(Charlotte, Selenia y Meggara)
Cuando llegaron al dormitorio, Selenia fue
directamente hacia la cama y sobre la almohada ahogó un grito que sorprendió a
sus compañeras. Mientras, Megg miraba su uniforme, incluso planeaba probárselo,
y Charlotte se quitó los zapatos y guardó su uniforme en el ropero, todo esto
con actitud de evidente desagrado.
Megg: (a sus amigas, mientras extendía el vestido y lo
acercaba a su cuerpo) ¿Qué les pasa?
Selenia: (levantando la cabeza) Yo floto en una nube
de champagne...
Charlotte: (mira a Selenia) O una nube de pedo...
Selenia: (a Charlotte. Con sarcasmo) Que buena onda mi
amiga. Me encanta.
Megg: (sentándose al lado de Charlotte) ¿Te pasa algo?
Selenia: Si, ¿por qué tanta histeria?
Charlotte: (respira profundamente) Si, me pasa. Pero no lo
quería hablar frente a las otras chicas.
Selenia: ¿Conseguiste el trabajo?
Megg: (tapándose la boca) ¿No pudiste?
Chalotte: (sin mirarlas) Si, me dieron el trabajo. (A
Selenia) ¿Y a vos?
Selenia: Si, también. Me tomaron una prueba y todo. Pero si
te dieron el trabajo, deberías estar feliz.
Charlotte: Yo no soy tan simple.
Megg: ¿Te contrataron como promotora?
Charlotte: (rezonga) Si...
Selenia: ¿Entonces cuál es el problema?
Charlotte: (apunta al ropero) Eso.
Selenia y Megg comparten una mirada cómplice, sin
entender a qué se refiere Charlotte... ¿El ropero era el problema?
Selenia: ¿Te molesta el color?
Charlotte: (levemente irritada) No, gorda. Me molesta es
trapo que me dieron de uniforme.
Megg: (tratando de consolarla) El mío tampoco es muy
bonito que digamos.
Charlotte: (mas irritada) Pero vos vas a estar en un local,
no tenés que ir por ahí vestida como un power ranger.
Selenia, movida por la curiosidad, llegó hasta el
ropero y extrajo de este la bolsa con el uniforme de su amiga. Dentro de la
misma observa lo que puede. Luego mira a sus amigas, quienes le corresponden.
Selenia: Esta cosa grita "mírenme, soy promotora".
Charlotte: (esconde la cabeza en su regazo) No quiero ir por
ahí así vestida.
Selenia: Y... apagalo un poco.
Megg y Ch: (mirando a Selenia, sorprendidas) ¿Eh?
S: Ponele cosas oscuras (sonríe con picardía),
¿entendés?
Charlotte: (relajándose un poco) Tenés razón... No estoy
viendo la luz al final del túnel.
Megg: (mirando profundamente a Charlotte) ¿Y eso es todo?
Charlotte: (agarrando una de las manos de Megg) No.
Selenia guarda rápidamente el uniforme en el ropero y
corre a sentarse cerca de sus amigas, para escuchar el relato de Charlotte.
Charlotte: (suelta la mano de Megg, pues necesita hacer
ademanes con las suyas) La cosa fue así: yo entre en esa oficina, me atendieron
de una forma medio rara, creo que no me querían dar el empleo. Dijeron que no
tengo las "aptitudes" necesarias, como si para ser promotora se
necesitara algo más que ser linda. Luego me dejaron sola... Y como en esa
oficina había una ventana grande, cuando me di cuenta mucha gente se acercó a mirarme, lo juro. Y yo pensé
"¿Qué carajo les pasa?" Con toda la intención los salude re buena onda y salieron corriendo. Después
de eso, salió un tipo gordo de cara rara, y me dijo que me contrataba. Debe ser
mi jefe. Me trató bien, de eso no me quejo. Pero algo me dice que es un viejo
verde.
