(Es San Valentín en nuestra historia!)
Después de los ataques que supo recibieron sus amigas,
Selenia, llena de furia, sintió que nada podía quedar así. Aunque intentaron
calmarla, todo fue inútil. Prometió no mover un dedo a menos que fuese para
defenderse, pero todas sabían que no sería capaz de cumplirlo. Tanto argentinas
como japonesas estuvieron el lunes muy pendientes de los movimientos de la
simpática y ahora furiosa morocha, algunas por medio de dos espías: Shinpei y
Akihide. Nada estaba librado al azar, cada paso era seguido, monitoreado, y
comunicado.
Verán, el domingo por la noche, Selenia y Tsugumi regresaron
del viaje, contentas como perro con dos colas (mis brillantes frases), deseosas
de contar hasta cansarse todos los pormenores del recital. Pero ese buen humor
y entusiasmo cayó en picada cuando vieron los rostros de Megg y Charlotte. La
pelirroja tenía un moretón en el costado de la boca que pasaba por su mejilla,
casi hasta el pómulo, y que ni con maquillaje podía disfrazar, mientras que la
rubia no podía simular los raspones en la cara, además de su extraña forma de
caminar. Desde entonces comenzó el interrogatorio. La morocha sabía bien que
sus amigas tenían derecho a tener secretos, y ella respetaba esa discreción,
porque siempre escondía alguna que otra cosa, sin embargo, había un límite para
todo, y la integridad física de sus seres queridos estaba dentro de él.
Megg no necesitaba mucha presión para hablar, si un poco de
tiempo, pues siempre le costaba contar ciertas cosas, a diferencia de
Charlotte. Ella sabía mentir bien, o imponer sus "me reservo
comentarios", pero esa era una excepción: estaba consciente de que Selenia
merecía saber la verdad, por precaución.
Charlotte: (terminando su relato) De no ser por Akihide...
yo no sé qué hubiera pasado conmigo...
A excepción de Megg, las chicas se miraban pasmadas.
Tsugumi: (feliz -sí, feliz a pesar de todo) ¡Aki-Sama es
genial! No solo es lindo, serio y talentoso, sino que además es un héroe.
Selenia (con su furia contenida) No estamos para comentarios
alzados [1].
Ts: (en voz baja) ¿Qué es eso de comentario alzado?
Maya: Yo tengo una pregunta: ¿Cómo hizo Aki-san para
rescatarte?
Atsuko: ¿Será un ninja?
Maya, Atsuko y Selenia se miran con un brillo en los ojos...
S: Debe de ser un ninja...
Ch: (niega con la cabeza) Nada de eso. Y no puedo decirles
como fue todo, pero solo les aclaro que apenas lo vieron huyeron como ratas.
Ma: (piensa) Los ninjas siempre andan en sectas secretas.
At: Yo me asustaría si veo un ninja.
Ch: Que no es un ninja...
S: (golpea la mesa y las chicas se callan) Seriedad, por
favor. Sin dudas son los tipos que discutieron conmigo (se levanta y camina
hacia el ropero) Pero esto se acaba hoy (abre la puerta y busca entre sus
cosas).
Megg: (alarmada) ¿Qué vas a hacer?
S: (saca una bolsa de tela) Voy a partirles la cara, entre
otras cosas.
At: ¿Y qué vas a ganar con eso?
Ts: (más asustada) Si lo haces, ellos seguramente buscaran
otro rehén para vengarse...
S: (luego de ponerse unos guantes de gimnasio) No lo creo
(desliza cuatro dedos de la mano izquierda por los orificios de una manopla -o
anillos de plata- con cuatro picos filosos y brillantes, y exhibe el puño cerrado).
Pienso dejarlos en el hospital por un tiempo.
Se armó una controvertida discusión hasta que calmaron los
ánimos de Selenia. Casi se dan por vencidas, cuando Atsuko propuso la
posibilidad de que, después de todo lo que sucedió, ya los pandilleros se
habían conformado o desistieron, pues ese día transcurrió en completa
tranquilidad, y de nada serviría encender la mecha de un nuevo conflicto. Tal
vez porque fue convencida, o porque no quería confrontar a sus amigas (aunque
estas le quitaron sus armas), optando por actuar a escondidas, la furia dio
paso a un poco de paz, que fue muy breve.
En fin, antes de ir al trabajo, Megg llegó hasta ZR para
pedir a Shinpei que vigile a Selenia, para luego informarle. Él aceptó
encantado, ya que tenía la excusa perfecta para hablarle, y, entre tanto,
pedirle que vea el programa en el cual estaría esa noche. Algo parecido hizo la
pelirroja cuando fue a retirar su pago en la productora. Al ver a Akihide, le
comunico su pedido, el cual el guitarrista accedió de inmediato. El resto de la
tarde se la pasó husmeando empleos y viendo si podía comprar algún presente
para nuestro tímido protagonista por San Valentín, a modo de agradecimiento,
pero, a excepción de chocolate de repostería, no había algo bueno. Así que
decidió comprar uno y más tarde pidió a la cocinera que le ayude a preparar
galletas, y básicamente la mujer hizo todo el trabajo... Charlotte solo les dio
forma.
El lunes trascurrió con normalidad. Selenia llegó a horario,
como siempre, trabajó esforzadamente, hizo todos los mandados que le encargó
Obatta, y siempre volvía. Terminó y se fue. Ese había sido el informe que
recibieron nuestras dos protagonistas, así que, si todo era cierto, no
entendían por qué, de un momento a otro, su amiga, a eso de las diez de la
noche, cuando terminó el programa en el cual estuvo Breakerz haciendo un show
muy simpático, y Charlotte quedó impresionada por lo agradable que se mostraba
Daigo ante las cámaras, brillante y gracioso... Selenia desapareció. Y con su
ausencia, ellas encontraron un sobre arrugado en la basura, en el cual había dos
mechones de pelo de Megg y Charlotte, una fotografía de las seis que
evidentemente tomaron a escondidas (detalle que las aterrorizó), y una nota en
la cual pedían que vaya hasta la universidad, el lugar en el cual comenzó todo.
Por las prisas, casi salen del edificio en pantuflas.
Agarraron unos tapados, unas gorras y bufandas (Charlotte recordó que había
olvidado comprarse un sombrero nuevo, así que usó la capucha de su abrigo) y
corrieron a la universidad, pero cuando llegaron estaba desierta. Asustadas,
recorrieron los alrededores y obtuvieron el mismo resultado. No había testigos
oculares de lo que sucedió. En un momento de desesperación, a Charlotte se le
ocurrió ir a ZR, pues Akihide le había dicho que luego del programa regresarían
a dejar el vestuario. Tal vez, como última posibilidad, Selenia ignoró la
reunión con los pandilleros y tuvo que ir a ayudar a su jefe. Ante la opción,
nuevamente a las corridas, van hasta la productora y, luego de unos veinte minutos
llega la camioneta que traslada a la banda, pero no había rastros de su amiga.
Pasó más tiempo hasta que Shinpei se acercara a ella, mostrándose curioso y
algo preocupado.
Shinpei: (a Megg) Meggara, ¿qué están haciendo aquí?
M: (al borde del colapso nervioso) Shinpei… Shinpei,
necesito tu ayuda. Selenia desapareció.
Sh: (extrañado) ¿Se-chan?
Ch: (siente la necesidad de explicar lo poco que dijo Megg)
Sin avisar, se fue a escondidas. Encontramos una nota donde la citaban a las
diez frente a la universidad, pero allí no estaba.
Sh: (meditando) Yo no la vi recibir una nota… ¿Probaron
llamando a su celular?
Ch: Ya probamos, pero no contesta…
At: (tratando de mantener la calma) Creemos que los autores
de todo esto son los pandilleros que perseguían a Meggara-san.
Sh: (alarmado) ¿Los mismos? Esto es grave.
M: (casi llorando por los nervios) Ayudamos por favor. No
sabemos qué hacer.
Sh: (apenado) No llores, Meggara. Quiero ayudarlas, pero no
sé qué puedo hacer por ustedes...
Daigo: (aparece atrás de Shinpei) ¿Qué hacen ustedes aquí?
