Después de toda la angustia que casi no le deja dormir, si no fuera
porque tomó un té relajante, Selenia tuvo que regresar resignadamente a su
trabajo. No estuvo muy atenta en la universidad, ni siquiera recordaba cuál de
todos sus compañeros le regaló algo por su cumpleaños. Se sentía como una tonta
por pensar recurrentemente en el mismo tema y en su nueva jornada esto
empeoraría, porque ahí comenzó su angustia.
El día anterior, durante la fiesta, a ella le pareció raro no ver a
Daigo, así que decidió buscarlo. Cuando lo encontró, él estaba con Saori, la
modelo del video, los dos casi encerrados en el camarín, hablando con mucha
cercanía y confianza... Parecía que estuvieran ligando. ¿Había una relación en
ZR? Mientras escuchaba la conversación, Selenia sentía esa angustia que la
dominó en toda la noche. Estaba nerviosa, sufría picazón en el cuello y el
tórax, pero también ansiedad por seguir informándose de lo que ocurría, como un
instinto de chusma. Pero de tanto rascarse, una de sus uñas se atascó en el
bordado de su camiseta y se rompió, por lo que ella lanzó un quejido
involuntario. Temiendo ser escuchada, salió corriendo hasta donde estaban sus
amigas y no se dio cuenta de que una de las piedras que adornaban su ropa se
desprendió de esta. Seguramente cayó frente a la puerta del camarín. Deseaba
ella que ni Daigo ni Saori la hayan encontrado, pero su mal presentimiento le
decía que sí.
Lo peor de todo era que ese día tendrían que trabajar en el video clip,
y eso aseguraba que ella, todo el tiempo, estuviera cerca de la banda y de la
modelo, justo cuando daría todo por permanecer bien lejos.
Miraba su nuevo teléfono, mientras estaba al frente de ZR, veía como
pasaban los segundos y minutos antes de que tuviera que entrar. Pensó en fingir
un malestar y retirarse, pero su jefe iba a necesitarla. Sin embargo, la sola
idea de entrar le revolvía el estómago y la sangre, hasta creía que en cualquier
momento perdería en sentido. Sus nervios estaban destrozados. Necesitaba un té
nuevamente, pero no tenía tiempo...
Llegó la hora en punto. Tenía que entrar.
Selenia: (atravesando la entada. Habla a la recepcionista) Konnichiwa.
(Acercándose al panel) ¿Hay correspondencia para Obatta-san?
Recepcionista: Konichiwa, Se-chan. (Revisa en los estantes del panel)
Si. (Le muestra unas perchas con fundas de tintorería) Llegó la tintorería,
pero Oba-san ordenó que llevaras esta al camarín de Breakerz.
S: (piensa) "¿Quién fui en mi vida pasada, Hitler? (a la
recepcionista, con su última esperanza) ¿Y ellos están en el camarín?
R: Si, claro. Hasta hace rato estuvieron ensayando. También está el
traje de Saori-san. Lleváselo después.
Selenia asintió y se alejó, llevando la ropa. Realmente necesitaba ese
té, con suma urgencia. Pero no lo tenía, tampoco podía ir por uno, porque no
había tiempo. Cuando se dio cuenta, estaba frente al camarín. ¿Entrar o no? El
corazón estaba por salir de su cuerpo, la gente de su alrededor seguramente se
daría cuenta. ¡Al diablo el trabajo, era hora de huir!
Daigo: (abre de repente la puerta y ve a Selenia. Habla con seriedad)
Ah, por fin llegas.
S: (nerviosa) Ko... Konnichiwa, Daigo-san (le entrega tres perchas).
Estos son los trajes para el clip (quiere irse). Tengo que entregar el de
Saori-san.
D: (agarrándole un brazo) Nada de eso (abre la puerta de par en par).
Entrá.
S: (intenta zafarse, pero no quiere ejercer fuerza sobre Daigo) Pero si
ya tienen los trajes. Tengo que darle el suyo a Saori-san.
D: (tira las perchas dentro del camarín, del cual justo quería salir
Shinpei, así que le caen encima, y cierra la puerta) Está bien. Anda, yo te
espero. Tenemos que hablar.
Esas palabras y la seria mirada de Daigo empeoraban el estado de Selenia.
No había salida, estaba atrapada. Mientras caminaba hacia el camarín de Saori,
miraba atrás a cada rato, para vigilar si él estaba allí, y así era, no le
quitaba los ojos de encima. Sus piernas temblaban, los brazos también. Creía
que en cualquier momento caería en el suelo desmayada. Pero sentirse y ser
observada no se lo permitían, aun cuando su cabeza le gritaba "hay que
huir"... ¿Y de qué hay que huir? Está bien, ella escuchó una conversación
privada, no cometió algún crimen. ¿A qué le temía? Nadie iba a matarla, ni
hacerle daño.
Después de entregarle el traje a Saori, quien lucía muy contenta y la
trató amablemente, regresó a donde estaba Daigo, convenciéndose a sí misma de
que no tenía razones para tener miedo ni angustia.
S: (ya frente a él) Ya está hecho. ¿De qué tenemos que hablar?
D: (Abre nuevamente al camarín) Entrá.
S: (tratando de que sus nervios no la dominen) Bueno, bueno. (Entra. Él
la sigue. Una vez que los dos están adentro, Daigo cierra la puerta) ¿De qué
tenemos que hablar?
D: (saca una piedra de mercería del bolsillo manchada de sangre) ¿Esto
es tuyo? (Se le acerca antes de que pueda responder y agarra su mano izquierda,
especialmente por su dedo índice con la uña cortada) Con sangre y todo.
S: (lo mira impresionada) Si, es mío... con sangre y todo. ¿Dónde lo
encontraste? (Luego de preguntar esto, deseo tragarse sus palabras)
D: (con expresión triunfal) Afuera del camarín. Yo estaba aquí y escuché
un ruido detrás de la puerta, cuando fui a fijarme, estaba esto en el suelo,
brillando para mí, como si gritara "mírame". Ahora tengo otra
pregunta: ¿Qué hacías vos afuera de aquí?
S: Yo... yo estaba buscándolos... a Saori-san y Daigo-san. Íbamos
a partir el pastel y ustedes no estaban (pensó bien si aclarar que los había
escuchado, pero decidió que era una tontería ocultarlo) Así que los busqué y
los encontré aquí. Pero no quise interrumpir su charla...
D: ¿Nos escuchaste?
S: (nerviosa) Si... un poco.
D: ¿Desde qué parte?
S: Desde..."La última vez que te vi no estabas tan hermosa."
D: (como derrotado, abandona su seriedad) O sea, desde el principio...
Cuando desapareció la expresión severa de Daigo se llevó los nervios y
temores de Selenia. Aquella resignación, sin embargo, tampoco le pareció
agradable, pues le hacía sentirse una extorsionadora sin serlo y sin tener
intenciones de ello.
S: Eh... yo no lo voy a decir... soy una tumba.
D: (distraído) ¿Naani?
S: (simula amnesia) ¿Qué de qué? ¿Qué pasó anoche? ¿Hoy es mi cumpleaños?
(finge que llora). ¡Oh, mis veinticuatro llegaron tan pronto!
D: (entre risas) Cuando te des cuenta, tendrás treinta y cuatro.
S: (después de reír con él, trata de recuperar la seriedad) De verdad,
Daigo-san. Si alguien se entera de algo de lo que ocurrió en este
camarín, no será por mí. Tu romance con Saori-san permanecerá en secreto.
D: (la mira con incredulidad) ¿Mi qué?
S: (desconcertada) ¿Eh? Pero... Ustedes están saliendo, ¿verdad?
D: Yo no estoy enamorado de Saori. Ni siquiera la quiero. Solo me gusta.
S: (continua en su asombro) Pero... y... Yo escuche que...
D: (niega con la cabeza) No. Vos escuchaste otra cosa, no una
declaración de amor o de intenciones románticas. (Se le acerca un poco y la
mira a los ojos de forma interrogativa) ¿En qué momento escuchaste aishiteru o
daisuki [1]?
Cerca de la conmoción, Selenia siente que no puede mantenerse en pie y
busca la silla o el asiento más cercano, dejándose caer sobre este. Escuchar
esas palabras dichas por Daigo, con sus ojos clavados en ella, aunque cualquier
intención sentimental estaba ausente, la dejó al borde del shock. Resultaba muy
tirado de los pelos, a esas alturas, pensar que él no se daba cuenta de que los
sentimientos que habían surgido en la simpática extranjera ya no eran los
de una fan a su idol favorito. Por muy japonés que fuera, Daigo era una persona
muy perceptiva, y hasta ese momento siempre fue muy cálido con ella.
