habla) "No es que este muy orgullosa de esto como para presumirlo... y soy bastante privada... la última de seguro es la peor..."
Daigo: Que cambies. (Selenia lo mira, desconcertada. Él se acerca y apoya una mano sobre su cabeza) No importa si yo me quejo mucho, no soportaría que seas diferente, así que quedate como estas.
Selenia: Que malo sos... ahora siento que soy una egoísta...
Daigo: Si queres corregirlo podes prometerme que no vas a darme motivos de celos...
Selenia: Bueno, hagamos de cuenta que tus celos serían culpa mía.  (Levanta una mano) Lo prometo.
Daigo: (agarrándola de la mano que había levantado) Después de aquí, vamos a comer kaisendon [6] en un izakaya [7].
Selenia: Me encanta cuando hablas de comida.
Los dos se vuelven hacia el paisaje, que ignoraron durante una parte de su conversación, a la pequeña bahía rodeada de mar, con sus luces de colores, hacia la luna en el cielo, rodeada de estrellas... y hacia los recuerdos que esperaban no terminen siendo la espina de una rosa.

Domingo por la tarde, cerca del anochecer, en Tokyo.
Las muchachas en el edificio estaban conversando muy animadamente en pequeños grupos. Nuestras dos protagonistas, como siempre, compartían con sus amigas anécdotas sobre lo que les había sucedido en la semana, haciendo múltiples bromas al respecto, hasta que Tsugumi comentó, "a falta de Selenia, nosotras mismas nos hacemos chistes". Las demás rieron, dándole la razón. Todo estaba en calma, no se esperaba algún movimiento... hasta que la puerta frontal fue abierta, permitiendo que una cabeza morocha asome e ingrese completamente, con todo el cuerpo. Creo que no necesito aclarar de quien se trataba, ¿verdad? Así es, de Selenia. Las muchachas la observaban desde la sala, notando que tenía un conjunto que no le habían visto, nuevo seguramente. A nuestra protagonista, a su vez, le extrañaba no ver una multitud de chicas acercarse precipitadamente, aunque no puede decir que eso le disgustaba, y por ello avanzo hacia las escaleras intentando no hacer mucho ruido... pero luego de tres pasos, recordó lo que había prometido, dándose cuenta de que no podía entrar con tanto disimulo.
Sorprendió a todas cuando entró a la sala de repente para anunciar que había llegado, y que tenía regalos para cada una de ellas, desplegando varias bolsas en la mesita frente a las muchachas, entregando regalo por regalo: tazones de té para preparar, con infusión incluida, realizando la ceremonia que había aprendido en Hakodate, más otros obsequios para sus amigas más cercanas. Se quedaron allí un buen rato, escuchando las anécdotas de nuestra simpática protagonista sobre la ciudad de la que acababa de volver en yate.
A excepción de Charlotte, Megg, Tsugumi, Atsuko y Maya, las demás creían que ZR realizó un viaje entre compañeros de trabajo, cosa que advirtieron apenas comenzaron las anécdotas. "Que lindos deben ser los viajes de grupo" manifestó Haruko, una de más muchachas que allí vivían. La pelirroja miró a Selenia, expresando que eso fue lo que ellas dijeron para excusarla. Según lo que Atsuko les había contado, era común realizar esa clase de actividades para consolidar un grupo, y en la cafetería harían lo mismo la semana siguiente... (Así que, recibió muchos comentarios maliciosos al respecto), por lo tanto eligieron la perfecta mentirilla para cubrir a la recién llegada. En las fotos que la morocha enseñó solo habían paisajes y comida, pero unas figuras por allí aparecían. Esto, sumado a que en alguna que otra imagen distinguieron a Daigo Naito, permitió una total credibilidad. Seguramente no llegaría a oídos de Kishimoto omnipresente.
Eso sí... cuando Selenia subió al cuarto para dejar allí su bolso y descansar un poco... aparecieron Charlotte y Megg con miradas inquisitivas, dispuestas a hacer mil preguntas a la recién llegada. Con toda esta ronda comenzó la pelirroja, sin dar a su amiga rubia oportunidad de abrir la boca primero.
