lunes, 9 de junio de 2014

Capítulo 24: ¿Todo acabó? (parte uno)

Anteriormente: La acosadora se acerca cada vez más a Selenia, amenazando no solo su seguridad, sino su vida; y esto comienza a sembrar paranoia en las personas a su alrededor, especialmente en su hermano, quien comenzó un plan para detener los ataques.
Charlotte y Akihide por fin empezaron a concretar una relación y sienten paz entre ellos, pero Calvin Chen besó a la fuerza a nuestra pelirroja protagonista y despertó los celos y la furia del guitarrista... ¿Cómo seguirá la relación a partir de eso?
Anna, con la colaboración de Selenia y Andrés, dio marcha a una complicada estrategia para revelar a Daigo la verdad. Todo estaba saliendo bien... sin embargo, Saori Tomoe decidió sabotear el plan y Anna quedó al descubierto ante el vocalista de la peor manera.
La ira, producto de dos años de engaños y dolor absurdo... se apodera rápidamente de Daigo.

Capítulo 24: ¿Todo acabó?

De tenues a brillantes... cada vez más brillantes, se encendieron las luces del estadio otra vez. El público ya comenzaba a palpitarlo, coreando el nombre de la banda, que desde la pantalla parecía saltar, y de inmediato, cinco muchachas en el escenario empezaron a mover las caderas con mucha gracia, invitando a los espectadores a bailar con ellas.
Ese tercer día, el concierto fue abierto por Kara, la primera noche por Fahrenheit y la segunda por SHINee. Y el domingo, comenzó la última noche de Spring fest con toda la energía del quinteto pop surcoreano, pero... mientras cantaban, tanto cuatro de ellas como el público se dieron cuenta de que alguien sustituyó a Gyuri... usando una versión masculina del traje de Mister. Aun así no se detenían... hasta que apareció la líder del grupo, reclamando su lugar en el escenario. La audiencia estallo en carcajadas con el "pleito", que terminó en un abrazo y siguieron cantando juntos... antes de una nueva interrupción, en la que Onew vino a llevarse al intruso sin previo aviso.
Después de la interrupción, las muchachas continuaron bailando hasta terminar Mister e invitaron nuevamente al público, pero esta vez a saltar al ritmo de Jumping. Para finalizar su bloque, cantaron Speed up, y posteriormente cedieron el escenario al grupo donde estaba el usurpador: a SHINee.
La energía y entusiasmo de la última noche se hacían sentir del primero hasta el ultimo asiento del Tokyo Dome, pero desde el principio estuvo allí, vibrando constantemente... Si, desde el viernes, día en el que sucedió... día en el que se le reveló a Daigo la verdad, en el cual nuestro soberbio protagonista  supo que Anna estaba viva... Estuvo viva todos esos años en los que sufrió por su falsa muerte, en los que la extraño y se rehusó a volver a amar, en los que se culpó sin sentido, en los que lo agobió la soledad de no tener a su mujer o de no poder acariciar la bebé en su vientre... 
Daigo: (con voz temblorosa, apenas puede contener su ira) ¿Así que estás viva, eh? (mientras corre hacia ella) Pues no será por mucho tiempo.
De inmediato, sin que nadie lo espere, rodea el cuello de Anna con las manos y comienza a ahorcarla sin la menor compasión. Selenia y Obatta se acerca a ellos lo más rápido que pueden para lograr separarlos, pidiendo a Daigo que se calme y la suelte, mientras que él grita que la va a matar, entre un montón de insultos. Con mucha dificultad, liberan a la muchacha del ataque del vocalista, su tío consigue apartarla hacia un lado, preso de la conmoción, para que ella pueda recuperar el aliento. Nuestra protagonista ataja a Daigo e intenta calmarlo, pero casi no puede con ella misma. No esperaba la intromisión de Saori al revelarle la verdad, pero mucho menos que él intentara matar a Anna frente a sus ojos, jamás lo creyó capaz de semejante violencia. Y ahora que lentamente volvía los ojos hacia la morocha extranjera, un pánico desconocido la recorrió desde la cabeza hasta las puntas de los pies.
Daigo: (a Selenia, severamente) ¿Es verdad que lo sabías?
Selenia: (Esa mirada iracunda y el tono severo de su voz la inquietan, pero esa no era hora de retroceder, sino de admitir su culpa, así su relación se vaya al mismísimo infierno) Daigo-sama, lo...
Obatta: ¿Cómo iba a saberlo? Eso es falso. Si ella lo supiera, ya me hubiese preguntado.
Selenia: (al sentir los ojos de Daigo nuevamente sobre ella se llena de nervios... que él confunde con la conmoción propia de una persona que acaba de ver a alguien a quien creía muerto) Daigo-sama, yo...
Saori: Claro que lo sabía (a Selenia) ¿O vas a negarlo? (se le acerca y la zamarrea) ¡No te atrevas a negarlo!
Daigo: ¡Dejala en paz! ¿Vos desde cuando sabes que Anna está viva?
Saori: Eso no es lo importante. Anna está viva y Serenia te lo ocultó. Ella lo sabía y juntas planeaban engañarte, yo las escuche.
Daigo: Eso no es cierto. Se-chan es incapaz de ocultarme algo tan grave.
Mientras ellos discutían, Selenia y Anna compartieron miradas para indicar que harían a continuación: aunque las circunstancias eran un poco diferentes, el plan no había cambiado, y la morocha protagonista seguía a un lado del ojo de la tormenta. No le parecía justo, pero estaba en deuda con Anna por lo que sucedió con Ximena. Tenía que seguir lo estipulado.
Selenia: Basta. No se pongan a discutir. Respondeme una cosa, Saori-san. ¿Me viste hacer lo que decís que hice? ¿Me viste hacerlo? Te estas equivocando. ¿Qué clase de persona pensás que soy? (A Daigo) ¿Vos creés que yo ocultaría algo tan grave? ¿De verdad pensás que soy capaz de hacer eso?
Saori: No me vengas con derroches de dignidad.
Daigo: No lo creo, por eso te lo pregunte.
Selenia: No son derroches de dignidad. (Piensa) "Se llama encubrir la verdad con preguntas que dan a entender otra cosa" (en voz alta) Y no pretendo tratarte como a una mentirosa. Quizás te confundiste.
Saori: No me confundí, estoy segura de que ustedes se reunieron a cuchichear en el baño. ¿Cómo te atreves a negarlo?
Daigo: ¿Cómo es que pudiste escucharlas si estaban hablando bajo? Lo que estás diciendo supone algo espantoso. Y no voy a creerlo.
Saori: Daigo, te estoy diciendo la verdad.
Daigo: (seriamente) Se-chan dice lo contrario y yo le creo.
