Un mes antes:
Sin que se diera cuenta, se había hecho muy tarde. Hace un buen rato llegó del trabajo y cuando estaba cerca la hora de relajarse con su nuevo programa de televisión favorito, notó que no tenía mas bocadillos con los cuales acompañar ese momento... La misma historia de todas las semanas. Subió rápidamente hasta la habitación que compartía con sus amigas, quienes estaban muy entretenidas con una revista de moda.
Charlotte: (viendo que Selenia estaba buscando su billetera) ¿Vas a algún lado?
Selenia: Si, se me acabó la comida, voy por un poco más a combini.
Megg: Tene cuidado con el pervertido.
Selenia: ¿Qué pervertido?
Charlotte: Nada, que hay un pervertido en la zona, amenaza a las chicas con un cuchillo y les roba... (en voz baja) la bombacha [ropa interior inferior femenina, también llamadas panties o bragas]
Selenia: (sorprendida por lo bizarro del asunto) ¿Qué?
Megg: Se les aparece por detrás, poniéndoles un cuchillo cerca de la garganta, y les pide que se bajen la ropa interior y se la den. Siempre ataca a chicas con falda, por eso te aviso.
Selenia: Es perfecto, que me ataque ese pervertido, así lo atrapo y lo entrego a la policía. Ya tengo experiencia en eso.
Charlotte: (a modo de broma) Les presento a Selenia González, defensora de las mujeres en peligro (como ve que su amiga, en vez de enojarse, comienza a saludar a un público imaginario). No existe el príncipe azul, existe Selenia González.
Megg: Dejense de payasadas. El tipo tiene un arma, puede ser peligroso.
Selenia: Yo también soy peligrosa. (a su amiga rubia, con un torpe guiño) I'm a bad girl, baby [soy una chica mala, nena] (sale)
Un pervertido, ¿eh? Realmente deseaba cruzárselo y darle su merecido, para librar a toda la zona de una alimaña tan repulsiva, que merecía con creces cualquier tipo de tortu... escarmiento, escarmiento... Otra vez sus pensamientos se tornaban hacia la violencia...
En el combini de siempre, ubicado a unas pocas cuadras, Selenia no pudo encontrar lo que buscaba, al parecer alguien tan tacaño como ella [en Japón, los productos frescos como lácteos y frutas, a medida que se cerca la hora de cierre de las tiendas, pueden conseguirse incluso hasta un 50% mas barato, porque "ya no son nuevos"] ya lo había comprado un poco antes; así que tuvo que caminar un poco más, observando cautelosamente si había algún hombre sospechoso por allí, tanto que casi tropieza con una chica por no observar su camino.
Muchacha: Gonsaresu, ¿Qué haces vagando a estas horas?
Selenia: (reconoce a la muchacha) Delegada... No estoy vagando, estoy yendo al combini y vos también estarías vagando, ¿no?
Nadeshiko: (le muestra un libro) Estoy regresando a mi casa después de retirar un libro que había prestado.
Selenia: Ah... ¿Delegada, no te da miedo andar con es faldita si hay un pervertido suelto.?
Nadeshiko: No me asustan los pervertidos. Es más, si me encuentro con el de esta zona, voy a detenerlo.
Selenia: (entusiasmada) Ah, que valiente, Delegada. Yo también estoy en caza del pervertido. Vamos a darle una golpiza para que escarmiente.
Nadeshiko: Solo los simios moderadamente amaestrados como vos usan la violencia para relacionarse con los demás simios, pero yo soy una persona civilizada, y voy a razonar con ese delincuente usando algo que seguramente no conoces: la oratoria. Con el excelente discurso que tengo pensado seré capaz de convencerlo y motivar que se ponga a disposición de las autoridades.
Selenia: (entre risas) No sé si enojarme por lo de simio amaestrado, o seguir riendo de todo lo que estás diciendo. Espero que no te encuentres hoy al pervertido, porque veo que no tenes las masitas y el té para que se pongan a charlar.