Charlotte: (en pose seria, rozando la severidad) ¿Por qué lo ocultaste todo este tiempo? ¿Tenías que irte de viaje para que nos enteráramos de... bueno, de eso?
Selenia: (extrañamente, tranquila) Lo del viaje no fue mi idea. Y... era difícil contarles lo que sucedía con Daigo-sama... No sabía cómo iban a tomarlo y yo ni siquiera caigo. No me parece real...
Charlotte: No voy a decir que Daigo es una mala persona, pero... si a cada rato se insultaban, ¿cómo podes estar con él?
Megg: (en tono burlón) ¿Daigo-sama? ¿Cómo le decís en privado? ¿Anata?
Selenia: (a Megg) No me jodas porque después no te la bancas. (A Charlotte) Buena pregunta... La verdad que no sé por qué...
Charlotte: No te hagas... vos sentís algo por él. ¿Desde cuándo?
Selenia: (pensativa) Desde que lo vi por primera vez... desde que me sonrió e insistió a Oba-sensee para que me contrate. En ese entonces, él me trataba muy bien, pero después de la pelea con Saori-san y el comienzo de sus insultos, yo comencé a dejarlo a un lado... hasta que peleé con los pandilleros. Por eso entendí que, por más que se haga el duro, él es una buena persona que se preocupa por los demás (sus manos comienzan a buscar a saku, la vaquita que Daigo le obsequió en el White day, y al encontrarla, la ponen sobre su regazo). Y lo comprobé a medida que avanzaba el tiempo... así que… en vez de morir, como que lo que sentía por él se volvió más… (Se avergüenza de lo que dice, más al ver las caras de romance burlón que ponían sus amigas) Si siguen haciendo eso, me callo.
Charlotte: Es que es tan lindo y raro a la vez verte enamorada…
Selenia: (molesta, en uno de sus clásicos ataques de orgullo) ¿Quién habló de amor ni que ocho cuartos? No digan cualquier cosa.
Megg: Pero si te brillan los ojitos…
Selenia: Seguramente es porque recién ahora los ves. Brillan porque reciben luz, y como la superficie es húmeda…
Charlotte: Siempre salís con lo mismo. Y bueno, ¿cómo fue que decidieron salir? ¿De dónde salió esta idea del viajecito?
Selenia: No sé… de pronto me pido que vaya  la terraza… y bueh, ahí se dio. Y con respecto al viaje…
Charlotte: ¿Como que se dio? ¿Qué te dijo?
Selenia: (entrecerrando los ojos) Sabés que no les voy a contar eso. (Adopta una expresión más normal) Con respecto al viaje, me pidió que lo acompañe a un lugar, a un yate… hasta adentro de un yate. Él iba con un bolso, así que pensé que tenía que dejar eso, pero cuando estábamos adentro, dio la orden de salir… y el yate abandonó el puerto. Cuando le pregunte, me dijo que si quería pasar un fin de semana en Hakodate. Yo le respondí que no, pero me ignoró. La señal es pésima, así que no les podía decir nada… no me quedó más que confiar en la nota y pensar cómo explicarles… Y ahora estoy aquí.
 Charlotte: (a Megg) ¿Vos te imaginas a Daigo preguntando a alguna chica si quiere ser su novia?
Megg: La verdad que no…
Selenia: Él no dijo eso. Fue de una forma que yo pueda entenderlo.
Charlotte: Pero si vos nunca entendés las indirectas.
Selenia: Entiendo el sarcasmo. Y para que sepas, ya que te da tanta curiosidad, yo también de respondí de modo que él entienda… (Piensa un momento) Aunque yo la verdad que no entendía bien hasta el viaje, hasta que empezamos a usar el nosotros y el nuestro.
Charlotte: (inconforme) Daigo Naito es un mujeriego que todos los sábados se garcha [8] una tipa. No confío en él.
Selenia: (serenamente) Convengamos que yo no soy una nena, nadie puede obligarme o manipularme si yo no quiero. Y cuando tomamos una decisión, tenemos que elegir entre dos opciones; siempre nos arriesgamos a perder algo. Además, yo sé perfectamente quien es Daigo-sama, lo sé mejor que vos.
Charlotte: Y si sabes quién es él, ¿por qué aceptaste?