Sh: (ya que las chicas no contestan porque se asustaron)
Se-chan está desaparecida.
D: ¿Pero qué hacen ellas aquí?
Sh: Vinieron a buscarla, creo...
D: (a las chicas) Aquí no está. Váyanse.
Ch: (molesta) Nosotras nos vamos cuando queremos.
Akihide: (aparece atrás de las chicas) Konbanwa ¿Qué está
pasando? (Ve a Tsugumi y retrocede)
Ts: (apenada) No voy a hacerte algo, Aki-Sama. Quedate
tranquilo.
Ak: (todavía aparte) Bueno...
D: (en tono de burla) ¿Qué te paso en la cara, Charotte? ¿Probaste
un maquillaje poco convencional?
Ch: No es momento de decir estupideces... (Al recién
llegado) Akihide, estamos buscando a Selenia. Desapareció del edificio después
de recibir una nota extraña.
Ak: (sorprendido) ¿Se-chan? Después de todo lo que pasó,
¿ella se va? Que falta de consideración.
Ma: Parece que las pandilleros que perseguían a Meggara-san
y Charotte-san la citaron.
D: Entre que ustedes están aquí, si la fuerza que Ushi
presume todo el tiempo es real, seguramente ella debe estar de regreso en el
edificio.
Ch: No te pedimos opinión.
At: (atenta) No, no. Tal vez Daigo-Sama tiene razón.
M: (entusiasmada) Si. Quizás Selenia regresó después de
patearlos otra vez. Volvamos al edificio. Gracias, Daigo-san. (Se van rápido)
Sh: (A los muchachos) En marcha.
D: (en tono de queja) ¿En marcha qué?
Ak: Vamos con ellas para asegurarnos de que Se-chan esté
bien.
Solo Shinpei y Akihide comienzan a caminar, pero se detienen
cuando notan que Daigo no va con ellos. Por esto, lo obligan a acompañarlos.
Alcanzan a las muchachas y las acompañan hasta el edificio, aguantando las
quejas del líder por el frío, la distancia, lo tarde que era, entre otras
cosas, y a cada rato le piden que se calle, o que si va a abrir la boca, mejor
cante algo. Como no se le ocurre otra cosa, comienza a cantar The train's gone:
Train's gone hikaru subway
giri no ashiba de boku wa
Atama de daibu no renshuu wo
Atama de daibu no renshuu wo
kurikaeshiteta
Time
has come
sugoi
supeedo de
Stay away from me.
Mother I'm sorry
Lonely lonely
Lonely lonely
kyou boku wa die
Samishisa ni kure
Samishisa ni kure
kodoku no naka
sakidatsu fukou
wo yurushite
Kekyoku sugiteitta
Kekyoku sugiteitta
boku wa mada ikiteru
Shinu yuuki mo nai kurai dasai
Shinu yuuki mo nai kurai dasai
dasai otoko da
Tsugi ga kite...
Tsugi ga kite...
mata tsugi ga kite mo...
Mother I'm sorry...
A miserable son
lonely lonely korogatte
Tetsu ni tobasare
Tetsu ni tobasare
bara bara ni natte
Sakidatsu fukou wo
Sakidatsu fukou wo
My life is gone
Last train
Last train
semari
kuru sono toki!
I gotta mail from mother.
Today's dinner beefstew
kokoro wa tobi hanete
My mammy waiting for me
My mammy waiting for me
yappari kaerou
Boku wo nosete
Boku wo nosete
The train's gone...
Boku wo nosete
Boku wo nosete
The train's gone...
I can do anything
I can do anything
if I
was desperate
I can do anything
I can do anything
if I
was desperate
I can do anything
I can do anything
if I was desperate
Finalmente llegan al edificio, pero Selenia no había
regresado. Las muchachas vuelven a ser presas de la angustia con más fuerza que
antes, mientras las dominan pensamientos negativos. Akihide y Shinpei, al
verlas en ese estado, intentan animarlas proponiendo una nueva búsqueda. Las
más desesperadas eran Charlotte y Megg, pues temían que algo malo estuviese
pasando con Selenia. Sabían lo impulsiva que podía llegar a ser, pese a su
fuerza de toro, no resultaría posible vencer a cinco tipos peleando sola... ¿Y
si ya la habían vencido? ¿Qué harían con ella? ¿Qué piedad podía esperarse de
unos pandilleros que les habían hecho daño? Estas preguntas, y otras peores que
no mencionaré, llenaban sus mentes. Akihide y Charlotte fueron a buscar cerca
de la universidad, Shinpei y Megg decidieron ir por el hospital más cercano,
Atsuko y Maya, por las comisarías de los alrededores, pues tal vez alguien vio el
pleito y llamo a la policía. Daigo se negó a participar y decidió volver a ZR
para marcharse, no sin antes desearles buena suerte de manera desinteresada.
Tsugumi prefería permanecer en el edificio, por si había alguna novedad o
regresaba Selenia.
Así partieron los grupos, muy concentrados, y Daigo fue por
su lado, pensando que era una tontería perder el tiempo buscando a esa ushi,
que seguramente aparecería pronto, haciendo tonterías como siempre. En un
momento, comenzó a tratar de obligarse a sí mismo a pensar de esa manera, pues
su cabeza también se llenaba de mil ideas negativas y desafortunadas, que
rozaban la preocupación... ¿Realmente podía ser tan grave? ¿En verdad podía
sucederle algo malo a esa lunática cabeza de queso? Él conocía lo crueles que
podían ser las pandillas a la hora de vengarse, llegaban a destruir psicológicamente
a las personas y dejarlas gravemente heridas durante meses... y por muy fuerte
que pareciera Selenia, después de todo era una sola contra cinco... Ahora
miraba hacia atrás a cada rato, preguntándose si era prudente regresar y ayudar
a los demás o mejor recorría la zona en automóvil buscando... Si, quizás sería
lo mejor.
Cuando llegó a ZR, pasó por el garaje, cuyas luces estaban
apagadas, así que buscó su celular para alumbrar el camino, pero, mientras
avanzaba en la penumbra, tropezó con algo que estaba tirado en el piso y cayó
al suelo. Con el móvil en la mano, iluminó ese bulto... que no era precisamente
eso... La ropa le resultó familiar... Como estaba boca abajo, no podía ver de
quien se trataba, pero al mover el cuerpo el en suelo... Era Selenia. La
desaparecida estaba en el garaje... ¿Desde cuándo? Trató de recordar el momento
en el que llegaron. Pero allí ella no estaba. Seguramente, entre que hablaban
con las chicas y llegaban al edificio, los pandilleros la dejaron ahí, sucia,
aparentemente maltratada y casi inconsciente... Y digo esto porque, aun con los
ojos entreabiertos, no reaccionaba.
Daigo no cabía en sí del asombro. ¿Qué podía hacer? No había
suficiente luz, así que decidió ir hasta su automóvil y encender las luces
altas para poder ver mejor. Una vez hecho esto, se concentró en ayudar a la
joven: intentó levantarla, pero era demasiado pesada para él (y, según su
pensamiento, para cualquiera). Por ello se vio en la necesidad de acercar su
vehículo. Tal vez subirla directamente resultaría más conveniente, y aún más
fácil sería librarse de aquel asunto. Solo tuvo que emplear un poco de fuerza
para meter a Selenia en el asiento izquierdo y ya pudo marcharse. Mientras
conducía, por un cambio de luces en el semáforo, frenó bruscamente, por lo cual
el torso de la muchacha se inclinó hacia adelante a punto de golpear su cabeza
si él no la hubiese atajado a tiempo.
Pero, por el movimiento repentino, la capucha del buzo de la extranjera
cedió y exhibió otra de las calamidades que le habían ocurrido: no solo
cortaron su cabello hasta casi dos centímetros de largo, si no que le dejaron
dos cortes cuya sangre era muy visible.
D: (a media voz, con preocupación) ¿Qué le hicieron a esta
chica?
