miércoles, 9 de enero de 2013

Capítulo 4: Primer choque cultural


(Charlotte, Selenia y Meggara)
Cuando llegaron al dormitorio, Selenia fue directamente hacia la cama y sobre la almohada ahogó un grito que sorprendió a sus compañeras. Mientras, Megg miraba su uniforme, incluso planeaba probárselo, y Charlotte se quitó los zapatos y guardó su uniforme en el ropero, todo esto con actitud de evidente desagrado.
Megg: (a sus amigas, mientras extendía el vestido y lo acercaba a su cuerpo) ¿Qué les pasa?
Selenia: (levantando la cabeza) Yo floto en una nube de champagne...
Charlotte: (mira a Selenia) O una nube de pedo...
Selenia: (a Charlotte. Con sarcasmo) Que buena onda mi amiga. Me encanta.
Megg: (sentándose al lado de Charlotte) ¿Te pasa algo?
Selenia: Si, ¿por qué tanta histeria?
Charlotte: (respira profundamente) Si, me pasa. Pero no lo quería hablar frente a las otras chicas.
Selenia: ¿Conseguiste el trabajo?
Megg: (tapándose la boca) ¿No pudiste?
Chalotte: (sin mirarlas) Si, me dieron el trabajo. (A Selenia) ¿Y a vos?
Selenia: Si, también. Me tomaron una prueba y todo. Pero si te dieron el trabajo, deberías estar feliz.
Charlotte: Yo no soy tan simple.
Megg: ¿Te contrataron como promotora?
Charlotte: (rezonga) Si...
Selenia: ¿Entonces cuál es el problema?
Charlotte: (apunta al ropero) Eso.
Selenia y Megg comparten una mirada cómplice, sin entender a qué se refiere Charlotte... ¿El ropero era el problema?
Selenia: ¿Te molesta el color?
Charlotte: (levemente irritada) No, gorda. Me molesta es trapo que me dieron de uniforme.
Megg: (tratando de consolarla) El mío tampoco es muy bonito que digamos.
Charlotte: (mas irritada) Pero vos vas a estar en un local, no tenés que ir por ahí vestida como un power ranger.
Selenia, movida por la curiosidad, llegó hasta el ropero y extrajo de este la bolsa con el uniforme de su amiga. Dentro de la misma observa lo que puede. Luego mira a sus amigas, quienes le corresponden.
Selenia: Esta cosa grita "mírenme, soy promotora".
Charlotte: (esconde la cabeza en su regazo) No quiero ir por ahí así vestida.
Selenia: Y... apagalo un poco.
Megg y Ch: (mirando a Selenia, sorprendidas) ¿Eh?
S: Ponele cosas oscuras (sonríe con picardía), ¿entendés?
Charlotte: (relajándose un poco) Tenés razón... No estoy viendo la luz al final del túnel.
Megg: (mirando profundamente a Charlotte) ¿Y eso es todo?
Charlotte: (agarrando una de las manos de Megg) No.
Selenia guarda rápidamente el uniforme en el ropero y corre a sentarse cerca de sus amigas, para escuchar el relato de Charlotte.
Charlotte: (suelta la mano de Megg, pues necesita hacer ademanes con las suyas) La cosa fue así: yo entre en esa oficina, me atendieron de una forma medio rara, creo que no me querían dar el empleo. Dijeron que no tengo las "aptitudes" necesarias, como si para ser promotora se necesitara algo más que ser linda. Luego me dejaron sola... Y como en esa oficina había una ventana grande, cuando me di cuenta  mucha gente se acercó a mirarme, lo juro. Y yo pensé "¿Qué carajo les pasa?" Con toda la intención los salude  re buena onda y salieron corriendo. Después de eso, salió un tipo gordo de cara rara, y me dijo que me contrataba. Debe ser mi jefe. Me trató bien, de eso no me quejo. Pero algo me dice que es un viejo verde.
Megg: Para, para... ¿Había gente que te miraba desde la ventana?
Selenia: ¡Joder! A eso se le dice llamar la atención. ¡Qué calidad!
Charlotte: Créanme que eso no me entusiasma. (A Megg) ¿Y a vos cómo te fue?
Megg: Bien. No hubo lio para contratarme. De hecho, todo fue muy rapidito. Me dijeron que como soy rubia, seguramente pensaran que soy yanqui, así que no hay problema (a Selenia). ¿Y a vos cómo te fue, emocionada?
Selenia no se hizo rogar para contar lo que paso, aunque guardo algunos detalles para ella y no hizo muchas descripciones subjetivas. No mencionó todo lo que ocurrió con Daigo, es decir, el episodio el en que el pidió que la contraten, si dijo lo del llavero, pero en el resto del relato su presencia fue nula.
Luego de eso, Maya les avisó que estaban sirviendo el almuerzo y las jóvenes bajaron al comedor, donde sus amigas japonesas les reservaron asientos cerca de ellas. Durante la comida, de chahan, takoyakis y crokke [1]; charlaron animadamente sobre los trabajos, especialmente Tsugumi, quien se emocionaban con cada detalle que escuchaba mencionar a Selenia.
