Antes de comenzar a
narrar lo que aconteció desde el viernes por la noche, hasta el domingo a la
mañana, quiero aclarar que cometí un pequeño error: en el capítulo anterior
Capítulo 14 escribí que el concierto de Breakerz se llevaría a cabo en Gunma, pero queda
demasiado cerca de Tokyo como para ir en avión (suuper cerca). Así que decidí
que sería mejor corregirme y ubicarlo en unas de las islas de Japón, Shikoku,
específicamente en la ciudad costera Koochi (free talk inminente). Ahora sí, ¡¡empecemos
el capítulo!!
Nuestras
protagonistas, sus amigas japonesas, KyunHo y Orochi ya estaban a bordo del
lujoso yate que los llevaría hasta Koochi. Pudieron salir tranquilamente del
puerto de Tokyo con destino a esta isla y, durante el viaje, se maravillaron
con la vista de la ciudad desde el mar, con el ocaso anaranjado de fondo,
aflorando un sentimiento extraño en el corazón nostálgico de la dulce Meggara.
El recuerdo que venía a su mente la llenaba de una confusión que ni las
delicias que servían en el yate podían disipar. Shinpei y ella en el puerto...
aquella vez su ritmo cardiaco se aceleró a más no poder, casi de la misma
forma... que en el mirador de Roppongi. Aunque la intensidad de sus latidos era
diferente, en ese momento ambos recuerdo llegaban a ella simultáneamente, como
si tuviesen la misma importancia.
Poco después del
anochecer habrían llegado a Koochi. Faltaba muy poco y a la vez tanto para
todas las aventuras y problemas que les tocaba atravesar (espero que estas
hojas alcancen para contarlo todo de la mejor manera).
Durante el viaje,
Tsugumi se dedicó a explicar porque antes le dijo a Selenia que sus padrinos
eran sus padres cuando viajaron a Gunma por el recital de Perfume. Resulta que
sus verdaderos progenitores eran... inmensamente ricos y no sabían que ella
vivía en un albergue estudiantil, sino que estaba alquilando un piso amplio
cerca de la universidad. Para la extrovertida joven, la soledad y aburrimiento
que significaba eso resulto abrumadora, así que no demoro en cambiarse a un
lugar menos cómodo y espacioso con tal de no sentirse tan aislada. Teniendo en
cuenta esto, las chicas aceptaron las disculpas ofrecidas y le brindaron su
comprensión. Sabían que, si ella no hubiese tomado esa decisión, ahora no
serían amigas. Además, su valentía y falta absoluta de frivolidad las dejo tan
perplejas como admiradas. Ninguna de ellas hubiese imaginado que Tsugumi sería
rica, menos con la personalidad tan animada y sencilla que la caracterizaba.
Ella era muy feliz disfrutando las pequeñas cosas, característica extraña en
alguien que tiene todo al alcance de su mano.
A todos los
tripulantes pareció extraño, además, que Charlotte y Maya estuvieran tan
alejadas, en tanto que antes andaban juntas de arriba a abajo, charlando y
riendo secretamente. Ahora parecían disgustadas la una con la otra, ya ni
siquiera se dirigían la mirada, y de cruzar palabra, ni hablar (¿entienden? ni
hablar! No solo Se-chan es graciosa XD). Si Selenia o Megg preguntaban a la
pelirroja sobre el distanciamiento, respondía que no eran más que ideas de
ellas. Lo mismo ocurría si inquirían a la muchacha castaña Tsugumi, Atsuko,
hasta el mismo KyunHo, a quien negaba todo con más energía y algo parecido a la
vehemencia, como si intentara convencerse a sí misma de eso.
Cuando llegaron a
Koochi, bajaron del barco y salieron del puerto, un chofer los esperaba al lado
de una elegante y lujosa limusina negra que producía dolor en los bolsillos a
quien la viera.
Tsugumi: (parándose
al lado del chofer, habla a los demás) Les presento al chofer de la familia, Matsuda
Sasuke (cuando todos inclinaron levemente la cabeza en señal de cortesía, habla
al hombre mientras señala a sus compañeros de viaje uno por uno) Sasuke-san,
ellos son Atsuko y Maya, mis amigas de la universidad, Selenia, Megg y
Charlotte, mis amigas extranjeras, KyunHo es el novio de Maya y Orochi-kun es
su amigo.
Tsugumi solo
advirtió a Orochi sobre el cambio de rotulo, algo que lo dejo muy descontento
pero que solo acepto para complacerla, así que él no se sorprendió como los
demás. Fue extraño que Selenia no revelara la verdad en un ataque de sinceridad
"mandaalfrente" de esos que le agarran muy a menudo, pero era algo
lógico. Una familia rica como la de ella no vería con buenos ojos que su
heredera (tal vez) se relacione con un mesero de Host café, por muy guapo que
fuera. ¿Y si, como en esos doramas lacrimógenos, le hacían la vida imposible al
pobre Kendi con tal de que no siga su relación con ella?
De camino a la
casa, el chofer les aviso que en la casa de los Saotome los estaban esperando
con una suntuosa cena de bienvenida y que esta familia se caracterizaba por ser
excelentes anfitriones (dado el entusiasmo de la joven japonesa, nadie puso
esta afirmación en duda). Ante el anuncio de la cena, Selenia comento que se
sentía muy aliviada por escuchar eso, ya que no comió demasiado en el almuerzo,
y poco después fue censurada por sus amigas.
Ya en la mansión,
lugar que dejo a todos boquiabiertos y ojiabiertos desmesuradamente, fueron
recibidos por los padres de Tsugumi: su madre era una mujer delgada y de
aspecto pacifico, con el cabello largo recogido, vestía de kimono y sandalias
en los pies, mientras que su padre por poco y parecía luchador de sumo, era
enorme y... grueso. También tenía puesto un kimono masculino, su cara estaba
adornada por una barba que hacia difícil no reír de ella, y en su mano derecha
sostenía una espada de madera, algo que les recordaba un poco a los ronin
antiguos, como de Samurai Shamploo. Reía constantemente, por casa cosa, con
inmensas carcajadas que amenazaban con provocar sordera, incluso cuando les
ofreció kimonos y todos los invitados se mostraban extrañados, pero como todos
en la casa los vestían, pues... qué remedio.
Tsugumi: El kimono
se usa sin ropa interior (advierte a Selenia, Megg y Charlotte cuando ve que la
primera acomoda su corpiño pellizcando por encima del grueso tejido de
algodón). Es muy cómodo. (Sale)
Megg: (mirando a
Charlotte) ¿Vos te vas a sacar la ropa interior?
Charlotte: Yo me
animo, no sé ustedes (vuelve a la habitación)
Megg. ¿Y vos,
Selenia?
Selenia. Obvio que
no.
Cuando las tres
llegaron al comedor y se sentaron a la mesa para la cena, abundante como
advirtió el chofer, dos de ellas no podían evitar sentirse incomodas por saber
que debajo de los kimonos... todos estaban absolutamente desnudos (excepto
Selenia y Megg). No podían imaginarse sin esa barrera entre la el tejido grueso
y la piel que ofrecía la ropa interior. Los anfitriones alagaron lo bien que
lucía Meggara con un kimono y el cabello recogido a un lado, casi como una
geisha. Mientras que su amiga pelirroja se veía muy extraña... como si
quisieran mezclar una jirafa con un gorila. Existen prendas y prendas con las
que uno puede lucir mejor o simplemente bien, y el kimono en Charlotte no era
el caso. En cuanto a Selenia... ni hablar. Esa ropa no era para ella, sino que
requería de un cuerpo... más delgado. Las chicas no sabían como decirlo, ya que
ante cada comentario preguntaba: ¿Eso significa que estoy gorda? En fin.
Cuando terminaron
la cena y la charla, los viajeros se mostraron cansados, así que decidieron ir
a dormir y se despidieron de sus anfitriones por esa noche. Tsugumi indicó
cuales serían sus habitaciones: Atsuko y Maya dormirían en el mismo cuarto, al
lado del de KyunHo y Orochi, quienes también compartirían, lo mismo que Selenia
y Megg. Charlotte prefirió dormir sola, y recuperar un poco su privacidad.
Antes de que todos se retiraran a descansar, la entusiasta japonesa a qué horas
sería prudente bajar a desayunar y qué podían hacer por la mañana o la tarde,
antes de prepararse para el concierto.
A la mañana
siguiente… permítanme trasladarlas/os a otro lugar de la cuidad que, al igual
que la casa de Tsugumi, también es sede de la acción de este capítulo.
Akihide: Oba-san...
Esto es muy repentino.
Daigo: Cuando te
preguntamos si podías hacerlo, dijiste que no existían impedimentos... ¿pero y
esto qué es? ¿Cómo podés irte a último minuto?
Obatta: Surgió un
problema en casa, creo que no es necesario repetirlo. Tengo que regresar lo más
pronto posible. Pero ya llamé a alguien que podra reemplazarme. Llegará en
cualquier momento.
Shinpei: ¿Y quién
será tu reemplazo?
La puerta del
camarín de Breakerz, lugar en el cual ocurría esta charla, se abrió apenas al
principio y bastante ya cuando Shinpei hizo la ultima pregunta.
Selenia: (entrando
al camarin) ¿Para que me llamó, Oba-sensee?
Obatta:
(golepándole la cabeza con un abanico blanco de papel, aparentemente) ¿A eso
llamas buena educación? ¿Entrar a un lugar y no saludar a la gente?
Selenia: (mientras
masajea lentamente su cabeza) Está bien. (Sale de la habitación y vuelve a
entrar) Konnichiwa. ¿Para qué me pidió que venga, Oba-sensee?
Obatta: Debo
regresar a Tokyo con urgencia, así que, ya que también estés en Koochi,
reemplázame.
Selenia: Usted me
golpeó por no saludar y no me saluda...
Akihide: Oba-san,
seguramente Se-chan vino para ver el recital... no sería justo que tenga que
trabajar...
Obatta: Yo también
tengo mis asuntos, y son más importantes que ver un recital.
Shinpei: (a
Selenia) ¿Viniste con tus amigas, Se-chan?
Selenia: Si, las
chicas están conmigo. Nos quedamos en casa de la familia de una amiga.
Shinpei: Necesito
hablar con Meggara. Voy al hotel a bañarme y luego hablare con ella.(sale)
Daigo: ¿Cómo
diablos cree que la encontrara...? (a Obatta) Después tendrás que arreglar en
ZR las horas extras y el traslado de tu asistente (también sale).
Obatta: Es muy
extraño que no se oponga...
Selenia: Si quiere
oposición, le doy la mía. ¡¡Me niego a trabajar en medio de mi viaje de
placer!!
Obatta: Tu opinión
no cuenta. Si te negas, voy a despedirte.
Selenia: (a
Akihide) ¿Ustedes pueden vestirse solos, verdad?
Akihide: Por
supuesto que sí.
Obatta: En teoría,
ellos pueden vestirse solos. En teoría. Pero no saben en qué tiempos va cada
cambio, y son capaces de aparecer
desarreglados, con los cuellos fuera de lugar. Sería bochornoso.
Selenia: El rock es
anarquía.
Akihide: Así es,
Oba-san. Si aparecemos en el escenario desarreglados, podríamos...
Antes de que
Akihide termine la frase, Obatta, ofuscado por sus palabras y el evidente
desprecio hacia su trabajo, propinó al guitarrista de un golpe en la cabeza con
el abanico de papel blanco, el mismo con el cual golpeó a Selenia, acto que
volvió a realizar, pues consideró que su anterior queja provocó el apoyo de la
mala frase de nuestro pelilargo protagonista.
Obatta: Mientras yo
sea el director de vestuario, algo así jamás sucederá. (Los apunta con el
abanico cerrado) ¿Entendido?
Akihide:
(masajeando su cabeza) Si, Oba-san.
Selenia: ¿Por qué
me golpeó otra vez, Oba-sensee?
Obatta: Por bocona.
(Dando media vuelta) Ahora me iré al puerto. Debo tomar el primer barco que...
El teléfono de
Obatta timbra dos veces antes de que atienda la llamada. Akihide y Selenia
observan su rostro con mucha curiosidad, pues de la tranquilidad impaciente que
lo caracteriza, se torna extrañado y luego con preocupación... hasta que corta
la llamada, pidiendo a su interlocutor que vuelva a llamar "si ella
regresa". Durante la conversación no mencionó nombre alguno, pero al
parecer omitió esto intencionalmente.