Después de escuchar esto, Saori da media vuelta, indignada, y se retira sin agregar más a lo que había dicho. Dado el carácter que conocía de Daigo, nada lo haría cambiar de parecer. Incluso hasta ahora, él continuaba creyendo que Selenia desconocía la verdad antes de aquella confrontación. Ya habían pasado casi tres días, el Spring fest, con esa última canción, interpretada por todos los artistas, estaba llegando a su fin. Poco tiempo, realmente, pero para Selenia ya representaba una completa tortura mental interminable. Lo peor de todo es que solo podía hablar de eso con su hermano. No sentía necesidad de comentar la situación con sus amigas mientras el asunto no estuviera resuelto. La impunidad nunca fue su estilo.
A diferencia de su país, la salida del concierto fue muy tranquila y organizada, aunque un poco más lenta. No hubo empujones ni demoras, y una vez que estuvieron afuera, todavía con la euforia en las venas, caminaron unas cuantas cuadras hasta llegar a donde dejó estacionada Andrés la camioneta que había rentado. Allí algunas de las muchachas se despidieron de sus novios y fueron llevadas al edificio. A esa hora Tokyo era casi un desierto dando las primeras y leves señales de vida.
Después de dejar a las cinco muchachas frente al edificio, y asegurándose de que entren bien, Andrés llevó a Selenia hasta el piso en Nakano, y habló con ella durante el breve trayecto.
Andrés: Selenia… Estos días estuviste hecha una verdadera bomba de tiempo.
Selenia: Y con justa razón, ¿no te parece? Yo antes era la sinceridad en persona… Ahora no soy más que una hipócrita de quinta categoría. Lo peor de todo es… que yo estoy mintiendo y me tratan bien, pero… Saori–san decía la verdad y por poco la tildan de loca. Es raro…
Andrés: Bienvenida al mundo de las relaciones públicas. Cuando la verdad es mala, hay que reemplazarla con una mentira bonita así todo el mundo está contento. A la gente superficial y hueca le encanta que todo sea lindo y que todos estén de acuerdo con sus estupideces. Y la otra gente, que conviven con esas personas, miente para quedar bien.
Selenia: Por esas casualidades de la vida, no estarás tratando a Daigo–sama de estúpido, ¿verdad?
Andrés: Él confía mucho en vos porque, para bien o para mal, siempre le dijiste la verdad. Como decía ese refrán, hazte fama y échate a dormir. No debe extrañarte que te crean aunque estés mintiendo si tenés esos antecedentes de sinceridad patológica.
Selenia: Estoy rompiendo la promesa que le hice… Alguien, a quien le costaba mucho vincularse con una mujer durante dos años, está confiando en mí ahora… Y le miento horriblemente.
Andrés: La culpa no te sirve. Y menos ahora. Cuando estabas distraída en la salida, tomé tu celular e invité a Daigo Naito al piso para que puedan hablar. (Ante la sorpresa de su hermana) No te estoy vendiendo, sino que te doy la oportunidad de que lo convenzas. Metele la idea de que Anna no le mintió, todo sucedió sin que ella lo aprobara.
Selenia: (irritada) Pero él no va a creer que quiero hablar. Él va a creer que quiero sexo.
Andrés: (carismáticamente) Bienvenida al mundo de la verdadera supremacía femenina: con sexo conseguís lo que sea de un hombre.
Selenia: No es gracioso… Yo soy una chica decente.
Andrés: (entre risas por los copiosos aspavientos de su hermana) Dale somnífero. Cambiando de tema, me marcho el miércoles… Mis asuntos aquí ya terminaron, así que… (Estaciona. Ya habían llegado) Cuando regrese a casa, quiero que vengas conmigo.
Selenia: ¿Cómo voy a regresar? Todavía tengo que esperar la corrección de la tesis y defenderla en la universidad. ¿De qué estás hablando?
Andrés: Eso qué importa. Yo no quiero que esa loca te mate. Regresemos a casa juntos, después vemos cómo arreglar.
Selenia: No puedo dejar a Charlotte y Megg solas aquí...
Andrés: (precipitadamente) Por un vez en la vida, pensá primero en vos. Tu vida corre peligro en Tokyo. En Argentina, cerca mío y del resto de la familia, vas a estar a salvo. Si explicamos esto, nos van a...
Selenia: Andrés... hermanito, yo no tengo miedo. Sé que no tengo idea de quien quiere matarme, sé que podría ser alguien que conozco, incluso, pero... no tengo miedo porque no tengo nada que perder...
Andrés: Podes perder la vida, ¿qué estás diciendo?
Selenia: ¿Y eso que importa? No va a pasar, ella no va a matarme.
Andrés: (al borde de la resignación, apoya la cabeza y los antebrazos sobre el volante) ¿Por qué sos tan terca?
Selenia: (abre la portezuela del coche) No soy terca, pero no voy a salir corriendo y mandar seis años de mi vida a la mierda por culpa de una loca. Nos vemos mañana, hermanito. (Baja del automóvil)
Andrés: (para sí, mientras ve ir a Selenia) Estúpida cabrona. Ahora tendré que sacarte a la loca de encima antes de irme. (Pone en marcha el vehículo y se dirige al hotel donde se hospeda)
Selenia, mientras tanto, entra al edificio y sube hasta el piso de Tsugumi, pensando en lo que iba a hablar con Daigo. ¿Cómo lograría que ese tema surgiera naturalmente en una conversación sin forzar las palabras? Pero la invitación al piso sería asociada seguramente por el vocalista con... Sexo. Ella le había pedido ir al departamento de Shibuya el jueves por la noche, y con el incidente de las cenizas logró desviar su atención. ¿Esta vez tendría tanta suerte? 
Poco tardó Daigo en llegar al piso, apenas unos minutos habían pasado y él ya estaba allí, subiendo en el elevador. ¿Cómo logró llegar tan rápido? Aunque, conociéndolo, seguramente se desmaquilló, se cambió de ropas y abandonó el Tokyo Dome, dejando a los demás hacer todo el trabajo. De alguna forma, ella le dio la excusa perfecta. Selenia corrió hasta su celular para saber exactamente qué es lo que escribió Andrés cuando escuchó que golpeaban la puerta…
Selenia: (abre y deja pasar a Daigo) Qué rápido llegaste. ¿Querés tomar algo?
Daigo: (extrañado) Deberías estar saltando de un lado al otro, emocionada, y felicitándome por mi impresionante actuación…
Selenia: (irónica) Estás hablando conmigo, no con una princesa de Disney. Me encantó el concierto, las tres noches, pero no seré una loca que te atosigue. (Le acerca un vaso de agua)
Daigo: (lo agarra, pero no bebe) Pensé que me servirías algo de verdad… como sake. (reflexiona) Aunque el alcohol podría quitarme energía… (lúcido) Ah, ya entendí.
Selenia: No entendiste nada de nada. Lo mejor para calmar la sed es el agua.
Daigo: (bebe un poco) Hablemos con sinceridad… Vos no me pediste que venga para que hablemos, ¿verdad?
