Anteriormente: La acosadora se acerca cada vez más a Selenia, amenazando no solo su seguridad, sino su vida; y esto comienza a sembrar paranoia en las personas a su alrededor, especialmente en su hermano, quien comenzó un plan para detener los ataques.
Charlotte y Akihide por fin empezaron a concretar una relación y sienten paz entre ellos, pero Calvin Chen besó a la fuerza a nuestra pelirroja protagonista y despertó los celos y la furia del guitarrista... ¿Cómo seguirá la relación a partir de eso?
Anna, con la colaboración de Selenia y Andrés, dio marcha a una complicada estrategia para revelar a Daigo la verdad. Todo estaba saliendo bien... sin embargo, Saori Tomoe decidió sabotear el plan y Anna quedó al descubierto ante el vocalista de la peor manera.
La ira, producto de dos años de engaños y dolor absurdo... se apodera rápidamente de Daigo.
Capítulo 24: ¿Todo acabó?
De tenues a brillantes... cada vez más
brillantes, se encendieron las luces del estadio otra vez. El público ya
comenzaba a palpitarlo, coreando el nombre de la banda, que desde la pantalla
parecía saltar, y de inmediato, cinco muchachas en el escenario empezaron a
mover las caderas con mucha gracia, invitando a los espectadores a bailar con
ellas.
Ese tercer día, el concierto fue abierto por
Kara, la primera noche por Fahrenheit y la segunda por SHINee. Y el domingo,
comenzó la última noche de Spring fest con toda la energía del quinteto pop
surcoreano, pero... mientras cantaban, tanto cuatro de ellas como el público se
dieron cuenta de que alguien sustituyó a Gyuri... usando una versión masculina
del traje de Mister. Aun así no se detenían... hasta que apareció la líder del
grupo, reclamando su lugar en el escenario. La audiencia estallo en carcajadas
con el "pleito", que terminó en un abrazo y siguieron cantando
juntos... antes de una nueva interrupción, en la que Onew vino a llevarse al
intruso sin previo aviso.
Después de la interrupción, las muchachas
continuaron bailando hasta terminar Mister e invitaron nuevamente al público,
pero esta vez a saltar al ritmo de Jumping. Para finalizar su bloque, cantaron
Speed up, y posteriormente cedieron el escenario al grupo donde estaba el
usurpador: a SHINee.
La energía y entusiasmo de la última noche se hacían sentir del primero
hasta el ultimo asiento del Tokyo Dome, pero desde el principio estuvo allí, vibrando constantemente... Si, desde el viernes, día en el que sucedió... día en el que se le reveló a Daigo la verdad, en el cual nuestro soberbio protagonista supo que Anna estaba viva... Estuvo viva todos esos años en los que sufrió por su falsa muerte, en los que la extraño y se rehusó a volver a amar, en los que se culpó sin sentido, en los que lo agobió la soledad de no tener a su mujer o de no poder acariciar la bebé en su vientre...
Daigo: (con voz temblorosa, apenas puede contener su ira) ¿Así que estás viva, eh? (mientras corre hacia ella) Pues no será por mucho tiempo.
De inmediato, sin que nadie lo espere, rodea el cuello de Anna con las manos y comienza a ahorcarla sin la menor compasión. Selenia y Obatta se acerca a ellos lo más rápido que pueden para lograr separarlos, pidiendo a Daigo que se calme y la suelte, mientras que él grita que la va a matar, entre un montón de insultos. Con mucha dificultad, liberan a la muchacha del ataque del vocalista, su tío consigue apartarla hacia un lado, preso de la conmoción, para que ella pueda recuperar el aliento. Nuestra protagonista ataja a Daigo e intenta calmarlo, pero casi no puede con ella misma. No esperaba la intromisión de Saori al revelarle la verdad, pero mucho menos que él intentara matar a Anna frente a sus ojos, jamás lo creyó capaz de semejante violencia. Y ahora que lentamente volvía los ojos hacia la morocha extranjera, un pánico desconocido la recorrió desde la cabeza hasta las puntas de los pies.
Daigo: (a Selenia, severamente) ¿Es verdad que lo sabías?
Selenia: (Esa mirada iracunda y el tono severo de su voz la inquietan, pero esa no era hora de retroceder, sino de admitir su culpa, así su relación se vaya al mismísimo infierno) Daigo-sama, lo...
Daigo: (con voz temblorosa, apenas puede contener su ira) ¿Así que estás viva, eh? (mientras corre hacia ella) Pues no será por mucho tiempo.
De inmediato, sin que nadie lo espere, rodea el cuello de Anna con las manos y comienza a ahorcarla sin la menor compasión. Selenia y Obatta se acerca a ellos lo más rápido que pueden para lograr separarlos, pidiendo a Daigo que se calme y la suelte, mientras que él grita que la va a matar, entre un montón de insultos. Con mucha dificultad, liberan a la muchacha del ataque del vocalista, su tío consigue apartarla hacia un lado, preso de la conmoción, para que ella pueda recuperar el aliento. Nuestra protagonista ataja a Daigo e intenta calmarlo, pero casi no puede con ella misma. No esperaba la intromisión de Saori al revelarle la verdad, pero mucho menos que él intentara matar a Anna frente a sus ojos, jamás lo creyó capaz de semejante violencia. Y ahora que lentamente volvía los ojos hacia la morocha extranjera, un pánico desconocido la recorrió desde la cabeza hasta las puntas de los pies.
Daigo: (a Selenia, severamente) ¿Es verdad que lo sabías?
Selenia: (Esa mirada iracunda y el tono severo de su voz la inquietan, pero esa no era hora de retroceder, sino de admitir su culpa, así su relación se vaya al mismísimo infierno) Daigo-sama, lo...
Obatta: ¿Cómo iba a saberlo? Eso es falso. Si ella lo supiera, ya me
hubiese preguntado.
Selenia: (al sentir los ojos de Daigo nuevamente sobre ella se llena de
nervios... que él confunde con la conmoción propia de una persona que acaba de
ver a alguien a quien creía muerto) Daigo-sama, yo...
Saori: Claro que lo sabía (a Selenia) ¿O vas a negarlo? (se le acerca y la zamarrea) ¡No te atrevas a negarlo!
Daigo: ¡Dejala en paz! ¿Vos desde cuando sabes que Anna está viva?
Saori: Eso no es lo importante. Anna está viva y Serenia te lo ocultó. Ella lo sabía y juntas planeaban engañarte, yo las escuche.
Daigo: Eso no es cierto. Se-chan es incapaz de ocultarme algo tan grave.