Megg: (interrumpe la incipiente discusión sujetando las manos de Selenia entre las suyas) ¿Vos estás bien así? Eso es lo único que me importa.
Selenia: Si… Estoy bien.
Megg: Entonces estoy de acuerdo. No confío mucho en Daigo-san, pero creo firmemente que vos sabes elegir. (Se acerca a la morocha y la abraza tiernamente, siendo correspondida por ella. Las dos se separan y miran a Charlotte)
Charlotte: Se ganará mi confianza cuando esté segura de que no te quiere para pasar el rato… (Se vuelve hacia Selenia de repente) ¿O es que ya lo hicieron?
Selenia: (asustada por lo que dijo su amiga) No, ¿qué te pasa? (rodea los hombros de la pelirroja con un brazo) Para que te quedes más tranquila, te comento que sé la razón de por qué la chicas de los sábados ya no le interesan.
Charlotte: (incrédula) Eso te dijo, ¿eh? ¿Y le creíste?
Megg: No sabemos la razón, así que no podemos decir nada. Charly, ya no te enojes con Selenia.
Charlotte: Me enojo porque me importa.
Selenia: (abrazando a Charlotte de repente y con fuerza, hasta la levanta del suelo) Amiga, no sabía que me querías tanto. Yo también te quiero. Y no te preocupes que me voy a portar bien.
Charlotte: Sé que me querés, pero no me aprietes tanto que vas a matarme.
Selenia: (dejando a Charlotte en el suelo, se vuelve hacia la rubia) Gasparín de mi vida, ya tenemos un plan para arreglar las cosas con Shinpei.
Megg: No me llames Gasparín…
Charlotte: (Interesada) ¿Qué plan?
Selenia: (yendo a la salida del cuarto) Voy por las demás y les cuento.
Nuestra morocha protagonista regresó acompañada de Maya, Atsuko y Tsugumi, quienes estaban totalmente dispuesta a escuchar el plan y participar del mismo. Cada paso, bien relatado por Selenia, las convencía más y más (aunque a Megg le daba un poco de vergüenza), incluso repetían hay "que hacerlo, hay que hacerlo". Cualquier duda surgida era rápidamente disipada por las impecables explicaciones de una maniobra bien pensada. Daigo y Akihide por su lado, se encargarían de Shinpei, y ellas cinco colaborarían para preparar a la dorada protagonista. Después de bajar a cenar, regresaron a terminar de preparar las direcciones de los lugares a los que cada una iría, para ahorrar tiempo. Necesitaban reunir todos los materiales para el plan… no podía fallar… El viernes se decidiría el futuro de dos  de nuestros protagonistas: Shinpei y Megg…

Viernes por la noche, en Shibuya.
Durante toda la semana, se ocuparon el plan después del trabajo. Charlotte se hizo de un tiempo libre entre los ensayos y la preparación para el desfile, y los de la coreografía del comercial, que a esas alturas estaba casi lista, para buscar el móvil, junto a Tsugumi. Selenia arregló el traje que usaría Megg, entre que asistía a Obatta en la confección del vestuario para el Spring Fest. Mientras tanto, la rubia  practicaba la letra de la canción una y otra vez, incluso la escuchaba en el trabajo. Atsuko y Maya se ocupaban de los accesorios, y el sonido, entre las escusas para cubrir lo que ocurriría, para que Kishimoto no lo sepa.
Selenia: (Mientras observaba el móvil, habla a Tsugumi y Charlotte) ¿Seguras? ¿Esto la llevará bien arriba?
Tsugumi: Es la grúa más alta que pudimos alquilar. Ayer la probamos y si se puede. También conseguimos el permiso.
Charlotte: Me da cosa pensar que es gracias a Daigo Naito.
Selenia: Bueno, Megg está en camino. Está a punto caramelo nuestro plan, operación Serenata de amor.
Charlotte: ¿Vos decís que Megg va a animarse?
Selenia: Más le vale hacerlo. 
Ven que Atsuko, Hernán y Jonathan bajan de la grúa y se dirigen hacia ellas, así que se dispersan un poco.
Hernán: El sonido está preparado para que Megg rockee está noche.