Todas: (una vez que terminaron de comer. Con las manos juntas) ¡Gochizoosama! [2]
Atsuko: (en inglés) Chicas, ¿Qué les parece si más tarde damos un paseo por la universidad?
Maya: Después podemos mostrarles un poco de la cuidad.
Nuestras chicas se entusiasmaron de tal forma que poco tiempo después ya estaban vestidas y calzadas para salir, esperando en la entrada y criticándose mutuamente la muda de ropa. A Charlotte le parecía que Selenia escogió un estilo demasiado deportivo, con unas calzas, una campera canguro, manoplas, botas acordonadas y un tapado impermeable forrado de polar. Selenia le preguntaba a Megg si iba a un velorio, porque, a excepción de su polera blanca, su pantalón, zapatillas, sweater y tapado de pana oscilaban entre el gris y el negro. Y esta última no comprendía porqué Charlotte se había quejado del uniforme de promotora tan llamativo, si entre el tapado purpura, el vestido de lana rojo que traía puesto, junto con sus botitas de gamuza del color del tapado y el pañuelo con hilos dorados que cubría su cuello, sumados a su boina de coderoy granate, parecían gritar "¡Hello, estoy aquí, mírenme!"
Antes de que su amistoso intercambio de comentarios subieran de tono, aparecieron Maya, Tsugumi y Atsuko y le impidieron seguir con la casi polémica. Las seis caminaban tranquilamente por la ciudad. Megg fotografiaba todo lo que le daba curiosidad, mientras que Charlotte y Selenia procuraban memorizar el camino (esta última quería pintar señas, pero las demás lo impidieron). Por eso la rubia insistía con las fotografías.
Luego de un largo rato, llegaron a la universidad, donde las tres extranjeras se maravillaron por la mezcla entre modernidad del edificio, la biblioteca y las aulas, y el estilo tradicional de los salones de clubes deportivos. Aquellos tejados recordaban a las películas ninjas.
Cuando entraron al edificio principal, recorrieron los pasillos y vieron las aulas. Entre tanto, Atsuko tuvo que ser portadoras de malas noticias, por lo menos para Selenia.
Atsuko: (en un japonés claro) Chicas, ¿les explicaron bien como conseguir la acreditación en la universidad?
Selenia: (extrañada) Tengo entendido que sí. Tenemos que hacer una materia y, en base a ella, una investigación como tesis.
Atsuko: Eso es para allá. En Japón también tienen que  pasar un examen de ingles de nivel universitario y hacer algún deporte o tomar las clases de gimnasia regulares.
Selenia: (gritando) ¿Qué?
Todos los que pasaban por allí se detuvieron un momento y miraron a Selenia con expresión de censura.
Selenia: (disculpándose) Gomennasai. (A Atsuko) Yo no sabía nada de eso... y mi nivel de inglés es muy bajo.
Tsugumi: (acercándose) Pero si Meggara-san y Charotte-san saben, podrían enseñarte.
Megg y Charlotte: (entendiendo que dijeron) Claro.
Atsuko: Tendrás que esforzarte, Serenia-san. También podes pedir una tutoría a profesores o alumnos avanzados. Yo conozco a un alumno que en la secundaria baja [3] se fue a Estados Unidos de intercambio, aunque no creo que quiera darte la tutoría. Es un presumido.
Tsugumi: No digas eso de Kendi-kun...[4] (A Selenia) Él fue mi compañero en secundaria alta [3]. Seguro que si se lo pido, va a ayudarte, Serenia-san.
Selenia: (sorprendida) Wow, ustedes son como hadas madrinas...
Todas se miraron extrañadas por la frase de Selenia. Como estaban cerca de una ventana, no pudieron evitar escuchar, al igual que aquellos que circulaban por el pasillo, los ruidos de un escándalo, y asomaron rápidamente para poder ver lo que ocurría afuera: al parecer, una pandilla de patoteros molestaban a dos muchachos.
Tsugumi: (asustada) Son Kendi-kun y Oiwa-san…
Selenia: No pensé que fuera un patotero…
Tsugumi: ¡Él es al que  están atacando!
Atsuko: (Hace una seña) Vamos a ver qué  está pasando.
Las seis salieron hasta el patio de entrada, lugar de la desigual pelea, en el cual ya se había reunido mucha gente. Lo que parecía ser solo una discusión se había transformado en una paliza contra los muchachos que mencionó Tsugumi. Charlotte, indignada, pensó en levantar la voz para quejarse, al igual que Megg, pero Maya se los impidió, diciéndoles que no era prudente involucrarse en problemas que no les correspondían. Nadie parecía dispuesto a intervenir, los demás alumnos eran inmóviles espectadores y los profesores hacían la vista hacia otro lado… Hasta que una voz, o mejor, un pie se levantó contra esa injusticia; y en ese momento, Megg, Charlotte, Atsuko, Maya y Tsugumi se dieron cuenta que olvidaron contener a Selenia, quien, con una certera patada, detuvo la golpiza.