D: (extrañado y con sospecha) ¿Qué te paso?
S: Nada... Solo que me cansa estar parada mucho tiempo. Tengo algunos
problemas en el tobillo (ríe tratando de parecer sincera).
D: (aún con la duda entre ceja y ceja, finge creerle) En fin, para que
entiendas bien lo que pasó anoche, le voy a poner su nombre occidental:
"touch and go". Ese fue mi "romance" con Saori.
Sl (impresionada) Por la sonrisota de Saori-san, creo que no pensó lo
mismo.
D: (como luciendo una victoria, se mira las uñas de una mano y las frota
en su camiseta) Daigo Naito, marca registrada.
S: (casi riendo) Yo quise decir... O sea, cuando una mujer conquista a
un hombre por el cual otras mujeres la van a envidiar, tal vez a odiar, se
sienten muy bien. Saori-san se siente contenta por (con las manos, hace las
comillas) "tener un novio" que sería la envidia de muchas mujeres.
D: (meditando) Tendré que explicárselo.
S: Daigo-san, debiste tener más cuidado con lo que dijiste.
D: (ofendido) Veamos, pequeña chismosa. ¿Escuchaste una propuesta
romántica de mi parte para Saori anoche?
S: Yo no sé si ustedes hablaron después. Tal vez algo de lo que
dijiste la ilusionó.
D: (con duda) ¿Me estás hablando en serio o querés sacarme información?
S: (ofendida, se levanta de la silla) Ok, ok. Mejor me voy. Ahí les dejé
los trajes. Los veo en el set.
D: (ante el inminente enfado de Selenia, siente que tiene que
justificarse) No lo dije para ofenderte. Pero si te quedaste escuchando anoche,
pensé que te quedaste con la duda y querías averiguar.
S: No quiero saber. Con touch and go fue suficiente. (Se va)
Cuando Selenia abre la puerta y sale, levemente enfadada, aunque está
consciente de que Daigo tiene razón, encuentra a Saori a un lado, sorprendida
por... ¿Por qué? Además, tenía los ojos vidriosos, como si en cualquier momento
se largara a llorar. Parece que nuestra protagonista no es la única que escucha
conversaciones ajenas.
S: (preocupada) Saori-san...
Saori retrocedió unos pasos, pues Daigo salió y apareció atrás de
Selenia. Verlo provocó que ella derramara algunas lágrimas, por lo que se
encerró nuevamente en su camarín. Nuestra protagonista deseo que se la tragara
la tierra, porque la modelo escuchó todo y por ello sus sentimientos fueron
heridos al escuchar las duras palabras de Daigo.
Tanto Selenia como el líder de Breakerz fueron hasta el camarín donde se
encerró Saori para tratar de hablarle, pero ella se negaba a recibirlos, o por
lo menos no quería ver a Daigo y no abriría la puerta hasta que él se fuera. Ya
había escuchado suficiente de su parte.
Cuando Selenia pudo convencer a Daigo para que regrese al camarín, Saori
le permitió pasar. Pero no crean que él se marchó como si nada. Aunque prometió
no estar al pendiente y prepararse para el videoclip, al igual que Shinpei y
Akihide, quienes regresaron después de dejarlo solo con la extranjera,
inmediatamente se vistió decidió acercarse silenciosamente. Algo que no podía
explicar le gritaba desde su interior que tenía que escuchar esa conversación.
Primero quiero contarles lo que hablaron las dos mujeres. En un momento
de la conversación, Daigo entreabre la puerta, pues ella intentan ser lo más
discretas posibles. ¿Qué lograra escuchar? Ya lo sabrán ustedes, y más que él, claro.
¿Sobre qué hablan las dos? Ambas tienen algo en común: Daigo. En Saori no puedo
decir que sea un sentimiento fuerte. A ella le gusta, la seduce, le fascina
verlo y, por supuesto, se siente atraída por él. Pero Selenia es diferente. Con
el trato cercano ha llegado a quererlo, pues siempre la trato bien, además de
lo que Atsuko mencionó en el capítulo anterior, porque nuestra protagonista
supo ganar su simpatía.
Saori: (apenada) Soy una idiota.
S: Saori-san, creo que cualquier mujer en tu lugar hubiese creído lo
mismo.
Sa: ¿Sabés qué me enoja? Él dijo eso como si todo fuese un invento mío.
Pero él me sedujo.
S: (en español, para sí) ¿Por qué siempre que imagino a un hombre
seduciendo a una mujer como si fuese mujer? (A Saori, en japonés) Saori-san, no
sé ni qué decirte.
Sa: (aun llorando) Si, yo asumo que él no me habló de amor, pero tampoco
me advirtió sobre sus intenciones.
Se entreabre la puerta. Selenia, sentada cerca de Saori, no lo nota,
pues escucha atentamente a la joven que le habla entre lágrimas, mientras
sostiene una de sus manos y le frota lentamente la espalda, como gesto
contenedor.
Sa: Es muy fácil decir que no me habló de amor y por eso todo es mi
culpa. Aunque si lo es.
S: Saori-san, no digas eso.
Sa: No puedo sentir otra cosa. Siento rabia por él... y más por mí.
Porque yo lo invité a mi casa... Yo le entregué una oportunidad en bandeja. Me
siento muy mal.
S: (con seriedad) Saori-san, él no te advirtió sobre sus intenciones y
vos tampoco sobre las tuyas, ¿verdad? Así es como Daigo-san puede refutar lo
que dijiste. Pero para los ojos del mundo, la débil y sinvergüenza sos vos. Si
todo hubiese ocurrido a la inversa, daría lo mismo. No importa lo que hagas,
siempre te van a juzgar de mala manera.
Sa: Tenés razón (intenta secar sus lágrimas). Yo debí cuidar mi
honor.
S: Todo lo contrario. Para todos, tu honor está por los suelos hagas lo
que hagas. La moraleja es que no te sientas mal por lo que crean los demás. Si
la pasaste bien, es lo que importa. De nada sirve arrepentirse. Solo hacé lo
que tengas ganas y disfrútalo. Como decimos en Argentina (indica hacia su
alrededor): Los de afuera son de palo.
Sa: (desconcertada) ¿Y eso qué significa?
S: Significa que el resto no importa. ¿Qué más da? Puede que parezca que
Daigo-san te uso, pero desde otro punto de vista, vos lo usaste también.
Sa: (perpleja) ¿Eh?
S: Las mujeres también pueden tener esos deseos, ¿sabías? Vos lo
tuviste, quedó satisfecho. Listo. Vos sos joven, Saori-san, y muy linda. Ya
llegará el hombre que te merezca, como me dijo una amiga, pero mientras tanto
podés divertirte. Los hombres no son monjes, no pueden pedirte que seas una
santa. Eso lo dijo Arjona.
Sa: (sonriendo) Gracias por tus palabras, Serenia-san. Sos una gran
persona. (sin entender de lo que habla) Y Arjona también.
S: (apenada) Solo digo la verdad. Y aquí todos me dicen Se-chan.
Sa: (asintiendo) Se-chan... (le toma las manos) Vos sos una gran chica,
y te mereces un buen hombre. Por eso te pido que no cometas el mismo error que
yo. Si Daigo intenta seducirte, no lo escuches.
S: (sorprendida) ¿Daigo-san... a mí? No, no. No lo creo. Él es una
estrella, y yo estoy del lado de las fans. Eso nunca sucederá.
Sa: Uno nunca sabe si puede pasar. Por eso te lo pido, Se-chan.
S: Entiendo (con simpatía y algo apenada). Pero, de todas formas, soy
una chica difícil de seducir.
La puerta se cerró con cuidado, tanto que ellas ni lo sintieron. Tras
esta, regresaba un Daigo inseguro y conmocionado, rozando el miedo. Esas
palabras... Las que pronunció Selenia... Ya las había escuchado. Hacía dos
años, una charla similar ocurrió en torno a él, una charla casi idéntica que
fue antesala de su posterior pesadilla. Anna. Hace mucho tiempo que no se
acordaba de ella. Creyó incluso que la había olvidado. Pero ese fantasma era
inmortal, inmune al olvido y el espacio, ese maldito fantasma regresaba, esta
vez bajo la forma de una simpática extranjera. ¡Otra vez! Con una Anna había
sido suficiente para el resto de su vida, una ya causó demasiado sufrimiento.