Joni: Lamento por los que tuvieron que escuchar la prueba…
Hernán: Eso es porque Tsuki-chan no quiso hacerla y tuvo que probar yo.
Selenia: (a la muchacha japonesa recién aludida, en tono de burla) Así que ustedes ya se entienden, ¿eh?
Atsuko: (muy seria) Él lo hace por Meggara, no por mí. Y ya que ellos dos entienden sobre esas cosas supongo que no está mal que cooperen con el plan.
Charlotte: (dirigiéndole un guiño) Si, claro.
Atsuko: Déjenme en paz. Eso nunca sucederá.
Hernán: Mañana comienza en campamento, tu seguridad es injustificada.
Joni. Yo apostaría a que no pasa nada.
Hernán: ¿Ah, sí? Apostemos entonces… (sacan sus billetera y comienzan a negociar)
Atsuko: ¡No hagan apuestas respecto a los demás!
Tsugumi: (advierte a los distraídos) Ahí llega Meggara.
De un taxi vieron bajar a Maya y Megg, esta última ya vestida y arreglada como una neko maid, concentrada en todas las partes de la canción. Los muchachos (ya incluimos a nuestros amigos allí presentes) halagaron las modificaciones de Selenia al traje, pues la dorada protagonista lucia preciosa con ese uniforme y el peinado y maquillaje que Maya le hizo. Muy a pesar de sus nervios, la rubia subió a la grúa, recibiendo los buenos deseos de los demás.
Ya comenzaba el ascenso... metro tras metro, piso tras piso, los nervios dentro de ella se acrecentaban... con el plan serenata de amor, ¿podría llegar a demostrarle a Shinpei sus sentimientos, podría conseguir que calme su enojo y vuelvan a llevarse bien? ¿Y si no era suficiente? No quería ser rechazada otra vez... realmente no lo soportaría. Intentó concentrarse con todas sus fuerzas. "Tengo que hacerlo bien", pensaba "así las cosas se arreglaran. Que todo salga bien, por favor... Esto lo deseo de corazón, espero que se me cumpla."
Tal cual afuera, también había nervios dentro del edificio... nervios que provenían de las preocupadas cabecitas del vocalista y el guitarrista pelilargo, a quienes Shinpei... se les escapó. Estaban reteniéndolo en el departamento, pero de un momento a otro salió sin que se dieran cuenta. Ambos estaban distraídos preparando bebidas y alguna guarnición, pues después de la serenata, seguramente las muchachas subirían y no era de buenos anfitriones esperar con las manos vacías. Cuando se dieron cuenta, él ya no estaba… ¿Cómo pudo escapar de esa forma, sin que lo notaran? ¿Por qué se fue? Akihide agarró rápidamente su celular para llamar a la pelirroja, pero su línea ya no tenía crédito. Daigo intentó comunicarse con Selenia, pero aparentemente ella no llevaba el móvil encima. Como última opción, nuestro soberbio protagonista decidió hablar a Charlotte…
Daigo: (a Akihide) Pasame el número de Charotte. No queda más opción que… (Comenzaron a escuchar música, y corrieron hacia la ventana solo para darse cuenta de que… Megg ya estaba lista) Muy tarde… (Comienza a grabar con el teléfono) Vamos a filmarla.
Akihide: (extrañado) ¿Para qué?
Daigo: Para que ese baka yaro [9] lo vea. Todo este esfuerzo tiene que valer de algo.

Kutsu o mugisute hatashi ni natta
soshite atashi wa nami o kaetta
Futari tsukutta suma no shirotachi ooo...
sarawarenai you ni
Dakedo sugu nami ni kesarete
atashi wa you yaku omoi ni kizuita

Looking into my eyes, you will touch on my heart
Anata e no omoi wa kawaranai ashika na koto yo
Maybe I love you more every day and night
Te o tsunaida naraba doko made mo ikeru ki ga suru

Te o tsunagu ai te ni naritai naa
Atashi to jaa nee dame desu ka?
Onegai

Tenki you ga "ashita wa hare deshou" to tsukaeru
Ame ga futtara omoi tsukaeyou
Kedo mata you wa atatte
atashi wa kyou mo omoi inemete iru

Looking into my eyes, you will touch on my heart
Sabishii toki wa sugu ai ni iku yakusoku suru yo
Can you hear my song I sing for you every night?
