(La modelo elegida)
Ya había pasado una semana desde que nuestras protagonistas comenzaron a
trabajar. Durante este tiempo ya se habían acostumbrado a la rutina: las tres
no tenían problema en regresar solas al
edificio, ya las conversaciones volvían a generar la sensación de cotidianidad,
las jóvenes arreglaron sus horarios para cursar la materia, leer la
bibliografía, ir a las clases de educación física (muy a su pesar, pues
detestaban la ropa y tener que vestirse frente a otras chicas), trabajar y
divertirse con sus nuevas amigas. Cada noche, al volver del trabajo, Selenia y Tsugumi se plantaban en el sillón frente al
televisor a ver doramas hasta la hora de cenar y en la cena comentaban con las
otras lo que vieron, mientras que Charlotte y Megg aprendían lo que podían de Atsuko y Maya para mejorar su japonés.
Luego todas se encerraban en el cuarto de las extranjeras y las dos meseras
practicaban algunas canciones para el service [1] y el resto hacía de público
entusiasta. Uno de esos días, Megg pidió ayuda a Atsuko para adquirir un estilo
japonés en su forma de vestir, pues le había llamado la atención. Las dos
comenzaron a buscar y seleccionar cosas, un poco por acá, otro por allá, y como
estaban aburridas, terminaron haciendo unas combinaciones tan raras como
graciosas. Todas se reían, y Tsugumi encendió su reproductor en alta voz. Las
chicas empezaron a bailar de forma
desorganizada hasta que Selenia se les plantó enfrente, diciendo que no podían
hacerle eso a la coreografía de Perfume, así que ella les enseñó paso por paso.
Otros días simplemente se quedaban charlando sobre su jornada, y hacían
chistes. Entre las charlas, Atsuko le contó a Megg que esa primera semana de
trabajo había cambiado su turno para acompañarla, pero ya no podía. Esperaba
que, como ya había ocurrido, su compañera
hubiese aprendido el camino de regreso.
Como les decía, después de esa semana (y de otro domingo en compañía de
la cocinera y la portera, con quienes jugaron a las cartas) había llegado
nuevamente el lunes: el día del cumpleaños de Selenia. Como estaba lejos de su
familia, las personas que se encargaban de divulgarlo, y las redes sociales, a excepción de ella misma, para
todos pasó por alto. Megg y Charlotte estaban tan ensimismadas (la primera
preguntándose cómo hacerle entender al tipo raro de lentes oscuros que no podía
sentarse a tomar algo con él en sus horas de trabajo, por más que sea parte del
service; y la segunda sin saber cómo
mandar al diablo a su jefe, con sus miradas sospechosas e insinuaciones, sin
ser despedida), que vieron venir la fecha sin darse cuenta, por ello no
pudieron avisar a las demás en el edificio ni en la universidad.
Selenia tampoco dijo nada: para ella era reconfortante no recibir tantas
felicitaciones, sin embargo, le dolía un poco (bastante) que sus amigas
olvidaran esa fecha, y durante una parte del día, por esta razón, la rodeaba un
halo de melancolía, pues se sentía invisible y poca cosa, un ser
insignificante.
Su familia y amigos en Argentina si le hicieron llegar varios videos
(que vio sola) por correo electrónico en los cuales la felicitaban y prometían
esperar su vuelta con un gran festejo. Esto despejó un poco su tristeza, pues
siempre tendría a su familia, incluidos aquellos a quienes consideraba sus
hermanos del alma, pese a la distancia. En el resto nada había cambiado: ella
seguía siendo casi invisible. Aunque Charlotte y Megg preguntaban qué le
ocurría, cuál era el motivo de su silencio, ella solo contestaba
"razonen".
Finalmente, por la tarde, fue a su trabajo, deseando que ese día casi
espantoso (que debería ser feliz) terminara de una vez. Pero no... La
recepcionista le detuvo con un supuesto papeleo para Obatta, hasta que
aparecieron sus demás compañeros de trabajo aplaudiendo y cantando felicidades
para ella. Se reunió todo ZR para desear feliz cumpleaños a la recién llegada.
Selenia: (mirando a su alrededor. Pasmada) ¿Qué está pasando?
Daigo: Otanjyoobi omedetoo gozaimasu, Se-chan [2].
Todos: Omedetoo gozaimasu [2].
S: (emocionada) ¡¡Arigatoo gozaimasu!! Los abrazaría a todos. Kokoro
kara no, arigatoo [3].
D: Es sólo un detalle. Ahora perteneces a la familia de ZR. No te
emociones tanto. Seguramente recibiste mejores saludos.
S: (habla en tono triste y niega con la cabeza) Ni en la universidad, ni
en el edificio sabían que era mi cumpleaños (sonríe). Es la primera vez en el
día que me felicitan en persona. Arigatoo.
D: Ah, pobrecita (abraza a Selenia, quien no le corresponde porque tiene
miedo de tocarlo. Luego la deja) ¿De verdad?
S: No es tan importante. Es solo un cumpleaños, algo que recuerda que el
tiempo pasa y voy a ser vieja. Un día como cualquier otro.
D: (apenado) Esto es conmovedor… (Entusiasta) Hagamos una fiesta.
Todos: (lo miran con curiosidad) ¿Qué?
D: (autoritariamente) Nada de qué. Haremos un festejo y que no se hable
más.
Akihide: (bajo. A Shinpei) Cualquier excusa es válida para una parranda…
Shinpei: Shh… Callate. A mí me gusta la idea.
Ak: (sorprendido) ¿Por qué?
Sh: Porque Se-chan tiene dos amigas: mi ángel rubio… y la pelirroja.
Seguramente ellas vendrán…
Ak: (piensa un momento y luego exclama entusiasmado) ¡Sí, festejemos el
cumpleaños de Se-chan!
Sh: Así se habla. ¡Hagamos una fiesta!
Obatta: Antes de festejar, vayan a trabajar. (a Selenia) Te felicito por
tu cumpleaños, pero no te regalaré el día.
S: (hace un saludo militar) Sí, Oba-sensee.
Acordaron que el festejo sucedería al terminar la jornada, así que todos
volvieron a sus puestos de trabajo. La cumpleañera estuvo casi todo el tiempo
cerca de la banda, pues había un video clip en puerta, revisaron la
escenografía, el vestuario definitivo, al cual Daigo le dedicó unos minutos de
arreglo, el guión y planeaban hacer un ensayo cuando requirieron a la modelo
elegida en el casting unos muchos minutos. Mientras, los tres miembros se
aburrían en el set, pues ellos ya querían ensayar pero el asunto daba para
largo tiempo (al parecer), así que, en ese
momento, fijaron sus ojos en la chica que terminaba de ajustar el traje
femenino para el videoclip.