Además de lo que ocurrió con la capucha, por la frenada,
Selenia comenzó a reaccionar. Emitiendo algunos gemidos dolorosos, se tocaba la
cabeza y la cara, guiando sus ojos por lo que estaba alrededor. La imágenes aun
le parecían borrosas y las voces, murmullos inentendibles. Por más que hacía
esfuerzos por moverse, el cuerpo le resultaba pesado y ajeno, y apenas pudo
hablar.
S: (con voz débil y apagada) Da... Daigo-Sam... a.
D: (recordando que en la guantera dejo una botella de agua,
así que se la ofrece a Selenia) Toma esto mientras te llevo al edificio.
Selenia intenta sujetar la botella, pero, inmediatamente él
la suelta, cae de su mano carente de fuerza sin que ella pueda evitarlo. Al ver
esto, Daigo estaciona a un lado, pues se ve obligado a ayudar a la joven,
mientras piensa que sería mejor llevarla a un hospital. Antes, sin embargo,
debería avisar a Shinpei y Akihide sobre su hallazgo, para que todos se
reunieran, además de aplacar la preocupación que apresaba a las dos extranjeras
y a las otras tres muchachas, aunque ni pudo sacar el celular. Otros asuntos
requerían su atención. Selenia le regreso la botella de agua. Ya tenía mejor
semblante, parecía repuesta, hasta que, unos segundos después, se llevó las
manos hasta la boca, luchando por normalizar su respiración. Daigo pensó que
tenía ganas de vomitar, pero no. Ella intentaba evitar que sus violentos
sollozos, productos del llanto que la invadía, escaparan de su control. Al
llorar temblaba, tal vez por la ira y el dolor físico. Todo esto dejo
desconcertado al líder de Breakerz, quien sintió una punzada en el corazón,
algo más que pena, y que él no llegaba a comprender. No sabía lo que había
sucedido con ella en verdad: así que cualquier consuelo resultaba inútil.
D: (tratando de calmarse, frota uno de los brazos de la
joven) Tranquilizate. Ya pasó, sea lo que sea...
S: (entre sollozos) Siento... un horrible dolor en el
pecho... Creo que... perdí.
D: (sorprendido) ¿Qué querés decir con ese creo?
S: Yo... (Se toca la cabeza) No recuerdo que pasó...
D: (agarrando su celular, comienza a escribir los mensajes
para Shinpei y Akihide) Escuchame bien: voy a llevarte hasta el edificio. Allí
intentarás hacer memoria, ¿entendido? (ve que Selenia asiente con dificultad y
pone en marcha el automóvil)
Selenia solo mira a través de la ventana, pues el dolor de
cabeza, que se extiende por su cuerpo, le impide hacer más que eso. Las luces
de la ciudad vuelven a verse borrosas y confusas, de pronto son solo líneas de
colores que se van apagando hasta convertirse en nada... Toda ella, en cada
centímetro, era como un mar de daños que el sopor comenzaba a calmar. Aunque
esas sensaciones estaban presentes, las acompaña un extraño alivio, casi
aplastado por la rabia. Sentía que algo había terminado, y que ya no le
causaría más problemas.
Cuando Daigo estacionó su automóvil frente al edificio se
dio cuenta de que Selenia no estaba consciente, así que tuvo que pedir ayuda a
Shinpei, quien recién llegaba del hospital con Megg. Entre los dos trasladaron
a la joven hasta el interior del lugar donde la recibieron solo rostros
preocupados e intrigados, que pertenecían tanto a sus amigas como al resto de
las muchachas que allí vivían, pero que no podían quitarse las dudas hasta el
día siguiente.
Más que eso no podían hacer, así que los tres muchachos
decidieron marcharse, y antes recibieron los agradecimientos de las chicas.
Charlotte tuvo que tragar su apatía y admitir que gracias al egoísmo de Daigo,
Selenia estaba de regreso, pero, para su sorpresa, él no contestó con frases
sarcásticas o llenas de soberbia, sino que asumió la responsabilidad de avisar
a Obatta que su asistente no podría ir a trabajar por… por problemas físicos.
Luego abandonaron el lugar sin decir más que sayonara.
Nuestras dos protagonistas, junto con sus amigas, curaron
las heridas de Selenia en la cabeza y la cara, y se ocuparon de aligerar su
atuendo para que pudiese dormir cómodamente, todo ello mientras lamentaban lo
ocurrido. Cuando miraban a la joven dormida, se preguntaban que le había pasado.
La pelirroja sentía mucha rabia e impotencia al ver lo que esos infelices le
hicieron en el cabello, antes largo, pues esta lo había dejado crecer para la
graduación en la universidad, incluso eligió un peinado adecuado al vestido que
tenía preparado… El pelo crece, es cierto, pero graduación hay una sola, y la
de Selenia ya nunca más sería la que ella deseaba. Las heridas sanan, las
furias mueren, y los recuerdos… esos se quedan para siempre.
Megg sentía lo mismo que Charlotte, pero hacia otra
dirección: ¿Cuál era la culpa de Selenia para recibir tan brutal castigo? Sólo
defendió a dos personas de algo injusto. ¿Quiénes se creían aquellos
pandilleros? ¿Personas fuera de la justicia o la ley, como para andar golpeando
gente por ahí? Seguramente alguien vio lo que estaba sucediendo con la
muchacha, e hizo la vista a un lado cobardemente. No hubo quien la ayudara, a
diferencia de ella y Charlotte, quienes contaron con Shinpei y Akihide.
Shinpei… El día siguiente era San Valentín… Tal vez sería
bueno agradecerle con un presente amistoso, pero ¿qué podía regalarle? ¿Algo
original, como las galletas con chips de chocolate que “preparó” Charlotte? Era
buena idea, sólo que no se le ocurría nada.
Finalmente decidieron que era muy tarde, así que fueron a
dormir. A Megg y Charlotte les costó conciliar el sueño. Entre dudas y
angustias, se repetían en sus mentes las últimas palabras de Daigo: “Serenia no
recuerda lo que paso. Está confundida y parece no tener fuerza. Será mejor que
la lleven a ver a un médico”. No recordaba… ¿Cuál sería la causa de esa laguna?
Seguramente un fuerte golpe en la cabeza, aunque también podía tratarse de un
shock… ¿Y por qué? Ambas durmieron con la misma pregunta en los pensamientos…
¿Selenia… qué te hicieron?
Al día siguiente, además de despertar tarde y no asistir a
la clase en la universidad, Selenia se levantó gritando el nombre de su
hermano, como acostumbraba hacer en Argentina. Le tomó un par de minutos darse
cuenta de que estaba en Japón. Cuando trataba de pensar en lo que había ocurrido
la noche anterior, fuertes puntadas le producían dolor en la cabeza. Bajó al
comedor casi a las diez, pero todas las muchachas habían terminado el desayuno.
Sin embargo, como la cocinera sabía lo que ocurrió, decidió guardar la comida
para la extranjera y dársela después. Ella agradeció mucho su gesto, pues, como
no había cenado anoche, despertó con un hambre feroz, así que atacó los
platillos sin piedad. Con ellos no quedó satisfecha, así que fue por algún
snake al combini de la cuadra de enfrente, y allí vio lo anuncios de San
Valentín… tuvo la sensación de que ella debía comprar un obsequio para alguien…
¿para quién? En la góndola de sus snakes observó el posible presente: Ramen de
chocolate [2].
Cuando volvió al edificio, Charlotte y Megg habían regresado
de la universidad, por lo que le pasaron varios apuntes en un romaji que no
tenía mucho sentido, y que ella casi tuvo que adivinar y descifrar. Sus amigas
se encargaron de dejarle en claro que no tenía necesidad alguna de ir a
trabajar, a lo que ella preguntó por qué varias veces. Para distraerla, Maya
propuso una visita al médico, ya que era la única que tenía parte de la tarde
libre. Como primer paso, comenzó a hacerle unas preguntas, para saber qué tan
grave era su laguna mental… y no resultó ligera. Selenia no recordaba la fecha
exacta en que llegaron a Japón, tampoco cuántos años tenía, ni lo que ocurrió
el día anterior. En cuanto a la pelea,
lo que había en su mente era confuso: fue a pelear con los pandilleros, eso lo
sabía, sin embargo, lo que sucedió durante el enfrentamiento le resultó un
completo misterio. Solo podía decir una cosa: fue derrotada.
