Shinpei!!!

Shinpei:

Nombre completo: Shinpei Inoue.

Sobrenombre: Shinpei-Sama o Shinpi (por sus fans), Shinpei-san (por los que trabajan en ZR, excepto la banda).

Edad: 29/30 años.

Cumpleaños: 11 de mayo

Signo: tauro.

Estatura: 1.78 mts.

Peso: 65 kgs.

Carácter: Vive de buen humor, es optimista, siempre piensa lo mejor y hace todo por conseguir lo que quiere. Odia la falsedad, los dobles sentidos (porque no los entiende) y la depresión. Con él es mejor hablar claramente.

Se conmueve con facilidad y le cuesta fingir indiferencia o esconder lo que siente. Suele entusiasmarse demasiado, por lo que tiende a desilusionarse. Le gusta avanzar progresivamente.

Se siente muy seguro con su apariencia, pero siempre cree que puede ser más atractivo o más guapo.

Sus tres características más representativas son: la sinceridad, la tenacidad y el optimismo.

A veces, se siente estúpido por ser como es.

Habilidades: es un buen guitarrista. También es bueno en muchos deportes y en cocina.

Diseña sus propias guitarras.

Hobbies: fotografiar a Megg, hablar sobre ella, hacer ejercicio, preparar y comer curry.

Después de ayudar a Megg en una tarea, se le pegó el hábito de leer.

Comida favorita: curry.

Si mañana se acabara el mundo: "No me digas... Ya verás que no pasa nada. Esperemos tranquilos que todo sigue igual."

Un poco más sobre él: Shinpei nació en el seno de una familia amorosa y tradicional, es el hijo menor, pues tiene un hermano seis años mayor. Durante su infancia, sus padres cuidaron mucho de él, casi como si el mundo girara a su alrededor. Por esta razón, nuestro guitarrista siempre tuvo la sensación de que todo era asombroso y maravilloso, aunque se tratara del hecho más insignificante. De alguna forma, Shinpei creció encerrado en una burbuja.

Durante la niñez y adolescencia vivió muy felizmente con su familia y amigos, hasta que terminó la secundaria alta y se mudó a una gran cuidad para comenzar sus estudios en el instituto (universidad), al igual que su mejor amigo. Los dos estaban en el mismo albergue, aunque no estudiaban la misma carrera, se la pasaban la mayor parte del tiempo juntos.

Llegó el segundo año de instituto, y Shinpei inició una relación con una de sus compañeras, la tercera en toda su vida. Cuando decidió presentársela a su mejor amigo... notó un clima de tensión silenciosa, pero no le dio demasiada importancia. La muchacha se justificó diciéndole que no tuvo una buena primera impresión del joven a quien él consideraba su hermano, y este dijo algo muy parecido. Como nuestro protagonista sentía mucho cariño por ambos, repitió varias salidas entre los tres... hasta que su amigo no soportó más, y le confesó que durante el primer año él salió un par de veces con su actual novia y que ella dejó de hablarle repentinamente.

Shinpei decidió preguntar a la muchacha si esto era cierto, pero ella no solo lo negó, sino que aseguró que su amigo había intentado cortejarla en varias ocasiones, incluso alguna vez en la que nuestro protagonista los dejó solos para ir al baño. Ambas versiones le causaron una gran confusión, pues por primera vez en su vida no sabía qué creer. Para acabar con esto, los citó para confrontar sus verdades y poder así decidir a quién le creía. Esta "maravillosa" idea terminó en una tremenda discusión en la que Shinpei optó por confiar en su amigo y terminó la relación con ella.

Pasaron algunos meses, y aunque Shinpei extrañaba a su novia, pasear con ella y tener citas (entre otras cosas), no le dirigía la palabra y pasaba de largo si tenía que cruzarse con ella. Uno de esos días, su amigo no pudo almorzar con él, así que tuvo que hacerlo solo. La muchacha aprovechó esa oportunidad para hablarle y convencerlo de que lo que decía era cierto. Cuando nuestro protagonista pensaba retirarse sin escucharla, ella le entregó su celular, en el cual estaban todos los mensajes que su amigo le había enviado... Así Shinpei se dio cuenta de su error y pidió disculpas a la joven, quien lo perdonó de inmediato y manifestó que deseaba reanudar la relación, algo que no podía ocurrir hasta que su amigo se disculpara con ella y reconociera que mintió.

Cuando se reunieron los tres, su amigo tuvo que aclarar las cosas y terminó confesando a verdad, muy a pesar suyo. Shinpei se alegró moderadamente de que su amigo haya sido sincero, pero le dijo que sería difícil recuperar la confianza en él después de todo lo que pasó. Una vez que dio media vuelta para cruzar la calle y seguir de paseo con su novia, el muchacho, embargado de rabia, empujo a la joven bruscamente y salió a correr. Ella no pudo sujetarse del brazo de Shinpei a tiempo y golpeo su cabeza contra el suelo... de una forma muy violenta. Nuestro protagonista se apresuró en socorrerla y llamó a la ambulancia. La muchacha fue trasladada al centro médico inconsciente... y jamás despertó, pues desde que nació padecía una enfermedad de la cabeza por la cual no podía recibir contusiones de ese tipo.