Selenia: (recordando una de las afortunadas frases de su hermano, “con sexo conseguís lo que sea de un hombre”, arruga la nariz y extiende una mano para pellizcar uno de las mejillas del vocalista) Todo a su tiempo, no te apures (hace un rodeo para sentarse en la orilla de la cama, y le ofrece hacer lo mismo). Creo que vi a Saori–san en la multitud. ¿Hablaste con ella después del viernes?
Daigo: (se sienta a su lado) No, y no lo haré. ¿Cómo podes preguntarme por ella después de las cosas horribles que dijo de vos?
Selenia: (intentando llevar la conversación hacia a donde ella quiere) Pensé que tal vez te interesaría enterarte de como ella descubrió que (hace una pausa) Anna está viva.
Daigo: (le rodea los hombros con un brazo) A la mierda Anna, a la mierda todos. No me interesa hablar de la mujer que me engaño durante dos años con…
Selenia: (se aparte un poco. Por fin llegó a donde ella quería) ¿Te engañó? ¿Acaso… vos crees que ella fingió su propia muerte?
Daigo: (sorprendido) Naturalmente… Pero no hablemos de e…
Selenia: ¿Cómo alguien puede fingir su propia muerte mientras lucha por vivir en una terapia intensiva? (ante la impresión cada vez más aguda de Daigo) Yo leí los informes del accidente. Decía muy claro que el copiloto estaba mucho más grave que vos, y luego solo se dedicaban a tu estado.
Daigo: (incrédulo) ¿Entonces quien fingió la muerte? ¿Los Obatta? ¿Por qué lo harían?
Selenia: Buena pregunta… Lo único que se me ocurre es… que tenían miedo de que ella vaya a la cárcel por intento de homicidio. No creo que los Naito se quedaran tranquilos después de que casi morís.
Daigo: Eso parece tener algo de sentido… Pero no sé… (se agarra de la cabeza) No quiero pensar en todo eso.
Selenia: Tal vez… (Con un peso en el corazón. Aunque había llegado hasta donde quería, no le resultaba muy agradable lo que estaba a punto de proponer. Para ella, significaba el fin de esa relación) deberías hablar con ella y escuchar su verdad.
Daigo: (extrañado) ¿Qué estás diciendo?
Selenia: No me agrada la idea de que ustedes se reencuentren de una forma pacífica, pero tampoco es bueno dejar esta historia inconclusa.
Daigo: (de pronto, la abraza) No sabía que eras celosa.
Selenia: No estoy celosa, pero admitamos que no es agradable que hables con la ex con la cual querías tener la casa, el perro, el gato, el hijo… La vida entera.
Daigo: Si, por ese lado es comprensible. (Aun rodeando a Selenia con los brazos, se abalanza hacia la suave superficie del colchón).
Selenia: (alarmada) Hey, ¿qué haces?
Daigo: No tenés de qué preocuparte respecto a eso. Anna está viva, pero todo lo que nos unía murió en ese accidente. (La besa) Ella es parte del pasado. Mejor concentrémonos en el presente al que le queda poco tiempo de estadía.
Selenia: (sonríe, intentando calmar sus nervios) ¿Y el presente puede levantarse un momento porque necesita cambiarse para dormir?
Daigo: (extrañado) ¿Dormir? ¿De qué estás hablando?
Selenia: (consigue que él se aparte y comienza a caminar hasta el baño, tomando previamente ropa bajo la almohada) Es una forma de decir. Ponete cómodo que ya vuelvo.
Finalmente, después de aquella frase tan esperanzadora, Selenia ingresa al baño, preguntándose porqué dijo eso… Si ella no estaba dispuesta a acostarse con él todavía… Aunque en Japón las relaciones amorosas se desarrollaban de una forma muy diferente, la intimidad ocurría a lo largo de las primeras semanas… Y convengamos que ella no estaba en edad ni condición de hacer tantos aspavientos. Más aun sabiendo que Daigo era capaz de despertar su bestia interior (si, en ese sentido pervertido que sus pervertidas mentes están pensando). Sin embargo todo lo anterior no le parecía escusa suficiente como para consentir lo que a ella le parecía demasiado prematuro. “Mejor me cambio, salgo y a ver qué pasa”, decidió y comenzó a vestirse con el pijama. Al cabo de unos diez minutos, regresó al cuarto y se acercó a la cama, extrañándose por la tranquilidad… y notó que el vocalista se quedó dormido. Seguramente los conciertos del fin de semana lo habían dejado agotado. Selenia lo cubrió con las sabanas y se acostó a su lado, quedando dormida poco tiempo después. Ni las preocupaciones de esos días podían vencer al sueño.
Cerca del mediodía, una voz extraña y cercana arrancó al vocalista de su merecido descanso. Poco a poco abrió los ojos, pensando que Selenia intentaba despertarlo, pero… encontró a… ¿un toro de peluche parlante? “Despierta, holgazán” repetía varias veces, con la voz de la morocha protagonista. ¿Y ella en donde estaba? Daigo comenzó a levantarse, buscando a la extranjera desaparecida con la vista antes de empezar a llamarla.
Selenia: (apareciendo desde la cocina) Ohayoo gozaimasu. Veo que ese pequeño fue muy efectivo (se acerca un poco) Es lindo, ¿no?
Daigo: Ohayoo... ¿Por qué un toro?
Selenia: Porque vos me regalaste una vaquita. Este forma la pareja.
Daigo: (cubriendo con la mano un profundo bostezo) Eso te queda tan extraño. (Se levanta) Voy al baño.
Selenia escucha el timbre de la suihanki [1] y acude de inmediato a la cocina, pues ese pequeño sonido que indicaba que ya podía comenzar a servir el almuerzo. Pero antes decidió comunicarse con Andrés para avisarle que Daigo probablemente hablaría con Anna
Andrés: No tiene que ser probable, tiene que ser seguro.
Selenia: Yo hago lo que está a mi alcance, no puedo lavarle el cerebro.
Andrés: No le laves el cerebro, pero hace reflexione. No es muy difícil seguir hincándole la duda.
Selenia: (escucha el sonido de la puerta) Tengo que colgar. Hablaremos después.
Andrés: (antes de que ella cuelgue) Gambaro. 
El muchacho deja el teléfono a un lado, con la vista puesta en la pantalla de la notebook que le habían conseguido, pues, poco antes de que lo llamara su hermana, mantuvo una conversación con Agatha, quien aún desde la distancia lo ayudaba en su incipiente y ciertamente inexperta investigación. “Tus suposiciones van por muy buen camino” le había dicho ella apenas empezó la videollamada, “pero, lamentablemente, hasta aquí llega todo lo que puedo hacer por vos”.
Andrés: (algo consternado, observaba minuciosamente el estudio que Agatha le había mostrado)  Pero me parece irreal… Es demasiada coincidencia como para que se trate de dos personas diferentes… y aun así nos es un porcentaje de cien…
Agatha: Una de las notas, como ya ves, quedó descartada porque solo llegó a treinta. Es indudable que estas dos o tres personas estudiaron shodo en la misma escuela.