Ak: (a sus compañeros) ¿Y… si pedimos ayuda a la asistente?
D: ¿A Se-chan?
Sh: Si es solo para el ensayo…
Ak: ¿Quién se lo pide?
D: Vos, fue tu idea.
Ak: Claro… (Se levanta y camina hasta donde está Selenia. A ella)
Se-chan…
S: (amablemente, apartando los ojos de la costura) Si, Aki-san [4].
Ak: (nervioso, no sabe bien que decir) Eh… Vos… ¿Sos una chica?
Selenia, visiblemente molesta, lo mira de una forma tan agresiva que
parece que va a caerle a cachetazos, así que Akihide pronto sale corriendo y se
esconde atrás de Daigo.
D: ¿Qué te pasó?
Ak: Esa chica da miedo.
Sh: Es porque no sabes hablar con las mujeres. Aprendé de mí. (se acerca
a Selenia) Se-chan.
S: (moderadamente amable) Si, Shinpei –san.
Sh: (meditando como realizar la pregunta) Bueno… Vos sos una chica, ¿no?
Más molesta y agresiva, Selenia casi se pone de pie y amaga con la mano
alzada que va a abofetearlo, así que Shinpei reacciona de la misma forma que
Akihide.
Sh: De verdad da miedo. Quería pegarme.
D: (Fuerte) Y te lo mereces. (sin moverse de su lugar) Se-chan.
S: (entre lamentaciones) Soy una chica, ¡lo juro!
D: Eso lo sé. ¿Podrías ayudarnos a ensayar?
S: (con ánimos, dejando su tarea terminada de lado) Si, podés contar
conmigo, Daigo-san.
Shinpei y Akihide compartieron una mirada preocupada y observaron como
Daigo, bastante cerca de Selenia, le proporcionaba algunas instrucciones, y
como ella trataba de prestarle atención, pero los ojos se le iban mirándole la
cara. Eso no era bien visto por los guitarristas de Breakerz. Realmente
esperaban estar equivocados, aun así no dejaba de preocuparles lo que veían.
Ninguno de ellos deseaba que aquella historia comenzara una vez más, con un
personaje diferente y un panorama del mismo final.
D: (alejándose unos pasos) Bien. Comencemos del principio. (A Selenia)
Yo tengo que mirarte y vos hace lo mismo, pero de forma provocativa.
S: (extrañada) ¿Y cómo sería eso?
Se produce un silencio incómodo,
en el cual los tres se quedan mirando a Selenia con tal expresión de
incredulidad que llega a intimidarla.
D: ¿No... no sabes cómo hacer una expresión provocativa?
S: Eh... Bueno... La verdad es que no. Las pocas actitudes provocativas
que tuve siempre me metieron en problemas. Pero no son del estilo que me pedís.
D: A lo mejor sí.
S: (como si estuviera sofocada) El último gesto provocativo que tuve con
un grupo de hombre fue patearle el... bueno, el trasero a uno de ellos.
D: No es a lo que me refería... (con ironía) Pero estoy seguro de que
ese grupo quedó muy impresionado con vos.
S: (apenada) Seducir no es lo mío. No soy linda ni me arreglo, soy
robusta, camino mal, me visto mal y nadie sabe de qué color es mi cabello. No
podría seducir ni a un pervertido.
D: (luego de u momento de meditación) Bueno... Si sos bonita, solo un
poco desarreglada.
Ak: Y tu ropa muestra mucha personalidad.
Sh: Y... y... (Daigo y Akihide lo miran ejerciendo cierta presión) Y...
Cualquier chica puede seducir a un pervertido. Es un pervertido después de
todo, ¿no?
Ak: Realmente sos increíble.
D: (con sarcasmo) Y brillante para levantar los ánimos.
S: (luego de meditar) Al diablo la seducción. Yo soy buena para dar
palizas.
Ak: Eso no es muy femenino que digamos.
S:(lo mira con seriedad) La femineidad es un producto del capitalismo.
D: (golpea las manos) Bien, bien. Terminemos con esta ridícula disputa.
(a Selenia) Ya que tenemos que ensayar nosotros, vos parate a un lado, realizá
las acciones que te indico, pero no es necesario que hagas las expresiones. ¿De
acuerdo?
Selenia asintió y comenzaron el ensayo. Aunque Daigo, la mayor parte del
tiempo, se comportaba con seriedad, a ratos hacía alguna que otra broma,
seguido por ella, simpatizando cada vez más con él, siempre que no estaba ahogándose
de risa. Estas actitudes provocaban nuevas sospechas en Akihide y Shinpei,
cuando no estuvieran "ocupados" con algún juego.
No hicieron gran cosa cuando apareció la modelo: una joven mediana,
delgada, pero no demasiado, que poseía una elegancia natural muy atractiva. Su
rostro era amable y angelical, pero también podía expresar una gran
personalidad y simpatía. Lucía perfectamente el traje que Selenia arregló y
esto dio comienzo al verdadero ensayo y el rodaje de un par de escenas. Por el
cansancio, suspendieron la filmación hasta el día siguiente, y en secreto
(innecesariamente) comenzaron los preparativos para el festejo, al cual también
fue invitada la modelo.
Durante el ensayo oficial, Shinpei cumplió con lo que se volvió su
rutina: ir a la cafetería donde trabaja Megg. Ese día acudió con la intención
de invitarla a la celebración del cumpleaños de Selenia. Como se trataba de su
amiga, la rubia extranjera no declinaría su invitación, a diferencia de las
otras veces en la que, a lo largo de la semana, la invitó a tomar algo con él
pero fue rechazado con mucha educación. En esta oportunidad no ocurriría lo
mismo.
Llegó a la misma hora, tal vez un minuto más tarde, y fue atendido (como de costumbre) por Megg, quien lo
recibió educadamente pero manteniendo una prudente distancia, si recibía algún
halago respondía con un agradecimiento y una sencilla reverencia, y ante sus
invitaciones a sentarse y acompañarlo bastaba con un educado sumimasen. Ella
pensaba tratarlo así hasta que se cansara de insistir, pero no sabía lo
persistente que era Shinpei cuando quiere algo. Claramente, ella le gustaba
aunque no la conocía demasiado, lo que sabía incrementaba su entusiasmo. Ese
día intentaría subir un escalón.
