"Yo... una vez fui muy
feliz con alguien. Había un oppa que me gustaba mucho, y en un programa de
televisión él dio a entender que también me quería, así que comenzamos a salir.
Pero, por alguna razón que aun no entiendo, el destino puso en mi camino a Calvin
Chen.
No recuerdo muy bien como
lo conocí, fue por pura casualidad. Pero si recuerdo que a mi oppa no le
agradaba. Lo quería en verdad, no miento, realmente me gustaba mucho y mi mente
no consigue entender aun como es que desvié mis ojos... No voy a negar que
Calvin es guapo, alto y atractivo en su pose de seductor. Además, en ese
entonces era tan amable que me hacía sentir una especie de princesa. Yo comencé
a pensar que me gustaba...
Sé que a mi oppa le
molestaban cada vez más los avasallantes acercamientos de Calvin Chen, así que
intente poner distancia, pero... él me invitó a cenar, como amigos. Realmente
le creí, y como solo faltaban unos días para que se fuera de viaje a Taiwan
otra vez, acepta con tanta ingenuidad... todavía con puedo aceptar lo que pasó
entonces. Calvin me propuso muchos brindis esa noche... yo bebí demasiado. Y no
recuerdo nada más. Al día siguiente desperté... en una cama, en un cuarto de
hotel. Lo peor de todo, es que… él estaba a mi lado… y yo casi no tenía ropa…
Esa situación fue muy espantosa para mí, porque además oppa se enteró de esa
cena y decidió llamarme… Y yo estaba dormida, así que Calvin Chen contestó en
mi lugar.
Hasta el día de hoy, oppa no me perdonó por lo
que pasó esa vez. Aunque logramos tener un diálogo cordial, en el fondo sé que
aún siente rencor. Ya no me mira a los ojos, y cuando lo hace, siento que me
duele el corazón…
Ahjussi, no te cuento todo esto porque sí, sino
para que te des cuenta de lo que pasó. Así es Calvin… Obtiene lo que quiere de
las mujeres por las buenas o… usando esa clase de tretas. Si la mujer con la
que está encaprichado tiene pareja y quiere serle fiel, él termina rompiéndola.
Por eso… Aki-san, el amor que se tienen ustedes dos es más fuerte, tiene que
poder resistir… me enteré de que pasaron por situaciones peores que esta. No
creo que quieras… que Charotte termine como yo: lamentando haber perdido a la
persona que ama.”
Akihide: (meditando) Yo…
Lamento mucho lo que te pasó, pero… Tu historia y mi situación son muy
diferentes. Hay modos… actitudes de Charotte que no puedo aceptar.
Hammie: ¿Te referís a su
forma de vestir? Pues... GyuRi unnie dijo algo así en la fiesta de Shinpei-san,
pero a Hara onni se le ocurrió la idea de buscar imágenes de Latinoamericanas
y... Charotte es muy decente. (Ante la expresión de duda de Akihide) Si no lo
crees, podes buscarlo por tus propios medios.
Akihide: (no estaba muy
seguro, pero decidió probar buscando las imágenes que SeungYeon le había
sugerido, y quedo absolutamente azorado con lo que encontró) Es cierto... ¿Cómo
puede una mujer ir vestida por ahí? Comparadas con ellas, Charotte, Meggara y
Se-chan parecen monjas.
En realidad no es tan así,
Akihide, pero si cualquiera de ustedes busca Mujeres Latinoamericanas, aparecen
de inmediato un montón de fotografías de mujeres provocativas, con ropa corta o
rota (o sin ropa), cuyas figuras tan... voluptuosas, por decirlo de una forma más
elegante, consiguen que las vestiduras les queden de una forma mucho más descarada
en comparación a las asiáticas normales. El tímido protagonista se llevó una
tremenda e incomparable sorpresa, algo tan parecido a un shock que volvió a
acomodarle las ideas, porque se estaba olvidando de que Charlotte venía de otro
lugar, con cultura, ideología y costumbres tan diferentes a las suyas. Porque…
en Japón una mujer se vestiría como lo hacía la pelirroja en esas ocasiones
especiales para llamar la atención de los demás. Si tenía en cuenta la catarata
de imágenes, no resultaba necesario ser
demasiado listo como para darse cuenta de que en el país de origen de la
llamativa extranjera, tal como eran diferentes los saludos y los tratos, la
forma de llevar la vestimenta presentaba abismales desemejanzas.
Akihide: (abandona la
búsqueda y deja el teléfono a un lado) Ahora entiendo…Antes siempre me
recordaba a mí mismo que Charotte es extranjera… y parece que lo olvidé. Han
SeungYeon, no sé cuáles son tus intenciones al venir hasta acá fingiendo ser un
mensajero, pero te lo agradezco.
Hammie: (leve sonrisa de
alivio) Es muy simple. Ver que otra persona está por sufrir lo mismo que yo
padecí… es algo que no puedo hacer. Sé que eso no resuelve lo que me pasó, pero…
es un alivio. No sé cómo explicarlo.
Akihide: Es porque sos una
buena chica. (Se vuelve hacia la aun inconsciente Charlotte) Me sorprende que
aún no despierte. Creo que traeré alcohol para reanimarla. (Abandona la silla y
sale de la habitación)
SeungYeon, mientras tanto,
tantea un poco el rostro de Charlotte, en un inexperto intento por hacer que
reaccionara y que extrañamente funcionó, pues la pelirroja comenzaba a abrir
los ojos con mucha lentitud. Por la sorpresa, a la vocalista coreana se le
olvida el nombre de la pelirroja, así que comienza a llamarla ahgassi.
Hammie: (aliviada) Ahgassi…
¿Estás bien?
Charlotte: (con voz
pastosa) ¿Dónde estoy?
Hammie: En la habitación de
Aki–san. Él regresará en un momento.
Charlotte: (la mira con
desconfianza) ¿Y vos que haces en la habitación de mi Akihide? (intimidante)
Ah, pero ya me habían advertido sobre las chicas que parecen buenas y puras,
pero en verdad son unas víboras. Te advierto que si queres quitarme a Akihide,
tendrás que conseguirme el número de Kim JaeJoong a cambio.
Hammie: (desconcertada) ¿De
qué estás hablando? Yo no quiero quedarme con Aki–san… así que no te conseguiré
el número de JaeJoong oppa.
Charlotte: ¿Entonces qué
haces aquí?
Hammie: Vine a hablar con
Aki–san, pero no como una competencia para vos, mis intenciones son las
opuestas.
Charlotte: ¿Y supones que
voy a creerte?
Akihide: (entra con la
botella de alcohol etílico en la mano) Ah… Veo que ya despertaste.
Hammie: (se pone de pie)
Bien, ustedes deben tener mucho de qué hablar, así que los dejaré solos. (a
Charlotte) Yo puedo devolverle las llaves a Daigo–sama.
Charlotte, no demasiado
segura, se le entrega el llavero del vocalista. Esta situación se tornaba cada
vez más extraña.
Akihide: Te acompañaré
hasta la puerta.
Los dos salen durante un
momento, en el cual, la pelirroja, más confundida que nunca, se pregunta qué es
lo que estaba sucediendo. ¿Cuánto tiempo pasó inconsciente? ¿De qué hablaron
SeungYeon y el guitarrista durante ese lapso, cuya duración le era
completamente desconocida? Y lo más importante… ¿De qué tenían que hablar ella
y Akihide?
Akihide: (regresa, pero se
queda cerca de la puerta, observando a Charlotte) ¿Estás bien? ¿Querés un té o
algo de tomar?
Charlotte: No, gracias.