Megg: Para, para... ¿Había gente que te miraba desde la
ventana?
Selenia: ¡Joder! A eso se le dice llamar la atención. ¡Qué
calidad!
Charlotte: Créanme que eso no me entusiasma. (A Megg) ¿Y a
vos cómo te fue?
Megg: Bien. No hubo lio para contratarme. De hecho, todo
fue muy rapidito. Me dijeron que como soy rubia, seguramente pensaran que soy
yanqui, así que no hay problema (a Selenia). ¿Y a vos cómo te fue, emocionada?
Selenia no se hizo rogar para contar lo que paso,
aunque guardo algunos detalles para ella y no hizo muchas descripciones
subjetivas. No mencionó todo lo que ocurrió con Daigo, es decir, el episodio el
en que el pidió que la contraten, si dijo lo del llavero, pero en el resto del
relato su presencia fue nula.
Luego de eso, Maya les avisó que estaban sirviendo el
almuerzo y las jóvenes bajaron al comedor, donde sus amigas japonesas les
reservaron asientos cerca de ellas. Durante la comida, de chahan, takoyakis y
crokke [1]; charlaron animadamente sobre los trabajos, especialmente
Tsugumi, quien se emocionaban con cada detalle que escuchaba mencionar a
Selenia.
Todas: (una vez que terminaron de comer. Con las manos
juntas) ¡Gochizoosama! [2]
Atsuko: (en inglés) Chicas, ¿Qué les parece si más
tarde damos un paseo por la universidad?
Maya: Después podemos mostrarles un poco de la cuidad.
Nuestras chicas se entusiasmaron de tal forma que poco
tiempo después ya estaban vestidas y calzadas para salir, esperando en la
entrada y criticándose mutuamente la muda de ropa. A Charlotte le parecía que
Selenia escogió un estilo demasiado deportivo, con unas calzas, una campera
canguro, manoplas, botas acordonadas y un tapado impermeable forrado de polar.
Selenia le preguntaba a Megg si iba a un velorio, porque, a excepción de su
polera blanca, su pantalón, zapatillas, sweater y tapado de pana oscilaban
entre el gris y el negro. Y esta última no comprendía porqué Charlotte se había
quejado del uniforme de promotora tan llamativo, si entre el tapado purpura, el
vestido de lana rojo que traía puesto, junto con sus botitas de gamuza del
color del tapado y el pañuelo con hilos dorados que cubría su cuello, sumados a
su boina de coderoy granate, parecían gritar "¡Hello, estoy aquí,
mírenme!"
Antes de que su amistoso intercambio de comentarios
subieran de tono, aparecieron Maya, Tsugumi y Atsuko y le impidieron seguir con
la casi polémica. Las seis caminaban tranquilamente por la ciudad. Megg
fotografiaba todo lo que le daba curiosidad, mientras que Charlotte y Selenia
procuraban memorizar el camino (esta última quería pintar señas, pero las demás
lo impidieron). Por eso la rubia insistía con las fotografías.
Luego de un largo rato, llegaron a la universidad,
donde las tres extranjeras se maravillaron por la mezcla entre modernidad del
edificio, la biblioteca y las aulas, y el estilo tradicional de los salones de
clubes deportivos. Aquellos tejados recordaban a las películas ninjas.
Cuando entraron al edificio principal, recorrieron los
pasillos y vieron las aulas. Entre tanto, Atsuko tuvo que ser portadoras de
malas noticias, por lo menos para Selenia.
Atsuko: (en un japonés claro) Chicas, ¿les explicaron bien
como conseguir la acreditación en la universidad?
Selenia: (extrañada) Tengo entendido que sí. Tenemos que
hacer una materia y, en base a ella, una investigación como tesis.
Atsuko: Eso es para allá. En Japón también tienen que pasar un examen de ingles de nivel
universitario y hacer algún deporte o tomar las clases de gimnasia regulares.
