El avión ha aterrizado. Larga es la fila para descender. El
viaje fue largo y cansador, duró casi dos días (y un poco más por el cambio de
horario). En ese tiempo no han visto a sus familias ni tuvieron contacto con
ellas. Si hicieran algo malo, sería un secreto del que solo sabrían ellas. Los
secretos se mantendrían entre las tres, cada suceso, cada palabra, cada
recuerdo que pudiesen decidir registrar en una fotografía. La verdadera
historia solo la mantendrán en sus memorias. ¡Están en el otro lado del mundo!
Luego de recibir su equipaje, se encontraron con el
preceptor, quien estaba encargado de llevarlas hasta la universidad, pasando
antes por la embajada, y al complejo de dormitorios para señoritas que cubría
la beca. En este último lugar había un comedor en el cual todas las demás
jóvenes hacían tres comidas (desayuno, almuerzo y cena).
Podría contarles los paisajes urbanos que deslumbraron a las
tres muchachas, la paz que respiraron, los colores vibrantes y la música de la
cuidad; podría relatar las emociones efusivas y casi incontenibles, alegres,
joviales que ellas experimentaban al ver todo lo que veían, pero no. Para eso
están ellas. A pesar de las limitaciones que sufrirían (aunque sabían que no
podían esperar más de un programa de becas), eso no restaba importancia a la
euforia que les atravesaba cada poro de su cuerpo. ¡Estaban en el otro lado del
mundo! Y durante seis meses convivirían con personas que poseían una cultura muy
diferente, caminarían por distintos lugares, los recorrerían, disfrutarían de
nuevas experiencias que no encontraban en su tierra, y lo mejor de todo aquello
es que nadie estaría al pendiente, vigilando escondido, nadie se metería en sus
vidas ni juzgaría sus actos… Todo lo que ocurra permanecerá en Japón y en
ellas.
La libertad que experimentaban no tenía precio, ni punto de
comparación con otra cosa. Ellas eran jóvenes y conscientes de sus actos, las
tres anhelaban esa libertad casi absoluta que pondría a prueba el carácter de
cada una, su astucia, e incluso su inteligencia. Pero también sabían que ese
privilegio implicaba un peligro, algo que no podían guardar en el bolso para el
regreso a casa…
Una vez que llegaron al edificio para señoritas, el preceptor
las dejó en manos de la portera, una mujer japonesa robusta y agradable, que
les mostró el lugar: el amplio comedor, bien iluminado y ventilado, con muebles
tan limpios que parecían brillar y colores suaves; los dos baños compartidos y
por ultimo su habitación: las tres dormirían en el mismo cuarto, en camas
separadas. Después del recorrido, la mujer las dejó instalarse, les deseó mucha
suerte y, antes de irse, les indicó donde quedaban el templo y la plaza más
cercanos. Luego se retiró cerrando cuidadosamente la puerta.
Una vez que quedaron solas, una de las jóvenes se arrojó
sobre la cama que había escogido para dormir, otra observó por la ventana y la
última comenzó a desempacar. Charlotte se quitó los zapatos para poder reposar
todo su cuerpo sobre la cama.
Charlotte: (lanzando un suspiro y extendiéndose por toda la
cama) ¡Estoy muerta! No pensé que hacía tanto frío por acá. (Cubrió un bostezo
con la mano) Creo que voy a dormir hasta mañana. ¿Qué hora es, Selenia?
Selenia: (sin apartar la vista de la ventana) Pará. Quiero
encontrar un combini [1]. Ahora no tengo
plata, pero después voy a comprar ramen de todos los sabores y colores y
olores.
Charlotte: Te vas a volver gorda…
Selenia: Gordita pero feliz. Panza llena, corazón contento.
Megg: (Mirando a Selenia) ¿Qué es un combini? (A Charlotte)
Según mi reloj, son las seis de la matina [2], así que sumale doce horas.
Ambas miran a su compañera.
Charlotte:
Gracias, Megg.
Selenia: Es
un open all night.
Selenia se aparta de la ventana con una expresión de
desconcierto, como si meditara (algo muy extraño en ella). Luego miró a sus
amigas. Primero a Megg, quien intentaba acomodar su ropa fuera de su bolso, y
luego a Charlotte, quien se tendía ahora de costado sobre la cama.
Selenia: (con pronunciación peninsular) Chicas, ¿os habéis dado cuenta
de algo?
Charlotte: (ríe) Te sale bien ese español (ríe de nuevo) ¿De qué
tenemos que darnos cuenta?
Selenia: De que la beca solo cubre estadía y comida. Pero, además
de becadas, somos turistas (posa con los brazos extendidos y hacia arriba) ¡Y
todo turista quiere recuerdos! (Deshace la pose) Ustedes saben a qué me
refiero.
Megg: Pero era obvio que la beca no cubriría eso.
Charlotte: ¿Te vas a poner en plan de conseguir un novio que te
compre regalos? No sería mala idea. Con nuestros encantos...
Megg y Selenia: Habla por vos.
Selenia: Podemos conseguir algo mejor que un novio... Chicas (las
observa con seriedad y entusiasmo) seamos Freeters [3].
Charlotte y Megg: ¿Y eso qué es?
Charlotte: ¿No es la gente que consigue trabajo de tiempo parcial?
Selenia: Claro. Piensen en esto: El trabajo es solo de cuatro a
seis horas, y en este país hay muchas oportunidades para los estudiantes tanto
de secundaria baja, alta y la universidad. No tendríamos problemas en conseguir
algo.
Megg y Charlotte cruzaron miradas de desconcierto ante el
entusiasmo de su amiga.
Megg: Pero... ¿Qué clase de trabajo podríamos conseguir?
Selenia: Eso no importa. Solo concentrémonos en conseguir algo.
Charlotte: Pero...
Alguien golpea la puerta. Las tres jóvenes comparten una
mirada, preguntándose cuál de ellas iba a abrir. Finalmente, como era la única
que estaba de pie, Selenia caminó hasta la puerta para ver quien estaba del
otro lado, lo que contaré en el próximo capítulo.
Aclaraciones:
1. Los
Combinis son las tiendas que abren las 24 hs y ofrecen una variedad de
productos y servicios, muy similares a las despensas de acá.
2. Matina:
Mañana.
3. Freeter
es un apocope de Free timer. Se trata de aquellas personas que toman trabajos
temporales, actualmente son un problema social en Japón.
Me gusta como lo empezaste! Y estan buenas las aclaraciones, porque no sabia que significaba combini
ResponderBorrarmuy buen inicio...!
ResponderBorrarLa emocion de estar en Japon oh Dios!!!! Para que lado corre el agua del inodoro??? Ari.
ResponderBorrarAhora puedo leer tu ff. Me gusta tu estilo selai.
ResponderBorrarNikke-hime
Gracias!!! Seguí leyendo la historia!!
BorrarPD: Disculpá la tardanza. Recién me fijo en este comentario.
Borrarbesos
Está bueno Andre! voy a seguir la historia jeje. Besos! Mary
ResponderBorrarMuchas gracias, Mary!! Espero que te siga gustando. Este es solo el principio ^_^
BorrarWoooo, me preguntó ¿Cómo rayos fue que he pasado tanto tiempo sin haber leído esto? Buen inicio, sin duda seguiré leyendo.
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