Sh: (una vez que Megg le entregó la cuenta, después de comer curry con
jugo y disfrutar de una bonita canción) Hey, pretty girl, ¿a qué hora termina
tu turno?
Megg: (intentando simular su fastidio) En una hora, pero tengo mucho que
leer para la universidad, así que no puedo aceptar estas invitaciones. Sumimasen.
Sh: (fingiendo) Oh, qué pena. Justo venía a invitarte a la fiesta que
estamos organizando por el cumpleaños de Se-chan.
M: (incrédula y preocupada) ¿Se-chan? ¿Te referís a Selenia?
Sh: Si. Esa amiga tuya que me recomendó este lugar. ¿Pero por qué esa
cara? ¿No lo sabías?
M: (piensa) "Mierda. Lo olvidé completamente. Selenia va a enojarse" (a Shinpei) Pensándolo
bien, los libros pueden esperar. Acepto la invitación.
Sh: ¿Aceptas esta invitación y no las otras?
M: (muestra su fastidio) Sinceramente, no voy a salir con alguien a
quien no puedo verle bien la cara. Es sospechoso. Además, no quiero tener que
ver con un famoso.
Sh: (relajado) Entonces sabes quién soy.
M: (con disgusto) Si, Selenia me lo contó. Hasta me mostró pruebas
porque yo no lo creía. Pero lo vi.
Sh: ¡Ah! Entonces sos una de esas personas que solo cree lo que ve y
como no podes ver mis ojos, no te inspiro confianza.
M: Que bueno que lo hayas entendido.
Sh: Sin embargo, como te recordé el cumpleaños de tu amiga, creo que
merezco un poco de confianza (observa a Megg, quien lo mira y con una mano
levantada hace un gesto en el que separa el pulgar e índice por un centímetro)
¿Tan poco? (Megg eleva la distancia a dos centímetros) Y eso que no viste a la
pobre Se-chan. Casi lloró cuando le cantamos por su cumpleaños. Nos dio tanta
pena. Encima ella trataba de fingir que estaba bien, pero su angustia era
evidente (mientras él mencionaba todo esto, Megg agrandaba el espacio entre sus
dedos hasta que no le alcanzó una mano y usó las dos). Ok, así me gusta más. Por
cierto, no te preocupes por avisarle a tu amiga pelirroja. De eso se va a
encargar Akihide.
M: (algo alterada) ¿Y ellos van a estar bien?
Sh: No hay problema. (quitándole importancia) En fin, supongo que vas a
querer regalarle algo a Se-chan.
Entre esta charla, tuvo Megg que ponerse de acuerdo con Shinpei para
acudir a la dichosa fiesta y terminar antes su turno para poder comprar un
regalo a Selenia, para lo cual necesitaba la ayuda de su insistente admirador.
Mientras tanto, Akihide decidió ir al
centro recreativo buscando a Charlotte, pero por el uniforme de sus compañeras
de trabajo, le parecía verla en todas partes. Luego recordó algo: Charlotte no
llevaba gorro el día en que se conocieron en la cafetería, o tal vez fue
casualidad de esa vez nada más.
La confusión comenzaba a desorientarlo y desanimarlo, tanto así que
pensó en llamar a Shinpei para que avisara a la mesera rubia que hablara con la
pelirroja, aunque probablemente no le contestaría… porque estaba “perdido en
sus ojos”.
Tal como pensaba: Shinpei no atendía el celular. Seguramente la mesera
que le gustaba estaba cantando, y él, como poseído, la contemplaba solemnemente
mientras devoraba curry. Qué tipo. Si se le metía algo en la cabeza, no había
poder humano que lo arrancara de allí. Pero ese no era su problema. Akihide
suspiró desalentado e intentó respirar profundamente, y en ese momento se
atascó con el aire al escuchar una voz cerca suyo, precisamente detrás. Al dar
media vuelta, vio una multitud reunida alrededor de alguien a quien no podía
ver, por su baja estatura, así que comenzó a colarse hasta llegar al centro, en
el cual estaba la pelirroja hablando con un micrófono con parlante. Con su voz
medio gruesa imitaba un tono aniñado, promocionando suscripciones para el centro
recreativo, y la gente a su alrededor le pedía que hiciera gestos y poses
tiernas para poder fotografiarla, a lo que Charlotte respondía “Si hacen una
suscripción, posaré”.
Akihide no sabía cuándo terminaría todo aquello, así que pensó
nuevamente en llamar a Shinpei para avisarle lo que ocurría y poder marcharse
cuando notó como lentamente la multitud se dispersaba, ya que Charlotte, con la
planilla de suscripciones llena, apagó el micrófono y dio por finalizada su
tarea. Ya casi no había gente, sólo él estaba allí parado aun sorprendido por
la joven extranjera, quien parecía una celebridad ante su público. Esta, al ver
como se le habría paso, distinguió a Akihide. No le resultó difícil, ya que él
resaltaba por su aparente seriedad mientras el resto lucía contento.
Charlotte: (acercándose) ¿Akihide?
Ak: (algo asustado porque le llamaron por su nombre a secas. Charlotte
no se acostumbraba a esos formalismos) ¿Eh? Ah… Konnichiwa (breve reverencia).
Ch: Konnichwa, Akihide. ¿Qué hacés acá?
Ak: (nuevamente avergonzado por la aparente mala educación de Charlotte)
Bien… Yo vine a invitarte a un lugar.
Ch: (con disimulado entusiasmo y una sonrisa coqueta) Wow, es la primera
vez desde que estoy en Japón que me invitan a una cita. No sé qué decir.
Ak: (apresurado y sorprendido) No es una cita. Se trata de la fiesta de
cumpleaños que organizó Daigo para Se-chan.
Ch: (algo atorada) ¿Cumpleaños? Se-chan es Selenia, ¿no? O sea, Serenia.
Ak: (meditando) Entonces era verdad que nadie la felicito hasta hace un
rato.
Ch: (en crisis. Habla para sí en español) ¡La p*** madre, me re olvide!
Selenia se va a enojar. Por eso estaba tan rara. (a Akihide, en inglés
nuevamente) ¿Ella dijo eso, que nadie la felicitó?
Ak: Si. Se veía un poco triste.
Ch: (nuevamente para sí, cubriéndose la boca con una mano) No, mi vida.