Shinpei tuvo que soportar días muy duros después de eso, ya que las personas que pasaban por allí en ese momento lo identificaron como el agresor y la familia de la joven lo señaló como culpable, pensamiento que se extendió hasta la universidad... Desde ese entonces, su vida se volvió un calvario. Ya ni podía caminar tranquilo por ahí, pues los vecinos lo miraban con rabia y siempre había alguno que se atrevía a insultarlo. En su correspondencia recibía anónimos llenos de desprecio, en los cuales lo echaban del vecindario. Aunque él no era culpable, decidió mudarse. No comentó con sus padres lo que en verdad sucedía, solo dijo que ya le resultaba incomodo vivir entre tanta gente chismosa.

Una vez que se mudó a Tokio y cambió de universidad, comenzó a recuperar la paz que había perdido, aunque se sintió mal por ya no poder averiguar por la salud de su novia. Un día supo por uno de sus ex compañeros de instituto, que creía en su inocencia, que la muchacha había fallecido... Y esta noticia lo entristeció profundamente. Lleno de dolor, nuestro protagonista decidió ir al combini más cercano a comprar una botella de sake y beber hasta que se le olvidara su nombre. Pero cuando estaba frente a la góndola, escuchó a dos vecinas en pleno cotilleo... y una de ella dijo: Que impotencia genera vivir cerca de un asesino... Tal vez no hablaba de él, sino de otra persona, sin embargo, esas palabras fueron suficientes para infundirle pánico. Realizó su compra rápidamente y regresó a casa, muerto de miedo.

Al día siguiente no quiso salir de casa... ni al siguiente, ni al posterior... pasaron semanas, meses y él no salía de su habitación más que por las noches, cuando ya nadie rondaba por ahí, para comprar víveres. Luego regresaba con mucha rapidez. Durante sus horas de encierro no sabía qué hacer. Estaba a punto de inventarse amigos imaginarios cuando descubrió entre sus cosas viejas, la guitarra que le regalaron sus padres para que estudiara algo de música. Con ella rememoró sus tiempos felices... y notó que mientras tocaba, los problemas le parecían insignificantes. Así que siguió haciéndolo, día y noche, a cada rato. Veía recitales por televisión o internet e imitaba a los guitarristas. Pasaba tantas horas con su guitarra que esta ya era su mejor amiga.

Un buen día, casi a un año desde que decidió encerrarse, se dio cuenta de que los guitarristas de las bandas de rock usaban guitarras eléctricas... no comunes como la que él tenía. Entusiasmado por la idea, salió corriendo del cuarto a comparase una... Ya estaba frente a la tienda de música cuando se notó que había salido de casa en plena mañana, cuando muchísima gente caminaba de aquí para allá... ¿Lo estaban mirando? No, ni siquiera se percataron de su presencia... ¿Lo juzgaban con la mirada? No, para ellos era como un ser invisible. Pasaban a su lado sin prestarle atención. ¿Cuánto tiempo perdió preocupándose por lo que pensaban los demás, si estos jamás se preocuparían por lo que le pasaba a él?

Dio media vuelta y regresó a casa, pero no para continuar con su encierro. Todo este tiempo él estuvo viviendo infructíferamente del sueldo y esfuerzo de sus padres, así que tenía la opción de sincerarse con ellos y seguir sus estudios, o... dejar la universidad. Estaba claro que él ya no estaba interesado en hacer carrera, sino que había encontrado su verdadero camino: Shinpei Inoue debía ser un rockstar. Decidió regresar a su casa paterna y visitar a su familia, con el propósito de confesarles la verdad desde el principio... y así se dio cuenta de que todo lo que decía parecía provenir del pasado de otra persona, no del suyo. Él ya era un ser absolutamente diferente. Comentó con sus padres y hermano mayor sobre su nueva vocación, temiendo que ellos no lo entendieran, pero, después de oír todo lo que había vivido, lo apoyaron y comprendieron.

Ya con el apoyo de su familia, Shinpei regresó a Tokio, no sin antes pasar por la cuidad donde había vivido antes para visitar la tumba de Kari (su novia fallecida hacia un año). Una vez que volvió, comenzó a hacer trabajos de medio tiempo mientras buscaba su lugar en el mundo del JRock, mostrando su estilo luminoso y vivo. Trabajo con varias bandas y haciendo arreglos musicales cuando comenzó a integrarse al círculo de músicos en el que se encontraba Daigo.

El resto de la historia la conocen ^_^