miércoles, 13 de marzo de 2013

Capítulo 9: Amores, odios y otros problemas.


(Es San Valentín en nuestra historia!)
Después de los ataques que supo recibieron sus amigas, Selenia, llena de furia, sintió que nada podía quedar así. Aunque intentaron calmarla, todo fue inútil. Prometió no mover un dedo a menos que fuese para defenderse, pero todas sabían que no sería capaz de cumplirlo. Tanto argentinas como japonesas estuvieron el lunes muy pendientes de los movimientos de la simpática y ahora furiosa morocha, algunas por medio de dos espías: Shinpei y Akihide. Nada estaba librado al azar, cada paso era seguido, monitoreado, y comunicado.
Verán, el domingo por la noche, Selenia y Tsugumi regresaron del viaje, contentas como perro con dos colas (mis brillantes frases), deseosas de contar hasta cansarse todos los pormenores del recital. Pero ese buen humor y entusiasmo cayó en picada cuando vieron los rostros de Megg y Charlotte. La pelirroja tenía un moretón en el costado de la boca que pasaba por su mejilla, casi hasta el pómulo, y que ni con maquillaje podía disfrazar, mientras que la rubia no podía simular los raspones en la cara, además de su extraña forma de caminar. Desde entonces comenzó el interrogatorio. La morocha sabía bien que sus amigas tenían derecho a tener secretos, y ella respetaba esa discreción, porque siempre escondía alguna que otra cosa, sin embargo, había un límite para todo, y la integridad física de sus seres queridos estaba dentro de él.
Megg no necesitaba mucha presión para hablar, si un poco de tiempo, pues siempre le costaba contar ciertas cosas, a diferencia de Charlotte. Ella sabía mentir bien, o imponer sus "me reservo comentarios", pero esa era una excepción: estaba consciente de que Selenia merecía saber la verdad, por precaución.
Charlotte: (terminando su relato) De no ser por Akihide... yo no sé qué hubiera pasado conmigo...
A excepción de Megg, las chicas se miraban pasmadas.
Tsugumi: (feliz -sí, feliz a pesar de todo) ¡Aki-Sama es genial! No solo es lindo, serio y talentoso, sino que además es un héroe.
Selenia (con su furia contenida) No estamos para comentarios alzados [1].
Ts: (en voz baja) ¿Qué es eso de comentario alzado?
Maya: Yo tengo una pregunta: ¿Cómo hizo Aki-san para rescatarte?
Atsuko: ¿Será un ninja?
Maya, Atsuko y Selenia se miran con un brillo en los ojos...
S: Debe de ser un ninja...
Ch: (niega con la cabeza) Nada de eso. Y no puedo decirles como fue todo, pero solo les aclaro que apenas lo vieron huyeron como ratas.
Ma: (piensa) Los ninjas siempre andan en sectas secretas.
At: Yo me asustaría si veo un ninja.
Ch: Que no es un ninja...
S: (golpea la mesa y las chicas se callan) Seriedad, por favor. Sin dudas son los tipos que discutieron conmigo (se levanta y camina hacia el ropero) Pero esto se acaba hoy (abre la puerta y busca entre sus cosas).
Megg: (alarmada) ¿Qué vas a hacer?
S: (saca una bolsa de tela) Voy a partirles la cara, entre otras cosas.
At: ¿Y qué vas a ganar con eso?
Ts: (más asustada) Si lo haces, ellos seguramente buscaran otro rehén para vengarse...
S: (luego de ponerse unos guantes de gimnasio) No lo creo (desliza cuatro dedos de la mano izquierda por los orificios de una manopla -o anillos de plata- con cuatro picos filosos y brillantes, y exhibe el puño cerrado). Pienso dejarlos en el hospital por un tiempo.
Se armó una controvertida discusión hasta que calmaron los ánimos de Selenia. Casi se dan por vencidas, cuando Atsuko propuso la posibilidad de que, después de todo lo que sucedió, ya los pandilleros se habían conformado o desistieron, pues ese día transcurrió en completa tranquilidad, y de nada serviría encender la mecha de un nuevo conflicto. Tal vez porque fue convencida, o porque no quería confrontar a sus amigas (aunque estas le quitaron sus armas), optando por actuar a escondidas, la furia dio paso a un poco de paz, que fue muy breve.
En fin, antes de ir al trabajo, Megg llegó hasta ZR para pedir a Shinpei que vigile a Selenia, para luego informarle. Él aceptó encantado, ya que tenía la excusa perfecta para hablarle, y, entre tanto, pedirle que vea el programa en el cual estaría esa noche. Algo parecido hizo la pelirroja cuando fue a retirar su pago en la productora. Al ver a Akihide, le comunico su pedido, el cual el guitarrista accedió de inmediato. El resto de la tarde se la pasó husmeando empleos y viendo si podía comprar algún presente para nuestro tímido protagonista por San Valentín, a modo de agradecimiento, pero, a excepción de chocolate de repostería, no había algo bueno. Así que decidió comprar uno y más tarde pidió a la cocinera que le ayude a preparar galletas, y básicamente la mujer hizo todo el trabajo... Charlotte solo les dio forma.
El lunes trascurrió con normalidad. Selenia llegó a horario, como siempre, trabajó esforzadamente, hizo todos los mandados que le encargó Obatta, y siempre volvía. Terminó y se fue. Ese había sido el informe que recibieron nuestras dos protagonistas, así que, si todo era cierto, no entendían por qué, de un momento a otro, su amiga, a eso de las diez de la noche, cuando terminó el programa en el cual estuvo Breakerz haciendo un show muy simpático, y Charlotte quedó impresionada por lo agradable que se mostraba Daigo ante las cámaras, brillante y gracioso... Selenia desapareció. Y con su ausencia, ellas encontraron un sobre arrugado en la basura, en el cual había dos mechones de pelo de Megg y Charlotte, una fotografía de las seis que evidentemente tomaron a escondidas (detalle que las aterrorizó), y una nota en la cual pedían que vaya hasta la universidad, el lugar en el cual comenzó todo.
Por las prisas, casi salen del edificio en pantuflas. Agarraron unos tapados, unas gorras y bufandas (Charlotte recordó que había olvidado comprarse un sombrero nuevo, así que usó la capucha de su abrigo) y corrieron a la universidad, pero cuando llegaron estaba desierta. Asustadas, recorrieron los alrededores y obtuvieron el mismo resultado. No había testigos oculares de lo que sucedió. En un momento de desesperación, a Charlotte se le ocurrió ir a ZR, pues Akihide le había dicho que luego del programa regresarían a dejar el vestuario. Tal vez, como última posibilidad, Selenia ignoró la reunión con los pandilleros y tuvo que ir a ayudar a su jefe. Ante la opción, nuevamente a las corridas, van hasta la productora y, luego de unos veinte minutos llega la camioneta que traslada a la banda, pero no había rastros de su amiga. Pasó más tiempo hasta que Shinpei se acercara a ella, mostrándose curioso y algo preocupado.
Shinpei: (a Megg) Meggara, ¿qué están haciendo aquí?
M: (al borde del colapso nervioso) Shinpei… Shinpei, necesito tu ayuda. Selenia desapareció.
Sh: (extrañado) ¿Se-chan?
Ch: (siente la necesidad de explicar lo poco que dijo Megg) Sin avisar, se fue a escondidas. Encontramos una nota donde la citaban a las diez frente a la universidad, pero allí no estaba.
Sh: (meditando) Yo no la vi recibir una nota… ¿Probaron llamando a su celular?
Ch: Ya probamos, pero no contesta…
At: (tratando de mantener la calma) Creemos que los autores de todo esto son los pandilleros que perseguían a Meggara-san.
Sh: (alarmado) ¿Los mismos? Esto es grave.
M: (casi llorando por los nervios) Ayudamos por favor. No sabemos qué hacer.
Sh: (apenado) No llores, Meggara. Quiero ayudarlas, pero no sé qué puedo hacer por ustedes...
Daigo: (aparece atrás de Shinpei) ¿Qué hacen ustedes aquí?
Sh: (ya que las chicas no contestan porque se asustaron) Se-chan está desaparecida.
D: ¿Pero qué hacen ellas aquí?
Sh: Vinieron a buscarla, creo...
D: (a las chicas) Aquí no está. Váyanse.
Ch: (molesta) Nosotras nos vamos cuando queremos.
Akihide: (aparece atrás de las chicas) Konbanwa ¿Qué está pasando? (Ve a Tsugumi y retrocede)
Ts: (apenada) No voy a hacerte algo, Aki-Sama. Quedate tranquilo.
Ak: (todavía aparte) Bueno...
D: (en tono de burla) ¿Qué te paso en la cara, Charotte? ¿Probaste un maquillaje poco convencional?
Ch: No es momento de decir estupideces... (Al recién llegado) Akihide, estamos buscando a Selenia. Desapareció del edificio después de recibir una nota extraña.
Ak: (sorprendido) ¿Se-chan? Después de todo lo que pasó, ¿ella se va? Que falta de consideración.
Ma: Parece que las pandilleros que perseguían a Meggara-san y Charotte-san la citaron.
D: Entre que ustedes están aquí, si la fuerza que Ushi presume todo el tiempo es real, seguramente ella debe estar de regreso en el edificio.
Ch: No te pedimos opinión.
At: (atenta) No, no. Tal vez Daigo-Sama tiene razón.
M: (entusiasmada) Si. Quizás Selenia regresó después de patearlos otra vez. Volvamos al edificio. Gracias, Daigo-san. (Se van rápido)
Sh: (A los muchachos) En marcha.
D: (en tono de queja) ¿En marcha qué?
Ak: Vamos con ellas para asegurarnos de que Se-chan esté bien.
Solo Shinpei y Akihide comienzan a caminar, pero se detienen cuando notan que Daigo no va con ellos. Por esto, lo obligan a acompañarlos. Alcanzan a las muchachas y las acompañan hasta el edificio, aguantando las quejas del líder por el frío, la distancia, lo tarde que era, entre otras cosas, y a cada rato le piden que se calle, o que si va a abrir la boca, mejor cante algo. Como no se le ocurre otra cosa, comienza a cantar The train's gone:

Train's gone hikaru subway
giri no ashiba de boku wa
Atama de daibu no renshuu wo
kurikaeshiteta
Time has come
sugoi supeedo de
Stay away from me.
Mother I'm sorry
Lonely lonely
kyou boku wa die
Samishisa ni kure
kodoku no naka
sakidatsu fukou
wo yurushite
Kekyoku sugiteitta
boku wa mada ikiteru
Shinu yuuki mo nai kurai dasai
dasai otoko da
Tsugi ga kite...
mata tsugi ga kite mo...
Mother I'm sorry...
A miserable son
lonely lonely korogatte
Tetsu ni tobasare
bara bara ni natte
Sakidatsu fukou wo
My life is gone
Last train
semari kuru sono toki!
I gotta mail from mother.
Today's dinner beefstew
kokoro wa tobi hanete
My mammy waiting for me
yappari kaerou
Boku wo nosete
The train's gone...
Boku wo nosete
The train's gone...
I can do anything
if I was desperate
I can do anything
if I was desperate
I can do anything
if I was desperate

Finalmente llegan al edificio, pero Selenia no había regresado. Las muchachas vuelven a ser presas de la angustia con más fuerza que antes, mientras las dominan pensamientos negativos. Akihide y Shinpei, al verlas en ese estado, intentan animarlas proponiendo una nueva búsqueda. Las más desesperadas eran Charlotte y Megg, pues temían que algo malo estuviese pasando con Selenia. Sabían lo impulsiva que podía llegar a ser, pese a su fuerza de toro, no resultaría posible vencer a cinco tipos peleando sola... ¿Y si ya la habían vencido? ¿Qué harían con ella? ¿Qué piedad podía esperarse de unos pandilleros que les habían hecho daño? Estas preguntas, y otras peores que no mencionaré, llenaban sus mentes. Akihide y Charlotte fueron a buscar cerca de la universidad, Shinpei y Megg decidieron ir por el hospital más cercano, Atsuko y Maya, por las comisarías de los alrededores, pues tal vez alguien vio el pleito y llamo a la policía. Daigo se negó a participar y decidió volver a ZR para marcharse, no sin antes desearles buena suerte de manera desinteresada. Tsugumi prefería permanecer en el edificio, por si había alguna novedad o regresaba Selenia.
Así partieron los grupos, muy concentrados, y Daigo fue por su lado, pensando que era una tontería perder el tiempo buscando a esa ushi, que seguramente aparecería pronto, haciendo tonterías como siempre. En un momento, comenzó a tratar de obligarse a sí mismo a pensar de esa manera, pues su cabeza también se llenaba de mil ideas negativas y desafortunadas, que rozaban la preocupación... ¿Realmente podía ser tan grave? ¿En verdad podía sucederle algo malo a esa lunática cabeza de queso? Él conocía lo crueles que podían ser las pandillas a la hora de vengarse, llegaban a destruir psicológicamente a las personas y dejarlas gravemente heridas durante meses... y por muy fuerte que pareciera Selenia, después de todo era una sola contra cinco... Ahora miraba hacia atrás a cada rato, preguntándose si era prudente regresar y ayudar a los demás o mejor recorría la zona en automóvil buscando... Si, quizás sería lo mejor.
Cuando llegó a ZR, pasó por el garaje, cuyas luces estaban apagadas, así que buscó su celular para alumbrar el camino, pero, mientras avanzaba en la penumbra, tropezó con algo que estaba tirado en el piso y cayó al suelo. Con el móvil en la mano, iluminó ese bulto... que no era precisamente eso... La ropa le resultó familiar... Como estaba boca abajo, no podía ver de quien se trataba, pero al mover el cuerpo el en suelo... Era Selenia. La desaparecida estaba en el garaje... ¿Desde cuándo? Trató de recordar el momento en el que llegaron. Pero allí ella no estaba. Seguramente, entre que hablaban con las chicas y llegaban al edificio, los pandilleros la dejaron ahí, sucia, aparentemente maltratada y casi inconsciente... Y digo esto porque, aun con los ojos entreabiertos, no reaccionaba.
Daigo no cabía en sí del asombro. ¿Qué podía hacer? No había suficiente luz, así que decidió ir hasta su automóvil y encender las luces altas para poder ver mejor. Una vez hecho esto, se concentró en ayudar a la joven: intentó levantarla, pero era demasiado pesada para él (y, según su pensamiento, para cualquiera). Por ello se vio en la necesidad de acercar su vehículo. Tal vez subirla directamente resultaría más conveniente, y aún más fácil sería librarse de aquel asunto. Solo tuvo que emplear un poco de fuerza para meter a Selenia en el asiento izquierdo y ya pudo marcharse. Mientras conducía, por un cambio de luces en el semáforo, frenó bruscamente, por lo cual el torso de la muchacha se inclinó hacia adelante a punto de golpear su cabeza si él no la hubiese atajado a tiempo.  Pero, por el movimiento repentino, la capucha del buzo de la extranjera cedió y exhibió otra de las calamidades que le habían ocurrido: no solo cortaron su cabello hasta casi dos centímetros de largo, si no que le dejaron dos cortes cuya sangre era muy visible.
D: (a media voz, con preocupación) ¿Qué le hicieron a esta chica?
Además de lo que ocurrió con la capucha, por la frenada, Selenia comenzó a reaccionar. Emitiendo algunos gemidos dolorosos, se tocaba la cabeza y la cara, guiando sus ojos por lo que estaba alrededor. La imágenes aun le parecían borrosas y las voces, murmullos inentendibles. Por más que hacía esfuerzos por moverse, el cuerpo le resultaba pesado y ajeno, y apenas pudo hablar.
S: (con voz débil y apagada) Da... Daigo-Sam... a.
D: (recordando que en la guantera dejo una botella de agua, así que se la ofrece a Selenia) Toma esto mientras te llevo al edificio.
Selenia intenta sujetar la botella, pero, inmediatamente él la suelta, cae de su mano carente de fuerza sin que ella pueda evitarlo. Al ver esto, Daigo estaciona a un lado, pues se ve obligado a ayudar a la joven, mientras piensa que sería mejor llevarla a un hospital. Antes, sin embargo, debería avisar a Shinpei y Akihide sobre su hallazgo, para que todos se reunieran, además de aplacar la preocupación que apresaba a las dos extranjeras y a las otras tres muchachas, aunque ni pudo sacar el celular. Otros asuntos requerían su atención. Selenia le regreso la botella de agua. Ya tenía mejor semblante, parecía repuesta, hasta que, unos segundos después, se llevó las manos hasta la boca, luchando por normalizar su respiración. Daigo pensó que tenía ganas de vomitar, pero no. Ella intentaba evitar que sus violentos sollozos, productos del llanto que la invadía, escaparan de su control. Al llorar temblaba, tal vez por la ira y el dolor físico. Todo esto dejo desconcertado al líder de Breakerz, quien sintió una punzada en el corazón, algo más que pena, y que él no llegaba a comprender. No sabía lo que había sucedido con ella en verdad: así que cualquier consuelo resultaba inútil.
D: (tratando de calmarse, frota uno de los brazos de la joven) Tranquilizate. Ya pasó, sea lo que sea...
S: (entre sollozos) Siento... un horrible dolor en el pecho... Creo que... perdí.