Selenia: (a los pandilleros) ¡¿Qué mierda creen que hacen?!
Pandillero 1: (se levanta y enfrenta a Selenia) ¡Baka! [5] ¿Qué creés que estás haciendo?
Selenia: Te pateo el culo. ¿Algún problema?
Pandillero 2: Una perra valiente… (a Selenia) ¿Quién te invitó a meterte en los problemas ajenos?
Selenia: Yo me mando sola. ¡Y perra es tu madre, no yo!
La pandilla entera se ríe de lo que grita Selenia. En tanto, el más alto de la pandilla, al parecer su líder, se le acerca de manera inesperada y le rodea los hombros con el brazo.
Líder: (casi riendo) Ah, me gustan las tipas como esta. (a Selenia) linda, ¿qué te parece si olvidamos esta pelea y vamos a tomar algo?
Selenia: (soltándose) Nada de andar tocando, hermano [6]. Y yo con ustedes no voy a ningún lado.
Líder: Qué arisca… Así me encanta. ¿Cómo en tu nombre?
Megg: (asustada. Habla bajo a Atsuko) ¿Qué hacemos?
Atsuko: (igual que Megg) Lo siento, Meggara-san, pero ella se lo buscó…
Mientras las cinco chicas murmuraban preocupadas, sin saber qué hacer, Selenia continuaba discutiendo con la pandilla en actitud desafiante.
Selenia: No tengo por qué decirte mi nombre… Y no se te ocurra tocarme.
Tsugumi: (a Selenia, en voz alta) Serenia-san, no discutas más y aléjate de ellos, por favor.
 Selenia: (mirando a Tsugumi y luego al líder. Con sarcasmo) Bueno… Ya te dijeron como me llamo.
Líder: (mirando a las chicas y luego a Selenia) ¿Esas son tus amigas? Genial, podemos salir todos juntos. Ustedes son seis… nosotros cinco… Falta uno…
Charlotte: (Dando media vuelta) ¡Ah, no! Yo no la conozco, no tengo nada que ver. Me voy (comienza a caminar).
Megg: (siguiéndola con la vista. En español) Hey, este no es momento de hacerte la loca.
Selenia: (con rabia) Ni se te ocurra acercarte a mis amigas.
Pandillero 1: Jefe, yo no pienso salir con esas chicas. Si esta (apunta a Selenia) me pegó fuerte, seguro que todas ellas son un grupo de patoteras.
Líder: (Incrédulo, a Selenia) ¿Son patoteras?
Selenia: (Con una sonrisa siniestra) ¿Y qué te hace pensar que somos esa clase de escoria? ¿Tengo cara de hiena? Los patoteros como ustedes no son más que un montón de basura que solo se divierte lastimando a la gente buena y trabajadora como yo. (apunta al resto) Ellos se callan, ¡pero yo no pienso permitir que la gente que no sirve baile sobre mis costillas! Ni en las mías, ni en las de nadie.
Líder: (enojado, la empuja pero ella no se mueve) ¿Escoria? ¿Basura, eh? Linda, te vas a arrepentir de esas palabras.
Selenia: (irritada) ¿Sí? ¿Y qué me vas a hacer, eh? ¡Baka!
Líder: (al resto de la pandilla) Muchachos, vámonos. Dejemos esto por hoy.
Los cinco pandilleros se marcharon. Los que observaban la pelea permanecieron allí un momento mirando a Selenia como si la sentenciaran por algún delito. Luego se fueron. Las chicas se le acercaron asombradas por lo que vieron. A Selenia nada de esto le pareció importante y, lo más rápido que pudo, caminó hasta los jóvenes atacados, a los que parecía que nadie estaba dispuesto a ayudar.
Selenia: (a los muchachos) ¿Están bien? ¿Se pueden levantar solos?
Ellos contestaron que sí, aún asustados por lo que había sucedido. Selenia comprobó después de llevarlos a la enfermería, que no tenían más que heridas superficiales.
Tanto Maya como Atsuko y Tsugumi estaban tan conmocionadas que no sabían que decir, mientras que Charlotte y Megg intentaban regañar a una Selenia que no escuchaba razones y que a todo contestaba que ella no podía quedarse parada y mirar como la escoria se regodeaba en el miedo ajeno. Parecía ella la víctima.
Finalmente los dos muchachos salieron de la enfermería como si nada hubiese pasado y se acercaron a Selenia.
Kendi: Serenia-san.
Selenia: (mirándolos) Hai.
Los dos jóvenes hacen una reverencia.
Kendi: Queremos agradecerte que te hayas preocupado por dos extraños, pero hubiera sido conveniente no hacerlo.
Kaoru (Oiwa): No es la primera vez que nos molestan. Solo nos tratan mal, como muchos nos dan unos golpes. Con dos o tres más se hubiesen ido.
Kendi: Pero ahora, como Serenia-san intervino, cosa que nadie hace, te amenazaron. Eso no puede ser bueno.
Kaoru: No sabemos que son capaces de hacer cuando están ofendidos.
Selenia: (con sarcasmo) Y después de todo lo que les hice...