Saori: Claro que lo sabía (a Selenia) ¿O vas a negarlo? (se le acerca y la zamarrea) ¡No te atrevas a negarlo!
Daigo: ¡Dejala en paz! ¿Vos desde cuando sabes que Anna está viva?
Saori: Eso no es lo importante. Anna está viva y Serenia te lo ocultó. Ella lo sabía y juntas planeaban engañarte, yo las escuche.
Daigo: Eso no es cierto. Se-chan es incapaz de ocultarme algo tan grave.
Mientras ellos discutían, Selenia y Anna compartieron miradas para
indicar que harían a continuación: aunque las circunstancias eran un poco
diferentes, el plan no había cambiado, y la morocha protagonista seguía a un
lado del ojo de la tormenta. No le parecía justo, pero estaba en deuda con Anna
por lo que sucedió con Ximena. Tenía que seguir lo estipulado.
Selenia: Basta. No se pongan a discutir. Respondeme una cosa, Saori-san. ¿Me viste hacer lo que decís que hice? ¿Me viste hacerlo? Te estas equivocando.
¿Qué clase de persona pensás que soy? (A Daigo) ¿Vos creés que yo ocultaría algo tan grave? ¿De verdad pensás que soy capaz de hacer eso?
Saori: No me vengas con derroches de dignidad.
Daigo: No lo creo, por eso te lo pregunte.
Selenia: No son derroches de dignidad. (Piensa) "Se llama encubrir
la verdad con preguntas que dan a entender otra cosa" (en voz alta) Y no
pretendo tratarte como a una mentirosa. Quizás te confundiste.
Saori: No me confundí, estoy segura de que
ustedes se reunieron a cuchichear en el baño. ¿Cómo te atreves a negarlo?
Daigo: ¿Cómo es que pudiste escucharlas si
estaban hablando bajo? Lo que estás diciendo supone algo espantoso. Y no voy a
creerlo.
Saori: Daigo, te estoy diciendo la verdad.
Daigo: (seriamente) Se-chan dice lo contrario y
yo le creo.
Después de escuchar esto, Saori da media vuelta,
indignada, y se retira sin agregar más a lo que había dicho. Dado el carácter
que conocía de Daigo, nada lo haría cambiar de parecer. Incluso hasta ahora, él
continuaba creyendo que Selenia desconocía la verdad antes de aquella
confrontación. Ya habían pasado casi tres días, el Spring fest, con esa última
canción, interpretada por todos los artistas, estaba llegando a su fin. Poco
tiempo, realmente, pero para Selenia ya representaba una completa tortura
mental interminable. Lo peor de todo es que solo podía hablar de eso con su
hermano. No sentía necesidad de comentar la situación con sus amigas mientras
el asunto no estuviera resuelto. La impunidad nunca fue su estilo.
A diferencia de su país, la salida del concierto
fue muy tranquila y organizada, aunque un poco más lenta. No hubo empujones ni
demoras, y una vez que estuvieron afuera, todavía con la euforia en las venas,
caminaron unas cuantas cuadras hasta llegar a donde dejó estacionada Andrés la
camioneta que había rentado. Allí algunas de las muchachas se despidieron de
sus novios y fueron llevadas al edificio. A esa hora Tokyo era casi un desierto
dando las primeras y leves señales de vida.
Después de dejar a las cinco muchachas frente al
edificio, y asegurándose de que entren bien, Andrés llevó a Selenia hasta el
piso en Nakano, y habló con ella durante el breve trayecto.
Andrés: Selenia… Estos días estuviste hecha una
verdadera bomba de tiempo.
Selenia: Y con justa razón, ¿no te parece? Yo
antes era la sinceridad en persona… Ahora no soy más que una hipócrita de
quinta categoría. Lo peor de todo es… que yo estoy mintiendo y me tratan bien,
pero… Saori–san decía la verdad y por poco la tildan de loca. Es raro…
Andrés: Bienvenida al mundo de las relaciones
públicas. Cuando la verdad es mala, hay que reemplazarla con una mentira bonita
así todo el mundo está contento. A la gente superficial y hueca le encanta que
todo sea lindo y que todos estén de acuerdo con sus estupideces. Y la otra
gente, que conviven con esas personas, miente para quedar bien.
Selenia: Por esas casualidades de la vida, no
estarás tratando a Daigo–sama de estúpido, ¿verdad?
Andrés: Él confía mucho en vos porque, para bien
o para mal, siempre le dijiste la verdad. Como decía ese refrán, hazte fama y
échate a dormir. No debe extrañarte que te crean aunque estés mintiendo si
tenés esos antecedentes de sinceridad patológica.
Selenia: Estoy rompiendo la promesa que le hice…
Alguien, a quien le costaba mucho vincularse con una mujer durante dos años,
está confiando en mí ahora… Y le miento horriblemente.
Andrés: La culpa no te sirve. Y menos ahora.
Cuando estabas distraída en la salida, tomé tu celular e invité a Daigo Naito
al piso para que puedan hablar. (Ante la sorpresa de su hermana) No te estoy
vendiendo, sino que te doy la oportunidad de que lo convenzas. Metele la idea
de que Anna no le mintió, todo sucedió sin que ella lo aprobara.
Selenia: (irritada) Pero él no va a creer que
quiero hablar. Él va a creer que quiero sexo.
Andrés: (carismáticamente) Bienvenida al mundo
de la verdadera supremacía femenina: con sexo conseguís lo que sea de un
hombre.
Selenia: No es gracioso… Yo soy una chica
decente.
Andrés: (entre risas por los copiosos aspavientos
de su hermana) Dale somnífero. Cambiando de tema, me marcho el miércoles… Mis
asuntos aquí ya terminaron, así que… (Estaciona. Ya habían llegado) Cuando
regrese a casa, quiero que vengas conmigo.
Selenia: ¿Cómo voy a regresar? Todavía tengo que
esperar la corrección de la tesis y defenderla en la universidad. ¿De qué estás
hablando?
Andrés: Eso qué importa. Yo no quiero que esa
loca te mate. Regresemos a casa juntos, después vemos cómo arreglar.
Selenia: No puedo dejar a Charlotte y Megg solas
aquí...
Andrés: (precipitadamente) Por un vez en la
vida, pensá primero en vos. Tu vida corre peligro en Tokyo. En Argentina, cerca
mío y del resto de la familia, vas a estar a salvo. Si explicamos esto, nos van
a...
Selenia: Andrés... hermanito, yo no tengo miedo.