Ahora que lo recuerdo, yo iba a irme. (Intenta levantarse, pero se marea y
vuelve a sentarse en la cama) Tal vez si necesito un té. (Ve que Akihide la
observa con una preocupación que ella cree reproche) No estoy embarazada, ¿ok? A
estas alturas, tengo menos sexo que Heidi. (Nota a los lectores: no me salgan
con el abuelo o son pervertidos >///<)
Akihide: No estoy pensando
eso. No te hubiesen dejado viajar embarazada desde Argentina y aquí no hiciste…
nada que pueda producir un embarazo por ahora (sale)
Charlotte: ¿Que fue ese por
ahora? ¡Ahh! Esto debe ser un sueño, uno de esos sueños calientes que a veces
tengo… (ve que le guitarrista regresa sin ninguna taza) Ah, sí es un sueño… Si
es un sueño… ahora es cuando mi ropa debería cambiar por algo más sexy, y vos
deberías venir a mí con expresión seductora.
Akihide: (la mira con
evidente impresión, como se dice en México, “ojos de huevo frito”, y se acerca
de a poco, hasta estar a centímetros de ella, para tocarle la cabeza) No sé qué
clase de sueños tenés… pero esto es la realidad. ¿Quién es Kim JaeJoong?
Charlotte: ¿Escuchaste lo
que dije y esperaste para aparecer?
Akihide: Solo desde la
parte en la que dijiste que SeungYeon, tenía que darte el número de ese tal Kim
a cambio de…
Charlotte: Eso era
sarcasmo. Yo no… Tengo ningún derecho a decir que sos mío ni nada de parecido…
Akihide: (interrumpiéndola)
Ya está el agua para el té (sale nuevamente)
Charlotte: (dándose un
pequeño golpe en la cabeza) Tarada, tarada… Ahora sabe qué clase de sueños
tengo. Será mejor que me vaya… (Se levanta lentamente, sintiéndose más aliviada,
pero vuelve a sentarse rápidamente, pues Akihide regresa con el té en la mano)
Akihide: (dejando la taza
en la mesa de noche) La tenia que tiene el té verde te hará sentir mejor.
Se genera un silencio
incómodo, en el cual ni Charlotte ni Akihide se dirigen la mirada. La pelirroja
solo observa la taza de té, sintiendo que la tensión de aquella charla antes de
su desmayo había desaparecido. ¿Eso era resultado de la charla que sostuvo el
guitarrista con Han SeungYeon? ¿De verdad ella se convirtió en su aliada? ¿Por qué?
Acaso… lo que dijo Nocchi esa vez… “A
mí... no me hiciste daño, pero yo sé bien a quien sí lastimaste” Perfume y
Kara, según lo que Selenia le dijo, se mostraban muy unidas… No resultaría
extraño que sean amigas.
Akihide: Gomennasai… (capta
la repentina atención de Charlotte) Fui
muy estúpido al juzgarte por tu forma de vestir… Realmente no sabía que allá…
bueno, se visten de forma más provocativa.
Charlotte: (extrañada y
conmovida) ¿De qué estás hablando?
Akihide: Busque imágenes de
latinoamericanas en internet… y lo que fue… impresionante.
Charlotte: Y eso que no
viste un video de Reaggeton… Pero no es… (piensa) “Momento… si le digo que no
es así… Volverá a pensar que soy una descarada” (a él) Si, así andan por la
calle incluso… Aunque esas imágenes son un poco exageradas.
Akihide: Lo supuse, pero
aun así… Quiero pedirte disculpas. Fui muy brusco con lo que dije y hable sin
saber. Logré que te sintieras mal y te hice llorar. Vos tenés razón, es mi
inseguridad la que me hace pensar así. También es mi culpa que siempre pase
esto… desconfío de vos, me alejo, te lastimo… una relación no tiene que tener
esta clase de círculo vicioso.
Charlotte: (siente que va a
llorar nuevamente) Yo también desconfío de vos. Siempre me preguntaba si te
acercabas a mí por verdadero afecto o porque resultaría fácil… Nosotros no
podemos seguir lastimándonos mutuamente.
Akihide: (se sienta a su
lado) Entonces… Lo mejor sería que cada uno tome su propio camino.
Charlotte: (comienza a
llorar y se cubre el rostro) No quiero…
no quiero llorar, pero tampoco podemos seguir así…
Lentamente, Akihide rodea a
Charlotte entre sus brazos como un inútil intento por contenerla. ¿Realmente
estaba pasando? ¿En verdad darían fin a su historia? Ya no habría más citas, ni
más recorridos en museos, no más charlas de arte, no más cenas, no más besos a
escondidas, nunca más compartirían un abrigo, no caminarían juntos… ¿Nunca más?
(si, no es lo único, pero no me quiero poner a revisar) ¿Entonces… nunca más?
Akihide: (aparta
momentáneamente a Charlotte e intenta secar sus copiosas lágrimas) Charotte… No
puedo hacerlo… nosotros, como pareja… hay tantas cosas que no hicimos. Nunca te
regale flores, ni cocinamos juntos, aunque no soy muy bueno en eso… tampoco
dimos un paseo por la playa, nunca vimos un atardecer, no paseamos en bote, no
cenamos a la luz de las velas… no hicimos un viaje solos, no despertamos
juntos… Nunca hicimos el amor… Parece que todo se centra en las desdichas y no
en los momentos que todavía podemos vivir.
Charlotte: Por qué… ¿Por
qué estás diciendo esto justamente ahora?
Akihide: (sin dar más
vueltas, nuevamente la rodea con los brazos y une sus labios con los de
Charlotte de forma apasionada y suave al mismo tiempo) No sé si es tarde, no sé
en cuanto tiempo te iras... Solo... Solo sé... que te amo.
Una vez más, se dirige había
su boca y, movida por esta súbita pasión, la pelirroja corresponde a su beso, envolviéndolo
en un abrazo posesivo. Sin embargo, pese a que ella deseaba que esto sucediera,
se arrepiente y pretende echarse hacia atrás, por lo que, como Akihide la
rodeaba entre sus brazos, ambos caen sobre la blanda superficie de la cama. Qué
movimiento más oportuno, ¿quién lo diría? Esto ya era cosa del destino, por eso
se desmayó, por eso Hammie llegó hasta allí como caída del cielo, por eso no
pudo levantarse... ¡Era cosa del destino!
Akihide: (intentando
apartarse) Lo siento, lo...
Charlotte: (sujetándolo por
brazo, apoya su mano libre en el rostro del guitarrista para acercarlo a ella)
Yo también... Te amo. (Lo besa y envuelve entre sus brazos férreamente el torso
de Akihide)
El guitarrista se aparta de
ella solo un poco para que ambos puedan acomodarse mejor, y de inmediato
volvieron a rendirse ante los besos y las caricias que compartían. Charlotte
siempre creyó que, en una situación semejante, conseguiría llevar las riendas
todo el tiempo, pero Akihide, desde el principio, marcó que esa era su cama y
que ella sería suya. No lo hizo con brusquedad, sino con una bien dosificada
suavidad que lograba que nuestra protagonista pierda la cabeza, pues prestó
atención a cada rincón de su cuerpo. Charlotte no podía pensar ni aunque así lo
deseara, tenía la mente en blanco absoluto mientras sucumbía por las llamas que
trepaban velozmente desde su vientre hasta su abdomen, su pecho, su garganta y
salían de lo más profundo de su ser en forma de leves gritos.
Muy diferente a esta era la
situación en ZR, pues allí una gran parte de los empleados, casi todos, no sé
si ya lo conté, ignoraban adrede la presencia del encargado de vestuario. Casi
todos a excepción de Selenia, quien siguió trabajando a tope bajo sus estrictas
órdenes. Solo pudo relajar los músculos de los brazos durante un momento,
tiempo que aprovechó para buscar a Daigo, quien se encontraba en la sala de
ensayos.