D: (sorprendido) ¿Qué querés decir con ese creo?
S: Yo... (Se toca la cabeza) No recuerdo que pasó...
D: (agarrando su celular, comienza a escribir los mensajes para Shinpei y Akihide) Escuchame bien: voy a llevarte hasta el edificio. Allí intentarás hacer memoria, ¿entendido? (ve que Selenia asiente con dificultad y pone en marcha el automóvil)
Selenia solo mira a través de la ventana, pues el dolor de cabeza, que se extiende por su cuerpo, le impide hacer más que eso. Las luces de la ciudad vuelven a verse borrosas y confusas, de pronto son solo líneas de colores que se van apagando hasta convertirse en nada... Toda ella, en cada centímetro, era como un mar de daños que el sopor comenzaba a calmar. Aunque esas sensaciones estaban presentes, las acompaña un extraño alivio, casi aplastado por la rabia. Sentía que algo había terminado, y que ya no le causaría más problemas.
Cuando Daigo estacionó su automóvil frente al edificio se dio cuenta de que Selenia no estaba consciente, así que tuvo que pedir ayuda a Shinpei, quien recién llegaba del hospital con Megg. Entre los dos trasladaron a la joven hasta el interior del lugar donde la recibieron solo rostros preocupados e intrigados, que pertenecían tanto a sus amigas como al resto de las muchachas que allí vivían, pero que no podían quitarse las dudas hasta el día siguiente.
Más que eso no podían hacer, así que los tres muchachos decidieron marcharse, y antes recibieron los agradecimientos de las chicas. Charlotte tuvo que tragar su apatía y admitir que gracias al egoísmo de Daigo, Selenia estaba de regreso, pero, para su sorpresa, él no contestó con frases sarcásticas o llenas de soberbia, sino que asumió la responsabilidad de avisar a Obatta que su asistente no podría ir a trabajar por… por problemas físicos. Luego abandonaron el lugar sin decir más que sayonara.
Nuestras dos protagonistas, junto con sus amigas, curaron las heridas de Selenia en la cabeza y la cara, y se ocuparon de aligerar su atuendo para que pudiese dormir cómodamente, todo ello mientras lamentaban lo ocurrido. Cuando miraban a la joven dormida, se preguntaban que le había pasado. La pelirroja sentía mucha rabia e impotencia al ver lo que esos infelices le hicieron en el cabello, antes largo, pues esta lo había dejado crecer para la graduación en la universidad, incluso eligió un peinado adecuado al vestido que tenía preparado… El pelo crece, es cierto, pero graduación hay una sola, y la de Selenia ya nunca más sería la que ella deseaba. Las heridas sanan, las furias mueren, y los recuerdos… esos se quedan para siempre.
Megg sentía lo mismo que Charlotte, pero hacia otra dirección: ¿Cuál era la culpa de Selenia para recibir tan brutal castigo? Sólo defendió a dos personas de algo injusto. ¿Quiénes se creían aquellos pandilleros? ¿Personas fuera de la justicia o la ley, como para andar golpeando gente por ahí? Seguramente alguien vio lo que estaba sucediendo con la muchacha, e hizo la vista a un lado cobardemente. No hubo quien la ayudara, a diferencia de ella y Charlotte, quienes contaron con Shinpei y Akihide.
Shinpei… El día siguiente era San Valentín… Tal vez sería bueno agradecerle con un presente amistoso, pero ¿qué podía regalarle? ¿Algo original, como las galletas con chips de chocolate que “preparó” Charlotte? Era buena idea, sólo que no se le ocurría nada.
Finalmente decidieron que era muy tarde, así que fueron a dormir. A Megg y Charlotte les costó conciliar el sueño. Entre dudas y angustias, se repetían en sus mentes las últimas palabras de Daigo: “Serenia no recuerda lo que paso. Está confundida y parece no tener fuerza. Será mejor que la lleven a ver a un médico”. No recordaba… ¿Cuál sería la causa de esa laguna? Seguramente un fuerte golpe en la cabeza, aunque también podía tratarse de un shock… ¿Y por qué? Ambas durmieron con la misma pregunta en los pensamientos… ¿Selenia… qué te hicieron?
Al día siguiente, además de despertar tarde y no asistir a la clase en la universidad, Selenia se levantó gritando el nombre de su hermano, como acostumbraba hacer en Argentina. Le tomó un par de minutos darse cuenta de que estaba en Japón. Cuando trataba de pensar en lo que había ocurrido la noche anterior, fuertes puntadas le producían dolor en la cabeza. Bajó al comedor casi a las diez, pero todas las muchachas habían terminado el desayuno. Sin embargo, como la cocinera sabía lo que ocurrió, decidió guardar la comida para la extranjera y dársela después. Ella agradeció mucho su gesto, pues, como no había cenado anoche, despertó con un hambre feroz, así que atacó los platillos sin piedad. Con ellos no quedó satisfecha, así que fue por algún snake al combini de la cuadra de enfrente, y allí vio lo anuncios de San Valentín… tuvo la sensación de que ella debía comprar un obsequio para alguien… ¿para quién? En la góndola de sus snakes observó el posible presente: Ramen de chocolate [2].
Cuando volvió al edificio, Charlotte y Megg habían regresado de la universidad, por lo que le pasaron varios apuntes en un romaji que no tenía mucho sentido, y que ella casi tuvo que adivinar y descifrar. Sus amigas se encargaron de dejarle en claro que no tenía necesidad alguna de ir a trabajar, a lo que ella preguntó por qué varias veces. Para distraerla, Maya propuso una visita al médico, ya que era la única que tenía parte de la tarde libre. Como primer paso, comenzó a hacerle unas preguntas, para saber qué tan grave era su laguna mental… y no resultó ligera. Selenia no recordaba la fecha exacta en que llegaron a Japón, tampoco cuántos años tenía, ni lo que ocurrió el día anterior.  En cuanto a la pelea, lo que había en su mente era confuso: fue a pelear con los pandilleros, eso lo sabía, sin embargo, lo que sucedió durante el enfrentamiento le resultó un completo misterio. Solo podía decir una cosa: fue derrotada.
Esta actividad fue interrumpida por el almuerzo, que consistió en Gyoza, Sekihan [3] y okonomiyaki. Durante la comida, Maya comentaba a las demás lo que develó con las preguntas, mientras Selenia comía sin prestar atención. Las muchachas la miraban a cada rato, preocupadas por ella. Es más, el resto de las chicas del edificio hacían lo mismo, pues les pareció que ese día la simpática extranjera lucía diferente: no hablaba mucho, miraba hacia cualquier lado y una buena parte del tiempo tenía los ojos cerrados, apenas se movía y parecía meditar a toda hora. Era demasiado raro en ella. Otra cosa que les llamó la atención eran sus eternos lentes de lectura, ¿los había perdido o se rompieron durante la pelea?