Kendi: Serenia-san, por favor, cuídate.
Selenia: Bueno...
Kaoru: (trata de parecer animado) Para que no todo parezca malo, Kendi-san, ¿qué te parece si las invitamos al café?
Ke: Me parece bien. (A las chicas) En agradecimiento, las invitamos al café donde trabajamos después de la universidad.
Charlotte y Megg: ( a Selenia) ¿Qué dijeron?
Selenia: Que nos invitan a un café. (A los chicos) Nos encantaría.
Kaoru: Está demás decir que corre por cuenta nuestra.
Selenia: ¡Perfecto! Me encanta el café gratis.
Las seis chicas fueron con los dos jóvenes hasta su trabajo, que resultó ser un host cafe [7] lleno de muchachos guapos y serviciales, dispuestos a brindar su amabilidad y mejores sonrisas. La clientela de ese lugar eran solo mujeres que aparentemente llegaban atraídas por los meseros. Tanta cara bonita llamaba la atención de nuestras protagonistas. Los dos jóvenes  muy amablemente, les pidieron que escogieran una mesa y los esperaran, ellos solo tenían que ponerse el uniforme, pero no tardarían  demasiado. Mientras, Atsuko, que ya había pensado un discurso exento de efusividad, quiso hablar con Selenia.
Atsuko: Serenia-san, no tengo idea de como son los asuntos con las pandillas en tu país, pero acá lo mejor que se puede hacer es no interferir.
Selenia: (con un tono de voz muy normal) Si todos se quedan se como si nada, las pandillas van a seguir causando problemas cada vez mas graves. Los males tienen que cortarse de raíz.
Atsuko: Pero estas raíces son muy largas y profundas. Las autoridades permiten esta clase de tratos. Por eso te lo digo.
Selenia: (con desagrado) Tengo motivos personales.  Yo no puedo ver esta clase de cosas e ignorarlas.
Maya: (a Selenia) Serenia-san, me siento muy mal por lo que paso. No por vos, sino porque yo estaba ahí, mirando llena de miedo. Me siento un poco cobarde.
Selenia: (apoyando su manos sobre el hombro de Maya) No te sientas mal. Yo crecí casi en el campo, acostumbrada a gritar mis verdades aunque nadie quiera oírlas.
Mientras ellas hablaban sobre el incidente, Megg y Charlotte, que casi no entendían  comenzaron a preguntar a Tsugumi.
Tsugumi: (con fastidio) Están regañando a Serenia-san por lo que paso. ¡Pobre Serenia-san! Me siento mal por ella. (Las mira con cierta confidencialidad) ¿Me guardan un secreto?
Charlotte: Si, no hay problema. ¿De qué se trata?
Megg: (entusiasmada) Yo seré una tumba bien cerrada.
Justo cuando Tsugumi iba a contar su secreto, llegaron los muchachos que las invitaron, con sus uniformes y la minuta, sonriendo amablemente, igual que todos sus compañeros, y les tomaron la orden.
Selenia: (a Megg y Charlotte) ¿Ustedes que quieren?
Charlotte: Yo quiero un capuchino.
Megg: Un café con leche está bien.
Selenia: (a Kendi) Watashi tachi wa hotto chocoreito, chizu no omuretsu, capuchino to miruku kohi ga hoshii [8]
Kendi: (anotando) ¿Omuretsu? ¿Quieren alguna torta? Hoy tenemos una tarta de fresa deliciosa.
Selenia: Bueno... (a Maya, Tsugumi y Atsuko) ¿Ustedes también quieren?
Tsugumi: Hai. Mo san miruku kohi ga hoshii [9]
Las demás asintieron.
Selenia: Entonces trae una entera. Y la omuretsu también.
Kendi asintió y se retiro. No tuvieron que esperar demasiado por lo que pidieron, ya que en casi diez minutos su pedido estaba servido en la mesa.
Maya, Atsuko y Tsugumi comían y bebían despacio y calmadamente. Selenia también comió con lentitud, pero con la bebida, ni hablar. Charlotte saboreó su capuchino y se tentó con una segunda porción de keki, igual que Megg. Esta última provocó muchos comentarios en el resto de las mujeres presentes, pues les llamaba la atención su pelo rubio y los ojos claros. Selenia casi no provó bocado del pastel, pues estaba muy entretenida con su omuretsu, aunque las demás chicas temieron que le cayera mal (excepto Charlotte, que conoce el estómago de acero de su amiga) con el hotto chocoreito, pero a ella parecía no importarle.
Las muchachas disfrutaron tanto esa merienda que insistieron en pagar, pero Kendi y Kaoru se negaron, pues ellos las habían invitado. De la manera más amable las invitaron a regresar otro día, en el cual concurrirían como clientes.
Las seis se fueron muy satisfechas nuevamente al edificio, caminando bajo el cielo estrellado y frió, dándose cuenta de que era casi hora de la cena. Pero Charlotte y Megg olvidaron preguntar a Tsugumi cual era su secreto, así que durmieron esa noche con la duda.

