Antes de continuar con el capítulo,
quisiera corregirme sobre un pequeño error en el episodio anterior: la banda
vive en Shibuya, no en Shinjuku. Ya lo he corregido, pero me di cuenta cuando
muchos ya habían leído. Sepan disculpar ese error.
También reformulé algo que no quedó muy
claro, pero no quiero que lean tooodo otra vez, así que les dejo el fragmento:
"Entre Selenia y Megg comenzaron a relatar lo que sucedió, tomando sus respectivas consideraciones, pues no pensaban contarlo todo. Los demás escucharon en silencio, anonadados. Ellos solo sabían que hubo un problema y que debían abandonar Velfarre. ¿Cómo se enteraron? Shinpei llamó a Agatha mientras iban a Shibuya para que diga a los demás que... Megg sufrió un ataque, pero que estaba bien, igual que su hermana y la morocha protagonista." [Esto sucede cuando las chicas regresan del departamento de Breakerz al edificio y tienen que dar explicaciones]Y:
"En cuanto a Agatha, apenas regresó al piso, entró (muy distraída como para notar que no lo hizo sola) y se echó a dormir al menos un par de horas... y digo solo un par porque la despertó después de ese tiempo una pestilencia, algo así como... el resultado de la digestión." [Momento antes de que Agatha descubra a Natsu en el piso]
No vamos a movernos del viernes del capítulo anterior, pues lo primero que sucederá le pertenece, pero para continuar con una cierta regularidad de publicaciones lo quite y ahora conocerán verdadero final de ese "Arte y amor". Verán ustedes, Shinpei y Megg siguen aún separados, Charlotte y Akihide avanzaron varios casilleros... ¿pero qué pasa con Selenia y Daigo? Les contare sobre ellos en esta entrega, y me centraré en esta parejita que hace un buen tiempo no hace ruido. en medio hay un flashback mucho mas largo que los demas, así que si pueden comentarlo también, se los agradeceré
El trayecto fue muy tranquilo, Daigo
permeancia callado, mirando fijamente el camino. Selenia dirigía los ojos hacia
él de vez en cuando, incómoda por tanto silencio. Quería hablarle, pero no
decide algún tema. Preguntar sobre esa historia trágica que apenas asomo en la
mansión seguramente le resultaría incomodo, así que no recibiría respuesta por
ello. Otra opción no llegaba a su mente. Además... su estómago empezó a dar
tremendo concierto, así que no hubo necesidad de que ella hable. El vocalista
comenzó a reír y decidió detenerse cerca de un puesto de comida. Tenía que
calmar aquel feroz apetito antes de este se tentara con lo primero que le
apareciera en frente (o sea, él... si, ya quisieras que te coma...). Apenas
bajaron del vehículo, Selenia corrió como una niña hacia el puesto de ramen,
pidiendo el platillo más abundante.
Selenia: (a Daigo, una vez que este se
acerca al puesto) ¿De verduras, de carne, de cerdo, de pollo o de pescado?
Daigo: No tengo hambre. Todavía siento un
poco de bronca, así que me va a caer mal.
Selenia: (al encargado del puesto) ¿Tiene
té relajante? (El hombre asiente) ah... Sírvanos primero dos tazas de té.
El encargado vuelve con las dos tazas y se
retira en silencio, observando atentamente a la "parejita" allí
sentada.
Daigo: ¿En Argentina hay esta clase de
puestos?
Selenia: (bebe un sorbo) Si. Por supuesto,
no venden ramen, pero si hot dogs, hamburguesas, tortillas, y choripán.
Daigo: (extrañado) ¿Chori qué?
Selenia: El choripán es como un hot dog,
pero en vez de salchicha lleva chorizo.
Daigo: (continua extrañado) ¿Chorizo?
Selenia: El chorizo es un... un embutido de
carne procesada con especias. Con esto se rellena intestino de cerdo. Lo van
fraccionando... Daigo-sama, no pongas esa cara de asco. El chorizo es
delicioso.
Daigo: Por lo que acabas de decir, lo dudo.
Selenia: Si algún día vas a Argentina, te
desafío a probar un choripán con mayonesa.
Daigo: (ríe para sí) ¿Estas invitándome?
Selenia: ¿Quién dijo eso? Yo te desafié, no
te invite a algún lado. (Observa la comida que el encargado le sirve después de
retirar las tazas) No pongas en mi boca palabras que no dije.
Daigo: Seguí comiendo y deja de decir
tonterías. Solo estaba bromeando, baka.
Con que rapidez actuaban los dos como si
nada hubiese pasado. Como si ella no hubiera revelado una verdad y él no
hubiese estallado de ira. Pero solo era una actitud. Por dentro, ambos sentían
un peso en el corazón. De alguna forma, no eran los mismos esa noche. Algo
había cambiado... Selenia ya no podía verlo como un mujeriego egoísta, y Daigo
ya no la consideraba una estúpida bestia. Los hechos que antes no comprendían
muy bien, bajo la luz de todas estas revelaciones, adquirían una explicación
coherente.
Selenia: (nerviosa) Fue por eso, ¿no?
Vos... perdiste a tu mujer trágicamente... a tu mujer embarazada... por eso te
da rabia que Aki-san y Shinpei-san sean tan tercos con Charlotte y Megg...
¿honto? [1]
Daigo: (sin mirarla) Creo que sí. (Piensa)
No, estoy seguro de que es por eso. Sin que yo me diese cuenta, Anna me
gritaba... y no fui capaz de escucharla.
Selenia: Lo imaginaba. Es por eso... que
hay tantas mujeres... pero ninguna te importa... Querés sentir el calor de una
mujer pero... no podes quererlas.
Daigo: (meditativo) No es que no las
quiera... por algunas siento aprecio, son como... no como hermanas porque...
Selenia: (perturbada) Si, entendí.
Daigo: En fin. Pase de tener una mujer y un
hijo en camino, a estar completamente solo... rodeado de gente, pero solo al
fin. Sentirme querido por alguien... de pronto se volvió una necesidad... (La
mira, luego de un breve silencio) Y vos... ¿es por eso que no soportás a los
patoteros y defendés a los débiles?
Selenia: (encogiéndose de hombros) Es algo
más fuerte que yo, no pudo evitarlo.
Daigo: Está bien. Tu tragedia te ayudo a
ser una mejor persona... A diferencia de mí. Yo solo me volví más patético.
Selenia: (traga su ultimo bocado y solo hay
caldo en el plato) Nada de eso. Yo te veo más humano que cuando aparentas ser
el príncipe del J-rock.
Daigo: (observa fijamente a nuestra
protagonista, simulando indignación) Yo soy el rey del J-rock
Selenia: (riendo) Sí, claro. (Ríe pero nota
que él no cambia de expresión y se asusta) ¿Hablabas en serio?
Daigo: (comienza a reír y apoyando el codo
sobre la barra del puesto y el mentón sobre su mano cerrada en un puño, la mira
con expresión divertida) No creí que fueses tan inocente.
Selenia: (piensa)"Carajo... ¿por qué
se ve tan atractivo cuando hace esas caras...? Maldito" (a él) Sos un buen
actor, lo admito... (Busca en sus bolsillos mientras habla al encargado del
puesto) Podría decirme cuanto...
Daigo: Ya pague mientras estabas distraída.
(Abandona el asiento) Vámonos, es tarde.
Selenia: (se despide del encargado con un
gesto de la cabeza y va hacia el automóvil con Daigo) Es cierto, las chicas
deben estar preocupadas.
Daigo: ¿Acaso no les avisaste?
Selenia: Tengo la batería muerta desde hace
un buen rato.
Ambos subieron al vehículo y fueron hasta
el edificio otra vez en completo silencio, pero ahora no les resultaba
incómodo. De alguna forma, era mejor así. No tenían más que decir, nada que
comentar. Había en sus mentes alguna que otra pregunta y, sin embargo,
decidieron que ese no era el momento oportuno. A la brevedad ya estaban frente
al edificio.
Daigo: (antes de que Selenia descienda del
vehículo) Tengo que pedirte un favor.
Selenia: (atenta) ¿De qué se trata?
Daigo: Antes de la muerte de Anna, ella y
yo compartíamos un departamento en Shibuya... y hasta el día de hoy no he
podido sacar sus recuerdos de ahí. Eso es lo que quiero pedirte.
Selenia: (apresurada) ¿Querés que lo haga
por vos?
Daigo: No. Quiero que me ayudes a sacar
esos recuerdos de ahí. Anna seguirá siendo un fantasma si no la dejo ir de una
vez.
Selenia: (pensativa) Bueno... puedo
hacerlo, pero... no mañana. Y tal vez el domingo tampoco. Son los últimos días
de Agatha aquí.
Daigo: Tendré que decírselo a Shinpei.
Resulta que ellos se volvieron muy amigos.
Selenia: Si, lo recuerdo. (Coloca una mano sobre el manubrio) El lunes
lo hablaremos bien. Sayonara. (Sale del vehículo y corretea hasta el edificio)
Mientras, Daigo inicia el retorno a
Shibuya, pensando si estuvo bien pedirle eso a Selenia, si no fue demasiado
raro (¿o evidente? :-P) que sea ella quien le ayude a sacar de allí los
recuerdos de Anna. Pero en fin, lo hecho, hecho estaba.
Cuando llegó al departamento, disculpándose
con los demás por la tardanza, encontró a Shinpei intentando quitar una especie
de... rama (?!) que se atascó en el cabello de Akihide, amenazando a cada rato
que iba a cortarle esos mechones si no dejaba de quejarse. ¿Qué estaba pasando?
¿Por qué el tímido guitarrista tenia hojas en el pelo, una rama enredada en la
cabellera, y raspones en la cara?
Daigo: (extrañado) ¿Qué pasó aquí?
Shinpei: Aquí no. Pasó en el edificio de
señoritas.
Akihide: (apenado) Cállense.
Daigo: Déjenme adivinar: Las muchachas lo
declararon culpable de la depresión de Charlotte y lo persiguieron... y en la
huida, pasó eso.
Shinpei: Tibio, tibio.
Akihide: Eso no pasó. Ya déjenme en paz.
Shinpei: (a Daigo) Resulta que nuestro
amigo se puso a jugar al Romeo y huyo por una ventana de la planta alta.
Daigo: ¿Por qué?
Akihide: No, eso no pasó. Voy a contarlo yo
así no inventan. (Los dos se sientan frente a él y lo miran con suma atención)
Yo... fui a buscar a Charotte. Las chicas que allí viven no tuvieron problema
en dejarme pasar. Al fin ella y yo pudimos hablar y... empezar a entendernos.
Pero apareció la portera... Yo no podía quedarme allí porque... eso
perjudicaría a Charotte. Entonces tuve que escapar... y como no había salida
despejada, tuve que salir por una ventana.
Daigo: Si estabas en la sala, no veo en que
podría perjudicar a Charotte.