Hitori janaitte koto atashi ga nee oshiete ageru

Anata e no omoi kaki kabihi kou kitobasu
Tsuyoi kaze ga fuite narai yori hajire, ochite mienaku natta
Nani ka shinakya hajimaranai

Durante toda la interpretación, Megg estuvo muy concentrada en cantar, alcanzando unas notas realmente dulces y sentimentales que dejaban escapar sus sentimientos por Shinpei y de seguro conmoverían a cualquiera… incluso calmaron el enojo de Daigo hacia su amigo de lentes; pero, una vez que terminó la canción, comenzó a buscar al alegre guitarrista con la vista sin obtener resultado. Dio media vuelta, y vio solo al vocalista y Akihide aplaudiendo su maravillosa actuación… Sin ni un solo rastro de Shinpei.
Megg: (a nuestros protagonistas) ¿Shinpei wa doko descuka? [11]
Daigo: (nervioso, al igual que Akihide… comienza a apuntar hacia el interior del departamento) Él está… está…
Megg: (repentinamente entusiasmada) ¿Está adentro? ¿Me está esperando? Inmediatamente bajo y voy para allá. (Habla por una suerte de comunicador y comienza en descenso llena de emoción)
Akihide: ¿Por qué le mentiste?
Antes de que Daigo pueda contestar, recibe una repentina llamada de Selenia disculpándose por no escuchar el teléfono móvil y preguntando cómo estaban las cosas por ese lado. Akihide se sorprendió al escuchar la completa sinceridad con la que su amigo explicaba lo que sucedió a la morocha, proponiendo al final que suban con Megg para esperar la guitarrista fugitivo… para ahorcarlo con las cuerdas de su guitarra. Nuestra protagonista acepta, llena de rabia, y a su vez tiene que revelar a los que allí estaban que el maravilloso plan fue un rotundo fracaso. Ellos se muestran tristes y consternados, tanto que prefieren ir a buscar ropa para que Megg se cambie, pues ella no trajo algo más que el traje neko maid, antes que soportar verla afligida. Se les rompería el corazón. Selenia y Charlotte esperan a su dorada amiga para encontrarse con los muchachos las tres juntas. Apenas ve sus rostros, la dulce rubia entiende que algo no estaba bien… y siente una puntada en el pecho.
Casi una hora después, cuando ya explicaron a Megg lo que sucedió, hasta el último pormenor, desde que prepararon del departamento, las bebidas y la guarnición, hasta que ellas llegaron allí, pasando por la fuga repentina, la desesperación por no poder comunicarse con ellas y la filmación como recurso final, cuando ya pudieron contener el inminente llanto de la rubia y su terrible sensación de fracaso, su miedo a que la situación jamás cambie, haga lo que haga, diga lo que diga, a que nada pueda arreglarse y ella y Shinpei jamás puedan volver a tratarse… él apareció por la puerta frontal, riendo a carcajada limpia. La dulce protagonista sintió un temblor en todo el cuerpo, mientras sujetaba a sus amigas para que se queden sentadas a su lado sin ser vistas por el guitarrista de lentes. Daigo y Akihide si salieron a su encuentro.
Shinpei: Muchachos… Me contaron algo muy gracioso… (rie, aunque intenta contenerse) El portero me dijo que mientras yo no estaba, una loquita disfrazada de maid estaba cantando afuera, subida a una grúa (vuelve a reir). Hay que estar muy desesperada… (Los mira) ¿Por qué no se ríen? Si es muy gracioso.
Akihide: (atajando a Daigo, quien se le quiere ir a los golpes) No sabes lo que estás diciendo…
Selenia: (salta del sofá y apunta a Shinpei) ¡¡¡Shineo konoyaro!!! [12]
Antes de que ella avance hacia el guitarrista de lentes, Megg abandona el sofá y aparece a la vista de todos, con sus celestes ojos llenos de lágrimas, mirando a Shinpei con un profundo dolor, y de inmediato sale corriendo del departamento por la puerta que el recién llegado dejó abierta hasta uno de los ascensores, ya disponibles para su uso, metiéndose en el interior del mismo. Después de aquella afligida visión, el guitarrista comprende lo sucedido…
Daigo: (se abalanza hacia Shinpei, agarrándolo del cuello de la campera que tenía puesta) ¡¡Inoshishi [13]!! (Akihide intenta sepáralos, mientras Charlotte obstaculiza el camino de Selenia para que no pueda unirse al líder) ¿Te das cuenta de lo que hiciste? Esa chica solo quería demostrarte sus sentimientos, y vos la tratas de loca. Haces exactamente lo mismo que tanto te dolió de ella.