La segunda vez no es accidente. La primera mentira es culpa del otro, pero
después es tuya... Eso él lo sabía, tal como entendía que el final trágico de
Anna no podía repetirse en Selenia. Eso estaba en sus manos, ya que el único
personaje repetido era él, Daigo. ¿Cómo podía evitarlo? En el pasado, en el
cual ya vivió todo eso, él había ignorado esa charla. Ahora, contaba con una
nueva oportunidad para enmendar aquel error.
Salió nuevamente del camarín a un pasillo casi desierto, en el cual
encontró a Selenia y Saori cerrando la otra puerta del lado de afuera. Era el
momento ideal, sin más testigos y al mismo tiempo sin salida. Era todo o nada.
D: (acercándose a las dos mujeres. Primero a Saori y luego a Selenia)
Se-chan, necesito hablar con Saori a solas.
S: (contesta antes de que Saori le pida que se vaya) No. Lo que sea que
vayas a decirle, yo voy a escucharlo. Y si me corren, los espiare de alguna
forma.
D: (aunque su intención no era que ella se fuera, tampoco esperaba que
se quedara por su propia voluntad) Está bien. Me da lo mismo.
Sa: (sin mirarlo) ¿Qué querés?
D: Yo pensé anoche que estaba hablando con una mujer, no con una niña
idiota.
Sa: (ofendida) ¿Qué dijiste?
D: (irritado) Te recuerdo que yo no te mentí. Jamás te prometí amor ni
ser tu pareja, así que si te ilusionaste con eso, fue nada más por estúpida. No
puedo creer que me metí con una tipa tan patética. Ahora lloras porque te
sentís herida, pero anoche nada de eso te importó. Tu cinismo me enferma.
S: (levemente indignada por lo que escucha, y al ver que está
Saori muda por la conmoción, siente que tiene que decir algo) Calmate un
poco, Daigo-san. No podés hablar en esos términos con Saori-san.
D: (mirándola con rabia simulada) Vos no te metas. Para eso te dije que
te fueras. ¿De verdad sos tan imbécil como para pensar por un momento que yo,
YO, podría intentar seducirte? Yo jamás me fijaría en alguien que parece más
bien una ushi [2].
S: (confundida) Daigo-san, tranquilizate, por favor.
D: ¿Y quién te dio derecho a tratarme así? A mí vas a llamarme
Daigo-Sama. No olvides que no soy una poca cosa como vos.
Las dos mujeres quedaron mudas por la conmoción. No reconocían al hombre
que estaba frente a ellas. ¿Era realmente Daigo? En cuanto a él, aunque alguna
de las cosas que casi le gritó a Saori le parecían merecidas, la mayor parte
era una patraña. Esperaba que con todo eso la historia cambiara. Pero, por las
dudas, era mejor suministrar el golpe final: algo tan espantoso que provocara
una reacción en la perpleja Selenia.
D: (a Saori) En cuanto a vos, creo que me aguantaría esta niñería si por
lo menos hubieras sido buena en la cama (da media vuelta para irse). En vez de
consolarse inútilmente, vayan a trabajar.
Camina algunos pasos, esperando la reacción de Selenia, que no tarda en
llegar. Un objeto ciertamente duro, como un frasco de crema (¿De dónde lo
sacó?), le golpea en la parte superior de la nuca. Cuando se vuelve hacia
ellas, la extranjera tiene una mano levantada y luego lo apunta.
S: (irritada, casi gritando) ¿Vaca de qué? ¿Buena en la qué? ¿Quién
carajo te pensás que sos, cerdo? ¿Quién te creés para tratarnos así? ¡Cabrón de
mierda! ¿Naciste de una mula? Ni borracha permito que un pel*+#4* que no respeta
a las mujeres me venga a pedir un buen trato. ¡Caradura! (Se acerca unos pasos)
¿Querés respeto? ¡Acá tenés tu respeto! (Le clava el índice en la frente)
¡Baka-Sama [3]! (Con en el dedo le empuja fuertemente la cabeza. Por lo
que Daigo, poco preparado, pierde el equilibrio y cae al suelo. Allí vuelve a
apuntarlo) ¡Baka-Sama!
Daigo no sabe cómo reaccionar. Alguno de los dos seguramente se había
excedido. Él no esperaba que Selenia lo ignorara, pero tampoco que lo empujara
(pese a que fue sólo con un dedo, lo sintió como una aguja dolorosa en la
frente). Esa chica tenía la fuerza de un toro desbocado. No era, de todas
formas, momento de conmocionarse, sino que tenía que estar más aliviado. Tal
vez nunca más se llevaría bien con Selenia, pero la salvó de algo mucho peor:
El fantasma de aquella pesadilla, representada por Anna.
S: (se aleja unos pasos) Vámonos, Saori-san, porque si no… (Mira hacia
atrás, pero no encuentra la modelo) ¿Saori-san? (la busca con la vista
rápidamente y luego se vuelve hacia Daigo, quien ya estaba de pie) Por tu culpa
se fue (comienza a buscar a Saori).
Mientras Selenia se va, Daigo también se preocupa por Saori. Casi sin
merecerlo, la modelo quedó en medio de un asunto que no le correspondía del
todo. Sin embargo, resultaría muy difícil que ella disculpara sus palabras, así
que lo mejor que podía hacer era justificarse y hacerse entender. Tampoco le
diría descaradamente que todo fue una farsa. ¿Pero por dónde se metió? La buscó
en su camarín y allí no estaba. En el de Breakerz (por las dudas). El mismo
resultado. Él no quería andar por ahí buscándola, así que prefirió pasar a
verla después. (¿Recordaba dónde quedaba su casa?)
Decidió, al final, reunirse con Akihide y Shinpei en el set, donde ya
estaba todo dispuesto. Sólo faltaban Saori y Obatta (por supuesto, también su
asistente). Todo se vuelve sospechoso cuando llaman al director, quien se
marcha dejando a todos en suspenso. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué retrasaban la
filmación? Algunos minutos después, aparece Selenia, con un semblante sumamente
serio.
S: Sumimasen. El director me pidió que les avise que Saori-san ha
renunciado de repente.
D: ¿Es una broma?
Akihide: (confundido) Pero… pero… ¿Qué pasó? Ayer estaba todo bien.
Shinpei: (extrañado) Debe ser una broma, ¿no, Se-chan?
S: (niega con la cabeza) No es broma ni mentira. Saori-san se marchó de
ZR hace unos momentos. No hay modelo, señores.
Sh: (levantándose de su asiento) Esto no está bien. (En tono de queja)
Tanta preparación para nada. Me voy al gimnasio, mejor (quiere irse pero sus
compañeros lo detienen).
Ak: (a Selenia) Se-chan, ¿qué pasó con Saori-san?
S: (apuntando a Daigo) Preguntáselo a él.
Sh: (mira a Daigo, al igual que Akihide) ¿Qué le hiciste a Saori-san?
D: (irónicamente) Lo mismo que ustedes hacen con las mujeres.
Sh: (mira a Akihide, luego a Daigo) Si es lo mismo que Akihide, vos
deberías estar mal y no ella.
Ak: (Extrañado y ofendido) ¿Por qué?
Sh: Eso describe tu vida sentimental hasta ahora.
Ak: Creo que Daigo no habla de los sentimientos, si no de otra cosa.
Sh: En ambos aspectos, vos siempre salís herido.
Ak: (apenado, se sienta como una pelota) No puedo refutar eso.
D: Con ustedes me refiero a los dos.
Sh.: Si es lo mismo que yo, ella no hubiese renunciado. Estaría aquí con
una enorme sonrisa.
D: (con sarcasmo) No me digas.
Sh: (se quita la camiseta con rapidez) ¿Qué mujer podría resistirse a un
ejemplar como yo?
Selenia, presa de la sorpresa y algo que les parece miedo o censura, se
queda mirando a Shinpei durante un momento con los ojos bien abiertos. Luego
aparta la vista, murmurando palabras en español que no comprende nadie más que
ella y se cubre la cara.
Ak: (alarmado, salta de la silla) ¿Qué haces? Se-chan está aquí.
D: (le tira su camiseta) Vestite de nuevo.
S: (con el celular en la mano) Primero posa para la foto, Shinpei-san.