Por la siesta, Selenia durmió un buen rato, mientras Charlotte y Megg se preparaban para salir. La rubia iba a la cafetería, y la pelirroja, a ver uno trabajos que le recomendaron en la universidad. Antes de que se fueran, Maya despertó a la extranjera dormida para avisarle que se preparara para ir al médico. Ella haría lo mismo. Nuestra protagonista asintió, se cambió de ropas y fue hasta la entrada con sus amigas. Estas se fueron y Selenia quedó esperando un rato… pero, para cuando la muchacha japonesa quiso reunirse con ella, la morocha había desaparecido. Terminaré de contarles luego cómo acaba el asunto, y me trasladaré a las otras dos extranjeras. Primero a Charlotte.
Nuestra pelirroja protagonista fue a visitar dos posibles empleos: uno era atención al cliente en una farmacia, específicamente en el área de maquillaje, y el otro, nuevamente como promotora en un gimnasio. Cuando ella comentó que en Argentina estudió durante varios años danzas árabes, su entrevistadora se mostró muy interesada. Si conseguían suficientes alumnas, tal vez ella podría clases y no tener que repartir volantes. Por este motivo, Charlotte aceptó con mucho gusto. No le importaba comenzar repartiendo promociones mientras esa situación pudiese cambiar muy pronto. O, al menos, así lo esperaba.
Cuando abandonó el gimnasio, y, como le quedaba cerca, pasó por ZR, pero le comunicaron que el día de San Valentín ni un solo miembro de la banda estaría allí, sino en un lugar público para recibir los regalos y tarjetas de sus fans. La recepcionista le indicó que el sitio elegido era, ni más ni menos, la cafetería favorita de Shinpei, Ao Ringo, lo que hizo que nuestra protagonista sospechara (muy acertadamente) que el guitarrista de lentes escogió ese lugar para recibir un regalo de Megg.
Agradeció a la recepcionista, de quien recibió una “grata” noticia, pues la mujer le pregunto el motivo del nuevo estilo en el cabello de Selenia… lo que significaba, sin lugar a dudas, que su amiga había pasado por allí. Charlotte, totalmente intrigada, dio gracias a la mujer nuevamente y se retiró con calma. Una vez fuera de la productora, tomó su celular y marcó a Maya, quien su llamada contestó casi enseguida.
Ma: Moshi moshi.          
Ch: Maya, Charlotte desu.
Ma: Charotte-san, Gomennasai.
Ch: (entendiendo lo que dijo Maya) ¿Qué pasó con Selenia?
Ma: (apenada) Es que… desapareció de un momento a otro. Cuando quise reunirme con ella me dijeron que se fue.
Ch: Yo recién salgo de la productora. Me contaron que pasó por acá pero se fue. Es cuestión de esperarla por allá.
M: Eh… (Con timidez) Yo no estoy en el edificio, sino de cita por San Valentín. Gomennasai.
Ch: (apenada) Ah… No te disculpes. No te quito más tiempo. Que lo pasen bien. Sayonara.
Después de escuchar las últimas palabras de Maya, Charlotte terminó la conversación, preguntándose a dónde había ido Selenia. Trató de localizarla por el teléfono celular, pero no tuvo respuesta. Como última opción, decidió llamar a Atsuko en vano, pues ella no se encontraba en el edificio, sino en la cafetería, ya que imtercambió su turno con una compañera que armó planes para ese día. Con disimulado interés, preguntó si Breakerz estaba allí, y obtuvo una respuesta positiva aunque, hasta ese momento, los únicos miembros presentes eran Akihide y Shinpei. También le advirtió que fuese aprisa si quería ver cantar a Meggara. La pelirroja no dudó ni un segundo y fue hacia allá lo más rápido posible.
Cuando llegó a la cafetería, vio a los dos guitarristas de la banda rodeados de un grupo de chicas que, inmediatamente entregaban sus obsequios y escuchaban un agradecimiento de los muchachos, ya corrían hacia la salida, coloradas hasta las orejas (algunas, llorando). Mientras veía como se desarrollaba esto, Charlotte avanzaba hasta ellos, asombrándose por poder ver un Akihide diferente: permanecía serio, pero contento y simpático al mismo tiempo, lanzando algunas carcajadas para desinhibir a las fans tímidas. Algo de esa parte suya le parecía atractiva, tal vez todo o nada. No lo sabía exactamente. ¿Cuál de todos los que había visto era el verdadero Akihide? ¿Faltaba alguno más por conocer? ¿Era eso lo que le resultaba atractivo, lo que no conocía de él y lo mucho que le intrigaba saberlo?
Finalmente decidió acercarse y entregar su obsequio de agradecimiento al guitarrista de cabellos largo, quien, por primera vez, no se sorprendió al verla, sino que estaba esperando a que ella llegara… ¿Atsuko se lo dijo?
Ch: (frente a ellos, inclina educadamente la cabeza) Konnichiwa.
Ambos: Konnichiwa.
Akihide, repentinamente, abandonó su asiento y avanzó hacia ella, lo que la tomó por sorpresa. Luego y con rapidez, apoyó algo sobre su rojo cabello. Charlotte elevó una mano sin perder el tiempo hacia su cabeza para tocar aquella cosa… y sintió una textura aterciopelada… ¿Era un sombrero? Se lo quitó de encima y comenzó a mirarlo, ya que era muy similar al que había perdido el viernes por culpa del viento. ¿Él se tomó la molestia de comprarle uno?
Ak: (con una simpática sonrisa) Ah, te queda bien. Qué bueno. Fue difícil escoger un sombrero para mujer en esa tienda. Hay tantos modelos.
Ch: (aun impresionada) Akihide… ¿por qué lo hiciste?
Ak: Es que… Perdiste el tuyo porque demoramos mucho, y el otro quedó en el centro recreativo. En esta época no podes andar por ahí sin uno. No queremos que te resfríes.
Ch: (Toca el sombrero y lo acomoda sobre su cabeza) Es muy dulce que hagas esto por mí. Arigatoo.
Ak: (Sonrojado) Solo hice lo que cualquiera hubiese hecho.
Sh: (entrometiéndose) Yo no lo hubiese hecho.
Ak: (lo mira, molesto) ¿Y si se trataba de la mesera?
Sh: (pensativo) Si… Pero no es lo mismo, porque yo tengo interés en ella.
Ak: Entonces si es lo mism… (Se detiene, pues siente la mirada fija de Charlotte puesta sobre él, llena de avasallador entusiasmo. Decide contenerse y tomar asiento) Dejémoslo ahí.
Ch: (no contenta con el resultado, opta por hacer de las suyas: le entrega un paquete, que contenía su regalo) Feliz San Valentín.
Ak: (agarra el paquete y lee la tarjeta adjunta) Oh, tenés una buena caligrafía, Charotte-san.
Ch: Gracias. Espero que te guste.
Akihide abre el paquete con ansias, pero antes de contarles la sorpresa que se llevó al ver esas deliciosas galletas caseras, pasemos a otra parte. Vamos con las desaparecida Selenia, quien fue a ZR, llevando la compra que hizo en el combini, el ramen de chocolate. Como allí no la esperaban, la recepcionista le informo que Obatta no había ido a trabajar, así que ella no tendría trabajo por hacer. Justo cuando planeó marcharse apareció Daigo. Al verla en la productora, comenzó a increparla con preguntas que ella no tenía ánimos de responder. Intentando huir de él, llegó hasta la entrada del edificio… y, sin saber porque, se sintió perdida. No reconocía ningún sitio cercano, cómo si hubiese olvidado que querían decir esos kanjis que saltaban de sus lugares y andaban por allí, acercándosele y girando a su alrededor con voces chillonas, luego se convirtieron en colores que formaban círculos, iban del azul al verde, al violeta, rosa, anaranjado… pero eso no era normal. Algo no estaba bien, los kanjis no podían hacer eso. En un momento sintió que caería de cabeza contra el suelo, y esta sensación la llenó de pánico. Parecía… ¿un recuerdo?