Obatta: (fríamente)
Serenia, regresa con tus amigas. Al final, mi asunto desapareció. Seguiré con
mi trabajo. (sale)
Selenia y Akihide
comparten una mirada de suma extrañeza, pero a la vez de alivio. Si Chalotte
estaba en la ciudad, podría el pelilargo guitarrista reunirse con ella y
aclarar de una vez qué sucedió en el museo, disculpándose por aquel pedido
impertinente. "Trátame como a un tío joven"... en verdad, con toda la
seriedad que un asunto asi requería... ¿En qué demonios estaba pensando cuando
dijo esa burrada? Ahora tenía la oportunidad de enmendar las cosas, lo había
ensayado en su mente varias veces. Necesitaba encontrarse con ella a solas para
poder hablar tranquilamente, y ya tenía todo preparado para eso. Solo faltaba un mensajero, o mensajera, que acercara a la pelirroja su invitación, y
quien mejor que Selenia para eso.
Selenia: Bueno...
Yo también me voy. Faito para esta noche. (intenta salir, pero Akihide la
detiene)
Akihide: Espero que
disfruten el concierto (dice, palmeando amistosamente la espalda de Selenia...)
Me da mucho gusto verte, Se-chan.
Selenia: (lo
obverba un momento, extrañada) Arigatoo gozaimasu. Nos vemos. (Sale, y mientras
abandona el camarín, Akihide se asegura visualmente de que el cartel que le
pegó en la espalda no caiga de ella).
Akihide:
(murmurando para sí mismo) Quedó bien.
Después de decir
esto, también abandonó el camarín, hilando en su mente pensamientos diversos,
especialmente sobre el mensaje que de tan extraña manera envió a Charlotte.
Necesitaba hablar con su contacto en el museo para que éste deje todo
preparado, tal como habían acordado al principio. También repasó mentalmente lo
que estuvo practicando durante toda la semana, casi como una explicación
poética que… cada vez le parecía muy ridícula. Quizás con un simple “Lamento
haber dicho eso, ¿podríamos olvidarlo y seguir como antes?” sería suficiente
para calmar los ofuscados ánimos de la pelirroja, pues así la recordaba. Tal
vez si, o tal vez para ella no alcanzaría con algo tan simple… Tal vez él
estaba complicando mucho las cosas en su mente, o tal vez lo estaba
simplificando, no había más forma de saberlo que encontrándose de una vez con
ella para aclarar lo que sucedió. Sólo esperaba que el cartel que pegó en la
espalda de Selenia llegue intacto hasta Charotte. Y ya que hable de nuestra
simpática protagonista, permítanme contarles que sucedió con ella, como si
hiciésemos un recorrido del mensaje.
Selenia iba camino
a la casa de Tsugumi, pero ya en el trayecto encontró a las muchachas (excepto
Maya, pues prefirió pasear con KyunHo), que se disponían a dar un paseo por la
ciudad, empezando por el puerto, pues durante la noche no pudieron contemplarlo
adecuadamente, así que ella se les unió sin pensarlo dos veces. Como
generalmente caminaba detrás de todas, charlando con la extrovertida chica
japonesa, no pudo Charlotte ver el panfleto pegado en su espalda sino hasta que
llegaron a su destino, lugar en el que encontraron a la recepcionista de ZR,
Ichiyo, recién llegada de Tokyo. Ella se acercó a su compañera de trabajo para
saludarla y fue presentada a las demás muchachas. Antes de que me pregunten,
Orochi se quedó leyendo algo en la casa, pues ya conocía la ciudad y le aburría
la idea de ir de paseo.
Selenia: Chicas,
¿recuerdan a Ichiyo? Ella trabaja en ZR como recepcionista.
Charlotte: Si, lo
recuerdo. (A la recién llegada) ¿Cómo estas, Ichiyo?
Megg: No recuerdo
si la vi en tu fiesta de cumpleaños...
Tsugumi: Si, si
estaba. Yo la recuerdo.
Atsuko: Yo tampoco
la recuerdo.
Ichiyo: Yo si me
acuerdo de ustedes. (Indica a Tsugumi) La que se le tiro encima a Aki-san,
(ahora a Megg) la codiciada rubia de Shinpei-san, (a Charlotte) la única modelo
que Daigo-san no intentó seducir y... (a Atsuko) la chica del delivery?
Atsuko: Si, yo...
lleve comida algunas veces allá, pero no es mi trabajo.
Ichiyo: A-noo...
Entiendo.
Megg: ¿Acaso
Shinpei habló de mi alguna vez?
Selenia: ¿Alguna? Antes
de saludarme como corresponde me pregunta por vos.
Ichiyo: Él habla de
eso todo el tiempo. Meggu-chan por aquí, Meggu-chan por allá... creo que todos
vamos a terminar enamorados...
Megg: (avergonzada)
Ah... no sé qué decir... (Para sí) Bobo Shinpei.
Charlotte: A mí se
me gusta esa fama. Ese idiota jamás hubiese logrado seducirme.
Atsuko: ¿¿Daigo-san
seduce a las modelos??
Ichiyo: Si... así
es. (Lanza un suspiro de cansancio) Hasta Saori-san cayó en su red...
Charlotte: (a
Selenia) ¿Esa es la que estaba en el programa con Arashi?
Selenia: Si. Vos
entraste al video porque ella renunció a ese trabajo.
Charlotte: ¿Daigo
pudo con esa belleza?
Ichiyo: Así es
Daigo-san. Pasa de una chica a otra y deja corazones rotos por allí y por allá.
Tsugumi: Que mal.
Atsuko: Más que
mal, es espantoso. ¿Acaso no tiene honor? Debería buscar una mujer para casarse.
Megg: Tal vez no es
tan maduro (mira a Selenia) o no encontró a la mujer que pueda domarlo.
Ichiyo: (antes de
que Selenia pueda responder) No es por eso. Él no es de los que no quiere
casarse, solo que no quiere comprometerse después de la muerte de... (Calla rápidamente,
como si temiera a sus propias palabras) Ah, no... No debí decir eso. Olvídenlo,
por favor.
Las muchachas,
escandalizadas por haber escuchado la palabra muerte, casi se abalanzan sobre
Ichiyo, preguntando tanto que casi la marean, sin contar que entre jalones para
un lado y el otro, la recepcionista se quejó del dolor, y tuvieron que soltarla,
avergonzadas por tanta insistencia.
Después de dejar
que la joven recupere un poco de aire, volvieron a preguntarle por eso, con
menos efusividad pero la misma insistencia.
Megg: Daigo-san no
está aquí, así que no estará enterado de lo que nos estas contando.
Charlotte: No es
que nos interese la vida de ese, pero... si dijiste muerte...
Tsugumi: Nosotras
estaremos muertas por la intriga sino terminas la historia, Ichiyo-san.
Ichiyo: Si les
cuento la verdad, Daigo-san me asesina.
Selenia: (en una activación
repentina de neuronas, mira a Ichiyo fijamente de una manera que la intimida)
Anna-san...
Ichiyo responde
involuntariamente mordiéndose el labio inferior, como si protestara contra su
propia voz, intentando que esta no salga de su boca. Pero fue demasiado evidente
que Selenia dio en el clavo. Las demás miraban a una y otra, ajenas al código
que estas dos manejaban pero con ansias de poder entender. Sin embargo, no
pudieron insistir mucho con esto, ya que Selenia giró un poco el trozo, en una
posición que siempre adoptaba cuando intentaba pensar, y al hacerlo las chicas
pudieron por fin ver el panfleto y arrancarlo de su espalada.
Tsugumi: (con el
cartel en la mano) Exposición de máscaras del teatro Noh [1] (lee rápidamente)
Suena interesante. (a Selenia) ¿Te gustan las máscaras?
Selenia: No me
gustan los museos… ¿Qué hacía eso en mi espalda? (de pronto llega a su mente el
recuerdo de que Akihide palmeó su espalda antes de salir del camarín) Ah, ya
recuerdo. (Agarra al panfleto y se lo entrega a Charlotte) Debe ser para vos.
Charlotte: ¿Por qué
para mí?
Selenia: Porque
Aki-san… palmeó mi espalda cuando lo vi, así que… seguramente él me lo pegó
para que vos lo veas.
Mientras Charlotte
se quedó encantada con la idea de ese encuentro tan misterioso, aunque extrañada
también, las chicas sumaban interés a la exposición, hasta Ichiyo quería ir con
ellas. Incluso comentaban que sería fabuloso ir a ver una obra de teatro Noh,
ya contaban con la presencia de la recepcionista sin pedir su opinión. La
pelirroja no sabía cómo avisarles que quería ir hasta la mansión para
arreglarse un poco… aunque no sabía cuándo debía encontrarse con él. Observó el
cartel de lado a lado, pero nada indicaba fecha y hora. Entonces… ¿debía ir de
inmediato? ¿Ahora mismo?
Charlotte: (con voz
alta y clara) Chicas, voy volviendo a la mansión. Disfruten el paseo (da media
vuelta e inicia su camino sin dar oportunidad a que la sigan).
Tsugumi: (quiere ir
tras ella, pero Atsuko la detiene) Seguramente irá sin nosotras.
Atsuko: Deja que
vaya sola. Ella y el tal Akihide tienen mucho de qué hablar.
Megg: (recordando
repentinamente) Yo tengo que ver a Shinpei. Para eso vine, pero no sé dónde
está.
Ichiyo: (apunta a
un lado) Allá, en ese hotel seguramente, donde esta esa fila de chicas que tal
vez son fans.
Las chicas miran en
la dirección que apunta la recepcionista y, efectivamente, ven una multitud de
muchachas (¿y muchachos?) aguardando en la entrada, muy pacíficamente. Por las
remeras y accesorios, algunos a la moda de Daigo, pudieron reconocer que se trataba
de fans de la banda. Quizás por el puerto y la maravillosa vista del mar,
decidieron hospedarse en este lugar. Además, por lo menos por la fachada,
parecía un lugar cómodo y elegante, con categoría, ahora rodeado por un montón
de fans… ¿Cómo lograría nuestra rubia protagonista entrar y poder ver a quien
buscaba si había tanta gente alrededor?
Las muchachas,
Ichiyo incluida, aunque por curiosidad, se acercaron al hotel, inmiscuyéndose
entre los fans, que parecían alborotados porque el personal de seguridad se les
acercaba. Unos enormes gorilones vestidos de negro abrieron la puerta frontal
de vidrio, en un aparente intento de apartar a la multitud indeseada, por lo
que los fans salieron a correr despavoridos. Lo mismo tuvieron que hacer las
muchachas, ya que se vieron empujadas por el resto. Estuvieron libradas de esa
situación después de casi media cuadra, agitadas y prácticamente sofocadas. La
multitud se deshizo en pequeños grupos, tal vez con ánimos de reagruparse.
Justo cuando Atsuko
quería plantear la dificultad que representaría para Megg entrar al edificio,
se dio cuenta de que la rubia extranjera desapareció... y alertó a las demás
¿Dónde estaba? ¿Qué ocurrió con ella? ¿En dónde se había metido? Decidieron
volver al hotel para preguntar si, aprovechando el escándalo que armaron los
fans, ni lenta ni perezosa, nuestra protagonista entró disimuladamente. Pero no
pudieron pasar de la entrada. Uno de aquellos gorilones pidió que comprobaran
si estaban hospedadas allí, y como no pudieron hacerlo, se vieron obligadas a
retirarse sin poder acceder al lugar. Probaron llamar a Megg sin éxito, ya que
no contestaba las llamadas ni los mensajes, como si no los hubiese recibido.
Algo raro debía estar ocurriendo con ella... algo raro, o malo.
Megg estaba en un
lugar en el cual no podía recibir mensajes, un ascensor exactamente. Su mente
se sumergía en una confusión llena de miedo, pues el gorilón que jaló de ella
hasta meterla en el elevador no le quitaba los ojos de encima. Entre el
escándalo que armaron los fans, nuestra rubia, que había llegado muy cerca de
la puerta, fue conducida hasta el interior del hotel contra su voluntad por el
hombre ahora parado junto a ella en el ascensor. Por la fuerza también estaba
allí, sola con ese tipo, temiendo que algo malo suceda con ella. Al fin las
puertas se abrieron, y el gorilón jaló nuevamente de la joven para conducirla
por el pasillo hasta frente a una habitación. Los peores temores de Megg se
despertaron. Este hombre saco una tarjeta de su bolsillo, abrió la puerta, jaló
otra vez a la dorada extranjera hacia interior del cuarto y cerró, dejándola
allí sola. ¿Podía decir que estaba más tranquila por eso? En absoluto, todo ese
despliegue resultaba mucho más sospechoso. Decidió observar el lugar: sobre la
cama de la habitación, un cómodo summier de dos plazas, encontró una guitarra
negra con un diseño raro, que nunca antes había visto... ¿podría ser... sería
posible que la hayan arrastrado hasta la habitación de Shinpei?