(Él posa luciendo sus músculos y Selenia captura la imagen. Luego la observa y
sonríe para sí) Perfecta.
Sh: (extrañado, comienza a vestirse) Un momento… ¿Para qué la foto?
S: Para una amiga.
Sh: (interesado) ¿Rubia y de ojos claros?
S: Hai.
Sh: (Entusiasta) Ah, entonces está bien. También puedo hacer otras
poses.
S: Bueno.
D: Nada de fotos. (A Shinpei) Si te vas, andate de una vez. (a Selenia)
Y vos no te pases de lista, Se-chan.
S: (en pose desafiante) ¡Se-chan las bolas! A partir de ahora yo también
exijo respeto. Tenés que llamarme Serenia-san, ¿entendido?
Se produce un silencio incómodo, en el cual los tres hombres observan a
la muchacha con la misma expresión de incredulidad. Daigo, hasta ese momento
había entendido los gritos y el empujón, pero… ¡Ya estaba pasándose de todo
límite! Tanto enojo terminó por irritarlo, así que decidió burlarse un poco de
ella para responder a su ofensa.
D: (fingiéndose tonto) ¿Tengo que respetarte? Está bien, ushi-san [2].
S: ¡No te hagas el vivo! Te dije que es Serenia-san.
D: (finge nuevamente) ¿Serenia-baka [3]?
S: (irritada) Me voy. La estupidez me da dolor de cabeza (se va).
D: (ofendido, a Akihide y Shinpei, quienes están demasiado sorprendidos
como para poder hablar) ¿Escucharon lo que me dijo? Se volvió loca.
Sh: (sorprendido) ¿Te peleaste con Se-chan? ¿Qué le habrás hecho?
Ak: Sea lo que sea, seguro que mereces lo que te dijo.
D: (irritado) ¿Cómo pueden decir eso? Se supone que son mis amigos.
Ak: Y como lo somos, te conocemos bien.
Sh: Por eso lo dijimos. Me voy al gimnasio.
Ak: Yo voy a respirar un poco de aire fresco. Avisanos si hay alguna
novedad del video.
D: ¿Eh? ¿Yo tengo que quedarme?
Sh: Si. Sos el primero en irse siempre. Ahora pórtate bien y esperanos
aquí. (Se van)
D: ¿Qué es esto? ¿El día de péguenle a Daigo?
Ak: (a lo lejos) Ya era hora.
Ya demasiado ofuscado por todo lo que había sucedido, Daigo decidió no
permanecer más tiempo en ZR. Nadie pasaba por encima suyo tan fácilmente, ni lo
trataba como a un mensajero. Hasta hacia unos momentos, sentía que tenía que
aclarar lo que había sucedido con Saori, pero sabía que su grado de
irritabilidad empeoraría las cosas. Él también tenía derecho a ir por ahí si
así lo necesitaba. ¿Quién lo impediría?
Obatta: (abre la puerta de golpe y sorprende al irritado protagonista)
Daigo, el jefe de recursos humanos, Kobachi-san, te espera en su oficina.
D: ¿Qué quiere ese viejo?
O: Hablar con vos sobre un incidente en el pasillo. Está de más decir
que es urgente.
D: (resignado) Maldita sea (se va).
Obviamente Daigo no era el único invitado a la reunión. También llamaron
a Selenia, pero los dejaré a un lado por el momento. He contado demasiado sobre
ellos. Ahora quiero hablarles del agradable paseo de Akihide. Ese día hacía
mucho frio. Tanto que desde la mañana caía nieve lentamente. Las calles estaban
cubiertas de blanco y esto dificultaba el andar por ahí, pues en las veredas y
cruce de peatones los ancianos y niños se resbalaban. Incluso quienes tenían
buen equilibrio terminaron sentados en el suelo, adoloridos. Para cuando
nuestro protagonista comenzó su caminata habían quitado la mayor parte, así que
pudo marchar con tranquilidad (y bien abrigado), disfrutando del tranquilo
paisaje urbano que le proporcionaba tanta blancura y tanta paz. Hasta sintió
deseos de tomar un café cerca de una ventana y mirar la gente pasar. Cosa que
no hacía, pues no le gustaban las cafeterías, ni las personas… lo ponían
nervioso.
Cuando se dio cuenta, estaba cerca de Ao Ringo (incluso pudo ver a la
rubia mesera desde la ventana). Ese lugar, pese a que solía irritarlo (por
Shinpei), también lograba ponerlo de buen humor, pues le traía el recuerdo del
día en que conoció a la mujer más bella que había visto (al menos para él).
También recordó que ella trabajaba a la vuelta de la cuadra. Se-chan se la
había presentado… ¿Cómo era su nombre? Repentinamente tuvo ganas de verla.
¿Sería prudente pasar por el centro recreativo, aunque ni más fuese para
mirarla de lejos? A ese día estupendo solo le faltaba la presencia de
Charlotte. Ya ni le importaban los problemas en el trabajo, pues él estaba de
muy buen humor.
Mientras hilaba estos pensamientos, sus pies lo llevaron hasta el centro
recreativo, pero no había rastros de la pelirroja. Continuó caminado sin darse
cuenta, preguntándose dónde estaba ella, y sintiéndose apenado por ello,
avergonzado por parecer un acosador que persigue a una chica, reflexionando
sobre si verdaderamente era una especie de… ¿De qué? ¿De pervertido? Esta idea
le produjo escalofríos, los cuales fueron neutralizados casi al instante por
una punzada en el corazón. Ya había divisado a la extranjera: estaba sentada
sobre unos escalones (no sabía si frente a una casa o qué), con la cabeza
hundida en su regazo, las manos cubiertas de guantes entrelazadas frente a las
rodillas, casi en su pelo descubierto, sobre el cual caía la nieve, y un halo
de tristeza la rodea. Cuando se acercó a ella, le pareció que temblaba, pero
no. Escuchó sollozos y gemidos… ¿estaba llorando? Akihide no sabía qué hacer.
Nunca se le presentó un suceso similar. Salvo agacharse frente a ella (no
demasiado) y cubrirle la cabeza con el paraguas que llevaba, no tuvo otras
ideas.
Charlotte levanta su lloroso rostro al sentir la presencia frente a ella
y se encuentra a Akihide, quien la mira con aparente seriedad en su rostro
estático. ¿Qué hacía él allí, justo en ese momento? De manera semiconsciente
intentó secar sus lágrimas con las manos (aunque la lana de sus guantes no era
muy absorbente y picaba).
Ak: (recordando su nombre, le ayuda a ponerse de pie) Charotte-san,
¿estás bien?
Charlotte: (intentando recomponerse) No. Sinceramente no estoy bien.
Ak: ¿Puedo ayudarte?
Ch: (con angustia) Más que ayuda, necesito un abrazo.
Ak: (sonrojándose) ¿Eh? Es que… Eh… no me parece correcto.
Ch: Necesito que alguien me abrace. Mi familia está muy lejos y no puede
hacerlo. Mis amigas están ocupadas. Justo caí en un lugar en el que le tienen
alergia al cariño y la contención.
Ak: (apenado) Entiendo… Yo… puedo hacerlo… (Apenas separa un poco los
brazos del torso, Charlotte lo rodea con los suyos de repente y sobre su hombro
llora amargamente. Él no sabe qué hacer o que decir, lo único que se le ocurre
es corresponder a su abrazo sin dar cuenta de las miradas ajenas que se posan
sobre ellos. No entiende que le ocurre –seguramente ustedes tampoco–, pero no
necesita hacerlo para que el buen humor con el que salió de ZR se haya
oscurecido por la tristeza y angustia de la pelirroja).
¿Qué podía hacer él para que la joven se calmara y dejase de llorar?
¿Había alguna forma de consolarla, o solo era suficiente el calor del contacto
humano para que ella pudiera desahogarse y aliviar su angustia? La nieve
cayendo sobre ellos y el viento frío sobre sus caras y espaldas hacía temblar a
Charlotte. Akihide lo notó, dándose cuenta así de lo desabrigada que estaba
ella: no llevaba gorro ni bufanda, es decir, que su cabeza y cuello estaban
expuestos.
Ak: (separándose cuidadosamente de ella) Charotte-san, estás temblando
(se quita la bufanda y con ella rodea el cuello y de parte de la cabeza de la
joven) Este es un día muy frio como para salir desabrigada.
Ch: (lo observa perpleja) Salí de casa con gorro y bufanda, pero los
dejé en la oficina.