Selenia: (se le acerca de
repente) ¡Doomo!
Daigo: (extrañado)
¿Doshite? [1]
Selenia: Por darle tus
llaves a Charlotte. Aunque siempre estés haciéndote el cool [2], yo sé
perfectamente lo bueno que sos.
Daigo: No lo hice por ella,
sino por Akihide. Ya me tiene harto…
Selenia: Mentira… yo sé que
lo hiciste porque aprecias a Aki–san, y también por mí, porque sabés que si mis
amigas son infelices, estaré triste como perro abandonado. Ah, te olvidaste de
esto (le entrega el toro de peluche, cuya imagen les dejé en el fin del
capítulo 23)
Daigo: (agarra el peluche)
¿Por qué me das esto?
Selenia: Honno kimochi desu
[3]
Daigo: ¿Es para mí,
entonces? (ve que ella asiente) Está bien… Por cierto, estuve pensando en lo
que hablamos anoche… y decidí hacerlo.
Selenia: ¿Vas a… hablar con
Anna? A eso te referís, ¿no?
Daigo: Exactamente. Me
enteré de que trabaja en el hospital donde estuviste internada, así que allí la
buscaré.
Selenia: Me… me parece
bien. ¿Cómo te enteraste… de eso?
Daigo: No importa cómo,
simplemente lo sé.
Selenia: (bajando un poco
la vista. La verdad estaba a punto de saberse y no podían quedar cabos sueltos)
Wakarimasu... [4]. Emm... Mientras vos vas a hablar con ella... Yo necesito
reunirme con Naito-sama.
Daigo: ¿Por qué querés
hablar con ella?
Selenia: No veo el
problema. Si se entera de la reunión de ustedes por otro lado podría impedirla.
Además... tengo algo que hablar con ella.
Daigo: Esta bien... (Reflexiona
un poco) ¿Quieres que yo te lleve?
Selenia: No... Prefiero que
me arregles una reunión con ella, si no te molesta.
Daigo: (impresionado) Estas
demasiado respetuosa...
La puerta es abierta
repentinamente por SeungYeon, quien saludó a Selenia y Daigo con una respetuosa
reverencia.
Hammie: Unnie, Ahjussi...
lamento interrumpirlos, pero... (Entrega un llavero a Daigo) Charlotte onni me
permitió entregarte esto.
Selenia: ¿Vos fuiste hasta
el departamento?
Hammie: Si... Escuche
anoche, antes de la actuación, que Aki-san estaba hablando con alguien, no sé
con quién, pero le dijo que... Ya no seguiría con Charotte onni. Yo tenía algo
que decirle, así que apenas supe que ella fue a buscarlo, decidí hacer una
visita sorpresa también.
Selenia: ¿Y qué tenías que
decirle?
Hammie: (sorprendida)
Unnie... eso es algo entre ellos y yo.
Daigo: (a Selenia) Estas
muy rara últimamente. Mientras sea por el bien de ese par, que diga lo que
quiera.
Hammie: Gracias, Ahjussi.
Bueno, yo los dejo solos. Sayonara (sale).
Casi de inmediato, Obatta
vuelve a llamar a Selenia con urgencia, pero no para que siga trabajando sino
para avisarle que él había decidido no participar en la gira que realizarían
los artistas invitados por algunas ciudades vecinas durante diez días, y la
productora eligió a nuestra protagonista para que los acompañé y se ocupe del vestuario.
¿Cuándo comenzaría el viaje? Ni más ni menos que el mismo día en que su hermano
tomaría un vuelo de regreso a Argentina.
Obatta: Eso es todo lo que
tengo para decirte. Podes retirarte.
Selenia: (no se mueve ni un
centímetro) ¿Por qué me eligió para viajar, si antes dijo que quería mantenerme
lejos de las tentaciones de los asiáticos?
Obatta: ¿Vas a serle infiel
a Daigo? No parece tu estilo.
Selenia: Eso no contesta mi
pregunta, pero olvídelo. Hagamos lo que usted quiera, Oba–sensee. (Saca su
celular, lo programa para grabar y lo deja boca abajo frente al director de vestuario) Solo respóndame un pequeño asunto. Como es que su familia consiguió
pagar los gastos médicos de Anna, su sobrina. Porque la internación, la
rehabilitación, las cirugías reconstructivas… más el hecho de que haya pasado
desapercibida… Debe ser una suma muy importante.
Obatta: (levemente
alterado, intenta disimular) Eso no te importa, es un asunto familiar.
Selenia: ¿Y por qué le
depositaban dinero desde una cuenta a nombre de Daigo Naito? (ve que Obatta la
mira muy impresionado, pero no se atreve a responder) ¿Qué me puede decir al
respecto? Usted aceptaba sobornos de la familia de Daigo–sama.
Obatta: No eran sobornos.
Nosotros necesitábamos ese dinero o Anna moriría… y de pronto apareció esa
mujer… Ryoko Naito, y nos prometió pagar las cuentas a cambio de que alejemos a
mi sobrina de su hijo. El seguro podía cubrir el tratamiento, pero sin lugar a
dudas, Anna iría presa por intento de homicidio…Así que aceptamos el trato de
esa mujer, su dinero y su silencio a cambio de desaparecer a Anna. La idea era
que las cirugías debían cambiar por completo su apariencia, así lograría pasar
inadvertida, pero mi cuñada no quiso hacerlo.
Selenia: (dudosa) Es un trato que los
beneficiaba demasiado. Anna solo pasaría unos años en prisión y se vería
horrible, mientras que Naito–sama lograría alejarla de su hijo y ahorrarse
millones de yenes.
Obatta: Yo ya te dije lo
que sé. Si quieres saber porqué pregúntaselo a tu suegra.
Selenia: (recogiendo su celular)
Eso haré mañana, pero todavía no me creo que usted acepte todo resignadamente,
Oba–sensee. No parece su estilo. (Sale de la oficina)
Ya estaba terminando la
jornada, por lo que nuestra morocha protagonista, sin más tareas que hacer, decidió
retirarse con anticipación, mientras repasaba la grabación que obtuvo de
Obatta, en la cual Ryoko Naito aparecía como una figura demasiado misteriosa y
ciertamente oscura. Pero no le tenía miedo, al contrario: lo que había
escuchado del director de vestuario le generaba tantas dudas que era muy capaz
de encontrarse inmediatamente con la madre de Daigo.
Durante su caminata de
regreso se encontró con Megg, y esta le preguntó que sabía de Charlotte, pues
no contestó las llamadas en toda la tarde. Ambas decidieron quedarse esperando en el edificio de señoritas a su amiga, quien apareció aproximadamente
una hora después, con una sonrisa de oreja a oreja y un aparente estado de
hipnosis. Ignorando a todo mundo, la pelirroja subió al cuarto, seguida de
cerca por las otras dos extranjeras y las tres muchachas japonesas.
Charlotte: (después de
cerrar la puerta, lanza un grito de emoción) Si el mundo se acaba mañana, no me
importa.
Megg: Eso significa que te
fue bien, me alegro.
Charlotte: Me fue más que
bien.
Atsuko: Para que estés tan
emocionada, seguramente te dijo algo muy bueno.
Charlotte: Dijo que quería
terminar conmigo (las cinco se sorprende de sobremanera, pero ella no les
presta mucha atención), aunque luego se retractó, me pidió disculpas… (suspira,
mientras se palpa las ruborizadas mejillas) y luego hicimos el amor…
Afortunadamente ninguna de las presentes estaba
comiendo o bebiendo algo, porque se hubiesen atragantado de solo escucharlo.