S: (gritando) ¡Oigan, perros!
Esa voz le resulto familiar, así que volteó a ver para todos lados. ¿Era ella quien gritaba? ¿Desde dónde? ¿Dentro de su cabeza? Más palabras acudían a su mente, insultos, sarcasmo, ironías y amenazas. “El problema fue con Orochi. Yo peleaba contra él. El resto de los muchachos cuidaba que nadie se metiera, por eso fueron un poco bruscos con Oiwa.” Esto murmuraba otra voz, la de un hombre... Pero, ¿de quién? “No fue algo injusto. No eran cinco contra dos, sino uno contra uno. Si soy más fuerte que él, no es injusto. ¿Realmente tenías que meterte? Orochi lo merecía, ¡él me la quitó!”
Selenia despertó de su transe cuando sintió una pinza pellizcando una de sus mejillas, pero se trataba de los dedos de Daigo, quien solo probó eso para hacerla reaccionar.
D: (en tono sentencioso) Vos no estás bien. Sera mejor que vayas a ver a un médico. (Agarrándola por un brazo) Vení.
S: (en actitud rebelde) No quiero. No tengo que... (Recuerda) ¡Maya! Tenía que irme con ella a ver a un doctor.
D: ¿Ves? (Nuevamente le sujeta un brazo) No voy a permitir que Obatta me culpe por quedarse sin asistente otra vez.
Selenia esta vez no opuso resistencia. Daigo llegaba a desconcertarla a tal punto que no sabía qué hacer o qué pensar. ¿Qué era él? ¿Un ángel bueno, o un demonio soberbio? Como había sido amable al principio, ella no pudo evitar enamorarse, pero luego, cuando vio su otra cara, comenzó a arrancarse ese sentimiento... ¿Por qué si estaba a punto de enterrar ese amor, Daigo le daba motivos para quererlo? "Maldito", concluyó.
La visita al médico no duró demasiado. Como Selenia no recordaba lo que había sucedido, pues todavía tenía lagunas mentales, y en algunos momentos parecía perderse en sus pensamientos (?!), el clínico comenzó a preguntarle que partes del cuerpo le dolían o molestaban, y cuando ella mencionó que tenía jaquecas, pidió que le hagan unos estudios rápidamente en la cabeza.
S: (en tono de queja, mientras esperaban los resultados) Yo no tengo dinero para pagar todo esto...
D: (severamente) Tal vez en tu país tercermundista esto sea desconocido, pero en Japón existe algo llamado seguro médico.
S: (sorprendida) ¿Tengo seguro médico?
D: Todo empleado de cualquier empresa buena lo tiene. Con el seguro también podes obtener nuevos lentes.
Entre la ansiedad por la espera, Daigo pateó una bolsa que Selenia dejó a un lado, y el contenido de esta salió despedido... el paquete de ramen de chocolate. Ella se apresuró a ir por él, pero cuando levantó la cabeza repentinamente después de recoger las cosas... Ya nada veía. Todo a su alrededor se volvió negro y perdió absoluto contacto con la realidad. Ni siquiera sintió el duro piso cuando cayó en sincope. Aunque no escuchaba, podía decirse que muchas voces gritaban en su mente.
Selenia: (gritando) Resolvámoslo así: (apunta a alguien parado frente a ella, aparentemente un hombre) vos y yo. Si gano, vas a ir a pedir perdón de rodillas a mis amigas.
Jefe: Me parece bien. Pero si yo gano, vos vas a tener que suplicarnos de rodillas.
S: (se trona astuta y furiosa) Bien lo decís, si ganás.
Jefe: ¿De a cómo vamos?
S: Puño limpio. Y no me tengas consideración por ser mujer, que no la necesito.
Jefe: Me parece bien.
Sin mucha preparación, el pandillero lanza un puñetazo contra la joven, pero no la lastima. Verán, Selenia tiene una mente matemática y, a veces, lógica, por lo que, a la hora de calcular, trabaja a milla [4] por segundo. Así es que apenas sintió que él se movía, se agacho para esquivarlo y, casi como si bailara break dance, consiguió derribarlo e incorporarse rápidamente, en pose desafiante.
El pandillero también se incorporó de un salto, aparentemente adolorido, y volvió arremeter contra Selenia, quien lo golpeó con un puñetazo en la cara, con el otro en el pecho, y con una certera patada lo arrojó al suelo nuevamente, y él otra vez se levantó con rapidez. Nuestra protagonista, antes nerviosa, ahora se sentía confiada, pensando que pronto lo tendría de rodillas frente a sus amigas, pidiendo disculpas. Era mejor derrotarlo pronto, para terminar con esa pesadilla... Pero no caía... No importaba cuantos golpes recibía, él siempre se ponía de pie. A ella apenas unos golpes le habían tocado, nada que le impidiera moverse, aunque el cansancio comenzaba a pesarle. Estaba siendo hora de terminar, jugando su última carta.
S: (enfadada, jadeando levemente) ¡Baka! Si no querés pelear, te llevo ahora mismo a disculparte con mis amigas, ¡pero no me hagas perder el tiempo!
Jefe: (jadeando, extrae un pañuelo del bolsillo) Tenés razón. (Se limpia la sangre de la cara) Estoy un poco distraído. Voy a tomar esto más enserio. (Hace una seña) Vení.
Selenia no pierde el tiempo y corre hacia el pandillero, calculando la fuerza de su último golpe: el cuello o el diafragma, todo valía para asegurar la tranquilidad de sus amigas. Él también avanzó para atacarla, todo esto en un segundo... segundo en el que ella, ciertamente cansada, fue más lenta... Él, sujetándola por un hombro y por la cintura, la levantó con rapidez, murmurando “Ya terminó, bonita”. Se elevó en un salto, asegurando su peso en la caída, provocando que nuestra protagonista se estrelle de cabeza contra el piso...
Desde ese momento ella supo que había sido derrotada, en su semiinconsciencia. Lo que ocurrió a continuación fue muy confuso. El dolor por el choque le impedía moverse, los nervios de su cuerpo estaban aturdidos. Además, siendo ya el colmo, en el suelo sintió que la golpeaban nuevamente en el abdomen, la cara y la mano derecha, tal vez porque intentaba levantarse. Luego recuerda vagamente que la levantaron un poco hasta que quedó en cuclillas, y el resto es muy confuso, por las murmuraciones que se enmarañaban en su memoria. Sintió dos putadas más en la cabeza, un líquido caliente y creyó ver que caían mechones de cabello [5]… y no recordaba más.
 Selenia despertó en la realidad después de recordar vagamente lo que ocurrió. Daigo se sintió aliviado por esto, pero no dejó de lado sus regaños y burlas molestas, a los que ella no prestó atención. Prefería retener en su mente aquella leve expresión afligida, mientras pensaba: “Decí todo lo que quieras, yo sé perfectamente lo bueno que sos, Daigo-Sama… Maldito, juro no volver a enamorarme de vos. Lo juro.”