Ak: Tendrías que ir a buscarlos.
Ch: (con voz quebrada, tratando de contener las lagrimas que aún
brotaban de sus ojos) No quiero volver ahí (busca en su cartera un sobre de
pañuelos descartables, pero no lo encuentra). ¿Dónde está? Yo siempre traigo
uno...
Ak: (pasándole un pañuelo de tela que llevaba en el bolsillo) Toma.
Ch: (primero mira a Akihide, luego agarra el pañuelo y seca sus lágrimas
cuidadosamente) Arigatoo. (Trata de reanimarse) Debe ser desagradable verme así.
Además, sin maquillaje.
Ak: Es raro, pero no desagradable. (Charlotte lo mira con una expresión
extraña de incomodidad, lo cual le dio a entender que le disgustó su
comentario) Sumimasen. Eh... (Piensa) Podemos quedar a mano... si yo también me
pongo a llorar (piensa). Pero... ¿Cómo hago?
Ch: (casi riendo) No es por vos. Solo que (le habla al oído) necesito un
baño.
Ak: (nervioso) ¿Eh?... (Mira para todos lados) Cerca de aquí está el
café donde siempre va Shinpei.
Ch: (alterada) No. Ahí trabaja una de mis amigas. No quiero que me vea
así.
Ak: Podemos ir a ZR... no, no. Ahí trabaja Se-chan... Eh... (Piensa)
Podes volver al centro recreativo, y retirás lo que dejaste.
Ch: (Adolorida, se toca el vientre) Arránquenme la vejiga, pero yo a ese
lugar no vuelvo.
Ak: Cerca de aquí hay otra cafetería. Vamos.
Ch: Sí, por favor. Lo necesito con urgencia.
Lo más rápido que pueden, caminan hasta la siguiente cafetería, que no
quedaba lejos. Unos minutos después, se cumplió el deseo de Akihide: tomar café
cerca de una ventana y mirar la gente pasar, aunque contaba con algo extra,
algo que logró que todo se volviera más bonito, la presencia de Charlotte,
quien, aliviada, lucía de mejor humor. Sin maquillaje, ella parecía una muñeca,
con el rostro rosado y liso de una niña.
Ak: Charotte-san... ¿Puedo preguntarte algo?
Ch: (con astucia) Por qué estaba llorando, ¿verdad?
Ak: (apenado) Sumimasen. Si no me lo querés decir, te entiendo. Pero es
raro que no quieras volver a tu trabajo... y que no estés ahí. ¿Renunciaste?
Ch: (seria, mirando a otro lado) No sé si renuncie o me corrieron. Solo
sé que no puedo volver a ese lugar (bebe su café). Vos no lo entendés, pero...
ser mujer no es fácil, ser extranjera, menos. Y ser una combinación de las dos
es peor. Aquí se creen que las latinas son todas como las que aparecen en los
videoclips de Daddy Yanquee.
Ak: Nunca vi eso, así que no puedo entenderte. Gomennasai.
Ch: Bueno... Son mujeres que se ofrecen como objetos sexuales.
Ak: (sorprendido, traga de golpe el café que estaba tomando) ¿Qué? ¿Y su
honor?
Ch: No tienen. Y no todas las latinas somos así. Yo me considero una
mujer bella y atractiva, pero eso no significa que ando de cama en cama, suelo,
auto, pared, etcétera, con el primer viejo asqueroso que se me tire encima.
Tampoco tengo precio.
Ak: (habla suavemente pero con seriedad) Acoso sexual y... o intento de
violación son delitos penados por la ley que pueden tener una condena de hasta
seis años sin libertad condicional.
Ch: (extrañada) ¿Alguna mujer te acosó?
Ak: (encogiéndose de hombros) Más de una.
Ch: Que tonta. Sos un famoso... Seguro fueron unas... ¿sin cuenta? ¿La
última fue Tsugumi?
Ak: (asiente) No me lo recuerdes, por favor.
Ch: (recordando algo) Hey, ¿qué haces a aquí si se supone que están
filmando un videoclip?
Ak: Sí, pero…
El celular de Charlotte comienza a timbrar, lo que impide escuchar a
Akihide. No reconoce el número receptor, pero es arriesga a contestar la
llamada. Sólo esperaba que no fuese ese maldito viejo que la contrató como
promotora. Si lo recordaba, sentía ganar de bañarse para limpiar la mugre que
sentía que le dejó con solo tocarla.
Ch: (contestando la llamada) Moshi moshi [4]… (En español) Selenia. ¿Qué
pasa? … No, no estoy ocupada… (Pausa breve) No hables tan rápido, que no te
entiendo… (Otra pausa, más larga que la anterior) ¿Segura? No es que tenga
problema, pero… Bueno, voy para allá. (a Akihide, en inglés) ¿Podemos irnos?
Tengo algo que hacer.
Ak: (Hace una discreta seña al mesero para pedir la cuenta) ¿Te habló
Se-chan?
Ch: Sí. Dice que el director o algo así quiere que vaya ZR.
Ak: (sorprendido) ¿Eh?
Ch: Parece que me necesitan para algo. (Suspira) Lo que es la vida.
Justo pasa esto cuando me quede sin trabajo. (Sonríe con astucia) Parece que
seremos compañeros.
Luego de pagar, los dos parten hacia ZR por el misterioso llamado de
Selenia. ¿Qué se traía entre manos? Para que sepan eso, primero tengo que
contarles algo que sucedió en la productora durante la reunión del jefe de
recursos humanos con Daigo y su momentánea antifan, en la cual se les pidió
explicaciones a ambas partes. Ambos recibieron solo un llamado de atención. No
despidieron a nuestra simpática protagonista porque sólo se defendió de un
ataque verbal. Después de la renuncia repentina de Saori, lamentaban tener que
pasar por un nuevo casting y perder tiempo, y por esto, la asistente de
vestuario piensa rápidamente y encuentra la solución. Si necesitan una chica
sexy y provocativa para el videoclip, cabía la posibilidad de que contrataran a
su amiga Charlotte. Al mencionar su idea, los encargados de seleccionar a la
modelo (quienes también estuvieron en la fiesta del día anterior) se mostraron
muy conformes.
Selenia llamó rápidamente a Charlotte con su nueva línea, y su amiga no
tardó en aparecer, con el maquillaje retocado, acompañada por Akihide.
Nuevamente quedaron impresionados tanto por la belleza de la pelirroja, como
por la elegancia y personalidad que reflejaba su presencia.
Charlotte saludó amablemente antes de quitarse el tapado de pana,
abrumada por la calefacción, y la bufanda prestada, descubriendo bajo estos un
sweater de lana cuyo escote en v dejaba al descubierto su rosado cuello e
insinuaba sus senos, y por esto más de uno no podía quitarle los ojos de
encima. La aprobación fue inmediata, y decidieron que nuestra pelirroja
protagonista reemplazara a Saori. Cuando se lo propusieron, ella no lo podía
creer. Por un lado, le agradaba la idea (siempre se sintió atraída por la actuación),
pero por otro lado, ¿había peligro de que se cumpliera lo que dijo Maya, que
terminara siendo una idol? Ese trabajo también le traería una buena ganancia y
podría estar más cerca de Akihide por un tiempo breve (que podía volverse
largo). Por todo esto, aceptó. Las posibilidades de ser una idol no eran
muchas.
El regreso de Shinpei, contento como siempre, les indicaba lo tarde que
era así que decidieron que solo se realizaría la prueba de vestuario del
personaje femenino , luego del cual ya podían retirarse, igual que el resto.
S: (entregándole el traje a su amiga) Acá tenés. Espero que te quede
bien.
Ch: (lo observa) Es muy bonito. ¿Dónde puedo probármelo?
S: Vení conmigo. (La guía por el pasillo hasta los camarines: el de la derecha
era el de Breakerz, y el de la izquierda, el que ocupó Saori y ahora le
correspondía a ella. Allí debía cambiarse. Pero antes de entrar, pidió señas
para llegar al baño, por el café que tomó en compañía de Akihide. De regreso,
no recordaba dónde tenía que entrar, así que fue por la derecha).
Una vez adentro, se desvistió hasta quedar en ropa interior. Reviso el
traje femenino: era bastante complicado ponérselo, ya que Obatta lo preparo
para que fuera muy vistoso. Le entusiasmaba la idea de lucirlo, aunque no lo
entendía muy bien.