Shinpei: (habla
detrás de Megg) Yo no pedí servicio al cuarto.
Nuestra
protagonista, alegre por volver escuchar su voz después de tanto tiempo, voltea
rápidamente, decidida a estrecharlo entre sus brazos... hasta que se da cuenta
de que, a excepción del toallón que lo cubría de la cintura hacia abajo y la
toalla sobre su cabeza, estaba desnudo. Es decir, con el torso, los hombros y
brazos desnudos.
Ni aunque quisiera
mirar a otro lado, sus ojos se quedaron fijos en la imagen que se presentó
delante suyo... ¿A quién engaño? Megg no podía reaccionar, entre la sorpresa y
las ganas frustradas de saludar a Shinpei con un abrazo, estaba completamente
paralizada. Pero él evidentemente la había confundido con el servicio del
hotel, y al ver que la muchacha no se retiraba, sino que permanecía allí, dura
como una piedra, pensó que se trataba de una fan osada, que se inmiscuyó en su
habitación, así que corrió hasta la mesa de noche cerca de su cama, donde
estaban sus lentes. Luego de colocárselos, se volvió hacia la joven,
alegrándose de volver a ver a su querida pretty girl y sin importarle sus
fachas, decidió darle un abrazo. Aunque, cuando iba hacia ella, pisó el extremo
más largo del toallón que lo cubría de la cintura para abajo, lo que provocó
que este caiga al suelo.... ¡Nah, mentira! ¿Se lo creyeron? No podría ser tan
desafortunado.
En fin. Shinpei,
sin darse cuenta de la situación, abrazó a Megg sorpresivamente, y ella no
sabía si corresponderle. Se alegraba de verlo, eso es cierto, pero estaba casi
consciente de que... él estaba desnudo. Si lo rodeaba con los brazos, tendría
absoluto contacto con su piel, ya no con la ropa que lo cubría. Por otro lado,
si se quedaba quieta y no reaccionaba,
Shinpei podría sentirse rechazado. ¿Qué hacer? ¿QUÉ HACER? Aunque fue solo una
suave palmadita en los omóplatos, Megg decidió reaccionar rápido, para poder
apartase un poco del guitarrista sin parecer fría o grosera.
Shinpei: (con una
imborrable sonrisa) Me alegra tanto verte, Meggu-chan.
Megg: (tratando de
no mirarlo) A mí también, pero... ¿Podrías vestirte un poco?
Shinpei:
(observándose) Ah, claro. Yo recién salgo del baño. Esperame afuera, ¿sí?
Megg: Si, pero
necesito que abras la puerta para que
pueda irme.
Shinpei agarra la
llave magnética de la habitación para abrir la puerta, y así permitir que Megg
salga hasta el pasillo mientras él buscaba una muda de ropa que ponerse. Aunque
no le resultaba molesto que ella lo vea en esas fachas... no sentía aspavientos
ni vergüenza, pero sí bastante impresión por cómo reaccionó la rubia. Creyó que
quizás ella se sentiría deslumbrada por su cuerpo, pero ni pestañeo. ¿Acaso...
cuántos hombres entrenados como él vio Meggara en torso desnudo?
Apenas la rubia
salió hasta el pasillo, acompañada por Shinpei en esas fachas, cuando el
guitarrista cerró la puerta, sintió una presencia tras ella y volteó
rápidamente: solo era un tipo con una cámara fotográfica... un momento... ¡Un
paparazzi! El tipo salió corriendo, muy sonriente por las imágenes que obtuvo.
¡Santo cielo! Seguramente capturó el momento en el cual ella salía de la
habitación despedida por un Shinpei prácticamente desnudo, una fotografía ideal
para un escándalo... ¡En el que Megg se vio envuelta sin querer! ¿Por qué
Shinpei tenía que ser famoso, y no un tipo común como...? ¡No! Ni quiso pensar
en ese nombre... ni aunque fuese cierto que en una situación así, si ella
estaba con esa persona, no habría paparazzi esperando por una imagen portada de
revista rosa.
De repente, de uno
de los ascensores sale Daigo Naito, justo en el momento en que Shinpei
abandonaba la habitación para encontrarse con Megg. El líder se acerca a ellos
para preguntarles si habían visto a un paparazzi por allí, y cuando la rubia,
angustiada, le revela que sí, no parece enojado, sino feliz por ello, como si
así lo hubiese planeado... ¿Acaso él fue quien ordenó que Megg fuese arrastrada
hasta la habitación del guitarrista de lentes para que el fotógrafo pudiese
obtener esa imagen?
Shinpei: (Con la
misma duda) No quiero pensar que tenés algo que ver con eso...
Daigo: Después te
lo explicaré, no te preocupes.
Megg y Shinpei: (al
unísono) ¡¿Pero qué te pasa?!
Daigo: (Cubriéndose
los oídos) Cállense. Lo hice por el bien de Shinpei.
Megg: ¿Y qué hay de
mí? ¿Cómo se supone que quedo yo en todo esto?
Daigo: Allí abajo
hay un montón de chicas que hubiesen dado lo que sea por entrar a ese cuarto,
así que no te quejes. (Tocándose la frente, como cansado) Ah, ya me dio
jaqueca. Iré a recostarme. (Entra a su habitación, al lado de la Shinpei).
Shinpei: Cualquier
excusa le sirve para dormir... (A Megg) Me alegra tanto verte, my pretty girl
(vuelve a estrecharla entre sus brazos)
Hacía tiempo que no
se sentía así, envuelta en el cálido abrazo de Shinpei, algo que siempre
aceleraba su corazón. Ella también se permitió estrecharlo esta vez, mientras
se dejaba cautivar por su aroma, esa frescura mezclada con... con... una suerte
de fragancia viril que naturalmente desprendía Shinpei. Jamás se puso a pensar
en eso: así era. El guitarrista tenía un olor muy masculino no desagradable,
tal vez esa era una de las cosas que más le gustaba de él.
Shinpei invitó a
nuestra rubia protagonista a almorzar con él, pues tenía que aclarar una duda
con ella. Verán, aquellos tipos raros que rondaron el café durante toda la
semana eran nada más y nada menos que sus amigos, aquellos que envió a vigilar
a Megg para cuidarla de cerca, le informaron que ella estuvo muy bien
acompañada por un muchacho alto de cabello cobrizo… que tal vez era “su nuevo
novio”. Descreído de todo esto, el alegre guitarrista pensó que quizás ese
“novio” no era más que un pretendiente que quería robarle el corazón de Megg
(de alguna forma, él creía que lo estaba ganando).
Cuando ambos
entraron al ascensor, Megg (solo ella) vio bajar del elevador continuo al que
ellos tomaron a una muchacha morocha, que vista rápidamente le recordó un poco
a su amiga Selenia… Ella y las demás chicas debían estar esperándola abajo,
fuera del hotel, así que decidió que les enviaría un mensaje para avisarles que
comería con Shinpei, a quien preguntó por el otro guitarrista, para poder dar
noticias a Charlotte.
En cuanto a la
muchacha que nuestra rubia vio salir del otro ascensor vestida como personal de
limpieza, debo aclarar, esta esperó algunos minutos, tal vez dos o tres, antes
de entrar a una de las habitaciones. Todo estaba en calma allí. Las cortinas
estaban entrecerradas para apaciguar la iluminación natural de la mañana, sin
dejar todo en penumbras, y permitir que el ocupante del cuarto pueda dormir en
paz. ¿De quién creen que se trata? Así es, de nuestro “adorado” Daigo Naito,
quien dormía tranquilamente, pues apenas apoyó la cabeza sobre la almohada,
quedó rendido ante el sueño. Ni se percató de que una joven entró a su
habitación, fingiéndose una empleada del hotel, y se acercó a él sigilosamente
para no despertarlo. Cuando llegó hasta la cama, se agachó hasta quedar en
cuclillas, y desde esta posición podía admirar más fácilmente el rostro que
tanto había añorado ver de cerca… aunque él no supiera de su presencia.
Extendió una mano para acariciar su cara y algunos mechones de pelo que caían cubriéndole
los ojos, así que los apartó con suavidad. Nada había cambiado en él. Estaba
tal y como lo recordaba en la nebulosa de su mente. Podía olvidarlo todo, menos
a él.
Muchacha: (murmura.
No podía charlar con el vocalista normalmente, así que esa era la única forma
en que podía hacerlo) Daigo-sama… Me alegra saber que has estado bien, que
seguís siendo el mismo. Yo te extraño tanto… pero esta es la única forma en que
puedo acercarme a vos… (Inclina su rostro hacia el de él, como si quisiera
besarle la frente, pero no se atreve) No importa lo que piense el resto del
mundo… Yo voy a amarte el resto de mi vida. (Reúne el valor suficiente como
para acercarse a él y apoyar su boca sobre la suya… solo durante un segundo.
Luego se aleja).
Daigo: (dormido y
con voz pastosa) ¿Qué haces? (la muchacha se aparta de él, un poco asustada. El
vocalista cambia de posición) Ushi desgraciada, la próxima vez me las pagarás.
Muchacha:
(confundida. Piensa) “¿Ushi? ¿Lo dijo por mí?”
Daigo: (lanzando un
manotazo al aire) Te atraparé.
La muchacha se
aleja de la cama antes de que Daigo, profundamente dormido y sonámbulo, pueda
atraparla. Más le asusta la idea de que despierte y la vea, así que decide
abandonar la habitación. Cuando da media vuelta, se choca con el encargado de vestuario,
quien también entró a la habitación con el propósito de sacarla de allí.
Obatta: (murmura,
enojado) Anna, ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Cómo se te ocurre huir de Tokyo para
venir a buscar a Daigo-san?
Anna (la muchacha):
Perdón, ojisan. Pero yo necesitaba verlo.
Obatta: Escúchame
bien: Después del accidente, todos le dijimos a Daigo-san que habías muerto.
Para él estás muerta, ¿entendiste?
Anna: (siente que
el corazón se detiene dentro de su pecho e inmensas ganas de llorar, así que
habla con voz quebrada) ¿Por qué le dijeron eso, ojisan?
Obatta: Te lo
explicaré afuera. Vámonos. (Jala del brazo de su sobrina para que juntos
abandonen la habitación)
Cuando se dirigían
hasta la puerta, escuchan más
murmuraciones de Daigo dormido, quien parece muy agitado en sueños, hasta que
termina cayendo de la cama. Los dos vuelven unos pasos para ver que ocurrió,
pero se alejan a toda prisa al notar que el vocalista despertó. Nuestro
soberbio protagonista solo reconoce a Obatta llevándose a una chica morocha… a quien
confunde con Selenia. ¿Entonces su sueño era real? Comienza a reír para sí con
esta idea en la mente. A pesar del dolor de haberse estrellado contra el suelo,
aquel pensamiento le provoca buen humor. Por más que sea orgullosa e intente
negarlo, está loca por mí, murmura para sus adentros.
Momento, momento...
creo que me estoy olvidando de dos personitas... Ah, claro. Les contare ahora
que sucedió con ellos.
Después de pasar
por su cuarto en la mansión de los Saotome, de cambiar sus ropas sencillas por
unas más alegres y vistosas, y de maquillarse acertadamente, Charlotte, al
darse cuenta de que no sabía cómo llegar al museo, encontró a Orochi y le pidió
algunas señas, explicando que en ese lugar iba a encontrarse con alguien.
Sospechando que se trataba del pelilargo guitarrista, el muchacho se ofreció de
guía a cambio de poder conocer algunos minutos antes al tipo que tenía a
Tsugumi casi trastornada. Orochi no parecía una persona violenta, así que la
pelirroja aceptó y salieron rumbo al museo.
