En tanto ellos continuaban conversando
alegremente, Shinpei y Megg estaban dando una vuelta alrededor de la piscina.
La rubia protagonista a cada rato se preguntaba si todos los esfuerzos que
habían hecho para reconciliar a Daigo y Selenia serían suficientes, pero, como
todavía no había escuchado la sirena de alguna ambulancia que se estacionara en
el hotel, supuso que su amiga estaba tranquila. A diferencia de ella, el
guitarrista de lentes no estaba muy de acuerdo con todo el plan desde un
principio. Demasiada farsa para la causa, ¿Cómo se podía intentar recomenzar
una relación que se basaba en la honestidad poniendo en marcha una treta tan
meticulosa? Además, él consideraba que la simpática extranjera no merecía la
mala suerte de volver a estar con el soberbio vocalista. Pese a que era una chica
común y corriente, le parecía que era demasiado buena para su compañero de
banda.
Megg: (acurrucándose al lado de Shinpei) Está
haciendo frió, mejor vamos subiendo.
Shinpei: (viendo su celular para comprobar que
hora era, mientras con su otro brazo frota la espalda de Megg) Ya pasaron casi
dos horas, así que supongo que podemos subir. (Ambos se ponen de pie y van
hasta el salón, donde se encuentran con Akihide y Charlotte)
Los cuatro reunidos se disponían a subir juntos,
encontrándose tres de ellos con el pequeño problema… Charlotte estaba “un poco”
borracha, por lo que el ascenso en elevador fue bastante difícil. Al igual que
la otra vez, a la pelirroja se le dio por comenzar a cantar en español y en
japonés cualquier cosa.
Shinpei: (cuando se habría la puerta del
ascensor) Hace algo, Akihide. Cada vez canta peor.
Akihide: (a ella, acariciándole la cabeza)
Charotte… ¿podrías dejar de cantar?
Charlotte: (aferrada a su torso) Cantar me quita
las ganas de vomitar…
Akihide: Canta todo lo que quieras.
Daigo: (saliendo de la habitación) Aquí está la
llave de la otra habitación. (Escuchando a Charlotte) ¿Y a esa loca qué le
pasó?
Selenia: (sale de la habitación) No le digas así.
(ve a su amiga) Otra vez borracha con Akihide… Voy a comenzar a pensar mal.
Daigo: (bostezando) Vamos a dormir ahora.
Selenia: (a Megg) Cuidá a Charly.
Ya con la llave en la mano, Akihide acompaña a
Megg, llevando a Charlotte, hasta la habitación, pero cuando quiere dejarla en
la cama… Caray, no podía zafarse. La pelirroja lo había agarrado muy bien. La
rubia intentó ayudar al guitarrista, pero tampoco pudo hacer que su ya dormida
amiga lo libere, pues sujetaba su torso con bastante fuerza.
Megg: Shinpei, ¿podes ayudarnos?
Shinpei: (con cierta confidencialidad) Ella no
está dormida ni tan borracha. Se nota que quiere dormir con Akihide.
Megg: Pero… si él duerme aquí… ¿Yo tengo que
dormir con vos?
Shinpei: Son camas separadas, no veo cuál es el
problema. Además, voy a dormir con camiseta, así que no tenés que preocuparte.
Y no soy de los que roncan.
Megg: Pero… Supongo que será solo por hoy, ¿no?
Shinpei: Supongo que sí.
Akihide: (a la pelirroja, intentando
despertarla) Charotte… soltame.
Shinpei: Te soltará cuando nos vayamos a dormir.
Los dejamos solos. (se va, al igual que Megg)
Akihide: Esperen… No me dejen aquí, la puerta
está abierta. (escucha que los dos cerraron la otra habitación) Esperen…
Charlotte: (lo suelta y se levanta para cerrar
la puerta) Por fin, pensé que nunca se irían.
Akihide: ¿Estabas fingiendo?
Charlotte: Claro que sí. Ni siquiera estoy
borracha. (Se sienta a su lado y lo abraza) Ahora si voy a desquitarme.
Akihide: (alejándose) ¿No te da miedo que Meggara
esté sola con Shinpei?