Aclaraciones:
1 Chahan es un plato de arroz salteado a la sartén con verduras y jamón  Takoyaki son bolas de pulpo rebozadas a la sartén, y Crokke o Korokke son Croquetas de papa triturada con carne o queso.
2 Gochizoosama es lo que se dice al terminar la comida.
3 Secundaria baja es lo que en nuestro país se conoce como 7º, 8º y 9º año de la 3º EGB. Y secundaria alta es lo que se conoce como polimodal.
4 Kun es una partícula similar a san y Sama que sigue al nombre de los varones, pero se usa para mostrar simpatía y respeto a las personas de nuestra edad o menores.
5 Baka significa tonto, estúpido y calificativos semejantes.
6 Marco la palabra hermano porque siempre que Selenia la dice es en español.
7 Los host cafe son esos hermosos lugares donde concurre generalmente un publico del mismo sexo atraído por los meseros de sexo opuesto... o_O
8 "Nosotras queremos chocolate caliente, tortilla de queso, capuchino y café con leche".
9 "También queremos tres cafés con leche".
10 Keki es pastel.

9 comentarios:

  1. Hola, me he leído todos los capítulos y están de maravilla.
    Saludos desde España.

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    1. AHH!!!! Que lindo!! Muchas Gracias!! Saludos a toda España!!

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  2. Interesante este capitulo, buena accion jaja. Cagemoslos a piñas a los chotos esos .__. yeahhh!

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    1. Creeme, por todo lo que va a pasar despues, tal vez hubiera sido mejor cerrar la boca...
      Selai

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  3. Nooo pobre Charlotte debe ser re feo tener que vestirse de manera llamativa acá nomas con esas calcitas ajustadas ya no me gusta. Ari

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  4. Estas chicas y los vestuarios un pantalon un buzo y unas zapas ya esta locooo....

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  5. Voy comentando mientras voy leyendo porque si no despues me olvido. Que Megg saque fotos para recordar el camino esta re bueno. Aguante Selenia que ayudo a esos chabones jajaj muy buena escena. Aunque se zarpo un poco. Y que forra Charlotte jajajaj muy gracioso. Tsugumi la mando al frente a selenia puuuchaaa! Ari

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  6. Este es el mejor cap que lei hasta ahora. quiero foto de la comida nuevamente :P. Ari!

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  7. puse las fotos de la comida, me falta lo del 7, jejeh! Selenia es muy extremista e impulsiva, pero se hace querer!! Charlotte es muy fashión, y vestirse como power ranger no lo es... Megg tiene el bichito de la fotografía, jejeh.
    Ya sabía que te iba a gustar un capítulo con pleito...

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