Selenia: (gritando) ¿Qué?
Todos los que pasaban por allí se detuvieron un
momento y miraron a Selenia con expresión de censura.
Selenia: (disculpándose) Gomennasai. (A Atsuko) Yo no sabía
nada de eso... y mi nivel de inglés es muy bajo.
Tsugumi: (acercándose) Pero si Meggara-san y Charotte-san
saben, podrían enseñarte.
Megg y Charlotte: (entendiendo que dijeron) Claro.
Atsuko: Tendrás que esforzarte, Serenia-san. También podes
pedir una tutoría a profesores o alumnos avanzados. Yo conozco a un alumno que
en la secundaria baja [3] se fue a Estados Unidos de intercambio, aunque no
creo que quiera darte la tutoría. Es un presumido.
Tsugumi: No digas eso de Kendi-kun...[4] (A Selenia) Él fue
mi compañero en secundaria alta [3]. Seguro que si se lo pido, va a ayudarte,
Serenia-san.
Selenia: (sorprendida) Wow, ustedes son como hadas
madrinas...
Todas se miraron extrañadas por la frase de Selenia.
Como estaban cerca de una ventana, no pudieron evitar escuchar, al igual que
aquellos que circulaban por el pasillo, los ruidos de un escándalo, y asomaron
rápidamente para poder ver lo que ocurría afuera: al parecer, una pandilla de
patoteros molestaban a dos muchachos.
Tsugumi: (asustada) Son Kendi-kun y Oiwa-san…
Selenia: No pensé que fuera un patotero…
Tsugumi: ¡Él es al que
están atacando!
Atsuko: (Hace una seña) Vamos a ver qué está pasando.
Las seis salieron hasta el patio de entrada, lugar de
la desigual pelea, en el cual ya se había reunido mucha gente. Lo que parecía
ser solo una discusión se había transformado en una paliza contra los muchachos
que mencionó Tsugumi. Charlotte, indignada, pensó en levantar la voz para
quejarse, al igual que Megg, pero Maya se los impidió, diciéndoles que no era
prudente involucrarse en problemas que no les correspondían. Nadie parecía
dispuesto a intervenir, los demás alumnos eran inmóviles espectadores y los
profesores hacían la vista hacia otro lado… Hasta que una voz, o mejor, un pie
se levantó contra esa injusticia; y en ese momento, Megg, Charlotte, Atsuko,
Maya y Tsugumi se dieron cuenta que olvidaron contener a Selenia, quien, con
una certera patada, detuvo la golpiza.
Selenia: (a los pandilleros) ¡¿Qué mierda creen que hacen?!
Pandillero 1: (se levanta y enfrenta a Selenia) ¡Baka!
[5] ¿Qué creés que estás haciendo?
Selenia: Te pateo el culo. ¿Algún problema?
Pandillero 2: Una perra valiente… (a Selenia) ¿Quién
te invitó a meterte en los problemas ajenos?
Selenia: Yo me mando sola. ¡Y perra es tu madre, no yo!
La pandilla entera se ríe de lo que grita Selenia. En
tanto, el más alto de la pandilla, al parecer su líder, se le acerca de manera
inesperada y le rodea los hombros con el brazo.
Líder: (casi riendo) Ah, me gustan las tipas como
esta. (a Selenia) linda, ¿qué te parece si olvidamos esta pelea y vamos a tomar
algo?
Selenia: (soltándose) Nada de andar tocando, hermano [6]. Y
yo con ustedes no voy a ningún lado.
Líder: Qué arisca… Así me encanta. ¿Cómo en tu nombre?
Megg: (asustada. Habla bajo a Atsuko) ¿Qué hacemos?
Atsuko: (igual que Megg) Lo siento, Meggara-san, pero ella
se lo buscó…
Mientras las cinco chicas murmuraban preocupadas, sin
saber qué hacer, Selenia continuaba discutiendo con la pandilla en actitud
desafiante.