Nadeshiko: (con su rabia contenida) Sabía que alguien como vos no entendería a una persona civilizada como yo, pero no me sorprende eso si viene de alguien que desciende de indios salvajes.
Selenia: (su risa desaparece y se torna mas seria) Yo no sé que te habrán enseñado tus ignorantes profesores de historia para que seas tan estúpida, pero... ¿Se puede llamar salvaje a alguien que defiende sus tierras, su gente y sus creencias? Eso solo lo sabe alguien que vive allá. Y espero que te encuentres con el pervertido antes que yo, así podes comprobar que la oratoria no funciona siempre, ni siquiera con un japonés (da media vuelta y se aleja de Nadeshiko, a quien su anterior respuesta deja muy colérica).
Por supuesto, la otra muchacha decide hacer lo mismo y emprende nuevamente el camino a casa, arrepintiéndose en el fondo por aquella innecesaria conversación con Selenia. A veces ni ella misma entendía porque le desagradaba tanto... ¿Eran sus exageradas expresiones faciales, su tono de voz un poco alto ese acento "espantoso" y musical que le daba a su idioma cuando comenzaba a hablar? Cesó esta cadena de pensamientos al escuchar el timbre de su teléfono celular, así que metió la meno en el bolsillo para sacarlo y contestar la llamada de su padre. Estaba a solo una cuadra de su casa, no tardaría mas de dos o tres minutos en llegar. Después de cortar la comunicación, volvió a colocarlo donde estaba, notando que el adorno colgante del móvil quedo enganchado con el doblez de la manga de su cárdigan. Se detuvo un par de segundos para solucionarlo y en ese solo par de segundos sintió una presencia tras ella y la punta de un cuchillo tan cerca de su cuello que casi le hacía un corte... ¿Acaso... se trataba de ese tipo, del pervertido? (cuando hablas del diablo se te aparece)
Extraño: Quedate quieta, si te moves solo un poco te corto el cuello. (notando el leve temblor de la muchacha) Si me haces caso, no te va a pasar nada.
Nadeshiko: (intenta calmarse y no sucumbir al pánico, aunque no ) Es usted... ¿ese tipo que ataca muchachas? ¿Por qué lo hace?
Extraño: Eso que importa... Yo ordeno, y vos obedeces, es así de simple. Ahora, quitate las pantis y dámelas. después de eso, podes irte.
Nadeshiko: Entonces es por eso... Le gusta sentir que puede dominar a las personas y obligarlas bajo presiones y amenazas. Pero no lo va a llevar a algún lado. Será mejor para usted si se rinde ahora, si se entrega a la policía. Sus delitos no son muy graves, puede conseguir una condena reducida y luego llevar una vida normal.
Extraño: Yo no te ordené que digas estupideces. Obedeceme de inmediato.
Nadeshiko: no digo estupideces, intento que usted entre en razón. Las muchachas a las que atacó tienen miedo de salir a la calle, ya no pueden seguir con su vida normalmente. ¿Se da cuenta de que sus actos han llegado demasiado lejos?
Extraño: (aprieta la punta del cuchillo contra el cuello de Nadeshiko) ¿Crees que si me importara lo que les pasé las atacaría? Ustedes lo merecen... Las mujeres no son mas que seres horribles que solo buscan una cara bonita y una billetera abundante... después tratan al resto de los hombres como basura.
Nadeshiko: (habla apresuradamente) Entonces es por eso, se está vengando de las mujeres que lo rechazaron humillando a otras mujeres. ¿Eso repara el daño que le hicieron?
Extraño: (embargado de rabia) Si no vas a hacer lo que te ordené, lo hago yo.