Esta actividad fue interrumpida por el almuerzo, que
consistió en Gyoza, Sekihan [3] y okonomiyaki. Durante la comida, Maya
comentaba a las demás lo que develó con las preguntas, mientras Selenia comía
sin prestar atención. Las muchachas la miraban a cada rato, preocupadas por
ella. Es más, el resto de las chicas del edificio hacían lo mismo, pues les
pareció que ese día la simpática extranjera lucía diferente: no hablaba mucho,
miraba hacia cualquier lado y una buena parte del tiempo tenía los ojos
cerrados, apenas se movía y parecía meditar a toda hora. Era demasiado raro en
ella. Otra cosa que les llamó la atención eran sus eternos lentes de lectura,
¿los había perdido o se rompieron durante la pelea?
Por la siesta, Selenia durmió un buen rato, mientras
Charlotte y Megg se preparaban para salir. La rubia iba a la cafetería, y la
pelirroja, a ver uno trabajos que le recomendaron en la universidad. Antes de
que se fueran, Maya despertó a la extranjera dormida para avisarle que se
preparara para ir al médico. Ella haría lo mismo. Nuestra protagonista asintió,
se cambió de ropas y fue hasta la entrada con sus amigas. Estas se fueron y
Selenia quedó esperando un rato… pero, para cuando la muchacha japonesa quiso
reunirse con ella, la morocha había desaparecido. Terminaré de contarles luego
cómo acaba el asunto, y me trasladaré a las otras dos extranjeras. Primero a
Charlotte.
Nuestra pelirroja protagonista fue a visitar dos posibles
empleos: uno era atención al cliente en una farmacia, específicamente en el
área de maquillaje, y el otro, nuevamente como promotora en un gimnasio. Cuando
ella comentó que en Argentina estudió durante varios años danzas árabes, su
entrevistadora se mostró muy interesada. Si conseguían suficientes alumnas, tal
vez ella podría clases y no tener que repartir volantes. Por este motivo,
Charlotte aceptó con mucho gusto. No le importaba comenzar repartiendo
promociones mientras esa situación pudiese cambiar muy pronto. O, al menos, así
lo esperaba.
Cuando abandonó el gimnasio, y, como le quedaba cerca, pasó
por ZR, pero le comunicaron que el día de San Valentín ni un solo miembro de la
banda estaría allí, sino en un lugar público para recibir los regalos y
tarjetas de sus fans. La recepcionista le indicó que el sitio elegido era, ni
más ni menos, la cafetería favorita de Shinpei, Ao Ringo, lo que hizo que
nuestra protagonista sospechara (muy acertadamente) que el guitarrista de lentes
escogió ese lugar para recibir un regalo de Megg.
Agradeció a la recepcionista, de quien recibió una “grata”
noticia, pues la mujer le pregunto el motivo del nuevo estilo en el cabello de
Selenia… lo que significaba, sin lugar a dudas, que su amiga había pasado por
allí. Charlotte, totalmente intrigada, dio gracias a la mujer nuevamente y se
retiró con calma. Una vez fuera de la productora, tomó su celular y marcó a
Maya, quien su llamada contestó casi enseguida.
Ma: Moshi moshi.
Ch: Maya, Charlotte desu.
Ma: Charotte-san, Gomennasai.
Ch: (entendiendo lo que dijo Maya) ¿Qué pasó con Selenia?
Ma: (apenada) Es que… desapareció de un momento a otro.
Cuando quise reunirme con ella me dijeron que se fue.
Ch: Yo recién salgo de la productora. Me contaron que pasó
por acá pero se fue. Es cuestión de esperarla por allá.
M: Eh… (Con timidez) Yo no estoy en el edificio, sino de
cita por San Valentín. Gomennasai.
Ch: (apenada) Ah… No te disculpes. No te quito más tiempo.
Que lo pasen bien. Sayonara.
Después de escuchar las últimas palabras de Maya, Charlotte
terminó la conversación, preguntándose a dónde había ido Selenia. Trató de
localizarla por el teléfono celular, pero no tuvo respuesta. Como última
opción, decidió llamar a Atsuko en vano, pues ella no se encontraba en el
edificio, sino en la cafetería, ya que imtercambió su turno con una compañera
que armó planes para ese día. Con disimulado interés, preguntó si Breakerz
estaba allí, y obtuvo una respuesta positiva aunque, hasta ese momento, los
únicos miembros presentes eran Akihide y Shinpei. También le advirtió que fuese
aprisa si quería ver cantar a Meggara. La pelirroja no dudó ni un segundo y fue
hacia allá lo más rápido posible.
Cuando llegó a la cafetería, vio a los dos guitarristas de
la banda rodeados de un grupo de chicas que, inmediatamente entregaban sus
obsequios y escuchaban un agradecimiento de los muchachos, ya corrían hacia la
salida, coloradas hasta las orejas (algunas, llorando). Mientras veía como se
desarrollaba esto, Charlotte avanzaba hasta ellos, asombrándose por poder ver
un Akihide diferente: permanecía serio, pero contento y simpático al mismo
tiempo, lanzando algunas carcajadas para desinhibir a las fans tímidas. Algo de
esa parte suya le parecía atractiva, tal vez todo o nada. No lo sabía
exactamente. ¿Cuál de todos los que había visto era el verdadero Akihide?
¿Faltaba alguno más por conocer? ¿Era eso lo que le resultaba atractivo, lo que
no conocía de él y lo mucho que le intrigaba saberlo?
Finalmente decidió acercarse y entregar su obsequio de
agradecimiento al guitarrista de cabellos largo, quien, por primera vez, no se
sorprendió al verla, sino que estaba esperando a que ella llegara… ¿Atsuko se
lo dijo?
Ch: (frente a ellos, inclina educadamente la cabeza)
Konnichiwa.
Ambos: Konnichiwa.
Akihide, repentinamente, abandonó su asiento y avanzó hacia ella, lo que
la tomó por sorpresa. Luego y con rapidez, apoyó algo sobre su rojo cabello.
Charlotte elevó una mano sin perder el tiempo hacia su cabeza para tocar
aquella cosa… y sintió una textura aterciopelada… ¿Era un sombrero? Se lo quitó
de encima y comenzó a mirarlo, ya que era muy similar al que había perdido el
viernes por culpa del viento. ¿Él se tomó la molestia de comprarle uno?
Ak: (con una simpática sonrisa) Ah, te queda bien. Qué bueno. Fue
difícil escoger un sombrero para mujer en esa tienda. Hay tantos modelos.
Ch: (aun impresionada) Akihide… ¿por qué lo hiciste?
Ak: Es que… Perdiste el tuyo porque demoramos mucho, y el otro quedó en
el centro recreativo. En esta época no podes andar por ahí sin uno. No queremos
que te resfríes.
Ch: (Toca el sombrero y lo acomoda sobre su cabeza) Es muy dulce que
hagas esto por mí. Arigatoo.
Ak: (Sonrojado) Solo hice lo que cualquiera hubiese hecho.
Sh: (entrometiéndose) Yo no lo hubiese hecho.
Ak: (lo mira, molesto) ¿Y si se trataba de la mesera?
Sh: (pensativo) Si… Pero no es lo mismo, porque yo tengo interés en
ella.
Ak: Entonces si es lo mism… (Se detiene, pues siente la mirada fija de
Charlotte puesta sobre él, llena de avasallador entusiasmo. Decide contenerse y
tomar asiento) Dejémoslo ahí.
Ch: (no contenta con el resultado, opta por hacer de las suyas: le
entrega un paquete, que contenía su regalo) Feliz San Valentín.
Ak: (agarra el paquete y lee la tarjeta adjunta) Oh, tenés una buena
caligrafía, Charotte-san.
Ch: Gracias. Espero que te guste.
Akihide abre el paquete con ansias, pero antes de contarles la sorpresa
que se llevó al ver esas deliciosas galletas caseras, pasemos a otra parte.