Andrés: ¿Por qué decís lo de dos, si está claro que son tres? Tengo que volver a empezar...
Agatha: Yo te dije que tus suposiciones van por buen camino porque... existe una posibilidad. Escúchame: Hablando con mi compinche del trabajo, me recordó uno de los primeros casos en lo que trabaje... El criminal tenía una patología que le hacía comportarse como si fuese otro. ¿Es posible que dos personas vivan en el mismo cuerpo?
Agatha: Si, porque no son personas, sino personalidades. Se llama disociación o algo parecido. Tuvimos que consultar a un psiquiatra para poder entender lo que pasaba.
Andrés: (pensando) ¿No será… trastorno disociativo? Mejor lo consulto en el buscador antes de encontrar un especialista.
Agatha: Me parece bien. Puedes preguntarle a… Diego por un psiquiatra. Como es médico, debería poder recomendarte uno. (Cubre un bostezo con la mano) Recuerda avisarme como avanza el asunto. Ya me voy a invernar, aquí ya es de madrugada. Good night.
Andrés: Que descanses, lo tenés bien merecido. Y gracias por todo, Agatha.
Después de terminar esta conversación virtual, fue llamado por su hermana, pero no olvidó lo que tenía que hacer.
“El trastorno de identidad disociativo es un diagnóstico controvertido descrito en el DSM IV como la existencia de dos o más identidades o personalidades en un individuo, cada una con su propio patrón de percibir y actuar con el ambiente. Al menos dos de estas personalidades deben tomar control del comportamiento del individuo de forma rutinaria, y están asociadas también con un grado de pérdida de memoria más allá de la falta de memoria normal. A está perdida de memoria se le conoce con frecuencia como tiempo perdido o amnésico. Para ser diagnosticado, los síntomas deben ocurrir independientemente del abuso de substancias o una condición médica general (inducción).”
Así que identidad disociada, también conocido como síndrome de personalidad múltiple, era la causa de semejante coincidencia. No era nada tirado de los pelos si lo pensaba detenidamente, ya que dos personas podían tener letras diferentes… pero dos identidades que compartían el mismo cuerpo… con las mismas capacidades motrices… Y ese veinte por ciento que no coincidía seguramente se debía a la diferencia de personalidades. Aunque todavía le faltaba comprobarlo, consultando con el psiquiatra. Para ellos, después de cambiarse, tomar el ascensor hacia la planta baja y pedir un taxi que tardo menos de cinco minutos, se dirigió hacia el departamento de Roppongi donde vivían Diego, Hernán y Jonatham. Este último justamente no se encontraba en casa. Los otros dos se mostraron un poco sorprendidos con semejante e inesperada visita, pero Andrés les ofreció una buena explicación... buena y muy sincera. Pues verán, resultó que los más cercanos a Yuki/Anna sabían una gran parte de la verdad, en especial por la acosadora que el hermano de nuestra protagonista quería encontrar.  
Diego: (reflexionando) Entonces… querés encontrar a un psiquiatra para que te explique de qué se trata el trastorno.
Andrés: Necesito saber si existe la posibilidad de que estemos ante un caso de personalidad múltiple.
Diego: Pero… ¿Vos sabés lo que implica esa enfermedad? ¿Vas a investigar la biografía de tu sospechosa buscando un hecho traumático o algún tipo de impulsos reprimidos?
Hernán: No es que yo quiera cambiar el tema, pero a mí en este asunto hay algo que me parece más raro… El costo del tratamiento, rehabilitación, el viaje a Corea y todas las cirugías… ¿De dónde salió el dinero para pagar todo eso? Se lo pregunté a Yuki, pero ella no tiene ni la menor idea.
Andrés: (atento) Es cierto, Hernán. Los Obatta no pudieron cubrir los gastos de la internación y tratamiento de Anna. Alguien con más dinero y poder tuvo que hacerlo. Y solo se me ocurre una persona.
Hernán: Lamento ser un adelantado, pero yo ya lo revisé. Tengo un compinche en el banco donde Key Obatta tiene su cuenta y… Todas las transferencias fueron realizadas desde una cuenta a nombre… de Daigo Naito.
Andrés: Esto solo confirma mis sospechas… El silencio de los Obatta fue comprado.
Diego: Eso es muy tirado de los pelos. Lo que más les interesaría a los Naito es que ella vaya a la cárcel por el intento de homicidio.
Andrés: ¿Que otra prueba se necesita? Es obvio que Daigo Naito no lo sabía, él no pudo destinar el dinero… Creo que tenemos que consultar con el psiquiatra… y dejemos que Selenia hable con Ryoko Naito.
Hernán: Eso me parece un poco peligroso para ella.
Diego: Es cierto. Si esa familia fue capaz de tanto, debe ser muy peligrosa.
Andrés: Selenia tiene a la suegra en el bolsillo. Esa mujer la adora, en una reunión familiar la proclamó su nuera. No va a sucederle nada malo. (Saca el celular para llamar a su hermana) De hecho, me voy a comunicar con ella ahora mismo. (Comienza la llamada y habla una vez que nuestra protagonista contesta) Selenia, hermanita, tengo algo que pedirte.
Selenia: ¡Andrés! A vos te encanta tenerme contra las cuerdas, che… ¿Qué querés ahora?
Andrés: Necesito que hables con tu Okaasan para que te cuente porqué pagó la internación de Anna.
Selenia: (atorada) ¿Qué decís? ¿Qué Ryoko-sama pagó la internación de Anna? Pero si ella ni sabe que Anna está viva.
Andrés: Eso es lo que vos crees. Pero me acaba de llegar información de una excelente fuente que revela traslados de dinero a la cuenta de Obatta por parte de otra a nombre de Daigo. Pero nosotros sabemos que él no pudo saber sobre eso.
Selenia: ¿Qué estás diciendo? ¡Eso es terrible! ¿Cómo se puede…? (hay una pausa) Yo no puedo hablar con esa mujer… no ahora.
Andrés: Traquilizate… Intentá entenderla. Anna casi mata a su hijo… Y sobrevivió al accidente… A cambio de no meterla a la cárcel les habrá pedido a los Obatta que la separen de Daigo.
Selenia: No me jodas… ¿Qué es ese montón de mierda? ¿Y por qué pago el tratamiento, entonces? Si con no mandarla a la cárcel era suficiente.
Andrés: Eso es lo raro… Lo que tenés que averiguar.
Selenia: Ay, no… (otra pausa) ¿Cómo voy a hacer para no cagarla diciéndole de todo menos que es una señora?
Andrés: Vos sos simpática, ¿no? Demostralo, hermanita. Y avísame que averiguas.