Sé que no tengo idea de quien quiere matarme, sé que podría ser alguien que
conozco, incluso, pero... no tengo miedo porque no tengo nada que perder...
Andrés: Podes perder la vida, ¿qué estás
diciendo?
Selenia: ¿Y eso que importa? No va a pasar, ella
no va a matarme.
Andrés: (al borde de la resignación, apoya la
cabeza y los antebrazos sobre el volante) ¿Por qué sos tan terca?
Selenia: (abre la portezuela del coche) No soy
terca, pero no voy a salir corriendo y mandar seis años de mi vida a la mierda
por culpa de una loca. Nos vemos mañana, hermanito. (Baja del automóvil)
Andrés: (para sí, mientras ve ir a Selenia)
Estúpida cabrona. Ahora tendré que sacarte a la loca de encima antes de irme.
(Pone en marcha el vehículo y se dirige al hotel donde se hospeda)
Selenia, mientras tanto, entra al edificio y
sube hasta el piso de Tsugumi, pensando en lo que iba a hablar con Daigo. ¿Cómo
lograría que ese tema surgiera naturalmente en una conversación sin forzar las
palabras? Pero la invitación al piso sería asociada seguramente por el
vocalista con... Sexo. Ella le había pedido ir al departamento de Shibuya el
jueves por la noche, y con el incidente de las cenizas logró desviar su
atención. ¿Esta vez tendría tanta suerte?
Poco tardó Daigo en llegar al piso, apenas unos
minutos habían pasado y él ya estaba allí, subiendo en el elevador. ¿Cómo logró
llegar tan rápido? Aunque, conociéndolo, seguramente se desmaquilló, se cambió
de ropas y abandonó el Tokyo Dome, dejando a los demás hacer todo el trabajo.
De alguna forma, ella le dio la excusa perfecta. Selenia corrió hasta su
celular para saber exactamente qué es lo que escribió Andrés cuando escuchó que
golpeaban la puerta…
Selenia: (abre y deja pasar a Daigo) Qué rápido
llegaste. ¿Querés tomar algo?
Daigo: (extrañado) Deberías estar saltando de un
lado al otro, emocionada, y felicitándome por mi impresionante actuación…
Selenia: (irónica) Estás hablando conmigo, no
con una princesa de Disney. Me encantó el concierto, las tres noches, pero no
seré una loca que te atosigue. (Le acerca un vaso de agua)
Daigo: (lo agarra, pero no bebe) Pensé que me
servirías algo de verdad… como sake. (reflexiona) Aunque el alcohol podría
quitarme energía… (lúcido) Ah, ya entendí.
Selenia: No entendiste nada de nada. Lo mejor
para calmar la sed es el agua.
Daigo: (bebe un poco) Hablemos con sinceridad…
Vos no me pediste que venga para que hablemos, ¿verdad?
Selenia: (recordando una de las afortunadas
frases de su hermano, “con sexo conseguís lo que sea de un hombre”, arruga la
nariz y extiende una mano para pellizcar uno de las mejillas del vocalista)
Todo a su tiempo, no te apures (hace un rodeo para sentarse en la orilla de la
cama, y le ofrece hacer lo mismo). Creo que vi a Saori–san en la multitud.
¿Hablaste con ella después del viernes?
Daigo: (se sienta a su lado) No, y no lo haré.
¿Cómo podes preguntarme por ella después de las cosas horribles que dijo de
vos?
Selenia: (intentando llevar la conversación
hacia a donde ella quiere) Pensé que tal vez te interesaría enterarte de como
ella descubrió que (hace una pausa) Anna está viva.
Daigo: (le rodea los hombros con un brazo) A la
mierda Anna, a la mierda todos. No me interesa hablar de la mujer que me engaño
durante dos años con…
Selenia: (se aparte un poco. Por fin llegó a
donde ella quería) ¿Te engañó? ¿Acaso… vos crees que ella fingió su propia
muerte?
Daigo: (sorprendido) Naturalmente… Pero no
hablemos de e…
Selenia: ¿Cómo alguien puede fingir su propia
muerte mientras lucha por vivir en una terapia intensiva? (ante la impresión
cada vez más aguda de Daigo) Yo leí los informes del accidente. Decía muy claro
que el copiloto estaba mucho más grave que vos, y luego solo se dedicaban a tu
estado.
Daigo: (incrédulo) ¿Entonces quien fingió la
muerte? ¿Los Obatta? ¿Por qué lo harían?
Selenia: Buena pregunta… Lo único que se me
ocurre es… que tenían miedo de que ella vaya a la cárcel por intento de
homicidio. No creo que los Naito se quedaran tranquilos después de que casi
morís.
Daigo: Eso parece tener algo de sentido… Pero no
sé… (se agarra de la cabeza) No quiero pensar en todo eso.
Selenia: Tal vez… (Con un peso en el corazón.
Aunque había llegado hasta donde quería, no le resultaba muy agradable lo que
estaba a punto de proponer. Para ella, significaba el fin de esa relación)
deberías hablar con ella y escuchar su verdad.
Daigo: (extrañado) ¿Qué estás diciendo?
Selenia: No me agrada la idea de que ustedes se
reencuentren de una forma pacífica, pero tampoco es bueno dejar esta historia
inconclusa.
Daigo: (de pronto, la abraza) No sabía que eras
celosa.
Selenia: No estoy celosa, pero admitamos que no
es agradable que hables con la ex con la cual querías tener la casa, el perro,
el gato, el hijo… La vida entera.
Daigo: Si, por ese lado es comprensible. (Aun
rodeando a Selenia con los brazos, se abalanza hacia la suave superficie del
colchón).
Selenia: (alarmada) Hey, ¿qué haces?
Daigo: No tenés de qué preocuparte respecto a
eso. Anna está viva, pero todo lo que nos unía murió en ese accidente. (La
besa) Ella es parte del pasado. Mejor concentrémonos en el presente al que le
queda poco tiempo de estadía.
Selenia: (sonríe, intentando calmar sus nervios)
¿Y el presente puede levantarse un momento porque necesita cambiarse para
dormir?
Daigo: (extrañado) ¿Dormir? ¿De qué estás
hablando?
Selenia: (consigue que él se aparte y comienza a
caminar hasta el baño, tomando previamente ropa bajo la almohada) Es una forma
de decir. Ponete cómodo que ya vuelvo.