Charlotte: Claro que no. No la estoy dejando con
un desconocido, sino con su novio. No va a pasar nada que ella no quiera. Yo confió
en que Shinpei la va a cuidar bien.
Al día siguiente, despertaron alrededor de las
ocho de la mañana para desayunar juntos los seis antes de comenzar su recorrido
por la ciudad. Y tuvieron que hacerlo a prisa, porque si no les faltaría tiempo,
y vaya que eso era cierto. El primer lugar que Akihide había sugerido como
actividad era el castillo Shuri [5], un gusuku datado en el 1400
aproximadamente, reconstruido en 1992, que representaba una de las etapas
históricas más importantes de Okinawa, declarado en 2000 Patrimonio de la
Humanidad. El relato que realizó el pelilargo guitarrista acerca de esta
fortaleza fue un poco breve pero no por ello carecía de interés, pues las
muchachas no solo tomaron fotografías de todo lo que pudieron, sino que además bombardearon
a nuestro protagonista con un montón de preguntas al respecto.
Luego fueron a ver una demostración de Naha-te,
estilo de Karate desarrollado en Okinawa, muestra que los dejó muy
impresionados, sobre todo a Selenia y Megg, quienes ya querían practicar algunos
de sus movimientos. Pasaron después a la calle Kokusai, en la cual abundan los
restaurantes, para que las muchachas probaran una de las especialidades de la
isla: Champuru, una mezcla de varios ingredientes fritos al wok, y en este
caso, la versión de la casa era el champuru de somen.
Y bien, a partir de aquí fue que cada parejita
tomó su propio rumbo: como era de esperarse, Charlotte y Akihide estaban ansiosos
por visitar el museo de cerámica Tsuboya, mientras que Shinpei y Megg sentía un
indescriptible deseo por pasear en la playa de Naha, y tal vez aventurarse a
las olas, en tanto Selenia y Daigo preferían conocer (por así decirlo) el mercado
de Makishi y la destilería más famosa de Awamori [6], haciéndose de un par de
botellas en su recorrido.
Alrededor de las 6 pm ya estaban los seis
reunidos en la habitación de Daigo y Selenia, después de darse un buen baño
cada uno, por supuesto. Las chicas mostraban los recuerdos que habían comprado
en sus recorridos y comentaban sobre esto y aquello, en tanto que la banda no
solo hablaba del recorrido, sino de otros asuntos más “serios”.
Akihide: (alegremente) Con todo este hermoso
paseo yo… compuse una canción.
Shinpei: ¿En qué momento?
Akihide: La terminé mientras Charotte se bañaba.
Daigo: ¿Qué se sintió saber que estaba desnuda a
solo unos metros de distancia?
Akihide: No me salgas con esas preguntas. (le
entrega una hoja manuscrita) Aquí está la canción.
Daigo: (agarra la hoja y lee mientras hacer
algunos sonidos que intentan reproducir la melodía) Muy bueno… Realmente será
una hermosa canción, solo dejame hacerle unas adaptaciones… un poquito más
acordes al estilo de la banda. (saca un lápiz de su bolso y comienza a escribir
al costado de las hojas. Shinpei lo observa y se muestra conforme. Luego, se la
devuelve a Akihide) Listo. Ahora sí está perfecta.
Akihide: (lee con entusiasmo, pero su rostro va
cambiando ligeramente hacia el enojo) Quitale todo el sexo que le pusiste.
Daigo: No, ese es nuestro estilo.
Akihide: Pero… ¡yo compuse una linda canción
lírica!
Shinpei: Y apreciamos tu esfuerzo, pero ya sabes
que a nuestras fans les encanta fantasear con que nosotros queremos hacerles…
cosas.
Daigo: Cosas que les gusten.
Las muchachas casi no prestaban atención a estas
burlas, pues estaban bastante concentradas en sus propios asuntos. Mientras
Charlotte mostraba las fotografías que pudo sacar en el museo y Megg les
hablaba de lo preciosa que era la playa, Selenia les invitaba una probada del
awamori que compró, haciéndoles notar que pese a su grado de alcohol, era una
bebida suave y dulce, muy bien añejada.