Selenia: Soy simpática, pero no careta… (escucha el tono de marcado que le indica que su hermano terminó la llamada) Andrés… ¡Andrés! (mira el celular con bronca) ¡Mierda! (guarda el teléfono en su bolsillo y se agarra de la cabeza. Piensa) “¿Qué voy a hacer?  Será mejor que le hable a Daigo-sama con la verdad, porque ni siquiera sé cómo contactar a Naito-sama. Decidido… Ahora voy a ZR y le cuento toda la verdad. Pero primero paso por las chicas al edificio.”
Tal como lo había pensado, Selenia parte rumbo al edificio para señoritas donde aún viven sus amigas. Mientras marcha, continúa pensando en la resolución que tomó antes, exactamente en cómo encarar el tema con el vocalista. Después de tantas mentiras y tretas, la confesión que estaba planeando no resultaría nada fácil… ahora. Tenía que focalizar en eso. Ahora era difícil, pero luego, una vez que ese secreto tan pesado fuese revelado, todo cambiaría… Oh, ¿a quién trataba de engañar? Daigo sufriría una vez más. Cuando perdió a Anna, al pasar dos años extrañándola, lamentando que en un segundo su futura familia se vaya al diablo, cuando descubrió la verdadera naturaleza de las cenizas, cuando vio que ella estaba viva… y ahora otra vez, al enterarse de que la persona en la que había confiado casi ciegamente lo había engañado… Además, con la verdad por delante, no existiría posibilidad alguna de que el vocalista perdone a su ex… “una mentira que te haga feliz vale más que una verdad que te amargue la vida”, esa frase de Arjona que le parecía tan cínica ahora se tornaba sabia y muy real, en carne propia. 
Selenia: (entrando al edificio) Hola muchachas. ¿Listas para ir?
Megg: Si, solo falta que Charly termine de arreglarse. Viste que después de lo que pasó en la fiesta, Akihide se re borró y ni le escribe un texto, así que nuestra amiga se armó de valor para ir a la productora y hablar con él.
Selenia: La verdad que quién entiende a Aki-san. Primero defiende a Charlotte y le pega a Chein [cree que el apellido de Calvin es así y no Chen], luego se desaparece.
Megg: Te juro, ¿quién lo entiende? Que mal que Charly no tuvo mi suerte. Se consiguió uno más bipolar que ella.
Selenia: Charlotte no es bipolar. La bipolaridad es una enfermedad jodida. Si tomar una decisión y luego cambiar de idea es ser bipolar, bipolares somos todos.
Megg: (asustada) Charly está detrás de mí, ¿verdad?
Selenia: No, pero ya salió de la pieza. Y yo solo estaba diciendo lo que pienso.
Charlotte: (se acerca a sus amigas, notando la risita nerviosa de Megg y la mirada con los ojos entrecerrados que Selenia dirigió a la rubia) ¿Qué hacen? Siempre tan secretas ustedes.
Selenia: Nada. Megg hizo un comentario con el que no estoy de acuerdo.
Gran habilidad tenía nuestra protagonista para no mentir sin decir la verdad, tanto que la pelirroja se sintió conforme y anunció su disposición para ponerse en marcha de una vez.
Las tres muchachas salieron del edificio despidiéndose de sus amigas. Durante la mayor parte del trayecto, Charlotte se preguntaba una y otra vez si era prudente ir. Akihide no la había buscado, ni intento comunicarse con ella. La incertidumbre era indudablemente poderosa, sentía que la envenenaba con mucha lentitud y mucha persistencia. Pero también temía a ese encuentro... ¿Y si Akihide estaba enojado? ¿Y si, al igual que los demás asistentes, él pensaba que ella provocó a Calvin Chen? ¿Y si creía que era la culpable de todo por su forma de vestir y de actuar? Le daba miedo hablar con el pelilargo guitarrista y encontrar reclamos, desprecio y prejuicios, como si las mentiras sobre su "inexistente" decencia hubiesen viajado con Charlotte. ¿Algún día podría dejar atrás esos fantasmas del pasado?
Cerca de ZR, Megg se separó de ellas para ir a la tienda de  discos y libros (y masitas dulces con café). Tanto Selenia como Charlotte continuaron en el mismo camino. Una de ellas sentía pesados sus pasos, pero no podía retroceder. Las letras de ZR ya eran visibles a sus ojos, y esa imagen alteró sus sensibles nervios.
Charlotte: Selenia... (Titubeando) Creo que mejor me voy. Estoy muy nerviosa y tengo la mente en banco, no sé qué voy a decirle.
Selenia: Charlotte querida, ¿te acordás de esa vez que te enojaste conmigo por una reverenda pavada y no me hablaste durante un mes?
Charlotte: Si, me acuerdo. Vos dijiste algo que yo entendí mal y me enoje mucho, pero después de pensarlo mejor, se me pasó.
Selenia: ¿Y recordás que querías que yo me acerque a hablarte?
Charlotte: Si, pero vos no lo hacías porque te enojó mi actitud.
Selenia: No era para tanto, solo me molesté. Pero volvamos al punto... Yo no sabía qué te pasaba porque vos no decías nada, y la incertidumbre me molestó. Ese es el punto.
Charlotte: (entusiasmada) Ah, ya entendí. Seguramente Akihide espera que yo le hable.
Selenia: No, el punto es que estás recibiendo una cucharada de tu propia medicina. Y me alegro.
Charlotte: (desorientada) ¿Que te alegras?
Selenia: Así es, me alegra que alguien te haga lo mismo que vos les haces a los demás. Tal vez te das cuenta de esta forma de que no está bueno de repente ignorar adrede a otra persona para evitar una confrontación. No sé si le tenés más miedo al conflicto o a darte cuenta de que estás equivocada.
Charlotte: ¿Debería, entonces, ser como vos, que siempre buscas pelea?
Selenia: Yo me defiendo, cosa que es diferente. Yo no dejo que pongan palabras en mis frases que no dije, que me censuren o me silencien con la indiferencia. ¿Nunca te arrepentiste de perder tanto el tiempo pensando lo que no era en lugar de preguntar y averiguar? Este es el momento.
Charlotte: (temerosa) Pero… ¿Y si me desprecia? Si lo hace, yo no podría soportarlo.
Selenia: Vos sos más fuerte que eso, Charlotte. Además, mi hombro siempre estará aquí y contás con él. Andando (abre la puerta frontal del edificio de BG y entra, tirando del brazo de su pelirroja amiga).
Después de esas palabras tan extrañamente alentadoras, pues Selenia tenía esa forma tan desafiante de dar ánimos, ni es de las que dicen “lo hiciste bien” sino “puedes hacerlo mejor”, Charlotte se sintió confortada. “Vos sos más fuerte que eso” le había dicho su amiga, y la pelirroja creyó en esas palabras. Yo soy fuerte, se repetía, fuerte, fuerte. Y, armada con este renovado valor, su acercó a la recepción para preguntar a Ichiyo si Akihide estaba en ZR. Hablaría con él, fuese cual fuese el resultado, ya lo había decidido.
Charlotte: Konnichiwa. ¿Está Akihide aquí? Necesito hablar con él.
Ichiyo: konnichiwa. Aki-san se reportó enfermo y no vino. (confidencialmente) Pero Daigo-sama dejo que no es cierto. (le entrega algo) Y te dejó esto.