Vamos con las desaparecida Selenia, quien fue a ZR, llevando la compra que hizo
en el combini, el ramen de chocolate. Como allí no la esperaban, la
recepcionista le informo que Obatta no había ido a trabajar, así que ella no
tendría trabajo por hacer. Justo cuando planeó marcharse apareció Daigo. Al
verla en la productora, comenzó a increparla con preguntas que ella no tenía
ánimos de responder. Intentando huir de él, llegó hasta la entrada del
edificio… y, sin saber porque, se sintió perdida. No reconocía ningún sitio
cercano, cómo si hubiese olvidado que querían decir esos kanjis que saltaban de
sus lugares y andaban por allí, acercándosele y girando a su alrededor con
voces chillonas, luego se convirtieron en colores que formaban círculos, iban
del azul al verde, al violeta, rosa, anaranjado… pero eso no era normal. Algo
no estaba bien, los kanjis no podían hacer eso. En un momento sintió que caería
de cabeza contra el suelo, y esta sensación la llenó de pánico. Parecía… ¿un
recuerdo?
S: (gritando) ¡Oigan, perros!
Esa voz le resulto familiar, así que volteó a ver para todos lados. ¿Era
ella quien gritaba? ¿Desde dónde? ¿Dentro de su cabeza? Más palabras acudían a
su mente, insultos, sarcasmo, ironías y amenazas. “El problema fue con Orochi.
Yo peleaba contra él. El resto de los muchachos cuidaba que nadie se metiera,
por eso fueron un poco bruscos con Oiwa.” Esto murmuraba otra voz, la de un
hombre... Pero, ¿de quién? “No fue algo injusto. No eran cinco contra dos, sino
uno contra uno. Si soy más fuerte que él, no es injusto. ¿Realmente tenías que
meterte? Orochi lo merecía, ¡él me la quitó!”
Selenia despertó de su transe cuando sintió una pinza pellizcando una de
sus mejillas, pero se trataba de los dedos de Daigo, quien solo probó eso para
hacerla reaccionar.
D: (en tono sentencioso) Vos no estás bien. Sera mejor que vayas a ver a
un médico. (Agarrándola por un brazo) Vení.
S: (en actitud rebelde) No quiero. No tengo que... (Recuerda) ¡Maya!
Tenía que irme con ella a ver a un doctor.
D: ¿Ves? (Nuevamente le sujeta un brazo) No voy a permitir que Obatta me
culpe por quedarse sin asistente otra vez.
Selenia esta vez no opuso resistencia. Daigo llegaba a desconcertarla a
tal punto que no sabía qué hacer o qué pensar. ¿Qué era él? ¿Un ángel bueno, o
un demonio soberbio? Como había sido amable al principio, ella no pudo evitar
enamorarse, pero luego, cuando vio su otra cara, comenzó a arrancarse ese
sentimiento... ¿Por qué si estaba a punto de enterrar ese amor, Daigo le daba
motivos para quererlo? "Maldito", concluyó.
La visita al médico no duró demasiado. Como Selenia no recordaba lo que
había sucedido, pues todavía tenía lagunas mentales, y en algunos momentos
parecía perderse en sus pensamientos (?!), el clínico comenzó a preguntarle que
partes del cuerpo le dolían o molestaban, y cuando ella mencionó que tenía
jaquecas, pidió que le hagan unos estudios rápidamente en la cabeza.
S: (en tono de queja, mientras esperaban los resultados) Yo no tengo
dinero para pagar todo esto...
D: (severamente) Tal vez en tu país tercermundista esto sea desconocido,
pero en Japón existe algo llamado seguro médico.
S: (sorprendida) ¿Tengo seguro médico?
D: Todo empleado de cualquier empresa buena lo tiene. Con el seguro
también podes obtener nuevos lentes.
Entre la ansiedad por la espera, Daigo pateó una bolsa que Selenia dejó
a un lado, y el contenido de esta salió despedido... el paquete de ramen de
chocolate. Ella se apresuró a ir por él, pero cuando levantó la cabeza
repentinamente después de recoger las cosas... Ya nada veía. Todo a su
alrededor se volvió negro y perdió absoluto contacto con la realidad. Ni
siquiera sintió el duro piso cuando cayó en sincope. Aunque no escuchaba, podía
decirse que muchas voces gritaban en su mente.
Selenia: (gritando) Resolvámoslo así: (apunta a alguien parado frente a
ella, aparentemente un hombre) vos y yo. Si gano, vas a ir a pedir perdón de
rodillas a mis amigas.
Jefe: Me parece bien. Pero si yo gano, vos vas a tener que suplicarnos
de rodillas.
S: (se trona astuta y furiosa) Bien lo decís, si ganás.
Jefe: ¿De a cómo vamos?
S: Puño limpio. Y no me tengas consideración por ser mujer, que no la
necesito.
Jefe: Me parece bien.
Sin mucha preparación, el pandillero lanza un puñetazo contra la joven,
pero no la lastima. Verán, Selenia tiene una mente matemática y, a veces,
lógica, por lo que, a la hora de calcular, trabaja a milla [4] por segundo. Así
es que apenas sintió que él se movía, se agacho para esquivarlo y, casi como si
bailara break dance, consiguió derribarlo e incorporarse rápidamente, en pose
desafiante.
El pandillero también se incorporó de un salto, aparentemente adolorido,
y volvió arremeter contra Selenia, quien lo golpeó con un puñetazo en la cara,
con el otro en el pecho, y con una certera patada lo arrojó al suelo
nuevamente, y él otra vez se levantó con rapidez. Nuestra protagonista, antes
nerviosa, ahora se sentía confiada, pensando que pronto lo tendría de rodillas
frente a sus amigas, pidiendo disculpas. Era mejor derrotarlo pronto, para
terminar con esa pesadilla... Pero no caía... No importaba cuantos golpes
recibía, él siempre se ponía de pie. A ella apenas unos golpes le habían tocado,
nada que le impidiera moverse, aunque el cansancio comenzaba a pesarle. Estaba
siendo hora de terminar, jugando su última carta.
S: (enfadada, jadeando levemente) ¡Baka! Si no querés pelear, te llevo
ahora mismo a disculparte con mis amigas, ¡pero no me hagas perder el tiempo!
Jefe: (jadeando, extrae un pañuelo del bolsillo) Tenés razón. (Se limpia
la sangre de la cara) Estoy un poco distraído. Voy a tomar esto más enserio.
(Hace una seña) Vení.
Selenia no pierde el tiempo y corre hacia el pandillero, calculando la
fuerza de su último golpe: el cuello o el diafragma, todo valía para asegurar
la tranquilidad de sus amigas. Él también avanzó para atacarla, todo esto en un
segundo... segundo en el que ella, ciertamente cansada, fue más lenta... Él,
sujetándola por un hombro y por la cintura, la levantó con rapidez, murmurando
“Ya terminó, bonita”. Se elevó en un salto, asegurando su peso en la caída,
provocando que nuestra protagonista se estrelle de cabeza contra el piso...
Desde ese momento ella supo que había sido derrotada, en su
semiinconsciencia. Lo que ocurrió a continuación fue muy confuso. El dolor por
el choque le impedía moverse, los nervios de su cuerpo estaban aturdidos.
Además, siendo ya el colmo, en el suelo sintió que la golpeaban nuevamente en
el abdomen, la cara y la mano derecha, tal vez porque intentaba levantarse.
Luego recuerda vagamente que la levantaron un poco hasta que quedó en
cuclillas, y el resto es muy confuso, por las murmuraciones que se enmarañaban
en su memoria. Sintió dos putadas más en la cabeza, un líquido caliente y creyó
ver que caían mechones de cabello [5]… y no recordaba más.
Selenia despertó en la realidad
después de recordar vagamente lo que ocurrió. Daigo se sintió aliviado por
esto, pero no dejó de lado sus regaños y burlas molestas, a los que ella no
prestó atención. Prefería retener en su mente aquella leve expresión afligida,
mientras pensaba: “Decí todo lo que quieras, yo sé perfectamente lo bueno que
sos, Daigo-Sama… Maldito, juro no volver a enamorarme de vos. Lo juro.”