Durante el camino,
el muchacho japonés preguntó a nuestra protagonista si había notado que Tsugumi
ya no usaba un collar que antes siempre la acompaña. Cuando obtuvo una
respuesta positiva, pasó a relatarle lo que se enteró acerca de ese accesorio
tan especial, por boca de su "suegra" (a quien él llamaba Okasan
[2]): resulta que, cuando Tsugumi era una niña, fue de paseo a Tokyo con sus
padrinos y allí vio a una banda tocando en un instituto. Al observar y escuchar
al guitarrista, llegó a emocionarse tanto que se le acercó para decirle que
quería casarse con él, y que crecería mucho para eso. Está de más decir que ese
guitarrista era nuestra ahora pelilargo protagonista, quien le regaló el collar
que tenía puesto, pues la niña se aferraba mucho a este accesorio, como una
suerte de promesa de que algún día se casarían. Claramente, Akihide solo lo
dijo de broma, o pensando que, como él ya lo había hecho, la pequeña niña lo
olvidaría. Pero no. Al dejar el collar de lado, Tsugumi admitía que solo ella
recordaba algo que había sucedido hace tanto tiempo.
Charlotte: Lo que me
contás es muy interesante enserio, pero... no entiendo por qué lo haces, si
Tsugumi es tu novia.
Orochi: No sé si te
ha pasado, pero si yo estuviera en tu lugar, sentiría que le estoy quitando
algo a alguien a quien aprecio. Solo lo digo porque, si sentís algún tipo de
culpa, no tiene ningún fundamento.
Charlotte, por
primera vez en mucho tiempo, reflexiona sobre la situación de Tsugumi. Aunque
se tratara de un amor platónico, la muchacha lleva muchos años de admiración
hacia Akihide, pero una chica nueva, a la que recién conoce, llega a acercarse
más a él en un mes de lo que ella hubiese querido en toda su vida. Y para colmo
de males, esta chica nueva le cae bien. ¿Cómo debe sentirse ella con todo esto?
¿Cómo se puede soportar que la persona que te gusta se acerque más a una amiga
que a vos? Seguramente por eso Tsugumi dejó de lado el collar que antes
atesoraba. Era muy difícil no sentirse mal por la entusiasta muchacha japonesa.
¿Pero que podía hacer Charlotte al respecto?
Tuvo que dejar sus
pensamientos de lado, pues ya estaban frente al museo en el cual la había
citado Akihide. Orochi se despidió gentilmente, deseándole buena suerte y se
marchó, no sabemos adónde. Charlotte se acercó un poco a la entrada del
edificio, pues algo llamaba su atención: estaba completamente cerrado, con un
gorilón parado cerca de la puerta que la observó tras sus lentes oscuros, eso
era muy evidente, y dijo algo a un comunicador, algo que la pelirroja no pudo
entender. Apenas decidió una respuesta, se acercó a ella con mucha seguridad,
tanta que terminó asustando a nuestra protagonista, quien se finge tonta y
camina hacia otra parte. Cuando el gorilón consigue sujetarla de un brazo,
Charlotte consigue zafarse, decidida a correr, pero este hombre no se lo
permite. De inmediato la levanta con un solo brazo, haciendo oídos sordos a sus
protestas, y la deposita dentro del museo como si fuese un bulto. Después cerró
la puerta y continuó vigilando.
La confusión por
ese despliegue terminó reemplazando al anterior malestar de ánimo. Ahora
Charlotte volvió a preocuparse por sí misma, preguntándose porque la metieron a
la fuerza en el interior del museo. ¿Y si todo era una trampa? No, que
paranoico. ¿Quién querría ponerle una trampa y armar todo el circo del gorilón
frente a la puerta? Según recordaba, no tenía enemigos... ¿Y se fue Akihide? Un
súbito rubor se apodero nó solo de su rostro, sino también de todo su cuerpo.
De alguna extraña forma, aquella idea le resultó deliciosa y excitante, y se
apoderó de ella con suma rapidez. Comenzó a espiar de un lado al otro buscado
al guitarrista, avanzó sin saber con certeza hacia dónde iba. ¿Él la llamaría
ejecutando soberbiamente algunas notas con la guitarra? Cada nueva idea la
entusiasmaba mas, ya armaba un culebrón imperdible en su cabeza cuando escucha
una voz que rompe sus fantasías.
Akihide: (habla
detrás de ella) Charotte-san... ¿Estás bien?
Charlotte: (voltea
de repente) Akihide... (Su fantasía cayó a pedazos, pero lo disimula de la
mejor manera posible) Konnichiwa. Ha pasado mucho tiempo. ¿Cómo est...?
Akihide:
(súbitamente la rodea con los brazos de manera afectuosa, estrechándola contra
sí) Te extrañe mucho, Charotte-san. Pero no te extraño como tío, sino como
hombre.
Aferrándose a él en
un fuerte abrazo, Charlotte siente que la alegría no cabe en su pecho. Akihide
la estaba abrazando, confesó que la extrañaba... ¡y dio final a esa estupidez
de ser su tío! Jamás se había sentido tan cerca de él como en ese momento. Toda
la bruma, la confusión de su mente se disipó por completo. No hay mucho que se
pueda decir más que eso: un abrazo... con solo un abrazo regresó la paz a sus
mentes y sus corazones. Para que pudieran avanzar por fin, el pelilargo
guitarrista sabía que esta vez él debía avanzar siendo completamente sincero. E
increíblemente ninguna imaginación de la pelirroja pudo superar la realidad.
Mar en calma, otra vez.
Akihide: (sin
soltar a Charlotte. Quiere tenerla cerca todo el tiempo posible) Hay muchas
máscaras, trajes y fotografías que apreciar, además de varios cuadros. (Se
aparta solo un poco) ¿Comenzamos el recorrido?
Charlotte sonríe
con cierta complicidad, dándole a entender que está de acuerdo, así que deshacen
el abrazo e inician el recorrido por la exposición. Ganas de tocar las máscaras
o los trajes no faltaban, pero no estaba permitido. Tuvieron que conformarse
con comprar unas replicas en la tienda de recuerdos. En cada momento del
recorrido, Charlotte se sorprendía de lo cercano e informal que se mostraba
Akihide con ella. Aun la trataba como Charotte san, pero sin esa distancia
física y la incomodidad que antes dominaba en su forma de tratarla.
Después del museo
fueron a almorzar a uno de los mejores restaurantes de Ramen que el guitarrista
conocía en Hirome-Koochi, mientras charlaban sobre la exposición y todo lo que
vieron en ella. En tanto que Akihide se mostraba relajado durante la comida,
Charlotte sentía como agujas en el cuello las miradas puestas sobre ellos. Al
parecer, cuando se reunían en el pasado, lucían solo como un par de conocidos,
mientras que ahora la imagen que desprendían era totalmente diferente. Incluso
ella podía comportarse de otra manera.
Al terminar el
almuerzo, Akihide propuso acompañar a la pelirroja hasta el lugar en el cual se
hospedaba y regresar con la banda. Había varios pequeños detalles por revisar
antes del recital de esa noche. Caminaron un buen rato, callados, envueltos en
un silencio extraño pero no incomodo, con una energía más bien positiva. Ambos
sentían que tenían que decirse algo, pero quizás no sabían sobre qué o qué
palabras usar.
Charlotte: (decide
romper el silencio y se frota los brazos) De repente vino un viento fresco.
Akihide: (abre el
cierre de su campera y vacía una de las mangas, como si fuese a entregarle su
abrigo a Charlotte)
Charlotte: No es
necesario. Vos también necesitas...
Akihide: (se acerca
a ella y, con la mitad vacía de su campera cubre la espalda de Charlotte) Los
dos podemos abrigarnos de esta forma.
Charlotte sujeta la
mitad de la campera que la cubre y el pelilargo le indica con una mímica que
deslice su brazo en el interior de la manga. Así los dos, abrigados con la
misma campera, estaban tan cercanos como en ese abrazo en el museo. Para
nuestra protagonista todo eso parecía un sueño bonito. Ninguna de sus
imaginaciones más románticas y ningún sueño podían superar lo que estaba
viviendo en ese momento. Solo deseaba que nada rompa la magia de aquel acercamiento,
que nada arruine la armonía que por fin sentían el uno con el otro.
Akihide: ¿Así está
bien?
Charlotte:
(sorprendida) ¿Qué cosa?
Akihide: Esto.
Entre nosotros... hay muchos años de diferencia. Y muchos kilómetros de
distancia.
Charlotte: (reflexiona
un momento, pero decide contestar con su corazón) Que yo tenga que irme... en
unos meses, no quiere decir que no volveré jamás, o que no podrás ir a verme.
Además... yo me siento cómoda ahora (apoya la cabeza sobre el hombro de
Akihide). Si sos tan dulce conmigo, es muy difícil no estar a gusto.
Ninguno de los dos
se dio cuenta de habían detenido su marcha. Estaban parados en medio de un
camino desierto, despejado de cualquier fisgón entrometido que los juzgara con
la mirada. Aparentemente nada se interponía entre los dos, así que Akihide no
dudo en dirigir la vista hacia Charlotte, como si la invitara a hacer lo mismo,
cosa que sucedió de esa manera. La pelirroja levantó un poco el mentón al mismo
tiempo en que él inclinaba la cabeza hacia ella, y bajó lentamente los
parpados, mostrando así su disposición a lo que entendía que iba a suceder a
continuación: y no falló. Ya podía sentir su respiración próxima, la cercanía
de su rostro y el leve roce de sus labios... su mente, vacía y oscura en ese
momento, la llevó de manera súbita hasta el jueves por la noche en el edificio
de señoritas, precisamente al dormitorio de Maya, en el que estaban ella y la
muchacha japonesa...
Involuntariamente,
Charlotte aparta el rostro, turbada por sus recuerdos. Cuando siente que la
boca de Akihide termino besando su mejilla, se siente avergonzada por lo que
hizo, pero no puede volver atrás. Su mente ya está perturbada por las imágenes
que a ella llegaron de repente. Con rapidez se aleja de él y abandona el abrigo
que compartían, pues no puede ni mirarlo, realmente se sentía muy apenada por
su reacción anterior. No podría explicarle qué fue o qué pasó si él decidía
preguntar por ello, algo que no tardó en suceder.
Akihide:
Charotte-san... ¿qué...?
Charlotte:
(apresurada por huir de allí) Yo... recordé algo de repente. Tengo que irme, lo
siento. (Mientras se aleja) Hablaremos después del recital. Lo prometo. (se va)
El pelilargo
guitarrista, estupefacto, contempla como nuestra protagonista se aleja de él a
toda marcha, como si estuviese huyendo… ¿Huir? ¿Por qué huiría ella de él, si
hasta hace un momento…? Acaso… No, imposible. Charlotte demostró estar de
acuerdo en el momento en que intentó besarla, levantó el mentón, cerró los
ojos… ¿Por qué cambió de idea y huyo de esa forma? Tendré mal aliento, se
preguntaba, pero luego de comprobarlo, se dio cuenta de que no era eso.
¿Entonces cuál era el problema? En un acto de reflexión, Akihide rascó su
cabeza con la mano derecha, y al levantarla, se dio cuenta de que en ella
llevaba los recuerdos que compraron, incluidos los de Charlotte… Tenía la
excusa para ir a verla, y aclarar lo sucedido, pero… ¿sería prudente hacerlo?
Lo era, claro que lo era. Ya comenzó a moverse en la dirección correcta, y no
podía dar marcha atrás cobardemente.
En cuanto a las
demás muchachas, las que esperaron frente al hotel la salida de la rubia, les
contaré que pasó, para hacer una elipsis (¡sí!). Ichiyo fue por su lado, Megg
avisó que almorzaría con Shinpei, Charlotte fue al encuentro de Akihide y
Tsugumi decidió dar un paseo con Kendi Orochi, con quien se encontró un rato
después, así que solo Atsuko y Selenia regresaron a la mansión Saotome para la
comida. Mientras las demás pensaban en romances, ellas devoraban el almuerzo
como si fuera la última comida del mundo, un poco porque se sentían ignoradas,
pero más que nada, porque el cocinero era un verdadero maestro de la cocina.
Aunque sus estómagos decían basta, pidieron una ración más cada una, pues
consideraban que era un desperdicio que nadie comiese lo que quedaba. Además,
en esa casa siempre había comida, y en abundancia. Como las dos jóvenes, el
señor Saotome amaba el buen comer, y no importaba expresarlo a viva voz,
acompañado de un montón de risotadas. También se sentía gustoso de ver que no
todas las chicas de esa edad preferían la delgadez de las raciones pequeñas, ya
que tanto Atsuko como nuestra simpática protagonista sucumbían ante los
placeres de la comida, con un té relajante como precedente.
Atsuko: (dejando
los hashi en el plato) No puedo más… Si seguimos así, no conseguiremos novio.