Charlotte: (toma el objeto: un llavero con dos llaves) ¿Me lo dejó Daigo-san? ¿Y qué es?
Ichiyo: Son las llaves del departamento de Shibuya. Dijo que seguramente Akihide no te abriría la puerta y que las dejes allí antes.
Charlotte: (demasiado extrañada como para poder disimularlo) ¿Daigo me está dando las llaves de su casa para que vaya a hablar con Akihide?
Ichiyo: Si, bajá la voz. Y andá de una vez, antes de que se arrepienta.
Charlotte sale prácticamente corriendo de la productora a encontrar al guitarrista. El entusiasmo se apodera tan rápido de sus ánimos antes decaídos que estaba totalmente desconectada de los pensamientos negativos que habían nublado su mente. Ella es una mujer fuerte y con una gran posibilidad de confrontar a Akihide, sea como sea, así que no tenía nada que temer. Recordaba que, cuando más dudas tenía debido a la aparición de Ximena, él apareció a su lado casi por arte de magia para desaparecer su desconfianza. Ahora esa su turno.
Mientras pensaba en todo esto, ya había llegado al edificio de Shibuya y abrió la puerta frontal fácilmente. Tomo el primer elevador desocupado, y durante el ascenso continúa pensando en qué diría al guitarrista, pero solo una frase resonaba dentro de su cabeza… Y la diría sin importar lo que pase, aunque tuviese que interrumpirlo. Ya estaba frente a la entrada del departamento, sosteniendo la llave, introduciéndola en la cerradura, aguantando las palabras que querían saltar desde su garganta. Solo tenía que contenerlas un poco más, solo un poco.
Abrió la puerta… el departamento parecía vacío. Todo estaba ordenado y limpio, como siempre lo había visto. Avanzó con precaución hacia las habitaciones y entró a la más cercana, definitivamente nunca la había visto, pero algo le llamó la atención… había un maniquí con un saco… un gran espejo y la cama estaba totalmente desarreglada. De seguro era la habitación de Daigo Naito.
Voz tras ella: ¿Qué hacés aquí?
Charlotte: (voltea rápidamente, encontrándose cara a cara con el guitarrista) Akihide… Vina para hablar con vos, y no voy a irme sin que me escuches.
Akihide: (prácticamente indiferente) A Daigo no le gusta que entren a su habitación. Además está hacha un desastre (le indica que salga). Podemos hablar en la sala, aquí no.
Charlotte: (un vez que salen del cuarto de Daigo) ¿Por qué no fuiste hoy a la productora?
Akihide: No quiero ver a Calvin Chen, así que espero hasta el miércoles, cuando se vayan las bandas extranjeras.
Charlotte: Akihide… (se sienta a su lado –sí, él ya se había sentado) ¿Te sentís avergonzado por lo que pasó?  Si es así no hay motivos. Cualquiera lugar en tu lugar hubiese hecho lo mismo.
Akihide: Estoy seguro de que sí, pero eso no me avergüenza… De hecho, no quiero verlo porque soy capaz de matar a ese desgraciado.
Charlotte: Ah… Ya veo… ¿Por qué… no te comunicaste conmigo en estos días? Estaba preocupada y por eso vine.
Akihide: Estoy pensando en todo esto… Una vez que los extranjeros se fueran iba a hablar con vos, pero veo que me ahorraste el viaje.
Charlotte: (desconcertada) Bueno, dejame hablar a mí primero. Después te tocará el turno a vos.
Escuchar!!! (No comienza automáticamente y espero que les cargue rápido)
Akihide: Yo... Sé lo que vas a decirme. Está escrito en tu cara y se lee claramente. Por eso necesito que estemos así, sentados uno al lado del otro sin mirarnos. Si te veo a los ojos puede que me arrepienta, pero si no lo hago ahora será peor para nosotros después...
Charlotte: Pero... (ya presiente lo que viene a continuación) Mirame a los ojos si vas a decirme eso.
Akihide: Honto... honto... (sus ojos se mueven involuntariamente hacia los de ella) Aishiteru.
Aunque ya sabía lo que esa confesión tan directa venía acompañada de una decisión negativa a sus deseos, de palabras que realmente no querías escuchar, Charlotte, en un intento desesperado, abrazó a Akihide. Ya sentía el peso en el corazón y las lágrimas brotando de sus ojos, pero no lo dejaría ir. Tal vez podía convencerlo, los sentimientos que compartían eran más valiosos que todo lo demás.
Charlotte: (aferrándose a él) Yo también, yo también... Akihide, si en verdad me amás no me hagas esto. Nosotros...
Akihide: (aparta los brazos de Charlotte con mucha suavidad) Yo no puedo aceptarte como sos, no tengo esa virtud. No puedo seguir obligándome a pensar que algo como el beso de Calvin Chen no es tu culpa.
Charlotte: ¿Vos pensás que es mi culpa? ¿Pensás que yo lo provoqué? ¿Qué también provoque a mi ex jefe? ¿Pensás que no tengo decencia?
Akihide: No creo que hayas provocado a tu ex jefe o que no tengas decencia. Solo... pienso que tus formas de vestir y de actuar son intencionadas, que te gusta atraer la atención de los hombres. Creo que te agrada sentir que te desean, y jugas al límite con eso. Pero todo lo que uno hace tiene consecuencias. Y lo que pasó en la fiesta de Shinpei es una de ellas.
Charlotte: Nos podés estar diciéndome eso… (alterada) La ropa es tela, solo tela. Vos usas, todos la usan. ¿Cuál es el problema con la mía? ¿Cuál es el problema con ser simpática y abierta a conocer gente?
Akihide: Eso y esto no son iguales. Yo… me daba cuenta de que hacías ciertas cosas para que te prestara más atención, y no me parecía mal… porque entendía ese coqueteo, pero… no creo que te gusten todos los hombres. Creo que lo mejor es que ya no nos veamos. Olvidemos lo que pasó y sigamos con nuestras vidas.
Charlotte: (Rápidamente agarra un pañuelo descartable que guardaba en su bolsillo y con éste seca sus lágrimas) Tenés razón… Lo que estás haciendo es echarme la culpa de tus inseguridades, porque ves cosas que no suceden. Y yo no puedo esperar nada de alguien así.
Sin esperar respuesta alguna, la pelirroja se pone de pie, decidida a salir de allí inmediatamente. Aunque fuese doloroso y duro, ella no podía entablar ningún tipo de relación con alguien que la juzgaba de esa forma. Al fin y al cabo, Akihide era igual a los demás hombres. Aparentemente hasta en el otro lado del mundo, las mentiras sobre ella eran implacables. Una decepción más volvía a agitar su pecho, a presiona su emociones desbocadas que le quitaban el aire… que le nublaban la vista… que… hacían temblar el suelo y… Oh, no, estaba teniendo uno de esos ataques… Lo último que recordó es haberse llevado una mano hacia la cabeza antes de perder el sentido…