Shinpei: Además, cuando dejamos a Se-chan
la vez en que la atacaron, entramos allí... y si hay salida, salvo que hayas
estado en la habitación, pero... (Él y Daigo comparten una mirada cómplice y
luego la dirigen a Akihide en forma de burla).
Shinpei y Daigo: (al unísono) Epa, epa...
Akihide: (avergonzado) No piensen mal...
Shinpei: Demasiado tarde...
Daigo: (rodea los hombros de Akihide con un
brazo) Aclarame una duda, entonces: El busto de Charotte es puro push up, ¿verdad?
Porque una chica tan delgada no puede tener todo eso.
Shinpei: Mira quién habla.
Daigo: (acaricia un busto imaginario) Pero
yo no las tengo grandes... (Ambos ríen, ya ignorando a Akihide)
Akihide: (enojado, se levanta) Ya que se
van a burlar, me voy.
Daigo: (mientas el guitarrista se retira)
No lo tomes a mal, estamos bromeando (escucha la puerta de la habitación
cerrarse. Habla a Shinpei). Creo que se enojó... (Como restándole importancia)
Ya se le pasara. ¿Dónde está la cena?
Shinpei: (apunta a la cocina) Sobre las
hornallas. Yo me voy a dormir, es tarde. (Se pone de pie) Parece que el
príncipe de Rapunzel no va a cenar.
Daigo: Así es nuestro AkiHime [Aki
princesa].
Shinpei: (Antes de irse) Por cierto, ¿dónde
estuviste todo este tiempo?
Daigo: En una reunión familiar.
Shinpei: Entiendo... Oyasumi.
El vocalista se queda un momento allí,
pensando en lo que acababa de responder. No había mentido, es cierto, pero
sabía perfectamente que no estaba diciendo toda la verdad... Ay, no entienden
que pasa... Ya me di cuenta... No me miren así...
Regreso al edificio para contarles que al
día siguiente, durante el desayuno, cada vez que nuestra simpática protagonista
veía a su amiga pelirroja y recordaba la anécdota que le compartieron de la
noche anterior, lanzaba una tremendas carcajadas que avergonzaban a la otra
extranjera, tanto que ya estaba ganando sus miradas menos bonitas. "Que
alocada se ha vuelto nuestra vida desde que llegamos aquí" comentaba a
Megg y esta solo podía compadecerse de Charlotte sin decírselo, pues temía
ofenderla. Ya desde el principio, ella y Akihide tenían la peor de las suertes.
Las demás chicas se la pasaban tratando de callar a Selenia, temían que la
portera deduzca lo que paso y se dé cuenta de que todas ellas le mintieron para
encubrir la presencia del tímido guitarrista y su posterior huida... si, por la
ventana (leyendo todo así, si parece chistoso).
Charlotte: (a Selenia, molesta) Ya deja de
reírte.
Selenia: (Intenta contenerse) Si saben que
tengo mucha imaginación, ¿para qué me cuentan algo tan chistoso...? Ya me
imagino a Aki-san tan chiquito, colgado de la sabana...
Charlotte: No lo pensés de una forma tan
humorística... Él fue capaz de hacer eso por mí... ¿Debería darte gusto?
Selenia: Eso no te lo niego... Se la bancó
bien. Muy bien.
Megg: (atenta) Algo me suena... (Las demás
muchachas levantan la cabeza, también alertas) Escuché un celular...
Selenia: (aguzando el oído) Si suena rock,
es mío...
Megg: (levanta su móvil) El mío está aquí.
Selenia: Es un tono croto... Charlotte, es
el tuyo.
Charlotte: ¿Cómo que tono croto? (Se
levanta y va hasta la habitación, seguida por la impertinente mirada de la
portera... Nuestra pelirroja estaba bien vigilada a partir de ahora)
Las demás muchachas se percatan de esta
vigilancia que Charlotte no nota, un tanto molestas, reniegan de eso incluso.
Poco después ven que la pelirroja regresa con una expresión extraña en el
rostro. No se sabía si estaba contenta o no... ¿Quién había llamado?
Charlotte: (sentándose, siente las miradas
de curiosidad presionándola) Llamó Agatha... me dijo que Shinpei le organizó
una fiesta de despedida en un lugar llamado Gas Panic Club (mira a Selenia con
expresión inquisitiva).
Selenia: ¿El boliche de los extranjeros?
Tsugumi: No... Es un boliche famoso por la
cantidad de extranjeros que lo eligen...
Charlotte: Bueno... La cosa es así: Shinpei
extendió la invitación para todas (ve a Megg) Todas sin excepción. Dijo que va
a venir más tarde para darnos las entradas. (Habla con su rubia amiga) ¿Vos
querés ir?
Megg: (piensa un momento) Si... es la mejor
excusa para que Shinpei escuche lo que tengo que decirle.
Selenia: ¿Todavía querés hablar con él?
Megg: Quiero hacerlo y lo haré. ¿Creés que
no merezco que me escuche?
Selenia: Nada de eso... Yo no quiero que te
expongas y salgas lastimada.
Megg: Yo fui la que se equivocó, así que...
Esto es algo que tengo que hacer.
Charlotte: Dejemos que lo haga. Así va a
mostrarle a Shinpei que ella sí tiene interés en...
Selenia: ¿Por qué estás citando a
Daigo-sama?
Charlotte: Porque por primera vez en mi
vida estoy de acuerdo con él.
Selenia: A mí esos motivos no me importan.
No quiero que Megg llore o se sienta mal.
Megg: (pone una mano sobre el hombro de la
simpática protagonista) Gracias por querer cuidarme tanto, Selenia. Pero, por primera
vez en la vida, dejame hacer lo que quiero sin oponerte.
Selenia: ¿Eso es lo que querés? (Al ver que
Megg asiente) Bueno... pero después ya no voy a poder pegarle si te hace
daño... y voy a estar ahí para decir "Te lo dije".
Megg: (insatisfecha) Bueno... igual, no
quiero que le pegues.
Selenia: Pero tendrás que soportar mis te
lo dije.
Maya: (a Charlotte) Debes estar ansiosa por
volver a ver a Aki-sama, ¿verdad?
Charlotte: ¡Sí que lo estoy! Ya quiero
verlo y... (Las mira con picardía) El resto me lo guardo.
Atsuko: Me parece bien. (Se muestra
pensativa) Pero... si vamos a Gas Panic... podríamos cruzarnos con...
extranjeros...
Tsugumi: Si, esa es la mejor parte de Gas
Panic.
Atsuko: No... El amigo pesado de Meggara
podría estar ahí y no quiero encontrármelo.
Charlotte: ¿Por qué no? Parece que le
gustas en serio.
Atsuko: Claro que no. A él le gustan todas
las chicas. Estoy segura de que Meggara también le gusta. Me desagradan esa
clase de personas.
Megg: Yo estoy segura de que no le gusto,
pero creo que vos sí.
Maya: (atenta) ¡Invitémoslos! Así también
va el chico bonito que Charotte tanto detesta.
Selenia: ¿Te gusta Joni?
Maya: No, pero me parece un chico
interesante y guapo.
Megg: Pero... ¿y KyunHo?
Maya: (entristece su expresión) Ya me
resigne con él. Se nota que no me quiere más. Así que decidí ya no insistir.
Aunque no se note, yo estoy sufriendo mucho por esto, y creo que merezco
enmendar las cosas y darme una oportunidad.
Megg: Pero...
Las demás chicas, incluidas nuestras otras
dos protagonistas observan a Megg, indagando con la mirada, como si dijeran:
"¿Por qué estás siendo tan cruel? Maya está sufriendo, dejala en paz...
tiene derecho a ser feliz" Aunque creo que todo eso lo pensó ella. Las
demás solo la miraban con cierta duda. La rubia, intimidada por sus propios
pensamientos, decidió no agregar más y dar la razón a Maya, aun sabiendo que
estaba equivocada. Ya esperaba encontrarse de nuevo con KyunHo para pedirle que
hable con la japonesa castaña antes de que ella comience a ilusionarse con otro...
y a este le suceda lo mismo.
Una hora después llegó Agatha, con un
vistoso par de lentes aparentemente nuevos, cuadrados y estampados como comics,
llevando su pequeña cartera llena de entradas para Gas panic, una para cada
chica y algunas extras por si querían llevar a alguien más. ¿Pueden creer que
por eso ya comenzó una suerte de discusión? A las muchachas se les ocurrió
dejar tres entradas para los argentinos, pero Atsuko se oponía a muerte. Era la
única que no estaba de acuerdo, al resto le parecía fantástico... ¿porque nadie
la entendía? Es porque ninguna de ellas aguantaba sus comentarios osados...
Bueno, aunque en sí no eran atrevidos, pero... a ella no le gustaban ciertas
frasecitas suyas, no perdía oportunidad de mostrarse molesta y él no entendía
eso... Tal vez lo confundía con algún tipo de coquetería, con esos no que
significaban en realidad "insistí un poquito más..." ¡Hah! Quizás no
era tan mala idea que Hernán y sus amigos vayan a la fiesta, perfecto pretexto
para dejar las cosas claras de una vez.
Tsugumi: Y... creo que lo dejaremos para
otra ocasión. Mejor organizamos una cita a ciegas o algo así.
Selenia: Tal vez sea lo mejor.
Maya: Si, no quisiera que Atsuko se enoje
con nosotras...
Atsuko: ¡Esperen! ¡Cambie de opinión! No
puedo ser tan egoísta. Si a Maya le llama la atención ese tal Joni... Yo puedo
bancarme a Hernán hasta que alguien me lo quite de encima.
Las muchachas, confiando en las palabras de
Atsuko, festejaron por su cambio de actitud, aun sin imaginar lo que ella
pretendía hacer esa noche.
Con esto se nos fue el mediodía, así que
por la tarde, las muchachas, sus amigas japonesas y Agatha salieron a pasear y
hacer las últimas fotos de Tokyo. También ayudaron a la viajera a comprar una
maleta en la cual llevaría de regreso algo de la ropa invernal que ya molestaba
a las chicas en el ropero. En varios momentos del recorrido se detuvieron para
esperar a Selenia fotógrafa de ridiculeces y a su modelo de las mismas, Agatha,
pues estas dos se detenían para hacer fotos estúpidas con cualquier cosa. Ropa
ridícula, sombreros raros, artículos japoneses delirantes, todo les servía de
inspiración para conseguir las imágenes más bizarras. En fin, las dos se
divertían tanto con esto, que las demás aprovecharon para comprar lo que les
faltaba para la fiesta de la noche, y en esto se les fue la tarde. Cuando lo
notaron, ya habían pasado de las ocho... ¡Hora de regresar y arreglarse!