(Piensa un breve momento) Si sigo así no conseguiré novio…
Selenia: ¿Estas
tratando de decir que mientras más como, me pongo más sabrosa? Si es así,
gracias.
Atsuko: No sé por
qué me agradeces… no quiero que vayas con los caníbales [2].
Selenia: Yo no me
refería a… Sabroso en español también puede calificar a la gente. Cuando un
hombre desea a una mujer, se dice que se la quiere comer.
Atsuko: Ustedes son
muy raros… Y tampoco me refería a eso.
Selenia: ¿Entonces?
Atsuko: Vos tenés
tus asuntos por ahí.
Selenia: Vos tenés
tu admirador por ahí también.
Atsuko: (rozando el
enojo) Ese idiota no cuenta.
Selenia: ¿Qué tiene
de malo Hernán? Es limpio, no tiene antecedentes penales, es sincero, gracioso
y no se enoja si lo molestas. Para ser hombre, ya está bien.
Atsuko: Si te
gusta, te lo regalo.
Selenia: Bueno, lo
tendré en mente, pero luego no te quejes. (se le acerca confidencialmente) Por
cierto, el jueves vimos a Hernán volver con la cara roja, y vos estabas muy enojada,
¿qué pasó?
Atsuko: (intenta
contener su rabia al recordarlo) Ese idiota me beso… (cubre una mejilla con las
manos) No importa cuánto la lave, esa sensación no se quita.
Selenia: (decepcionada
por la gravedad que Atsuko confiere a algo tan simple para ella) ¿Te beso en la
mejilla, entonces?
Atsuko: Si… Es un
atrevido idiota. No quiero volver a verlo.
Selenia: Que mala
suerte, entonces. Porque me contó que la próxima semana estará trabajando en
AoRingo como ayudante. (con entusiasmo no disimulado) O sea que serán
compañeros.
Atsuko queda
petrificada después de escuchar esta noticia. Más que curiosa por saber cómo es
que nuestra protagonista lo conoce, siente que va a desmayarse de la impresión…
¡Hasta qué punto podía perseguirla ese individuo! Ya le temblaban las manos de
tanta rabia, y su rostro se tornó pálido al principio, luego rojo como si toda
la sangre se le fuese a la cabeza de una sola vez. Selenia no sabía si
comenzaría a lanzar cosas, así que se alejó de a poco. Sin embargo, su posible escándalo
quedó en la nada cuando llegó Charlotte, alterada y aparentemente avergonzada,
preguntando si ya había regresado Maya de su paseo, pero como recibe una
respuesta negativa, se dirige a su habitación sin decir más. Apenas unos
minutos después llegó a quien buscaba, y ni tuvieron que avisarlo porque ya la
vio venir desde la ventana. Ambas salieron al jardín de la mansión para hablar.
Mientras tanto, KyunHo recordó que quería compara un recuerdo de la ciudad y
decidió partir nuevamente, acompañado por las desocupadas muchachas.
Casi quince minutos
después ya estaban de regreso en la mansión, comentando entre risas por que
hicieron todas las compras en la primera tienda que vieron. Además, acordaron
que aprovecharían unas horas del domingo, antes de regresar, para visitar el
Castillo de Koochi y poder tener una vista panorámica de toda la ciudad, desde
la playa, la parte tradicional, ambientada en la era Meiji, y la parte moderna.
Era infaltable esa mezcla, y a la vez tan marcada diferencia entre lo tradicional
y lo contemporáneo.
Cuando ya iban
llegando a la entrada, vieron a alguien salir de la mansión algo perturbado:
tenía la mirada perdida en el suelo, y apenas hacía dos pasos, se detenía como
si quisiera despertar de una pesadilla. Esto los extrañó de sobremanera, así
que Selenia, se acercó a preguntarle si algo malo le había ocurrido. Atsuko y
KyunHo no se atrevieron a hacer lo mismo, no eran suficientemente curiosos como
para inquirir sobre su estado a alguien a quien apenas vieron una o dos veces.
Selenia: Aki-san,
¿estás bien?
Akihide:
(perturbado, murmura a media voz) Si… Creo que sí… Tengo… Tengo que regresar…
(comienza a caminar, pero a los dos pasos regresa y habla con nuestra
protagonista) Charotte-san olvidó esto (le entrega la bolsa de la tienda de
recuerdos del museo). ¿Podrías entregárselo?
Selenia: (agarra la
bolsa) Aki-san, estás pálido… Charlotte debe andar por el patio. Pero no te
preocupes. Le diré que entraste y no la encontrarse, por eso…
Akihide:
(interrumpe, nervioso) Yo nunca entré a este lugar. Se-chan, te lo pido. Yo no
entré. Solo me acerqué a la entrada, ¿entendido?
Selenia:
(Confundida por tanto misterio) Está bien.
Akihide regresa al
hotel, luego de dejar lo que había llevado para Charlotte con Selenia. No
podría mirar a los ojos a la pelirroja después de lo que había visto en ese
patio… Sus ojos no mentían, pero en ese momento no se atrevió a confesar que
estaba allí, observando la conversación que ella sostenía con aquella muchacha
castaña. ¿Qué fue lo que sucedió ahí? Parecía increíble, pero él lo vio. Y de
alguna loca manera, eso explicaba lo que había ocurrido apenas unos minutos
antes. Lo explicaba, pero al mismo tiempo, constituía un sinsentido. Nada en su
mente, desde que se cruzó con ese suceso, podía adquirir algún orden lógico, no
había relación causa y consecuencia. Porque, si bien lo que había visto
revelaba la razón de por qué Charlotte huyó de él, quitaba explicación a por qué
ella se mostró tan predispuesta cuando quiso besarla… o a lo largo de todo el
tiempo que llevaban conociéndose. El pelilargo guitarrista no podía apartar
estos pensamientos de su mente, ni aun cuando la hora de salir al escenario se
acercaba.
Daigo: (golpeando
levemente su cabeza) No te distraigas. ¿Me estás escuchando?
Akihide: (perdido
en su mente) No, lo siento.
Daigo: (con
severidad) Faltan solo dos horas para salir al escenario. Te necesitamos
concentrado, ¿de acuerdo?
Shinpei: ¿Qué pasa
con vos…? Pediste la mañana y el mediodía libre. ¿Acaso sucedió algo malo?
Akihide: (No sabe
cómo decir lo que lo atormenta) Yo… Charotte-san…
Daigo: (suspiro de
cansancio) Otra vez esa mujer… ¿Qué le dijiste ahora? ¿Qué te trate como a un
padre?
Shinpei: Si te
mandó al diablo, es comprensible.
Akihide: (niega
torpemente con la cabeza) No… Yo… ya corregí eso. Yo… me retracte de eso y…
comencé a mostrarle mis sentimientos.
Daigo: Entonces…
¿de todas formas te mandó al diablo?
Shinpei: ¿Ves que
la furiendo son no tiene camino de vuelta? ¿Verdad que tengo razón?
Akihide: (como si
no los escuchara, prosigue) Ella… Charotte-san… Estaba besando a otra perso…
(furioso) ¡a una mujer! ¡A otra mujer como ella!
Shinpei: Pero si
ustedes… o sea, vos no te podés quejar de eso.
Daigo: (curioso) ¿A
quién?
Shinpei: (con mala
intensión) ¿Queres saber si es Se-chan?
Daigo: (enojado)
Podría ser Meggara, ¿o no, Akihide?
Shinpei: Meggu-chan
no podría hacer algo así teniéndome a mí.
Daigo: (con peor
intención) Tal vez por eso te trata como amigo…
Akihide: No era
ella… no era Meggara. Era una tipa castaña, una de las que vive con ellas en el
edificio. (mientras ellos tratan de deducir la identidad de la chica a quien
Charlotte besó) Oigan… Yo les cuento algo tan íntimo y espantoso… y solo les
preocupa el chisme.
Daigo: (restándole
importancia) Qué más da. Ya conocerás a otra chica. Mujeres hay muchas en el
mundo.
Shinpei: Si. Nada
más puede hacerse. Acaso querías que te abracemos y te consolemos… Lo siento,
pero mis brazos estás reservados (sale del camarín)
Akihide:
(acercándose al vocalista) Daigo… me siento muy mal.
Daigo: (rodea los
hombros de Akihide con un brazo y acerca la cabeza de este a su hombro) Ya,
tranquilo. (para sí, mientras palmea a su amigo) Maldita sea… Maldita Charotte.
(a Akihide) Todo esto debe tener una explicación. Sé que tu chica es rara, pero
no parece de las niñas a las que les gustan las otras niñas.
Akihide: Pero lo
que yo vi fue real.
Daigo: no te sirve
pensarlo así ahora. Pensá en las fans, que están allí afuera, esperando por
nosotros. Ellas nos amas a pesar de todo. ¿Las vas a decepcionar?
Akihide:
(alejándose un poco) No… (parece entusiasmado) Lo hare por ellas. Ellas nunca
me traicionaran. (sale del camarín)
Daigo: Bueno… ¡A
trabajar!
Sí, claro. Aunque
dijo eso, salió del camarín como los demás, pero hacia otro lado. A un lugar
donde pudiese encender un cigarrillo tranquilamente y en soledad. Fumar un rato
antes de cada concierto le resultaba relajante, calmaba la ansiedad que sentía
al ver que las luces, los instrumentos y la gente estaban listos para recibir
su música. Ya no se trataba de nervios, como al principio de su carrera, cuando
el público se concentraba más en su aspecto que en sus canciones o su voz. Ese
pasado, que ahora se veía tan lejano, no parecía más que un triste sueño…
Actualmente tenía lo que en ese entonces tanto deseaba, pero… no podía decir
que era feliz. Después de todo, él se había convertido en un ser incompleto.
Hombre: (aparece de
repente) ¡Daigo!
Daigo: (observa al
recién aparecido y logra reconocerlo) Hyde, ¿Cómo has estado? (le ofrece un
cigarrillo)
Hyde: (acepta y
tantea sus bolsillos en busca de un encendedor) Fuera de problemas. (Como no lo
encuentra, Daigo le ofrece el suyo) Nunca use un encendedor que no fuese de
Larc’ en Ciel (ambos ríen).
Hyde enciende el
cigarrillo, devuelve el encendedor y, ambos mirando al cielo, arrojan múltiples
bocanadas de humo hasta que acabaron de fumar y decidieron hacer otra ronda.
Hyde: ¿Quién es?
Daigo: ¿Quién es
qué?
Hyde: Cruce a
Shinpei en el pasillo, y me dijo que estás saliendo con alguien. Quiero saber
quién es.
Daigo: Ese idiota…
No estoy saliendo con alguien, pero… tal vez lo haga pronto. (Golpea a cola del
cigarrillo para que caigan las cenizas)
Hyde: ¿Y quién es
esa desafortunada mujercita?
Daigo: No voy a
decírtelo, pero seguramente saldrá en las revistas.
Hyde: (lo mira con
interés) ¿Acaso es famosa?
Daigo: (arruga la
nariz) Ya no seas curioso. (Termina el cigarrillo y, en vez de fumar otro,
arroja la colilla al cesto de basura que tiene cerca) Ya debo ir a cambiarme.
Hyde: Pensé que ya
estabas listo… (Se golpea la frente) Cierto, Obatta-san es capaz de ahorcarte
si en vestuario huele a cigarrillo. (También arroja la colilla) Bien. Estaré
viéndote. (Está a punto de irse, pero gira para ver a Daigo) Por cierto… ¿Quién
es Se-chan?
Daigo: (atorado)
La… ¿la Ushi?
Hyde: Ah… Se-chan
es tu famosa Ushi.
Daigo: (indignado)
¿cómo es eso de “mi” Ushi?
Hyde: (ignorándolo)
Quiero conocerla. Presentamela la próxima vez. (se va)
Daigo: ¡Deja a ese
fenómeno de la naturaleza! (También se va, pero regresa al camarín, donde
encuentra su traje planchado e impecable, así que decide arreglarse)
Como el vocalista.
Akihide y Shinpei ya estaban preparándose para el concierto. El primero afinaba
su guitarra y practicaba algunas notas mientras terminaban de arreglarle el cabello. El segundo,
completamente vestido y lookeado para el show, preparaba poses espectaculares
con las cuales quería impresionar a Megg, y hacía un lio en el camarín.