¡Pobre! Soy una boluda. ¿Cómo se me olvidó? (a Akihide) ¿En dónde es la fiesta?
¿Quiénes van?
Ak: (nervioso por estar hablando tanto tiempo con ella) En ZR. Van todos
los empleados.
Ch: Ok, ok. ¿Dónde queda ZR?
Ak: Eh… (Comienza a dar indicaciones con la mano) Vas por esta calle,
por este costado (apunta a la izquierda) y seguís unas tres cuadras más. Tiene
un cartel luminoso con las iniciales.
Ch: ¿En kanji?
Ak: ZR está en letras.
Ch: Ah… (sujeta la planilla) Tengo que entregar esto para terminar mi
turno. ¿Me esperás? (le hablo con expresión coqueta y, sin esperar respuesta,
encaminó hacia la oficina del centro recreativo, dejando a Akihide con las
palabras en la boca).
Unos minutos después, Charlotte regresaba para reunirse con él, y se
sorprendió al encontrarlo paradito en el mismo lugar, tal como a Akihide le
causó impresión como, mientras ella avanzaba, sus compañeras de trabajo la
observaban con cierto desprecio o envidia y eso parecía no importarle.
Ch: (una vez que se acerca a él) Escuchame: Yo no conozco bien la
ciudad, solo esta zona. Y si o si tengo que regalarle algo a Selenia. Necesito
una recomendación.
Ak: (piensa) Depende... de lo que quieras comprar.
Ch: (busca en su bolso la billetera y de esta extrae un billete) ¿Cuánto
es esto?
Ak: (mirando el billete medio arrugado en la mano de Charlotte) Cinco
mil yenes.
Ch: (ignorando la equivalencia en pesos)
Tengo dos de estos. ¿Qué le puedo comprar con eso?
Ak: Ah... No sé. Pero no es mucho. Tal vez te alcance para un celular,
un masajeador... o algo así.
Ch: Si (agarra a Akihide de los hombros) Le compraré un celular. Gracias
por la idea (lo abraza rápidamente, sin darse cuenta de lo mareado y colorado
que se siente Akihide. Luego lo aleja y se le prende del brazo). Bien, ¿adónde
vamos?
Ak: (entre confundido, mareado y ruborizado) ¿Vamos?
Ch: (vehemente) Si. Yo no conozco la ciudad, como ya te dije, así que
vas a tener que mostrarme un lugar donde pueda comprarlo.
Ak: (piensa) Ah, claro. (Mira su brazo bien sujetado por Charlotte y
luego a ella) Pero, ¿es necesario que me agarres así?
Ch: No pienso tener que perseguirte otra vez. Todavía no mereces esa
suerte.
Ak: (con una cierta e ingenua ilusión) ¿Todavía?
Ch: (lo mira con astucia y, usando su mano libre, juega con un mechón de
pelo de Akihide) ¿Te gusta la idea de ser mi caperucita?
Después escuchar semejante pregunta, Akihide se encoje de hombros y
aparta su rostro colorado hasta las orejas, rezongando y tratando de atrapar
algo de aire. Charlotte observa todo esto fascinada, comprobando que era
totalmente cierto lo que le dijo Selenia la primera vez que lo vio.
Ch: (entre risas coquetas) ¡Ah, qué lindo sos!
Akihide llevó a Charlotte hasta lo que ella consideró un shopping
tecnológico. Parecía uno de esos supermercados lleno de góndolas y aparadores
con artículos electrónicos. De hecho: en un estante había un montón de
notebooks que, según lo que le dijo su guía, eran gratis pero usadas (aunque
brillaban como si fueran nuevas). La joven se sintió mareada entre tanto
aparato y aparato, toda una línea de masajeadores hasta para las uñas,
aspiradoras automáticas que parecían robots, llamativas consolas de
videojuegos, una suerte de máquinas que hacían peinados, entre otras tantas
maravillas de la tecnología japonesa que le daban miedo (de por sí, casi tuvo
un shock la primera vez que fue a un sanitario ¿Qué es eso de botones en el
inodoro [5]?). Por fin, antes de que fuera ella quien saliera corriendo,
llegaron a una tienda de celulares inmensa
llena de luces de colores (que le pareció escandalosa). Cuando estaban
por entrar, reconocieron a un bonito par de personas: Megg y Shinpei.
M: (en tono de queja) Vos dijiste que me alcanzaba con diez mil yenes
para comprar un celular y no es así.
Sh: Pero si te alcanza para un celular, no para el que querés.
M: ¿Y cuánto me falta para el que quiero?
Sh: Cinco mil.
M: (agarrándose la cabeza) Ay, ¿en qué se fue toda mi plata?
Sh: Ánimo, my pretty girl. Comprale algo con lo que te alcanza.
M: Pero yo le quiero regalar algo lindo.
Sh: Pero lo que vale es la intención.
Ch: (aparece cerca de ellos repentinamente y asusta a Shinpei. Habla con
Megg) ¡Hey!
M: (contenta) Charlotte (se acerca a ella y ambas besan a la otra en la
mejilla. Esto impresiona a Shinpei y Akihide) ¿También viniste a ver el regalo
para Selenia?
Ch: Exactamente. Y te estuve escuchando. ¿Cuánto dijiste que te falta
para comprar el celular?
M: (extrañada) Eh... Unos cinco mil... (a Shinpei, en inglés) ¿Cuánto me
falta para comprar el celular?
Sh: (todavía impresionado) Cinco mil yenes.
M: (a Charlotte) Eso.
Ch: (con una sonrisa de victoria) Yo tengo diez mil. (A Akihide) ¿Tengo
diez mil yenes, no?
Ak: (nervioso y aún impresionado) Si.
Ch: (a Megg) Compremos el celular entre las dos. Akihide y yo vinimos
para eso (las dos entran a ver el celular).
Sh: (bajo, a Akihide) ¿Viste eso? Se besaron.
Ak: (colorado) Solo fue en la mejilla...
Sh: ¡Pero se besaron!
Ak: Son extranjeras. Tal vez en su país besar es un saludo, no parecía
algo más. (Sonrojándose) Seguramente por eso la pelirroja me llama Akihide a
secas sin mi autorización y sin conocerme.
Sh: (con un gesto de aprobación) Tal vez sea por otro cosa.
Ak: (algo atorado) Eh... ¿Qué hacemos acá si las chicas ya entraron?
Sh: (con duda) ¿Sabrán qué línea comprar? (Mirando a Akihide) ¿Estas
cambiando de tema?