Aunque más impresionante que la reacción de sorpresa fue lo rápido que comenzó una
entrevista por parte de Maya y Selenia a una Charlotte aparentemente ansiosa
por compartir su maravillosa anécdota. Por lo menos, como única consideración,
se limitaron a usar preguntas clave, como si descendió a los suburbios, si hubo
golpe de karate, cuanto duró el jaleo o si hubo mucho jaleo. Las tres en su
mundo se entendían, y a las demás parecía que estaban hablando de una película
de acción más que de una condicionada. Tanto Megg como Tsugumi y Atsuko, al
sentirse dejadas de lado, intentaron armar una conversación propia, pero el
mismo tema se interponía y surgía casi con naturalidad, de una forma mucho más
pudorosa, por supuesto. Sinceramente el motivo que desvinculaba a la muchacha más
alta no era la vergüenza, sino que no deseaba escuchar una anécdota de semejante
temática en la que el protagonista era Akihide.
Una vez que se dieron cuenta de la avanzada
hora, decidieron acompañar a Selenia, quien como siempre se negaba a recibir
compañía, hasta el edificio de Nakano, pues temían algún ataque en plena noche.
Cuando llegaron a la entrada del lugar, se despidieron de la morocha y
regresaron al edificio mientras esta primera entraba con la llave… sintiendo
una presencia tras ella… vio una sombre aguardando a sus espaldas… ¿La loca se
atrevió a llegar hasta allí? Un momento, la silueta era bastante delgada,
demasiado alta para ser una mujer… y de ella provenía una fragancia que le
resultaba conocida.
Selenia: (después de olfatear un poco)
¿Daigo–sama?
Daigo: ¿Cómo me reconociste? Estaba pensando en
darte un buen susto.
Selenia: Es difícil no saber que sos vos, por el
perfume y por la figura de lombriz. (con evidente sarcasmo) Y gracias por
querer asustarme cuando tengo a una loca pisándome los talones. Qué lindo de tu
parte.
Daigo: Es cierto… lo lamento… Un momento, ¿qué
es eso de figura de lombriz?
Selenia: Supongo que queres subir, ¿no? (no
espera respuesta y entra, invitándolo a pasar con ella. Una vez que llegaron
hasta el piso, intenta esquivar lo que ella supone que son sus intenciones) Si
querés hablar de algo, te pido que seas breve, porque tengo sueño.
Daigo: (enseñándole una bolsa de restaurante)
Qué lástima, porque traje un ramen delicioso para cenar.
Selenia: (con brillo en los ojos) Ah… Ya se me
fue el sueño. Yo pensé que venías con otras intenciones, pero la comida siempre
es bienvenida.
Una vez que calienta el ramen, lo sirve en dos
tazones y ambos se sientan a la mesa para comenzar a comer.
Daigo: ¿Cuáles pensaste que eran mis intenciones
al venir aquí?
Selenia: Pensé que querías sexo.
Daigo: Sos demasiado esquiva con esas
cuestiones… En fin, me comunique con mi madre, y estará encantada de reunirse
con vos. ¿Ahora si vas a decirme por que queres verla?
Selenia: Primero que nada, arigatoo. Y... te lo
voy a decir cuando termine de hablar con ella.
Daigo: (extrañado de tanto misterio) ¿Se trata
de mí o es algo entre ustedes?
Selenia: Tengo una duda respecto a ella, pero si
te lo digo ahora, podría estar acusándola injustamente. ¿Ya sabes lo que vas a
decirle a Anna?
Daigo: Si. Muy calmadamente le diré que quiero
escuchar su versión de la historia. El resto se lo dejare a ella. Voy a estar
parado a unos dos metros de distancia para que te quedes tranquila.
Selenia: Es más importante para mí la
conversación... ¿Puedo hacerte una pregunta muy muy directa?
Daigo: Es muy raro que pidas permiso, si siempre
fuiste muy directa sin más. Desde que llegó Andoresu [adaptación silábica y
fonética de Andrés] estás muy rara.
Selenia: (conserva su seriedad) Tomaré eso como
un sí. ¿Todavía sentís algo por Anna?
Daigo: (entre sorpresa y cierta indignación)
Creí que quedó claro que esa historia se murió. ¿Por qué salís con eso de
repente?
Selenia: Quiero saber que va a pasar mañana, si
todavía amas a Anna y existe la posibilidad de que vuelvas con ella.
Daigo: (parece un poco aliviado) Pero nada de
eso va a suceder. No amo a Anna, estoy más cerca de odiarla que de compadecerme
por ella.
Selenia: (reflexiva) No la amas... No sé porqué
no puedo creerlo. Pero voy a cambiar la pregunta. ¿A mí sí?
Daigo: (extrañado) ¿Es aquí a donde querías
llegar? ¿A saber si estoy enamorado de vos o no? Pues bien... Lamentablemente
mi respuesta es negativa. Si me hubieses preguntado hace una semana, estaría pensándolo
un buen tiempo... pero desde que saliste del hospital estas comportándote de
una forma muy diferente, casi como si fueses otra persona. ¿Dónde está la
Serenia que no pensaba tanto las cosas, que hacía lo que le daba la gana sin
importar cualquier opinión, que hablaba sin frenos ni prejuicios, haciendo
chistes y bromas?
Selenia: (levemente irritada) Cuanto tengas una
loca intentando matarte, una persona que te agradaba y que ahora habla en tu
contra, una ex de tu actual que te dice que la loca es peligrosa, y otra ex… que
no es solo una ex, sino que fue la persona más importante… y encima tengas que hacer
dieta o tu operación de tobillo se va a la mierda… Cuando te pase todo eso tendrás
la respuesta a tu pregunta, ¿ok?
Daigo: (se tranquiliza y, pensándolo mejor,
decide que Selenia tiene razón) Es cierto… olvidé todas las cosas que estás
aguantando por mi culpa.
Selenia: (también se calma) Nadie puede reírse con
un cuchillo cerca de la garganta. Yo trato de parecer positiva… Ok, todo está
bien… Pero… yo sí lo hago (capta la atención de Daigo por completo). Vos contestaste
que no… pero yo sí lo hago. Esa es la peor mierda de todo esto.
Martes: (si no meto un pie al acelerador, no termino
más)
Desde la ventana del restaurante en el que Daigo
la noche anterior le indicó en una nota que la iban a estar esperando, Selenia
ya podía ver a Ryoko Naito, ojeando el menú. Nuestra protagonista comenzó a
acercarse lentamente, pensando y repensando lo que hablaría con la madre de
Daigo, y alegrándose en el fondo de haber elegido un vestuario algo más sobrio
que los que solía vestir habitualmente.
Selenia: Naito–sama… (corre la silla y se sienta
frente a la mujer) Muchas gracias por acceder a hablar conmigo tan de repente.
Ryoko: Hija, eso no es molestia para mí.
Escogiste un buen día, no tengo mucho que hacer hoy. Espero que no te moleste
que haya elegido por vos, pero en este lugar la comida es estupenda, y me
aseguraré de que pruebes lo mejor.
La morocha prefirió esperar a que terminaran la
comida antes de hablar de ese tema tan delicado, la participación de Ryoko en
la falsa muerte de Anna, así que comenzó una conversación más amena sobre temas
medianamente relevantes. Naito–sama se mostraba bastante sorprendida al notar
lo diferente del comportamiento que mostraba Selenia, mucho más prudente y
reservada, sin esa soltura casi natural que antes la caracterizaba. Pero
sabemos que no es la única sorprendida por eso, y hay conductas que simplemente
no se pueden evitar… Nuestra protagonista pensaba más que nada en la charla
importante, no apartaba los ojos de la meta, y, sinceramente, le estaba
costando mostrarse agradable con la madre de Daigo después de escuchar la confesión
de Obatta. Pensar que la mujer que tenía en frente, quien además la llamaba
hija y apoyaba su relación con el vocalista, hacía dos años boicoteó a Anna y
arregló todo lo necesario para fingir su muerte.