Una voz comenzó a brotar desde las penumbras, una voz suave y ciertamente delicada. La oscuridad desaparecía poco a poco, dando lugar a la luz tenue, las figuras difusas que se volvían cada vez más claras. Había alguien frente a ella, pero aún no veía muy bien… se le revelaba un rostro femenino… ¿Una mujer? (sé que la pregunta parece estar de más, pero… ya saben cómo es el asunto en Asia, jep)
Voz: Agassi [2]… ¿Estás bien?
¿Agassi? ¿Qué era eso? Japonés no… sería acaso… ¿Hangul? [3]

Continuará.



Aclaraciones
1 Suihanki: maquina para hacer arroz.
2 Agassi (agachi) Señorita en coreano.
3 Hangul es el nombre de Corea del sur en coreano. También se usa para nombrar al idioma.

5 comentarios:

  1. WOW!!! Me ha encantado este capítulo! Y también me ha encantado como lo has escrito! enhorabuena!!
    Sobre lo de Daigo espero que cuando se entere que Selenia le ha mentido no se enfade... XD
    !!?!¿!?¿!? Dime que al final Akihide y Charlotte acabarán juntos, Por favooor!!! (es que es mi pareja favorita)
    Por último quiero hacerte una pregunta: ¿Cuando termines este fic (aunque me gustaría que no acabara)vas a hacer otro? Tal vez de sus actividades en solitario... o tal vez de Daigo y Akihide XDDD
    Espero con impaciencia el próximo capítulo. Gracias (Por cierto soy la que comentó en la reseña) WISH!!!