Cuando el médico regresó con los resultados pudo explicarles lo que había sucedido, combinado con lo recuerdo se Selenia: al caer ella de cabeza, los vasos sanguíneos se cerraron para evitar que suba demasiado la presión y vaya mucha sangre al cerebro, y tal vez forme un coagulo, antesala del ACV [6]. Pero, por eso, la masa encefálica no recibe oxígeno. Si una situación así se prolonga, puede causar coma o muerte cerebral, dependiendo de la magnitud del golpe. En el caso de Selenia, que es hipotensa [7], al cerrarse las venas e impedir el flujo de sangre, la presión disminuyó rápidamente, produciendo desvanecimiento. Para restablecerse necesitaba agua o glucosa. La envió a reposar dos días y le recomendó no levantar la cabeza de golpe, para no sufrir un nuevo desvanecimiento.
S: (mientras abandonaban el sanatorio. Con tristeza) ¿Qué será de Oba-sensee sin mí por dos días?
D: (sarcásticamente) Todos seremos felices en ZR si vos no estas.
S: (ignorando lo que dijo) ¿Quién va a ponerte en tu lugar si yo no estoy? Oh, van a extrañarme mucho.
 D: No te describas con cualidades que no tenés. (Extiende hacia ella la bolsa que antes había pateado) ¡Y tomá esto! Por bruta casi lo dejás olvidado.
S: (la agarra, entre risas) ¡Uh! Menos mal que servís para algo. Pero no recuerdo para quién lo compré.
D: (irónicamente) Siento lástima por el pobre desafortunado que vaya a recibir tu espantoso obsequio.
S: (lo mira con una mezcla de pena y rabia, y le entrega nuevamente la bolsa) Tomalo, es para vos.
D: No, ni loco.
S: (insiste, mientras le clava una mirada aguda) Es de mala educación rechazar un obsequio. Te advierto que puedo ponerme a llorar y armar un escándalo, que para eso soy de lo mejor.
D: (acepta la bolsa de “mala” gana) Está bien. Pero esto no significa que acepto tus sentimientos.
S: Es un regalo de agradecimiento, sin algo especial, menos cariño.
D: (sarcásticamente) Si, claro. Eso es tan cierto como el hecho de que no tengas una imagen de Breakerz como fondo de pantalla en tu móvil (acertó), que no uses nuestros temas como tono de llamada o mensaje (otra vez estaba en lo cierto) y que no aprovechás para mirarme cuando estoy distraído (era verdad).
S: (cansada, casi gritando) ¡Daigo-Sama!
D: (alterado) ¿Qué?
S: (muy seria) ¡Te odio! (da media vuelta) Y ahora, con permiso. Voy a ver cantar a mi amiga (se va).
D: (agarrando su celular) Al diablo con esa loca.
Decide llamar a Akihide o Shinpei para preguntarles en dónde se reunirán, y al saber que es en Ao Ringo, lamenta tener que volver a encontrarse con Selenia. Además, en el fondo escuchó la voz de Charlotte, así que también tendría que soportarla. Y, lo peor de todo, es que vería como su estúpido amigo se babeaba por la mesera rubia… Esas extranjeras se habían vuelto las piedras en sus zapatos. Pero no tenía otra opción, así que terminó yendo a la cafetería. En ella estaba la dorada protagonista, quien tuvo un día muy tranquilo. Esperó con leve ansiedad a que llegara Shinpei, pues ya había pensado en su regalo de san Valentín. Seguramente él recibiría muchos obsequios de parte de sus fans, bombones, chocolates y pasteles (tal vez), así que Megg quiso hacer algo distinto, y con esmero, en la cocina, se decidió a preparar una deliciosa chocolatada con un toque de canela y crema batida. Este, claro, era un presente de agradecimiento por todo lo que él hizo por ella al rescatarla, curar su herida, llevarla hasta el edificio, obsequiarle la pomada cicatrizante y ayudarla en una situación como la de anoche.
Sus compañeras de trabajo le comentaban sobre lo deliciosa que se veía su preparación, y la alentaban diciendo que seguramente el destinatario de la misma no rechazaría sus sentimientos luego de probarla. Megg, roja como tomate, negó que esto fuese cierto, de manera atropellada y haciendo aspavientos.
Finalmente apareció Shinpei, acompañado por Akihide.
M: (con una amable sonrisa) Okaeri nasai, Shinpei to Aki-san.
Sh: (contento) Meggara, ¿cómo has estado?
Ak: (con una breve reverencia) Arigatoo gozaimasu.
M: ¿Mesa para dos?
Sh: No. Tiene que ser para tres, porque Daigo llegará en cualquier momento.
Megg los lleva hasta una mesa cerca de la ventana, con tres asientos, y les deja una carta antes de marcharse. Al rato, regresa con su regalo y lo coloca sobre la mesa, frente a Shinpei.
Sh: (mira la taza y luego a ella) Meggara… Yo no suelo pedir esto.
M: (en voz baja, pero claramente) Feliz día de San Valentín. Preparé esto para expresarte mi gratitud. Espero que te guste.  (Como ve que él no bebe ni un sorbo y solo mira la taza) Probalo.
Sh: (con una sonrisa de feliz cumpleaños) No.
M: (extrañada) ¿Por qué no?
Sh: Es que… siento que sería un desperdicio beber algo tan hermoso, hecho con tus preciosas manos…Oh, ¿qué hare?
Ak: (piensa) “Es un verdadero desperdicio que la deje así…”
Sh: (saca el celular y fotografía la taza) Meggara, podes repetir el momento en el que servís la taza, así lo capturo.
M: (amablemente) Claro.
Ak: (luego de que Shinpei captura unas fotografías más. Con hartazgo, habla a su amigo) Como ella preparó ese hotto chokoreito con sus manos, si lo tomas, estarías entrando en contacto con ellas desde tu interior, ¿no?
Sh: (mira atentamente a Akihide, con un brillo en sus lentes) Ok. Ya entendí. (Bebe un trago y lo saborea) Delicioso. Sabe cómo el paraíso.
M: (entre risas) No exageres. Pero gracias. Espero que la disfrutes. Pasare en unos minutos para tomarles la orden.
Sh: Meggara, ¿Preparaste alguna canción para San Valentín?
M: Si. En breve van a oírla. (Hace una breve reverencia y se retira)
Antes de que llegara su turno para cantar, es decir, luego de tomar la orden de nuestros protagonistas y servirla, vio llegar a Charlotte, quien recibió un sombrero sobre la cabeza y entregó su obsequio de San Valentín a Akihide. Este lo aceptó con una simpática sonrisa. Megg sentía regocijo al verlos juntos, pues le resultaba gustoso que alguien se preocupaba tanto, desinteresadamente, por la pelirroja.
At: (llamando su atención) Es tu turno. Luego seguiré yo.
Megg asistió y observó todo el lugar mientras se dirigía al escenario: vio llegar a Selenia, quien la saludó con una mano, y unos segundos después, a Daigo, y este en un segundo se vio rodeado de fans... un momento... ¿Qué hacía Selenia allí? ¿Y el médico? No, ya había pasado un buen rato, seguramente al terminar la consulta decidió pasar por el café. También vio a Maya, sentada en la misma mesa que un muchacho bastante guapo, seguramente el tal KyunHo y a Tsugumi al lado, acompañada por... un joven cuyo atractivo rostro le resultó conocido... ¿Kendi Orochi? ¿Él era el novio de Tsugumi? Recordó brevemente que, el día de incidente, esta chica estuvo a punto de contar un secreto... justo ese día... ¿Casualidad?
M: (agarrando el micrófono) Konnichiwa. Quiero felicitarlos por el día de San Valentín, y por este motivo tan especial, les dedico una canción llamada eternal flame. (Cuando la pista inicia, Megg comienza a cantar)