Selenia: (una vez que
terminaron la comida) Gochizoosama, estaba delicioso. Naito–sama.
Ryoko: (complacida) Me alegra
que te haya gustado, podemos volver cuando quieras.
Selenia: (adopta una pose más
seria) Naito–sama, hay un tema importante que me gustaría hablar con usted.
Anna está viva, ¿lo sabía?
Ryoko: (desconcertada) ¿Qué
está viva? ¿Pero qué estás diciendo? Ella murió hace dos años.
Selenia: (comienza a
reproducir la grabación que hizo con el celular y se la enseña a Ryoko. Una vez
que esta termina) ¿Qué tiene que decirme al respecto?
Ryoko: (alterada) No puede
ser… Con todo el dinero que les di, ¿cómo pudo ese hombre delatarme con tanta
cobardía? ¿Y cómo es que obtuviste esos datos bancarios?
Selenia: Creo que no está
usted en posición de hacerme preguntas, sino de contestarlas. ¿Por qué usted
pagó a los Obatta para que finjan la muerte de Anna? ¿Para alejarla de Daigo? ¿Por
qué?
Ryoko: Esa mujercita casi
mata a mi hijo, creo que tu pregunta está demás. Pensar que Daigo podía llegar
a perdonarla… después de todo lo que le hizo. Yo tenía que proteger a mí hijo.
Como soy una mujer de buen corazón, no mande a que acabaran con su vida. Es
más, con el dinero que di a los Obatta, ellos pudieron mejorar su calidad de
vida. ¿Y qué pedí a cambio? Que se alejara de mi hijo. Pero esa gente no me cumplió…
y ahora tendrán que pagar el precio.
Selenia: (extrañada) ¿A qué
se refiere?
Ryoko: (sonríe con mucha
confianza) Los Obatta tienen un gran secreto, que no sabe ni su retoñito Anna,
si es que así se le puede llamar.
Selenia: Anna ni siquiera sabía
que estaba muerta para los demás, como va a saber los otros secretos de su
familia.
Ryoko: Anna Obatta está
muerta… La verdadera Anna, claro.
Antes de que Selenia
pudiese preguntar a Ryoko de qué estaba hablando y que era eso de la verdadera
Anna, recibió una llamada de Ichiyo desde ZR, en la cual la recepcionista le
contaba que Daigo y Obatta antes de que el vocalista se marchara de allí. La preocupación
de la muchacha era demasiado evidente, y potenciada se contagió a nuestra
protagonista, quien temía por la charla que él había prometido entablar con Anna…
Una vez había intentado ahorcarla, y no pudo lograrlo porque ella lo impidió. Pero
ahora, en el estado de alteración que le habían descrito… ¿qué era capaz de
hacer? Tenía que detenerlo… o ayudarle a esconder el cadáver.
Selenia: (se pone de pie y
recoge su cartera y el abrigo rápidamente) Lamento cortar la conversación, pero
se me presentó una urgencia.
Ryoko: (anota rápidamente algo
en una tarjeta y se la entrega a Selenia) Toma. Después de hablar con esta
persona, podrás descubrir quién te ha estado haciendo la vida imposible. Cuidate
mucho, hija.
Selenia saluda a Ryoko
inclinando la cabeza y sale del restaurante lo más rápido que puede. Daigo le
había dicho que hablaría con Anna en el hospital, así que esa sería su primera
parada. Muy en contra de su espíritu austero, tuvo que apresurarse en un taxi,
y durante todo el trayecto se mezclaban las ideas sobre la charla con
Naito–sama y lo que podía suceder con el vocalista. “Ojala no pase nada”
repetía hacia sus adentros, “Ojala no empeoren las cosas… porque ahí sí que no
podré seguir callándome la verdad.”
Una vez que llegó, buscó
apresuradamente por los pasillos, los baños, cualquier lugar en el que pudiese
encontrarlos, y los halló cerca del área de descanso. Apenas los vio durante un
segundo, notó que sus temores eran completamente infundados… Estaban hablando
pacíficamente… Hasta los escuchó reírse… el alivió que sintió resultaba
indescriptible. Aunque no podía verlos claramente, pues se había ocultado un
poco, la pareció de Daigo no estaba tenso. Tampoco podía escuchar lo que decían
más allá de simples murmullos, pero vio que Anna se acercó un poco al vocalista
y estiro débilmente su abrigo, lo miró y de inmediato bajó la vista. Aparentemente,
le estaba pidiendo la oportunidad de abrazarlo, y él, con cierto dejo de duda,
no se la negó, aunque se mostraba un poco frío. La muchacha no desaprovecho la
oportunidad de rodearlo con los brazos…
Bien, el reencuentro no
accidentado marchaba bien, casi a pedir de boca. Hasta ese momento Selenia
estaba moderadamente tranquila, pues en el fondo, ese abrazo la incomodaba,
aunque no representaba una amenaza real…Pero todo cambio cuando, antes de
retirarse, vio que… Anna, rápidamente, levantó
la cabeza para poder ver a Daigo, y no solo eso, sino que estiró el cuello… ¡Y
lo besó! Si, lo besó en la boca. Él permaneció como una piedra, no la rechazaba…
No se mostraba indiferente siquiera, incluso vio que apoyó una mano en el
hombro derecho de la muchacha. ¿Estaba de acuerdo, entonces? Antes de que se
dieran cuenta de que estaba allí, decidió retirarse con la misma rapidez con la
que había llegado, regresando al taxi que la había esperado.
Dentro del vehículo, pidió que la llevaran hasta
el edificio de señoritas sin darse cuenta, pues no era adonde quería ir en
realidad. Las imágenes de ese beso, como si fueran gifs que se repetían una y
otra vez, llenaban su mente. ¿Cómo podía estar pasando eso, se Daigo le había
dicho que ya no amaba a Anna, que el pasado que compartieron estaba
completamente muerto? Lo negó con tanta seguridad que ella casi le creía… pero
una parte de ella no confiaba en esa negación… ¡y qué bien hizo! Selenia trató
de hacer que pensara en esa posibilidad, y él no lo hizo. ¿Cuál fue el
resultado? La traicionaba… ¡La traicionaban los dos! Si, Anna también, pues le
había jurado que ya no estaba interesada en el vocalista, que había conocido a
otra persona… Además de a ella, estaban traicionando a Jonathan.
Cuando las muchachas del edificio la vieron
entrar, suponían que llegó a buscar a Megg y Charlotte como todos los días, más
temprano que de costumbre, pero no les pareció raro. Tampoco extrañó a sus
amigas que entrara al cuarto sin decir una sola palabra… eso sí, al ver que
elegía prendas del ropero, no les resultó muy normal que digamos.
Charlotte: Selenia… ¿Qué haces?
Selenia: (sin mirarla, tiene un nudo en la
garganta) Elijo ropa… tendré que hacer un viaje como personal para la pequeña
gira del Spring Fest.
Megg: Shinpei no me contó que te hayan elegido
para ir… (se le acerca un poco, preocupada) Pero me contó lo de la ex de Daigo…
(apoya una mano sobre el hombro de Selenia) ¿Cómo te sentís al respecto? Debe
ser muy difícil para vos saber que la tipa que casi tiene un hijo con Daigo y a
la que todos creían muerta esté viva en realidad… Y que los haya engañado todos…
Selenia: (fría y cortante, intentando que no se
le quiebre la voz) No quiero hablar de eso, no es asunto mío.