Shinpei se aparta velozmente de Daigo y da media vuelta, corriendo hasta los ascensores y encuentra uno vacío. Ni le importó que, por sus bruscos movimientos, aquellos eternos lentes de sol hayan caído de su rostro. Solo quería encontrar a Megg, a su pretty girl, para disculparse con ella, para agradecerle que se animara a tanto, para demostrarle lo que sentía, para aceptar sus sentimientos y compartirle los suyos. Tenía que correr aprisa para llegar a alcanzarla.
En cuanto a nuestra querida rubia, dentro del ascensor ya no podía resistir el dolor de su corazón roto… “Eso fue lo que él sintió con lo que le dije… ahora lo entiendo”, pensaba, mientras una a una sus lágrimas caían. Las piernas no la soportaban y terminó sentándose en cuclillas, llorando y sollozando sobre su regazo. Cuando la puerta del elevador se abrió, corrió hasta la salida principal del edificio hecha un alma en pena. Era tan doloroso pensar… que aquellos días en lo que reían juntos, cuando caminaban juntos, sonreían juntos, las conversaciones tan amenas, los comentarios divertidos, su compañía, su calidez… ya nunca volverían a ella…
Mientras corría en la acera, tropezó y cayó al suelo… pero no intentó levantarse. Hasta el interior de su cuerpo temblaba y solo pudo erguir el torso, separándolo  del suelo y ahogar sus sollozos tras las manos apoyadas en su rostro. Desde la pelea en Koochi ya sentía un profundo dolor en el pecho que en ningún momento cesó, que desde entonces estuvo allí… ¿Cuándo terminaría su sufrimiento? ¿Cuándo podría volver a sonreír por completo? ¿Cuándo se acabaría esa aflicción que parecía no tener fin? ¡Ni siquiera podía dejar de llorar! No encontraba alivio para su alma derrotada, no había paz para ella… El túnel oscuro… no terminaba…
Voz tras ella: ¡Meggu-chan!
Megg giró un poco el torso hacia atrás. Reconocía la voz que la llamaba, y aquel trato inconfundible, pero por sus húmedos ojos solo vio una figura borrosa. Shinpei se acerca a ella rápidamente y la levanta del suelo en un abrir y cerrar de ojos, para estrecharla entre sus brazos. Y le habla, pero sus palabras son confusas y entre cortadas. Solo entiende que le estaba pidiendo disculpas, que se insultaba a sí mismo por semejante imprudencia, y que prefería morir antes que lastimarla… Ese era el Shinpei que ella quería… estaba de vuelta a su lado. Él la aparta un poco para secar sus lágrimas, no con un pañuelo sino con sus pulgares, mientras sujetaba su delicado rostro… y allí Megg los vió… dos ojos bondadosos que la miraban con amor, en una mirada buena… que para ella, en ese momento, era como un lluvia después de la sequía. No podía hacer otra cosa más que sonreírle y aferrar sus brazos al cuello de Shinpei, apoyando la cabeza en su pecho.
 Megg: (levanta una mano hacia el rostro del guitarrita para que baje la vista, y lo mira a los ojos con mucha dulzura) Shinpei… I love you.
Shinpei: (rodea la cintura de la rubia con los brazos y la levanta hasta que queda ella un poco más alta que él, mientras sostiene su mirada) My pretty girl… Aishiteru.