Ahora dejaré a la
banda para pasar a los muchachos viajeros que presenciarían el recital. Ya
estaban ubicados en sus asientos, lugares bastante privilegiados (¿de qué
trabaja el padre de Tsugumi?), expectantes del show que se desarrollaría frente
a ellos. Nuestras protagonistas miraban hacia todos lados, de izquierda a
derecha, de arriba abajo, esperando a que aparezca la banda, o se enciendan las
luces y comience el concierto. ¿Cómo sería un FC de Breakerz [3]? ¿Sería tan
humorístico como había escuchado? Tsugumi les confesó que ella siempre iba a los
conciertos regulares, pero nunca podía conseguir entradas para el FC, así que,
como ellas, era nueva en eso.
Después de tantas
expectativas, finalmente los vieron aparecer: llevaban unos trajes que parecían
uniformes militares, o algo así. El de Akihide estaba decorado con una especie
de flor hecha de plumas en el cuello, el de Shinpei no tenía mangas y dejaba
sus brazos completamente expuestos (a pesar del fresco), mientras que el de
Daigo parecía el más normal de todos, quitando esa suerte de media falda triangular
que salía debajo de su chaqueta. No hubo interacción inicial. Apenas se
encendieron las luces y entraron los tres, comenzó a sonar la música,
acompañadas de imágenes emitidas en una pantalla gigante en el escenario,
detrás de ellos: el primer tema fue Nonai survivor, ejecutado e interpretado
con mucha energía, como una explosión de entusiasmo. A este tema siguieron No
sex no life (que sonrojó a todas y todos), Everlasting luv, Dear liar, Zettai I
love you (acompañado de las mejores sonrisas de los muchachos a las fans, quienes
gritaban enloquecidas, incluyendo
a nuestras protagonistas) y Overwritting, que calmó un poco
la euforia desbordante. Después de este primera parte, Daigo permaneció un
momento en el escenario, contando alguna que otra anécdota muy humorística sobre
los preparativos previos al concierto. Luego anunció que lo verían volando
arriba de todos, así que pidió que sigan disfrutando el evento.
Ya con nuevos trajes
sobre el escenario, tocaron Climber x climber y el vocalista cumplió su
promesa, pues fue elevado hacia lo alto mientras cantaba con entusiasmo. Los ánimos
del público estaban tan contagiados, que hasta Charlotte sintió miedo de que se
caiga. Cuando volvió al escenario y
terminó la canción, Daigo tomó unas porras doradas y, acompañado por unas
bailarinas vestidas de porritas, comenzó a bailar graciosamente Smile 100%. En este punto, los guitarristas miraban hacia
otro lado para no ver las tonterías que hacía su amigo en el escenario. En Miss
Mystery, Shinpei comenzó a poner en escena las poses nuevas que practicó, en
especial una en la que apuntaba a Akihide, quien hizo lo mismo automáticamente,
pero se alejó un poco del primer plano cuando llegó el turno de Real love, y es
aquí donde me detendré un poco, pues nuestras protagonista y sus amigos, que
todo lo estaban viendo, hasta ese momento disfrutaban del show. Pero, como
fueron notando que, hacia el final de la canción, Daigo y el pelilargo guitarrista
se acercaban…Megg y Charlotte comenzaron a preguntarse qué pasaba, mientras
Selenia y Tsugumi, al igual que los demás fans gritaban “Kiss Kiss”.
Las primeras
no creían en esto… hasta que lo vieron, y en tanto la rubia se cubría los ojos,
la pelirroja, en uno de sus arranques, exclamaba que ella podría hacerlo mucho
mejor, y lo decía con tanto entusiasmo que ya la imaginaban subiendo al
escenario y apareciendo entre Daigo y Akihide para llevarse al guitarrista y
mostrarle lo que era un buen beso. El bloque finalizó con Bunny love y la
presencia de una sexy bailarina vestida de conejita al estilo Playboy, que
parecía coquetear descaradamente con los tres miembros de la banda,
especialmente con Shinpei. Lo último hizo rabiar tanto a Megg que también la
imaginaban subiendo al escenario para sacar a rastras a la falsa rubia esa (¿quién
se cree?).
Nuevamente regresan
con un cambio de vestuario, con trajes bastante más diferentes, de un estilo
elegante, para, según palabras de Daigo, enamorar sus corazones con el próximo repertorio:
Hikary, Miss you, The train’s gone y Last pray. Nuestras protagonistas se
asombraron de cómo las tres primeras canciones resultaban tan emotivas gracias
a la interpretación de Daigo. Parecía increíble que alguien que siempre les
daba rabia pudiera llegar a conmoverlas cuando cantaba, y la última canción realmente
llegaba a ser una súplica desesperada desde el fondo de un corazón atormentado.
Con esta última
parte completa, dieron por finalizado el concierto, agradeciendo a todos los
asistentes. Además, les pidieron que completaran un cuestionario (entregado
antes de que salga la banda a escena) sobre el evento [si, eso se hace].
Dedicaron unas palabras a todos los fans, aunque quienes dedicaron solo unas
palabras fueron Akihide y Shinpei. Daigo hablo tanto que parecía estar dictando
su testamento. Afortunadamente fue muy carismático y gracioso, y así no notaron
que habló durante más de treinta minutos (que bocón).
Después de
completar el cuestionario y entregarlo, el público fue retirándose lentamente,
hablando casi a los gritos sobre las emociones que se despertaron con el
concierto. Entre todas estas personas salían nuestras protagonistas, sus amigas
y los dos novios que las acompañaban. Las más entusiasmadas, sin dudas, eran Selenia
y Charlotte, quienes comentaban una y otra vez sobre cada detalle, las poses,
las caras, las ropas, los gestos que pudieron ver a través de las pantallas
gigantes, las coreografías (sobre todo eso), las luces, nada escapó de sus
ojos.
Charlotte: (jamás más
entusiasmada) ¡Todo fue fabuloso! ¡Sobre todo esa parte!
Megg: (pensando que
habla de Zettai I love you) Si, fue muy gracioso cuando se acercaban a los fans
y todos gritaban.
Selenia: Creo que
ella habla de Real love. En ninguna parte la vi tan entusiasmada como en esa.
Charlotte: Exacto.
A mí no me gusta el Yaoi fanservice, pero esta vez hago una excepción. Me
encantó… imaginar que soy Daigo (se despeina) ¡Ah! ¿Por qué desperdicie la
oportunidad de esta tarde?
Selenia: Si estas
decidida a hacerlo, te dejo pasar a verlo.
Charlotte: (comparte
una mirada cómplice con Selenia) ¿En verdad podes hacerlo? (la morocha asiente
y ella sonríe) ¡Fantástico!
Megg. Hey, yo también
quiero ir. ¿Puedo ver a Shinpei?
Selenia: (observa a
Maya, Atsuko y Tsugumi) Aunque va a ser sospechoso entrar con tanta gente…
Tsugumi: (sorprende
a todos) Vayan las tres. Nosotros las esperaremos aquí, ¿verdad?
Los demás asintieron
y las tres protagonistas decidieron ir hasta el acceso a camarines. Cuando el
guardia de seguridad se les interpuso para que no pudieran entrar, Megg y
Charlotte pensaron por un momento que Selenia le caería a golpes, pero, para
alivio de ambas, apenas mostro su distintivo de ZR que la presentaba como
asistente de vestuario, le permitieron entrar. Cuando las miraron raro a ellas
dos, la morocha anunció que eran refuerzos. Estaba tan tranquila que creyeron
todo lo que dijo.
Apenas pasaron la entrada
ya encontraron a empleados de la productora, algunos de ellos las reconocieron,
pero no se extrañaron de esas presencias (digamos que ya sabían sobre las
andanzas de la banda). Charlotte se escabulló apenas pudo ver el camarín de Akihide,
mientras las otras dos no sabían dónde se habían metido. Además también salió a
“recibirlas” Obatta, convencido de armar un escándalo y hacerlas echar, pero
por suerte para ellas aparecieron Shinpei y Daigo para espantarlo.
Shinpei: (una vez
que Obatta se fue) Meggu-chan, ¿Te gustó el recital?
Megg: (entusiasmada)
Claro que sí. ¡Fue fantástico! Me alegra mucho haber venido y me encantaría ver
otra presentación como esta.
Selenia: (a Daigo)
Si me preguntas, me gustó mucho el concierto.
Daigo: ¿Quién te
preguntó?
Shinpei: (entrometiéndose)
No necesitas disimularlo delante de mí. Es más, si se dan un abrazo no me
molesta.
Daigo: ¿Qué dice
este idiota? Ah, no volveré a preguntarles algo.
Selenia: No
entiendo. Alguien puede explicarme.
Daigo: (antes de
que Shinpei responda. A Selenia) Supongo que viniste a pedir un regalo de White
day.
Selenia: Cierto…
Debería ser algo que tenga más o menos el mismo precio de lo que yo compré. No
me gusta que me regalen algo caro si yo regale algo… O sea… (Piensa) Unos 800
yenes.
Daigo: (indignado)
¿800 yenes? No voy a regalarte algo después de escuchar que me diste semejante
baratija.
Selenia: Pero si te
lo saboreaste, ¿verdad, Shinpei-san? Además es costumbre.
Shinpei: ¿Vos eras
la del ramen de chocolate?
Daigo: (desesperado
por cambiar de tema) Meggara también querrá algo de White day, ¿verdad?
Megg: ¿Yo? Lo que
Shinpei me quiera regalar está bien.
Daigo: (decidido a
molestarla) ¿Y si te quiere regalar su cuerpo?
Megg: (al ver que
Shinpei lo piensa –o finge hacerlo) Lo que me quiera regalar y que tenga
chocolate estará bien.
Daigo: ¿Y si quiere
regalarte su cuerpo bañado en chocolate?
Megg: ¡Ya deja de
molestarme!
Selenia: (frotándose
las manos, con expresión perversa) ¿Se puede pedir eso de White day? (exagera
tanto la expresión que Daigo se asusta)
Daigo: (abrazándose
a sí mismo) ¿Cómo vas a pedir eso, estúpida?
Selenia: Sería
equivalente a lo de 800 yenes que te regale.
Daigo: ¿Estás
insinuando que mi cuerpo vale 800 yenes?
Selenia: Bañado en
chocolate, si.
Megg: (a Shinpei)
Una caja de bombones artesanales estará bien.
Shinpei: (rodea los
hombros de la muchacha con un brazo) Tranquila, my pretty girl. Yo no pensé en
regalarte mi cuerpo… no para tener sexo. Pero si queres una foto mía que
atesorar en tu mesa de noche, no hay problema.
Megg: (anonadada)
Creo que no merezco tanto. Una caja de bombones estará bien.
Mientras ellos charlaban
y Charlotte hablaba con Akihide en el camarín, los muchachos que las estaban esperando
pidieron a KyunHo que vaya a ver que sucedía, pues les pareció que demoraban
demasiado sin dar noticias. El muchacho coreano se acercó a la entrada y pudo
pasar al guardia de seguridad gracias a que un amigo suyo, que trabajaba en ZR,
pidió que le permitan entrar y también le indicó donde podía encontrar por lo
menos a la pelirroja, la única de las tres extranjeras a la que pudo ver.
Gracias a esto, KyunHo se acercó hasta el camarín de Akihide… y pudo escuchar
la (casi) discusión que mantenía con Charlotte, en la cual estaba involucrada
Maya… El guitarrista acusó a la pelirroja de haber besado a su novia, confesó
que las había visto en el patio de la casa de Tsugumi, y lo peor del caso es
que ella no lo negó, pero dijo que todo tenía una explicación. Esto no sirvió
de mucho, ya que el pelilargo protagonista se rehusaba a escucharla, no tenía
sentido para él oír una excusa si la verdad era esa.
Cuando KyunHo
escuchó que pronto abrirían la puerta, salió de allí lo más rápido que pudo
hasta adonde estaba los demás… y apenas vio a Maya, sin dar explicaciones, la
tomo por un brazo para conducirla aunque sea a un par de metros y hablar
tranquilo con ella… aclarando que fue lo que sucedió.
Entre tanto,
Atsuko, Tsugumi y Orochi vieron regresar a Megg… solo a ella. Intentaron no
averiguar que pasaba con Maya y KyunHo preguntando a la rubia donde estaban las
demás: resulta que desde el principio Charlotte se les perdió, y luego
encontraron a Daigo y Shinpei, quienes les hablaron un momento hasta que les
dijeron que ya estaba preparado en transporte. Esa fue la pauta de despedida…
solo para ella, pues no supo en que momento Selenia desapareció y no podía
comunicarse con sus amigas. Creyó que estarían ambas con ellos, pero allí no
las encontró. Los tres pretendían debatir brevemente que es lo que sucedía, a
dónde podrían haber ido aquellas dos, sin embargo, les robo toda la atención el
inminente conflicto de la parejita que se había alejado: de pronto KyunHo se
fue… dejó a Maya sola y se fue hecho una furia, o profundamente perturbado.