Agatha se quedó en el piso para arreglarse,
prometiendo no cumplir su amenaza de llevar la misma ropa, pero negándose a
ponerse un vestido, porque no tenía uno, mientras las demás regresaron al
edificio, comieron algo liviano y... todos los arreglos comenzaron. Ya ni
tiempo tuvieron de espiar que se había puesto el resto. El pelo, el maquillaje,
los accesorios, estaban locas con todo eso. Una vez que se reunieron en la
sala, cayeron en la cuenta de que, en cuanto a estilos, había de todo un poco.
Atsuko conservaba su estilo sexy con un vestido rojo electrizante, Maya lucia
adorable en esas gasas de colores suaves. Tsugumi abandono esa apariencia de
rockera con el look de gothic lolita que había elegido. Megg parecía un
pastelito turquesa, increíblemente adorable. En cuanto a Charlotte,
provocativa, como siempre. Y Selenia, igual que la vez pasada, eligió un estilo
chic urbano.
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Por fin, después de un largo camino, Daigo
detuvo el coche… en el puerto de Tokyo. Selenia pensó que el vocalista ideo un
paseo viendo el mar para poder relajarse, así que lo siguió, pero cuando vio
que él extraía un bolso del portaequipaje, pequeño aunque bolso al fin, entendió
que algo no estaba bien.
Aclaraciones:
Con todo esto listo, las muchachas partieron
hacia Gas Panic Club. Lamentablemente para Charlotte, decidieron tomar el tren
subterráneo, pues resultaba muy difícil que tantas personas consigan
suficientes taxis, causaría un gran revuelo (ustedes me entienden, ¿verdad?).
Caminaron hasta Shibuya, allí tomaron el tren, y bajaron directamente en
Roppongi, sonde vieron un desfile de personas listas para bailar
desenfrenadamente o salir a beber con sus amigos. No debían caminar mucho hasta
Gas Panic Club, pero Agatha insistía en que aceleren la marcha para abandonar
la multitud que ya las rodeaba. Esta mujer sí que odia los amontonamientos de
gente…
Vieron una multitud de muchachas japonesas
cuando llegaban a Gas Panic Club, todas deseosas de ver extranjeros, y de esos
había muchos ahí adentro. Pero antes de ingresar, tuvieron que esperar un poco
a Atsuko, quien comenzó a hablar a un grupo de jovencitas allí expectantes.
¿Será que las estaba aleccionando? Una vez adentro, cuando terminó lo que había
resultado un simpático discurso, nuestras protagonistas se sorprendieron al ver
tantos brasileños, mujeres y varones; parecían más que los europeos, pero tal
vez porque eran muy llamativos. También notaron a algunos latinos, a quienes
reconocieron por el bronceado dorado ausente en los demás (excepto en la allí
presente Selenia). Tal vez por cómo era el lugar, parecía haber un montón de
gente, aunque la capacidad real es de 300 personas. Buscaban rápidamente donde
había un grupo de mujeres, pues pensaban que, como la vez pasada, la banda
estaría rodeada…Caray, no lo estaba, pero siquiera podían verlos…
Selenia: (a las demás) A la primera señal
de chicas amontonadas, acérquense ahí.
Tsugumi: Nosotras somos chicas amontonadas.
Selenia: Si, pero nosotras no contamos.
Charlotte: (apunta cerca de la barra… otra
vez) Ahí los vi.
Las jóvenes fueron hasta la barra a toda velocidad, tanto que no se
dieron cuenta de que las otras seis chicas que llegaron con ellas, y que vivían
también en el edificio, se apartaron
para ver a los conocidos que habían invitado. Cuando faltaba poco para
llegar y los muchachos las notaron… Megg detuvo su marcha y se quedó allí. Vio
a Shinpei recibir alegremente a Agatha y saludar a las demás sin reparar en su
presencia o ausencia. ¿Realmente estaba tan enfadado como para ignorarla de esa
forma? Ahora que todas las demás estaban allí con ellos, él, al no verla,
tampoco intentó buscarla. Sus ojos parecían estar fijos en quienes se
acercaron, aunque sus lentes podían engañarla. Pero su mirada no... ya está la
sentía como la otra vez...
Extraño: (a Megg) ¡Hola!
Megg: (da media vuelta y observa que tras
ella está parado un tipo alto, morocho... que se le hizo idéntico al hombre que
intentó abusar de la rubia) ¿Eh?
Extraño: Si estás solita, ¿Por qué no venís
a tomar algo conmigo? (Le agarra una mano)
Megg: (se suelta rápidamente) No... No...
Yo vine con mis amigas...
Extraño: Pero si estás ahí solita. (Vuelve
a agarrarla, pero del brazo jala de ella) Veni.
Megg: (levantando la voz) Soltame o grito.
Extraño: (cambia la simpática expresión por
una malhumorada) ¿Vas a gritar? ¿Pero quién te crees que sos? Por más linda que
seas, si tenés esa actitud de mierda... Ah, que pérdida de tiempo... (se va)
Megg se queda pensando un momento en esa
frase, aunque no debería prestarle atención viniendo de donde vino... "Que
actitud de mierda..." Inevitablemente la llevaba a Velfarre, a la
discusión con Shinpei... Si, ella podía tener esa clase de reacciones
desagradables. En cinco segundos... si, solo eso bastaba para liquidar la
seguridad con la que llegó a Gaspanic, comenzó a llenarse de incertidumbre y
pesar... incluso de arrepentimiento. "Selenia tiene razón..."
pensaba, "soy yo la que se expone... no debí venir". Sin darse
cuenta, se lleva las manos a la cara.
Voz frente a ella: Baka! ¿Qué estás
haciendo?
Megg: (retira las manos y eleva la vista
para encontrarse con el atractivo rostro del vocalista de Breakerz) Daigo-san?
Daigo: (comienza a empujarla hacia la
reunión) ¿Quién te invito para que te quedes ahí parada como carnada para
babosos?
Megg: (sin dar cuenta de que se está
dejando conducir sin problemas) Pero...
Daigo: Pero nada. Vamos allí y punto.
El vocalista conduce a la rubia hasta la
ronda de gente, en la cual Shinpei ni reparo en su presencia, sino que se la
pasaba lamentando la futura partida de su amiga Agatha. Mientras todos
bromeaban y charlaban amenamente, Daigo susurró al oído de Megg que procuraría
dejarlos solos en cualquier momento. Nuestra dulce protagonista se mostró
extrañada por eso, pero entusiasmada al mismo tiempo, pues ella creía que no
resultaba le simpática, y, sin embargo, ahora abogaba a su favor. ¿Cuantas
sorpresas más guarda el líder de la banda?
Apenas comenzaron a escuchar buena música y
vieron a Orochi y a dos de los argentinos, Diego y Jonathan, acercarse, pinto
la hora de bailar. Selenia otra vez se fue con Diego, Charlotte con Akihide,
Daigo agarro las manos de Agatha y la condujo a la pista antes de que Shinpei
pueda hacerlo y este, ni lento ni mucho menos, invito a Saori, quien también
estaba presente. Como Maya decidió bailar con en argentino restante, Atsuko y
Megg... quedaron solas. A ninguna importo este detalle, así que decidieron
moverse en la pista sin mayores preocupaciones. Solo que... en un momento la muchacha japonesa noto que
estaban rodeadas de hombres, y comenzó a desplazarse con la rubia para
ahuyentar a aquellos hasta que ya ni sabían en donde estaban. No veían a los
demás, parecían perdidas y en una situación así eran perfecta carnada para
babosos...
La rubia comenzó a mirar hacia todos lados
y pudo ver por fin a su amigo Hernán... rodeado de una multitud de japonesas
que parecían sus fans. ¿Serían las chicas de aquí entumecedor San Valentín?
Codeo a Atsuko para mostrarle lo que sucedía, y ésta casi estalla en
carcajadas... como si ella lo hubiese planeado... hasta que se les apareció el
muchacho latino, aparentemente molesto con la japonesa, quien se encogió de
hombros casi al instante. Megg saludo sin más a su amigo.
Hernán: (a Atsuko, luego se saludar a Megg)
Así que soy un tipo híper recomendable y no deberían dejarme pasar,
Tsuki-chan... No sabía que tenías ese lindo concepto de mí.
Megg: (burlonamente) Parece que por fin vio
tus encantos... (Mira hacia un costado y ve a Shinpei dirigirse hacia la
barra... Agatha ahora bailaba con un hombre... desconocido para ella, mientras
que Daigo estaba más charlando que moviéndose en compañía de la modelo Saori.
Esta era su oportunidad) Chicos.
Hernán: (continua regañando a Atsuko) ¿Acaso
sabes que estabas jugando con las emociones de esas chicas que querían conocer
extranjeros? ¿Sabes que ellas tienen sentimientos?
Atsuko: Ellas quieren acostarse con algún
extranjero, yo te estaba haciendo un favor.
Hernán: (como pensando) Eso querían, ¿eh?
Bueno, las veo luego (se va).
Atsuko: (descontenta) Meggara, si ustedes
quieren que yo mire a este tipo con buenos ojos, están muy equivocadas... (Ve
hacia donde estaba su amiga, pero ya no la encuentra. Desvía la vista hacia donde
creyó que estaban los demás, pero solo distinguió a un par de tipos,
extranjeros y desconocidos, observándola con ojos interesados. Incluso parecían
dispuestos a acercársele en cualquier momento... y ella no era demasiad buena
para soportar esas presiones...)
Perece que al fin esos tipos decidieron a
acercarse. Oh, no. Oh, no... Ya la muchacha planeaba huir de allí, dando media
vuelta, pero choco con alguien.
Hernán: (entre risas) ¿Te creíste que me
iba a ir con esas tipas? Nah, me gusta ser el cazador.
Atsuko: (para sus adentros, habla bajo)
Como dijo Serenia, mejor animal conocido que por conocer... (A Hernán)
¿Bailamos?
Hernán: (rodea a Atsuko por la cintura)
Espere tantas horas para que me digas eso. (Sin prestar atención a lo demás,
ambos se dirigen a la pista)
Se preguntaran ustedes a donde fue Megg.
Resulta que, al ver a Shinpei solo en la barra y a Hernán con su amiga, decidió
acercársele para poder hablar con él de una vez. No importaba si el guitarrista
se negaba otra vez, era capaz de perseguirlo hasta que la escuche. Realmente
estaba dispuesta a todo. Entre tanta gente, no sentía vergüenza, pues nadie
observaba sus acciones.