Charlotte: Recuerden que mañana vamos al jardín
Shikinaen y al Mausoleo. Por la tarde, después de comer, hagan lo que quieran.
Akihide y yo vamos a visitar el museo de la Prefectura y pasaremos por la
destilería.
Selenia: Daigo-sama dijo que vamos a ir a un
lugar llamado Okimawa world.
Megg: Nosotros iremos a recorrer calle Kokusai,
el mercado de Makishi y luego visitaremos la casa de té Uchina Chaya buku buku.
Charlotte: Tenemos que regresar a la misma hora,
así nos arreglamos para ir al Helios Pub y a Boabab. (Las tres comienzan a
aplaudir por los planes) El domingo ya podremos descansar e ir a la playa,
antes de regresar a Tokyo.
Selenia: (sintiendo el ruido de su estómago)
Ahora preocupemos por cenar, que me muero de hambre.
Megg: Selenia, loca, recordá tu dieta.
Lunes, en Tokyo:
Casi con una fidelidad impecable pudieron
cumplir esa agenda de mini vacaciones relajantes en Okinawa, llevándose los
mejores recuerdos de la isla, además de lindos souvenirs (como unas botellas
de awamori, jejeh). Cuando terminaron una divertida tarde en la playa,
regresaron al hotel para cenar y de allí fueron hasta el aeropuerto. Cerca de la
medianoche arribaron a Tokyo, y los muchachos llevaron a nuestras protagonistas
al edificio antes de despedirse. Que Selenia haya regresado a ese lugar en vez
de permanecer en el piso de Nakano no le resultaba nada agradable al soberbio
protagonista, incluso no perdió oportunidad de decirle que no pasara la noche
allí, pero ella se excusó diciendo que no tenía las llaves del otro lugar
encima.
A veces no importa cuánto uno se preocupe, los
sucesos tarde o temprano terminan por ocurrir, y mucho más si están previstos desde
el principio. Y el encuentro que se produciría el lunes tenía que pasar. Y no
sería la única preocupación de Daigo en ese día, pues, cuando se reunió con
Selenia para hablar sobre su situación en ZR, se topó con una desagradable
sorpresa.
Daigo: (a Selenia, mirándola fijamente) ¿Cómo
qué no? ¿Por qué?
Selenia: ¡Qué pregunta! No puedo regresar a ZR
de repente si ya renuncie.
Daigo: ¿Y por qué renunciaste?
Selenia: Porque iba a hacerme a un lado. Y no
importa si fue una confusión, no puedo volver a trabajar como si no hubiese
renunciado. Seguramente mi reemplazo ya está ahí, sea quien sea.
Daigo: Si fuese Anna ya lo sabríamos. (Atiende
su celular, que comenzó a sonar de repente) Moshi moshi? (...) Akihide, ¿qué
pasa? (Escucha y luego se torna extrañado) ¿Que están haciendo qué? (Escucha un
poco mas) Está bien, voy para allá (Cuelga y habla a Selenia, mientras se pone
de pie y se aleja de la mesa). Tengo que irme. Pensá bien en la posibilidad de
regresar.
Selenia: Lo pensare, pero no te prometo nada.
Daigo se va a la productora después de
despedirse de nuestra protagonista. No podía creer que los empleados de ZR
estaban quejándose porque Selenia había renunciado y preferían que ella regrese
antes de que llegue otra persona a ocupar su puesto. ¿Desde cuándo se tomaban
tantas libertades? Esa conducta no era nada normal en trabajadores japoneses.
¿Qué pasaba con ellos? ¿O es que... acaso... el remplazo era... ella?
Una vez que llegó a ZR, se encontró con una
situación que lo extraño de sobremanera: prácticamente todos los empleados y
artistas estaban reunidos en el set, manteniendo una especie de reunión. Al
escuchar todas las opiniones cruzadas, se lamentó de no haber llevado a Selenia
con él, para evitar todo ese malestar.
Tsugumi: (levantando una mano) ¿Puedo decir
algo? (Todos la miran) Yo sé cuánto ustedes aprecian a Se-chan, y yo no vine a
usurpar su lugar. Ella renuncio y decidieron llamarme porque ya la reemplace
una vez. Un mes antes o un mes
después... esto iba a terminar pasando.