Mientras tanto, en el set, los muchachos se la pasaron buscando la
guitarra de Akihide para dejarla allí hasta el día siguiente, pero este no
recordaba dónde la dejó. Ya empezaban a exasperarse cuando nuestro tímido
protagonista decide revisar en el camarín de Breakerz, pues ahí la vio antes de
salir. Una vez que abre la puerta, con cuidado como de costumbre, encuentra
adentro del lugar una imagen inesperada. Sin poder creerlo, cierra
silenciosamente, pensando que todo es una fantasía, y reprochándose por
tener esa clase de imaginaciones pervertidas. Vuelve a abrir... y nada ha
cambiado. Ante él está Charlotte, semidesnuda, quien ya entendió el traje y se
dispone a probárselo cuando nota la presencia que la observa desde hace unos
segundos. Lanza tal estridente grito que asusta a Akihide, y este sale
corriendo sin cerrar la entrada.
Tan fuerte resulto el alarido de Charlotte, que todas las personas que
estaban en el set se acercan al camarín y encuentran al prófugo Akihide, colorado
como tomate y asustado. ¿Y la pelirroja? Selenia la busca tras la puerta
izquierda, pero, como no la encuentra, termina por entender la situación.
Del camarín de Breakerz, al cual entró por error, sale Charlotte
furiosa, tan colorado su rostro como su cabello, dispuesta a abofetear al
entrometido o a ponerlo en su sitio de una forma poco retórica pero efectiva.
Ni bien lanza contra Akihide el primer insulto, quien lo único que puede hacer
es disculparse, Daigo se le planta en frente, casi empujándola.
D: (irritado) Escuchame bien, baka (golpea la puerta derecha): este es
el camarín de Breakerz (golpea la izquierda) Aquí tenías que cambiarte. La que
actuó mal fuiste vos.
Ch: ¡Esa no es excusa para que él se quede viéndome!
Sh: (trata de mediar entre los dos) No se peleen. (A Charlotte) Seguro
fue un accidente... o Akihide se quedó admirándote.
Ch: (con sarcasmo) Ah, qué divino. ¡Vengan todos a admirarme mientras me
cambio, que para eso estoy!
D: (a Shinpei) Si vas a decir estupideces, andate. (Al resto) Váyanse
todos.
S: Yo me quedo.
Sh: Yo también. No sea que entre las dos quieran lastimar a Akihide.
D: Para eso me quedo yo. Vos andate.
Sh: (irónicamente) ¿Seguro? Porque también se queda Se-chan. (Bajo) Y,
como está hoy, creo que no tendrá problema en pegarte.
D: (mira a Selenia y luego a Shinpei) Si te quedas, no digas tonterías.
Ak: (Avergonzado, le tiembla la voz) Cha… Charotte-san, te pido
infinitas disculpas. Mi intención nunca fue faltarte el respeto. Lo lamento en
verdad.
Ch: ¿Casi me ves desnuda y lo único que se te ocurre es pedirme
disculpas?
Ak: (extrañado y apenado) Es que… es lo único que puedo hacer.
D: Ya te pidió disculpas, ¿qué más querés?
Ch: Una disculpa no alcanza.
S: (acercándose a su amiga) Pero si fue un accidente, Charlotte.
Ch: Eso lo decís porque a vos no te espiaron, si no a mí.
S: ¿Cómo podes estar tan segura de que estaba espiándote?
Ch: Porque solo cuando grite reacciono y se fue. Antes ni pensó en
dejarme sola. Alguien que no quiere espiar hubiera cerrado la puerta al toque.
S: (en tono de burla) ¿Y cómo no? Es la primera vez que ve una hembra
latina medio en bolas [5]. Seguramente se quedó como caracol, largando pura
baba (hace una mueca de extrema estupidez y Charlotte se ríe).
Ak: (acercándose un poco a Charlotte, hace una breve reverencia)
Charlotte-san, verdaderamente me disculpo por lo que ocurrió. No tengo
justificación alguna.
Ch: Para que te disculpe, tendrás que compensarme.
Ak: Hago lo que sea.
Ch: (en burla) Bueno. Entrá al camarín, sacate la ropa y luego yo abro
la puerta y… (Finge sorpresa) te “encuentro” de pura casualidad.
Ak: (perplejo. No entiende la broma) Naani?
Ch: Es una compensación justa.
Ak: (piensa) Para que sea justa en verdad, y equivalente, al que
tendrías que ver semidesnudo a Shinpei.
Sh: (alterado) ¿Qué? ¿Tan buen cuerpo tiene esta chica como para que me
vendas así?
Ch: No sería justo, porque el que me espió fuiste vos.
Ak: Entiendo (apenado, camina directo al camarín y allí se queda).
Al verlo, Charlotte comienza a reírse mientras los demás quedan
perplejos, sin saber que decir. Luego regresan al set, en el cual, al ver lo
bien que lucía la pelirroja el traje para el videoclip, decidieron contratarla
y le pidieron que al día siguiente regresara para firmar el contrato.
D: (indignado) Ah, no. Yo con esta desubicada no trabajo.
Director: (sin darle importancia) Daigo-san, no tenemos tiempo que
perder con tus caprichos. Si no querés ser vos, Shinpei será el protagonista.
D: (más indignado) ¿La prefieren por sobre mí?
Dt: (ignorándolo) Shinpei, supongo que no tendrás problema.
Sh: No lo tengo, pero si cambian la parte del beso. Verán, yo no quiero
besar a otras mujeres porque ya tengo una que me gusta.
Dt: ¿Otro más?
D: (satisfecho) Parece que ella no podrá trabajar con nosotros.
Dt: Entonces el protagonista será Akihide. No tenemos tiempo de cambiar
el guión. (a Charlotte) Supongo que no tiene problemas quien quiere trabajar.
Ch: (después de escuchar la traducción parafraseada de Selenia) Voy a
actuar con profesionalismo.
Dt: Me alegra oír eso. (Se va) Nos vemos, señores.
Obatta: Yo también tengo que irme. Sayonara matashita [6].
S: Sayonara, Oba-sensee. (a Charlotte) Tengo que juntar unas cositas,
así que cámbiate y nos vamos. Ah. Acordate de pasar por el otro camarín,
que Aki-san debe estar esperándote semidesnudo.
C: ¿Te parece que se la creyó?
S: Seguramente.
Ch: Bueno, voy a ver qué onda (se va).
S: (a Charlotte) No esperes la gran cosa (da media vuelta para ver a
Daigo, quien le habla en japonés) Jajah, no pudiste lograr que la echaran.
¡Igual contrataron a mi amiga!
D: (a Shinpei) ¿Qué dijo? Lo único que puedo escuchar es un mugido
espantoso.
S: Tus insultos son muy bajos como para herirme (a Shinpei). Jaa matashita,
Shinpei-san.
Sh: Sayonara. (A Daigo) ¿Vamos por Akihide?
D: Espero que no esté semidesnudo como querían aquellas locas. (Los dos
van hasta el pasillo, pero nadie estaba allí. Akihide se había ido, Selenia y
Charlotte estaban en el camarín de la izquierda. Así que a ellos solo les
faltaba regresar a casa para terminar la jornada)
Nuestras protagonistas se reunieron a la salida de Ao Ringo para
regresar juntas al edificio, mientras comentaban cómo había estado su día.
Charlotte no quiso hablar de su renuncia/despido del centro recreativo, al
igual que Selenia no comentó sobre su discusión con Daigo. Megg tuvo una
tranquila jornada, en la cual, sin embargo, se sintió espiada, y esta vez no
por Shinpei.
Megg: Ese tipo va todos los días. Ya me da miedo.
S: ¿Te hizo algo?
M: No, pero… es muy raro. Aunque lo rechazo, él insiste, no se cansa.
Ch: La mejor forma de rechazar a un hombre es ofrecerle tu sincera
amistad.
S: Con Shinpei-san no sirve. Él es fuerte, y no sabe lo que es desistir.
Si le ofreces tu amistad, va a aprovechar la cercanía. Si lo rechazas, va a
insistir cada vez más hasta que se gane tu confianza. Si te vas te sigue.
M: (alterada) Eso realmente me asusta.
Ch: Parece un acosador.
S: Puede ser, pero es inofensivo. Nunca va a obligarte ni hacerte daño.
Si vos fueras más canchera, podrías aprovecharte de él. Shinpei-san es bueno y
cree que todo el mundo es igual.