Finalmente, después de aquella frase tan
esperanzadora, Selenia ingresa al baño, preguntándose porqué dijo eso… Si ella
no estaba dispuesta a acostarse con él todavía… Aunque en Japón las relaciones
amorosas se desarrollaban de una forma muy diferente, la intimidad ocurría a lo
largo de las primeras semanas… Y convengamos que ella no estaba en edad ni
condición de hacer tantos aspavientos. Más aun sabiendo que Daigo era capaz de
despertar su bestia interior (si, en ese sentido pervertido que sus pervertidas
mentes están pensando). Sin embargo todo lo anterior no le parecía escusa
suficiente como para consentir lo que a ella le parecía demasiado prematuro. “Mejor
me cambio, salgo y a ver qué pasa”, decidió y comenzó a vestirse con el pijama.
Al cabo de unos diez minutos, regresó al cuarto y se acercó a la cama,
extrañándose por la tranquilidad… y notó que el vocalista se quedó dormido.
Seguramente los conciertos del fin de semana lo habían dejado agotado. Selenia
lo cubrió con las sabanas y se acostó a su lado, quedando dormida poco tiempo
después. Ni las preocupaciones de esos días podían vencer al sueño.
Cerca del mediodía, una voz extraña y cercana
arrancó al vocalista de su merecido descanso. Poco a poco abrió los ojos,
pensando que Selenia intentaba despertarlo, pero… encontró a… ¿un toro de
peluche parlante? “Despierta, holgazán” repetía varias veces, con la voz de la
morocha protagonista. ¿Y ella en donde estaba? Daigo comenzó a levantarse,
buscando a la extranjera desaparecida con la vista antes de empezar a llamarla.
Selenia: (apareciendo desde la cocina) Ohayoo
gozaimasu. Veo que ese pequeño fue muy efectivo (se acerca un poco) Es lindo,
¿no?
Daigo: Ohayoo... ¿Por qué un toro?
Selenia: Porque vos me regalaste una vaquita.
Este forma la pareja.
Daigo: (cubriendo con la mano un profundo
bostezo) Eso te queda tan extraño. (Se levanta) Voy al baño.
Selenia escucha el timbre de la suihanki [1] y
acude de inmediato a la cocina, pues ese pequeño sonido que indicaba que ya
podía comenzar a servir el almuerzo. Pero antes decidió comunicarse con Andrés
para avisarle que Daigo probablemente hablaría con Anna
Andrés: No tiene que ser probable, tiene que ser
seguro.
Selenia: Yo hago lo que está a mi alcance, no
puedo lavarle el cerebro.
Andrés: No le laves el cerebro, pero hace
reflexione. No es muy difícil seguir hincándole la duda.
Selenia: (escucha el sonido de la puerta) Tengo
que colgar. Hablaremos después.
Andrés: (antes de que ella cuelgue)
Gambaro.
El muchacho deja el teléfono a un lado, con la
vista puesta en la pantalla de la notebook que le habían conseguido, pues, poco
antes de que lo llamara su hermana, mantuvo una conversación con Agatha, quien
aún desde la distancia lo ayudaba en su incipiente y ciertamente inexperta
investigación. “Tus suposiciones van por muy buen camino” le había dicho ella
apenas empezó la videollamada, “pero, lamentablemente, hasta aquí llega todo lo
que puedo hacer por vos”.
Andrés: (algo consternado, observaba
minuciosamente el estudio que Agatha le había mostrado) Pero me parece irreal… Es demasiada
coincidencia como para que se trate de dos personas diferentes… y aun así nos
es un porcentaje de cien…
Agatha: Una de las notas, como ya ves, quedó
descartada porque solo llegó a treinta. Es indudable que estas dos o tres
personas estudiaron shodo en la misma escuela.
Andrés: ¿Por qué decís lo de dos, si está claro
que son tres? Tengo que volver a empezar...
Agatha: Yo te dije que tus suposiciones van por
buen camino porque... existe una posibilidad. Escúchame: Hablando con mi
compinche del trabajo, me recordó uno de los primeros casos en lo que
trabaje... El criminal tenía una patología que le hacía comportarse como si
fuese otro. ¿Es posible que dos personas vivan en el mismo cuerpo?
Agatha: Si, porque no son personas, sino
personalidades. Se llama disociación o algo parecido. Tuvimos que consultar a
un psiquiatra para poder entender lo que pasaba.
Andrés: (pensando) ¿No será… trastorno
disociativo? Mejor lo consulto en el buscador antes de encontrar un
especialista.
Agatha: Me parece bien. Puedes preguntarle a…
Diego por un psiquiatra. Como es médico, debería poder recomendarte uno. (Cubre
un bostezo con la mano) Recuerda avisarme como avanza el asunto. Ya me voy a
invernar, aquí ya es de madrugada. Good night.
Andrés: Que descanses, lo tenés bien merecido. Y
gracias por todo, Agatha.
Después de terminar esta conversación virtual,
fue llamado por su hermana, pero no olvidó lo que tenía que hacer.
“El
trastorno de identidad disociativo es un diagnóstico controvertido descrito en
el DSM IV como la existencia de dos o más identidades o personalidades en un
individuo, cada una con su propio patrón de percibir y actuar con el ambiente.
Al menos dos de estas personalidades deben tomar control del comportamiento del
individuo de forma rutinaria, y están asociadas también con un grado de pérdida
de memoria más allá de la falta de memoria normal. A está perdida de memoria se
le conoce con frecuencia como tiempo perdido o amnésico. Para ser diagnosticado,
los síntomas deben ocurrir independientemente del abuso de substancias o una
condición médica general (inducción).”
Así que identidad disociada, también conocido
como síndrome de personalidad múltiple, era la causa de semejante coincidencia.
No era nada tirado de los pelos si lo pensaba detenidamente, ya que dos
personas podían tener letras diferentes… pero dos identidades que compartían el
mismo cuerpo… con las mismas capacidades motrices… Y ese veinte por ciento que
no coincidía seguramente se debía a la diferencia de personalidades. Aunque
todavía le faltaba comprobarlo, consultando con el psiquiatra. Para ellos, después
de cambiarse, tomar el ascensor hacia la planta baja y pedir un taxi que tardo
menos de cinco minutos, se dirigió hacia el departamento de Roppongi donde
vivían Diego, Hernán y Jonatham. Este último justamente no se encontraba en
casa. Los otros dos se mostraron un poco sorprendidos con semejante e
inesperada visita, pero Andrés les ofreció una buena explicación... buena y muy
sincera. Pues verán, resultó que los más cercanos a Yuki/Anna sabían una gran
parte de la verdad, en especial por la acosadora que el hermano de nuestra protagonista
quería encontrar.