Megg: ¿Cómo qué no? Si yo fuera vos, estaría
muerta de los nervios. ¿Mira si apareció para recuperarlo?
Charlotte: Claro, podría ser una perra como
Ximena, pero me compadeceré de ella y de la paliza que le podes dar si se
acerca a Daigo. (Las dos ríen) Aunque no te veo diciendo “Aléjate de mi hombre,
perra”.
Selenia: (se levanta de repente, luego de meter
varias prendas es una mochila) Ya dejen de hablar mierda. (Intenta salir de la
habitación, pero sus amigas se lo impiden) ¿Qué quieren ahora?
Megg: Che, si estás de mal humor no es culpa
nuestra.
Charlotte: No te la agarres con nosotras.
Selenia: ¿Ya terminaron? (ninguna de las dos
agrega algo mas) Perfecto. (Las esquiva y sale del cuarto)
Megg: (saliendo del cuarto) Hey, no te vayas
todavía que no estamos listas.
Desoyendo a la rubia, Selenia abandona el edificio
en dirección al piso de Nakano. Las otras dos podían ir sin ella, pues no
pensaba ir a trabajar en el estado en que se encontraba. Imagen tras imagen,
ese beso se repetía constantemente en su cabeza… Daigo y Anna estaban juntos
ahora, haciendo a un lado todo lo que le dijeron. Nuestra protagonista sabía
que esto podía suceder, lo creía totalmente posible, intentó metérselo en la
mente, adaptarse a las idea… pero era muy claro que no lo logró… ¿Cómo se
quitaría esa puñalada de en medio del pecho? ¿Anna la había utilizado para
volver con Daigo? Si bien él le dijo que no la amaba, ¿La quería tan poco como
para echar por tierra todo lo que le había dicho? Y lo peor de todo es que ella
no podía decirse una víctima inocente cuando acepto involucrarse en esa red de
mentiras que ahora la dejaba afuera.
Cuando se acercó a la puerta de entrada del
edificio, se acercó a ella su hermano, quien la estaba esperando, sorprendiéndose
al ver sus ojos enrojecidos y una lagrima que salía de ellos, y que Selenia intentó
secar rápidamente solo para que otra haga lo mismo.
Andrés: (preocupado) Selenia… ¿Qué te pasa?
Selenia: Daigo–sama y Anna… ya se reunieron.
Andrés: Acaso… ¿ellos
decidieron volver?
Selenia: Yo los vi... Él la
abrazó... y ella lo besó... (Comienza a llorar) ¡Ellos están juntos ahora!
Andrés: (estrechando a su
hermana entre sus brazos) Tranquilizate, Selenia. Esto podía pasar, lo sabíamos
desde el principio.
Selenia: Pero… ellos
dijeron que no pasaría. Se llenaron la boca diciendo que no pasaría y aun así
lo hicieron.
Sin saber qué hacer para
que su hermana se alivie, Andrés solo pudo abrazarla y dejar que se desahogue
sobre su hombro. Una vez que entraron al piso, le preparó un té relajante para
que pueda calmarse y dormir un poco antes de tomar alguna de todas las
decisiones que, movida por la rabia, planeaba ejecutar desde ese mismo momento
si era necesario. Apenas pudo comentarle un poco lo que sucedió en la su
almuerzo con Ryoko Naito, y entregarle la tarjeta, pues la identidad de la
acosadora le interesaba más a él que a ella… Selenia solo quería tenerla en
frente para romperle los huesos, fuese quien fuese. Después de eso, se quedó
dormida, mientras el muchacho argentino observaba lo que habían escrito en ese
pequeño pedazo de papel… El dato de aquella mujer llegó un poco tarde, pero le
demostraba que la conversación que sostuvo con el taxista que lo llevó a Nakano
y la información que recibió del mismo era totalmente verídica.
Pues verán, después de una reunión
improvisada reunión con Hernán y Diego, en la cual planearon estratégicamente
como preparar a Jonathan para todo lo que podría avecinarse respecto a su nueva
relación con Yuki, Andrés tomó un taxi para ir a ver a Selenia antes de que
ella vaya al edificio a encontrarse con Charlotte y Megg. Durante el trayecto,
el muchacho golpeó accidentalmente su cabeza contra la ventana del vehículo, y
el sonido fue tal que el conductor pensó que lo rompería.
Taxista: No sería la primera vez que un golpe en
la cabeza o la cara de alguien me cuesta un vidrió del vehículo.
Andrés: ¿Ya hubo un tipo al que le pasó en
verdad?
Taxista: Un hombre no, una chica. Una actriz de
televisión. Ese golpe le habrá arruinado la carrera, porque desapareció del drama
en el que iba a participar.
Andrés: (extrañado y entusiasmado al mismo
tiempo) ¿Una actriz? ¿No será que… se refiere a una chica llamada Anna Obatta?
Taxista: Si, creo que así se llamaba. Cabello
negro, ojos grandes, bastante guapa. ¿La conoce?
Andrés: Sé de ella. Entonces... ¿Usted llevó a
Anna Obatta el día en que la atacaron?
Taxista: Ese día jamás podrá borrarse de mi
mente.
Andrés: ¿Y usted vio a la persona que la atacó?
Taxista: (lo mira fijamente) A esa chica no la
atacaron... Nadie la hirió. (se vuelve hacia el camino) Ella misma estrelló su
cabeza contra el vidrio.
Andrés: ¿Qué dice?
Taxista: Lo que escucha. Esa chica tenía una
fuerte jaqueca, y de repente observó el espejo. Su expresión cambió por
completo, parecía una persona agresiva… Se agarró del cabello, como si no fuese
ella misma, y estrelló su cara contra el vidrio. Nunca en la vida vi semejante
locura.
Las palabras del taxista no salían de su mente,
y la tarjeta que firmó Ryoko Naito abalaba todo lo que había escuchado… Anna
era la acosadora, tenía trastorno de personalidad disociada. Por eso no
recordaba una parte de su rehabilitación… porque en esos momentos aparecía la
otra, la demente… Anna era su propio verdugo, y ahora constituía una verdadera
amenaza para la vida de Selenia. Pero algo bueno podía sacar de lo que había
sucedido con su hermana: Tenía que convencerla de que Daigo y Anna la
traicionaron para que se aleje de ellos y así este fuera de peligro. Él sabía que
nuestra protagonista, si se sabía engañada, podía llegar a vengarse o en el
mejor de los casos, a romper todo contacto absolutamente adrede.
Miércoles:
(Por la mañana)
Hacía ya casi una hora que Andrés estaba
despachando su equipaje en el aeropuerto, en un día en el que había muchísima gente
allí. Otra vez nuestras protagonistas pisaban ese lugar, cada vez más cerca de
ser ella quienes aborden un vuelo. La visita del hermano de la morocha parecía
tan corta, pero a la vez ha colaborado bastante y no deja mucho (si, a mí y a
ustedes). Para despedirlo habían ido, como ya dije, Selenia, Charlotte y Megg,
sus amigas japonesas, Diego y Hernán, con quienes se llevaba muy bien. Jonathan
tenía una clase, así que no pudo ir, pero le dejaba muchos saludos y buenos
deseos en su viaje.
Andrés: (Revisando el pasaje) Ya se acerca la
hora, y veo que hay una larga fila. (agarra su bolso de mano y se lo cuelga al
hombro) Bien, ya es hora de partir.
Atsuko: Que tengas buen viaje, Andoresu–san.