Ak: Seguro se marean con eso. Mejor entremos con ellas.
Sh: No sigo interrogando porque me gustó la idea.
Los dos deciden entrar a la tienda tras ellas, y les resultó muy
divertido ver como las chicas se mareaban tratando de calcular la equivalencia
en pesos con la taza de 24.4 yenes. Se quedaron un momento pensando, hasta que
Megg lanzó un "Selenia, cómo te extraño" en inglés y todos comenzaron
a reírse. Nuestras protagonistas también se desorientaron escuchando el tema de
las líneas, las promociones, los abonos, y pidiendo traducciones y
explicaciones a Shinpei y Akihide. Finalmente, entre tanto buscar en el stock, terminaron
llevando el celular que la rubia quería y arreglando que Selenia tenía que ir
en persona al día siguiente a firmar el contrato para que le habilitaran una
línea.
Los celulares que ellas llevaron allá se volvieron prácticamente
inútiles: no tenían cobertura ni acepaban líneas japonesas, además eran
obsoletos comparados con las maravillas tecnológicas y a muy buen precio que
encontraron en el país del sol naciente. Por ello, pensaron que lo mejor que
podían hacer era comprar móviles nuevos. Charlotte y Megg aprovecharon su
primera paga de la semana para adquirir unos nuevos equipos, pero Selenia creyó
"más útil" gastar su dinero en asistir a un recital que se realizaría
en Gunma el fin de semana, al cual acudiría con Tsugumi. Había dicho que era el
mejor auto-regalo que podía recibir, y en su momento ellas no entendieron a qué
se refería. ¡Estaba cantado!
Nuestras chicas terminaron despidiéndose de los muchachos y regresando
al edificio. Cuando llegaron, calcularon que en una hora aproximadamente
finalizaba el turno de Selenia, así que tenían tiempo para bañarse (vigilando
que nadie más lo hiciera), arreglarse y salir. La primera en entrar al baño fue
Charlotte, y por lo poco que tardó Megg pudo deducir que su soledad fue interrumpida.
Luego fue su turno, mientras la pelirroja decidía qué ponerse, cómo arreglarse
y qué ropa llevaría para Selenia, porque no creía que su atuendo fuese muy
adecuado para una fiesta, así que preparó una camiseta larga morada, bordada en
el escote con cintas, piedras y detalles celestes, cuya abertura frontal exigía
una básica debajo, y la única que encontró fue una rosada. Prefirió
respetar sus calzas negras y las botas de montar, además esto le permitía
no llevar demasiado peso. Megg no tardó en reunirse con ella, ya arreglada y
peinada, y las dos bajaron hasta la entrada, en la cual se encontraron con sus
amigas japonesas, Atsuko, Maya y una Tsugumi que temblaba de emoción mientras
repetía "¡Voy a ir a ZR!"
Ch: (bajo, a Megg) ¿Y a ella qué le pasa?
M: Las invité a la fiesta en ZR. Recuerdo que Tsugumi es fan de bre...
bre... bueno, de la banda esa del tipo raro de lentes, el petiso pelilargo y...
el tal Daigo. En especial de uno.
Ch: (con tono autosuficiente) ¿Qué tiene de malo el pelo largo en un
hombre? No a cualquiera le queda bien y a él sí. Pero, ¿de cuál de ellos es
fan?
M: (extrañada) De... de... (confundida) Ah, solo recuerdo que empieza
con A. Creo que es de pelo largo
Ch: (sorprendida) Akihide... (con duda) No, mejor no llevemos a Tsugumi.
¿Y se le tira encima o algo parecido?
M: (en tono de sospecha) ¿Por qué tengo la sensación de que tenés un
interés personal en ese Akihide?
Ch: Porque me interesa. Desde que lo cruce en la cafetería comenzó a
llamarme la atención. Y gracias a Selenia puedo comprobar si hay química.
Maya: ¿De qué tanto están hablando?
Atsuko: Tengo la sensación de que hablan de nosotras.
M: No. No. Ya estamos listas, ¿no?
Tsugumi: (incorporándose de un salto) ¡Sí! ¡Estamos listas! ¡Vámonos ya!
Ch: (sorprendida. Habla bajo a Megg) Su entusiasmo me da miedo.
M: (comparte la sorpresa y también habla bajo) No quisiera ser Akihide
esta noche.
Después de recibir algunas tarjetas de felicitaciones para Selenia,
firmadas tanto por la portera y la cocinera, como por algunas de las demás
chicas del edificio, nuestras dos protagonistas y sus amigas partieron hacia ZR, tratando por momentos de
calmar las ansias de Tsugumi, quien a cada rato preguntaba si ya llegaron, si
faltaba mucho, por qué caminaban tan lento, entre otras cosas. Charlotte y Megg
resolvieron que ella y su amiga eran muy parecidas: dos entusiastas y ansiosas
incurables.
Todas quedaron impresionadas cuando, al ver las letras luminosas de ZR,
Tsugumi se lanzó a correr sin freno y Maya y Atsuko la siguieron para tratar de
controlarla para que no generara un escándalo, aunque ellas hacían más ruido.
Megg y Charlotte no iban tras sus amigas, pues primero tenían que controlar sus
carcajadas antes de volver a ponerse en marcha. Luego lograron alcanzar a las
muchachas, que estaban tratando de tranquilizar a Tsugumi para que se
comportara decentemente. Le recordaban constantemente que era el cumpleaños de
Selenia y no podía echarlo a perder.
Por fin llegó la hora de entrar. Las cuatro chicas sujetaban a Tsugumi
para que no perdiera los estribos, pero todo resultó inútil. La primera persona
que apareció frente a ellas fue Akihide. Como recién terminaba de grabar unas
escenas del video clip, él, al igual que los miembros de la banda, estaba
arreglado. Al verlo, Charlotte quiso acercarse rápido y saludar. Aunque lo
intentó, no pudo hacerlo, ya que antes que ella llegara hasta él, Tsugumi se le
echó encima... Sí, exactamente eso. Se le echó encima y le habló de manera
atropellada. Atsuko y Maya corrieron para apartar a su descontrolada amiga, y
mientras la primera se disculpaba con el atacado, la segunda arrastraba a la
atacante hasta el baño, según ella para ver cuento resistía su cabeza bajo el
agua (claramente, fue un chiste). Después de esto, recién pudo la pelirroja
saludar al nervioso muchacho, aún conmocionado por el incidente. Era muy
probable que no quisiera tener que ver a Tsugumi.