Shinpei se sentó en una butaca cerca de la
barra, y junto a él, Megg tomo asiento sin ser notada y contempló
silenciosamente el perfil del guitarrista, notando un cierto pesar a su
alrededor… ¿Sería ella la causa? La pregunta era estúpida, pensó la querida
rubia, pues no había otro motivo para entristecerlo que todas las cosas que
sucedieron entre ellos… Increíblemente pasó un mes… desde la confrontación en
Koochi, y después de eso, nuestra protagonista ya no volvió a verlo sonreír… o
más específicamente, sonreírle. ¡Cómo extrañaba regresar al edificio en su
compañía! Recordaba eso, y nuevamente se preguntaba porque no aprovechó ese
tiempo con él… por qué no disfrutó más acompañándolo a los lugares a los que la
había invitado… por qué nunca le dijo… lo que sentía, lo agradable que le
resultaba tenerlo cerca… lo mucho que le gustaba… Tal vez así él se hubiese sentido más seguro respecto a
Kyunho…
Las bebidas llegan a manos de nuestro
protagonista de lentes, y éste, al retirarse, encuentra fijos en su rostro los
claros ojos de Megg y en ellos había una expresión de decisión, acompañada por
la mueca de terquedad de su semblante. Prácticamente le gritaba: “No dejaré de
insistir hasta que me escuches”. Shinpei retrocedió un paso, sorprendido por
esto, pero tal cosa no logro convencerlo de hablar con ella, así que dio media
vuelta y sintió un tirón en la camisa. Si quería avanzan, la tensión en su
prenda se volvía más fuerte, así que pensó que estaba atascada. Cuando volvió
la vista hacia atrás, encontró la pequeña y blanca mano de Megg aferrada.
Megg: (mirándolo a los ojos) Yo... tengo
que hablar con vos y no voy a dejar que te vayas sin escucharme.
Shinpei: (como resignado) Está bien,
hablaremos (cuando Megg lo suelta) Aunque no quiero hablar con vos (comienza a
irse).
La rubia salto de la butaca para ir tras él
a toda prisa, incluso volvió a aferrase a su camisa, pero esta vez del lado del
hombro. Uso tanta fuerza que provoco un retroceso brusco, causando que él
vuelque sin querer el contenido de una bebida sobre... su pecho. Megg, avergonzada
busca en su cartera unos pañuelos descartables y, en vez de entregarlos al
guitarrista, comienza a secarlo ella misma... pero al cabo de unos segundos,
sobre todo después de ver como la tela mojada se ceñía al torso del
protagonista de lentes... y de que ella lo estaba tocando...
Megg: (entregándole los pañuelos. Esta
sumamente avergonzada, con el rostro colorado) Lo siento... pero esto no
pasaría si de una vez me escuchas...
Shinpei: (agarra los pañuelos con su mano
disponible e intenta secarse) Yo no tengo nada que agregar a lo que paso en el
hotel... y no quiero escuchar si tenés algo más que decir. No te quiero
escuchar.
Megg: (precipitadamente) Si estaba
celosa... (Como ve que él le presta atención) De Agatha... Estaba muy celosa...
Shinpei: ¿Y eso justifica todas las cosas
horribles que me dijiste en Velfarre?
Megg: Si aún estás enojado por eso, te pido
perdón. En ese momento estaba tan furiosa que no pensé en tus sentimientos...
ni...
Shinpei: No tenés una idea de cómo me sentí
en ese momento, así que no acepto tus disculpas. (Al ver el afligido rostro de
la rubia) ¿Lo ves? Ahora yo estoy siendo cruel, pero lo que veo en tu cara no
es ni la décima parte del dolor que yo sentí.
Megg: No me digas eso, por favor... Ya
admití que estaba celosa, ya te pedí perdón... ¿Qué más tengo que hacer para
que... volvamos a ser los mismos de antes?
Shinpei: Vos todavía no lo entendés...
Megg: ¿Entonces vas a decirme cosas crueles
hasta que sienta lo mismo que vos? Está bien... creo que sí puedo hacerlo,
debería ser capaz de soportarlo...
Shinpei: Sabés bien que me cortaría los
brazos antes de hacerte daño... y que prefiero recibir una paliza antes de ver
que alguien te lastime. Por eso hice todo lo que hice...
Megg: (apenada) Y yo siempre te voy a
agradecer que te preocupes por mí...
Shinpei: No tiene que ver con la
preocupación... Me preocupo por otras personas, pero jamás haría por ellas lo
mismo... La única razón que me mueve ignorar momentáneamente las cosas
horribles que me dijiste con tal de que no salgas lastimada es el amor.
Megg se torna desconcertada y ni siquiera
puede hablar debido a la impresión. Su corazón late desaforadamente y la sangre
asciende sin frenos hasta ruborizar toda su cabeza. La rubia aún no tenía claro
el significado de la palabra Ai [amor], pero, por la situación, el tono de voz
que usó Shinpei al hablarle, su leve agitación y esa expresión adolorida en su
semblante, pudo esbozar una idea, bastante acertada: Él… ¿dijo que la amaba?
Que todo lo que hizo por ella, aún después de su crueldad, fue por… ¿amor?
Megg: (intentando acercarse y tocarlo)
Shinpei… Shinpei yo…
Shinpei: No te acerqués. No dije todo esto
para que me tengas lastima. Lo único que quiero es que, en adelante, trates de
considerar lo que siento antes de decirme cosas tan crueles. Porque yo no soy
una basura, sino una persona que tiene sentimientos, y como todas las demás
personas, no merezco que los pisoteen desconsideradamente. (Se va)
La rubia se acerca a la barra tambaleando,
para apoyarse en alguna butaca y no perder el equilibrio. Sus piernas
temblaban, la fuerza abandonaba su cuerpo, las imágenes circundantes resultaban
cada vez más borrosas, como puntos de colores brillantes. Extiende una mano en
dirección a donde fue el guitarrista,
como si quisiera alcanzarlo. En cualquier momento perderá el conocimiento, lo
sabe, pero con las escasas energías que tiene apenas puede murmurar: Shinpei…
yo también… yo también te amo…Luego sucumbió ante la oscuridad…
Al día siguiente, despertó…Mentira, recobró
la conciencia apenas unos minutos después, no se asusten. Vio a todos (si,
todos) parados a su alrededor, abanicándola con las manos, observando
atentamente su rostro. Parecían muy preocupados, y no era de extrañar, siendo
tan cercano el episodio en Velfarre…Diego y Selenia estaban más cerca que los
demás, él como médico, y ella por ser la primera en llegar. La tensión decreció
cuando vieron que Megg recuperó el color y que ya podía pararse sola. Pidieron
agua para ella, y mientras la rubia bebía, ya se preparaban para regresar a sus
hogares.
Megg: Esperen… No quiero arruinar la
despedida de Agatha. ¿Pueden quedarse un rato más? Yo ya estoy bien.
Agatha: (después de oír la traducción.
Habla en castellano) Ya pasamos un buen rato aquí. Además, luego de este susto
nadie quiere quedarse. (Sonríe con confianza) Yo la pasé muy bien, no te
preocupes. Ahora volvamos a casa. Ya casi son las cuatro de la madrugada.
Después de una actitud tan comprensiva como
esa, nuestra protagonista entendió que no podía reusar a lo que dijo Agatha, así que acompaño a los
demás. Como las demás muchachas del edificio planeaban quedarse hasta que
cierre la discoteca, pidieron dos taxis.
Se despidieron de la banda y emprendieron el camino de regreso. Charlotte y
Agatha aceptaron la amable invitación de Ginzo, quien se ofreció a llevarlas,
mientras que Megg, Selenia y Atsuko compartieron vehículo, y lo mismo hicieron
Tsugumi, Maya y Orochi.
El primer coche, el de Ginzo, dejó a la
pelirroja en la entrada del edificio y siguió camino hasta el piso de Nakano.
Juntos descendieron del coche, tomaron el ascensor y caminaron por el pasillo
hasta estar frente a sus respectivas puertas. Cuando Agatha extrajo la llave
para abrir, el japonés le llamó la atención en un extraño arrebato.
Ginzo: Agatha-san… (ve que ella se detiene
y por un momento se queda sin palabras) Yo… Es decir… ya que la despedida
terminó un poco más temprano de lo esperado… Quisiera compartir una última
copa… ¿Le molesta?
Agatha: (levemente extrañada por la
inesperada petición) Bueno… ¿Se trata de alcohol, verdad? (al ver que él
asiente) Claro, no hay problema (guarda las llaves).
Tanaka abre la puerta de su departamento,
siempre con un orden impecable, e invita a Agatha a tomar asiento en el sofá de
la sala. Él hace lo mismo luego de acercar una botella fría y un par de copas,
en las cuales vierte contenido de un
morado soberbio hasta la mitad. Invita a la extranjera a realizar un brindis
por su próspero y feliz regreso a casa, y ambos beben casi hasta terminar.
Ginzo: Para ser sincero, Agatha-san, creo
que voy a extrañarla. Ha sido una grata compañía en estos días.
Agatha: Gracias por tu sinceridad (extiende
la copa para que él vierta en ella más vino). Creo que yo también hare lo
mismo, pero… esto iba a pasar. Solo podía quedarme dos semanas aquí. Ya cumplí
mi ciclo y debo irme. (Vuelve a beber) Estoy segura de que te acostumbraras a
mi ausencia.
Ginzo: Aunque no lo creo así, espero
hacerlo. Yo tuve muchas relaciones hasta ahora, pero esta es la primera vez que
me siento cerca de una mujer.
Agatha: Es porque… tenemos gustos
similares, y soy un poco más extrovertida que otras mujeres.
Ginzo: Tal vez sea por eso… o porque… Anata
[2] wa Agatha-san desu.
Agatha: ¿Qué dijiste?
Sin palabras de por medio, Ginzo deja la
copa a un lado y se inclina hacia Agatha, apoyando su boca sobre los
gordezuelos labios de la latina. Unos segundos después se aleja, observando el
desconcierto de las joven y lo confunde con cierto desagrado, así que emite
unas rápidas y avergonzadas disculpas, que son aplacadas por ella, quien,
haciendo con su bebida lo mismo que él, le rodea el cuello con un brazos,
estampándole un beso carente de cualquier tipo de pudor. Llevado por este
impulso, él la envuelve en sus brazos y permanecen en el sillón un buen rato,
como si fuesen una sola criatura.
Agatha: (separándose un poco) El sillón es
muy incómodo…
Ginzo: ¿Querés ir al cuarto? (al ver que
ella asiente, se separan un poco más y emprenden el corto camino hasta la
habitación)
Tanaka se quita el saco y Agatha, poseída
por un frenesí, arremete nuevamente contra él, aprisionándolo entre sus brazos
y llevándolo con rapidez hacia la suave superficie del colchón en el que los
dos se tienden. Ginzo vuelve a apartarse para retirar las sandalias negras que
ella llevaba en los pies, mientras que la latina le sustrae el cinturón y comienza
a desabotonar su camisa. Este hombre japonés ya estaba contagiándose de las
maneras de la viajera, quien no presentaba reparo alguno para mostrarse ágil y
precipitada al principio, pero suave y cálida después, sobre todo al final.
Nunca, sin embargo, cedió el control. Ella llevó las riendas todo el tiempo,
hasta quedar satisfecha y dormida junto a él, tapados bajo las mismas sábanas.
Solo el testarudo sonido del timbre la
despertó cerca del mediodía. La arranco del sueño solo a ella pues Ginzo ni fue
afectado. Él seguía tendido allí, así que la extranjera no tuvo mayor problema
en irse silenciosamente, juntando su ropa y vistiéndose con mucha rapidez.