Selenia: No tengo por qué decirte mi nombre… Y no se te
ocurra tocarme.
Tsugumi: (a Selenia, en voz alta) Serenia-san, no discutas
más y aléjate de ellos, por favor.
Selenia: (mirando a
Tsugumi y luego al líder. Con sarcasmo) Bueno… Ya te dijeron como me llamo.
Líder: (mirando a las chicas y luego a Selenia) ¿Esas
son tus amigas? Genial, podemos salir todos juntos. Ustedes son seis… nosotros
cinco… Falta uno…
Charlotte: (Dando media vuelta) ¡Ah, no! Yo no la conozco, no
tengo nada que ver. Me voy (comienza a caminar).
Megg: (siguiéndola con la vista. En español) Hey, este no
es momento de hacerte la loca.
Selenia: (con rabia) Ni se te ocurra acercarte a mis amigas.
Pandillero 1: Jefe, yo no pienso salir con esas
chicas. Si esta (apunta a Selenia) me pegó fuerte, seguro que todas ellas son
un grupo de patoteras.
Líder: (Incrédulo, a Selenia) ¿Son patoteras?
Selenia: (Con una sonrisa siniestra) ¿Y qué te hace pensar
que somos esa clase de escoria? ¿Tengo cara de hiena? Los patoteros como
ustedes no son más que un montón de basura que solo se divierte lastimando a la
gente buena y trabajadora como yo. (apunta al resto) Ellos se callan, ¡pero yo
no pienso permitir que la gente que no sirve baile sobre mis costillas! Ni en
las mías, ni en las de nadie.
Líder: (enojado, la empuja pero ella no se mueve)
¿Escoria? ¿Basura, eh? Linda, te vas a arrepentir de esas palabras.
Selenia: (irritada) ¿Sí? ¿Y qué me vas a hacer, eh? ¡Baka!
Líder: (al resto de la pandilla) Muchachos, vámonos.
Dejemos esto por hoy.
Los cinco pandilleros se marcharon. Los que observaban
la pelea permanecieron allí un momento mirando a Selenia como si la
sentenciaran por algún delito. Luego se fueron. Las chicas se le acercaron
asombradas por lo que vieron. A Selenia nada de esto le pareció importante y,
lo más rápido que pudo, caminó hasta los jóvenes atacados, a los que parecía
que nadie estaba dispuesto a ayudar.
Selenia: (a los muchachos) ¿Están bien? ¿Se pueden levantar
solos?
Ellos contestaron que sí, aún asustados por lo que
había sucedido. Selenia comprobó después de llevarlos a la enfermería, que no
tenían más que heridas superficiales.
Tanto Maya como Atsuko y Tsugumi estaban tan
conmocionadas que no sabían que decir, mientras que Charlotte y Megg intentaban
regañar a una Selenia que no escuchaba razones y que a todo contestaba que ella
no podía quedarse parada y mirar como la escoria se regodeaba en el miedo
ajeno. Parecía ella la víctima.
Finalmente los dos muchachos salieron de la enfermería como si nada hubiese pasado y se acercaron a Selenia.
Kendi: Serenia-san.
Selenia: (mirándolos) Hai.
Los dos jóvenes hacen una reverencia.
Kendi: Queremos agradecerte que te hayas preocupado por
dos extraños, pero hubiera sido conveniente no hacerlo.
Kaoru (Oiwa): No es la primera vez que nos molestan.
Solo nos tratan mal, como muchos nos dan unos golpes. Con dos o tres más se
hubiesen ido.
Kendi: Pero ahora, como Serenia-san intervino, cosa que
nadie hace, te amenazaron. Eso no puede ser bueno.
Kaoru: No sabemos que son capaces de hacer cuando están ofendidos.
Selenia: (con sarcasmo) Y después de todo lo que les hice...
Kendi: Serenia-san, por favor, cuídate.