Shinpei: La chica tiene razón. Tanto ella como
Charotte y mi Meggu-chan se irán en un mes.
Desde el principio sabíamos que era algo temporario.
Ichiyo: Pero no es justo que Se-chan se haya ido
antes. ¿Por qué renunció?
Obatta: Preguntáselo a Daigo-san.
Daigo: (cuando siente que todos lo miran)
Bueno... Yo soy un poco culpable. Pero todo fue una confusión.
Empleado: ¿Engañaste a Se-chan? (Comienza a
armarse revuelo) Oh, pero los mujeriegos nunca cambian.
Daigo: No... ¿Ustedes creen que yo estaría aquí
si hubiese hecho eso?
Shinpei: Claro. Se-chan lo hubiese golpeado
hasta dejarlo en el hospital.
Akihide: O de una patada lo dejaba estéril.
Daigo: Cállense.
Obatta: Terminemos con toda esta tontería. Para
que todos lo sepan, esa chica (apunta a Tsugumi) ya reemplazó a Serenia cuando
estuvo internada. ¿Y quién creen ustedes que me la recomendó? Pues la misma
Serenia. Ahora le pedí que venga porque trabajó bastante bien y no es tan
problemática.
Tsugumi: Esta bien, Obatta-san. Agradezco sus
palabras, pero no yo voy a quedarme aquí si no se puede. (Al sacar la mano de
uno de los bolsillos de su campera se le cae algo)
Obatta: ¿Entonces quién va a ser mi asistente si
la anterior renuncio y yo necesito una nueva con urgencia? (a todos) Entre los
que se oponen, ¿quién se ofrece? (Todos se quedan callados) Ah, bien, bien,
bien. Entonces, si nadie está dispuesto a hacer ese trabajo... Déjenme tener
una nueva asistente sin protestar.
Kobachi: Obatta-san tiene razón, vuelvan todos
al trabajo, por favor.
Decepcionados por la nula respuesta de sus
quejas, los empleados volvieron perezosamente a sus trabajos, aun lamentando no
poder lograr que nuestra protagonista se reincorpore. Es que nadie allí
imaginaba un ZR sin la simpática extranjera correteando de una lado al otro,
haciendo bromas y tratándolos con mucha calidez, y no con la frialdad a la que
algunos de ellos se resistían a no regresar. Durante las descongestión del set,
Akihide encuentra en el suelo un… ¿un collar? Si, un collar con un dije que le
resultaba familiar, por alguna razón le producía cierta alegría verlo. ¿Y por
qué? Pensándolo un poco, recordó… sus primeros conciertos en la universidad. Es
una oportunidad se le acercó una pequeña niña, toda una monada, a decirle que
se casaría con su nii-san [hermano mayor] una vez que creciera y se convirtiera
en una belleza. Sería toda una locura que se le apareciese esa niña…

Tsugumi: (se acerca de a poco, mientras busca
algo en el suelo con la vista) Aki-sama… ¿has visto un collar en el piso? Se me
cayó del… (Alza la vista, notando que el guitarrista lo tiene en la mano) Ah…
Veo que lo encontraste.
Akihide: (pensando) “No puedo creerlo… la
loca que se me tiró encima es… ¡es esa niña! (a ella, entregándole el
collar) Vos… ¿Cuántos años tenés?
Tsugumi: (extrañada) Veinte.
Akihide: (nervioso) Entonces hace quince años
tenías cinco… Y… (La mira) ¿Yo alguna vez dije que me casaría con vos?
Tsugumi: (dándose cuenta) En realidad, aceptaste
mi propuesta. Pero eso ya no importa. Vos ahora sos feliz con Charotte y yo
tengo a mi Kendi-kun tan lindo. Además la idea era que yo tenía que crecer y
ponerme guapa… pero solo pude crecer. (Se compara con él) Encima soy más alta
que Aki-sama.
Akihide: (intentando consolarla) También sos
guapa… Y no es que yo no sea un hombre de palabra, pero… Sos demasiado joven.