Llego hasta la puerta, impidiendo los ladridos de Nastu, y espía que es lo que
sucede afuera: Charlotte estaba destrozando el porteo eléctrico del edificio,
que tenía una cámara, con sus constantes insistencias. En ese momento recordó
que el sábado acordaron hacer un almuerzo de despedida... y ya eran más de las
doce... Intentó abrir la puerta lo más rápido que pudo, pero Ginzo tenía las
llaves. ¿Debía despertarlo para pedírselas?
Ginzo: (ya despierto y a medio vestir) ¿Qué
es ese ruido?
Agatha: Es... Charly. Le prometí que almorzaría
con ella y las chicas del edificio.
Ginzo: (extiende una mano hacia una caja
montada en la pared, abrió la pequeña puerta y saco el juego de llaves y abre
la puerta) Parece bastante desesperada. Anda a atenderla. Yo abro desde aquí.
Agatha asiente, se despide con amabilidad y
regresa al departamento para cambiarse de ropas a toda velocidad y recibir por
fin a su hermanita.
Charlotte: (entrando al departamento) ¿Sabías
que Tanaka-san dejo las colgado el auricular?
Agatha: ¿Que queres decir?
Charlotte: (apuntándola) despertaste en su
departamento, no te hagas. ¿Qué hiciste? ¿Sabés quién es Tanaka-san?
Agatha: ¿Y que querías que haga? ¿Vos viste
lo que es ese tipo? Me tentó... y yo no iba a desaprovechar la oportunidad...
Charlotte: Los amigos con derechos que
tengas sabes que no me importan demasiado. Pero este hombre... es el jefe de la
perra esa, de Ximena. Es el que me eligió como cara de la marca…
Agatha: Yo pensé que se conocían de
casualidad… (Dándose cuenta) Espera… ¿Ginzo trabaja en el mundo de la moda?
Charlotte: Si, pero desde el marketing. No
lo imagines diseñando, sino haciendo casting de modelos.
Agatha: Me alegro…
Charlotte: Espero que al menos le hayas
hecho para un buen momento.
Agatha: De eso no te quepa ni la menor duda…
Charlotte: Lo que digas, lo que digas.
Duchate así vamos que ya nos están esperando. Yo voy por agua.
Sin mayor problema, Agatha fue al baño después
de escoger una nueva muda, mientras Charlotte descansó en el sofá después de
haber estado parada afuera tanto tiempo. Se torturaba pensando si lo que había
sucedido entre Tanaka y su hermanita la perjudicaría o no. Raramente, otra idea
no venía a su mente. Por ella no estaba demasiado preocupada, esa tarde
partiría a Argentina y ya conocía bien el tipo de relaciones que sostenía con
ciertos amigos. Lo la veía enamorada de Ginzo ni mucho menos. Pero quien se
quedaría en Japón, soportando los acosos de Ximena era la pelirroja, y si podía
contar con algún tipo de contacto que le permita deshacerse de la mujer morena,
bienvenido sea.
Cuando Agatha salió del baño, luciendo más
despierta y radiante, ambas hermanas partieron hacia el edificio: donde ya las
esperaban con una comida abundante para despedir a la viajera y desearle un
buen retorno. Almorzaron omuraisu y shabu shabu, acompañado por mugicha [3] y
anmitsu. La evolución en el manejo de cubiertos por parte de la extranjera,
todo esto debido a las pacientes enseñanzas de Ginzo en las varias cenas y
algunos almuerzos que compartieron durante su estadía, siempre que no iba a
algún bar con pool invitada por el guitarrista de lentes y sus amigos. Ellos
dos, junto con las muchachas y los lugares bonitos que conoció, convirtieron el
vieja en una experiencia inolvidable. Al momento de alzar el vaso para brindar,
ella dedico unas palabras metales a todos, agradeciendo por... alegrar su
permanencia en Japón.
Las seis de la tarde estaban cada vez más
cerca. Mientras las chicas ordenaban silenciosamente el departamento y las
cosas de Agatha dentro de las maletas, poniendo en una de ellas la ropa de
invierno que la viajera les había pedido, esta dormía una linda siesta de una
hora y media. Después de despertó, tomo un buen baño, comió algo con las
muchachas, y ya partieron hacia el aeropuerto, donde la esperaban Shinpei con la
banda, Ginzo y hasta los argentinos,
quienes hicieron muy buenas migas con ella.
Agatha despachó el equipaje sin mucha
dificultad y realizó los tramites de la aduana, mientras sentía un peso en el
corazón por abandonar Tokyo, dejando nuevamente a su hermanita… pero
afortunadamente no estaba sola: contaba con nuevas amigas, con un nuevo “amor
(ustedes y yo sabemos que así es”, y por sobre todo, con Selenia y Megg,
quienes habían cuidado bien de ella hasta ese momento. Charlotte ya le había
contado todos los problemas que tuvieron que atravesar, los cuales le hicieron
notar cuan afortunada era por la compañía que tenía: siempre podía contar con
la simpática protagonista para que la cuide, ayude y relaje, y con la rubia
extranjera para que la anime dulcemente y le comparta sus atinados puntos de vista. "Esas
tres", pensaba Agatha, "realmente se han vuelto amigas".
Ya todo estaba listo, y el avión próximo a
partir. Por el altavoz anunciaban el poco tiempo que quedaba, así que invitaban
a los pasajeros a acercarse para abordarlo.
Agatha: (mirando a todos) Bueno… Las mini
vacaciones terminaron. Es hora de volver a casa.
Shinpei: Agatha… Voy a extrañarte mucho (se
abrazan)
Agatha: (mientras estrecha a nuestro
protagonista de lentes) Ya no seas tan duro con Megg, ella te quiere. Confío en
que la vas a cuidar como hasta ahora. (Se separa de él y lo ve asentir. Luego se
acerca al guitarrista pelilargo) Adiós, Akihide.
Akihide: Que tengas buen viaje, Agatha-san.
(Breve reverencia) Espero que hayas disfrutado tu estadía aquí.
Agatha: (con cierta confidencialidad) Tenés
que estar muy seguro de lo que sentís, porque se te viene algo difícil, yo lo
sé. Pero valdrá la pena, eso no lo dudes. (Se acerca al vocalista) Adiós, Daigo
Naito.
Daigo: Sayonara (pequeño abrazo, termina en
un segundo) Regresa y contá tus aventuras en Japón.
Agatha: Aunque me hayan dicho cosas malas
sobre vos, mi intuición me dice que en verdad sos una buena persona (se acerca
a los argentinos, que la abrazan los tres a la vez) Muchachos, ustedes son unos
copados. Reunámonos en Argentina (a Hernán). Seguí remándola, que vas bien. (A
Diego) Sacate a esa perra de la cabeza (rie al ver su sorpresa. Luego habla a Jonathan)
Vos te mereces a alguien mejor…
Charlotte: (ofendida) ¿Perdón?
Agatha: Me refiero a alguien que lo quiera.
(Se acerca a la morocha protagonista) Te extrañaré, mi compañera de películas (se
abrazan) Cuida de Charlotte y Megg como hasta ahora. Yo sé que vas a estar
bien.
Selenia: (separándose de Agatha, le sonríe con
entusiasmo) Nos vemos en tres meses, amiga.
Agatha: (ahora habla con Megg y se para
frente a ella) Espero que pronto se solucionen tus problemas, amiguita (se
abrazan).
Megg: Gracias, Agatha. Agradezco mucho que
hayas venido. (se separan) Que tengas el mejor de los viajes, y dejale muchos
saludos a mi familia.
Agatha: (frente a su hermana, enumera con
los dedos. En español) Cuidate, pórtate bien, usa forro, decile no a las drogas…
Charlotte: (casi se le abalanza encima)
Che, no exageres. (Se calma) Gracias por venir, Agatha. Lamento haber estado
tanto en la mía y no prestarte la debida atención. (Abraza a su hermana) Te
quiero, hermanita. Que tengas buen viaje, y abrazá a nuestros padres por mí.
Agatha: (corresponde al abrazo) Así lo
hare. (Deja a Charlotte y va a saludar a las muchachas japonesas) Chicas, cuídense
mucho.
Maya: (al borde de las lágrimas) Vamos a
extrañarte, Agatha-san.
Agatha: No llores. (a las tres) Entiendo
por qué las chicas se volvieron amigas de ustedes, son muy buenas personas.
Tsugumi: Que tengas buen viaje, Agatha-san.
Atsuko: Y aprovecha todo lo que aprendiste aquí.
Come mucho sushi.
Agatha: Lo haré su puedo. (Ahora va hacia
Ginzo) De todas las personas que conocí aquí, sos unas de las mejores. Muchas
gracias, Ginzo.
Ginzo: Yo gradezco el poder conocerte,
Agatha… Me mostraste un tipo de gente… que lamentablemente desconocía hasta
ahora. (Le dedica una breve reverencia) Adiós… y que tengas un viaje tranquilo.
Agatha: (lo abraza rápidamente) Gracias. (Se
separa de él con igual velocidad) Muchas gracias a todos por venir.
La extranjera comienza a acercarse la zona
de embarque, donde entrega su pasaje y pasaporte. Se los devuelven segundos después,
deseándole buen viaje en japonés. Ya camina hacia las escaleras mecánicas,
dando antes media vuelta para saludar a los lejos. No había mucha fila,
afortunadamente, o la mayor parte de la gente ya había abordado. Presenta por última
vez su documentación antes de subir al avión, despidiéndose de Japón, de las
protagonistas, y de todas las personas agradables que conoció. “Agatha”, se
decía, “esta vez sí que fuiste lejos…”
Día lunes, por la mañana.
Kishimoto: (molesto) A partir de ahora, les
prohíbo los hombres.
Megg: (extrañada) ¿A qué se refiere?
Charlotte: (indignada) No, sensee. Eso no
puede prohibirlo. Nosotras estamos cuidando nuestra conducta, pero no puede
decirnos eso. Tenemos derecho a llevar la vida que lleva cualquier mujer.
Kishimoto: (apunta a la pelirroja) Usted
tuvo el descaro de meter un hombre al edificio, a un lugar donde viven chicas
decentes. (Ahora, a Megg) Y usted fue capaz de ir a buscar a un hombre a su
trabajo, causando revuelo. Si yo me entere de todo esto, cualquiera puede
hacerlo. Y yo no permitiré que ustedes ensucien la reputación de esta
universidad. ¿Quedó claro? Si vuelvo a enterarme de que tienen enredos con
hombres… elevaré mi informe y las haré echar de inmediato. (Indica hacia la
puerta) Ahora abandonen mi oficina antes de que pierda la poca paciencia que me
queda.