Cuando el médico regresó con los resultados pudo explicarles lo que
había sucedido, combinado con lo recuerdo se Selenia: al caer ella de cabeza,
los vasos sanguíneos se cerraron para evitar que suba demasiado la presión y
vaya mucha sangre al cerebro, y tal vez forme un coagulo, antesala del ACV [6].
Pero, por eso, la masa encefálica no recibe oxígeno. Si una situación así se
prolonga, puede causar coma o muerte cerebral, dependiendo de la magnitud del
golpe. En el caso de Selenia, que es hipotensa [7], al cerrarse las venas e
impedir el flujo de sangre, la presión disminuyó rápidamente, produciendo
desvanecimiento. Para restablecerse necesitaba agua o glucosa. La envió a
reposar dos días y le recomendó no levantar la cabeza de golpe, para no sufrir
un nuevo desvanecimiento.
S: (mientras abandonaban el sanatorio. Con tristeza) ¿Qué será de
Oba-sensee sin mí por dos días?
D: (sarcásticamente) Todos seremos felices en ZR si vos no estas.
S: (ignorando lo que dijo) ¿Quién va a ponerte en tu lugar si yo no
estoy? Oh, van a extrañarme mucho.
D: No te describas con cualidades
que no tenés. (Extiende hacia ella la bolsa que antes había pateado) ¡Y tomá
esto! Por bruta casi lo dejás olvidado.
S: (la agarra, entre risas) ¡Uh! Menos mal que servís para algo. Pero no
recuerdo para quién lo compré.
D: (irónicamente) Siento lástima por el pobre desafortunado que vaya a
recibir tu espantoso obsequio.
S: (lo mira con una mezcla de pena y rabia, y le entrega nuevamente la
bolsa) Tomalo, es para vos.
D: No, ni loco.
S: (insiste, mientras le clava una mirada aguda) Es de mala educación
rechazar un obsequio. Te advierto que puedo ponerme a llorar y armar un
escándalo, que para eso soy de lo mejor.
D: (acepta la bolsa de “mala” gana) Está bien. Pero esto no significa
que acepto tus sentimientos.
S: Es un regalo de agradecimiento, sin algo especial, menos cariño.
D: (sarcásticamente) Si, claro. Eso es tan cierto como el hecho de que
no tengas una imagen de Breakerz como fondo de pantalla en tu móvil (acertó),
que no uses nuestros temas como tono de llamada o mensaje (otra vez estaba en
lo cierto) y que no aprovechás para mirarme cuando estoy distraído (era verdad).
S: (cansada, casi gritando) ¡Daigo-Sama!
D: (alterado) ¿Qué?
S: (muy seria)
¡Te odio! (da media vuelta) Y ahora, con permiso. Voy a ver cantar a mi amiga
(se va).
D: (agarrando
su celular) Al diablo con esa loca.
Decide llamar
a Akihide o Shinpei para preguntarles en dónde se reunirán, y al saber que es
en Ao Ringo, lamenta tener que volver a encontrarse con Selenia. Además, en el
fondo escuchó la voz de Charlotte, así que también tendría que soportarla. Y,
lo peor de todo, es que vería como su estúpido amigo se babeaba por la mesera
rubia… Esas extranjeras se habían vuelto las piedras en sus zapatos. Pero no
tenía otra opción, así que terminó yendo a la cafetería. En ella estaba la
dorada protagonista, quien tuvo un día muy tranquilo. Esperó con leve ansiedad
a que llegara Shinpei, pues ya había pensado en su regalo de san Valentín.
Seguramente él recibiría muchos obsequios de parte de sus fans, bombones,
chocolates y pasteles (tal vez), así que Megg quiso hacer algo distinto, y con
esmero, en la cocina, se decidió a preparar una deliciosa chocolatada con un
toque de canela y crema batida. Este, claro, era un presente de agradecimiento
por todo lo que él hizo por ella al rescatarla, curar su herida, llevarla hasta
el edificio, obsequiarle la pomada cicatrizante y ayudarla en una situación
como la de anoche.
Sus compañeras
de trabajo le comentaban sobre lo deliciosa que se veía su preparación, y la
alentaban diciendo que seguramente el destinatario de la misma no rechazaría
sus sentimientos luego de probarla. Megg, roja como tomate, negó que esto fuese
cierto, de manera atropellada y haciendo aspavientos.
Finalmente
apareció Shinpei, acompañado por Akihide.
M: (con una
amable sonrisa) Okaeri nasai, Shinpei to Aki-san.
Sh: (contento)
Meggara, ¿cómo has estado?
Ak: (con una
breve reverencia) Arigatoo gozaimasu.
M: ¿Mesa para
dos?
Sh: No. Tiene
que ser para tres, porque Daigo llegará en cualquier momento.
Megg los lleva
hasta una mesa cerca de la ventana, con tres asientos, y les deja una carta
antes de marcharse. Al rato, regresa con su regalo y lo coloca sobre la mesa,
frente a Shinpei.
Sh: (mira la
taza y luego a ella) Meggara… Yo no suelo pedir esto.
M: (en voz
baja, pero claramente) Feliz día de San Valentín. Preparé esto para expresarte
mi gratitud. Espero que te guste. (Como
ve que él no bebe ni un sorbo y solo mira la taza) Probalo.
Sh: (con una
sonrisa de feliz cumpleaños) No.
M: (extrañada)
¿Por qué no?
Sh: Es que…
siento que sería un desperdicio beber algo tan hermoso, hecho con tus preciosas
manos…Oh, ¿qué hare?
Ak: (piensa)
“Es un verdadero desperdicio que la deje así…”
Sh: (saca el
celular y fotografía la taza) Meggara, podes repetir el momento en el que
servís la taza, así lo capturo.
M:
(amablemente) Claro.
Ak: (luego de
que Shinpei captura unas fotografías más. Con hartazgo, habla a su amigo) Como
ella preparó ese hotto chokoreito con sus manos, si lo tomas, estarías entrando
en contacto con ellas desde tu interior, ¿no?
Sh: (mira
atentamente a Akihide, con un brillo en sus lentes) Ok. Ya entendí. (Bebe un
trago y lo saborea) Delicioso. Sabe cómo el paraíso.
M: (entre
risas) No exageres. Pero gracias. Espero que la disfrutes. Pasare en unos
minutos para tomarles la orden.
Sh: Meggara,
¿Preparaste alguna canción para San Valentín?
M: Si. En
breve van a oírla. (Hace una breve reverencia y se retira)
Antes de que
llegara su turno para cantar, es decir, luego de tomar la orden de nuestros
protagonistas y servirla, vio llegar a Charlotte, quien recibió un sombrero
sobre la cabeza y entregó su obsequio de San Valentín a Akihide. Este lo aceptó
con una simpática sonrisa. Megg sentía regocijo al verlos juntos, pues le
resultaba gustoso que alguien se preocupaba tanto, desinteresadamente, por la
pelirroja.
At: (llamando
su atención) Es tu turno. Luego seguiré yo.
Megg asistió y
observó todo el lugar mientras se dirigía al escenario: vio llegar a Selenia,
quien la saludó con una mano, y unos segundos después, a Daigo, y este en un
segundo se vio rodeado de fans... un momento... ¿Qué hacía Selenia allí? ¿Y el
médico? No, ya había pasado un buen rato, seguramente al terminar la consulta
decidió pasar por el café. También vio a Maya, sentada en la misma mesa que un
muchacho bastante guapo, seguramente el tal KyunHo y a Tsugumi al lado,
acompañada por... un joven cuyo atractivo rostro le resultó conocido... ¿Kendi
Orochi? ¿Él era el novio de Tsugumi? Recordó brevemente que, el día de
incidente, esta chica estuvo a punto de contar un secreto... justo ese día...
¿Casualidad?
M: (agarrando
el micrófono) Konnichiwa. Quiero felicitarlos por el día de San Valentín, y por
este motivo tan especial, les dedico una canción llamada eternal flame. (Cuando
la pista inicia, Megg comienza a cantar)
Close your eyes
give me your hand, darlin
do you feel my heart
beating
do you understand
do you feel the same
am i only dreaming
is this burning an eternal
flame.