Selenia: Bueno...
Kaoru: (trata de parecer animado) Para que no todo
parezca malo, Kendi-san, ¿qué te parece si las invitamos al café?
Ke: Me parece bien. (A las chicas) En agradecimiento,
las invitamos al café donde trabajamos después de la universidad.
Charlotte y Megg: ( a Selenia) ¿Qué dijeron?
Selenia: Que nos invitan a un café. (A los chicos) Nos encantaría.
Kaoru: Está demás decir que corre por cuenta nuestra.
Selenia: ¡Perfecto! Me encanta el café gratis.
Las seis chicas fueron con los dos jóvenes hasta su
trabajo, que resultó ser un host cafe [7] lleno de muchachos guapos y
serviciales, dispuestos a brindar su amabilidad y mejores sonrisas. La
clientela de ese lugar eran solo mujeres que aparentemente llegaban atraídas por
los meseros. Tanta cara bonita llamaba la atención de nuestras protagonistas.
Los dos jóvenes muy amablemente, les pidieron que escogieran una mesa y los
esperaran, ellos solo tenían que ponerse el uniforme, pero no tardarían demasiado. Mientras, Atsuko, que ya había pensado un discurso exento de efusividad, quiso hablar con Selenia.
Atsuko: Serenia-san, no tengo idea de como son los asuntos
con las pandillas en tu país, pero acá lo mejor que se puede hacer es no
interferir.
Selenia: (con un tono de voz muy normal) Si todos se quedan
se como si nada, las pandillas van a seguir causando problemas cada vez mas
graves. Los males tienen que cortarse de raíz.
Atsuko: Pero estas raíces son muy largas y profundas. Las
autoridades permiten esta clase de tratos. Por eso te lo digo.
Selenia: (con desagrado) Tengo motivos personales. Yo no
puedo ver esta clase de cosas e ignorarlas.
Maya: (a Selenia) Serenia-san, me siento muy mal por lo
que paso. No por vos, sino porque yo estaba ahí, mirando llena de miedo. Me
siento un poco cobarde.
Selenia: (apoyando su manos sobre el hombro de Maya) No te sientas
mal. Yo crecí casi en el campo, acostumbrada a gritar mis verdades aunque nadie
quiera oírlas.
Mientras ellas hablaban sobre el incidente, Megg y
Charlotte, que casi no entendían comenzaron a preguntar a Tsugumi.
Tsugumi: (con fastidio) Están regañando a Serenia-san por
lo que paso. ¡Pobre Serenia-san! Me siento mal por ella. (Las mira con cierta
confidencialidad) ¿Me guardan un secreto?
Charlotte: Si, no hay problema. ¿De qué se trata?
Megg: (entusiasmada) Yo seré una tumba bien cerrada.
Justo cuando Tsugumi iba a contar su secreto, llegaron
los muchachos que las invitaron, con sus uniformes y la minuta, sonriendo
amablemente, igual que todos sus compañeros, y les tomaron la orden.
Selenia: (a Megg y Charlotte) ¿Ustedes que quieren?
Charlotte: Yo quiero un capuchino.
Megg: Un café con leche está bien.
Selenia:
(a Kendi) Watashi tachi wa hotto chocoreito, chizu no omuretsu, capuchino to
miruku kohi ga hoshii [8]
Kendi: (anotando) ¿Omuretsu? ¿Quieren alguna torta? Hoy
tenemos una tarta de fresa deliciosa.
Selenia: Bueno... (a Maya, Tsugumi y Atsuko) ¿Ustedes
también quieren?
Tsugumi:
Hai. Mo san miruku kohi ga hoshii [9]
Las demás asintieron.
Selenia: Entonces trae una entera. Y la omuretsu también.
Kendi asintió y se retiro. No tuvieron que esperar
demasiado por lo que pidieron, ya que en casi diez minutos su pedido estaba
servido en la mesa.