Las dos muchachas salen de allí rápidamente,
sin necesidad de alguna repetición. En sus rostros es evidente la angustia que
sienten por las palabras del preceptor, captada por los compañeros que aguardaban,
expectantes y evidentemente satisfechos, a la salida de la oficina. Mientras avanzaban,
oían múltiples murmuraciones contra ellas, llenas de exageraciones y mentiras. ¿Hasta
cuándo podrían soportar esa situación, ser el ojo de la tormenta todo el
tiempo, las víctimas de los chismes y comentarios por lo bajo? Al menos Selenia
se salvó esta vez, evitó los problemas, y como no tenía enredos con hombres,
quedo fuera de la mirada aguda de Kishimoto, pero lo mismo no sucedió con sus
amigas, cuya “nula” dignidad estaba en boca de todos.
Nuestras protagonistas no quisieron hablar
de ello por el momento, y evitaron el tema con Selenia y con las demás muchachas
del edificio, aunque su pesar era muy evidente. Para no empeorar las cosas, las
chicas decidieron callar los chismes que habían escuchado, y conversaban de
asuntos triviales, intentando lucir animadas y levantar los entusiasmos decaídos
de Charlotte y Megg.
Llegó la hora del trabajo. Charlotte acudió
a los ensayos para el desfile, que se realizarían en dos horas por semana. Luego,
fue a White Dream, una subagencia de Being group, mismo de ZR, que manejaría su
incipiente carrera en el mundo del modelaje y que, para “colmo” (es como una
bendición mezclada) tenía su sede en el mimo edificio que la productora, unos
pisos arriba. A Megg le tocaba permanecer más lejos, en la tienda de discos, preguntándose
cómo haría para acercarse a Shinpei sin correr el riesgo de perder el
intercambio y la beca. Selenia, por su parte, tuvo que ver como Obatta,
enterado de los rumores, plantaba tremendo sermón a Shinpei y Akihide, en favor
de la decencia de la rubia y la pelirroja. Ustedes se la pasan tentando a dos
muchachas extranjeras que necesitan esta oportunidad para comenzar su
desarrollo profesional, les decía. Seguramente Kishimoto, sabiendo quienes eran
los hombres “enredados” con las muchachas, llamó a ZR para advertir… Maldito
metiche, pensó la morocha, por eso estaban depres las muchachas.
Daigo: (con curiosidad, a Selenia) ¿A vos también
te prohibieron los hombres?
Selenia: Ni falta hace. Estoy más sola que huérfano
en navidad, pero eso no me molesta.
Daigo: Esto es el colmo del ridículo. ¿Prohibir
los hombres? Ese tal Kishimoto debe ser tan amargado como Oba-san.
Obatta: (a lo lejos) ¡Te escuche!
Daigo: No me importa. (A Selenia) que tus
amigas esperen un tiempo prudencial, hasta que la situación se calme.
Selenia: Las muchachas están cansadas de
todos esto… no lo sé, pero lo imagino. Siempre hay un obstáculo… Es muy duro.
Daigo: Se supone que así es todo en la
vida. Si la gente se rindiera tan fácilmente, tendríamos una sociedad llena de
improductividad.
Obatta: Cállense y vengan aquí. Tenemos que
sacarles las medidas para los trajes del Spring Fest. Empezaremos hoy con los
artistas de la casa, el miércoles y jueves llegarán los extranjeros. Recuerden que
el viernes hay un tema de arriba que yo no manejo, así que no habrá jornada de
trabajo. (golpea las palmas) A trabajar.
Durante varias horas, Selenia se la pasó
anotando las medidas de cada uno de los artistas de ZR, Fusanosuke Kondo, Chii
Mimoto, Jass Mine, Keiko Utoku, Ryu, Dimension, Feel so bad, Cosmoquad, Air
Jazz, Spica y Crazy Dogs [4], y por supuesto, Breakerz. Con los dedos
entumecidos de tanto escribir, y la garganta seca pro repetir toda la
información a Obatta, nuestra protagonista salió de la oficina para beber algo,
y después de obtener una lata, planeaba dar un cómodo paseo por los pasillos
hasta deshacerse de la tensión. Pero su recorrido no duró demasiado, ya que
poco antes de la mitad, se le apareció Daigo Naito, quien le pidió que lo
acompañe a un lugar. Después de asegurarse de que no estaba detrás de ello su
familia, sobre todo la madre, accedió a acompañarlo sin demasiada seguridad.
Digno hijo de Naito-sama, siempre sale con alguna sorpresa.
Los dos entraron al ascensor, y Daigo apretó
el botón del último piso, así que aguardaron en un silencio incómodo que
termine el recorrido del elevador. Cuando se abrieron las puertas metálicas,
ambos salieron de allí, el silencio continuaba. Ya se tronaba a una situación
demasiado incómoda, Selenia estaba a punto de romper el hielo estrepitosamente,
pero las palabras murieron antes de salir de su boca una vez que el vocalista despejó
el acceso a la terraza, que tenía una vista espectacular de la ciudad.
Selenia: (camina rápido hasta el borde del
techo, protegido con barandas) ¡Wow! Que buena vista.
Daigo: Hace bastante que no vengo por aquí,
serán ocho meses. Vengo cada vez que necesito ver a toda esa gente pequeña…
iguales a mí de cierta forma.
Selenia: (extrañada) ¿Para sentir que tus problemas
no son tan graves?
Daigo: (acercándose a ella, se para a su lado)
¿Sabés por qué te pedi que me ayudes a sacar las cosas de Anna del
departamento?
Selenia: (piensa) No sé. Tal vez necesitas
una patada para decidirte, y es muy seguro que yo te la dé.
Daigo: (negando con la cabeza) No. (se
torna serio) Escuchame bien, Serenia Gonsaresu… (Nuestra protagonista siente escalofríos)
a partir de este momento, entre nosotros no existirán secretos y siempre nos
hablaremos con la verdad, ¿entendido?
Selenia: Eso no es difícil para mí… Casi
siempre lo hago.
Daigo: ¿Sabés a qué me refiero cuando digo
esto?
Selenia: (trata de deducir que piensa Daigo
mirándolo a los ojos) Ah… (Parece encontrar su respuesta) Ya entendí… entendí…
(Palmea su hombro) Tomodachi desu [5].
Daigo: No. No me refiero a eso. No tiene
que ver con la amistad lo que estoy proponiendo.
Selenia: (lo piensa más) Entonces… ¿por qué…?
(comienza a mirar hacia todos lados, a Daigo, al resto del mundo, con ojos bien
atentos) ¿Dónde está? ¿Dónde está la cámara oculta?
Daigo: (extrañado) ¿Qué cámara oculta?
(intenta sujetar a Selenia, pero esta se mueve demasiado rápidamente para su
gusto. Después de varios intentos, por fin pudo agarrarla, e inmediatamente la
rodeo con los brazos, para total sorpresa de esta) ¿Ahora lo entendés?
Selenia escucha los acelerados latidos del
corazón del cantante como si se trataran de los suyos, también desaforados, más
aún con lo que estaba sucediendo. Un leve temblor comenzó a apoderarse de todo
su cuerpo, pero no tenía que ver con el temor, sin con un manojo de nervios. Él
también estaban nerviosos, los dos estaban siendo sacudidos por las mismas
sensaciones. ¿Desde cuando… desde que momento… la distancia entre ellos se
convirtió en algo meramente físico? La morocha levantó la vista y se encontró con
los ojos de cantante fijos sobre los suyos, llenos de una intensidad que no
había visto hasta entonces. Ella no sabía qué hacer. Estaba paralizada por el
nerviosismo, intentando contener sus deseos truncados para que no se apoderen
de su voluntad. Daigo la tenía hipnotizada y presa entre sus brazos al mismo
tiempo, pero lentamente la dejó libre, sujetando ahora solo su rostro. Selenia
no se movía, permanecía en la misma posición como una estatua, y solo dejó caer
lentamente sus párpados superiores a medida que el vocalista acercaba su rostro…
y juntaba sus carnosos labios con los de ella.
Selenia le rodeó el cuello y los hombros
con sus brazos lentamente y sin vacilar. Ustedes, incluso yo, podemos
preguntarnos si está bien lo que hace, pero ella no indaga sobre sus
reacciones. Solo es arrastrada por aquellos deseos que muy en el fondo guardaba
para sí misma, idénticos a los que Daigo venía conteniendo desde hace un buen
tiempo… hasta que dijo basta. Ya no podía seguir ocultando lo que sentía por
nuestra morocha protagonista. No se trataba de una mujer bella como las que él escogía,
ni tenía el cuerpo delgado que prefería. Tampoco era muy femenina en su forma
de comportarse o de hablar. Es más, él estaba inclinado hacia chicas calladas y
serenas, todo lo contrario a la simpática extranjera... ¿entonces por qué? Solía
preguntarse, pero simplemente no había explicación. Sentía lo que sentía y
punto. Ya no iba a esconderlo más, y menos después de haberse dado cuenta de
que Selenia y Anna no tenían parecido alguno.
Selenia: (luego de un rato en silencio)
Quisiera aclara una cosita: ¿Yo quedaría ahora como las chicas de los sábados?
Porque si es así, paso.
Daigo: No. Generalmente son ellas las que
vienen a seducirme.
Selenia: (extrañada) Y Saori-san?
Daigo: Eso fue lunes, no sábado (antes de
que Selenia replique). Si, hoy es lunes, pero de todas formas esto y eso no son
lo mismo.
Selenia: ¿Cuál es la diferencia…? (recuerda)
Ahh (se muestra seria) Yo sé tus intenciones y no te creo.
Daigo: Yo no le mentí… y (se agarra de la
cabeza) ¿por qué las mujeres necesitan poner todo en palabras? Acabo de pedirte
que confíes en mí y seas honesta conmigo, asumiendo que yo voy a hacer lo mismo.
Nos besamos… ¿eso tiene algún sentido para vos?
Selenia: (reflexiona) Creo que... ahora t
entiendo… ¿Pero que va a pasar si te llaman las mujeres de los sábados? No lo
pregunto por celos, sino que… puede resultar muy incómodo para mí.
Daigo: Si te sirve esto, no estuve con
mujeres los últimos cuatro… las últimas cuatro semanas.
Selenia: Debe ser duro, ¿verdad?
Daigo: (sujeta repentinamente el rostro de
nuestra protagonista y la besa) No demasiado. Ocurrió algo que me hizo cambiar
de opinión respecto a eso, y no tiene que ver con mi familia… Ni con
posibilidades de tener sida, yo siempre me cuido. Solo que… Me di cuenta de que
es algo muy banal y vacío que no tiene sentido.
Selenia: Creo que entiendo… (Cambia de tema,
con entusiasmo) Hoy y mañana son los últimos episodios del dorama, así que podre ir después a ayudarte
con lo del departamento…
Daigo: No. Lo dejaremos para el viernes.
Ese día no hay trabajo.