De inmediato, este sujeto comienza a deslizas su mano por debajo de la falda de Nadeshiko, y ella, aprovechando que alejó un poco el filo de su cuello, retrocede violentamente la cabeza, golpeando la cara de su atacante, liberándose así de este. Cuando intentaba correr hacia su casa, el hombre le sujeta el brazo, y no contento con eso, le propinó un fuerte golpe en el rostro, que la arroja al piso. Incluso corrió hasta donde estaba al ver que intentaba levantarse, y de un fuerte puntapie en el abdomen consigue inmovilizarla. Ninguna de estas agresiones parecía satisfacerlo, de modo que, jalando del cardigan de la muchacha para voltearla boca arriba, con una mano aprieta su pequeño cuello, mientras que con la otra... no, lo estaba haciendo... Estaba haciendo lo que se había propuesto antes, pero ella no podía gritar, la presión sobre su cuello era cada vez mayor... Casi no conseguía respirar y la vista se le volvía cada vez mas borrosa.
¡Hijo de p***! se escuchó de repente, pero no quedó solamente en un grito, pues la persona que lanzó este alarido se abalanzó sobre el pervertido y le rodeó en cuello con un cinto de cuero, logrando que inmediatamente deje de ahorcar a Nadeshiko. Cuando esto ocurrió, pateó a aquel sujeto en el suelo y comenzó a golpearlo con el cinto como si fuese un látigo en repetidas ocasiones. La joven atacada, mientras escuchaba los gritos de su agresor, consiguió levantar el torso, divisando lentamente a quien llegó para salvarla... y aquella imagen no podría salir de su mente en mucho tiempo... Quien estaba descargando una furia ciega y atroz contra el pervertido era, ni mas ni menos que Selenia, la chica a quien hacía unos minutos, ella había tratado de ignorante y salvaje.
Nadeshiko: (en voz alta, pero con tono de suplica) Basta, vas a matarlo.
Selenia: (se detiene, pero no deja de sostener el cinturón) Por lo menos ya le dí un escarmiento. (se acerca a Nadeshiko) ¿Estás bien?
Nadeshiko: (con las manos temblorosas intenta limpiarse la nariz, de la cual había brotado un poco de sangre por el golpe que recibió) Si...
Selenia: (notando sus temblores) No parece. (escucha las sirenas de la policía) Ah, qué rápido.
Nadeshiko: ¿Qué es eso?
Selenia: Calma, delegada. Es solo la policía. Se van a llevar a ese infeliz.
En el combini de siempre, ubicado a unas pocas cuadras, Selenia no pudo encontrar lo que buscaba, al parecer alguien tan tacaño como ella [en Japón, los productos frescos como lácteos y frutas, a medida que se cerca la hora de cierre de las tiendas, pueden conseguirse incluso hasta un 50% mas barato, porque "ya no son nuevos"] ya lo había comprado un poco antes; así que tuvo que caminar un poco más, observando cautelosamente si había algún hombre sospechoso por allí, tanto que casi tropieza con una chica por no observar su camino.
Muchacha: Gonsaresu, ¿Qué haces vagando a estas horas?
Selenia: (reconoce a la muchacha) Delegada... No estoy vagando, estoy yendo al combini y vos también estarías vagando, ¿no?
Nadeshiko: (le muestra un libro) Estoy regresando a mi casa después de retirar un libro que había prestado.
Selenia: Ah... ¿Delegada, no te da miedo andar con es faldita si hay un pervertido suelto.?
Nadeshiko: No me asustan los pervertidos. Es más, si me encuentro con el de esta zona, voy a detenerlo.
Selenia: (entusiasmada) Ah, que valiente, Delegada. Yo también estoy en caza del pervertido. Vamos a darle una golpiza para que escarmiente.
Nadeshiko: Solo los simios moderadamente amaestrados como vos usan la violencia para relacionarse con los demás simios, pero yo soy una persona civilizada, y voy a razonar con ese delincuente usando algo que seguramente no conoces: la oratoria. Con el excelente discurso que tengo pensado seré capaz de convencerlo y motivar que se ponga a disposición de las autoridades.
Selenia: (entre risas) No sé si enojarme por lo de simio amaestrado, o seguir riendo de todo lo que estás diciendo. Espero que no te encuentres hoy al pervertido, porque veo que no tenes las masitas y el té para que se pongan a charlar.