I believe
it’s meant to be, darlin
i watch you when you are
sleeping
you belong with me
do you feel the same
am i only dreaming
or is this burning
(burning) an eternal flame.
Say my name
sun shines through the rain
a whole life so lonely
and then you come and ease the pain
i don’t want to lose this feeling, oh.
Say my name
sun shines through the rain
a whole life so lonely
and then you come and ease the pain
i don’t want to lose this feeling, oh.
Close your eyes
give me your hand
do you feel my heart beating
do you understand
do you feel the same
am i only dreaming
or is this burning an
eternal flame.
Close your eyes
give me your hand, darlin
do you feel my heart
beating
do you understand
do you feel the same
am i only dreaming
is this burning an eternal
flame.
Close your eyes
give me your hand, darlin
do you feel my heart
beating
do you understand
do you feel the same
am i only dreaming
aaaaahh, an eternal flame.
Close your eyes
give me your hand, darlin
do you feel my heart
beating
do you understand
do you feel the same
am i only dreaming
is this burning an eternal
flame.
Mientras ella
cantaba, alcanzó unos tonos armónicos y dulces, que empatizaron con el resto.
En la cafetería se expandió un ambiente relajado y ciertamente afectuoso... Tal
vez los enamorados presentes se miraban, y se tomaban de las manos, contagiados
por la canción serenamente interpretada por nuestra rubia protagonista.
Cuando esta
terminó, recibió aplausos y felicitaciones por parte de sus espectadores. Como
el ambiente estaba muy tranquilo y todas las mesas servidas, decidió pasar a
conversar un momento con sus amigas, sentadas en la misma mesa... pero no vio a
Charlotte, y Selenia miraba hacia cualquier lado de forma sospechosa. ¿Dónde
estaba la pelirroja? ¿Qué estaba pasado?
M: (a Selenia,
ya cerca de la mesa) ¿Dónde está Charlotte?
S:
(distraída... aparentemente) No sé.
Ch:(asoma
discretamente la cabeza. Habla en voz baja y clara) ¡Megg! (Es captada con la
vista por la rubia protagonista, quien trata de acercarse. Resultó que esta
estaba escondida detras de Akihide) No te acerqués mucho.
Ak: (a
Charlotte) Charotte-san, ¿ya se fueron los tipos a los que no querías ver?
Ch: Si, sí.
(Intenta levantarse y salir de su escondite, pero casi al instante vuelve a
ocultarse) Maldita sea... Entró en la cafetería.
Megg dirige la
mirada hacia la puerta de entrada, y observa a los tres jóvenes que ingresaban
al local. No eran japoneses, eso se notaba a simple vista. Tal vez... ¿Eran
latinoamericanos? Uno era alto, más de un metro ochenta, tenía una barba que
apenas le oscurecía el mentón, cabello negro crespo y ojos color miel; el que
lo seguía era un poco más bajo, de tez un poco bronceada, sin barba, ojos grandes y
levemente azulados, cabello castaño (un poco rubión) y una simpática sonrisa de piano, y el
último, de la misma estatura el segundo, parecía estar refunfuñando,
entrecerraba los ojos de manera arisca, pero que no restaba belleza a su
rostro. De los tres, la rubia admitió que el chico visiblemente molesto era el
más carilindo, pese a su falta de carisma.
Pensó que tal
vez debería acercarse a ellos, para ver que estaba pasando, pero cuando dio el
primer paso, Atsuko, también desocupada, ya había llegado hasta los tres
muchachos.
At: (de manera
amable) Okaeri nasai. ¿Mesa para tres?
Diego: (el
muchacho más alto. Habla en japonés) Una amiga se reunirá con nosotros
enseguida, así que tendrá que ser para cuatro.
Hernán: (el
muchacho sonriente) Pero si querés acompañarnos, sería para cinco.
At:
(sorprendida) ¿Eh?
Di: (a su
amigo, en español) ¿Eres estúpido? No debes hablar así con cualquier persona.
(A Atsuko. En japonés) Me disculpo por él.
A Atsuko le
resultó familiar el idioma que uso ese muchacho para retar al otro... ¿Era
español? Mientras tanto, el tercer joven se les escabulle y se acerca
rápidamente hasta la mesa en la que están sentados los miembros de la banda.
Joven: (casi a
los gritos. En español) Charly, ya te vi. No seas infantil.
S:
(incorporándose de un salto) Joni, Joni, Joni... Mira dónde te vengo a
encontrar.
Joni: (la mira
y se asusta) ¡Ah! Demonio, ¿qué haces acá?
S: Bebo un
rico expreso.
Jo: (levemente
intimidado) Yo solo quiero saber porque ella se esconde (observa bien a
Selenia) Pero vos... estás herida... ¿Hasta acá viniste a causar problemas?
S: Cuidado con
lo que decís, hermano. No tratés de cabrearme, porque ya sabés cómo me pongo…
Se acercan los
otros dos muchachos, acompañados por Atsuko, quien estaba levemente ruborizada
a causa de los comentarios impertinentes de Hernán.
Di: (a Johni)
¿Está es la ex novia a la que viste?
He: (al mismo,
en japonés) Nos dieron la mesa de al lado, ¿verdad, bombón?
At: Si… Pero
no me hablés de esa forma.
Ch: (sale de
su escondite) ¡Ya! Jonathan, ¿cómo te atrevés a decir que soy tu ex, si entre
nosotros nunca hubo algo semejante?
Jo: Pero,
Charly, si salimos varias veces…
Ch: (molesta)
Salir no es ser novios, que te quede claro. Y no puedo creer que hasta acá
venís para atormentarme.
Ak: (mareado.
A sus amigos) Exceso de español…
D: Se armó el
culebrón, parece.
Sh: Que
interesante, ojala pudiera entender lo que dicen. (A Selenia) Se-chan, ¿qué
pasa?
Jo: No te
persigo, Charly. Es todo una coincidencia.
Ch: Es
demasiada coincidencia, ¿sabés?
S:
(acercándose a la mesa de la banda. Habla en japonés) Este perdedor es un tipo
que perseguía a Charlotte, pero ella no le hacía caso.
Jo: (a
Selenia, en japonés) Tengu [8], te estoy escuchando.
S: (a Joni)
Tengu… tengu… Tengu las bolas llenas.
Ak:
(incorporándose repentinamente) Creo que es hora de irnos. No me gustan los
escándalos. (A la rubia mesera) Meggara-san, por favor traenos la cuenta. (Ella
se retira después de asentir)
D: ¿Por qué
tenemos que irnos nosotros si ellos son los que armaron todo este teatro?
Sh: Y está muy
interesante…
Ak: Por una
vez en la vida, denme gusto y vámonos de aquí.
Ch: (a Joni)
Otro día hablaremos de esto. (A Selenia) Será mejor que nosotras también nos
vayamos.
S: Si, no se
puede comer en paz con tanto ruido.
Mientras estos
pagaban la cuenta, los tres recién llegados se sentaron casi sin prestarles
atención, a excepción de Jonathan, quien vio a Charlotte, la chica que tanto le
gustaba, ir tras ese petiso pelilargo, al parecer intentando convencerlo de que
ella y él no habían tenido que ver… ¿Por qué lo hacía? ¿Le importaba la opinión
de ese individuo…? No, ¿Le importaba la opinión de alguien? ¿Desde cuándo? Tal
vez, Diego y Hernán no podían comprenderlo, pero Jonathan estaba demasiado
interesado en la pelirroja como para observar de brazos cruzados que ella se
iba con otro. Además, él no comprendía las actitudes de la joven: su rechazo no
era coqueteo, simplemente era rechazo.
Ch: Akihide…
(Avanza hasta ir a su lado) Ese tipo no tiene que ver conmigo.
Ak: No es
necesario que me des explicaciones.
Voz tras
ellos: (una voz de mujer) ¿Akihide?
El guitarrista
da media vuelta, y encuentra a una mujer morena, de estatura mediana y
agradable aspecto, con grandes ojos negros y labios carnosos. Ella se le acerca
y no solo le sonríe alegremente, sino que además junta su boca con la de él al
besarlo con rapidez. Nuestro protagonista retrocede un paso sin poder evitar lo
que ya sucedió.