Después de decir eso, Daigo recibió un
mensaje al celular, en el que Shinpei le preguntaba si vio a Selenia, pues
Obatta la estaba buscando. Por esto, ambos tuvieron que regresar a la oficina
del encargado de vestuario. ¿Que pretendía este hombre? “Cuidar” a Selenia de
la tentación que implicaban los asiáticos para que no reciba una prohibición
como Meggara y Charlotte, así que… le dejaba los días miércoles y jueves libres
para que no vea a los artistas extranjeros. Si Obatta supiera que el cuidado
llegó muy tarde… Ante tal noticia, la morocha protagonista pregunto al
vocalista de Breakerz si seguía en pie lo del viernes o podían adelantar, pero como
él si tenía que trabajar, no modificaron la fecha.
El martes hubo trabajo normal, apuntando
medidas hasta que se le entumeció la mano, y tuvo la última oportunidad semanal
de ir hasta a la terraza del edificio para hablar con Daigo, algo que cambió drásticamente
desde ese lunes. Selenia no había hablado con sus amigas de lo acontecido con
el vocalista, pues ni siquiera ella entendía bien lo que sucedió. Además, después
de que ellas recibido semejante prohibición truncadora de romances, no tenía
idea de cómo reaccionarían. Quizás les parecería injusto, o no estarían de
acuerdo y la cuestionarían, dada la imagen que tenían ellas del soberbio
protagonista. En cierta forma, Selenia aún no era consciente de que tanto la
rubia como la pelirroja cambiaron lo que pensaban de él; tiene algo bueno, se
decían.
En público, Daigo apenas tenía tiempo de
mirarla, pero en la terraza podía mostrarse menos distante, incluso se acercaba
para tener contacto con ella, situación que se la hacía cada vez más cómoda, y además
le demostraba cuales eran las intenciones del vocalista. Sin embargo, si estaba
equivocándose, sabía bien que la última decisión estaba en sus manos y en su conciencia.
Daigo: (antes de que tengan que regresar de
la terraza, le extiende un celular) Toma. Es para Charotte, de parte de
Akihide. Con esto de la prohibición, es mejor que no se vean por un tiempo. Pero
no hay problemas con los mensajes y las llamadas, ¿o sí?
Selenia: (emocionada, agarra el celular)
Que buena idea… ¡Aki-san es un genio!
Daigo: Yo le sugerí que lo haga, ¿sabes?
Selenia: ¡Entonces sos un genio! Cuando se
lo dé a Charlotte va a ponerse muy contenta.
Daigo: Las cosas van a mejorar. En cuanto a
Shinpei, él está más tranquilo ahora, y sabe que con la prohibición Meggara no
se le puede acercar, pero ya idearemos algo.
Durante miércoles y jueves, Selenia se la
pasó leyendo y preguntándose involuntariamente que estaría pasando en ZR, y qué
artistas internacionales estaban realizando mediciones para Obatta, quien lo
ayudaba con eso, entre otras cosas (que tan buenos estaban, etc… Ah, sí,
también pensó en Daigo). Un día después de recibir el teléfono, Charlotte
contestó la primera llamada de Akihide, con una ansiedad que asustaba, pero que
no espantó al guitarrista, bastante contento de poder hablarle. Megg ya había
terminado su tarea semanal, y se la pasaba investigando una receta en internet
y practicando con la cocinera… ¿Qué tramaba esta rubia protagonista?
¡¡Llegamos al viernes!! La parte culminante
y picante del capítulo. El edificio donde había vivido Anna y Daigo era muy
alto, pero parecía menos lujoso que el que compartía la banda. Lucía
perfectamente normal, como el que elegiría cualquier familia. Raro para
tratarse de quien se trataba. El vocalista no le permitía husmear demasiado, ya
que su idea era sacar los recuerdos rápidamente para poder vender ese
departamento y dejar atrás aquella dolorosa historia.
Subieron en el elevador hasta el piso
decimoquinto, y de allí caminaron unos metros por el pasillo. Apenas vio la
puerta del departamento, Selenia se sintió invadida por un mal presentimiento,
como si en aquel lugar fuese a ocurrir algo malo. Había energía negativa en ese
lugar, y esta se expandió, según las sensaciones de nuestra protagonista, una
vez que Daigo abrió la puerta… y se mostró extrañado. Todo estaba a oscuro, con
las ventanas cerradas y las cortinas cubriendo la luz. El vocalista tuvo que
encender la lámpara eléctrica, solo para ver el desorden: objetos en el suelo o
dispersos por allí y allá, papeles y fotografías en la pared, como si hace poco
tiempo alguien hubiese habitado el lugar.
Avanzaron lentamente, sorprendidos por lo
que veían. El vocalista murmuraba que la última vez que estuvo allí, hacía ya
dos meses, el orden era impecable. Daigo pidió a Selenia que lo espere cerca de
la entrada mientras él revisaba el resto del departamento. Quitando la sala,
conectada con la cocina y el comedor, el resto del lugar estaba en perfecto
estado. Nada fuera de lugar, pero sí sumido en la oscuridad.
Daigo: (regresando a la sala, donde
aguardaba Selenia, inquieta, pues ya comenzaba a juntas los objetos esparcidos
por el piso) En la habitación (indica hacia atrás de él), dentro del ropero,
hay unas cajas con cosas y Anna y fotografías suyas en la pared. Sacalas de ahí
y ponelas en las cajas.
Selenia asiente y va lo más rápido que
puede hasta allí. Para ella, el aire del lugar estaba viciado, no quería permanecer
mucho tiempo en ese departamento, pues sentía incluso que le costaba respirar. Así
que tomo las cajas, se acercó a la pared donde estaban las fotografías, agarro
la primera… y sin darse cuenta, comenzó a verlas una por una… Anna sí que era
bonita. Tenía una belleza atípica que podía resultar muy llamativa. Y podía
gesticular muy bien, sus muecas resultaban muy divertidas. Ya había retirado
todas de la pared, pero se quedó mirándolas como hipnotizada. Por las imágenes que
vio entre Daigo y la muchacha, notó que había compartido recuerdos muy felices
en ese hogar. Si, era todo un hogar. Aunque no estuviesen sonriendo, se notaba
la dicha que compartían. El vocalista lucía muy diferente en aquel pasado a
solo dos años de distancia. Era un hombre competo, nada le faltaba, tenía el
mundo entero cuando estaba con Anna… y todas estas visiones provocaron que
nuestra protagonista sonría dolorosamente para sí misma, preguntándose si algún
esa felicidad… que quedaría solo en las fotografías.
Apenas escuchó unos pasos acercarse, guardó todo en las
cajas, excepto una fotografía terca que se quedó en su mano, mientras las
apilaba, murmuraba a nuestro soberbio protagonista que la mujer de su pasado,
Anna, era muy bonita. Como no escucho una respuesta, guió sus ojos hacia el
umbral de la puerta, donde una muchacha de cabellos negros, lacios y largos la
observaba en silencio. Tenía un rostro muy bello, pero con expresión triste… y
le resultaba muy familiar…Selenia desvió inconscientemente la vista hacia
aquella imagen obstinada, en la cual estaba… la chica que continuaba observándola
fijamente.
Dentro del pecho de Selenia, su corazón
casi salta, comenzó a galopar con muchísima velocidad, acompañado de un sudor
frío en todo el cuerpo, respiración entrecortada y un temblor en las piernas que
le hace perder el equilibrio. La muerta estaba allí, mirándola llena de dolor, mientras
que su cabello y la ropa negra que llevaba se fusionaban con la oscuridad del
pasillo, a tal punto que se volvía una especia de cabeza flotante. La muerta
adelanto un paso y apoyó su mano en el umbral, empeorando las sensaciones de
nuestra protagonista, quien quisiera alertar a Daigo, pero tiene las cuerdas
vocales dormidas. Siquiera un sonido gutural brotaba de su boca.
Anna: (murmurando suavemente) ¿Quién sos?
Selenia: (reactivada, pero aún muerta de
miedo) Da… Daigo-sama.
Daigo: (desde la sala, mira hacia el
pasillo) ¿Qué sucede?
Desde donde está, distingue la silueta que
ahora lo observa y que poco a poco le resulta más y más familiar… hasta que
comprende de qué… o de quien se trata. Retrocede un paso, pero inmediatamente
lo rehace, sintiendo la necesidad de acercarse y comprobar si se trataba de una
ilusión, pero eso no fue necesario ni permitido. La muerta lo vio, y en su
rostro de dibujo una expresión de miedo, corrió en dirección la vocalista y
cuando estuvo cerca de él, cambio de dirección y huyo por la entrada principal.
Nuestro protagonista se quedó paralizado por la impresión y también por el
susto de ver a Anna acercarse tan rápidamente, sabiendo que… ella ya no
pertenecía a este mundo. Mientas tanto, al ver que el fantasma corría hacia Daigo,
pero sin sentir sus pasos, Selenia se alarmó, la inquietud reemplazó al temor,
y se apresuró a llegar a la sala para ver lo que había sucedido. ¿Dónde estaba
la muerta?
Selenia: (intentando hacer reaccionar al
pasmado vocalista) Daigo-sama… Salgamos de aquí.
Daigo: ¿La viste? Ella estaba aquí… aquí mismo.
Ella desordenó todo esto.
Selenia: Vámonos antes de que el fantasma
regrese (tira de uno de los brazos de Daigo) Vamos.
Daigo: No, ella no es un fantasma. Ella…
Selenia: (Lo zamarrea) Daigo-sama, ella
está muerta desde hace dos años. Lo que vimos es un fantasma, vayámonos de
aquí.
Daigo: (reaccionando) Es verdad… Anna está
muerta. (Agarra a Selenia por un brazo) No permanezcamos más tiempo en este
lugar.
Juntos abandonan el edificio y se acercan
hasta el automóvil del vocalista a toda prisa, todavía dominados por la
impresión… ¿Lo que vieron era real? ¿En verdad se trataba del espectro de Anna
que llegó allí para evitar que retiren sus cosas? ¿Por qué apareció primero
ante Selenia? ¿Acaso ese era el motivo, la nueva relación de Daigo despertó su
furia? Tantas películas asiáticas de fantasmas tenían sus repercusiones en
ellos, pues durante el camino miraban hacia todos lados, no sea que el del vehículo
de al lado sea Anna, o la señora que paseaba
a un niño… cualquiera podía transformarse en ella dentro de sus mentes
invadidas de paranoia.
Selenia: Daigo-sama… ¿Y ese bolso? ¿Te vas de
viaje?
Daigo: (tranquilo) Debo dejar esto en un Yate.
Acompañame.
Selenia: Bueno, de paso miro el mar.
Todo estaba muy bien, caminaron relajándose
un poco con el sonido de las olas, el olor a mar, a arena, el atardecer
anaranjado volviéndose azul y las primeras estrellas en el cielo, aunque estas también
indiquen que la oscuridad es próxima. Daigo se acercó a uno de los yates amarrados
al puerto, en el cual un hombre lo reconoció y le permite la entrada. Selenia espero
un momento afuera hasta que el vocalista la llamó para que entre también. Ella accedió
no muy convencida, por esto no avanzó mucho más. Vio a nuestro protagonista
regresar sin su bolso… otro detalle extraño.