Daigo se acercó a Akihide, preocupado por lo que sucedió, y preguntó a
las tres muchachas. Charlotte se hizo a lado, pues le impresionaba esa voz de
demonio, mientras que Megg y Atsuko, aunque lo habían visto antes pero no le
prestaron mucha atención, ahora que contemplaron bien su cara, lo único que
pudieron decir casi al unísono fue: "Wow, tu rostro es hermoso", en
distintos idiomas.
Daigo: (confundido. Apunta a Atsuko) Chica uno: arigatoo, pero eso no es
lo que pregunté. (A Megg) Chica dos: no entendí que dijiste.
Selenia: (aparece atrás de Daigo) Dijeron los mismo, Daigo-san. (Se
acerca a sus amigas) Chicas, que lindo verlas. Pero, ¿qué hacen acá?
M: Vinimos a la fiesta.
S: (aparentemente desconcertada) ¿Qué fiesta?
Las tres se miraron sorprendida y asustadas, deseando que las tragara la
tierra. ¿Era una fiesta sorpresa? Nadie les había avisado, y es que no lo era,
Selenia lo sabía desde el principio, pero solo fingía para darles un susto.
Parecía que Daigo leyó su mente, pues cuando Akihide estaba por develar que
ella lo sabía, él se le adelantó.
D: La fiesta de la amistad. Hemos decidido festejar la amistad y por eso
también invitamos a tus amigas.
Ak: (piensa) "¿Cuándo decidieron eso? ¿Vamos a festejar el
cumpleaños de Se-chan o... me estoy volviendo loco? No entiendo."
S: (fingiendo sorpresa) Ah... (Mira a Daigo y Akihide) Yo no los
presenté, ¿verdad? (Va apuntando a las chicas mientras las nombra) Kochira [6]
wa Charlotte desu, Meggara desu to Atsuko desu. (Indica a Charlotte) A ella
pueden decirle Charotte.
Las tres apenas agacharon un poco la cabeza y respondieron
"Yoroshiku", Daigo hizo una breve reverencia pero no dijo nada,
mientras que Akihide realizó un saludo más formal.
Atsuko, Megg y Charlotte acompañaron a Selenia al baño de mujeres, en el
cual ella cambió la camiseta de algodón grueso y el buzo canguro que traía
puesto por lo que escogió su amiga. Luego le hicieron un peinado y la
maquillaron. Ese lugar encontraron a Maya y Tsugumi en medio de una suerte de
sesión de relajación, en el cual una, mientras masajeaba los hombros de la
otra, la convencía de comportarse decentemente y de no volver a dar un
espectáculo como ese, sin olvidar que casi traumatiza a alguien.
Al principio, la cumpleañera no se mostró muy convencida de la ropa que
escogieron para ella, pero cuando se vio reflejada en el espejo, terminó aprobándola posando carismáticamente para las fotos que
sacaba Megg. Luego regresaron a la entrada... que ya no parecía la misma.
¿Cuánto tiempo tardaron? Estaba todo listo. La comida por un lado, las bebidas
cerca, había música, y, al ver llegar a Selenia, comenzaron a aplaudir y
felicitarla. De parte de ZR le regalaron un bello arreglo de flores. De sus
amigas recibió el celular, de Tsugumi el último álbum de estudio de Perfume, a
la banda a la que irían a ver en Gunma, de Atsuko el libro Crossfire de Miyabe
Miyuki y de Maya, su tan deseada Historia de Genji de Murasaki Shikibu, los
dos libros en japonés, llenos de tenebrosos kanjis. Aunque ese día había
comenzado de la manera más deprimente, estaba convirtiéndose en uno de los
mejores cumpleaños de su vida. Sólo lamentaba que la pobre Atsuko cayó en el
mismo saco que las demás por su pequeña travesura, así que decidió explicarse.
Las seis chicas no se quedaban en un solo lugar, pues seguían a Selenia,
a quien saludaban y permanecían un momento hablando con ella, mientras les
presentaba a sus amigas. Ya habían dado toda una vuelta, conociendo caras
nuevas, compartiendo carcajadas por la conversaciones tan divertidas que surgían,
cuando se les acercó Saori Tomoe, la modelo del videoclip, quien se disculpó
con Selenia por no saludarla por su cumpleaños, pero ella no estaba enterada.
Como antes se encontraba charlando con Breakerz, ellos también se acercaron al
grupo de mujeres. Preguntaron a nuestras protagonistas cómo es que habían
llegado hasta el otro lado del mundo. Respondiendo a esto, Megg y Charlotte
demostraron cuanto aprendieron del idioma, pues comenzaron a relatar cómo se
enteraron de la existencia de la beca, cómo se quemaron las pestañas durante
varios años para poder conseguirla. Las tres apenas se conocían cuando supieron
que cada cinco años se presentaba esa oportunidad y el empeño de cada una fue
lo que terminó consolidando esa amistad. Con el poco tiempo que les quedaba,
entre materia y materia, tomaron clases para aprender el idioma. Esto generó
duda en los demás, ya que era muy evidente que Selenia poseía un manejo mucho
más diestro que el de sus amigas. Allí fue cuando la lengua sagaz de la
cumpleañera entró en acción. La explicación era simple, pero la volvió
compleja: Selenia, al mudarse a la ciudad, pues hasta los dieciocho vivió en un
pueblo del interior, casi en el campo; llegó hasta un alquiler accesible en un
barrio tranquilo, en el cual sus vecinos eran japoneses, chinos, coreanos (en
su mayoría del sur), taiwaneses, tailandeses, filipinos, toda una comunidad de
judíos y en minoría musulmanes. Su hermano y ella eran de los pocos argentinos
que vivían allí. Cuando comenzó a hacerse amigos japoneses, aprendió de a poco
el idioma, mientras ellos aprendían castellano. Como también iba a la
universidad, le pusieron de apodo “la ponja” y de vez en cuando le dirigíanburlas
respecto al barrio y los vecinos, especialmente por el rumor acerca de lo “mal
dotados” que eran los hombres asiáticos.
Selenia tuvo que detenerse en ese momento, porque todos los que estaban
a su alrededor no podían dejar de reírse. Ella quería seguir narrando, y
aseguraba que faltaba la mejor parte, pero tuvo que esperar un par de minutos
para que se recomponga la situación. Con las sonoras carcajadas, el público
incrementó. Solo faltaba un micrófono para acompañar el humorístico monólogo de
Selenia. Y cuando finalizó su pequeña anécdota, hasta los que no entendían del
todo casi terminaron en el suelo, con dolor de estómago y rostro por la risa.