 Close your eyes
give me your hand, darlin
do you feel my heart beating
do you understand
do you feel the same
am i only dreaming
is this burning an eternal flame.
I believe
it’s meant to be, darlin
i watch you when you are sleeping
you belong with me
do you feel the same
am i only dreaming
or is this burning (burning) an eternal flame.
Say my name
sun shines through the rain
a whole life so lonely
and then you come and ease the pain
i don’t want to lose this feeling, oh.
Say my name
sun shines through the rain
a whole life so lonely
and then you come and ease the pain
i don’t want to lose this feeling, oh.
Close your eyes
give me your hand
do you feel my heart beating
do you understand
do you feel the same
am i only dreaming
or is this burning an eternal flame.
Close your eyes
give me your hand, darlin
do you feel my heart beating
do you understand
do you feel the same
am i only dreaming
is this burning an eternal flame.
Close your eyes
give me your hand, darlin
do you feel my heart beating
do you understand
do you feel the same
am i only dreaming
aaaaahh, an eternal flame.
Close your eyes
give me your hand, darlin
do you feel my heart beating
do you understand
do you feel the same
am i only dreaming
is this burning an eternal flame.
Mientras ella cantaba, alcanzó unos tonos armónicos y dulces, que empatizaron con el resto. En la cafetería se expandió un ambiente relajado y ciertamente afectuoso... Tal vez los enamorados presentes se miraban, y se tomaban de las manos, contagiados por la canción serenamente interpretada por nuestra rubia protagonista.
Cuando esta terminó, recibió aplausos y felicitaciones por parte de sus espectadores. Como el ambiente estaba muy tranquilo y todas las mesas servidas, decidió pasar a conversar un momento con sus amigas, sentadas en la misma mesa... pero no vio a Charlotte, y Selenia miraba hacia cualquier lado de forma sospechosa. ¿Dónde estaba la pelirroja? ¿Qué estaba pasado?
M: (a Selenia, ya cerca de la mesa) ¿Dónde está Charlotte?
S: (distraída... aparentemente) No sé.
Ch:(asoma discretamente la cabeza. Habla en voz baja y clara) ¡Megg! (Es captada con la vista por la rubia protagonista, quien trata de acercarse. Resultó que esta estaba escondida detras de Akihide) No te acerqués mucho.
Ak: (a Charlotte) Charotte-san, ¿ya se fueron los tipos a los que no querías ver?
Ch: Si, sí. (Intenta levantarse y salir de su escondite, pero casi al instante vuelve a ocultarse) Maldita sea... Entró en la cafetería.
Megg dirige la mirada hacia la puerta de entrada, y observa a los tres jóvenes que ingresaban al local. No eran japoneses, eso se notaba a simple vista. Tal vez... ¿Eran latinoamericanos? Uno era alto, más de un metro ochenta, tenía una barba que apenas le oscurecía el mentón, cabello negro crespo y ojos color miel; el que lo seguía era un poco más bajo, de tez un poco bronceada, sin barba, ojos grandes y levemente azulados, cabello castaño (un poco rubión) y una simpática sonrisa de piano, y el último, de la misma estatura el segundo, parecía estar refunfuñando, entrecerraba los ojos de manera arisca, pero que no restaba belleza a su rostro. De los tres, la rubia admitió que el chico visiblemente molesto era el más carilindo, pese a su falta de carisma.
Pensó que tal vez debería acercarse a ellos, para ver que estaba pasando, pero cuando dio el primer paso, Atsuko, también desocupada, ya había llegado hasta los tres muchachos.
At: (de manera amable) Okaeri nasai. ¿Mesa para tres?
Diego: (el muchacho más alto. Habla en japonés) Una amiga se reunirá con nosotros enseguida, así que tendrá que ser para cuatro.
Hernán: (el muchacho sonriente) Pero si querés acompañarnos, sería para cinco.
At: (sorprendida) ¿Eh?
Di: (a su amigo, en español) ¿Eres estúpido? No debes hablar así con cualquier persona. (A Atsuko. En japonés) Me disculpo por él.
A Atsuko le resultó familiar el idioma que uso ese muchacho para retar al otro... ¿Era español? Mientras tanto, el tercer joven se les escabulle y se acerca rápidamente hasta la mesa en la que están sentados los miembros de la banda.
Joven: (casi a los gritos. En español) Charly, ya te vi. No seas infantil.
S: (incorporándose de un salto) Joni, Joni, Joni... Mira dónde te vengo a encontrar.
Joni: (la mira y se asusta) ¡Ah! Demonio, ¿qué haces acá?
S: Bebo un rico expreso.
Jo: (levemente intimidado) Yo solo quiero saber porque ella se esconde (observa bien a Selenia) Pero vos... estás herida... ¿Hasta acá viniste a causar problemas?
S: Cuidado con lo que decís, hermano. No tratés de cabrearme, porque ya sabés cómo me pongo…
Se acercan los otros dos muchachos, acompañados por Atsuko, quien estaba levemente ruborizada a causa de los comentarios impertinentes de Hernán.
Di: (a Johni) ¿Está es la ex novia a la que viste?
He: (al mismo, en japonés) Nos dieron la mesa de al lado, ¿verdad, bombón?
At: Si… Pero no me hablés de esa forma.
Ch: (sale de su escondite) ¡Ya! Jonathan, ¿cómo te atrevés a decir que soy tu ex, si entre nosotros nunca hubo algo semejante?
Jo: Pero, Charly, si salimos varias veces…
Ch: (molesta) Salir no es ser novios, que te quede claro. Y no puedo creer que hasta acá venís para atormentarme.
Ak: (mareado. A sus amigos) Exceso de español…
D: Se armó el culebrón, parece.
Sh: Que interesante, ojala pudiera entender lo que dicen. (A Selenia) Se-chan, ¿qué pasa?
Jo: No te persigo, Charly. Es todo una coincidencia.
Ch: Es demasiada coincidencia, ¿sabés?
S: (acercándose a la mesa de la banda. Habla en japonés) Este perdedor es un tipo que perseguía a Charlotte, pero ella no le hacía caso.
Jo: (a Selenia, en japonés) Tengu [8], te estoy escuchando.
S: (a Joni) Tengu… tengu… Tengu las bolas llenas.
Ak: (incorporándose repentinamente) Creo que es hora de irnos. No me gustan los escándalos. (A la rubia mesera) Meggara-san, por favor traenos la cuenta. (Ella se retira después de asentir)
D: ¿Por qué tenemos que irnos nosotros si ellos son los que armaron todo este teatro?
Sh: Y está muy interesante…
Ak: Por una vez en la vida, denme gusto y vámonos de aquí.
Ch: (a Joni) Otro día hablaremos de esto. (A Selenia) Será mejor que nosotras también nos vayamos.
S: Si, no se puede comer en paz con tanto ruido.
Mientras estos pagaban la cuenta, los tres recién llegados se sentaron casi sin prestarles atención, a excepción de Jonathan, quien vio a Charlotte, la chica que tanto le gustaba, ir tras ese petiso pelilargo, al parecer intentando convencerlo de que ella y él no habían tenido que ver… ¿Por qué lo hacía? ¿Le importaba la opinión de ese individuo…? No, ¿Le importaba la opinión de alguien? ¿Desde cuándo? Tal vez, Diego y Hernán no podían comprenderlo, pero Jonathan estaba demasiado interesado en la pelirroja como para observar de brazos cruzados que ella se iba con otro. Además, él no comprendía las actitudes de la joven: su rechazo no era coqueteo, simplemente era rechazo.
Ch: Akihide… (Avanza hasta ir a su lado) Ese tipo no tiene que ver conmigo.
Ak: No es necesario que me des explicaciones.
Voz tras ellos: (una voz de mujer) ¿Akihide?
El guitarrista da media vuelta, y encuentra a una mujer morena, de estatura mediana y agradable aspecto, con grandes ojos negros y labios carnosos. Ella se le acerca y no solo le sonríe alegremente, sino que además junta su boca con la de él al besarlo con rapidez. Nuestro protagonista retrocede un paso sin poder evitar lo que ya sucedió.
Mujer: Akihide, ha pasado mucho tiempo.
Ak: (sorprendido, le cuesta articular las palabras) Xi… Ximena…
Ximena: Oh, cariño, ¿cómo has estado?