Tsugumi: Es una lástima que ya tengas que irte,
no pudimos mostrarte bien la ciudad ni los alrededores.
Andrés: Porque vine a hacer un trabajo y casi no
tenía tiempo. Pero todo lo que vi fue fabuloso. Creo que regresaré algún día,
con más tiempo.
Maya: Hubiesen avisado antes que te ibas, así hacíamos
una fiesta de despedida.
Andrés: A mí también me avisaron sobre el pasaje
con poco tiempo, no se preocupen. Pero ya quiero estar en casa y comer un buen
asado.
Hernán: Hey, deja de presumir.
Andrés: (a modo de broma) Asado de vaca… y con
pan.
Diego: (después de que todos rieron por la
broma) Ninguna barbacoa superará al asado, sin dudas. No nos pondremos tristes
porque te vas, allá vas a comer bien.
Andrés: Así será. Comeré toda la carne que pueda
por ustedes. (saluda con la mano a Hernán y Diego) Adiós muchachos, fue un
gusto conocerlos. (al joven más alto) Recordá lo que me prometiste. (a las
chicas japonesas) Adiós, señoritas. (a Atsuko, apuntando al muchacho de amplia
sonrisa) Cuidame a este bobo. (se vuelve hacia Selenia) ¡Hermanita! Recordá lo
que hablamos, ¿sí? Pronto las veré allá, así que solo te recordaré que te
cuides y nada de peleas con pandilleros.
Selenia: Eso ni me lo recuerdes… Cuarenta días…
en cuarenta días nos vemos, hermanito. (lo abraza) Saluda a nuestros padres, a
Barbi… Y no dejes que sobrealimenten a July.
Andrés: Enviaré tus saludos, y con July haré lo
que pueda. (deshacen el abrazo)
Charlotte: (acercándose un poco) Que tengas buen
viaje, Andrés. Envía también saludos a mis padres.
Megg: (hace lo mismo) Y a los míos, si es que
podes.
Andrés: Siempre que pueda, lo haré. (apoya cada
mano en uno de los hombros de las muchachas, y les habla con cierta
confidencialidad) Yo sé que es difícil, pero quiero pedirles que dejen sus
egocentrismos de lado y comprendan un poco por Selenia. Con los acosos de esa
loca, mas este asunto Daigo–Anna, la operación del tobillo y las
irregularidades en el trabajo, ella no ha estado muy bien que digamos. Puede
que no lo parezca, pero mi hermana necesita que, como tantas veces ella las ayudó
y apoyó, ustedes hagan lo mismo. Son sus amigas, ¿no?
Charlotte: Tenés razón…
Megg: Es cierto… como ella siempre se las
arregla sola, a veces nos olvidamos de que también puede necesitarnos.
Charlotte: Selenia siempre nos ayuda, tenemos
que ser un poco más agradecidas con ella.
Andrés: Yo sé que ustedes aprecian a Selenia,
aunque casi nunca se lo demuestren. Espero que en mi ausencia todo siga
marchando bien. (a todos) Bien, ya es hora. (Eleva una mano, antes de dar media
vuelta para dirigirse a la fila) ¡Sayonara!
Las muchachas y sus amigos saludan también a Andrés
y lo ven despedirse hasta que su figura se les pierde entre la multitud. Nuestras
protagonistas se despiden de los chicos y junto a las jóvenes japonesas
regresan al edificio, donde almuerzan junto a las demás habitantes de la
residencia. No faltaba mucho para que Selenia también tenga que partir con el
Staff de ZR en una pequeña gira que abarcaría una semana. Sin que nadie lo
notara, deshabitó el piso de Nakano. Con el viaje, planeaba relajarse y
recuperar fuerzas, comenzar una nueva etapa cuyos cambios comenzarían desde esa
misma tarde.
Aproximadamente a las tres de la tarde, Selenia
ya estaba junto al bus que la llevaría, tanto a ella como al resto del staff y
a los artistas invitados. Se había despedido de sus amigas en el edificio, y
mientras los demás subían al vehículo, acomodaban sus cosas y se sentaban esperando
el viaje, luego de ser saludados por los empleados que se quedaban y los
representados por la productora. Nuestra protagonista aún estaba afuera, cerca
de la puerta, no se unía a los demás, sino que aguardaba a que Daigo saliera…
Antes de irse, hablaría rápidamente con él.
Ichiyo: Se–chan, que tengan un buen viaje.
Gamarimasu [5] (apoya esta palabra haciendo un gesto con los puños).
Selenia: (levantando un puño cerrado)
Gambarimasu. (Saca un sobre de su bolsillo y se lo entrega) Ichiyo–san, ¿podes
darle esto a Oba–sensee?
Ichiyo: (agarra el sobre) Claro, no hay problema
(inclina un poco la cabeza para despedirse, y apenas se va, llega Daigo).
Daigo: ¿Cómo es eso que de que vas con el Staff?
Acaba de contármelo Obatta.
Selenia: Me pidió que vaya y yo acepte, no tenés
nada que reclamarle.
Daigo: ¿Por qué no me lo dijiste?
Selenia: Iba a decírtelo después de que hablaras
con Anna, pero te vi tan ocupado besándola que preferí no interrumpir y luego
preferí no hacerlo, por razones obvias
Daigo: ¿Fuiste hasta el hospital?
Selenia: Si… El hospital… el lugar donde
Saori–san me vio reunirme con Anna a mí también. (ante a expresión de sorpresa
en el semblante de Daigo) Es cierto que ella nos escuchó, es cierto lo que
dijo, yo lo sabía.
Daigo: (comienza a ponerse rojo de ira) ¿Lo
sabías y continuaste mintiéndome?
Selenia: Hice lo mismo que hicieron todos porque
tu madre también lo sabía. Ella pagó a los Obatta para fingir la muerte de tu
mujer. Si querés más detalles, preguntáselos a ella. Y por mi presencia no te
preocupes, que me corro de todo esto. Decile a Anna que le regreso lo que era
suyo, su trabajo y su hombre. (Antes de que la llamen desde el bus, entra y
cierra la puerta del vehículo que ya estaba listo para partir)
Aclaraciones:
1 ¿Por qué?
2 Cool tiene un sentido diferente allá, se usa para calificar a alguien
altivo y ciertamente indiferente o intimidante. Aquí lo usamos como sinónimo de
copado o buena onda.
3 Esta es una pequeña muestra de
mi corazón. Frase que se dice al entregar un obsequio.
4 Wakarimasu: Entender en modo presente formal.
5 Gambarimasu: Esfuérzate en presente formal
En el próximo episodio:
Daigo: ¿Por qué... Por qué ocultaste que Anna estaba viva?
Selenia: (traga saliva) Pensé en decirte la verdad, pero cuando escuche su historia... No pude delatarla.
[...]Daigo: Serenia Gonsaresu está muerta para mí a partir de ahora.
Charlotte: (entre risas) Es hora de que esos dos cupiditos reciban una cucharada de su propia medicina.
Akihide: ¿En qué estas pensando?
Charlotte: Los dejaremos abanondados en Hakodate.
Ryoko: Anna Obatta está muerta, yo puedo llevarte a donde la enterraron.
Daigo: Dejá de mentir. Vos encubriste la falsa muerte de Anna, no me tomes por idiota.
Ryoko: Me refiero a la verdadera Anna Obatta.
Aaaaaaahhhhhhhhhhhhhh!!!! Que emocionante!!!
ResponderBorrarMe alegra mucho que Akihide por fin entienda a Charlotte y que se hayan reconciliado, porque como ya dije es mi pareja favorita.