Diego: (reflexionando) Entonces… querés encontrar
a un psiquiatra para que te explique de qué se trata el trastorno.
Andrés: Necesito saber si existe la posibilidad
de que estemos ante un caso de personalidad múltiple.
Diego: Pero… ¿Vos sabés lo que implica esa
enfermedad? ¿Vas a investigar la biografía de tu sospechosa buscando un hecho
traumático o algún tipo de impulsos reprimidos?
Hernán: No es que yo quiera cambiar el tema,
pero a mí en este asunto hay algo que me parece más raro… El costo del tratamiento, rehabilitación, el viaje a Corea y todas las cirugías…
¿De dónde salió el dinero para pagar todo eso? Se lo pregunté a Yuki, pero ella
no tiene ni la menor idea.
Andrés: (atento) Es cierto, Hernán. Los Obatta
no pudieron cubrir los gastos de la internación y tratamiento de Anna. Alguien
con más dinero y poder tuvo que hacerlo. Y solo se me ocurre una persona.
Hernán: Lamento ser un adelantado, pero yo ya lo
revisé. Tengo un compinche en el banco donde Key Obatta tiene su cuenta y…
Todas las transferencias fueron realizadas desde una cuenta a nombre… de Daigo
Naito.
Andrés: Esto solo confirma mis sospechas… El
silencio de los Obatta fue comprado.
Diego: Eso es muy tirado de los pelos. Lo que más
les interesaría a los Naito es que ella vaya a la cárcel por el intento de
homicidio.
Andrés: ¿Que otra prueba se necesita? Es obvio
que Daigo Naito no lo sabía, él no pudo destinar el dinero… Creo que tenemos
que consultar con el psiquiatra… y dejemos que Selenia hable con Ryoko Naito.
Hernán: Eso me parece un poco peligroso para
ella.
Diego: Es cierto. Si esa familia fue capaz de
tanto, debe ser muy peligrosa.
Andrés: Selenia tiene a la suegra en el
bolsillo. Esa mujer la adora, en una reunión familiar la proclamó su nuera. No
va a sucederle nada malo. (Saca el celular para llamar a su hermana) De hecho,
me voy a comunicar con ella ahora mismo. (Comienza la llamada y habla una vez
que nuestra protagonista contesta) Selenia, hermanita, tengo algo que pedirte.
Selenia: ¡Andrés! A vos te encanta tenerme
contra las cuerdas, che… ¿Qué querés ahora?
Andrés: Necesito que hables con tu Okaasan para
que te cuente porqué pagó la internación de Anna.
Selenia: (atorada) ¿Qué decís? ¿Qué Ryoko-sama
pagó la internación de Anna? Pero si ella ni sabe que Anna está viva.
Andrés: Eso es lo que vos crees. Pero me acaba
de llegar información de una excelente fuente que revela traslados de dinero a
la cuenta de Obatta por parte de otra a nombre de Daigo. Pero nosotros sabemos
que él no pudo saber sobre eso.
Selenia: ¿Qué estás diciendo? ¡Eso es terrible! ¿Cómo
se puede…? (hay una pausa) Yo no puedo hablar con esa mujer… no ahora.
Andrés: Traquilizate… Intentá entenderla. Anna
casi mata a su hijo… Y sobrevivió al accidente… A cambio de no meterla a la cárcel
les habrá pedido a los Obatta que la separen de Daigo.
Selenia: No me jodas… ¿Qué es ese montón de
mierda? ¿Y por qué pago el tratamiento, entonces? Si con no mandarla a la cárcel
era suficiente.
Andrés: Eso es lo raro… Lo que tenés que
averiguar.
Selenia: Ay, no… (otra pausa) ¿Cómo voy a hacer
para no cagarla diciéndole de todo menos que es una señora?
Andrés: Vos sos simpática, ¿no? Demostralo,
hermanita. Y avísame que averiguas.
Selenia: Soy simpática, pero no careta… (escucha
el tono de marcado que le indica que su hermano terminó la llamada) Andrés… ¡Andrés!
(mira el celular con bronca) ¡Mierda! (guarda el teléfono en su bolsillo y se
agarra de la cabeza. Piensa) “¿Qué voy a hacer? Será mejor que le hable a Daigo-sama con la
verdad, porque ni siquiera sé cómo contactar a Naito-sama. Decidido… Ahora voy
a ZR y le cuento toda la verdad. Pero primero paso por las chicas al edificio.”
Tal como lo había pensado, Selenia parte rumbo
al edificio para señoritas donde aún viven sus amigas. Mientras marcha, continúa
pensando en la resolución que tomó antes, exactamente en cómo encarar el tema
con el vocalista. Después de tantas mentiras y tretas, la confesión que estaba
planeando no resultaría nada fácil… ahora. Tenía que focalizar en eso. Ahora
era difícil, pero luego, una vez que ese secreto tan pesado fuese revelado,
todo cambiaría… Oh, ¿a quién trataba de engañar? Daigo sufriría una vez más. Cuando
perdió a Anna, al pasar dos años extrañándola, lamentando que en un segundo su
futura familia se vaya al diablo, cuando descubrió la verdadera naturaleza de
las cenizas, cuando vio que ella estaba viva… y ahora otra vez, al enterarse de
que la persona en la que había confiado casi ciegamente lo había engañado… Además,
con la verdad por delante, no existiría posibilidad alguna de que el vocalista
perdone a su ex… “una mentira que te haga feliz vale más que una verdad que te
amargue la vida”, esa frase de Arjona que le parecía tan cínica ahora se
tornaba sabia y muy real, en carne propia.
Selenia: (entrando al edificio) Hola muchachas.
¿Listas para ir?
Megg: Si, solo falta que Charly termine de
arreglarse. Viste que después de lo que pasó en la fiesta, Akihide se re borró
y ni le escribe un texto, así que nuestra amiga se armó de valor para ir a la
productora y hablar con él.
Selenia: La verdad que quién entiende a Aki-san.
Primero defiende a Charlotte y le pega a Chein [cree que el apellido de Calvin
es así y no Chen], luego se desaparece.
Megg: Te juro, ¿quién lo entiende? Que mal que
Charly no tuvo mi suerte. Se consiguió uno más bipolar que ella.
Selenia: Charlotte no es bipolar. La bipolaridad
es una enfermedad jodida. Si tomar una decisión y luego cambiar de idea es ser
bipolar, bipolares somos todos.
Megg: (asustada) Charly está detrás de mí,
¿verdad?