M: Es bueno para desesperarme…
Ch: ¿qué hace para desesperarte?
M: Bueno… Me mira todo el tiempo y… me invita a sentarme con él. También
me dice cosas. Se le dio por llamarme pretty girl.
Ch: ¿Qué clase de cosas te dice?
S: Conociendo a Shinpei-san, seguramente son comentarios como que linda
estas hoy, que bonita canción, que rico curry, cuidado con el escalón, y cosas
por el estilo.
M: Si, dice cosas como esas todos los días.
S: Pero son frases inofensivas.
Ch: Yo te entiendo, Megg. Escuchar eso una, dos o tres veces es pasable,
pero todos los días resulta molesto.
M: Más si te lo dicen con una sonrisa llena de confianza.
S: Eso también es típico de Shinpei-san. Confianza y esfuerzo para
conseguir lo que quiere.
M: (asustada) ¿Y qué quiere conmigo?
S: Hoy dijo que una chica le gusta así que…
Ch: Creo que entendí esa parte.
M: No inventen. Seguro hablaba de otra cosa y ustedes entendieron todo
mal. Pero… Charlotte, ¿cómo es que vos lo escuchaste?
Ch: (divisando el edificio) Hablemos de eso después. Primero vamos a
darnos un baño.
S: (Antes de abrir la puerta, a Charlotte) Por cierto… (La mira con
astucia) ¿Qué onda?
Ch: Hablamos adentro.
M: (con duda, mientras atravesaban la entrada) ¿Nos bañamos todas
juntas?
Ch: (quitándose los zapatos. Se muestra sorprendida) ¿por qué deberíamos
hacerlo?
S: (reemplaza sus botas acordonadas por un par de pantuflas) Para
acostumbrarnos, ¿no? Así ya no tenemos problemas si entra otra persona. No
podemos estar así toda la beca.
M: (acomoda sus pantuflas) Es cierto, aunque me da vergüenza.
Ch: A mí también.
S: Concuerdo con ustedes, es vergonzoso y muy yuri [7], pero…
Ch: Sí, sí. Tenemos que empezar a acostumbrarnos…
M: Tienen razón…
Las tres se miran entre sí, sin atreverse a hablar. Imaginan lo que será
ese baño… hasta que la sola idea les ruboriza el rostro.
S: Mejor otro día. (Se va)
Ch: Estoy de acuerdo (sigue a Selenia).
M: Mañana con gusto (hace lo mismo que sus amigas).
Después del baño, una a una se reúnen con sus amigas japonesas para
charlar en la habitación antes de la cena. Mientras conversan, Tsugumi y Maya
se la pasan diciendo a Megg que no sea tan fría con Shinpei y que es muy poco
posible que se le presente otra vez una oportunidad como esa, a lo que la rubia
responde que no va a correr a sus pies solo porque es famoso.
Tsugumi: ¿Y por qué no? A mí me encantaría que un famoso se fije en mí.
Ch: ¿Un famoso como Akihide?
Ts: ¡Sí! Un chico serio y talentoso como él. A mi novio no le gusta que
yo diga eso, pero a él le desagrada casi todo lo que sale de mi boca en
cuestión de famosos.
Todas: ¿Tenés novio?
Ts: Si. ¿No les había contado?
Maya: Yo también tengo novio.
M: ¿En serio? ¿Y vos, Atsuko-san?
Atsuko: Yo no. Todavía no encontré a un chico que me guste.
¿Meggara-san, tenés novio en Argentina y por eso no te interesan los japoneses?
M: No. Y no es que no me interesen los japoneses, solo que no me gusta
"ese" japonés.
Ma: Charotte-san, ¿vos tenés novio en Argentina?
Ts: ¿Y vos, Serenia-san?
Ch: No, las tres llegamos solteras a Japón.
S: (en broma) Charlotte vino a conquistar japoneses (las chicas ríen).
Ch: No es así. En realidad, y no se ofendan, me gustan más los surcoreanos.
Ma: (la mira sorprendida) Entonces no te presentare a mi novio. Tal vez
le gustes más que yo.
Ch: ¿Tu novio es coreano?
Ma: Si. Vino por una pasantía y se quedó a trabajar.
M: ¿Y es guapo como los idols?
Ma: Es bastante lindo, pero muy tímido. Le toma veinte minutos darme un
beso cuando estamos solos.
At: (piensa) Un momento... ¿Vos salís con KyunHo?
Ts: ¿Con KyunHo, esa preciosura que conocimos en el recital de MTH?
Ma: (esconde una tímida sonrisa tras su mano) Sip.
S: ¿Preciosura? ¿Hablan de un hombre o una mujer?
Ma: De un chico, pero Tsugumi también dice preciosura a los hombres (a
Charlotte) Yo sé de chicos tímidos, por eso te dije que Aki-san te estaba
mirando lo poco que se animaba.
Ch: (con seriedad) No quiero saber de hombres por ahora, y por las
próximas semanas. (A Selenia) Y no es por lo del camarín.
S: (sorprendida) ¿No?
Ch: (intenta relajarse y calmar su respiración. Lo que va a compartir
con ellas no es fácil de contar) Es por otra cosa. (Las chicas se sientan a su
alrededor) Hoy... Bueno, desde hoy no trabajo en el centro recreativo.
M: ¿Por qué?
At: ¿Tuviste algún problema?
Ma: Shh, cállense y dejen que ella nos cuente.
Ch: El problema fue que... mi jefe quiso... (No sabe cómo expresar lo
que pasó) digamos que no me trato decentemente.
Ninguna de las muchachas alrededor de la pelirroja podía hablar del
asombro.
Ch: (continua su relato) Me pidió que vaya a su oficina apenas llegue...
y comenzó a proponerme que no trabaje con volantes o suscripciones, sino como
su secretaria o asistente, pero como me negué, reveló sus verdaderas
intenciones: pagar un departamento para mí, a cambio de... no sé cómo decirlo
(las chicas comenzaron a murmuran insultos contra el hombre) Yo me levante con
ganas de golpearlo. Quería irme, pero él cerró la puerta con llave... Y en ese
momento... casi se lanza encima de mí, (se abraza) que asco... sentí sus manos
tocándome (murmuran insultos en español y japonés). Yo lo empuje. Como quería
hacer lo mismo, recordé lo que me enseñaste, Selenia.
S: ¿La técnica del cisne [8]?
Ch: Si, luego busque las llaves en el escritorio, mientras escuchaba que
me llamaba con todos los nombres de animales y muchos insultos que no entendí,
me grito que qué me creía, que yo lo provoque, que soy una coqueta, que las
tipas bonitas como yo son todas iguales. Me agarró de una pierna y me caí al
suelo. Él infeliz comenzó a trepárseme encima, y como pude me lo quite
empujándolo y cacheteándolo. No sé con qué piernas salí de la oficina, porque
las mías temblaban... (Culmina su relato, pus siente que va a llorar en
cualquier momento).
M: (en español) ¡Qué hijo de p#+@! Denuncialo, Charlotte.
Ma: (a Selenia) ¿Qué dijo?
S: Que lo denuncie.
Ts: (tomando una pose más seria, que hasta ahora no le habían visto) La
policía en Japón suele ser muy xenófoba, no tolera demasiado que los
extranjeros causen problemas. Además, nuestras leyes son muy machistas... Sería
tu palabra contra la suya.
S: Tsugumi-san tiene razón... (Con expresión ruda) Mejor lo parto a
golpes. Para que aprenda lo que es la sangre latina.
Ts: Si haces eso, solo vas a ganar una denuncia. Lo más conveniente
desde lo legal es que Charotte vuelva mañana para renunciar o recibir su carta
de despido, sino puede demandarte.
Ch: No quiero volver ahí. ¿De verdad tengo que hacerlo?
Ts: Para que no te demanden. Podes ir acompañada. Yo conozco bastante de
leyes. Con la presencia de una especia de abogada podemos ponerlo en su lugar
sin ir hasta las manos.
S: Si va una especie de guardaespaldas sería conveniente también.
Ch: Bueno, gracias. Con una abogada y una guardaespaldas voy a estar
segura.
Ts: Buscare mi mejor ropa. (Las chicas se ríen) Charotte-san, comprendo
tu rabia, aunque creo que Aki-Sama no tiene que ver con eso.
Ch: (seria) Tsugumi... san, no te puedo decir como lo sé, pero te
aseguro que Akihide es de lo peor. Puede ser serio y talentoso, pero... Shinpei
es un pesado y Akihide un pervertido.