Una pregunta, Shinpei está vivo? Es que no ha aparecido en todo el capítulo. : (
Yo matooo a Daigoo!! como puede hacerle eso a Selenia sabiendo por lo que está pasando; y tambien Anna.
!!!!?!??!? Espera, Espera que me aclare.... ¿HAY DOS ANNAS?!!! Esto si que no me lo esperaba.
Por cierto lo de los comentarios rápidos es porque estoy viciada al fic, jajajjaja.
De nuevo enhorabuena por otro maravilloso capítulo y mucha suerte!!!!!
Adios! ; )
Hola!! Anna hay una sola, ya te vas a enterar de qué pasó ahí.
BorrarY Shinpei está vivo, por supuesto. Después de publicar me di cuenta de que ni apareció el pobre, su carisma los hará reír en el próximo episodio, donde ya veremos a los 6 protas y unos nuevos personajes que daran unas vueltitas por ahí.
Lo de Daigo no es lo que parece, en el proximo epi se sabrá qué fue lo que Selenia vio.
No esperaba viciar a nadie con el fic, pero que bueno que te gustó. Espero contar con tu apoyo hasta el final!!! Muchas gracias!!!
Sayonara
Hola! Como estas? Por la respuesta anterior veo que ocupada, gracias por hacerte un tiempo igual para actualizar el fic. Yo por fin puedo comentar wii estaba rindiendo y no pude pasar antes u.u
ResponderBorrarHammie resulto ser tan buena, me encanto que ayude a Akihide a que recapacite, ahora la adoro jaja. Pero Calvin es incluso peor de lo que creia, que terrible sorete! Se merece otro golpe de Akihide :P
"A estas alturas, tengo menos sexo que Heidi. (Nota a los lectores: no me salgan con el abuelo o son pervertidos >///<)" jajajajaj me empece a reir con la aclaracion, no pense en el abuelo lo juro! XD
Me alegra que Charlotte y Aki se reconciliaran!! Y como!! me encanto. Por un momento pense que Charlotte se iba a ir sin escucharlo D: gracias mareo! jaja
Tan mal nos hace quedar internet? XD Por lo menos sirvio para convencerlo jaja
Me sorprende que Daigo no sospechara nada cuando se entero que Anna trabaja en el hospital donde estuvo Se-chan, despues de lo que conto Saori :O
Hola!! Por fin tengo tiempo de contestar, casi se me olvida. Lamento mucho la tardanza, algún día les contaré porque es que me tardo.
BorrarGracias gracias gracias por le doble comentario tan completo, como siempre! Es muy lindo contar con tu apoyo hasta ahora.
Calvin no es tan malo como parece, creo que me haré un tiempo para hacer un extra del viaje de trabajo. Y Hammie en verdad es un sol, vi varias notas de Kara para hacer los personajes y realmente parece un angelito. Yo me fije tal cual Akihide, en internet... y mal es poco. Encima todas las que muestran tiene unos cuerpazos que... las mas normales parecemos decepciones, como una vez dijo Daigo.
Daigo dijo que no la ama? Que mierda, se nota como toda la situacion va desgastando a la pareja, y todavia no sabia lo que Selenia le ocultaba.
ResponderBorrarBueno creo que la charla entre Daigo y Anna fue mucho mas pacifica de lo que se esperaba, pero ... pero el beso pudo ser de parte de ella y que el se sorprendiera porque no lo esperaba por eso no reaciono, o le puso la mano en el hombro para apartarla, o era un beso de despedida .. no?? si busco excusas jaja no quiero que termine tan mal las cosas entre Daigo y Se-chan. Ver tan triste a un personaje tan alegre, pobre Selenia.
Crei que Andres iba a advertir a Selenia que la acosadora es Anna, asi podria estar mas atenta!
Nooo, le escupio toda la verdad de la peor manera! Uuuy que quilombo!! No me quiero imaginar como va a reaccionar Daigo, ademas enterarse que la madre tambien le mintio!
Y todo el tema de "la verdadera Anna" me esta matando de intriga!!
Me encanto el capitulo, que picante se pone todo!
Que estes bien, saludos!!
Será verdad que no la ama? O solo quiere que ella le explique qué es lo que le pasa? Pensalo (o leelo, porque ya dejé el cap)
BorrarAhí se resuelve lo del beso.
Y... Con lo triste que estaba Selenia, Andrés no quiso echar más leña al fuego, solo espera a que ella, terca como es, no se reconcilie con Daigo.
Ahora que se sabe tooda la verdad, qué hará Daigo? Se enojará? Por suerte no hay que esperar!
Sentate a leer nomas, que Anna hay una sola.
Ahora vuelvo a lo de siempre: Cómo estas? Cómo pensas que va a ser el final después de todo esto, mas lo del penútlimo capítulo? Te pone triste saber que se acerca el final?
A mí si... >.< Pero bueno, ya estaba durando demasiado.
Espero que estés bien, y nuevamente te agradezco el apoyo!!! Espero que te guste el final, va a estar para llorar, emocionarse y sentirse contento... o eso me gustaría-
Sayonara
Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!! Acaaaa tooooooooooooooooooooyyyyyyyyyyyyyyy. Paso a comentaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarrrrrrrr pip pip
ResponderBorraroppa?? al principio no entendía nada xD
lo de las imágenes de las latinoamericanas, ya hasta me dió ganas de buscar... De verdad será tan así??? o_O
"hay tantas cosas que no hicimos. Nunca te regale flores, ni cocinamos juntos, aunque no soy muy bueno en eso… tampoco dimos un paseo por la playa, nunca vimos un atardecer, no paseamos en bote, no cenamos a la luz de las velas… no hicimos un viaje solos, no despertamos juntos… Nunca hicimos el amor…" Todo eso se hace? jaja ok :P, aunque es muuy cierto lo que agrega: "Parece que todo se centra en las desdichas y no en los momentos que todavía podemos vivir." Creo que nos pasa a muchos en general, con todo, con la vida misma. u_u
Ah, luego se pone candente el azunto. Debo confesar que me sentí un poco incomoda con la escena >_< pero la manera atroz en la que la cortas es como muy chaaaan y el porno? dónde quedó el porno? ajajja Ah re xD
Jaleo?? What? existe esa palabra? Sinceramente, entendí solo lo de descender a los suburbios. Aclaración plis!!
"Selenia: Es difícil no saber que sos vos, por el perfume y por la figura de lombriz." Jajajajjjajjajajajajajajajajjjaja xD y Daigo tipo: ¬3¬ forra.
Uy esa conversación de Daigo y Selenia me dejo como __________________________
ajam u_u.
Primero la comida oh si!! n_n... De acuerdo con la frase de Ryoko "Anna Obatta está muerta… La verdadera Anna, claro" pasumecha .-.
Osea que la vieja es una "santa" que onda??
El beso de Anna y Daigo es muy WTF???? CÓMO? CÓMO? CÓMO? AH?!!!
cómo que la estaban engañando los dos? Ayy!! muhco enriedo llámenme a la virgen desatanudos por Dios!!
Pobre Selenia!! Me siento muy mal por ella y por "¿Anna la había utilizado para volver con Daigo?" Me siento muy identificada muuuuuuuuuuuuy demasiado very T^T.
Casi y hasta lloré con ese abrazo de ella y su hermano. Puutaaaa, te odio!!! (llanto de la chilindrina)...
A la mierda el taxista chusma, esta vez si que fue eficaz, jijiji el recurso del taxista, es tan nuestro muejeje.
Ok si para tirar bombas Selenia está hecha jaja terrrorista. Ahora,esto no puede quedar así, osea.......
Todo con adelantos pue, mirala a esha ajjaj xD te leo en la prox!!!