Selenia: No, pero ya salió de la pieza. Y yo
solo estaba diciendo lo que pienso.
Charlotte: (se acerca a sus amigas, notando la
risita nerviosa de Megg y la mirada con los ojos entrecerrados que Selenia
dirigió a la rubia) ¿Qué hacen? Siempre tan secretas ustedes.
Selenia: Nada. Megg hizo un comentario con el
que no estoy de acuerdo.
Gran habilidad tenía nuestra protagonista para
no mentir sin decir la verdad, tanto que la pelirroja se sintió conforme y
anunció su disposición para ponerse en marcha de una vez.
Las tres muchachas salieron del edificio
despidiéndose de sus amigas. Durante la mayor parte del trayecto, Charlotte se
preguntaba una y otra vez si era prudente ir. Akihide no la había buscado, ni
intento comunicarse con ella. La incertidumbre era indudablemente poderosa,
sentía que la envenenaba con mucha lentitud y mucha persistencia. Pero también
temía a ese encuentro... ¿Y si Akihide estaba enojado? ¿Y si, al igual que los
demás asistentes, él pensaba que ella provocó a Calvin Chen? ¿Y si creía que
era la culpable de todo por su forma de vestir y de actuar? Le daba miedo
hablar con el pelilargo guitarrista y encontrar reclamos, desprecio y
prejuicios, como si las mentiras sobre su "inexistente" decencia
hubiesen viajado con Charlotte. ¿Algún día podría dejar atrás esos fantasmas
del pasado?
Cerca de ZR, Megg se separó de ellas para ir a
la tienda de discos y libros (y masitas
dulces con café). Tanto Selenia como Charlotte continuaron en el mismo camino.
Una de ellas sentía pesados sus pasos, pero no podía retroceder. Las letras de
ZR ya eran visibles a sus ojos, y esa imagen alteró sus sensibles nervios.
Charlotte: Selenia... (Titubeando) Creo que
mejor me voy. Estoy muy nerviosa y tengo la mente en banco, no sé qué voy a
decirle.
Selenia: Charlotte querida, ¿te acordás de esa
vez que te enojaste conmigo por una reverenda pavada y no me hablaste durante
un mes?
Charlotte: Si, me acuerdo. Vos dijiste algo que
yo entendí mal y me enoje mucho, pero después de pensarlo mejor, se me pasó.
Selenia: ¿Y recordás que querías que yo me
acerque a hablarte?
Charlotte: Si, pero vos no lo hacías porque te
enojó mi actitud.
Selenia: No era para tanto, solo me molesté.
Pero volvamos al punto... Yo no sabía qué te pasaba porque vos no decías nada,
y la incertidumbre me molestó. Ese es el punto.
Charlotte: (entusiasmada) Ah, ya entendí.
Seguramente Akihide espera que yo le hable.
Selenia: No, el punto es que estás recibiendo
una cucharada de tu propia medicina. Y me alegro.
Charlotte: (desorientada) ¿Que te alegras?
Selenia: Así es, me alegra que alguien te haga
lo mismo que vos les haces a los demás. Tal vez te das cuenta de esta forma de
que no está bueno de repente ignorar adrede a otra persona para evitar una
confrontación. No sé si le tenés más miedo al conflicto o a darte cuenta de que
estás equivocada.
Charlotte: ¿Debería, entonces, ser como vos, que
siempre buscas pelea?
Selenia: Yo me defiendo, cosa que es diferente.
Yo no dejo que pongan palabras en mis frases que no dije, que me censuren o me
silencien con la indiferencia. ¿Nunca te arrepentiste de perder tanto el tiempo
pensando lo que no era en lugar de preguntar y averiguar? Este es el momento.
Charlotte: (temerosa) Pero… ¿Y si me desprecia?
Si lo hace, yo no podría soportarlo.
Selenia: Vos sos más fuerte que eso, Charlotte.
Además, mi hombro siempre estará aquí y contás con él. Andando (abre la puerta
frontal del edificio de BG y entra, tirando del brazo de su pelirroja amiga).
Después de esas palabras tan extrañamente
alentadoras, pues Selenia tenía esa forma tan desafiante de dar ánimos, ni es
de las que dicen “lo hiciste bien” sino “puedes hacerlo mejor”, Charlotte se
sintió confortada. “Vos sos más fuerte que eso” le había dicho su amiga, y la
pelirroja creyó en esas palabras. Yo soy
fuerte, se repetía, fuerte, fuerte.
Y, armada con este renovado valor, su acercó a la recepción para preguntar a Ichiyo
si Akihide estaba en ZR. Hablaría con él, fuese cual fuese el resultado, ya lo
había decidido.
Charlotte: Konnichiwa. ¿Está Akihide aquí?
Necesito hablar con él.
Ichiyo: konnichiwa. Aki-san se reportó enfermo y
no vino. (confidencialmente) Pero Daigo-sama dejo que no es cierto. (le entrega
algo) Y te dejó esto.
Charlotte: (toma el objeto: un llavero con dos
llaves) ¿Me lo dejó Daigo-san? ¿Y qué es?
Ichiyo: Son las llaves del departamento de
Shibuya. Dijo que seguramente Akihide no te abriría la puerta y que las dejes
allí antes.
Charlotte: (demasiado extrañada como para poder
disimularlo) ¿Daigo me está dando las llaves de su casa para que vaya a hablar
con Akihide?
Ichiyo: Si, bajá la voz. Y andá de una vez,
antes de que se arrepienta.
Charlotte sale prácticamente corriendo de la
productora a encontrar al guitarrista. El entusiasmo se apodera tan rápido de
sus ánimos antes decaídos que estaba totalmente desconectada de los
pensamientos negativos que habían nublado su mente. Ella es una mujer fuerte y
con una gran posibilidad de confrontar a Akihide, sea como sea, así que no
tenía nada que temer. Recordaba que, cuando más dudas tenía debido a la
aparición de Ximena, él apareció a su lado casi por arte de magia para
desaparecer su desconfianza. Ahora esa su turno.
Mientras pensaba en todo esto, ya había llegado
al edificio de Shibuya y abrió la puerta frontal fácilmente. Tomo el primer
elevador desocupado, y durante el ascenso continúa pensando en qué diría al
guitarrista, pero solo una frase resonaba dentro de su cabeza… Y la diría sin
importar lo que pase, aunque tuviese que interrumpirlo. Ya estaba frente a la
entrada del departamento, sosteniendo la llave, introduciéndola en la
cerradura, aguantando las palabras que querían saltar desde su garganta. Solo
tenía que contenerlas un poco más, solo un poco.