Demasiado. Y yo… bueno, yo estoy con Charotte, como bien dijiste.
Tsugumi: (con una sonrisa, le devuelve el
collar) Quedátelo, Aki-sama. Por la sonrisa que tenías hace un momento, me
parece que te trae buenos recuerdos. A mí me va a hacer muy feliz que lo
tengas.
Akihide: (contento) ¿En verdad puedo tenerlo?
(ella asiente) Oh, no sé qué decir. Gracias… y lo lamento.
Tsugumi: (levantando los antebrazos, en señal de
ánimo) Yo voy a ver mi contrato (se dirige a la oficina de Kobachi).
Entre tanto, Daigo había ido al camarín, con la
misma sensación de impotencia que tenían los otros empleados. Él sería quien más
iba a extrañar a Selenia en ZR, pues a partir de su renuncia solo podrían verse
por fuera del trabajo, y como sabemos, nuestra protagonista se caracterizaba
por ser muy inconstante, así que… con suerte se encontrarían una o dos veces
por semana a menos que él la vaya a buscar.
Voz: Te estaba esperando.
Daigo: (dirige la vista rápidamente a la persona
que estaba dentro del camarín y que él no había notado al entrar) Okasan [madre].
Ryoko: (se pone de pie) ¿Algún día volverás a
decirme haha [mamá]?
Daigo: ¿Qué hacés aquí?
Ryoko: Sé que me estuviste buscando durante
varios días, y yo tuve que hacer un viaje. Pero haha ya está de regreso para
contestar a tus preguntas… con pruebas, obviamente.
Daigo: ¿Cómo tenés el descaro de aparecer como
si nada? Me mentiste durante dos años.
Ryoko: (inmutable) ¿Qué mentira te dije?
Daigo: Me refiero a Anna, no seas cínica.
Ryoko: Anna Obatta está muerta, yo puedo
llevarte a donde la enterraron.
Daigo: Dejá de mentir. Vos encubriste la falsa
muerte de Anna, no me tomes por idiota.
Ryoko: Me refiero a la verdadera Anna Obatta.
Daigo: ¿Verdadera Anna? ¿De qué hablas?
Ryoko: La chica que conociste como Anna… se
llama en realidad Yumi Nakamura. (Saca un álbum de fotografías un poco viejo y
se lo muestra) Era hija de padres separados. Su madre se volvió a casar cuando
la niña tenía diez años… y su padrastro abusaba de ella repetidamente.
Daigo: (hojeando el álbum, impresionado) No
puede ser… Se parece… se parece a ella…
Ryoko: Así es. Yumi soportó los abusos que su
madre ignoraba adrede… hasta que… decidió matar a su padrastro de ochenta
puñaladas (le enseña un recorte de periódico) Esa noche su madre salió, su
padre biológico no pudo pasar a buscarla… y ella se quedó sola con ese hombre.
Daigo: Pero aquí dice otra cosa.
Ryoko: Es que no te he contado esa parte. La
madre de Yumi llegó a casa… y al encontrar a su marido muerto, intentó vengarlo
matando a su hija. Pero el señor Nakamura también fue a ese lugar… y mató a su
ex mujer para salvar a Yumi. Se echó la culpa del otro crimen también, y fue
condenado a la pena capital. Asi que… los parientes más cercanos que podían
hacerse cargo de ella, eran Hayate y Kiku Obatta, hermano y cuñada del
costurero que trabaja aquí mismo. Ellos tenían ya una hija de la misma edad… Anna
Obatta (le muestra una foto suelta). Ellas dos entablaron una buena relación,
pero el matrimonio no estaba demasiado conforme con Yumi… porque era violenta e
impulsiva.
Daigo: (cada vez más impresionado) ¿A dónde querés
llegar con todo esto?