Estas reacciones impresionaron a Charlotte y Megg, ya acostumbradas a las
anécdotas de su amiga, pero más sorprendente era como la narradora permanecía
muy seria mirando a los que reían, y parecía preguntarles la razón (y eso les
causaba más gracia a ellas).
Después de esto, apareció el pastel de cumpleaños para Selenia. Lo
colocaron frente a ella, para que pidiese tres deseos antes de apagar las
velas. Dentro de su cabeza deseó éxito en su estadía, éxito en la tesis y
buenas experiencias en el país del sol naciente. Mientras ella pensaba sus
deseos, le cantaban en japonés (excepto Megg y Charlotte, que acompañaban solo
con aplausos y algún tarareo).
Finalmente la música atrapó el interés general y comenzaron a bailar.
Estaban muy entretenidas nuestras protagonistas y sus amigas bailando, hasta
que Atsuko se asustó por no poder encontrar a Megg. Las chicas se preocuparon y
decidieron buscarla, pero ella les hizo una seña de lejos: al parecer, en algún
momento Shinpei se la llevó para bailar y ahora estaba muy entretenida. También
Charlotte había desaparecido, aunque seguramente estaba en el baño o
“socializando” con Akihide. Esto último era lo que sucedía, ante los ojos
ciertamente entrometidos que los miraban.
Shinpei con Megg, Akihide con Charlotte. Para las tres chicas japonesas
solo faltaba que Selenia fuese tras Daigo, lo que a ella le pareció una buena
idea (o buena broma), pero no lo encontró. Al igual que sus amigas, terminó
desapareciendo. ¿Será esa una costumbre argentina?, se preguntaban las
muchachas, aunque no tenían gran motivo, ya que al poco rato apareció muy
afligida porque se le perdió una piedra de la camiseta (tal vez demasiado
preocupada por lo que parecía un detalle).
Hasta que se hizo tarde y llegó la hora de marcharse, el panorama no
había cambiado demasiado. Selenia parecía muy afligida porque no había visto a
Daigo el resto de la noche… tampoco a Saori. ¿Acaso ellos se fueron juntos a
algún lado? Cuando pensaba en eso, le brotaba una gran angustia, como un puñal
clavado en el estómago al que dan vueltas y vueltas para que sangre por la
herida. Aunque intentaba no demostrarlo, era demasiado evidente.
Cuando regresaron al edificio, y luego de que Selenia recibiera el resto
de las felicitaciones, decidieron tener una última conversación. El tema era, sin lugar a dudas, la fiesta con
todos sus pormenores, de los cuales las chicas japonesas no perdieron detalle.
Maya: Meggara-san se quejaba de que ese tipo raro con lentes es un
pesado, pero cómo le sonreía mientras estaban bailando.
Megg: (colorada) Te equivocas, Maya-san. Sólo es que él hacía
comentarios graciosos. Así que no le sonreía, estaba riéndome.
Tsugumi: (visiblemente triste) No juzgues a Meggara-san, Maya. ¿Quién
podría resistir el carisma de un famoso?
S: (acercándose a Tsugumi) ¿Por qué esa cara, Tsugumi-san?
Ts: No puedo estar de otra forma. (Suspira) Yo jamás podría competir con
Charotte-san.
Charlotte: (arrugando la nariz) Ay, qué tontería.
Ts: Es la verdad. Me la pasé observándolos, y Aki-Sama a tu lado,
Charotte-san, siente que tu presencia no le desagrada. Es como que lo incomoda,
pero le gusta.
Ch: Yo no vi nada de eso. Él apenas me hablaba y me miraba con cara
rara, cuando me miraba. Solo si quería irme parecía inquietarse, pero nada más.
Es el tipo más extraño que vi en la vida.
Ma: A mí no me cayó bien. Y no es cierto que no te miraba mucho.
Ts: Sí, es cierto. Yo vi cómo te comía co los ojos.
Ch: (con ironía) ¿Fuimos a la misma fiesta?
Atsuko: Pero Charotte-san no se quedó atrás. Mucha miradita y pestañeo,
mucha caricia en el pelo, las manos y la cara... Cuanto coqueteo. Faltaba nada
más un cartel de "Touch me".
S: (levantando una pierna completa, flexiona la rodilla, eleva un pie y
lo baja) Si, touch me.
El gesto de Selenia provocó las risas de las chicas, incluida Charlotte.
Ch: Ya no digan tonterías.
M: (cantando)
you touch my heart, baby. Touch, touch.
S: (siguiendo a su amiga)
you touch my heart, baby. Touch, touch.
Ma: (también las sigue) Budeuroun songiro mae maemeuru eorumanjyeo wo
[7].
M, S y Ma: Touch.
Ch: Qué ridículas.
Ts: Cambiando de tema, estoy muy molesta con Serenia-san.
S: ¿Eh?
Ts: ¿Por qué no nos dijiste que Daigo-Sama pidió que te contrataran,
hasta que te tomaran una prueba?
Ch, M, Ma y At: ¿Qué?
Ts: Así fue. Ya me lo contaron allá.
M: (entrelazando sus manos) Ay, parece una novela de amor.
S: Amor un cuerno. No hagan chistes.
At: Pero es todo muy raro, ¿no? Habla para que te contraten, te lleva en
su auto, prepara una fiesta de cumpleaños para vos. Raro, raro.
Ch: Tal vez se dio cuenta de los
encantos de Selenia.
S: (riendo. Habla como si todo fuese una broma) Es que ese era mi plan
desde el principio, seducirlo con mi femineidad y mi belleza (Se ríe a
carcajadas y solo Megg la sigue).
Ch: (en español) Ah, no. Ya vas a empezar a tirarte piedras...
S: (en japonés) Ríanse. ¿No estábamos de broma?
Ma: Debe ser difícil notar los "encantos" de Serenia-san si
solo usa ropa deportiva.
S: Sí van a mirar esos encantos, prefiero que no me vean.
Ts: (bosteza) Dios, que sueño. Mejor vayamos a dormir. Mañana seguiremos
atormentando a Serenia-san.
S: No. Ya fue suficiente.
Entre cansadas y contentas, las chicas se fueron a acostar. Cuando
apoyaron la cabeza sobre la almohada, las dominó el sueño… a casi todas.