Abrió la puerta… el departamento parecía vacío. Todo
estaba ordenado y limpio, como siempre lo había visto. Avanzó con precaución
hacia las habitaciones y entró a la más cercana, definitivamente nunca la había
visto, pero algo le llamó la atención… había un maniquí con un saco… un gran
espejo y la cama estaba totalmente desarreglada. De seguro era la habitación de
Daigo Naito.
Voz tras ella: ¿Qué hacés aquí?
Charlotte: (voltea rápidamente, encontrándose
cara a cara con el guitarrista) Akihide… Vina para hablar con vos, y no voy a
irme sin que me escuches.
Akihide: (prácticamente indiferente) A Daigo no
le gusta que entren a su habitación. Además está hacha un desastre (le indica
que salga). Podemos hablar en la sala, aquí no.
Charlotte: (un vez que salen del cuarto de
Daigo) ¿Por qué no fuiste hoy a la productora?
Akihide: No quiero ver a Calvin Chen, así que
espero hasta el miércoles, cuando se vayan las bandas extranjeras.
Charlotte: Akihide… (se sienta a su lado –sí, él
ya se había sentado) ¿Te sentís avergonzado por lo que pasó? Si es así no hay motivos. Cualquiera lugar en
tu lugar hubiese hecho lo mismo.
Akihide: Estoy seguro de que sí, pero eso no me avergüenza…
De hecho, no quiero verlo porque soy capaz de matar a ese desgraciado.
Charlotte: Ah… Ya veo… ¿Por qué… no te
comunicaste conmigo en estos días? Estaba preocupada y por eso vine.
Akihide: Estoy pensando en todo esto… Una vez
que los extranjeros se fueran iba a hablar con vos, pero veo que me ahorraste
el viaje.
Charlotte: (desconcertada) Bueno, dejame hablar
a mí primero. Después te tocará el turno a vos.
Escuchar!!! (No comienza automáticamente y espero que les cargue rápido)
Escuchar!!! (No comienza automáticamente y espero que les cargue rápido)
Akihide: Yo... Sé lo que
vas a decirme. Está escrito en tu cara y se lee claramente. Por eso necesito
que estemos así, sentados uno al lado del otro sin mirarnos. Si te veo a los
ojos puede que me arrepienta, pero si no lo hago ahora será peor para nosotros
después...
Charlotte: Pero... (ya
presiente lo que viene a continuación) Mirame a los ojos si vas a decirme eso.
Akihide: Honto... honto...
(sus ojos se mueven involuntariamente hacia los de ella) Aishiteru.
Aunque ya sabía lo que esa
confesión tan directa venía acompañada de una decisión negativa a sus deseos,
de palabras que realmente no querías escuchar, Charlotte, en un intento
desesperado, abrazó a Akihide. Ya sentía el peso en el corazón y las lágrimas
brotando de sus ojos, pero no lo dejaría ir. Tal vez podía convencerlo, los sentimientos
que compartían eran más valiosos que todo lo demás.
Charlotte: (aferrándose a
él) Yo también, yo también... Akihide, si en verdad me amás no me hagas esto.
Nosotros...
Akihide: (aparta los brazos
de Charlotte con mucha suavidad) Yo no puedo aceptarte como sos, no tengo esa
virtud. No puedo seguir obligándome a pensar que algo como el beso de Calvin
Chen no es tu culpa.
Charlotte: ¿Vos pensás que
es mi culpa? ¿Pensás que yo lo provoqué? ¿Qué también provoque a mi ex jefe?
¿Pensás que no tengo decencia?
Akihide: No creo que hayas
provocado a tu ex jefe o que no tengas decencia. Solo... pienso que tus formas
de vestir y de actuar son intencionadas, que te gusta atraer la atención de los
hombres. Creo que te agrada sentir que te desean, y jugas al límite con eso.
Pero todo lo que uno hace tiene consecuencias. Y lo que pasó en la fiesta de
Shinpei es una de ellas.
Charlotte: Nos podés estar diciéndome
eso… (alterada) La ropa es tela, solo tela. Vos usas, todos la usan. ¿Cuál es
el problema con la mía? ¿Cuál es el problema con ser simpática y abierta a
conocer gente?
Akihide: Eso y esto no son
iguales. Yo… me daba cuenta de que hacías ciertas cosas para que te prestara más
atención, y no me parecía mal… porque entendía ese coqueteo, pero… no creo que
te gusten todos los hombres. Creo que lo mejor es que ya no nos veamos.
Olvidemos lo que pasó y sigamos con nuestras vidas.
Charlotte: (Rápidamente
agarra un pañuelo descartable que guardaba en su bolsillo y con éste seca sus
lágrimas) Tenés razón… Lo que estás haciendo es echarme la culpa de tus inseguridades,
porque ves cosas que no suceden. Y yo no puedo esperar nada de alguien así.
Sin esperar respuesta
alguna, la pelirroja se pone de pie, decidida a salir de allí inmediatamente.
Aunque fuese doloroso y duro, ella no podía entablar ningún tipo de relación
con alguien que la juzgaba de esa forma. Al fin y al cabo, Akihide era igual a
los demás hombres. Aparentemente hasta en el otro lado del mundo, las mentiras
sobre ella eran implacables. Una decepción más volvía a agitar su pecho, a
presiona su emociones desbocadas que le quitaban el aire… que le nublaban la
vista… que… hacían temblar el suelo y… Oh, no, estaba teniendo uno de esos
ataques… Lo último que recordó es haberse llevado una mano hacia la cabeza
antes de perder el sentido…
Una voz comenzó a brotar
desde las penumbras, una voz suave y ciertamente delicada. La oscuridad
desaparecía poco a poco, dando lugar a la luz tenue, las figuras difusas que se
volvían cada vez más claras. Había alguien frente a ella, pero aún no veía muy
bien… se le revelaba un rostro femenino… ¿Una mujer? (sé que la pregunta parece
estar de más, pero… ya saben cómo es el asunto en Asia, jep)
Voz: Agassi [2]… ¿Estás bien?
¿Agassi? ¿Qué era eso?
Japonés no… sería acaso… ¿Hangul? [3]
Continuará.
Aclaraciones:
1 Suihanki: maquina para hacer arroz.
2 Agassi (agachi) Señorita en coreano.
3 Hangul es el nombre de Corea del sur en coreano. También se usa para nombrar al idioma.
WOW!!! Me ha encantado este capítulo! Y también me ha encantado como lo has escrito! enhorabuena!!