Ryoko: Vos querés saber la verdad, pero se debe
tener mucho cuidado con lo que se desea. Un buen día Yumi y Anna jugaban soquer
en el jardín, y la pelota fue un poco lejos. Cuando la chica Obatta fue a
buscarla… justo cruzaba un automóvil a gran velocidad… Yumi intentó salvarla,
pero fue atropellada también. Anna… lamentablemente falleció, mientras que su
prima sufrió varias lesiones y un fuerte golpe en la cabeza que le causó
amnesia. ¿Sabes qué es lo más extraño de todo…? Lo que decidió hacer esa
familia… en medio del dolor de perder a un hijo…
Daigo: (no cabe en si del asombro) Aprovecharon su
amnesia para implantarle la vida de Anna.
Ryoko: Exacto. Ellos no se resignaron a que Anna
muera, así que dieron a Yumi por muerta y siguieron viviendo… con una nueva hija. Yumi creció con
esa vida nueva e impuesta, pero siempre ha estado ahí.
Daigo: (agarrándose la cabeza) No entiendo… ¿Que
tiene que ver todo esto?
Ryoko: ¡Tiene todo que ver! Porque Yumi siempre,
siempre ha estado ahí, esperando para despertar, para salir de su letargo… Y
cuando te conoció… encontró la válvula de salida. (Por último, extrae su
celular y busca un archivo) Había un video en VHS que pedí que transformaran
para que puedas verlo y escucharlo y así te des cuenta de la verdad. (Le da su teléfono
a Daigo después de comenzar a reproducir el video)
Daigo observa y escucha pasmado… pues
lentamente, a medida que avanzaba el video, comenzaba a entender a donde quería
llegar su madre. La verdad iba más allá de cualquier razonamiento lógico, era
algo enfermo, desastroso…era incomprensible. ¿Cómo pudo suceder todo eso sin
que él se diera cuenta? ¿Cómo podía ser que… él y… el padrastro de Yumi…
tuvieran voces casi idénticas? De pronto piensa en Selenia, es que tiene que
decirle todo de inmediato, así que comienza a llamarla.
Selenia: Moshi moshi.
Daigo: (apresurado) ¿Dónde estás?
Selenia: En Shibuya.
Daigo: (insistente) ¿En dónde?
Selenia: (extrañada) En… En tu departamento de
Shibuya. Me encontré con Anna y hablamos un poco, luego me pidió que la ayude a
sacar sus cosas de aquí, porque sola no puede, así por fin se vende este depa…
Daigo: Estoy en ZR, ven aquí de inmediato y
aléjate de Anna
Selenia: ¿Cuál es tu problema? Ya juntamos todo,
en cinco minutos nos vamos.
Daigo: (nervioso) Ven aquí, yo después contrato
una empresa para que saquen las cosas, las quemen, las tiren o lo que sea. Vos
vení.
Selenia: ¿Pero qué te pasa? Termino aquí y voy,
son diez minutos nada más (escucha un ruido en el departamento) Eh, tengo que
colgar. Termino y voy, ¿sí? (cuelga)
Daigo: (mirando el celular, mientras se escucha
el tono de marcado) Estúpida…
Ryoko: (apunta hacia afuera del camarín) Andá a
buscarla ahora.
Sin esperar ni un segundo más, el vocalista sale
corriendo de la productora en dirección al departamento de Shibuya, ubicado a
unas pocas cuadras de allí. No podían permitir que Anna y Selenia estuvieran
solas ni un solo segundo más, lo peor podía ocurrir… Y… ¿Y si Yumi despertaba? ¿Y
si justo estando cerca de la extranjera, sucedía la disociación? Ya dentro de
su automóvil, aplastó el acelerador… Así tuviese que huir de la policía, y
atravesar los semáforos, llegaría a tiempo, para evitar que se produzca una
tragedia.
Pero vamos, amigos míos. Anna y Selenia se había
vuelto muy cercanas desde que se conocieron. Realmente se llevaban muy bien. Aunque
existía esa bomba de tiempo llamada Yumi, que amenazaba desde las sombras la
vida de nuestra protagonista, víctima de un odio gratuito hacia su persona.
Las dos se encontraron cuando Selenia salía de
la cafetería luego de reunirse con Daigo.