Maya, Atsuko y Tsugumi comían y bebían despacio y
calmadamente. Selenia también comió con lentitud, pero con la bebida, ni
hablar. Charlotte saboreó su capuchino y se tentó con una segunda porción de
keki, igual que Megg. Esta última provocó muchos comentarios en el resto de las
mujeres presentes, pues les llamaba la atención su pelo rubio y los ojos
claros. Selenia casi no provó bocado del pastel, pues estaba muy entretenida
con su omuretsu, aunque las demás chicas temieron que le cayera mal (excepto
Charlotte, que conoce el estómago de acero de su amiga) con el hotto
chocoreito, pero a ella parecía no importarle.
Las muchachas disfrutaron tanto esa merienda que
insistieron en pagar, pero Kendi y Kaoru se negaron, pues ellos las habían
invitado. De la manera más amable las invitaron a regresar otro día, en el cual
concurrirían como clientes.
Las seis se fueron muy satisfechas nuevamente al
edificio, caminando bajo el cielo estrellado y frió, dándose cuenta de que era
casi hora de la cena. Pero Charlotte y Megg olvidaron preguntar a Tsugumi cual
era su secreto, así que durmieron esa noche con la duda.
Aclaraciones:
1 Chahan es un plato de arroz salteado a la sartén con verduras y jamón Takoyaki son bolas de pulpo rebozadas a la sartén, y Crokke o Korokke son Croquetas de papa triturada con carne o queso.
2 Gochizoosama es lo que se dice al terminar la comida.
3 Secundaria baja es lo que en nuestro país se conoce como 7º, 8º y 9º año de la 3º EGB. Y secundaria alta es lo que se conoce como polimodal.
4 Kun es una partícula similar a san y Sama que sigue al nombre de los varones, pero se usa para mostrar simpatía y respeto a las personas de nuestra edad o menores.
5 Baka significa tonto, estúpido y calificativos semejantes.
6 Marco la palabra hermano porque siempre que Selenia la dice es en español.
7 Los host cafe son esos hermosos lugares donde concurre generalmente un publico del mismo sexo atraído por los meseros de sexo opuesto... o_O
8 "Nosotras queremos chocolate caliente, tortilla de queso, capuchino y café con leche".
9 "También queremos tres cafés con leche".
10 Keki es pastel.
Hola, me he leído todos los capítulos y están de maravilla.
ResponderBorrarSaludos desde España.
AHH!!!! Que lindo!! Muchas Gracias!! Saludos a toda España!!
BorrarInteresante este capitulo, buena accion jaja. Cagemoslos a piñas a los chotos esos .__. yeahhh!
ResponderBorrarCreeme, por todo lo que va a pasar despues, tal vez hubiera sido mejor cerrar la boca...
BorrarSelai
Nooo pobre Charlotte debe ser re feo tener que vestirse de manera llamativa acá nomas con esas calcitas ajustadas ya no me gusta. Ari
ResponderBorrarEstas chicas y los vestuarios un pantalon un buzo y unas zapas ya esta locooo....
ResponderBorrarVoy comentando mientras voy leyendo porque si no despues me olvido. Que Megg saque fotos para recordar el camino esta re bueno. Aguante Selenia que ayudo a esos chabones jajaj muy buena escena. Aunque se zarpo un poco. Y que forra Charlotte jajajaj muy gracioso. Tsugumi la mando al frente a selenia puuuchaaa! Ari
ResponderBorrarEste es el mejor cap que lei hasta ahora. quiero foto de la comida nuevamente :P. Ari!
ResponderBorrarpuse las fotos de la comida, me falta lo del 7, jejeh! Selenia es muy extremista e impulsiva, pero se hace querer!! Charlotte es muy fashión, y vestirse como power ranger no lo es... Megg tiene el bichito de la fotografía, jejeh.
ResponderBorrarYa sabía que te iba a gustar un capítulo con pleito...