Megg se acercó a la
muchacha castaña para averiguar que sucedía, pero esta le pidió que fuese tras
KyunHo, pues, como él confiaba en nuestra rubia protagonista, la escucharía y
podría tranquilizarse con sus palabras, pedido que no tuvo que ser repetido. La
extranjera, sin pensarlo dos veces, hizo caso a su amiga y fue tras el coreano fugitivo
a toda prisa. Aunque él no sabía hacia dónde
iba, continuó caminando un buen rato hasta que se cansó y encontró una
superficie en la cual sentarse. Debo aclarar que, con el recital y la espera,
no tenía suficientes energías como para ir demasiado lejos.
Tal vez por desacuerdos
de la fortuna, tal vez porque las cosas deben ocurrir de una determinada forma,
en tanto Megg y KyunHo hablaban… la camioneta en la cual se trasladaba la banda
pasó por allí… y al reconocer a su codiciada rubia, Shinpei pidió que detengan
el vehículo súbitamente y sin que nadie entienda por qué. Se acercó con mucha
cautela a ellos, quienes no lo notaron, pero no pudo mantenerse al margen por
mucho tiempo, ya que vio que Megg abrazó a ese muchacho, él también la rodeó
con los brazos, incluso pudo ver que lo besó en la mejilla… ¡pero ella le juró
que nada ocurría entre ellos! ¿Entonces qué era eso? ¿Por qué hacía con ese
supuesto amigo lo mismo que con él?
Shinpei: (acercándose
a ellos) ¿Qué significa esto?
Megg: (deshaciendo
el abrazo con KyunHo) Shinpei… ¿Qué estás haciendo aquí?
Shinpei: (alterado)
Yo te pregunte primero… ¿Por qué abrazas y besas a tu amigo? ¿Por qué lo estás
tratando igual que a mí?
KyunHo: Sumimasen.
Esto es culpa mía. Meggara-san solo quiso ser amable conmigo. Gomen nasai.
Shinpei, sin
palabras de por medio, reniega del entrometimiento de KyunHo y lo golpea en el
pecho y el rostro, arrojándolo al suelo. Como le quitó el aire, el muchacho
coreano tiene dificultades para ponerse de pie.
Megg: (asustada) ¿Qué
es lo que haces? (quiere ir a ayudar a Kyunho, pero Shinpei se lo impide, pues
la sujeta por un brazo) ¡Soltame! Yo trató así a KyunHo porque es mi amigo.
Shinpei: (con una
de sus manos sujeta el rostro de Megg y la obliga a mirarlo: estaba
completamente fuera de sí) ¿Entonces yo también soy tu amigo? ¿También lo soy?
(como ella no responde, él acerca su rostro. Nuestra protagonista intenta
esquivarlo, se resiste a lo que el guitarrista de lentes quiere hacer, pero sus
esfuerzos son en vano, ya que él logra, de todas formas, apoyar su boca
sobre la de ella… Hasta que la rubia consigue fuerza suficiente como para empujarlo
y propinarle un cachetazo)
KyunHo: (de
pie, irritado por lo que acaba de ver) ¿Cómo
te atreves a tratar así a Meggara-san? (apenas termina la pregunta, golpea a
Shinpei en la cara y hace que retroceda varios pasos)
Enfurecido por eso,
Shinpei arremete contra KyunHo con todo el cuerpo, y otra vez lo arroga la
piso, pero con él encima. Sin perder un segundo, comienza a golpearlo en la
cara y los brazos si con ellos intentaba bloquearlo. Megg comenzó a gritar para
que alguien los separe, pero por fortuna los ocupantes de la camioneta se
percataron de lo sucedido, y como no era suficiente con Akihide y Daigo para
separarlos, también intervinieron Makoto y Matsu-kun [4]. Cuando pudieron
apartarlos, Daigo y el bajista se llevaron a Shinpei, quien protestaba a los
gritos que quería romperle la cara a “ese desgraciado”, mientras que Akihide y
Makoto pidieron disculpas a KyunHo y Megg por lo que sucedió. Luego regresaron
al vehículo.
Megg: (a KyunHo)
Gomen nasai… después de lo que paso con Maya (busca en su cartera un pañuelo,
pero solo encuentra paños descartables) ¿Por qué Shinpei te hace esto? (ofrece
los paños al muchacho, pero la vergüenza y el nerviosismo le impiden mirarlo a
los ojos. Poco a poco siente que su vista se va nublando… Hasta que las lágrimas
caen solas… KyunHo lo nota y le ofrece un abrazo contenedor que ella no rehúsa,
por más vergüenza que sienta hacia él. Por primera vez, Megg deseaba no ver a
Shinpei… realmente quería alejarse del guitarrista)
Megg escucha su
celular timbrar y se aparta de KyunHo para poder ver el mensaje que había
recibido. Era de parte de Selenia: “Estamos en el hospital. Charlotte se
lastimó y golpearon a Atsuko con una botella de vidrio”.
Al día siguiente, a
eso de las diez de la mañana, después de una noche tan agitada, a excepción de
Tsugumi, Orochi y Selenia, los demás casi no conciliaron el sueño. No creían
ser capaces de dormir en el yate que estaba a punto de partir, llevándolos de
regreso a casa, así que simplemente se resignaron al cansancio… y al silencio.
Charlotte permanecía aislada y taciturna, al igual que Kyunho, quien se había alejado
de todos. Megg y Maya, ambas con el rostro lloroso, permanecían calladas, una
con enojo, y la otra con una culpa que no cabía en su pecho. Atsuko, por su
parte, estaba aún muy adolorida por el injustificado golpe que recibió en la
cabeza. La entusiasta japonesa y su novio no sabían de qué charlar a la espera
de que parta el yate. Selenia todavía estaba en al puerto, pues, como el estado
de ánimo de sus acompañantes atentaba contra la alegría que le gustaba sentir
(aunque a veces no fuera del todo real) permanecía un poco más sin abordar,
pero cerca del barco, para subir rápidamente ante la menor señal.
Mientras admiraba
el mar y sentía la brisa acariciar su rostro, un golpe en la cabeza distrajo su
atención. Volteó a ver de quien se trataba y, como si la desgracia la
persiguiera, allí estaba Daigo Naito, listo para molestarla hasta cuando se
estaba yendo.
Selenia: Hey, ¿Qué
haces?
Daigo: Peculiar
forma de saludar la tuya.
Selenia: La tuya también.
¿Por qué me golpeas?
Daigo:
(burlonamente) ¿Te dolió?
Selenia: ¿Qué
querés?
Daigo: (se pone
serio) Akihide pregunta cómo está Charotte.
Selenia: Del golpazo
que se dio por correr atrás de él, está bien. Es solo un rasguño. Pero si
hablamos de su interior… Aki-san se portó de lo peor con ella. (Antes de que
Daigo responda) Y ni hablar de Shinpei-san. ¿Qué carajo le pasa? ¿Cómo se
atreve a tratar así a Megg y a KyunHo?
Daigo: Entonces
Charotte esta triste… y Meggara también. Entiendo.
Selenia: ¿Al menos
Shinpei tiene la decencia de mandar una disculpa?
Daigo: No. Es más,
dijo que si vuelve a ver a este tipo cerca de la rubia, le va a… (Piensa) No lo
recuerdo, pero creo que era una amenaza.
Selenia: ¿Y Aki-san?
Daigo: Solo
preguntó cómo está tu amiga. Nada más.
Selenia: Creo que
te están ganando el premio al más desconsiderado. Te lo están ganando.
Daigo: No me
importa. Eso es todo. (Intenta irse)
Selenia: (llamando
su atención) Hey… ¿no vas a preguntar como estoy yo?
Daigo: (extrañado) ¿Me
interesa?
Selenia: (irritada)
No, el premio al desconsiderado es todo tuyo. ¿Sabes que voy a hacer? Cuando
llegue a Tokyo, contaré a todos lo maleducado que sos negándome una devolución
de White day.
Daigo: No voy a
acostarme con vos.
Selenia: ¿Y quién
carajo te pidió eso? Yo me vomito, eh. Me vomito.
Daigo: Hace lo que
quieras. Después de la baratija que me regalaste, no voy a darte algo a cambio.
Selenia: Voy a
decirle a todos, ¿eh? A todos. Voy a anunciar lo desconsiderado que sos.
Daigo: Voy a
silenciarte antes de que lo intentes.
Selenia: (lo mira con
expresión de sarcasmo) ¿En serio? ¿Y cómo vas a silenciarme? ¿Eh? ¿Cómo va a evitar
que hable mi preciosa bo…?
Con la mayor
rapidez posible, Daigo sujeta el rostro de Selenia y silencia sus labios con un
beso repentino que la deja sin palabras (silencia, sin palabras… ¿entienden? XD)
y sin reacción posible, ni de aceptación o rechazo. Simplemente que se queda inmóvil
y con los ojos cerrados hasta que él se aparta y la libera, llenando su mente
de confusión. Ese Daigo es tan raro, primero dice que no le interesa, y luego
al besa sin previo aviso.
Daigo: Si te
atreves a decir tus supuestas verdades… lo entenderé como... que estas deseando
que te bese de nuevo, y eso querrá decir que te gusto.
Selenia:
(confundida por tantas palabras) ¿Eh?
Daigo: Si hablas más
de lo debido, es porque queres que te bese, ¿entendiste?
Selenia: Ahora que
lo pienso bien… ¿A quien le importa que seas un desconsiderado? (huye de Daigo
y sube al barco a toda prisa. No podía evitar pensar que si esta era la segunda
vez en que su boca y la de Daigo se encontraron… ¿ella había cruzado la línea
de las fans?)
Kendi: (tras
Selenia) Serenia-san
Selenia: (da media
vuelta, asustada) Orochi-kun… Me asustaste.
Kendi: Sumimasen.
Solo quería mostrarte una cosa que creo que estaba en la botella que arrojaron
a Atsuko-san. (Le entrega un papel grueso, tal vez una fotografía)
Selenia acepto lo
que le estaba entregando Orochi, y lo observó… solo esto alcanzó para que se
quedara de piedra. Sentía que su sangre se había congelado, los dolores y
puntadas que solo la dominan en esas ocasiones en la que… algo malo va a ocurrir.
Pero esta vez no era como aquella en la que casi no pudo dormir por los nervios
y terminó peleando con Daigo Naito. Esta vez sentía que aquella imagen impresa
era la llave de entrada a un mundo de pesadillas.
Aclaraciones:
1 El teatro Noh o
noo es una de las manifestaciones más destacadas del drama musical japonés,
declarado en 2001 Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
2 Selenia se
atribuye un adjetivo que generalmente acompaña a la comida, pero eso Atsuko lo
entiende así. En les conté sobre esto
de los sentidos.
3 Los FC son
conciertos o presentaciones donde hay más interacción con el público, según mis
fuentes.
4 Makoto es el
baterista soporte de Breakerz y Matsu-kun (así lo puse porque no tengo más
referencias de su nombre) es el bajista de soporte.
Errores corregidos!!!
ResponderBorrarWoow que capitulo, paso de todo! Me encanto!!
ResponderBorrarQue feo imaginarse que nadie tiene nada abajo del kimono jaja, habia escuchado que se usaba sin ropa interior por un juego pero no sabia si era verdad, suena incomodo u.u
Selenia tiene que decir que no esta gorda, sino que tiene huesos grandes (?) jajaja
jajajaja me crei que shinpei se piso el toallon xD, si Megg ya estaba paralizada ahi se muere directamente!