Mujer: Akihide,
ha pasado mucho tiempo.
Ak:
(sorprendido, le cuesta articular las palabras) Xi… Ximena…
Ximena: Oh,
cariño, ¿cómo has estado?
Aclaraciones:
1.
Alzado se refiere
al celo en los animales (el celo es el periodo fértil en el que estos se
reproducen).
2.
Créanlo o no, esto
existe. Y, a menos que el fideo sea dulce, debe tener un sabor feo…
3.
Gyoza es una comida
que consiste en raviolis chinos, rellenos normalmente de cerdo y verduras.
Sekihan es arroz rojo con judías Azuki.
4.
Una milla equivale
a 1,6 km.
5.
Esperen al Free
talk 3. (^_^)
6.
Accidente
cerebrovascular, también conocido como infarto cerebral.
7.
Hipotensión es una
enfermedad crónica que produce baja presión sanguínea.
8.
Tengu es un demonio
del folklore japonés.
El que quiera clips, o fotos de los nuevos personajes, o del cambio de look, avise. Ahora no quise hacer spoiller.
ResponderBorrarEternal flame!!! :D Me encanta ese tema...y me dio gracia que lo pongas porque justo lo escuche en una serie y tambien lo cantaba una rubia, asique me pude imaginar con mas razon a Megg cantarlo. Y bueno, ya aparecieron los argentinos...nada mal eh...We pobre Charlotte, no entiende nada a lo ultimo.
ResponderBorrarCharlotte puede superar casi cualquier cosa. Y Nadie entiende que pasó, pero eso se vera en el próximo episodio. Este terminó con todo el suspenso... jejeh XD
BorrarEternal flame formaba parte de la banda sonora de Love Suffle, por eso lo agregue ^_^
Que buen capítulo, me encantó!
ResponderBorrarPobre Selenia, que bueno que Daigo se preocupó por ella y la encontró.
Me encanta shimpei y su yo no lo hubiera echo Jajaja
Aki es un ninja!! Jaja
El final :O será una ex de akihide? Pobre charlotte ... Me acuerdo una entrevista que akihide contó que una novia le revolio una copa jaja pobre espero no sea ella :P
No conozco esa entrevista, asi que te aseguro que Ximena no es la misma. Sera la ex?? Mnn.
BorrarShinpei siempre esta mandando al frente a cualquiera, es su estilo, jajah.
Y Daigo se hace el duro, pero en el fondo es bien tipo, en el fondo.
Gracias por leer el capitulo! Y que bueno que te haya gustado. Pronto subire ese free talk 3. Espero seguir contando con tu apoyo ^_^
Creo que la entrevista donde lo leí era por el single gekijou/heaven había encontrado una traduccion al inglés.
BorrarJaja está bien que lo mande al frente shimpei de vez en cuando que le sirva de empujoncito :P
A esperar el free talk entonces ^^
Oh, gracias por el dato. Me voy a fijar en esa entrevista.
BorrarY Shinpei no solo mandará al frente a Akihide, sino a todo el que pueda (el personaje es bastante chusma).
Pronto subire el Free talk, es cuestion de uno o dos días ^_^
jajaja naaah te puedo creer la indecision de shinpei para tomar la bebida en el café. eso se llama shinpei traspasando la fina linea entre romanticon y boludazo xDD jaja . Menos mal q Akihide pudo convencerlo sino Megg se iva a sentir re rechazada D:. Ya me gusta el personaje de Megg!
ResponderBorrarLo de Selenia fue muy triste we y no se porq pero me dieron ganas de golpear a Ximena xD mmmmmmmmmmm
Y eso que todavía no viste todo de Megg... Falta más!! Este personaje puede sorprenderte!!!
BorrarTrataré de subir el próximo episodio en unas horas. No te lo pierdas!!!
Oh... se que habia dicho que seria demasiado que selenia gane pero lo que le paso ya fue espantoso pobre de ella... menos mal que daigo la encontro. Que ecena, casi lloro. Creo que ellos son mi perja favorita
ResponderBorrarEl final del capitulo... que impresionante!
Gracias por seguir la historia!! Habrá mas de esta pareja, que creo que es una de las mas complicadas, aunque todas tienen su vuelta de tuerca.
BorrarEspero seguir contando con tu apoyo!!
ajjajaj Aki-ninja! :P
ResponderBorrareso de Daigo de cantar por las calles frias en la noche es de loco jaaj o de asustado...
Ari
"frenó bruscamente, por lo cual el torso de la muchacha se inclinó hacia adelante a punto de golpear su cabeza si él no la hubiese atajado a tiempo."
ResponderBorrarno se porque pero esta parte me causo bastante gracia jaja. Ponele el cinturooon bobooo!! Ari
la verdad que Daigo al principio me decepciono, pero luego cambio su imagen. la verdad que la impresión que se llevo Daigo va a ser difícil de borrar.
ResponderBorrarAri
Uuuuh! Que golpazo recibió Selenia. Muy buena descripción de la pelea pude imaginármela tal cual hubiese pasado si hubiese sido una serie.. :P
ResponderBorrarAri
"D: (sarcásticamente) Si, claro. Eso es tan cierto como el hecho de que no tengas una imagen de Breakerz como fondo de pantalla en tu móvil (acertó), que no uses nuestros temas como tono de llamada o mensaje (otra vez estaba en lo cierto) y que no aprovechás para mirarme cuando estoy distraído (era verdad)."
ResponderBorrarjajaja chan chaaan. Que comes que adivinas Daigo? Ari
"Sh: Es que… siento que sería un desperdicio beber algo tan hermoso, hecho con tus preciosas manos…Oh, ¿qué hare?"
ResponderBorrarPorque no lo congelas boboo! ese Shinpei!!
Ari
Quien será esa tal Ximena? Obviamente no es japonesa.
ResponderBorrarNo salimos de una y ya nos metemos en otra.
Ari
Excelente capitulo sister!! Sigue así Faito!!
Gracias sis!!! Seguí la historia que cada vez pasaran cosas más interesantes!!! Más acción, más humor y mucho más romance!!!
BorrarMa: (piensa) Los ninjas siempre andan en sectas secretas.
ResponderBorrarAt: Yo me asustaría si veo un ninja.
Ch: Que no es un ninja...
S: (golpea la mesa y las chicas se callan)
AJAJAJJAAJ SOO ANIME!!! me encanto esta escena y me re choco el estado en el q termino Selenia...si...eran tipos rudos y todo eso pero...no se. No me esperaba q perdiera. Creo q Selenia deberia ver Gokusen! jajajaaj
Creo que yo deberia ver ese dorama, mucho escuche sobre él, jep.
BorrarDesde la aparicion de los pandilleros, y la posibilidad de que reaparezcan, ya estaba planeado que Selenia pierda y reciba la humillacion que se aplica a los varones. Oh, se que aprecias mucho a Sechan, como tantos lectores, XD. Pero todavia falta la revancha. No te preocupes.
Gracias por seguir la historia!
Besos
Ahh! A Akihide casi se le escapo que esta interesado por Charlotte!! je, je (no se porque me handa pareciendo tierna la parejita ^^) estuvo genial la descripción que diste de cuando Selenia se puso los guantes para enfrentarse (bastante dispuesta a romper un par de huesitos parece) de aquellos maleantes ¡me la imagine haciendo esos movimientos copados y todo! ^^ otro capítulo más que tengo cubierto y me diverti más si es posible. ¡Mis felicitaciones amiga!
ResponderBorrarNo solo un par de huesos, sino todos los que fuese necesario!!! Lastima que la desarmaron. Ellos serían en realidad la pareja mas romántica, Shinpei y Megg la mas tierna y Selenia y Daigo... eh... eh... Que lo defina la audiencia (hasta ahora la más graciosa)
ResponderBorrarCuando puedas pasate de nuevo, asi no perdes el hilo de la historia que cada vez se pone mejor!!! (y continua con la tuya algún día)
Besos amiga, gracias por pasarte