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    1. Hola!!! Mil gracias por el comentario tan rápido! Y me alegra que et haya gustado este capítulo que tanto te hizo esperar, aun estoy pensando un poco si hacer una segunda parte y como, pero cuando llegue el final, ustedes mis lectores me dirán si merece un poco más.
      Cómo se enterará Daigo de que Selenia sabe la verdad?
      Cómo seguiran las cosas con Akihide y Charlotte? Pronto estarán las respuesta.
      Sayonara

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  2. Hola! Como estas?

    Oh, por dios! Pense que Daigo reaccionaria mal pero no me imagine que llegaria a intentar ahorcarla :O pero es entendible su furia, por otro lado me dio pena Saori que diciendo la verdad quedo como una mentirosa. Me imagino la culpa que debe sentir Se-chan por mentirle con algo asi y ademas que el le crea sin dudarlo un segundo.

    Entiendo a Andres, en su lugar creo que la duermo y la llevo a rastras hasta Argentina XD Como no preocuparse cuando quieren matar a tu hna!

    Me gustaria que Daigo hable con Anna, tiene que escuchar su parte de la historia para poder entender un poco lo que paso, Se-chan lograra convencerlo? mmm :O

    Quee? Lo de la madre de Daigo si que no me lo esperaba!! Nunca me puse a pensar en la plata del tratamiento de Anna, Andres es todo un detective conan! XD Como podra Selenia encarar a su querida suegra, esta dificil la cosa... Tambien me sorprendio que los chicos argentinos supieran quien es Yuki.

    A mi tampoco me gusto el comentario de Megg: "Megg: Te juro, ¿quién lo entiende? Que mal que Charly no tuvo mi suerte. Se consiguió uno más bipolar que ella." Se salvo que Charlotte no la escucho.

    Rain man *_* wiii, estoy enamorada de esa cancion jaja, we la verdad de todo el cd :P

    Noooo Akihidee por queee??? Como va a ser culpa de Charlotte el beso de Calvin? Entiendo que la forma de vestir de ella le resulte incomoda, por la forma de ser de aki pero de ahi a dejarla x eso, en que esta pensando? Estaba tan bien la relacion :( Podran superarlo?
    La chica que despierta a Charlotte, sera Hanmie? Es la unica coreana que se me ocurre podria estar con el, tendre que esperar la segunda parte para saber XD

    Terrible capitulo, o primera parte mejor dicho, me encanto! Ahora a ver como sigue!

    Ah! Me habias preguntado de quien sospechaba, bueno pensaba que la acosadora tenia que ser alguien conocida pero que pueda pasar desapercibida en la historia por eso pense en Ichiyo, y cuando Andres empezo a darle vueltas a la letra de la acosa, dije es ella! Pero con el adelanto en el cap anterior pense uy le pifie! jaja sobre todo por estas partes:

    Andrés: ¿Es posible que dos personas vivan en el mismo cuerpo? [...] Si, porque no son personas, sino personalidades [...] Los Obatta no pudieron cubrir los gastos de la internación y tratamiento de Anna. Alguien con mas dinero y poder tuvo que hacerlo.
    [...]

    Andrés: Entonces... ¿Usted llevó a Anna Obatta el día en que la atacaron?
    Taxista: Ese día jamás podrá borrarse de mi mente.
    Andrés: ¿Y usted vio a la persona que la atacó?
    Taxista: (lo mira fijamente) A esa chica no la atacaron... Nadie la hirió.

    Cuando lei eso pense en Anna y una posible doble personalidad como en una pelicula de terror que habia visto :P o en irene yo y mi otro yo XD
    Pero bueno a seguir leyendo para saber definitivamente quien es la acosadora!! Esta todo muy intrigante.

    Saludos!!

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    1. Hola!! Como estás, Nadia?
      Gracias por el comentario, por aquí ando muy atareada, jep, pero no puedo dejarlos sin fic.
      La mayor parte de tus dudas se resuelven en la segunda parte, que ya dejé en este medio, y el verdadero merito de descubrir la ruta del dinero es de Hernán mas que de Andrés, él solo ató los cabos sueltos.
      Después me dedicaré a contar como se conocieron los argentinos y Anna/Yuki (y de paso, porqué le dicen Yuki)
      En el cap 25 el asunto de la acosadora se podrá en verdad terrorifico, pero no te doy adelantos porque espero subirla en breve (o partir en dos otra vez, así se hace más llevadero)
      Nuevamente gracias por el comentario, se viene el final y espero seguir cotando con tu apoyo!!!
      Sayonara

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  3. HOLA, TANTO TIEMPO, ACÁ VOY CON MI ESTILO DE COMENTARIO BASTANTE, POCO PENSADO A LA HORA DE ESCRIBIRLO, TODO TAL CUAL MIS PENSAMIENTOS AL SUCEDER LO SUCEDIDO. QUE AL PEDO YO. AHÍ TE VA:
    Pero qué carajos le pasa a DAIGO se volvió loco??? Menos mal que llegaron Selenia Y Obatta. Ooooh encima le "cree" a Selenia, la verdad que sí, tortura mental al máximo.
    "Andrés: Bienvenida al mundo de las relaciones públicas." Te juro es un ASCO >_<
    Con todo lo que pasó es raro que Daigo quiera eso ¬¬ o algo no entendí bien º~º
    Bueno, ok, Selenia safó (ponele ajaj)
    ¿Qué onda Hernán que averiguó lo de las cuentas? jah no me lo esperaba. Resulto eficiente el chico.
    Lo de la "frase de Arjona" suena bizarro jajja me encató :P
    "Selenia: No, el punto es que estás recibiendo una cucharada de tu propia medicina. Y me alegro." LOL sigo una pag en face que se llama "me lo dijo un forro" Agreguen esta jajaj xD
    Lo ultimo: entiendo lo que Akihide siente con respecto a Charlotte, pero no lo comparto. Sé que se arreglarán (ignora totalmente el agassi) se que lo hará u_u.
    Espero poder leer en breve la continuación. Como siempre impecable.

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