Nadeshiko: (con su rabia contenida) Sabía que alguien como vos no entendería a una persona civilizada como yo, pero no me sorprende eso si viene de alguien que desciende de indios salvajes.
Selenia: (su risa desaparece y se torna mas seria) Yo no sé que te habrán enseñado tus ignorantes profesores de historia para que seas tan estúpida, pero... ¿Se puede llamar salvaje a alguien que defiende sus tierras, su gente y sus creencias? Eso solo lo sabe alguien que vive allá. Y espero que te encuentres con el pervertido antes que yo, así podes comprobar que la oratoria no funciona siempre, ni siquiera con un japonés (da media vuelta y se aleja de Nadeshiko, a quien su anterior respuesta deja muy colérica).
Por supuesto, la otra muchacha decide hacer lo mismo y emprende nuevamente el camino a casa, arrepintiéndose en el fondo por aquella innecesaria conversación con Selenia. A veces ni ella misma entendía porque le desagradaba tanto... ¿Eran sus exageradas expresiones faciales, su tono de voz un poco alto ese acento "espantoso" y musical que le daba a su idioma cuando comenzaba a hablar? Cesó esta cadena de pensamientos al escuchar el timbre de su teléfono celular, así que metió la meno en el bolsillo para sacarlo y contestar la llamada de su padre. Estaba a solo una cuadra de su casa, no tardaría mas de dos o tres minutos en llegar. Después de cortar la comunicación, volvió a colocarlo donde estaba, notando que el adorno colgante del móvil quedo enganchado con el doblez de la manga de su cárdigan. Se detuvo un par de segundos para solucionarlo y en ese solo par de segundos sintió una presencia tras ella y la punta de un cuchillo tan cerca de su cuello que casi le hacía un corte... ¿Acaso... se trataba de ese tipo, del pervertido? (cuando hablas del diablo se te aparece)
Extraño: Quedate quieta, si te moves solo un poco te corto el cuello. (notando el leve temblor de la muchacha) Si me haces caso, no te va a pasar nada.
Nadeshiko: (intenta calmarse y no sucumbir al pánico, aunque no ) Es usted... ¿ese tipo que ataca muchachas? ¿Por qué lo hace?
Extraño: Eso que importa... Yo ordeno, y vos obedeces, es así de simple. Ahora, quitate las pantis y dámelas. después de eso, podes irte.
Nadeshiko: Entonces es por eso... Le gusta sentir que puede dominar a las personas y obligarlas bajo presiones y amenazas. Pero no lo va a llevar a algún lado. Será mejor para usted si se rinde ahora, si se entrega a la policía. Sus delitos no son muy graves, puede conseguir una condena reducida y luego llevar una vida normal.
Extraño: Yo no te ordené que digas estupideces. Obedeceme de inmediato.
Nadeshiko: no digo estupideces, intento que usted entre en razón. Las muchachas a las que atacó tienen miedo de salir a la calle, ya no pueden seguir con su vida normalmente. ¿Se da cuenta de que sus actos han llegado demasiado lejos?
Extraño: (aprieta la punta del cuchillo contra el cuello de Nadeshiko) ¿Crees que si me importara lo que les pasé las atacaría? Ustedes lo merecen... Las mujeres no son mas que seres horribles que solo buscan una cara bonita y una billetera abundante... después tratan al resto de los hombres como basura.
Nadeshiko: (habla apresuradamente) Entonces es por eso, se está vengando de las mujeres que lo rechazaron humillando a otras mujeres. ¿Eso repara el daño que le hicieron?
Extraño: (embargado de rabia) Si no vas a hacer lo que te ordené, lo hago yo.