ResponderBorrarSobre lo de Daigo espero que cuando se entere que Selenia le ha mentido no se enfade... XD
!!?!¿!?¿!? Dime que al final Akihide y Charlotte acabarán juntos, Por favooor!!! (es que es mi pareja favorita)
Por último quiero hacerte una pregunta: ¿Cuando termines este fic (aunque me gustaría que no acabara)vas a hacer otro? Tal vez de sus actividades en solitario... o tal vez de Daigo y Akihide XDDD
Espero con impaciencia el próximo capítulo. Gracias (Por cierto soy la que comentó en la reseña) WISH!!!
Hola!!! Mil gracias por el comentario tan rápido! Y me alegra que et haya gustado este capítulo que tanto te hizo esperar, aun estoy pensando un poco si hacer una segunda parte y como, pero cuando llegue el final, ustedes mis lectores me dirán si merece un poco más.
BorrarCómo se enterará Daigo de que Selenia sabe la verdad?
Cómo seguiran las cosas con Akihide y Charlotte? Pronto estarán las respuesta.
Sayonara
Hola! Como estas?
ResponderBorrarOh, por dios! Pense que Daigo reaccionaria mal pero no me imagine que llegaria a intentar ahorcarla :O pero es entendible su furia, por otro lado me dio pena Saori que diciendo la verdad quedo como una mentirosa. Me imagino la culpa que debe sentir Se-chan por mentirle con algo asi y ademas que el le crea sin dudarlo un segundo.
Entiendo a Andres, en su lugar creo que la duermo y la llevo a rastras hasta Argentina XD Como no preocuparse cuando quieren matar a tu hna!
Me gustaria que Daigo hable con Anna, tiene que escuchar su parte de la historia para poder entender un poco lo que paso, Se-chan lograra convencerlo? mmm :O
Quee? Lo de la madre de Daigo si que no me lo esperaba!! Nunca me puse a pensar en la plata del tratamiento de Anna, Andres es todo un detective conan! XD Como podra Selenia encarar a su querida suegra, esta dificil la cosa... Tambien me sorprendio que los chicos argentinos supieran quien es Yuki.
A mi tampoco me gusto el comentario de Megg: "Megg: Te juro, ¿quién lo entiende? Que mal que Charly no tuvo mi suerte. Se consiguió uno más bipolar que ella." Se salvo que Charlotte no la escucho.
Rain man *_* wiii, estoy enamorada de esa cancion jaja, we la verdad de todo el cd :P
Noooo Akihidee por queee??? Como va a ser culpa de Charlotte el beso de Calvin? Entiendo que la forma de vestir de ella le resulte incomoda, por la forma de ser de aki pero de ahi a dejarla x eso, en que esta pensando? Estaba tan bien la relacion :( Podran superarlo?
La chica que despierta a Charlotte, sera Hanmie? Es la unica coreana que se me ocurre podria estar con el, tendre que esperar la segunda parte para saber XD
Terrible capitulo, o primera parte mejor dicho, me encanto! Ahora a ver como sigue!
Ah! Me habias preguntado de quien sospechaba, bueno pensaba que la acosadora tenia que ser alguien conocida pero que pueda pasar desapercibida en la historia por eso pense en Ichiyo, y cuando Andres empezo a darle vueltas a la letra de la acosa, dije es ella! Pero con el adelanto en el cap anterior pense uy le pifie! jaja sobre todo por estas partes:
Andrés: ¿Es posible que dos personas vivan en el mismo cuerpo? [...] Si, porque no son personas, sino personalidades [...] Los Obatta no pudieron cubrir los gastos de la internación y tratamiento de Anna. Alguien con mas dinero y poder tuvo que hacerlo.
[...]
Andrés: Entonces... ¿Usted llevó a Anna Obatta el día en que la atacaron?
Taxista: Ese día jamás podrá borrarse de mi mente.
Andrés: ¿Y usted vio a la persona que la atacó?
Taxista: (lo mira fijamente) A esa chica no la atacaron... Nadie la hirió.
Cuando lei eso pense en Anna y una posible doble personalidad como en una pelicula de terror que habia visto :P o en irene yo y mi otro yo XD
Pero bueno a seguir leyendo para saber definitivamente quien es la acosadora!! Esta todo muy intrigante.
Saludos!!
Hola!! Como estás, Nadia?
BorrarGracias por el comentario, por aquí ando muy atareada, jep, pero no puedo dejarlos sin fic.
La mayor parte de tus dudas se resuelven en la segunda parte, que ya dejé en este medio, y el verdadero merito de descubrir la ruta del dinero es de Hernán mas que de Andrés, él solo ató los cabos sueltos.
Después me dedicaré a contar como se conocieron los argentinos y Anna/Yuki (y de paso, porqué le dicen Yuki)
En el cap 25 el asunto de la acosadora se podrá en verdad terrorifico, pero no te doy adelantos porque espero subirla en breve (o partir en dos otra vez, así se hace más llevadero)
Nuevamente gracias por el comentario, se viene el final y espero seguir cotando con tu apoyo!!!
Sayonara
HOLA, TANTO TIEMPO, ACÁ VOY CON MI ESTILO DE COMENTARIO BASTANTE, POCO PENSADO A LA HORA DE ESCRIBIRLO, TODO TAL CUAL MIS PENSAMIENTOS AL SUCEDER LO SUCEDIDO. QUE AL PEDO YO. AHÍ TE VA:
ResponderBorrarPero qué carajos le pasa a DAIGO se volvió loco??? Menos mal que llegaron Selenia Y Obatta. Ooooh encima le "cree" a Selenia, la verdad que sí, tortura mental al máximo.
"Andrés: Bienvenida al mundo de las relaciones públicas." Te juro es un ASCO >_<
Con todo lo que pasó es raro que Daigo quiera eso ¬¬ o algo no entendí bien º~º
Bueno, ok, Selenia safó (ponele ajaj)
¿Qué onda Hernán que averiguó lo de las cuentas? jah no me lo esperaba. Resulto eficiente el chico.
Lo de la "frase de Arjona" suena bizarro jajja me encató :P
"Selenia: No, el punto es que estás recibiendo una cucharada de tu propia medicina. Y me alegro." LOL sigo una pag en face que se llama "me lo dijo un forro" Agreguen esta jajaj xD
Lo ultimo: entiendo lo que Akihide siente con respecto a Charlotte, pero no lo comparto. Sé que se arreglarán (ignora totalmente el agassi) se que lo hará u_u.
Espero poder leer en breve la continuación. Como siempre impecable.