Daigo: En marcha.
Selenia entendió que ya debían retirarse de
allí, así que emprendió camino a la salida… Pero vio al hombre que los recibió
desamarra el yate, que comenzaba a separarse del puerto…
Selenia: (acercándose a Daigo) Que detengan
esto, yo todavía no me baje.
Daigo: (un poco más animado) ¿Te gustaría pasar
un fin de semana en Hakodate?
Aclaraciones:
1 ¿Honto? O ¿Honto ni? Es ¿Verdad?
2 Anata es un tú muy cercano, se utiliza
para hablar entre personas que tiene una relación de estrecha confianza, por
ejemplo: entre novios que conviven. En este caso, Ginzo está mostrando su
predisposición hacia Agatha.
3 Mugicha: tisana hecha de cebada tostada,
el té suele
considerarse una bebida refrescante de verano en Japón, pero aquí hacemos una
excepción. La tisana es una bebida que se consigue al hervir determinadas
combinaciones de hierbas o especias en agua.
4 Son artistas de Zain Records.
5 Tomodachi: amigo/a
Que final tan prometedor! :DDDDDD
ResponderBorrarDefinitivamente las cosas se ponen cada vez mas picantes xDD YUPIIII! (Ya era hora)
Siii xD Por fin grandes avances entre Daigo y Selenia! :3 Me guuuusta ! Daigo cada vez para mejor (es bueno saber que tiene actos solidarios) y siiiii por fin reconocio lo q le pasaba con Se-chan! Me siento emocionada...
En cuanto a Megg y Shinpei...u.u que mal que todavia no arreglen las cosas, i feel blue :( but...al menos pudieron hablar y ya soltar todo de una vez (estaria re copete q la proxima vez que hablen cara a cara Megg se saque y lo bese xDDD Weeee...com siempre yo y mis pensamientos porno) Aunque con lo de la prohibicion no se como se las ingeniara :/ Confio en los master pairings de Daigo y Selenia ;) Genios!
y si creias que IBA A DEJAR PASAR la fogosa escena de Agatha y Ginzo ESTAS EQUIVOCADA....
OH POR DIOS O.O ...te juro que cuando lo leia...yo estaba "ufff...ufff...." Supongo que Agatha es MI NUEVA IDOLA! ;) Eso chica, toma las riendas de la relacion, yijà!! (me re saque nomas te digo)
Awwwwww esa despedida de Agatha fue tan conmovedora! snif snif!! :`)
Mmmmmm las cosas entre Atsuko y Joni se estan poniendo interesantes...creo que Atsuko la esta aflojando un poco, bien por Joni ;)
Bueno, esperando ansiosa el siguiente cap!
P/D: La parte "Daigo: (rodea los hombros de Akihide con un brazo) Aclarame una duda, entonces: El busto de Charotte es puro push up, ¿verdad? Porque una chica tan delgada no puede tener todo eso" me descuartizo de la risa. Tremendo que es Daigo!! A Aki y a Charly les toco ser la pareja graciosa esta vuelta xD Divinos :3
Hola!!! Gracias por el comentario casi instantáneo!!
BorrarYa que me decido por fin a responder, debo decir que hace rato las cosas están picantes!! Yeah!
Ya había advertido que Daigo no era todo lo que mostraba, los engañe!! Hay mas de él para ver aún.
La reconciliación de Shinpei Megg llegará pronto, y los dejará satisféchos!
Pronto habrá mas de Atsuko y Hernan! Wait.
En cuanto a la fogosa escena, me alegra que te haya gustado, aunque no fue muy sentimental el asunto
En fin, Gracias nuevamente por la fidelidad!!!
Sayonara!!!
Hola! Como estas?
ResponderBorrarooh me encanto la foto de Daigo *_* nunca la habia visto, perdon no me babeo mas y me pongo a contestar XD jaja
Me alegra que por fin Daigo y Selenia pudieran hablar en serio, abrirse ambos y entenderse, se acercaron mucho y eso me encanta! y de una conversacion tan seria salta con lo del rey del j-rock jajaja es un genio xD
Ay me imagine a Akihide lleno de hojas y con una rama en la cabeza y me tente mucho, ajajjaja pobre, aunque que este dispuesto a tirarse por una ventana del segundo piso para que Charlotte no tenga problemas es muy tierno, suicida pero tierno ajajja No se puede enojar por las burlas, es imposible no reirse de la situacion, si no le pasa a uno claro :P
La duda de Daigo por el busto de Charlotte fue genial, y mori de risa con su "yo no las tengo tan grandes" me lo imagine con pose afeminada XD ajjajaja
Maya se quiere levantar a joni? uuu yo preferia a KyunHo, va a tener que apurarse antes que lo cambie por otro , u otra, con Maya nunca se sabe xD
Me gusto lo que le hizo Atsuko a Hernan jajaja pero el chico la sigue remando no se rinde, estoy segura que tanta insistencia va a dar sus frutos!
Shinpei le confeso que la amaba!! Bueno estaba mas que claro pero no esta mal que se lo diga sin vueltas, para que Megg no tenga dudas, lastima que ella no la dejo seguir hablando para escucharla a ella decirle lo que sentia :( Me gusto la actitud decidida de Megg igual, espero puedan arreglarse pronto estos dos...
Me encanto la escena de Agatha y Ginzo, lastima que no se animara a encararla antes, tuvo que esperar al ultimo dia pero bueno fue una buena despedida XD Aunque no me esperara que el trabajara con Charlotte
La despedida con todos fue muy linda, me habia encariñado con el personaje de Agatha se la va a extrañar! Me encantaron los consejos a su hermana jaja
EH?? prohibirle los hombres?! Este tipo es un exagerado! pobres chicas de verdad no pegan una u.u Pero como se entera de todo tan rapido? Es como un dios esta en todos lados, ve y escucha todo :O Kishimoto me asusta ya! jajajaj xD
Por fin Daigo te jugaste! No me lo esperaba, crei que iba a dar mas vueltas jaja asique me encanto, y como se lo dijo sin vueltas, demostrandole sus sentimientos con sinceridad <3 me imagino la sorpresa de Se-chan
Ahora si no estuvo con nadie en 4 semanas, entonces con Saori no paso nada? o ya no pasa y paso antes ... O_o me hago quilombo con las fechas jajaja
Que dificil habra sido decidirse y sacar las cosas de Anna del departamento, y peor todavia verla! No me extraña la sorpresa, va el susto que se pegaron! Como para no salir corriendo... Me pregunto que hara Anna ahora que la vio :/
Un fin de semana juntos?? Genio Daigooo, ya quiero ver que pasa
Me encanto el capitulo, como siempre!! A esperar el proximo :D
Saludos!
Hola!!! Aqui todo bien, y vos?
BorrarNo me molesta que se babeen por mi Daigo, (XDD) asi qu podes seguir tranqui.
Creo que nadie esperaba ese acercamiento, y que estos dos sean la primera pareja formada, los sorprendí, verdad?
Fue muy gracioso escribir lo de Akihide, que bueno que te gustó! y me parece que las jodas eran necesarias, jejeh.poderoso el chiquitin!
Tengo preparados unoso interesantes enredos con Meye y Joni, preparense!
Shinpei sigue enamorado de Megg, pero ya no confía en ella (ese es el problema). Podrá ella recuperar su confianza??
Fue muy dificil escribir la escena de Agaha y Ginzo, porque no quería que sea sentimental. Que bueno que te gusto. Pero si hubo esto de ellos... Preparate para las de los protas!!
Kishimoto se entera de todo por chismes... asi que yo temería a los chismosos...
apareció el terror japones!!! Seguirá en el proximo cap?? Jejeh
Para lo del fin de semana, espera hasta el 19!! Estará imperdible!!
Mil gracias por seguir la historia tan fielmente!!!
Sayonara!!!
P/D: probaste otros sabores de ramen??
Me alegro que estes bien, yo tambien bien :)
Borrarjaja es imposible no babiarse con Daigo (aunque mi debilidad es Akihide) pero prometo mirar y no tocar sin permiso XD
Cuando sea el turno de las protagonistas, yo que ellas me fijaria bien que no este espiando kishimoto en algun rinconcito :O jajajaja
No no probe, hace rato no como ramen, le tengo ganas al de carne ... ese va a ser el proximo! xD
De a poco fui entendiendo la charla, entre Daigo y Selenia, la del principio. :S
ResponderBorrarJaaa asi que Daigo quiere que Selenia le ayude a "sacar" los recuerdos de Anna del dto en Shibuya.... Mmm y de su corazón me imagino.(jaaaa al final le atiné)
Daigo y Shinpei: "epa epa". Jajaja como lo molestan al pobre Akihime xD (esa que también le molestaba) como siempre me gustan sus charlas.
Que buena onda Daigo con Megg, pulgar arriba."Carnada para babosos" jajajja xD
No sé porque, pero no me los imagino bailando a ninguno jajaja
"Atsuko: Ellas quieren acostarse con algún extranjero, yo te estaba haciendo un favor.
Hernán: (como pensando) Eso querían, ¿eh? Bueno, las veo luego (se va)" Ese Hernán es un genio ;)
Momento de la "camisa" mojada de Shinpei (momento baba) genial, genial, muejeje, aunque si me pongo a pensar se me hace raro que Shinpei se pusiera camisa, que le habrá pasado???
Weee como que Megg la pasa mal cuando va a ir a bailar. Yo que ella ya no salgo jaja.
Agatha: Se trata de alcohol verdad? Claro, no hay problema" Oh mai gad esta Agatha...Pero que nochecita se mando con Ginzo y la verdad que si esta papasote (amoooo a Kaname Jun)
Y se fue nomás... Uuuuyyy casi lloré (no me gustan las despedidas posta) TT_TT
Otra vez regañaron a las muchachas puuucha este preceptor entrometido, metiche, como dice Selenia por Oba-san. Jajaja Obatta: (a lo lejos) Te escuche jajajajja me hizo acordar a esto http://www.youtube.com/watch?v=w-A58Bof3mU
Moooorrtaaaaaaal el beso de esos dos (Daigo y Selenia) me encanto, todo hasta la charla después ajjajaaj xD GENIAL.
oOOOOH por Dios que tremendo cagaso con el "fantasma" de Anna hasta yo me asusté. Yo que Selenia estaría rezando todo el rosario bien rapido y persignandome una y otra vez. Y lo del viaje del final me dejo muy WTF?? Bueno por lo menos no la lleva al Caribe en invierno. Vos me entendés.Las 5 horas que la pasé leyendo no estuvieron mal, ay ya enserio acortale los caps pueeee ¬¬. EXCELENTE!!!!!