Selenia continuaba sintiendo esa angustia que apenas le dejaba respirar. No
sabía qué hacer para quitársela, porque ese dolor ya estaba llegando a su
corazón. Ella sólo experimentaba esas sensaciones como antesala de los sucesos
desafortunados. Otro factor se sumaba a su incipiente insomnio: El
presentimiento de que algo malo sucedería.
Aclaraciones:
1. Service (en algunos casos fanservice) (sabía que en algún momento
tendría que tratar esto). Es algo complicado explicar qué es, así que voy a explicar
en qué consiste: en el caso de Megg y Atsuko, que trabajan como meseras, cantar
y/o bailar para entretener a los comensales que van al café es un service, o
también que Megg se siente en la mesa con Shinpei y hable con él es otro
service. Que los meseros sean demasiado amables y traten a los clientes como
amigos, hasta que les coqueteen es un service. Charlotte en su trabajo como
promotora, al posar para las fotos y hacer gestos tiernos hace service.
¿Comprenden? El service no es más que eso: un servicio (más adelante trataré el
fanservice).
2. Otanjyoobi omedetoo gozaimasu Significa feliz cumpleaños. Ese
omedetoo es felicidades.
3. Kokoro kara no, arigatoo. La frase para agradecer que usa Selenia es
un pedacito de una de las canciones de Breakerz (Arigatoo/Beautifull day) y
significa De corazón, gracias.
4. Como trabajan en el mismo lugar, el trato en ZR se vuelve menos
formal. Por eso Selenia cambia el sama del principio por san.
5. Esta es una cuestión más dialéctica. En Argentina, el inodoro es lo que
es otros países latinoamericanos se conoce como lavabo o retrete. Es a lo que
yo llamó trono del baño (^o^).
6. Kochira se utiliza para indicar a alguien o algo que esta cerca del hablante.
7. Es un fragmento de una canción de Miss A, una banda de K-pop (o sea,
una banda pop coreana). Como Maya es japonesa, lo que canta es una adaptación
fonética y silábica del original, que es “Budeuleoun songillo nae maeumeul
eolumanjyeo”.
mas largo despues lo leo.
ResponderBorrarVos y tu fiaca...
BorrarEsa charlote es tremenda me agrada jajajh. La anecdta de selenia me qede con la duda. Y qe pasa con daigo al fin??
ResponderBorrarMe diverti de mas con este cap. No conozco a la banda. Es real o la inventast? Q rapido se enamoro se chan y ya le rompieron el corazon... pobre. No todo es tan facil.
ResponderBorrarSuerte
Es una banda real. En el capítulo 7 dejo un video para que lo vean :)
BorrarA mi tambien me agrada Charlotte xD jjajajaja y como siempre me gustan tus aclaraciones...aunque la ultima en mi caso no hacia falta q lo aclararas...esa cancion se me ha pegado como chicle en el zapato jeje
ResponderBorrarHasta ahora nadie comentó que le agrada Megg o Selenia. Charlotte es muy popular...
BorrarCapaz que otras personas no conocen el tema, por eso lo aclare. Como estoy enlazando el fanfic en otras pgs de otakus...
Ahh por cierto! muy bonita la modelo de la foto ^^ Me gusta su cabello
ResponderBorrarActuó en love shuffle, se llama Yuriko Yoshitaka. Adivina cual era su personaje?
Borrar"Sh: Y... y... (Daigo y Akihide lo miran ejerciendo cierta presión) Y... Cualquier chica puede seducir a un pervertido. Es un pervertido después de todo, ¿no?"
ResponderBorrarjajajaj ese bien q ya no le dejaron balas en el cartucho al pobre.... :D
Tenía varias cosas para decir, pero fue por lo más obvio. ^^
BorrarMe parece q a Charlotte le van a tener q atar las manos jajajaja
ResponderBorrarAunq si el cago se deja...por mas incomodo q se muestre, parece gustarle... :D
AGUANTE CHARLOTTE!!!
y me parece q Selenia ya deberia darse cuenta d los talentos q tiene y valorarse...sino, voy a tener q ir a Japon a pegarle un par d sopapos... :P
No le gusta, le encanta!!!
BorrarY que nadie vaya a pegarle, porque es medio (digo, bastante bruta) y puede reaccionar a las patadas... y si se engancha nadie la para...
Selenia se valora por dentro y no por fuera, esa es la cuestión...
Se que Selenia pasó por un pésimo cumpleaños pero, que todo ZR le festajara me parece demasiado :S soy la más yegua en 3, 2, 1.. Ari.
ResponderBorrar"S: (entre lamentaciones) Soy una chica, ¡lo juro!
ResponderBorrarD: Eso lo sé. ¿Podrías ayudarnos a ensayar?" Ese daigo me imagino la cara de baba de Selenia jaja Ari...
Por la escena donde Akihide invita a Charlotte a la fiesta para Selenia me lo imagino como un perrito asustado jajaaj. Ari..
ResponderBorrar"Ch: (lo mira con astucia y, usando su mano libre, juega con un mechón de pelo de Akihide) ¿Te gusta la idea de ser mi caperucita?" noooo que atrevidaaaa jiji jiji... Ari
ResponderBorrarEse dolor en el pecho lo he sentido varias veces... y que pasará???
ResponderBorrarLa idea es de Daigo, además, en Japón son muy buenos (justificación para escribir el episodio). En cierta forma, es un sueño hecho realidad.
BorrarY Akihide no estaba asustado, sino nervioso (bastante parecido).
Charlotte es osada, si, cierto, pero en la vida hay que arriesgarse (XD).
Y ese dolor... qué mujer no lo ha sentido??
a mi no me joden.. Daigo se fue a armar la fiestita aparte con la rapidita de Saotome!!!
ResponderBorrarPobre de Selenia pensando que sus amigas habían olvidado su cumple!! Se deprimío bastante... aunque solo era una tapadera para la verdadera sorpresa, je, je ¡me gusto muchisimo! en especial la parte cuando Megg estaba bailando con Shinpei y aunque se nota que le cae bien ¡no quiere admitirlo! ¡Estuvo muy bueno el capo mis sinceras felicitaciones!! Un besote!!
ResponderBorrarAmiga, gracias por comentar por fin. Las chicas en verdad lo olvidaron (malas), pero por suerte tanto Akihide como Shinpei fueron a recordarselo para que la armen en grande.
BorrarDespues pasan muchas cosas entre la rubia y el musculoso, paciencia.
Gracias por pasarte!! Te quiero, besos!!!