Megg sonríe y apoya sus labios sobre la boca de Shinpei, sin importarle en lo absoluto que se encuentren en un lugar público. Se aferra a él, y él a ella, dejando que el mundo desaparezca tras ellos. Nada les importaba, ni siquiera la incipiente lluvia. Solo podían abrazarse y besarse, como si en ello quisieran fundirse en un solo ser. La gente que pasaba por allí los veía con expresión de censura, pues no entendían lo que ellos estaban sintiendo, aunque no le importaba en absoluto. Cuando una persona intentó acercarse a los dos para separarlos, fue ahuyentada por Hernán, quien junto a Maya, Atsuko y Tsugumi, ya había regresado.
Serenata de amor… truncada y con todos los inconvenientes, terminó siendo un rotundo éxito.
Megg: (susurrando) Decimelo de nuevo…
Shinpei: ¿Qué cosa?
Megg: (lo besa rápidamente) Decime que me amas... otra vez…

Aclaraciones:

1 Nani wo suru? (nani o suru) significa ¿Qué haces? En modo no pasado informal. Para cambiarlo a formal, se conjuga el verbo de otra forma: Nani wo (o) shimasu?
2 En japonés existen tres formas de referirse a la primera persona del singular: Yo distanciado (ore) yo cercano (boku) y yo general (watashi). Las dos primeras formas son exclusivas de los hombres, y la última pueden usarlo tanto hombres como mujeres (ellas lo pueden suavizar quitándole la w inicial. Si ustedes escuchan a una mujer decir atashi y no watashi, se darán cuenta de que es una princesita). Daigo usa ore para dar a Charlotte un trato muy distanciado, de cero cercanía, además de la connotación impositiva (algo así como: debes respetarme, ya tu sabe’), mientras que con Selenia podría usar boku para ofrecer un trato más cercano. Watashi no tiene ninguno de estos valores, solo es una palabra. Algo similar para con Kimi y Anata.
3 Yasu es el vocalista de Acid Black Cherry, una banda con la que trabajó Akihide.
4 Especialidad de Hakodate.
5 Pervertida.
6 Kaisendon es un tazón de arroz con mariscos frescos, otra de las especialidades de Hakodate.
7 Izakaya es un bar de estilo japonés en lo que se pueden beber alcohol y disfrutar de una guarnición como compañía.
8 Garchar es una forma vulgar de decir tener sexo.
9 Letra en español: Me quité los zapatos para quedarme descalza,/ Y luego le di una patada a las olas/ Para mantenerlas alejadas de / los castillos de arena que habíamos hecho juntos, / Pero enseguida las olas se los llevaron / Y finalmente me di cuenta de lo mucho que te amaba.
Mirando en mis ojos / Tocarás mi corazón. / Mi amor por ti es algo que estoy / segura de que no va a cambiar, /Quizás te ame más cada día y cada noche. / Cuando nos tomemos de / la mano siento que podemos ir a cualquier lugar, / Quiero ser esa persona que te dé la mano, / ¿No quieres que lo haga? Por favor.
El pronóstico meteorológico dice / que mañana hará buen día, / Si llueve te lo diré, / Pero de nuevo el tiempo tiene razón, / Así que mi amor sigue escondido hoy otra vez.
Mirando en mis ojos / Tocarás mi corazón. / Vendré a ti en el momento que / te sientas solo, lo prometo. / ¿Puedes oír la canción / Que canto por ti cada noche? / Te lo estoy diciendo, / No estás solo.
Pinto mi amor por ti en / un avión de papel y lo tiro, / Pero el fuerte viento lo saca de su trayectoria. / No puedo ver dónde ha aterrizado, / Nada ocurrirá si no hago algo.
Mirando en mis ojos / Tocarás mi corazón. / Ahora voy a despertar el valor / necesario para decírtelo a la cara. / Quizás te ame más cada día y cada noche. / Sea cual sea la respuesta, haré todo lo que pueda.
Mirando en mis ojos / Tocarás mi corazón. / El simple hecho de que estés / ahí me hace sentir que puedo ser más fuerte. / Mirando en mis ojos / Tocarás mi corazón. / Cuando nos tomemos de / la mano siento que podemos ir a cualquier lugar, / Quiero ser esa persona que te dé la mano, / ¿No quieres que lo haga? Contéstame.
11 ¿Dónde está Shinpei? Esto les sirve para: Wari wa doko desuka?
12 Morite maldito o desgraciado, como más les guste.
13 Cerdo (despectivo, no referente al animal, eso sería buta)