De inmediato, este sujeto comienza a deslizas su mano por debajo de la falda de Nadeshiko, y ella, aprovechando que alejó un poco el filo de su cuello, retrocede violentamente la cabeza, golpeando la cara de su atacante, liberándose así de este. Cuando intentaba correr hacia su casa, el hombre le sujeta el brazo, y no contento con eso, le propinó un fuerte golpe en el rostro, que la arroja al piso. Incluso corrió hasta donde estaba al ver que intentaba levantarse, y de un fuerte puntapie en el abdomen consigue inmovilizarla. Ninguna de estas agresiones parecía satisfacerlo, de modo que, jalando del cardigan de la muchacha para voltearla boca arriba, con una mano aprieta su pequeño cuello, mientras que con la otra... no, lo estaba haciendo... Estaba haciendo lo que se había propuesto antes, pero ella no podía gritar, la presión sobre su cuello era cada vez mayor... Casi no conseguía respirar y la vista se le volvía cada vez mas borrosa.
¡Hijo de p***! se escuchó de repente, pero no quedó solamente en un grito, pues la persona que lanzó este alarido se abalanzó sobre el pervertido y le rodeó en cuello con un cinto de cuero, logrando que inmediatamente deje de ahorcar a Nadeshiko. Cuando esto ocurrió, pateó a aquel sujeto en el suelo y comenzó a golpearlo con el cinto como si fuese un látigo en repetidas ocasiones. La joven atacada, mientras escuchaba los gritos de su agresor, consiguió levantar el torso, divisando lentamente a quien llegó para salvarla... y aquella imagen no podría salir de su mente en mucho tiempo... Quien estaba descargando una furia ciega y atroz contra el pervertido era, ni mas ni menos que Selenia, la chica a quien hacía unos minutos, ella había tratado de ignorante y salvaje.
Nadeshiko: (en voz alta, pero con tono de suplica) Basta, vas a matarlo.
Selenia: (se detiene, pero no deja de sostener el cinturón) Por lo menos ya le dí un escarmiento. (se acerca a Nadeshiko) ¿Estás bien?
Nadeshiko: (con las manos temblorosas intenta limpiarse la nariz, de la cual había brotado un poco de sangre por el golpe que recibió) Si...
Selenia: (notando sus temblores) No parece. (escucha las sirenas de la policía) Ah, qué rápido.
Nadeshiko: ¿Qué es eso?
Selenia: Calma, delegada. Es solo la policía. Se van a llevar a ese infeliz.
Hola!!
ResponderBorrarComo me rei con esta parte:
"Charlotte: (a modo de broma) Les presento a Selenia González, defensora de las mujeres en peligro (como ve que su amiga, en vez de enojarse, comienza a saludar a un público imaginario). No existe el príncipe azul, existe Selenia González." Jajajaja que genias!
Por dios Nadeshiko es igual de insoportable que Kishimoto! Sera genetico?? jajaja
Es estupida?? Como puede en razonar con un demente que ataca mujeres para sacarle la bombacha? No hay que ser un genio para darse cuenta que nada coherente vas a sacar de ese tipo! Que le vas a decir?? Y le dice simio ignorante a Selenia?
No me dio lastima cuando la atacaron xD (que mala persona jajjaa) pero bueno parece que la oratoria no le funciono al final :P
Me imagino que se arrepintio de todas las cosas que dijo, si no fuera por Se-chan capaz no la contaba, salvo a la persona que segundos antes trato de humillarla y ofenderla, eso si es admirable!
Hola!!! Por fin me vuelvo a sentar para contestar comentarios!!!
BorrarNadeshiko fue criada por Kishimoto, así que no podía ser de otra manera, y puede que la principio sea difícil de tratar, pero también es muy buena, y yo no diría que es estúpida, sino que le falta toda la cancha que tiene nuestra morocha protagonista (o sea, no es viva).
Siempre me estaba olvidando de poner esta parte, porque desde el capítulo 16, con tu comentario me tiraste de idea de que lo haga, jejeh.
Asi que espero que te haya gustado que la orgullosa e ingenua chica 4 sea atacada injustamente y que luego la rescate Selenia, logrando además que deje de juzgar a la gente sin conocerla!!
Gracias por tu comentario, como siempre te fijaste en todo!!! Voy a contestar en la otra entrada.
Era muy previsible toda jajaajja, Me gusta ese agregado que faltaba acerca de los pervertidos en japón, abundantes, muy abundantes por suerte.
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