Si Daigo de verdad tuvo que ver con lo del paparazzi, dios en que estaba pensando? :O
Aparecio Anna!! Realmente su historia me intriga mucho, encima se parece fisicamente a Selenia? :O
Pobre Tsugumi, apesar de su adoracion por Akihide ella se alegra por Charlotte y la ayuda en sus salidas con el, me gusta mucho este personaje, es imposible que no caiga bien. Seguro le costo dejar de lado el collar, ojala pueda acercarse un poco a Aki, por lo menos para que el la conozca un poco y no la recuerde solo como la loca que se le tiro encima XD. Me gustaria conocer su reaccion si recordara esa promesa :P
Wiii por fin Charlotte y Akihide aclararon las cosas! Era hora que se animara a ser sincero con ella, lastima que no termino todo bien .. crei que ya llegaba el beso, que inoportuno el recuerdo del beso con Maaya :(
Tendre mal aliento? jajaja pobree no entendia nada, definitivamente tiene mala suerte para estas cosas jaja
Aparecio Hyde!! Que linda sopresa :D
Real love siempre enloquece a las fans, y me incluyo XD
Jajaja me encanto la reaccion de Megg, yo la entiendo tambien me pone celosa la mina de Bunny love, sobre todo la del pv, aunq creo que mas que celos es envidia xD
Oh noo que accidentado termino todo la discusion de Aki y Charlotte, KyunHo enterandose de la peor manera lo que paso con Maaya y despues la pelea con Shinpei y todo decorado con el botellaso a Atsuko! Que noche pobrees..
Que forma rara de amenazar tiene Daigo jaja al que le gusta besarla es a el a mi no me engaña XD
Que buen capitulo!! Ademas que termino con mucha intriga, que sera esa foto que vio Selenia?? A esperar para saberlo! Saludos!! ^_^
Ah encontre el Ramen que me habias dicho! Buscandolo mejor lo encontre en carrefour jaja soy una ciegaa! Gracias!!
BorrarHola!!! Nadia, como siempre, gracias por el enorme comentario super completo!! Me alegra saber que tantas partes te gustarion!!
BorrarQue te pareció lo del bombón Daigo de 800 yenes? XD
Yo lei en un manga los del kimono, jaja (no lo podía creer). Selenia no es muy segura de su cuerpo, pero si de su personalidad (en eso se parece a mi). Por dios, lo del toallon hubiese matado a Megg (encima, por unas fotos que vi, parece que Shinpei no cumple el mito de los asiaticos chicito- dato curioso). Anna hara de las suyas a partir de ahora!! Que te parece su aparición?
En este fic no existen secreto, ademas, Tsugumi se merece un reconocimiento ^_^! En el proximo episodio agregare los Flashbacks como enlaces aparte, porque son escenas que quería agregar... y se me hizo muy largo.
En cuanto a Akihide y Charlotte... Parece que todo se fue a la m..., Cómo se resolvera? XD
La ultima parte la escribi a las apuradas, por eso me quede medio corta. Seguirá el desfile de celebridades, lo garantizo. Daigo es un peligroso seductor que anda suelto y sabe como poner nerviosa a Se-chan, pero ella no se le achica!!
Que bueno que conseguiste el ramen! Despues decime que te pareció!
Para lo de la foto, Flashback (la unica forma de que se entienda.
Tengo grandes planes para el próximo episodio! Espero seguir contando con tu apoyo! Doomo arigatoo gozaimasu!! (muchisimas gracias!!!)
El bombon Daigo jaja a quien no le gustaria ese regalo? Donde se compra?? Jajaja Que Selenia reclame su regalo! :P
BorrarA veces una personalidad puede ser mas atractiva que el fisico, justo hablaba de eso el otro dia con mi hno que estaba de acuerdo :P
Wow de verdad? Que foto? Ahora me dio curiosidad jaja
Anna es un personaje lleno de misterio hasta ahora asique me encanta su aparicion tan repentina! Y ver que ni ella sabia que para Daigo habia muerto :O me intriga que va a pasar con ella!
Sii me alegro!! Tsugumi se lo merece!
Mas celebridades? Geniaal :D
El ramen me gusto! Compre el de pollo, como no savia si me iba a gustar busque el mas sencilito xD
A esperar esos flashbacks entonces y el proximo episodio ^^ por supuesto el fic lo sigo hasta el final, si esta buenismo :D
Saludos!!
El bombon Daigo jaja a quien no le gustaria ese regalo? Donde se compra?? Jajaja Que Selenia reclame su regalo! :P
BorrarA veces una personalidad puede ser mas atractiva que el fisico, justo hablaba de eso el otro dia con mi hno que estaba de acuerdo :P
Wow de verdad? Que foto? Ahora me dio curiosidad jaja
Anna es un personaje lleno de misterio hasta ahora asique me encanta su aparicion tan repentina! Y ver que ni ella sabia que para Daigo habia muerto :O me intriga que va a pasar con ella!
Sii me alegro!! Tsugumi se lo merece!
Mas celebridades? Geniaal :D
El ramen me gusto! Compre el de pollo, como no savia si me iba a gustar busque el mas sencilito xD
A esperar esos flashbacks entonces y el proximo episodio ^^ por supuesto el fic lo sigo hasta el final, si esta buenismo :D
Saludos!!
JajajahXD en el proximo cap se sabra que regalos recibieron por el white day
BorrarEra una foto del twitter de Shinpei, jep. Anna te sorprendera, asi qustate atenta! Ademas, su historia es muy triste.
Muchas celebridadese distintos paises, jep . Y en cuanto al ramen, sigo recomendandote el de camaron, es delicioso.
Estoy escribiendo el proximo cap con entusiasmo. Quiero terminarlo lo mas pronto que pueda. Ojala...
Saluditos
Hola, lista de lo que pensé en cada momento:
ResponderBorrarEl encuentro de Megg con Shinpei jaja. Que suerte tieneee xD
Ahora entiendo, así que Anna esta muerta (para Daigo y otras personas). En el momento en que Anna está en el cuarto admirando a Daigo. Éste, jajjajaj, estaba soñando con Selenia? jajjajaja y despúes se hace el interesante.
Del encuetro entre Akihide y Charlotte: me sorprendió la frase de Akihide y esa abrazo, la verdad no me lo esperaba. Nooo!! que romantico con lo de la campera, la verdad que ni en los pensamiento más románticos lo imagine (bueno, en mí no sé si cuenta mucho). Al final tanto alargue del beso para nada. Esta vez la pelirroja lo arruinó y el pobre de Aki se pregunta si tendrá mal aliento. pooobre!!
Como quiesiera ser Atsuko y Selenia con el banquete que se mandaron.
"Selenia: ¿Qué tiene de malo Hernán? Es limpio, no tiene antecedentes penales,..." jajajaj posta hay q fijarse en eso ahora.
jajajaj me mata Shinpei con la "furiendo son". Esa charla entre los tres, estuvo muy graciosa. Yo te entiendo Akiiii!! :P
UUUUUH Aguante Larc’ en Ciel.
Quisiera ver esas tonterías que hace Daigo en el escenario. Disfrute cada segundo del Show y si, también tuve ganas de subir al escenario para separar a esos dos. ¬¬
oooh. esa pelea de Shinpei y KyunHo fue todo un culebron. Realmente Shinpei estuvo fuera de sí, a mi tampoco me gustó.
Con las horaaas que me llevó leerlo, de verdad, pasó de todo.
Que intriga la foto que vió Selenia....
-Ari-
Buenos días Amiga! Uff...viendo el capitulo largo y los comentarios de el, algo me dice que esto llevara tiempo y sera bien largo. Asique comienzo. Excelente capitulo, entretenido, gracioso, expectante, suspensivo, polémico y conflictivo. Tiene de todo.
ResponderBorrarLo que primero quiero mencionar es que ADORO A HYDE Y AGUANTE L`ARC EN CIEL LOCO!!!! LO + SU APARICIÓN ESTELAR EN EL CAPITULO! xD Espero poder verlos en próximos capítulos, me siento emocionada. Bueno y ahora que estoy mas tranquila quiero destacar el carisma de la narradora y su gran humor:
"A todos los tripulantes pareció extraño, además, que Charlotte y Maya estuvieran tan alejadas, en tanto que antes andaban juntas de arriba a abajo, charlando y riendo secretamente. Ahora parecían disgustadas la una con la otra, ya ni siquiera se dirigían la mirada, y de cruzar palabra, ni hablar (¿entienden? ni hablar! No solo Se-chan es graciosa XD)".
Y despues tambien:
Con la mayor rapidez posible, Daigo sujeta el rostro de Selenia y silencia sus labios con un beso repentino que la deja sin palabras (silencia, sin palabras… ¿entienden? XD)
Jjajajajajaja O sea si, la entendi señorita narradora xD Me matan tus aclaraciones...
Pero cuando dijo: "Luego de colocárselos, se volvió hacia la joven, alegrándose de volver a ver a su querida pretty girl y sin importarle sus fachas, decidió darle un abrazo. Aunque, cuando iba hacia ella, pisó el extremo más largo del toallón que lo cubría de la cintura para abajo, lo que provocó que este caiga al suelo.... ¡Nah, mentira! ¿Se lo creyeron?" ...Si, me lo crei todo u.u sabes? jajajajjaja Pero en parte es bueno que no haya pasado (al menos no todavia) porque Megg o se desmayaba ...o se desmayaba xD.
Por cierto, que conmovedora (y hot jeje) escena entre Megg y Shinpei abrazados :3
Y toda la escena entre Charlotte y Akihide en el Museo y a la salida del mismo fue tan linda, tan romántica...tan interrumpida ù.u Yo ya gritaba "Se viene...se viene por fin el be... emmm no se viene nada -.-...pero la caj..."
Pero bueno, es que entiendo la confusion de ella por lo que paso con Maya. Paraser honesta, yo tambien lo estaria.
Pobre Aki! Se quedo en Shock cuando contemplo todo el asunto :O Y Pobre pero pobrecito de KyunHo que se entero de todo escuchando la conversacion de Akihide y Charlotte, y encima se tuvo que comer un garron de Shinpei celoso...We loco todo mal...
Parece que los que si estan todo mal son Charly y Aki...que decepcion, que tristeza :( ¿Como se arreglara este conflicto)
Ahora bueno con la aparicion de Anna y la escena de ella entrando sigilosamente al cuarto de hotel y dandole un beso a un Daigo dormido...No se a ustedes, pero a mi me sonó en la mente una melodia tetrica de esas que son banda sonora de una pelicula de suspenso al leer la escena xD Uff escalofrios everywhere!
ResponderBorrarMe mato tambien la conversacion de los tres chicos antes del concierto. De vez en cuando creo que Shinpei hace comentarios bastante acertados jejee
Mmmmm lo de Daigo y Selenia a lo ultimo. Ay por favor, pero que creido es ese tipo ! Daigo, por que no decis nomas que sos vos el que quiere besar a Se-chan y hacer otras cosas que dijiste que no voy a reproducir? >.<
Que quilombete a la salida del concierto!!!!! Pobre Atsuko, pobre Charlotte, pobre KyunHo!!! Afortunados los que salieron ilesos pero en serio...Lo que le paso a Atsuko no se me hace casualidad...me pregunto que hay detras de todo esto.
Ahora, si hablamos de actitudes sospechosas, hay que decir que Daigo esta rarisimo! Me pregunto que estara planeando con respecto al tema este del paparazzi del hotel y que supuestamente parece que sale o va a salir con alguien. Y si, veo ciertas conductas diferentes de el para con Selenia.
ResponderBorrarAunque si hablo desde un punto de vista general, hay cosas q me gustaria que se aclaren del capitulo mas adelante como por ejemplo la escena de Charlotte y Maya que Akihide ve. Me gustaria saber exactamente que fue lo que paso y por que (si realmente paso lo que Aki dijo que vio) las chicas se volvieron a dar un beso.
Arrebatador el beso de Shinpei a Megg! :O Oh por dios! Encima es el primero (creo xD...)Bueno, como yo soy bastante pro con las escenas de besos robados, debo decir que tuve mi disfrute al leerlo pero, estuvo bien la actitud de Megg y puedo entender por que se sintio ofendida.
ResponderBorrarTambien debo agregar que si fuera Charlotte me sentiria culpable luego de esa conversacion con Orochi. Es decir, Tsugumi es realmente muy buena amiga :')
En fin, espero que en el próximo capitulo se esclarezcan y se resuelvan los conflictos que en este capitulo quedaron bastante mal...o al menos que se de un intento. Y que de paso Atsuko deje de ser tan mezquina con Hernan :P ...digo, digo, que las cosas mejoren jajaja Te leo en la próxima!
ResponderBorraroh my gosh, como contesto a todo esto...
BorrarGRACIAS POR SER TAN ATENTA Y AME TUS COMENTARIOS!!!!(todavia lo hago)
Te gusto la aparición que hice de Hyde para vps, eh? Preparate, entonces!!!
Creo que te va a gustar lo que se viene, o eso espero.
Por fin alguien se percató del beso... arigatoo!
Y si, cada cap estara encadenado al anterior y al siguienta, ya no hay vuelta atras...
Solo preparense para el viaje.
Saludos!!!!