Anna quiso aclarar lo que había sucedido en el hospital, pero la morocha le
contestó que el vocalista ya le había dicho la verdad, y que no existía, a sus ojos,
problema alguno. Eso fue un gran alivio. Hablaron un poco más en plena vereda,
hasta que les vino el recuerdo de la primera vez que se vieron, vaya sorpresa
para ambas. Entonces, la simpática extranjera le contó porqué fue a ese
departamento con Daigo, cosa que impresionó a Anna, pues sus intenciones eran
las mismas, aunque nunca más se animó a volver allá. Quizás… con el empujón de
la presencia de Selenia… ¿podría sacar sus recuerdos de allí? Juntas decidieron
probar suerte y no tardaron en llegar.
Vaya que fue un buen empujón. Selenia ayudo a
guardar todos los recuerdos, álbumes, fotografías, ropas, notas, entre otras
cosas, en varias cajas que comenzaron a apilar cerca de la entrada. En total
juntaron 4 cestas, que llevaría a la planta baja en dos tandas de dos cestas. Anna
bajó la primera mientras la morocha protagonista aseguraba la segunda con una
cinta de embalar que anteriormente habían dejado ahí. En ese momento, mientras
la otra muchacha subía en el ascensor, había llamado Daigo. Al entrar otra vez,
Anna tropezó con una mesita, pues comenzó a sufrir un terrible dolor de cabeza.
Esto provocó que Selenia deje el teléfono para ver que sucedía, y dejó a la joven
descansando sentada en el sofá un momento en tanto ella se disponía a bajar la
segunda tanda de cajas.
Cuando caminaba hacia la puerta, una de las
cajas se desacomodó y cayó al piso, así que dejó la otra en el suelo para poder
acomodarlas otra vez una sobre otra. Ni sintió el momento en que su acompañante
se levantó. Volvió a apilar las cestas, y estaba a punto de flexionarse para
levantarlas… cuando sintió un golpe en la parte trasera de la cabeza. Un golpe
duro y contundente, que la arrojó al piso de inmediato… ¿Qué pasó? ¿Qué estaba
ocurriendo? Pensó rápidamente que la acosadora se escondía allí, así que se volteó
con velocidad sobre su espalda… Pero solo estaba Anna… Anna con una sonrisa
perversa en su rostro… Anna con un martillo en la mano… Anna diciéndole “perra, por fin te encontré”… Anna…
descendiendo el martillo otra vez sobre ella.
Aclaraciones:
1 Chotto, matte kudasai: Espera un poco, por
favor.
2 Okinawa: Isla del sur de Japón, famosa por sus
playas, es conocido el paraíso Nipon.
3 Naha: Cuidad más importante de Okinawa.
4 kinasai: Ven, en modo imperativo informal. En
modo formal, es Kitte o Kitte kudasai (para agregar mas amabilidad)
5 Muy pronto, free talk 8.
6 Awamori: licor de arroz, especialidad de
Okinawa, cuyo porcentaje de alcohol es mayor que el del sake.
Esta vez no les dejo adelanto, imaginen lo que va a suceder. El próximo episodio es el último, y creo que lo entregaré en dos partes, como al anterior. Ya tengo decidido el título, y todo el contenido, hasta las fotos ilustrativas. Les agradezco mucho por leer el fiction hasta aquí, somos menos de los que comenzamos, pero lo importante es que se hayan quedado apoyando esta historia. Para mí es muy pero muy importante. Lamento haberme retrasado con esta entrega, pero he tenido trabajo que hacer. No me fue taaaan bien como esperaba, pero no estuvo mal tampoco.
Hace un tiempo me preguntaron en un comentario si habrá una segunda parte o si voy a escribir otro fic con Breakerz... y cuando publique el último capítulo agregaré otra entrada para contarles bien cómo es el asunto porque... la idea de una segunda parte está. Aunque si alguno tiene interés en leer otra fiction mío, les paso mi otro blog: Perfect to you una historia que escribo en equipo con mi sister y cuenta las aventuras de dos hermanas que iban rumbo a Japón pero se quedan varadas en Corea del Sur. Les pasa de todo, en especial cosas cómicas con las que se atascarán de risa (si quieren leerlo, claro).
Bueno, me voy despidiendo. Nos leemos pronto, espero sus lindos comentarios. Gracias de corazón por seguir hasta esta instancia.
Sayonara!