Aclaraciones:
1.      Alzado se refiere al celo en los animales (el celo es el periodo fértil en el que estos se reproducen).
2.     Créanlo o no, esto existe. Y, a menos que el fideo sea dulce, debe tener un sabor feo…
3.     Gyoza es una comida que consiste en raviolis chinos, rellenos normalmente de cerdo y verduras. Sekihan es arroz rojo con judías Azuki.
4.    Una milla equivale a 1,6 km.
5.     Esperen al Free talk 3. (^_^)
6.    Accidente cerebrovascular, también conocido como infarto cerebral.
7.     Hipotensión es una enfermedad crónica que produce baja presión sanguínea.
8.    Tengu es un demonio del folklore japonés.

23 comentarios:

  1. El que quiera clips, o fotos de los nuevos personajes, o del cambio de look, avise. Ahora no quise hacer spoiller.

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  2. Eternal flame!!! :D Me encanta ese tema...y me dio gracia que lo pongas porque justo lo escuche en una serie y tambien lo cantaba una rubia, asique me pude imaginar con mas razon a Megg cantarlo. Y bueno, ya aparecieron los argentinos...nada mal eh...We pobre Charlotte, no entiende nada a lo ultimo.

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    1. Charlotte puede superar casi cualquier cosa. Y Nadie entiende que pasó, pero eso se vera en el próximo episodio. Este terminó con todo el suspenso... jejeh XD
      Eternal flame formaba parte de la banda sonora de Love Suffle, por eso lo agregue ^_^

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  3. Que buen capítulo, me encantó!
    Pobre Selenia, que bueno que Daigo se preocupó por ella y la encontró.
    Me encanta shimpei y su yo no lo hubiera echo Jajaja
    Aki es un ninja!! Jaja
    El final :O será una ex de akihide? Pobre charlotte ... Me acuerdo una entrevista que akihide contó que una novia le revolio una copa jaja pobre espero no sea ella :P

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    1. No conozco esa entrevista, asi que te aseguro que Ximena no es la misma. Sera la ex?? Mnn.
      Shinpei siempre esta mandando al frente a cualquiera, es su estilo, jajah.
      Y Daigo se hace el duro, pero en el fondo es bien tipo, en el fondo.
      Gracias por leer el capitulo! Y que bueno que te haya gustado. Pronto subire ese free talk 3. Espero seguir contando con tu apoyo ^_^

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    2. Creo que la entrevista donde lo leí era por el single gekijou/heaven había encontrado una traduccion al inglés.
      Jaja está bien que lo mande al frente shimpei de vez en cuando que le sirva de empujoncito :P
      A esperar el free talk entonces ^^

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    3. Oh, gracias por el dato. Me voy a fijar en esa entrevista.
      Y Shinpei no solo mandará al frente a Akihide, sino a todo el que pueda (el personaje es bastante chusma).
      Pronto subire el Free talk, es cuestion de uno o dos días ^_^

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  4. jajaja naaah te puedo creer la indecision de shinpei para tomar la bebida en el café. eso se llama shinpei traspasando la fina linea entre romanticon y boludazo xDD jaja . Menos mal q Akihide pudo convencerlo sino Megg se iva a sentir re rechazada D:. Ya me gusta el personaje de Megg!
    Lo de Selenia fue muy triste we y no se porq pero me dieron ganas de golpear a Ximena xD mmmmmmmmmmm

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    1. Y eso que todavía no viste todo de Megg... Falta más!! Este personaje puede sorprenderte!!!
      Trataré de subir el próximo episodio en unas horas. No te lo pierdas!!!

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  5. Oh... se que habia dicho que seria demasiado que selenia gane pero lo que le paso ya fue espantoso pobre de ella... menos mal que daigo la encontro. Que ecena, casi lloro. Creo que ellos son mi perja favorita
    El final del capitulo... que impresionante!

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    1. Gracias por seguir la historia!! Habrá mas de esta pareja, que creo que es una de las mas complicadas, aunque todas tienen su vuelta de tuerca.
      Espero seguir contando con tu apoyo!!

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  6. ajjajaj Aki-ninja! :P
    eso de Daigo de cantar por las calles frias en la noche es de loco jaaj o de asustado...
    Ari

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  7. "frenó bruscamente, por lo cual el torso de la muchacha se inclinó hacia adelante a punto de golpear su cabeza si él no la hubiese atajado a tiempo."
    no se porque pero esta parte me causo bastante gracia jaja. Ponele el cinturooon bobooo!! Ari

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  8. la verdad que Daigo al principio me decepciono, pero luego cambio su imagen. la verdad que la impresión que se llevo Daigo va a ser difícil de borrar.
    Ari

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  9. Uuuuh! Que golpazo recibió Selenia. Muy buena descripción de la pelea pude imaginármela tal cual hubiese pasado si hubiese sido una serie.. :P
    Ari

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  10. "D: (sarcásticamente) Si, claro. Eso es tan cierto como el hecho de que no tengas una imagen de Breakerz como fondo de pantalla en tu móvil (acertó), que no uses nuestros temas como tono de llamada o mensaje (otra vez estaba en lo cierto) y que no aprovechás para mirarme cuando estoy distraído (era verdad)."
    jajaja chan chaaan. Que comes que adivinas Daigo? Ari

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  11. "Sh: Es que… siento que sería un desperdicio beber algo tan hermoso, hecho con tus preciosas manos…Oh, ¿qué hare?"
    Porque no lo congelas boboo! ese Shinpei!!
    Ari

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  12. Quien será esa tal Ximena? Obviamente no es japonesa.
    No salimos de una y ya nos metemos en otra.
    Ari
    Excelente capitulo sister!! Sigue así Faito!!

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    1. Gracias sis!!! Seguí la historia que cada vez pasaran cosas más interesantes!!! Más acción, más humor y mucho más romance!!!

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  13. Ma: (piensa) Los ninjas siempre andan en sectas secretas.
    At: Yo me asustaría si veo un ninja.
    Ch: Que no es un ninja...
    S: (golpea la mesa y las chicas se callan)
    AJAJAJJAAJ SOO ANIME!!! me encanto esta escena y me re choco el estado en el q termino Selenia...si...eran tipos rudos y todo eso pero...no se. No me esperaba q perdiera. Creo q Selenia deberia ver Gokusen! jajajaaj

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    1. Creo que yo deberia ver ese dorama, mucho escuche sobre él, jep.
      Desde la aparicion de los pandilleros, y la posibilidad de que reaparezcan, ya estaba planeado que Selenia pierda y reciba la humillacion que se aplica a los varones. Oh, se que aprecias mucho a Sechan, como tantos lectores, XD. Pero todavia falta la revancha. No te preocupes.
      Gracias por seguir la historia!
      Besos

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  14. Ahh! A Akihide casi se le escapo que esta interesado por Charlotte!! je, je (no se porque me handa pareciendo tierna la parejita ^^) estuvo genial la descripción que diste de cuando Selenia se puso los guantes para enfrentarse (bastante dispuesta a romper un par de huesitos parece) de aquellos maleantes ¡me la imagine haciendo esos movimientos copados y todo! ^^ otro capítulo más que tengo cubierto y me diverti más si es posible. ¡Mis felicitaciones amiga!

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  15. No solo un par de huesos, sino todos los que fuese necesario!!! Lastima que la desarmaron. Ellos serían en realidad la pareja mas romántica, Shinpei y Megg la mas tierna y Selenia y Daigo... eh... eh... Que lo defina la audiencia (hasta ahora la más graciosa)
    Cuando puedas pasate de nuevo, asi no perdes el hilo de la historia que cada vez se pone mejor!!! (y continua con la tuya algún día)
    Besos amiga, gracias por pasarte

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