Ts: (incrédula) ¿Qué?
M: Un pesado, que bien lo dijiste.
Ch: Parece que el más rescatable es el tal Daigo, que es amable con
Selenia.
Las chicas miran a Selenia, como esperando una respuesta, pero ella no
se da por aludida, lo cual resulta sospechoso. Por el comentario de Charlotte,
recordó que ese día chocó con la dura realidad: Daigo era un patán que fingía
ser bueno. Él era el peor de todos: Shinpei solo era obstinado y Akihide, de
reacción lenta, pero el líder... era un verdadero perro... un... un ramen... De
pronto sintió aroma a ramen de pescado caliente.
S: (levantándose de un salto, con una sonrisa) ¡Huelo la cena! ¡Vamos a
comer! (Sale corriendo)
At: Tiene olfato de perro...
Las chicas siguen a Selenia, pues sienten también el olor de la cena
avivándoles el apetito. Comieron ramen, Kamameshi y Uiro [9]. Luego trataron de
reponer el humor de Charlotte con un juego: imitación de muecas. Todas
participaron, pero las caras de Maya fueron la sensación. Cansadas de reír, se
fueron a dormir esperando que todas las noches fueran igual de entretenidas...
Pero algo horrible estaba siendo tramado entre las sombras.
Luego de que nuestras chicas llegan al edificio, ocurre este llamado.
Pandillero 1 [10]: (por teléfono) Jefe... Soy Hamano. ¿Recordás a la tal
Serenia-san, la tipa que me pateó? ... Acabo de encontrarla a la salida de un
café donde trabaja una amiga suya, una rubia. Creo que estaba con ella cuando
tuvimos el incidente... ¿Cómo que para qué te digo esto? Prometiste vengarte de
ella por insultarnos. Yo todavía recuerdo su patada.
Jefe: Por supuesto que la recuerdo con mucha bronca, Hamano. Es más,
acabas de darme una gran idea.
P1: ¿Yo, jefe?
J: Si. Que la rubia entregue un mensaje a Serenia de parte nuestra.
Tráiganmela cuanto antes, ¿entendido?
Aclaraciones:
1. Aishiteru (título de nuestra historia) es el verbo amar, pero solito,
en una determinada situación significa la “maravillosa” frase Te amo. Y Daisuki
puede ser sinónimo del anterior, aunque yo prefiero traducirlo como Querer (así
que solito significa Te quiero. Algunos lo traducen como Me gustas).
2. Ushi es vaca (si, el animal de granja cuadrúpedo, hembra del toro,
que da leche, etc.). Y ushi-san sería, graciosamente, señora/señorita vaca.
3. Baka-Sama es, algo así como Gran idiota, gran tonto. Un insulto muy
original de Selenia. Y Serenia-baka es algo así como tonta Selenia o
Selenia-tonta (más o menos como estúpido Flanders).
4. Moshi moshi: preludio para una conversación telefónica.
5 (No sé porque estoy aclarando esto, es muy vergonzoso) Medio en bolas
es una parafraseo vulgar de semidesnudo.
6 Jaa matashita (o matashita solo agregado después de Sayonara) es hasta
mañana (Chau, hasta mañana).
7. En cuestiones de manga y anime, es el género en el cual predominan
las escenas y contenido lésbico.
8. Referencia a la posición que adoptaba Hyoga, personaje de la serie
Saint Seiya (o caballeros del zodiaco), cuando usaba su técnica "polvo de
diamantes". Básicamente, lo usan como referencia a una patada en la
entrepierna.
9. Kamameshi es arroz cubierto de verduras y pollo o marisco y luego
horneado en cuencos individuales. Uiro es un pastel de harina de arroz al
vapor.
10. Vease capítulo 4.
Estoy deacuerdo con selena sobre lo q dicede las mujeres ella no es una chica tipik y eso me gusta.
ResponderBorrary me dio lastima charlote porq me cae bien. este cap es un poco violento con las chicas, no?
Estimada/o anónimo: Te agradecería si firmas con tu nombre o un nick para que sepa a quien le contesto y de quien recibo comentarios.
BorrarGracias por leer el capítulo!! La verdad que no pense que fuera violento. Te agradezco la opinión. Pero si este te pareció así... qué opinaras del siguiente??
Este capitulo estuvo muy interesante! Espero que se ponga mas interesante todavía. Pobre Charlotte! Aunque no me gusto mucho la observación que hizo acerca de los tres casi al final. Entiendo que haya juzgado así a Akihide pero decir que Daigo es el mas pasable de los tres después de cómo le hablo? No se... yo no pensaría lo mismo. Yo me hubiera enojado si se hubiera dirigido a mi de esa manera. Pero bueno, debe de ser que le parece pasable porque ve que dentro de todo él es amable con Selenia. Me gustaria ver lo que piensa ella una vez que se entera de lo ultimo que le dijo a su amiga. Porque ahi si que se arma. En este capitulo, Selenia no estuvo nada mal!!! y me encanto como le contesto a Daigo!!! Vamos Se-chan!
ResponderBorrarEntre el 8 y 9 va a estar complicado el asunto por todos los problemas que se arman. Todavía falta que nuestras chicas pasen por más problemas.
BorrarCon respecto a la opinión de Charlotte sobre Daigo, no prestó mucha anteción a lo que decía porque era más importante enfrentar al pobre Akihide, y después casi ni le entiende (tampoco le da bola). Se siente contenta porque a Selenia uno de sus idolos la trata super bien.
Seguí leyendo nomás, que en un momento se destapa la olla, jajah
Esta bueno el nuevo fondo de pantalla del blog!, mucho mas personalizado :) mi gustar.
ResponderBorrarEstoy de acuerdo con Caro, medio raro q Charlotte digo eso bueno de Daigo. Lo podria haber dicho Megg de ultima , porq ella no los conoce bien aun.
Por cierto q sera lo q le pasara en su encuentro con los pandilleros? O.o A leerrr el 8!
Vuelvo a repetir, Charlotte lo dijo porque no le da demasiada bola a Daigo, pero por todo lo que ella sabe que hizo por Selenia, lo cree buen tipo. Ya habrá tiemppo para que cambie totalmente de opinión con respecto a los tres.
BorrarAhí está el capítulo 8, esperando por vose!! (aunque, si podes, pasate antes por el free talk 1!!)
Y gracias por lo del diseño!! Lo mejoré especialmente para facilitar la lectura, porque siempre me quejaba de ella, jejeh (mucha autocrítica)
BorrarEse "tenemos que hablar" de Daigo me da miedo!! Ari
ResponderBorrar"D: (con duda) ¿Me estás hablando en serio o querés sacarme información?" Si ya desembuchaste Daigo que te haces? Con mami nooo!! Ari...
ResponderBorrar¡Baka-Sama!! wooooooooo (aplausos) igual creo que se paso un pokito.. Ari...
ResponderBorraraaaawww Akihide re liindoooo!! Ari...
ResponderBorrarEs miiii tecnica del cisne!!! Copiona. Ari
ResponderBorrarLa técnica es de un personaje de muñeca brava... nunca te vi hacerla, así jamás podría habreme basado en vos. Si lo hiciste, bien por vos.
BorrarA Selenia también le dio miedo esa frase, pero no tenía mucho sentido. Ese Baka-sama le estaba predestinado... aunque tardó en llegar.
Jajah, y si, Akihide es muy dulce.
ohhhhhhhh q buen video... no pude evitar relacionar la intro de la guitarra con el opening de un anime... es como si tuvieran tan asimilado este estilo, que ya se volvió una marca registrada de los japoneses hacer ese tipo de sonido. Y ME ENCATA! :D
ResponderBorrarehhhhhh, tipo que... Qué te pareció el capítulo, o fue mas impresionante el video??
BorrarUh, podría decirse que ahí Daigo peca por tener un corazón sincero? je, je... en cualquier caso ¡Selenia pudo reconfortar la decaida de la pobre chica! y es cierto eso que le dijó ¡también creo que Selenia va a ser bastante dificil en seducir! en especial para el testarudo de Daigo. Ah! fue otro gran capitulo ¡por favor que esta inspiración no se acabe! ja ne!!
ResponderBorrarDaigo es Daigo, siempre rodeado de minas, Selenia no le será fácil de seducir porque ella medio que no entiende sobre esas cosas, jep.
BorrarDespués vuelve a aparecer Saori y se sabrá mas de ella